Chapter Eight
Ten cuidado con lo que deseas porque se puede convertir en realidad
Oscar Wilde
Elena escribió un mensaje a Stefan y pronto Klaus habló
—Katerina llegó a tiempo—Meredith agradecía eso—
—No va a regresar aquí—Informó—
—¿Por su verbena?—Ambos lo miraron—he vivido por milenios, nadie puede engañarme... Además, no irá muy lejos, ustedes me ayudarán a eso
—¿Qué es lo que de verdad quieres de nosotros?—Preguntó Meredith—
—Se explicará a su tiempo... Ahora vámonos de este pueblito
—¿Eso es todo?—Cuestionó el Salvatore—¿Nos vamos?—Klaus negó
—Aún no... Tengo un obsequio para ti—Una chica atemorizada apareció—Ven corazón, no temas... Quiero estar muy seguro de que vas a honrar el trato, de que si me servirás—Clavó sus dientes en el cuello de la chica para beber un poco de su sangre—pude hipnotizarla para someterla pero un salvaje goza la cacería
La chica salió corriendo pero Stefan fue tras ella
—Estás convirtiendo a mi hijo en lo que más odia, Niklaus—Informó con enojo la pelinegra—
—No, no, no, mi bello ángel... Solo estoy haciendo que deje de retener lo que realmente es—Meredith lo miró mal y se alejó—
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Tiempo después
Tennessee
Una chica salió de su casa en busca de su perro pero ambos híbridos se posaron frente a ella asustando la
—Lo siento, no quisimos espantarte—Se disculpó el original—
—... ¿Si díganme?—Preguntó la chica
—Nuestro auto se averió a unos kilómetros, hemos caminado por una hora, la tuya es la primera cada que vemos y solo esperábamos usar tu teléfono—Mintió la mujer—
—¿No tienen celular?—Ambos usaron la excusa de haberse quedado sin batería—
—De verdad, no somos asesinos, mi pareja y yo solo queremos usar tu teléfono—Meredith tuvo que evitar rodar los ojos. La mentira favorita de Klaus últimamente es que ambos eran pareja ante los desconocidos, Meredith odiaba eso—
—... Si—Klaus preguntó si podían pasar—No, yo les traigo el teléfono
—Creí que los campiranos eran las confiados—La chica entrecerro los ojos—
—Soy de Florida—Informó—
—Eso lo explica todo—Fue hacia ella y la sujetó del cuello para mirarla a los ojos—Creo que podrías ser más hospitalaria
Los tres entraron a la casa luego de ella dejarlos pasar
—Te apuesto cien dolares a que Rudy huyó a una casa con aire acondicionado—Al voltear encontró a la chica junto a la Salvatore y el Mikaelson—... ¿Qué ocurre?
—¿Podrías no alarmarte?—Pidió la mujer—
—Dicen que Ray Sutton vive aquí—Informó Klaus—
—No viene muy seguido, siempre está de gira—Se apresuró a decir la mujer con seriedad—
—Yo supongo que visita su hogar cada mes—Dedujo el hombre con una sonrisa pero ninguna dijo nada—... Eso creí, ¿Dónde está?—Seguían sin decir nada—Si las obligo a que me lo digan será infinitamente más doloroso
La mujer intentó correr y Meredith negó al saber que Stefan estaría ahí. Tal como pensó, al ambos llegar a la puerta principal, Stefan estaba ahí
—Me encanta que corran—Informó Klaus—
—Está en Tulley—explicó la mujer—cerca de la frontera, el bar se llama Confort en la ruta 41
—Gracias mi amor—agradeció para luego mirar a la chica—ahora, ¿podría pasar mi amigo?
—... Si-respondió la chica quien no se podía negar al estar en el efecto de la compulsión—
Stefan entró. Siempre qué sucedía esto Meredith tendía a tener un dolor en el pecho. No sabía si era por las víctimas o por el hecho de que su hijo era quien acababa con ellos
—Con ella no te tardes—Informó para acercar a la rubia—Pero que la otra sufra, vamos mi ángel—Miró a Stefan—Te vemos en el auto
Meredith miró a su hijo intentando que este no hiciera lo pedido pero sabía que probablemente sería inútil
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Tulley
Klaus y Meredith se acercaron al licántropo
—¿Ray?, ¿Ray Sutton?—El los miró—
—... ¿Quién pregunta?—Cuestionó el con desconfianza en la voz—
—Te hemos buscado por doquier amigo... Empezamos en Florida, Pensacola, ahí conocí a un chico que trabajó contigo antes de mudarse a Memphis, el me dijo de dos señoritas que me trajeron hasta aquí, hasta ti
—Yo ya me voy—Klaus lo detuvo—
—No tan rápido amigo, recién llegaste—Lo miró—los de tu tipo son muy difíciles de encontrar—Intentó irse pero del otro lado Stefan apareció—
—Yo no lo haría—advirtió para hacer qué se sentara en la silla frente a la barra—
—Vampiros—dedujo—
—Somos rápidos, ¿verdad?—El rubio sonrió—si, mi amigo aquí es vampiro e hipnotizo a todos los del bar así que no pidas ayuda... Sin embargo, esta bella dama y yo somos diferentes. Ella tiene algo de bruja y también de vampiro y yo tengo algo de vampiro y también de lobo
—¿Qué?—Preguntó el hombre sin poder creer aquellas palabras—
—Somos híbridos, somos ambos—Meredith lo miró–Es que, yo quiero crear a otros como yo... Como tu eres el primer licántropo qué veo en muchas lunas y hablo en serio, en muchas lunas. Necesito que me digas donde está tu manada—El hombre no decía nada—Y, ¿Dónde está tu manada?
—No pretendas hipnotizarme—Los tres compartieron miradas—
Stefan pidió whisky para sacar una pequeña bolsita qué comenzó a abrir
—Escucha Ray, vamos a jugar a beber y el juego se llama "Verdad o mata lobos"—El licántropo vio el mata lobos en la mano del vampiro—
—Esto será divertido Ray—aseguró—
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Meredith se negaba a a ver lo que su hijo le lanzaba al hombre lobo. Dardos con mata lobos mientras el estaba atado al blanco
—Ray puedes detener esto—Le quitó el dardo—¿Dónde estará la manada en luna llena?
—No puedo—murmuró—
—Yo sé que tienen un código de honor pero... No me deja detenerme hasta que hables y yo hago lo que el diga. De no hacerlo probablemente haga qué mi madre te torture y no puedo permitir eso, así son las cosas
Meredith y Stefan escucharon como una mujer se acercó a Klaus
—Vieron al hijo y al hermano de esos—Informó—
—Gracias, solo diles a tus amigos que sigan así—La mujer salió de ahí—
Ambos se acercaron a híbrido
—Mi hijo nos sigue—Habló Meredith
—Se está acercando, tendré que encargarme—Meredith lo detuvo—
—Recuerda muestro trato, Niklaus—Le recordó la mujer y Stefan habló—
—Dejame a mi—Klaus y Meredith lo miraron—
—¿Por qué te dejaría ir?—Preguntó el híbrido y Stefan le dejó en claro que sabía que volvería—
—Salvaste a mi hermano, soy tu sirviente—Klaus rodó los ojos—
—En serio que eres tan tedioso, ¿No se están divirtiendo?—La mujer miró con lastima al hombre ensangrentado
—Me aseguraré qué mi hermano no nos vuelva a molestar—Ante esas palabras se fue—
—¿No te encanta esto mi ángel?—Preguntó el híbrido a la mujer que solo rodó los ojos para salir de ahí—
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