25. Lo pasado en el pasado
C h a p t e r t w e n t y - f i v e
❝THE PAST IN THE PAST❞
ﺴ
—¡Alana Ray Bundrick!
Una fuerte celebración brotó de una de las secciones de las gradas, sabía que se trataba de su familia, y Alana no pudo evitar la sonrisa en su rostro mientas caminaba hacia el director y estrechaba su mano.
—¡Felicitaciones!
—¡Gracias!
Alana no podía creer haberlo logrado. Graduación. Toda su vida había trabajado para este momento y ahora se encontraba aquí, viendo a sus compañeros caminar a través del escenario. Ahora estaba lista para el verdadero reto.
—¡Muchas felicidades, clase del 2010! —anunció el director Williams.
Alana giró hacia su hermana y ambas arrojaron sus birretes por los aires, junto con el resto de la clase. No podía evitar la enorme sonrisa sobre su rostro -a pesar de todo lo que sentía en ese momento-, mientras ella y Georgia se abrazaron la una a la otra con fuerza.
Alana encontró a Maddie entre la gente y ambas saltaron una y otra vez de alegría, sintiéndose como estúpidas y extremadamente felices al mismo tiempo.
Sus familias las encontraron y Alana sonrió para tantas fotografías que, hasta cierto punto, tuvo que masajear sus mejillas. Nunca había visto a su familia tan feliz, especialmente a su madre. La Sra. Bundrick lloró al tenerla sobre sus brazos.
—Estoy tan orgullosa de ti, Alana —admitió entre sollozos.
Después de todo aquello, Maddie le dijo a la familia Bundrick que ella y Alana habían invitado a todos sus amigos –aunque la única amiga de Alana era ella- a su casa para celebrar; así que al llegar a casa, pasaron veinte minutos decorando de prisa con un gran letrero de "Felicitaciones" y acomodando bebidas y bocadillos sobre la mesa.
Alana subió hasta su habitación y abrió su laptop para entrar a Facebook, mientras esperaba a Maddie; encontrándose con tantas fotos de graduados y universidades. Incluso de la estatal de Arizona, y de Harvard.
La Universidad de Harvard.
Alana miró hacia arriba al banderín que se padre había colocado como adorno en su pared en cuanto ella recibió su carta de aceptación. Sus padres estaban tan emocionados. Era la primera vez que los veía tan felices y orgullosos de ella. Incluso Georgia le había expresado cuán orgullosa estaba, y lo único que Alana podía pensar era en cómo iba a pasar los próximos cuatro años de su vida en Harvard.
—¡Hola, mi preciosísima mejor amiga! —Maddie atravesó la puerta y se dejó caer sobre su cama.
Alana cerró su computadora y la hizo a un lado mientras sonreía de lado. Podían escuchar la música estampándose ya contra las paredes y a más de los amigos de Maddie llegar a la casa de los Bundrick.
—Es una fiesta de verdad allá abajo —dijo Maddie —. Incluso tus padres están bailando.
—¡Ay, por dios! —Alana hizo una mueca de desagrado, aunque su mente estaba en otro lado. Se preguntaba si él se encontraba aquí. Lo podía imaginar estando ahí. Intentó encontrar cualquier noticia de él en Facebook, pero parecía que hubiese desaparecido del planeta.
Madelaine rió y arrojó sus brazos alrededor de su mejor amiga.
—Alana —dijo en voz baja —. Lo logramos. Sé que es solo la preparatoria, y ¿a quién jodidos le importa esta mierda de todos modos?, pero pasamos nuestras vidas enteras esperando por este momento... el momento de graduarnos hacia mejores versiones de nosotros —rió un poco —. Iremos a la universidad. ¡esto es increíble! ¿No estás emocionada?
—Lo estoy —Alana asintió.
—Uhm, ¿entonces por qué no pareces emocionada en este momento? —cuestionó ilusa —. Pase todo el camino en auto hasta aquí practicando ese discurso. Justo ahora, se supone que deberíamos estar en una fiesta de baile de treinta segundos.
Alana rió y negó una y otra vez.
—No sé por qué no estoy emocionada. Me refiero a que, me emociona que la preparatoria se haya terminado y que iremos a la universidad, pero hay algo que me está molestando. Algo que me provoca demasiada nostalgia.
—Kenneth —Maddie suspiró, y Alana tan solo asintió dejando salir una bocanada de aire.
—Alana, él es preparatoria. Él es parte de la vida que dejarás atrás.
—Pero aún no sé cómo hacerlo...
Alana se acurrucó y descansó su cabeza sobre el hombre de su mejor amiga. Podía escuchar a FloRida viniendo desde abajo.
—Deberíamos bajar y tomar algo. No podemos ser ermitañas en la universidad, así que será mejor que empecemos a practicar desde ahora —dijo Alana, segundos después levantándose de la posición en la que se encontraba.
—Perfecto —la rubia rió.
. . .
Todos los amigos de Georgia se encontraban bailando, comiendo frituras y tomando una clase de ponche; y todos saludaron a las dos chicas que apenas conocían. Georgia se encontraba charlando con Thomas Clayton y Jared Dawson; Alana rodó sus ojos –aunque ellos no la pudiesen ver- y caminó hasta la cocina por algo de tomar.
Como si se tratara de cámara lenta a su parecer, Kenneth Thompson dio media vuelta con un vaso de ponche en las manos. Tenía una pequeña sonrisa sobre el rostro y llevaba puesta una camisa de vestir y una corbata con el nudo suelto. Alana se detuvo justo en el momento en que sintió su cuerpo chocar con el de Madelaine.
—Uhm, ¿Alana? —cuestionó su mejor amiga un tanto confundida.
La sonrisa de Kenneth engrandeció y dio un paso más hacia la dirección de ambas.
—Hola, Bundrick —dijo, en un tono amigable.
—Hola —contestó ella, después de mirarle por un momento.
—Supongo que yo debería, uhm... irme —dejó salir Maddie, haciendo contacto visual con Kenneth. Después de eso, sonrió de manera comprensiva y se alejó, dejándoles a ambos solos en la cocina.
—Y-yo, uhm... quería saber cómo estabas —empezó Ken, recostándose un poco en la pared.
—He estado bien —Alana asintió, sintiéndose extrañamente sola, ahora que Maddie se había retirado.
—Alana, yo solo... —dejó salir una bocanada pesada de aire, cortándose a sí mismo antes de mirarle de nuevo —. Lo lamento.
Alana se encogió de hombros mientras observaba las agujetas de sus converse.
—Lo pasado en el pasado, ¿cierto? —dijo después de un par de segundos, regresando su mirada hacia él.
—S-sí, claro —Kenneth asintió.
—Estamos avanzando. Iremos a la universidad. Viviremos nuestras vidas como deberíamos, y olvidaremos todas las cosas estúpidas que nos hicieron tan jodidamente tristes en la preparatoria. Avanzaremos al futuro y encontraremos las cosas que en realidad deberían hacernos jodidamente tristes, ¿cierto? —ella le dedicó una mirada.
Sus miradas se encontraron y Kenneth asintió lentamente.
—O, podríamos arreglar los errores que nos hicieron tristes en el pasado, para dar paso al futuro...
—No estoy lista —Alana cerró sus ojos y negó.
—No tenemos un límite de tiempo.
Alana rió con ironía.
—Kenneth, iré a Harvard por los próximos cuatro años, y ni siquiera sé si quiero regresar este estúpido y bastante desagradable estado. Seguiré adelante.
—Deberías hacer lo que más te haga feliz, Alana. Y si, para mí, significa que debo esperar tanto tiempo, entonces lo haré —dijo con seguridad mientras asentía.
Alana se quedó en completo silencio. Su quijada se tensó y desvió la mirada hacia las demás personas en la fiesta. Aún podía sentir los ojos de Kenneth sobre ella y de inmediato quería poder evaporarse ahí mismo y ahora.
—No sabía que te entusiasmaba tanto ir a Harvard —dejó salir él de la nada —. ¿Qué pasó con Yale?
—Nada pasó con Yale —Alana frunció el seño —. Iré a Harvard.
—Pensé que querías ir a Yale. Me dijiste que todas tus aspiraciones estaban en Yale.
—Sí, pero Harvard quizá sea mejor para mí.
—Pero tú querías Yale...
—¡Yo sé que quería Yale! —exclamó con enfado —. Yo lo sé, Kenneth. Yale podría ser perfecta para mí. Connecticut podría ser perfecto para mí. Todo sobre esa increíble escuela, lugar y vida podría ser perfecto para mí, pero, ¡yo elijo a Harvard! —exclamó de nuevo —. Harvard me podría hacer mejor que Yale. Es la mejor escuela Ivy League en el país. ¿Por qué rechazaría eso? ¿Por qué lo haría? —lanzó sus manos al aire con ironía.
—Porque tú querías Yale —Kenneth dijo en un tono bajo y calmado.
Alana no dijo absolutamente nada. No podía. Las palabras revoloteaban por su mente y no sabía qué decir. Tanto fuese un "Te amo" o un "Quiero ir a Yale", no podía dejarse a sí misma sucumbirse ante ello.
Kenneth le dedicó una pequeña pero triste sonrisa.
—Si tuviese una imagen perfecta de tu vida, Lana, sería aquí conmigo. Sin embargo, tú mereces todo lo que siempre has querido; y si quieres ir a Yale, deberías ir a Yale. Tus padres no tendrían nada que ver en esa decisión.
Lágrimas amenazaban con ser derramadas y Alana tan solo asintió. Era lo que ella quería. Kenneth lo sabía mejor que nadie y ahí se encontraba, apoyándola del modo en el que su familia debió haberlo hecho. Estaba siendo el chico bueno.
—¿Kenneth? —cuestionó, volviendo su mirada hacia él.
—¿Sí?
—Iré a Yale.
[ ... ]
¡ H O L A !
Aunque falte el epílogo, he aquí el último capítulo de esta historia y no les mentiré, más que entristecerme, me emociona. No lo sé. Quizá porque ha sido la primera historia que terminé en la vida.
Por si no lo sabían, siempre he tenido el hábito de empezar cosas y no terminarlas.
En fin, espero les haya agradado, y no me despido todavía. Mis agradecimientos estarán en su propio apartado.
Y si están de acuerdo, estaba pensando en subir datos curiosos sobre esta historia y sus personajes. Háganme saber en sus comentarios si les gustaría.
En fin, tengan buen día/tarde/noche/madrugada.
Lxs amo
—Ana.
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