C a p í t u l o 1
| Narra Narrador:
Miguel entró al salón con su habitual aire de superioridad. Para él, el instituto era su lugar de refugio. Allí era el rey, el centro de atención, lejos de los gritos y tensiones de su casa.
Se dejó caer en su asiento al fondo del aula, colocó los pies sobre la silla de al lado, y se sumergió en la música de Gorillaz que brotaba de sus audífonos inalámbricos. Cerró los ojos, disfrutando de unos minutos de paz, hasta que la puerta se abrió de golpe, la rutina de Miguel se vio interrumpida por la llegada de unnn ¿Cómo podría describirlo?
Un cara de pacman, aggg.
— Chicos, les presento a Luis, nuestro primer estudiante que ingreso aquí becado. ¿Algo que quieras decir, Luis? — anunció la profesora.
El chico sonrió ampliamente y, sin titubear, habló con una confianza:
— Hola gente, es un honor estar aki, soy Luis pero pueden decirme Papulince, espero que nos compartamos buenos momazos juntos ;v.
Un silencio incómodo invadió el aula, roto solo por una risa contenida en la esquina. Miguel, que hasta ahora había ignorado todo, alzó una ceja y quitó uno de sus audífonos.
—¿Qué demonios...? —murmuró, confundido.
—¡Ja! ¿Un becado? ¡Un puto pobre! —dijo Miguel en voz alta, con una sonrisa burlona—. ¿Por qué dejan entrar a esta gente? Seguro ni iPhone tiene.
— Silencio joven Miguel vergüenza debería darle hablar así, celoso de la gente con verdadero talento.
Y todos dijeron ""UUUUHHH" "la profesora andaba basada" decían algunos. Haciendo que este se enojara y callara.
— Muy bien Luis puedes sentarte, haber...¿Dónde queda una silla vacía?- buscó con la mirada y justo quedaba una silla al costado de Miguel— Muy bien, Luis, te sentaras con Miguel.
—¿Qué? No, profe, que se siente en el piso, seguro ya está acostumbrado por las limosnas —espetó, cruzado de brazos y con el ceño fruncido.
La profesora lo fulminó con la mirada.
—Una queja más, Miguel, y lo mando a dirección.
Miguel se quedo con cara de culo, genial ahora estaba al lado de un pobre, que seguro no tenia agua potable y que encima tenia la pinta de ser uno de esos vírgenes de hailgrasa, esos enfermitos de internet que tanto funaba, como odiaba su vida.
Luis, ajeno al odio de Miguel, caminó tranquilamente hacia su nuevo asiento. Sin rencores, se dejó caer en la silla y extendió la mano con una sonrisa.
— Hey hola papu :v — dijo Luis saludándole.
— Tsk aléjate de mi grasoso, no me toques o te reviento — respondió con voz alta, provocando que varias cabezas se giraran hacia ellos.
◇ Pov Luis :
Primer día y ya soy el centro de atención, but no por las razones que esperaba, ¿Cómo se supone que reaccione? Me recuerda a aquellos días en el grupo de los momos, donde también me funaban por mi humor :,,v
Me pregunto, ¿Qué hice yo para merecer este desprecio? Es que no lo entiendo. No hay nada raro en mí: mi uniforme está impecable, gracias a que mi jefecita; mis zapatos no están tan gastados, ¿a poco si, Tilín? :'v.
Entonces lo vi: el chico que intentó humillarme hace un rato. Estaba en su asiento, inclinado sobre su libreta, dibujando como si nada más existiera. La profesora seguía hablando sobre la importancia de la literatura, pero él ni se molestaba en fingir que escuchaba.
Observé su rostro con discreción. La luz de la ventana se reflejaba en su piel, tenia unas ligeras pecas en las mejillas, y su cabello era un negro azabache intenso que se movía con la leve brisa del viento. Al mover su cabeza con sutileza, cada mechón caía en su lugar, es un papucho su cara parece tallada por los mismos ángeles, equisde bromita #no homo.
Pero claro, era obvio: este tipo debía tener un séquito de minitas detrás de él, suspirando cada vez que parpadeaba.
Entonces, como si hubiera sentido mi mirada, levantó la cabeza y clavó sus ojos en mí.
— ¿Por qué me miras, eh? ¿Te gusto o qué? — espetó el chico de las gafas, con un tono que destilaba arrogancia.
"Pinche pendejo del pedestal les miras un ratito y ya creen que te los quieres cachar >:V " pensó Luis rodando los ojos.
— Nel prro, simplemente me llamó la atención tu dibujo :v — respondió con calma, intentando desviar la atención de su acusación.
Miguel cerró su cuaderno con un golpe seco, mirándolo con repudio. — Deberías aprender a reconocer las jerarquías sociales aquí, maldito pobre. No somos iguales, así que no me hables como si lo fuéramos -siseó con desprecio.
— ¿Iguales? Tú... tú... maldito clasista >:"v .
— Tsk, patético — murmuró Miguel, guardando su cuaderno y saliendo del aula con permiso para ir al baño. Mientras se alejaba, Papulince no pude evitar pensar en la ironía de la situación.
— Pero... ¿Qué le pasa a este danksito arenoso? ,':vv — musité para mí mismo. Intenté ser amable con él, o al menos curioso, y lo único que logré fue enfurecerlo.
"Quizás no lo saludé bien", pensó, mejor me disculpo antes de que algo salga mal :'vVv when primer día que entras a una academia privada Yei, but le caes mal a un random No yei :"vv — dijo papulince " no mms ese momazo me salio malandro xd"
Hasta que sonó la campana de recreo, pensó "¿Por qué tardara tanto, estará estreñido?"
— Pobre kbron le voy a llevar papel por si las dudas y quizás haga las pases con él, no quiero un némesis antes de tiempo :'v — dijo Papulince envolviendo un poco de papel higiénico y guardándoselo en el bolsillo.
— Caracoles, me perdí :"v — dijo Luis. El instituto era un laberinto comparado con el de su zona.
Los pasillos eran anchos y los casilleros brillaban con el reflejo de las luces, veía fascinado el lugar a comparación de los de su zona, eran pequeños, separaban las aulas con un triplei apolillado dejando que se escuche la bulla de la otra aula, asientos que tenían un pene en la silla con corrector o plumón permanente, super incomodos que te dejaban el culo de cuadrado.
Cuando vio a pana fresco caminando por allí , se le acerco
— Holi, te traje papel wey :v — dijo Luis, tocando suavemente la espalda de Miguel.
Aquel tacto asusto a pana fresco, casi se le cae su celular, y giró furioso — Por qué... mierda...ME TOCAS GRASOSO — lanzando un puñetazo al aire que Luis esquivó ágilmente. El golpe dejó una abolladura en el casillero.
"Uy eso si me abría dolido :"v " pensó Luis al ver la abolladura del casillero
— Oye, tranquilo, viejo :'vv — papulince intentó calmarlo, pero Miguel parecía no escuchar y lanzó una patada que Luis también evitó. Los estudiantes, atraídos por el alboroto, formaron un círculo alrededor de ellos, alzando sus teléfonos en alto, listos para grabar la pelea.
"Miguel tiene que ganar", pensaban algunos, mientras otros murmuraban, "Luis no tiene oportunidad". ahora si o si Miguel tenia que ganar por la presión social, su reputación estaba en juego.
Pero Luis tenía su estilo neutrón y esquivaba cada ataque con una gracia que hacia parecer down a Miguel frustrado y avergonzado por qué no le atinaba un solo golpe.
—ENFRENTATE MARICA, DEJA DE ESQUIVARME Y PELEA — gritaba Miguel, lanzándose hacia Luis con un ataque desesperado, pero la funa le salió mal porque el insano de papulince volvió a esquivarlo con un paso prohibido del breakdance haciendo que pana fresco pierda el equilibrio y se caiga.
La multitud estalló en risas y burlas. Luis extendió su mano preocupado en un gesto de paz, por qué sonó feo cuando Miguel se calló.
— Lo siento papu te encuentras bien ,':v ?
Miguel, rojo de vergüenza y rabia, aprovechó el momento. Con un movimiento rápido, le lanzó un puñetazo directo a la cara. Esta vez, Luis no lo vio venir, y el golpe aterrizó en su nariz con un sonido seco.
—¡Kagaste, gil —dijo Miguel, sonriendo mientras Luis retrocedía, tocándose la cara.
— Pero que has hecho rapuncel >:'v prro, eso me dolió kbron >:"Vvv — dijo papulince por fin activo el 1% de su poder.
Antes de que Miguel pudiera reaccionar, Luis le devolvió el golpe. Un derechazo limpio, directo a la nariz, que resonó en el pasillo y mandó a Miguel tambaleándose hacia atrás.
El público soltó un unísono "¡UUUUUUUUH!", esa mezcla de sorpresa y adrenalina que solo se vive en el momento justo.
Los golpes entre ellos eran tan fuertes que los espectadores retrocedieron, temiendo ser atrapados en el caos.
La campana de la ultima clase sonó, pero nadie se movió. El pasillo estaba lleno de alumnos con los teléfonos alzados, grabando cada momento. Algunos gritaban por Miguel, otros por Luis. Era un espectáculo que nadie quería perderse.
—¡USTEDES DOS, BASTA AHORA MISMO!
Todos se giraron para ver al director, que venía caminando a grandes zancadas, su rostro rojo de ira.
—¡TÚ! —dijo, señalando a Miguel—. ¡Y TÚ TAMBIÉN! —agregó, apuntando a Luis—. ¿QUÉ DEMONIOS CREEN QUE ESTÁN HACIENDO? ¡A DIRECCIÓN, AHORA!
Luis y Miguel, respirando agitadamente, intercambiaron una última mirada.
Miguel frunció el ceño, pero no dijo nada. Se frotó la nariz, claramente molesto. Ambos comenzaron a caminar hacia la oficina del director, con los murmullos de los estudiantes siguiéndolos como un eco.
En la oficina del director
La secretaria los observó entrar. Sus ojos se fijaron primero en Miguel, quien ya era un rostro familiar en esa sala. Luego miró a Luis, que, con su uniforme algo desordenado y su nariz con un ligero rasguño, parecía completamente fuera de lugar.
—Director Rowel, ¿puedo saber qué hace él aquí? —preguntó, señalando a Luis con una ceja arqueada.
—Encontré a estos dos en plena pelea en el pasillo. —El director cruzó los brazos, esperando una explicación que sabía que no llegaría.
La secretaria se volvió hacia Miguel, con el ceño fruncido.
—¡Por supuesto! Seguro fue culpa de este. Si no está aquí, está en detención. No fue suficiente con cambiarlo de aula, ¿verdad? —espetó, mirando al chico con una mezcla de exasperación y decepción.
El director contestó— Sí, un alumno me lo contó, pero quiero una explicación, no puedo estar 100% seguro desde el deterioro de las cámaras — y miró a los chicos — Ustedes dos, pasen a mi oficina.
El director, con su característico aire autoritario, tamborileaba los dedos en el escritorio mientras miraba a Miguel con una ceja arqueada.
—Recién empezamos la semana y ya estás causando problemas, Miguel. Me dijeron que tú iniciaste la pelea, como siempre. No sabes cuán sorprendido estoy —su voz destilaba un sarcasmo helado que cortaba el aire.
Miguel apretó los puños, manteniendo la mirada baja, como si quisiera desaparecer.
—Ya te había advertido que no quería volver a verte aquí por algo así. ¿No te cansas de ser el centro de atención? —continuó el director mientras se acomodaba los lentes, observándolo con severidad.
—Director, yo... —Miguel intentó hablar, pero las palabras no salían.
—Lamentablemente, tendré que suspenderte y llamar ... a tus padres.
El rostro de Miguel perdió todo color. Sus ojos, abiertos como platos, revelaban un terror más allá de la reprimenda escolar. Empezó a sentir nauseas por la presión, y a temblar con desesperación.
—No... por favor, no mis padres —murmuró, casi inaudible.
El director frunció el ceño, confundido por la reacción, pero no mostró signos de ceder.
—Miguel, ya hemos hablado de esto. Las reglas son claras.
Luis, que había estado observando desde su asiento en la esquina, sintió un nudo en el estómago. Algo en la reacción de Miguel le hizo sentir que esto no era un simple temor a un castigo.
Miguel, temblando y con el rostro bañado en sudor, dio un paso adelante.
—N-no, Director... se lo suplico, no llame a mis padres. ¡Por favor! —Su voz quebrada se alzó, y lágrimas comenzaron a resbalar por sus mejillas. — SOLO POR ESTA VEZ .
—Lo siento, Miguel. Las advertencias están para cumplirse. Esta vez no hay vuelta atrás.
Luis frunció el ceño. Había algo profundamente equivocado en esa escena. No conocía bien a Miguel, pero nadie reaccionaba así solo por una suspensión.
Sus pensamientos se interrumpieron cuando Miguel murmuró, casi para sí mismo:
—No puedo... no puedo volver a ese lugar otra vez...
Luis se incorporó de golpe. No sabía a qué se refería Miguel, pero algo en su tono le heló la sangre. Miró al director, que ahora revisaba papeles en un intento de ignorar el llanto, y tomó una decisión impulsiva.
—Director, fui yo.
El director y Miguel lo miraron, sorprendidos por su confesión.
—¿Qué dijiste? —preguntó el director, levantando la mirada con incredulidad.
Luis dio un paso adelante, con voz firme dijo:
—Fui yo quien inició la pelea. Provoque a Miguel, lo incité. Él solo se defendió.
El director lo miró con los ojos entrecerrados, tratando de leer sus intenciones.
—Interesante. ¿Es tu primer día aquí, verdad? No parece un buen comienzo para un estudiante becado, Hernandez. — dijo el director serio— Creó que hicimos una mala decisión, al aceptarlo aquí — Luis solamente acepto decaído.
— Sin embargo se le perdonará esta vez por su sinceridad, espero que no se vuelva a repetir. Ahora ¡lárguense de mi vista!— y ambos salieron al mismo tiempo en silencio.
El silencio entre Luis y Miguel era fúnebre. Miguel, aún limpiándose las lágrimas, no podía dejar de preguntarse ¿Por qué Luis lo había defendido?, peor aun que habrá pensado ese grasoso al verlo en este patéticos estado, hacia cientos de teorías peor que Dross, del por qué lo había defendido ante el director
— Hey cuck ¿quieres ir a la enfermería? — preguntó Miguel, rompiendo el silencio.
A Luis le brillaron los ojitos — Quién? , yo? <:v — pregunto como down.
— No tu hermana, pues claro que tú retrasado — dijo Miguel
Luis, sorprendido, asintió — Cy, me encantaría de igual forma necesito venditas pa mi nariz :vv
Y se dirigieron a la enfermería, Miguel saco las venditas y agua oxigenada del botiquín, y Papulince se subió encima de la camilla de enfermería.
Luis por matar el silencio le dijo — Tienes un buen izquierdaso papu, esa no me la esperaba ;v— haciendo referencias a la pelea que tuvieron.
Más Miguel no contesto, solo asintió y puso el agua oxigenada sobre un algodón — acércate más imbécil, eres un poco más alto que yo.
Y Luis se acerco a este y Miguel le paso suavemente el algodón con agua oxigenada sobre la nariz pero Luis empezó a patalear por el ardor de esta
— Aaay wey como arde, alv no gfecita aiuda :'v
— No seas maricón, ¿ Qué quieres que te diga sana sana colita de rana?. Yo golpee un puto casillero y no chillo, ni que te hubiese dejado como un 'che' cuck — dijo Miguel y volvió a reinar el silenció.
Y Miguel dijo en voz baja — Oye ¿Por qué le mentiste al director? — preguntó Miguel, finalmente.
.
.
.
(puntitos)
Enserio ¿porqué chuta lo habrá perdonado? 😔
Hola gente bella, este cap lo sentí bien fumado, quise hacer a Luis bien tercermundista xd, dejen su cometario y su estrellita sí les gustó para mi autoestima xd , sí tienen una recomendación para la historia no duden en decírmelo cap@s, también sí tengo un error ortográfico .
Un dibujo qlero de papulince.
C me cuidan bye <3
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro