Un poco de historia
Pov: Myoui Mina.
Antes de siquiera querer experimentar la verdadera ira de la Gran Duquesa decidí adherir mis rodillas contra el suelo dejando ambas manos sobre mis muslos adoptando silenciosamente una posición pasiva mientras que podía sentir como el Duque no tardaba en aparecer en la habitación dejándome en una clara desventaja: eran tres contra mí, no había manera de que yo pudiese ganar contra ellos. En silencio alcé mi mentón observando como Sana había presionado su espalda contra la pared manteniendo una distancia prudente mientras que, tanto la Duquesa como el Duque se mantenían ambos uno al lado del otro con una clara intención de querer dejarme encerrada en el interior del Ducado siendo reflejada en sus miradas. Era tal el grado de intensidad con el que me estaban viendo que realmente era cuestión de tiempo para que la incomodidad me agobiase. Por mero impulso solté un pesado suspiro mientras que agachaba mi mirada observando detenidamente el contorno de mis manos, ¿Por qué nunca les presté atención?, me cuestioné al notar las pequeñas cicatrices que envolvían cada una de mis falanges, ¿Qué tanto me descuidé?, y a pesar de que sabía que no sacaba nada con preguntar, no pude evitar el hacerlo.
—¿Tienes como excusarte?
Ni siquiera miré a la Duquesa. Con calma entreabrí mis labios permitiendo que las primeras palabras resbalaran sin más. De esa forma comencé a relatar todo lo que había pasado en el momento en que decidí abandonar el Ducado para dar comienzo a lo que sería mi aventura en estos cuatro y largos años llenos de agonía y preocupación. Para mi propia sorpresa me las arreglé para contar con cierta tranquilidad lo que había experimentado en el largo viaje que tuvo con la joven princesa, enfaticé en el esfuerzo que todos habíamos dado para dejarla sana y salva en la Academia y como cada uno de los guerreros se había esforzado en dar lo mejor de sí, para mi propio bienestar como el de la princesa: no quería que su propio esfuerzo, su propio dolor, fuese dejado de lado por lo que yo había vivido en la soledad. No tardé nada en relatar lo que habíamos vivido en aquel maldito y fatídico día, no lo voy a negar, fue bastante sorprendente el notar como lo que había sucedido, seguía de cierta manera afectándome, lo que demostraba que yo aún no había sido del todo capaz de poder superar la perdida como tontamente había llegado a pensar. A pesar de que sabía que, gracias a mis palabras podría llegar a causar compasión por parte de los Duques, no quería ver ese sentimientos reflejados en su mirada, me negaba a ver cualquier rastro de lastima en ellos, sobre todo lastima por mí, así que mantuve mis ojos fijos en mi manos sintiendo la fuerza con la que mi corazón había comenzado a latir.
Continué con mi relato sin flaquear en mis palabras, mantuve un tono neutro tratando de desligarme de lo ocurrido aun cuando sabía que eso sería completamente imposible. Durante todo ese momento me mantuve en mi sitio sintiendo las rodillas hundiéndose cada vez más sobre el duro suelo. Los ojos continuaban estando fijos en mi cuerpo, podía sentir la curiosidad de ellos aplastando mi cráneo, pero me negué a alzar la mirada. Yo solo quería acabar con esta conversación. Rápidamente la piel de mi nuca y espalda se erizó por completo en el instante que admití lo doloroso que había sido ver a Hyeon perder su brazo ante la negligencia de mi actuar, y como el sonido de las espadas chocando entre sí siendo acompañado por los lamentos de mis caballeros se transformaron en una tortuosa pesadilla que por mucho tiempo se había negado en dejarme en paz. No supe que tipo de expresión realizó mi rostro al confesar que aun podía recordar lo que sucedió como si el tiempo no hubiese transcurrido como transcurrió, no tengo ni la menor idea de como le estaba haciendo para mantener la compostura ante las imágenes que volvían a mi cabeza, haciéndome recordar lo traumático que había sido el ver como la gran mayoría de mis caballeros habían muerto sobre la tierra sin poder siquiera defenderse como correspondía. Era simplemente extraño el verbalizar la impotencia que sentí en ese momento, en realidad, ni siquiera era capaz de recordar si en algún momento me atreví a contar con lujo y detalles lo que había sucedido en ese momento, ¿Alguna vez expresé libremente el miedo que sentí?, me cuestioné siendo incapaz de poder responder a mi propia duda.
Muy en el fondo de mi cabeza era consciente de que nunca me había atrevido a confesar la forma en que mis pensamientos, aquellos que me decían sin parar que no había sido capaz de proteger lo que más amaba, se habían dedicado por una larga temporada en golpear el interior de mi mente, queriendo destruir la poca estabilidad que me quedaba. Si debo ser del todo sincera, no sé realmente el por qué había decidido omitir la existencia de Chaeyoung, por alguna extraña razón, algo dentro de mi, me decía que había ciertas cosas, de las cuales mi pequeño espíritu estaba relacionado, que simplemente no tenía ningún tipo de sentido, como si de forma intencional o tal vez no, me estuviese diciendo mi subconsciente de que me había olvidado de algo importante.
Mientras que mi monólogo seguía avanzando, más iba encubriendo ciertos detalles de lo que había vivido en su ausencia. No está demás aclarar que, por obvias razones había decidido omitir tanto la existencia propia de Bom como la de la villa élfica. Francamente, aun cuando sabía que nadie en el interior de la habitación se atrevería a lastimar a los elfos, realmente no había forma en que yo pudiese estar segura de que la información que iba a revelar permanecería entre los cuatros integrantes, así que antes de arrepentirme por una mala decisión, simplemente omitió el hecho de que gracias a ellos yo seguía estando con vida. Chaeyoung en cambio se mantuvo en un completo silencio escuchando atentamente cada una mis palabras, a pesar de que seguía estando en el interior de mi núcleo yo podía sentir sus ojos fijos en mi perfil, como si de alguna manera se la hubiese arreglado para que nadie más que yo, notase su existencia. Por mero impulso deslicé mis orbes en dirección de donde supuse que se encontraba para notar como ahí realmente no había nada más que soledad.
¿Realmente está bien que ellos sepan todas las cosas que hicimos?
De forma repentina ella decidió alzar la voz en el interior de mis pensamientos provocando que yo, de forma instintiva tensase mis hombros. Eso me asusto... admití sintiendo como sus emociones revoloteando en el interior de mi núcleo, si... prefiero confesar lo que más pueda porque sé que ellos no se quedaran tranquilo hasta sentirse satisfecho, respondí con mayor tranquilidad mientras que regresaba mi atención hacia el dorso de mis manos, notando como estas realmente se habían transformado en mi lugar seguro.
—... Eso es todo—finalicé mi monólogo sintiendo como el silencio no tardaba en volverse ensordecedor en el interior de la habitación.
Nadie dijo nada. Ni siquiera el Duque trató de llenar el silencio que nos envolvía. Era incómodo. Tan incomodo que el deseo de querer huir cada vez se volvía más intenso.
De repente, para mi grata sorpresa mi cuerpo no tardó en nuevamente volver a tensarse tras sentir aquella mano tocando directamente en mi nuca, siendo un tacto tan normal, pero a la vez tan desconocido para mí. ¿Qué?, me cuestioné al mismo tiempo en que alzaba momentáneamente mi mirada junto con mi rostro logrando observar como la Duquesa se las había arreglado para acercarse a mi cuerpo, arrodillándose frente a mi para permitir que mi mentón pudiese descansar cómodamente sobre uno de sus hombros; ella me estaba abrazando con una tranquilidad que asfixiaba mi abrumado corazón. Ni siquiera me di cuenta de su cercanía, pensé mientras que deslizaba mi mirada directamente hacia el Duque queriendo ver qué tipo de reacción él estaba dejando en exhibición. A pesar de que era esperable, no pude evitar sorprenderme de notar como él estaba apretando su quijada con su rostro escondido en su desordenado cabello rubio, a simple vista daba la impresión de querer huir de mi mirada con su atención fija en el suelo mientras que las silenciosas lágrimas resbalaban sin parar a través de sus mejillas hasta caer muy cerca de sus pies, ¿Por qué estas llorando?, y no podía entender a que se debía esa desbordante emoción que delataba lo humano que él era.
—Debió ser difícil... ¿Verdad?
No esperaba esas palabras. No esperaba ese cálido abrazo. No esperaba esa compasión. La verdad es que no esperaba nada de lo que estaba sucediendo, ¿Por qué? ¿Por qué están siendo tan amables? ¿Por qué no me odian?, no podía entenderlo.
No podía comprender este desbordante amor de mamá.
—Lamento que hayas tenido que vivirlo—Sachiko siguió hablando, manteniendo esa suavidad tan propia de su personalidad mientras que yo podía sentir como mi garganta se cerraba dejando mi aliento atrapado entre mis pulmones—...no hay nada de qué preocuparse, mamá está acá... mamá te protegerá—murmuró con su mano deslizándose suavemente sobre mi cabello, tratando de arroparme como si realmente fuese su pequeño bebé.
Eso... eso no es verdad, instintivamente pensé siendo más que consciente de que si había mucho del que preocuparse, y que claramente ella jamás iba a ser capaz de protegerme, ya que yo no era precisamente la persona de la cual ella quería tanto cuidar, no soy la hija que tanto estas amando, pensé deslizando mi atención hacia su hombro notando la calidez que su cuerpo emanaba, en realidad... es probable que me odies, y seguía perdida en mis pensamientos siendo consciente de que iba a ser el monstruo que acabaría con lo que ella tanto se estaba esforzado por cuidar.
Iba a matar a su pequeño retoño.
A pesar de que realmente no quería este resultado de todas formas, las lágrimas de forma brusca comenzaron a deslizarse a través de mis mejillas empapando tenuemente su blanca camiseta, yo... yo no soy tu hija... pensé mientras que elevaba mis manos aferrándome torpemente sobre su fina prenda como si estuviese realmente desesperada por mantenerla a mi lado, jamás podré ser tu hija, y era doloroso el simple hecho de estar disfrutando algo que claramente no me correspondía, algo que evidentemente desparecería en el momento en que fuese completamente sincera. Es momento de que te detengas, me ordené sabiendo que no debía mostrar esta imagen, sobre todo a Chaeyoung, ya no eres una niña... nunca has necesitado a una madre, no comiences a buscarla a esta altura de la vida, mi mente tan cruel y perversa no dudaba en hacerme entrar en razón, pero aun cuando yo ya sabía esa maldita realidad, aun así, decidí cerrar mis párpados disfrutando de ese agradable calor que tan solo su cuerpo era capaz de transmitirme.
Me quedé en esa posición apropiándome del sentimiento que sus acciones me estaban transmitiendo aun cuando mi mente me ordenaba que no lo hiciese, la verdad es que precisamente ahora, lo que menos me importaba era el golpe de realidad que pronamente se iba a avecinar. No quería saberlo, quería tener esto, aunque fuese por uno segundos. Déjame hacerlo mío, supliqué aun sabiendo que no me correspondía tenerlo.
Mamá...
Lo sé, respondí antes de que Chaeyoung fuese capaz de terminar su frase. Con calma eché mi espalda hacia atrás logrando de esa forma poder romper el cálido vinculo que había formado con la Duquesa durante un par de segundos. En un completo silencio posee mi atención en la contraria notando como ella no dudaba en brindarme una cálida sonrisa mientras que las lágrimas continuaban tranquilamente deslizándose a través de su atractivo rostro, demostrando de esa simple manera que, a diferencia del Duque, ella si era capaz de mantener la compostura.
Digna de ser llamada Gran Duquesa.
Instintivamente tragué saliva.
—... Sé que aún hay muchas cosas de las cuales debemos conversar—decidí retomar la conversación observando como las miradas seguían estando enfocadas en mi cuerpo—pero me estoy quedando sin tiempo—confesé logrando notar la preocupación reflejada en sus facciones.
Sobre todo, por parte de los Duques.
—¿Sin tiempo para qué? —Akira cuestionó mientras que, de forma impulsiva daba un paso hacia mi dirección—¿A dónde piensas ir?, yo no dejaré que te marches con tanta facilidad—agregó sin siquiera tomarse la molestia de tratar de escuchar mis palabras.
La verdad, es que no sabía de que manera debía decirles lo que estaba sucediendo, ¿Cómo les explico el problema con su maldita hija sin exponerme?, me cuestioné sintiendo la fuerza con la que bombeaba mi corazón.
Diles que morirás.
Me quedé quieta, sorprendida de escuchar las tranquilas palabras por parte de Chaeyoung, ¿Qué has dicho?, cuestioné queriendo escuchar nuevamente a mi espíritu.
Si realmente no eres capaz de decirles sobre tu vida anterior, entonces diles que tu núcleo te matará... de todas formas, eso estuvo a punto de suceder.
Lo que ella estaba diciendo realmente tenía sentido, pero... ¿Realmente los Duques podrán aceptar eso?, me cuestioné deslizando mi mirada hacia los adultos notando la ansiedad brillando en sus miradas. De forma impulsiva me relamí los labios, francamente, no tenía mayores opciones.
—... Necesito saber la verdad sobre mi nacimiento—ni siquiera me fui por las ramas, de forma tajante confesé lo que realmente quería provocando que tanto el Duque como la Duquesa me vieran con sorpresa.
—Ya hablamos sobre ese te...
—Me voy a morir—en teoría no era del todo mentira. Rápidamente ellos se miraron entre sí, parecían abrumados—necesito esa información.
—¿D~De que estás hablando? —Akira cuestionó con cierto nerviosismo mientras que yo podía notar como se llevaba sus manos contra su nuca tratando de pensar con mayor claridad—¿Morir? ¿Por qué morirías? —preguntó con su voz haciéndose ligeramente aguda ante el impacto. Sachiko en cambio, simplemente regresó su atención hacia mi rostro, me veía con seriedad, como si estuviese tratando de buscar algún signo de mentira en mi confesión—e~eso no tiene sentido.
—Sana... abandona la habitación.
A diferencia de su exesposo, la Duquesa simplemente mantuvo la calma mientras que se colocaba de pie. En silencio se llevó sus manos a su largo vestido sacudiendo la tela de cualquier micro polvo que pudiese cubrirla, para luego enderezarse manteniendo sus fríos ojos verde oscuro fijos en mi rostro: ella parecía querer atravesar mi cráneo, así que no dudé en deslizar mi atención hacia Sana. Como era de esperarse, ella no quería marcharse, pero a pesar de que deseaba permanecer en el interior de la habitación no tenía el suficiente poder como para ir en contra de las palabras de la Gran Duquesa así que realmente no le quedó de otra más que despegar su espalda de la pared para comenzar a caminar directamente hacia la salida. Cuando Sana abandonó la habitación esta rápidamente se envolvió en un silencio sepulcral. De forma instintiva tragué saliva mientras que me colocaba de pie notando como el Duque seguía con sus manos sobre su cabeza, visiblemente ansioso. Su exesposa en cambio tan solo mantenía la calma con sus ojos fijos en mi cuerpo, posiblemente esperando a que yo decidiera explicarme.
—Separatio—rápidamente la Duquesa relató un hechizo provocando que yo tan solo la mirase—es un conjuro aislante... nadie fuera de esta habitación será capaz de escuchar la conversación—soltó como si no fuese la gran cosa para ella.
Oh... eso es bastante útil.
Chaeyoung no dudó en halagarla mientras que yo simplemente tomaba una buena bocana de aire, creo que así estará bien que ellos sepan de tu existencia, pensé siendo consciente que tenerla a mi lado sería de mayor credibilidad.
—Yo... poseo un espíritu de fuego—confesé logrando ver la sorpresa en sus facciones. Era bastante entendible su sorpresa, no todos los día se decía algo como eso—... Chaeyoung puedes salir—permití notando como ella rápidamente hacia acto de presencia, tomando una figura más pequeña de lo que en si ya era.
Para mi sorpresa, Chaeyoung había decidido adoptar una figura más infantil de lo normal de forma intencionada, posiblemente tratando de llegar a los corazones de los Duques antes de que estos pudiesen llegar a rechazarla.
—Hola...—saludó con cierta timidez mientras que Akira y Sachiko simplemente la seguían observando como si simplemente no pudiesen creer lo que claramente estaban siendo testigos. Instintivamente ella se apegó a mi brazo tras notar como el Duque daba un paso hacia mi dirección posiblemente queriendo ver más cerca el rostro de Chaeyoung—mamá...
Oh... tu lo estas haciendo a propósito, pensé siendo consciente que ella solo estaba jugando al papel de niña adorable.
—¿Esto es lo más cercano que tendremos de un nieto? —Sachiko cuestionó mientras que yo no dudaba en asentir con mi cabeza, probablemente... será tu única nieta, pensé siendo más que consciente que en estos momentos, la probabilidad de obtener un nieto por parte de sus demás hijos era bastante bajas, por no decir nulas—hola pequeña—ella no dudó en saludar a la menor tratando de mantener un tono calmado para no llegar a espantarla—¿Has cuidado bien de mi hija? —preguntó viendo atentamente como Chaeyoung no dudaba en inflar su pecho con orgullo.
Por mero impulso elevé mi mano presionando mi palma sobre su cabeza deslizando mis dedos sobre su sedoso cabello flameante.
—Es gracias a ella que yo sigo con vida—confesé viendo como Chaeyoung giraba su rostro para verme directamente a los ojos. En todo momento mantuvo su actitud infantil, así que realmente no fue para nada una sorpresa el notar como me habia sonreído escondiendo consigo el intenso color de su mirada en sus rojizas pestañas—... ella es quién controla mi inestable núcleo—admití deslizando esta vez mi atención hacia los adultos—pero no podrá estabilizarlo para siempre, por eso necesito saber cómo es que yo realmente nací.
—¿Por qué necesitas saber eso para arreglar tu núcleo? —Sachiko cuestionó mientras que volvía a esa actitud seria. A diferencia del Duque, yo sabía que con ella sería más difícil el poder convencer, pero no iba a darme por vencida, no con tanta rapidez—puedo traer a los mejores conjugadores para que estabilicen tu nuc...
—No funcionará—repliqué manteniendo mi atención fija en sus rostros—créanme... nada funcionara—admití siendo consciente que, sin la ayuda del Anciano Jeonsa, probablemente hubiese muerto hace bastante tiempo o peor aún, siendo consumida con totalidad por la verdadera dueña de este cuerpo—... mi cuerpo rechaza el maná así que quiero saber el porqué de eso—y eso no era del todo cierto, pero los Duques no debían por qué estar informados de esa realidad.
La verdad es que mi cuerpo absorbía muy bien el maná, pero en el fondo sabía que había algo más que maná en mi interior, algo más estaba siendo el responsable de devorar mi energía y no era precisamente Mina quién lo hacía, así que quería saber que era lo que realmente ellos habían hecho para poder traerme a la vida.
¿Qué era eso de lo que tanto se estaban esmerando por esconder?
Sachiko me sostuvo la mirada mientras que el silencio nuevamente nos envolvía. Francamente, odiaba la incomodidad que me generaba el estar en silencio junto a ellos, pero sabía que si quería obtener una respuesta debía esperar con paciencia a que alguno de los dos nuevamente alzase la voz.
—... Hechizo prohibido—ella rápidamente respondió. Solo soltó esas dos palabras mientras que seguía manteniendo aquella seriedad tan propia de su persona.
Yo tras escucharla simplemente amplié mis párpados mientras que veía atentamente como el rostro de Akira se transformaba en un genuino pavor, ¿Hechizo prohibido?, cuestioné aun cuando sabía que era bastante obvio que habían hecho algo parecido ante los libros que tenía en su posesión. ¿Qué dieron a cambio?, y estaba segura de que lo que sea que habían dado de intercambio debía ser lo suficiente fuerte como para traer a alguien a la vida.
¿A quién sacrificaron?
—¡Sachiko! —Akira rápidamente le llamó mientras que, sin siquiera dudarlo decidía acortar la distancia de su cuerpo y el ajeno—esta prohibido el hablar sobre ese tema—le recordó con genuina ansiedad.
Mientras tanto continué en mi sito con mis ojos completamente enfocados en como él había decidido estirar sus manos para sostener el antebrazo de su exesposa. Yo sabía perfectamente que Akira jamás lastimaría a Sachiko, pero aun cuando podía jurar ciegamente su amor hacia ella, fue bastante sorprendente notar la fuerza que había usado para agarrar de su extremidad; la estaba lastimando, pero, aun así, la Duquesa no cambió de expresión, ella me miraba con la misma seriedad de siempre.
—No me importa las consecuencias—respondió mientras que, de un solo movimiento se las arreglaba para liberarse de las manos del Gran Duque. Con calma dio un paso hacia el lado mirando su vestido en búsqueda de alguna arruga, como si no estuviese preocupada por las represalias que podría conllevar la información que acababa de liberar—si puedo salvar la vida de mi hija, entonces no me importa el decir la verdad—agregó demostrando de esa simple manera quién tenía el control de su extraña relación—... cuando llevaba cuatro meses esperándote tuve síntomas de perdida—confesó con sus ojos perdiéndose en un punto muerto de la habitación—tu padre había traído consigo al medico del Imperio Kim, él dijo que te perdería, pero yo me negaba a eso.
—Sachiko....
—Él nos prometió que existía una forma de poder salvarte—ella decidió continuar hablando aun cuando el Duque le estaba llamando. A pesar de que él decía su nombre en señal de advertencia, si que es verdad que ni siquiera se movió, parecía estar paralizado en su sitio, quizás abrumado de lo que estaba ocurriendo—había un hechizo prohibido que nadie tenía el valor suficiente de realizar por las consecuencias que este traería—admitió—... es un tabú traer a la vida a una persona, pero yo no quería traerte a la vida porque tu seguías con vida en el interior de mi vientre.
¿Qué rayos hicieron?, pensé sintiendo como Chaeyoung comenzaba a reaccionar a mi lado, vuelve a mi núcleo, ordené siendo consciente que cualquier reacción por su parte podría poner a la defensiva a los Duques, para mi suerte, ella acató mi orden y de un parpadeo a otro se las arregló para ingresar en el interior de mi cuerpo.
—Sachi...
—Intercambié la gente de nuestro Imperio por tu nacimiento—ella confesó antes de que Akira pudiese finalizar su nombre.
—¿Qué?
Solté por mero instinto mientras que veía como el Duque rápidamente se colocaba frente a su cuerpo tratando de protegerla. Yo simplemente continué estando en mi sitio, viendo atentamente sus rostros tratando de entender la salvajada que acababan de soltar queriendo poder justificar sus acciones, pero no había manera, no había excusa lo suficientemente buena como para validar lo que habían hecho. ¿Por qué?, me pregunté dando instintivamente un paso hacia atrás, ¿Cómo pudieron hacer eso?, y quería entenderlos, quería comprender su obsesión por traer otro hijo más al mundo, ¿Acaso no les bastaba con los que ya tenían?, yo realmente necesitaba una respuesta por su parte.
—¿Por qué? —cuestioné horrorizada notando como Akira había elevado ligeramente sus manos en señal de que me tranquilizara—vendieron a gente inocentes para traer este cuerpo a la vida—los acusé mientras que tomaba grandes bocanadas de aire—¿Por qué? ¿Por qué hicieron eso? Ya tenían a Hyunjin y Eunwoo... ¿Cuál era la necesidad de tener otro más?
¿Cuál era la necesidad de traer a este monstruo?
—Sé que suena horrible... pero por favor comprende nuestra decisión—por fin Akira se atrevió decir algo, pero yo tan solo sacudí mi cabeza en negación mientras que llevaba una de mis manos contra mi frente tratando de disipar el malestar—teníamos que hacer algo... ibas a morir.
—¿Comprender? —cuestioné bajando bruscamente de mi mano para ver la expresión dolorosa que el Duque acababa de realizar—¿Qué quieres que entienda? —pregunté sintiéndome agitada por la situación—ustedes trajeron a un monstruo.
—¡Mina!
—¡Mina que! —bramé dando otro paso hacia atrás sintiéndome agobiada por todo lo que acababa de escuchar. La verdad, es que no podía creer que estas amables personas hubiesen decidido llegar hasta ese extremo. ¿Tan desesperados estaban de tener otro bebé?, me cuestioné manteniendo mi atención fija en ellos—¡Saben que lastimé a muchas personas! ¡Este cuerpo jodió a mucha gente inocente! ¡Y todo por su egoísta decisión!
Nayeon... Sana... tanta gente que estas manos lastimaron, tantas personas que fueron heridas por culpa de las decisiones de la dueña de este cuerpo, todo por su culpa, todo por su egoísmo.
Podía sentir como mis manos habían comenzado a sacudirse ante la ansiedad.
Mamá... debes calmarte.
Lo sabía, sabía que debía hacerlo, pero no podía lograrlo, simplemente mi cabeza era incapaz de entenderlos.
—No voy a pedir perdón—para mi sorpresa Sachiko fue quién decidió nuevamente retomar la conversación obligándome a tener que mirar su rostro, ¿Es en serio?—me puedo arrepentir de muchas cosas en esta vida... pero yo jamás me voy a arrepentir de haber logrado traerte a la vida—confesó mientras que yo, de forma impulsiva fruncía mis cejas.
—¡Vidas! ¡Miles de vidas a cambio de una! ¡¿Cómo pudieron?! —alcé la voz tratando de hacerlos entrar en razón. Estaba desesperada en poder escuchar, aunque sea un arrepentimiento por su parte, pero ellos se veían tan serios, tan decididos en ir hasta el final que me desesperaban—...—me quedé en silencio apretando mis labios al punto de que comenzaba a lastimarme—¿Y si me transformo en un monstruo que termina asesinando a todo lo que amo? —cuestioné con un hilo de voz viendo como ellos simplemente se volvían a mirar, para luego sacudir su cabeza en negación.
—Jamás harías algo como eso—ambos afirmaron a la vez.
Estos son unos idiotas, pensé apretando con fuerza de mis puños, ni siquiera conocen a su propia hija, y sentía como la ansiedad comenzaba a causar estragos en el interior de mi cuerpo. Rápidamente apreté mi quijada dando nuevamente otro paso hacia atrás, siendo consciente que si perdía el control mi puño podía terminar en la mejilla del Duque igual que nuestro primer encuentro. Es que... ¿Cómo no se dan cuenta?, me cuestioné teniendo hasta ganas genuinas de romperme a llorar, ¿Cómo no notan que no soy su verdadera hija?, ¿Cómo están tan cegados?, y no lo entendía. Juro por Dios que no podía entenderlo.
Madre no pienses en es...
¿Y si en realidad... yo quedé en este cuerpo por su culpa?, ¿Y si todo esto se debe a ese maldito hechizo prohibido?
Por impulso me llevé los dedos a la boca comenzando a morder mis cortas uñas.
—H~Hija...
¿Podré remediar el error?
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro