Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Un minuto más

Recomendación: Lana del Rey - Without You

Pov: Myoui Mina.

Después de nuestro encuentro, Nayeon no dudó en tratar de ayudarme secando mi cuerpo con la ayuda de una toalla, a pesar de que yo insistí en ser capaz de hacerlo por mi misma, ella parecía no estar dispuesta en dejarme hacer la tarea por mi cuenta, así que simplemente no me quedó de otra más que aceptar su ofrecimiento. Durante todo ese proceso me mantuve en un completo silencio sintiendo el rostro caliente ante la vergüenza, francamente, ni siquiera era capaz de mirarla a la cara sin recordar lo que habíamos realizado en el interior de la bañera. Si debo ser completamente sincera, aún no había transcurrido el tiempo suficiente como para que yo fuese capaz de olvidar el intenso y provocativo sonido que su cuerpo instintivamente había liberado cada vez que yo la tocaba, podía sentir su caliente respiración chocando directamente contra la piel expuesta de mi cuerpo como si tuviese temor de tocarme con sus propios labios, recordaba a la perfección cada momento que compartimos en el interior de esta habitación, desde los detalles más pequeños hasta los recuerdos que ninguna de las dos debería confesar a viva voz. Instintivamente llevé mi mano contra mi rostro sintiendo que tarde o temprano mi cabeza explotaría ante lo que estaba recordando, que vergüenza, llegué a pensar en su momento sintiendo las orejas completamente calientes mientras que, de fondo había logrado escuchar como la Emperatriz no dudaba en comenzar a reír tras notar mi patético intento por ocultar mi reacción.

Es una sinvergüenza, pensé sintiéndome ligeramente incomoda a la hora de caminar; no daré explicación del porqué de este malestar.

Cabe recalcar que mi cabello nuevamente regresó a ese intenso color rubio dorado tan propio de mi cuerpo, la verdad, es que no esperaba una reacción por parte de mi acompañante, creí que no sería algo de importancia, pero para mi sorpresa, me vi en la obligación de mantener la distancia tras notar como ella daba la impresión de estar bastante interesada en tratar de mantener sus finas y frías manos posadas sobre mi cuerpo, a pesar de que no lo verbalizó, había sido bastante evidente su deseo por querer revivir la llama que aun parecía estar tenuemente encendida, dame un respiro, supliqué dando un par de pasos hacia atrás. La miré en un completo silencio notando como se sentaba en el borde de la bañera sin siquiera molestarse en tratar de cubrir su desnudez; era tal el grado de intensidad con la que sus ojos dorados me estaban observando que estaba completamente segura de que no sería capaz de hacerle frente sin que mis piernas terminaran por flaquear: ella sin siquiera intentarlo estaba dejando en exhibición una intensa dominación. Cuidando de mi integridad física decidí cubrir mi torso con una larga toalla blanca, aun sabiendo lo que ella provocaba en mi interior, no pude evitar que mis ojos volvieran a enfocarse sobre sus atractivas fracciones, por mero impulso tragué saliva observando de forma atenta la manera en que ella había tomado uno que otro mechón de su corto cabello negro, parecía despreocupada, como si el hecho de que continuase estando desnuda no fuese una razón que conllevase su interés, no la puedo entender, pensé sintiendo la fuerza con la que mi corazón seguía latiendo. Bruscamente parpadee tras notar como ella sin mucho interés decidía alzar nuevamente de su mirada permitiendo que nuestros ojos nuevamente se encontrasen. Ella no dijo nada, tan solo me sostuvo la mirada esperando quizás a que yo hiciese algo, no soy tan valiente..., pensé mirando hacia otra dirección logrando notar por el rabillo de mis ojos como ella no tardaba en sonreír, quizás divertida de provocar esa reacción en mí.

Para mi buena suerte fue cuestión de minutos para que termináramos abandonando la habitación, obviamente ambas siendo cubiertas por una toalla personal. Gracias al cielo, Chaeyoung de alguna u otra manera se las arregló para despejar el pasillo, debo confesar que no cuestioné la manera, mucho menos el método, en que ella había logrado ahuyentar a las personas que generalmente debían transcurrir por este lugar, sinceramente, sentía que el simple hecho de preguntar me causaría tarde o temprano dolor de cabeza, así que decidí simplemente dejarlo pasar. En un completo silencio deslicé mis orbes hacia su dirección notando rápidamente la alegría que sus facciones estaban manteniendo mientras que, entre sus brazos continuaba sosteniendo mi espada sin intenciones de querer dejarla en libertad, y pensar que la dueña de esa cara alegre no siente remordimiento a la hora de asesinar, pensé al mismo tiempo en que estiraba una de mis manos para presionar mi palma directamente sobre su rojizo cabello, ni siquiera le expliqué el por qué, con calma revolví su melena logrando que ella simplemente aceptara mis acciones sin quejarse de ello aun cuando era evidente que estaba realizando una acción irritante. Lo siento, instintivamente me disculpé a pesar de que sabía que ella no se había quejado. Hice mi mejor esfuerzo para mantenerme serena, pero era difícil el mantener la calma cuando nuestros pasos era el único sonido que llenaba el pasillo, por mero impulso di un paso hacia el lado tratando de brindarle más espacio personal mientras que mi miraba nuevamente recaía en la Emperatriz notando como ella se mantenía del otro lado con sus ojos dorados fijos en lo que tenía en frente.

Parpadee ligeramente aturdida ante el semblante serio que poseía su rostro. Ella era atractiva. La verdad es que Nayeon siempre había sido atractiva, desde el primer día que la conocí supe que sería alguien difícil de olvidar, se sentía como un malicioso hechizo, realmente era imposible el despegar tu mirada de su rostro, era un sentimiento abrumante, como si algo más te hiciese el querer adorarla. Instintivamente volví a tragar saliva manteniendo en todo momento mi atención fija sobre su perfil, francamente, ni siquiera estaba tratando de ocultar mi interés hacia ella, ¿Cuántas personas rechazaste?, me cuestioné siendo consciente que los pretendientes debieron caer como la lluvia en un día tormentoso. Me siento afortunada, y mi corazón se sentía cálido, quizás tras comprender que de todos los pretendientes ella voluntariamente decidió estar conmigo, aun cuando yo no era el mejor partido.

Sabía que podía conseguir algo mejor, pero no quería que lo hiciese. La quería para mí, que me amase solo a mí, que sus ojos no encontrasen nada más que adorar que no sea mi cuerpo. Este sentimiento era tan extraño como aterrador, por primera vez estaba experimentando lo más cercano al egoísmo y la posesión, era algo tan impropio de mi personalidad que me llegaba a asustar, pero aun cuando sabía que estaba experimentando algo extraño, no quería dejarlo ir.

Estaba enamorada.

Estúpidamente enamorada de la Emperatriz Nayeon.

Sin ningún inconveniente Chaeyoung nos escoltó hasta que ambas logramos llegar a la habitación de la Emperatriz, ella, en un completo silencio me observó, no dijo nada, ni siquiera a través de mis pensamientos, pero aun cuando su boca se mantuvo sellada, yo pude notar lo que estaba pasando por su cabeza; ella esperaba que nos volviéramos a reconciliar con Nayeon, quédate afuera, ordené ignorando por completo lo que sus ojos rojizos me habían transmito, porque sabía que eso solo empeoraría mi vergüenza.

Tras ingresar lo primero que hice fue caminar en dirección de la cama donde rápidamente tomé asiento, Nayeon en cambio tan solo cerró la puerta sin antes preguntarle a Chaeyoung si estaba bien con esperar, ella evidentemente tenía más tacto a la hora de dirigirse a mi espíritu logrando que yo recibiera un regaño por parte de la menor. Tsk... si supieras la clase de persona que es, pensé mientras que cruzaba mis brazos por debajo de mi pecho notando como la Emperatriz tranquilamente caminaba hacia el ropero. Ella ni siquiera se molestó en tratar de llenar el silencio de la habitación, con calma rebuscó en el interior del mueblo algo que yo pudiese utilizar mientras que yo continuaba observando su cuerpo cubierto.

—Atrapa esto—rápidamente ella comentó mientras que se giraba lanzándome una camiseta junto con un pantalón—... son de tu hermano—aclaró tras notar la manera en que yo había inspeccionado el material, ¿Por qué tienes esto?, me cuestioné sin poder evitar el fruncir mi ceño—no comiences—ordenó sin vacilar al mismo tiempo en que emprendió camino en dirección de donde yo me encontraba con un bonito vestido posado sobre sus delgadas manos.

En el momento que llegó a mi lado no dudó en dejar su vestido posado aun lado de mi cuerpo para poder sorprenderme acortando la distancia de nuestro cuerpo tras inclinarse. Yo me paralicé en mi sitio observando de forma atenta la manera en que ella había estirado una de sus manos presionando nuevamente su dedo indice sobre mi mentón, logrando sin mucho esfuerzo el dejarme indefensa. Sus ojos dorados eran tan intensos como los rayos del sol en pleno verano, durante todo momento se mantuvieron enfocados en mis facciones como si no tuviesen interés en nada más que no fuese mi rostro. Sinceramente, no pude evitar el sentirme sofocada aun cuando era consciente de que ella no estaba haciendo gran cosa.

—... Eres adorable, sobre todo cuando los celos te dominan—confesó en un suave susurro. Yo instintivamente entreabrí los labios tratando de excusarme, pero mi cerebro estaba completamente en blanco—pero es estúpido el sentir celos... sobre todo por Hyunjin—admitió al mismo tiempo en que deslizaba su pulgar por sobre mi mentón agarrándome con cierta firmeza, como si no quisiera que despegase mi mirada de la suya—a mi no me gustan los chicos—admitió aun cuando yo jamás había preguntado por sus preferencias—y si en algún momento me llegasen a gustar el prerrequisito para estar conmigo es que deban poseer tus facciones... ojala tu cara—aclaró sin una pizca de burla en sus palabras—pero sobre todo tus sentimientos... deben amarme con la misma intensidad con la que tu me amas, y demostrarlo, de la forma más tonta e infantil que se pueda, pero a la vez lo suficientemente tosca y hostil para considerarlo una dulce tortura.

—Lo sé—admití con un hilo de voz—... sé que no debo, pero no pude ocultar lo que siento—confesé siendo consciente que no debía siquiera estar pasando por estas emociones cuando claramente yo había hecho cosas peores en su ausencia.

No es lo mismo.

Chaeyoung trató de replicar lo que mis propios pensamientos me estaban constantemente culpando, tras escucharla, no pude evitar el apretar intensamente de mi quijada, sintiéndome molesta de que ella estuviese prestando atención a lo que ocurría en el interior de esta habitación, claramente si es lo mismo, fue lo primero que pensé tratando de hacerle entender que las acciones que cometí, a pesar de que fueron realizadas netamente para protegerla, jamás podrían llegar a justificar el hecho de que yo había permitido que mis sentimientos afloraran hacia Bom; había engañado a Nayeon, ese era la única verdad, y no escuches esta conversación, ordené siendo consciente que ella no sería capaz de ir en contra de mis palabras, mantente cuidando la puerta, fue todo lo que comenté regresando mi atención hacia la Emperatriz notando como sus ojos dorados por nada del mundo se habían atrevido a despegarse de mi cuerpo.

—Te amo Mina—como era de esperarse Nayeon se las arregló para nuevamente conseguir que mis orejas se enrojecieran; ella ni siquiera parecía avergonzada de su confesión—te amo tanto que mis sentimientos fácilmente podrían transformarse en un peligro para el Reino—confesó al mismo tiempo en que se inclinaba presionando suavemente sus labios sobre la comisura de mi boca logrando arrebatarme el aliento—... yo te protegeré con todo lo que tengo, no importa si debo arriesgarlo todo, yo jamás dejaré que te lastimen.

Ella estaba soltando palabras difíciles de poder manejar, porque ella no tenía ni la menor idea del futuro que nos deparaba, ni siquiera yo era consciente de la oscuridad que se avecinaba. Nayeon hablaba con confianza, como si estuviese pensando seriamente en protegerme de todo aquel que tratase de dañarme, es un pensamiento infantil, pensé elevando suavemente de mis comisuras tras comprender la situación. Tú no puedes protegerme de ese demonio, admití siendo más que consciente que nadie, ni siquiera yo quién había logrado mejorar exponencialmente su núcleo, me veía capaz de poder detener al monstruo que se mantenía encarcelado en mi interior si es que este decidía escapar. Era terrorífico, la verdad es que la simple idea de imaginar a Mina obteniendo el control total de su cuerpo me aterraba, así que sabía que debía buscar-aun cuando todo parecía estar en mi contra-, una solución lo suficientemente óptima para poder impedir que ella termine destruyendo este mundo o peor aún, que destruya lo que yo tanto estaba tratando de proteger.

Durante los primeros minutos nos mantuvimos en un completo silencio, ¿Desde cuándo el silencio era tan ruidoso?, me cuestioné tragando impulsivamente saliva mientras que podía sentir la manera en que ella deslizaba su pulgar suavemente sobre mi mentón brindándome un cariño lo suficientemente inocente para sacudir mis emociones. Francamente, tenía mucho que decir, quería confesar tantas cosas, pero mis palabras tan solo no querían brotar de mi garganta, así que me mantuve en mi sitio con mis labios completamente sellados notando como ella, de un momento a otro decidió tranquilamente soltar de mi mentón para poder enderezar su fina espalda.

—Traeré a los guardias—aclaró dando un paso hacia atrás—te daré el tiempo suficiente para que puedas disfrutar de su compañía—agregó sin mostrarse muy preocupada por como ellos fuesen a reaccionar—mientras tanto me quedaré junto a tu hermano, debo arreglar el desastre que mi padre ha dejado—comentó dando otro paso hacia atrás provocando que yo instintivamente me inclinara agarrando toscamente de su delgada muñeca.

La verdad es que ni siquiera sé el por qué había realizado esta acción, mi cuerpo simplemente se movió por mero impulso, como si rechazase la idea de que ella se quedara a solas con Hyunjin. Nayeon rápidamente decidió permanecer en un completo silencio deslizando suavemente su mirada de su muñeca hacia mi rostro como si estuviese tratando de comprender lo que me estaba sucediendo, aun cuando claramente, sabía el por qué me estaba comportando de esta manera.

—No me sostengas de esta forma—pidió con cierta suavidad mientras que se llevaba su mano libre contra mi muñeca, sin ejercer presión, sin siquiera tratar de alejarme, tan solo sosteniéndome sin más—recuerda que solo nos separa una fina toalla... no me obligues a tener que retenerte en el interior de estas cuatro paredes—finalizó con una suave sonrisa.

Yo, tras escucharla no pude evitar el ampliar mis párpados mientras que, de forma brusca, casi impulsiva, decidía soltar de su muñeca notando como ella ni siquiera se molestaba en tratar de ocultar su brillante mirada burlona.

—Lo siento... —decidí disculparse sintiendo el rostro completamente caliente.

Nayeon no dijo nada, ella simplemente decidió soltar su toalla para rápidamente tomar su vestido. No parecía importarle que mis ojos estuviesen sobre su cuerpo, en realidad, estoy completamente segura de que esa era su intención real. Por mera vergüenza miré el suelo, escuchando como ella sin siquiera tratar de ocultarlo chasqueaba su lengua contra su paladar como si estuviese frustrada de mi comportamiento, yo... verte es demasiado, pensé sintiendo la fina capa de sudor cubriendo con casi totalidad de mi espalda.

—No permitiré que ellos te vean desnuda, así que será mejor que comiences a vestirte—aclaró mientras que terminaba de arreglar los detalles de su nueva prenda. Yo, tras escucharla no dudé en alzar mi mirada viendo la seriedad en su expresión—no tengo ropa interior limpia para ti, así que abrocha bien ese pantalón—ordenó apuntando la prenda que estaba a mi lado, rápidamente asentí con mi cabeza al mismo tiempo en que mis piernas decidían levantar por completo de mi cuerpo—debes tener cuidado... sobre todo de las manos de mis guardias—agregó mientras que yo tomaba el pantalón para comenzar a vestirme sintiendo sus ojos fijos en mi cuerpo—... sentiré celos si muestras demasiado afecto por Hyeon, esa rata a pesar de que ha madurado sigue enamorado de ti.

Yo la miré con cierta sorpresa; era imposible que Hyeon continuase teniendo sentimientos por mi persona, estaba segura de ello.

—... Claramente Hyeon ya no esta enamorado de mi—aclaré tratando de restarle importancia al asunto, pero tras notar la manera en que ella se me había quedado viendo, supe que realmente no estaba en lo cierto—¿Realmente él no me ha olvidado? —cuestioné sin poder creer que eso fuese verdad.

Con calma, Nayeon se cruzó de brazos mientras que sus ojos veían como yo había envuelto mi espalda con la ancha camiseta comenzando a botonar cada uno de los botones hasta cubrir suficiente piel como para poder quitar la toalla que aún seguía adherida a mi torso.

—Por si no lo habías notado... existe una larga fila de todas las personas que quieren tener algo contigo—aclaró sin poder evitar el sonreírme con falsedad, como si estuviese haciendo su mejor intento por ocultar lo mucho que odiaba el que yo llamase la atención del publico en general—claramente yo estoy de las primeras, y espero seguir siendo la principal hasta el fin de nuestros tiempos—agregó afirmando su posición como dueña de mi corazón, no lo pongas en duda, pedí manteniéndome en mi sitio—... en fin, realmente ninguno de los que está en lista de espera me suponen un problema, tengo la suficiente confianza para lograr captar tu atención, así que no me importa si ellos tratan de conquistarte—admitió encogiéndose de hombros—al final del día, yo seré quién este en tu habitación.

—¿Desde cuando eres tan confiada? —cuestioné sintiendo la nuca caliente.

—Desde que comprendí lo fácil que era el perderte—admitió dando un paso hacia mi dirección, ni siquiera trató de avisarme, con cierta rapidez se inclinó presionando vagamente sus labios contra mi quijada; me estaba tentando, quizás queriendo ver hasta donde llegaba mi fuerza de voluntad—... pórtate bien—pidió al mismo tiempo en que se alejaba de mi cuerpo, permitiendo que yo llevase una de mis manos contra mi piel tratando de ocultar la sorpresa que me había causado sentir su contacto—nos veremos después.

Yo no fui capaz de hablar, así que simplemente la vi caminando hacia la salida. Sus brillantes ojos dorados me dieron un último vistazo mientras que sus largos y finos dedeos que anterior habían estado sobre mi cuerpo, no dudaban en aferrarse al contorno de la puerta. Nos miramos sin decir absolutamente ningún tipo de comentario, la verdad es que no hacía falta alzar la voz para que ambas fuésemos conscientes de lo que estaba pensando la otra; nos echábamos de menos, aun cuando seguíamos estando en la misma habitación. Nayeon no dudó en brindarme una cálida sonrisa, era tan extraño verla así, en mis frágiles memorias eran contado con los dedos las veces en que había conseguido ver la felicidad en su rostro, quizás por esa misma razón me abrumaba con tanta facilidad.

Deseaba proteger esa sonrisa.

Me quedé completamente sola en el interior de la habitación, rápidamente los nervios comenzaron a jugarme una mala pasada, no estaba preparada, esa era la verdad, no estaba para nada preparada para ver el rostro de mis caballeros sin recordar todo lo que habían perdido a causa de mis carentes habilidades como capitán. Oh... pensé mientras que agachaba mi mirada observando la forma en que mis manos habían comenzado a sacudirse, probablemente a causa del estrés postraumático que había vivido en mi vida anterior, yo no lo he olvidado, acepté llevándome mis dedos contra mi rostro tratando de ocultar la sonrisa nerviosa que brotó de mi interior, yo... jamás podré olvidar lo que mis acciones provocaron, y no era momento, mucho menos el lugar para que la culpa comenzase a consumirme. Debía mantener la calma, si ellos decidían ingresar a la habitación, tendré que dar una buena explicación, tendría que pedir disculpa, quizás de rodillas si era necesario, pero debía hacerme cargo del daño que había causado.

—No puedo creer que Nayeon hubiese decidido marcharse con un completo extraño—mi cuerpo se tensó tras oír a través del pasillo la característica voz de Jackson resonando en el interior.

—Todos aquí somos conscientes de que la Emperatriz no se caracteriza por ser una persona impulsiva, así que muy probablemente se comportó de esta manera por alguna razón en específico... como caballeros y sus más fieles súbditos solo debemos esperar a que ella decida contarnos lo que esta sucediendo—como no Felix no tardó en responder en defensa de Nayeon mientras que yo podía sentir la fuerza con la que había comenzado a latir mi corazón—no se atrevan a poner en duda su comportamiento, no tenemos siquiera el mismo estatus como para atrevernos a cuestionar—hablaba con una seriedad que no pude evitar el sorprendente.

Él había cambiado.

Chaeyoung, escóndete en mi núcleo, ordené siendo consciente que si ellos llegaban a notar su presencia no dudarían en atacarla.

—A mi en verdad me da igual—Hyeon respondió con cierta indiferencia mientras que yo instintivamente comenzaba a verificar que la ropa que llevaba puesta estuviese bien abotonada—mientras reciba mi paga, no me importa lo que haga.

Estaba ansiosa.

—Dile eso a tu cara—Jungkook respondió con un deje de diversión en el tono de su voz—de todos eres el que más molesto se ve—aclaró sin siquiera preocuparse en ver una mala reacción por parte de Hyeon.

Me mantuve en mi sitio observando atentamente como la puerta lentamente comenzaba a abrirse.

—Vete a la mierda—tal parece que el lado juguetón de Hyeon había muerto con el pasar de los años. Sinceramente, no sabía que hacer, sabía que prontamente ingresarían, pero no tenía el suficiente valor como para poder darles la bienvenida—quién se veía más fastidiado definitivamente era el cabrón de Yun... —decidió acusar al mismo tiempo en que se abría paso en el interior de la habitación.

Sus ojos rápidamente se encontraron con los míos, ese tono miel que emanaba de su mirada se paralizó al igual que todo su cuerpo tras notar mi presencia. Él no podía creer lo que claramente estaba siendo testigo.

—Eso no es... ¡Auch!

Pude escuchar la manera en que Yun se había quejado tras chocar con la ancha espalda de Hyeon, quién a simple vista parecía ser completamente incapaz de poder alzar la voz o siquiera moverse para permitir que el resto de sus compañeros fuesen capaces de ingresar en la habitación. Francamente, Hyeon parecía ido, como si estuviese reviviendo una de sus tantas pesadillas, no pongas esa expresión, supliqué tras notar la angustia emanando de sus ojos, daba la impresión de que se echaría a llorar tal cual lo haría un bebé.

—Mierda... Hyeon, ¿Qué mierda te sucede deteniéndote tan repentinamente? —el chico cuestión tras el golpe. Francamente, fue cuestión de meros segundos para ver como sus ojos castaños lograban enfocarse en mi persona tras colocarse de puntillas—...¿Q~Qué?

Eso fue todo lo que dijo mientras que Felix bruscamente empujaba a Hyeon obligándolo a tener que hacerse a un lado para dejarlo ingresar.

—Mina...—Felix fue el único que se atrevió a alzar la voz de entre todos sus compañeros.

Me sorprendió notar como Hwan ingresaba en la habitación, aunque este solo se atrevió a dar uno que otro paso en el interior hasta que sus rodillas terminaron colisionando contra el suelo. Se quedó en silencio, su intensa mirada azulada me veía a través de su blanquecino flequillo que cubría casi por completo su ojo izquierdo, parecía abrumado, en realidad, no sería para nada una sorpresa si lo veía echarse a llorar. Jungkook y Jackson se mantuvieron en su sitio, a simple vista daba la impresión de que se encontraban igual de sorprendidos como lo estaba el resto, pero no se atrevieron a ingresar en el mismo espacio en el que yo me encontraba, como si les preocupara que su ingreso pudiese causar mi desaparición. ¿Dónde están Iseul y Myeong?, me cuestioné tras notar como solo había notado la presencia de seis de mis once caballeros, espera... me negaba a creer la posibilidad de que ellos hubiesen fallecido; no había manera de que hubiese más bajas de las que creía. No, no lo iba aceptar con tanta facilidad hasta que alguno de ellos me lo confirmase. Decidí enfocarme en Hyeon y Yun notando como ellos si se atrevieron a ingresar, pero no fueron capaces de acercarse más, mantuvieron en todo momento sus ojos enfocados en mi cuerpo, posiblemente tratando de entender como era posible que yo estuviese ahora mismo en el interior del cuarto de Nayeon sin ningún tipo de rasguño visible.

—Hola—rápidamente decidí saludar sin poder ocultar lo incomoda que me sentía—ha pasado bastante tiempo, eh—traté de llenar el silencio de la habitación mientras que veía la forma en que Felix tragaba saliva mientras que acortaba la distancia de su cuerpo y el mío dando un par de grandes zancadas con claras intenciones de querer alcanzarme.

—Mina...—Felix volvió a llamarme mientras que bruscamente se detenía frente a mí, como si hubiese recordado quién realmente yo era—... señorita—se atrevió a usar honoríficos para tratarme. Yo lo miré con cierta sorpresa—me alegro de que esté con vida.

—... No es necesario usar honoríficos conmigo—aclaré al mismo tiempo en que podía observar por el rabillo de mis ojos como Hyeon en un completo silencio comenzaba a caminar hacia mi dirección—sabes que nunca me gustó eso.

—Hazte a un lado—fue todo lo que Hyeon comentó empujando toscamente el hombro de Felix para poder estirar la única mano que conservaba hacia mi muñeca. A pesar de que claramente yo podía reaccionar a tiempo, de todas formas, decidí no hacerlo y simplemente dejé que el agarrase de mi extremidad para luego tirar de mi hasta lograr que mi frente chocase contra su hombro—... gracias al cielo—lo escuché murmurar mientras que su palma se adhería contra mi nuca—Mina... M~Mina...—susurró una y otra vez mi nombre con cierto temblor en sus palabras finales—g~gracias... muchas gracias.

—Hyeon no puedes faltarle el respeto de est...

—Esta bien—decidí interrumpir a Felix siendo consciente que era entendible su reacción—... esta bien—repetí mientras que presionaba una de mis palmas contra la ancha espalda de Hyeon escuchando su suave llanto tratando de ser callado con mi propio hombro—todo está bien—agregué dándole ligeras palmas en un vano intento por tranquilizarlo.

—Yun... ¿A dónde vas? —Jackson cuestionó provocando que yo mirase por sobre el hombro de Hyeon como el castaño habia dado media vuelta comenzando a caminar hacia la salida sin siquiera molestarse en darme un vistazo—oye...—trató de detenerlo agarrando de su hombro, pero el menor de un solo movimiento logró zafarse de su agarre.

—No me toques—Yun gruñó mientras que seguía caminando hacia la salida.

Yo entendía perfectamente su reacción. Realmente no iba hacer una tarea fácil el volver a tener contacto conmigo sin que yo fuese un constante recordatorio de la muerte de su hermano gemelo. Por impulso entreabrí los labios queriendo disculparme, queriendo suplicar su perdón, pero en el fondo sabía que no existía palabra suficiente que pudiese lograr llenar el vacío que Jun dejó ante su muerte: no había forma de que yo pudiese traerlos a la vida, así que sabía que merecía recibir su rechazo.

—No la toques más—para mi sorpresa Hwan se las arregló para acercarse sin que yo notase su presencia, ¿Qué tan fuerte se han vuelto?, me cuestioné mientras que veía como él agarraba toscamente de la solapa del traje de Hyeon haciéndolo retroceder—...lo siento—se atrevió a disculparse haciendo una suave reverencia provocando que el resto de los chicos no dudaran en seguirle.

—E~Espera... no es necesario—aclaré elevando mis manos para restarle importancia al asunto—realmente no merezco este trato—admitió notando como él no dudaba en inclinarse atrapándome entre sus grandes brazos—... ¿Hwan? —cuestioné sorprendida de sentir sus pectorales chocando directamente con mi rostro.

¿Siempre fue así de alto?, me cuestioné mientras que podía oír la fuerza con la que estaba latiendo su corazón.

—Sé que no es correcto... pero no me aleje—él respondió al mismo tiempo en que me estrujaba en sus brazos como si temiese perder mi contacto—... solo deme un segundo hasta que pueda aceptar la realidad—pidió con cierta tranquilidad.

Esta bien... en el fondo era consciente de que ellos merecían tener este momento, así que no lo alejé. 

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro