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Solo un segundo

Pov: Myoui Mina.

Limpié con cierta agresividad mis húmedas mejillas en un vano intento por detener el visible malestar que me golpeaba sin parar mientras que mi entrecortada y patética respiración hacia ecos en el interior de la habitación, dejando en evidencia lo mucho que me había afectado la noticia. Francamente, una parte de mi no podía evitar el sentirme avergonzada, había transcurrido tanto tiempo de la ultima vez que pude expresar libremente como me sentía que llegó un punto en que comenzaba a incomodarme, como si simplemente el reaccionar de esta manera no fuese algo permitido para mí.

Por mero impulso tomé una buena bocanada de aire inflando mi pecho al punto en que se comenzaba a ser doloroso. Francamente estaba haciendo lo mejor que podía para poder controlarme mientras que sentía como los ojos ajenos seguían estando completamente enfocado en cada uno de los movimientos que yo realizaba; a pesar de que no estaban haciendo ningun tipo de comentarios hacía mi persona yo sabía que en el fondo simplemente no habían dejado de juzgarme. Vamos... detente, supliqué con mis manos presionadas sobre mis facciones, pero estas no fueron suficiente para detener las cálidas lágrimas que seguían deslizándose sobre mi piel, logrando tocar sin ningún tipo de dificultar el contorno de mis dedos, por favor... es suficiente.

Solo después de unos segundos pude lograr realmente el controlarme.

Decidí tomar nuevamente otra gran bocanada de aire mientras que bajaba las manos de mi rostro permitiendo de esa manera que el resto de los invitados fuesen capaces de ver mis mejillas sonrojadas siendo acompañadas por el contorno irritado alrededor de mi mirada.

—... He perdido los estribos, pido una disculpa—decidí romper el silencio en la habitación al mismo tiempo en que presionaba el dorso de mi mano izquierda por debajo de mi nariz tratando de borrar cualquier rastro de llanto que pudiese quedar en mi—... responderé cualquier duda que tengan.

La repentina tensión en el ambiente no mejoró en el momento en que hablé, en realidad, estaba segura de que simplemente había empeorado.

—¿Quién eres? —para mi grata sorpresa fue Bom quién se atrevió a alzar la voz provocando que rápidamente mis ojos se enfocaran en su rostro notando la manera en que ella me estaba viendo: parecía genuinamente dolida.

No supe que decir, asi que simplemente me quedé en silencio tratando de asimilar el hecho de que ella sería quien peor lo iba a pasar... todo por mi culpa.

—... Mi verdadero nombre es Mina... Myoui Mina.

Tomé la decisión de terminar de una buena vez con toda esta farsa tratando de ser lo más sincera posible. Cabe aclarar que mi mirada en todo momento estuvo completamente enfocada en Bom notando claramente la forma en que ella decidía dar un par de pasos hacia atrás genuinamente aturdida por la repentina confesión que había brotado de mis labios. Por mero instinto di un paso hacia adelante observando como ella rápidamente elevaba su mano en señal de que no me moviera.

La verdad es que esperaba su reacción, lo que no esperaba era que mi cabello regresara a ese rubio plateado propio del linaje Myoui. Como era de esperarse rápidamente enfoqué mi atención en los largos mechones rubios que caían sobre mis redondos hombros, por impulso agarré uno que otro mechón tratando de entender el por qué el color había vuelto en mí, espera... ¿Por qué siquiera era de color negro?, me pregunté sin ser capaz de poder recordar la razón que me llevó al cambio. Francamente, este no era el momento indicado para poder dar respuesta mis dudas, claramente había cosas más importantes que dar una explicación al cambio de color en mi cabeza, así que simplemente regresé mi atención hacia Bom notando como ella parecía estar lo suficientemente abrumada que no sería para nada una sorpresa que tuviese un colapso.

Preocupada de que ella fuese capaz de lastimarse, decidí quedarme en mi sitio en un vano intento por no empeorar lo que claramente ya había lastimado.

—... Provengo del Reino Im y soy parte de la Nobleza... específicamente hija de un Duque—agregué luego de estar durante unos segundos en un completo silencio analizando las reacciones que Bom estaba teniendo por culpa de mis palabras.

—¿Qué tipo de relación tienes con esa tal princesa Nayeon? —Jinyoung no dudó en cuestionar.

Ese mocoso realmente sabía como lastimar.

Por mero impulso mi quijada se apretó afinando ligeramente las facciones de mi cara dándome por fin un aspecto más maduro. Bien, yo era completamente consciente que si lo deseaba podía tan solo omitir gran parte de la historia, ya que realmente gran parte de lo sucedido no era precisamente mi culpa, pero sabia que nadie, mucho menos Bom merecían eso, así que tan solo me llevé los dedos contra mi nuca sin saber que había recuperado un reflejo ansioso que hace mucho tiempo había olvidado. A pesar de que realmente no era mi intención, mi mirada nuevamente fue aparar en dirección del cuerpo de Bom, aun cuando realmente no quería verle, mis orbes se las arreglaban para hacer lo que querían enfocándose por completo en sus delicadas facciones, como si su mera existencia estuviese acaparando toda mi atención.

Era hipnotizante.

Solo me bastó observar su lastimada expresión para decidir que ella no merecía recibir más mentiras, mucho menos viniendo por mi parte.

Tan solo no era justo... no para ella.

—... Es mi prometida... o por lo menos lo fue por mucho tiempo.

No dudé en cambiar mi respuesta siendo consciente que no debía olvidar que habían pasado exactamente cuatro años desde la última vez que vi a Nayeon; había transcurrido el suficiente tiempo como para que no fuese tan ingenua de creer que todo seguiría estando igual. Como era de esperarse el chico simplemente amplió sus párpados sorprendido de oír mi confesión mientras que yo podía sentir como Bom de un solo movimiento se las arregló para acortar la distancia entre nuestros cuerpos consiguiendo agarrar de forma brusca mi camiseta en un vano intento por tratar de lastimarme.

Me quedé en un completo silencio viendo atentamente la manera en que ella apretaba de mi camiseta con su mirada agachada tratando desesperadamente de ocultar como las lágrimas habían comenzado a deslizarse por sus redondas mejillas.

—Bom—traté de llamarla escuchando su pesada respiración siendo acompañada por ese suave temblor en el agarre de mi prenda.

El golpe por su parte no tardó en dar directamente contra mi boca abriéndome mi labio inferior. Ni siquiera me sorprendí por el repentino ataque, simplemente atiné a dar un paso hacia atrás llevándome los dedos a la boca sintiendo la sangre caliente envuelta en mis yemas mientras que mis ojos veían la clara sorpresa reflejada en su expresión, como si simplemente no fuese capaz de comprender lo que evidentemente había realizado.

—Está bien—le resté importancia al asunto siendo consciente que era una reacción natural—... aunque yo realmente no sabía que ella seguía estando con vida—admití sin saber el por qué estaba tratando de excusarme mientras que mi mirada seguía estando completamente enfocada en la forma en que ella se llevaba sus manos hacia atrás en un vano intento de impedir el volver a lastimarme.

La verdad es que parecía tener demasiadas ganas de querer nuevamente lastimarme, y se debo ser sincera al respecto, no tenía ninguna intención de querer protegerme.

—¿A qué te refieres con que no lo sabias? —Jinyoung continuó bombardeándome en preguntas, tratando sorprendentemente de mantener la calma, pero era bastante evidente que tan solo era cuestión de tiempo para que su puño terminase hundido en mi rostro—¿Cómo no vas a saber si está o no muerta?

La verdad... es que estaba completamente segura de que él no era el único con deseos de darme una paliza.

Suspiré en un vano intento de poder relajar mis emociones mientras que alejaba mis dedos de mi rostro permitiendo que quedara en evidencia mi labio lastimado.

—... Todo comenzó en el momento en que se me encomendó la tarea de escoltar a la princesa hacia la Academia junto con los caballeros del Ducado—decidí explicar lo que había sucedido sintiendo como mis manos lentamente comenzaban a sudar por culpa de la propia ansiedad que me causaba aquellos recuerdos—sinceramente... todo iba a bien hasta que decidí estúpidamente regresar a la Capital.

Si tan solo la hubiese escuchado cuando me pidió que nos quedáramos, pensé sintiendo como los recuerdos de aquel fatídico día no tardaba en comenzar a golpear violentamente en el interior de mi cabeza siendo genuinamente más doloroso que el puñetazo recién dado por las manos de Bom. Por mero impulso apreté mi quijada en un vano intento de poder distraer mis pensamientos mientras que sentía la fuerza con la que mi corazón nuevamente había comenzado a latir demostrando de aquella simple manera lo inquieta que me sentía.

Si tan solo pudiese cambiar mis acciones... pensé siendo consciente de lo inmadura y tonta que estaba siendo al desear regresar el tiempo atrás.

—... Fuimos emboscados por un grupo desconocido—decidí continuar tras quedarme en un silencio durante algunos segundos, como era de esperarse, el hecho de que yo hubiese tardado en responder no hizo que la tensión en el ambiente disminuyera, en realidad, todo lo contrario—...—nuevamente callé dejando mi mirada posada en un punto muerto de la habitación—la verdad, es que nadie tuvo tiempo de poder reaccionar... ellos habían sido tan rápidos que en un simple parpadeado la mitad de mis guardias habían sido aniquilados—admití con el corazón desbocado—... cayeron como moscas... como unas simples y patéticas moscas frente a mis ojos—murmuré sin cambiar mi expresión sintiendo la piel completamente erizada ante ese maldito recuerdo.

Quería vomitar.

Yo... yo había olvidado la existencia de Kwanjin, Jun, Junyang, Iseul y Myeong... yo... yo ni siquiera habia sido capaz de hacerles una tumba, yo... yo simplemente olvidé que ellos se habían sacrificado en un vano intento por protegerme... ¿En que clase de capitán me transformé?

—... Hay algo que no entiendo—Suji alzó la voz mostrando por fin signos de curiosidad más que de hostilidad, aunque no podía jurar que ella no me estuviese odiando, probablemente solo lo estaba escondiendo bien—... ¿Por qué creíste que ella murió?

—Porque a la mitad de la pelea, en un vano intento por protegerla di la orden de que nos dividiéramos—confesé sonriendo con cierta ironía—... creí que si lograba llamar la atención de los atacantes ella podría estar a salvo—agregué siendo completamente incapaz de pode observar el rostro de Bom—lo que no esperaba era que ellos fueran directamente donde ella.

No podía observar los ojos de Bom sin sentir la culpa castigándome.

—Cuando nos encontramos, ella iba a ser empujada contra el acantilado por uno de los atacantes, así que yo simplemente me sacrifiqué—admití sin darle mucha importancia al asunto—sinceramente, ni siquiera sé el por qué sigo con vida—mentí siendo consciente que había sobrevivido solo porque Mina así lo había querido—solo sé que al despertar estaba en la orilla del río.

—¿Y solo por eso pensaste que estabas soltera? —cuestionó Jinyoung con cierta irritación—¿Qué derecho tenías para jugar con mi hermana? Maldita humana.

A pesar de que realmente estaba esperando esa hostilidad, sobre todo viniendo por su parte, francamente no pude ocultar la sorpresa que me generó el escuchar la acidez en sus palabras así que tan solo dirigí mi atención hacia sus facciones notando por el rabillo de mi mirada como Bom bruscamente se giraba enfocando toda su atención en la misma dirección que yo ya estaba observando.

—Yo no jugué con tu hermana.

—Ella no jugó conmigo.

Ambas respondimos al mismo tiempo consiguiendo que las mejillas de Jinyoung se iluminaran ante la vergüenza que le habia causado oir a su hermana defendiendome, para luego simplemente optar por guardar silencio, como si fuese consciente que no ganaría nada en esta conversación.

—Realmente no importa lo que hizo o no hizo.

Como era de esperarse velozmente el viejo Jeonsa decidió alzar la voz consiguiendo de esa simple manera que todos los ojos se enfocaran netamente en su presencia. Francamente, era evidente el por qué había decidido interferir, el hecho de que Bom estuviese lastimada era derechamente su culpa, si él simplemente no me hubiese acorralado, yo no hubiese tenido la necesidad de casarme con su nieta y por consecuencia, ella ahora no estaría pasando por todo este doloroso proceso, pero claro... tampoco debía recargar toda la culpa en él, claramente yo también tenía gran parte la culpa de que las cosas terminase de esta manera.

Aun si existía la posibilidad de que Bom realmente me gustase, yo nunca debí permitir que ella mantuviese la esperanza de lograr conquistarme.

—Lo importante aquí es saber que es lo que vas a hacer—admitió el hombre con sus fríos ojos posados en mi rostro—¿Te vas a marchar? —preguntó mientras que yo simplemente volvía apretar mis labios en un vano intento por ocultar mi evidente nerviosismo.

Mierda... ¿Realmente debías hacer esa pregunta frente a toda su familia?, me cuestioné sintiendo como la incomodidad lentamente comenzaba a aumentar en mi interior llegando a un punto en que la idea de querer salir corriendo comenzaba a ser la mejor opción. Decidí no hacer algo tonto como escapar sin dar una buena explicación, y simplemente me mantuve en silencio sintiendo como mi corazón se detenía durante un par de segundos tras notar la manera en que Bom bruscamente se había girado en dirección de donde yo continuaba estando de pie. Aun cuando había sido capaz de notar la ansiedad corriendo violentamente a través de sus bonitos ojos verde agua, realmente no pude obtener el suficiente valor como para poder enfrentarla mucho menos como era debido, así que tan solo mantuve mi atención completamente enfocada en el anciano observando como él tan solo me veía con la esperanza de que yo decidiera mentir en un vano intento por proteger el ya lastimado corazón de su nieta.

Probablemente mi yo del pasado no hubiese dudado en hacerlo, pero el presente estaba cansado; él ya no quería continuar con las mentiras.

—... Sí—confesé.

Rapidamente desvie mi mirada en direccion de Bom notando como ella velozmente había comenzado a huir de la habitación pasando por mi lado sin siquiera darme un vistazo.

¿Qué esperaba?

—¡Joohyun!

Rápidamente la Reina junto con sus hijos fueron tras Bom queriendo, lo más seguro, de asegurarse de que ella no hiciese una estupidez; como lastimarse, por ejemplo.

Realmente no debo tomarme la molestia de aclarar que ellos me estaban odiando, ¿Verdad?, porque claramente me odiaban.

La habitación no tardó en sumergirse en un completo silencio donde tan solo Jeonsa, el Rey, la Santa Anciana y el silencioso guardián de agua se habían mantenido en su interior; todos y cada uno de ellos seguían prestándome plena atención, como si estuviesen esperando de que yo aclarase algo más.

—... Hay un portal que da directo al Reino Im.

El rey acababa de confesar algo que francamente no esperaba, ¿Qué?, fue todo lo que mi mente pudo formular mientras que veía como el anciano Jeonsa y la Santa simplemente se colocaban de pie genuinamente sorprendidos de que él hubiese dicho algo como eso, espera..., pensé mientras que me llevaba una de mis manos contra mi boca tratando de callar todo lo que mi mente impulsiva quería soltar, ¿Tu lo sabias?, me cuestioné enfocando mi atención en el anciano notando lo nervioso que se veía mientras que sacudía sus manos en el aire, ¿Tú sabias que existía una manera fácil de poder salir de este maldito lugar?, cuestioné siendo incapaz de poder decirlo a viva voz por temor de que después de eso no pudiese quedarme en silencio. Francamente hice mi mejor esfuerzo por ignorar lo claramente obvio; simplemente no quería pensar en el hecho de que era evidente de que Jeonsa era consciente de su existencia mucho antes de que siquiera el Rey hubiese subido al trono, como antiguo emperador de los elfos, sabía mucho más que todos los presentes en el interior de esta habitación.

Nuevamente estaba bailando en la palma de un Rey.

El padre Bom rápidamente se quedó en silencio ignorando por completo como su padre trataba de llamar mi atención, con cierta desinterés se llevó una de sus manos hacia el interior de su camiseta y de un solo jalón sacó el pequeño colgante que siempre llevaba consigo.

—Toma, con esta piedra podrás ingresar al portal—admitió dejando el objeto posado sobe la mesa, para luego simplemente colocarse de pie sin importar como Jeonsa le había agarrado del brazo—es suficiente—respondió moviendo bruscamente de su extremidad. Sus ojos no tardaron en regresar a mi— no me malinterpretes... te estoy dejando con vida solo porque has contribuido en la protección del pueblo, pero eso no significa que, si te vuelvo a ver estarás a salvo, así que no regreses.

—Mina no puede pasar por ese portal si no es un verdadero elfo—admitió Jeonsa mientras que agarraba de la piedra en un vano intento por mantenerla lejos de mi—¿Quieres matarla? —cuestionó observando como su hijo tan solo le sostenía su mirada.

—Su existencia ha comenzado a lastimar a mi hija—respondió con bastante tranquilidad—no me interesa lo que le ocurra al culpable de las lágrimas de Joohyun.

Bueno... realmente no podía culparlo, en estos momentos tan solo era un padre hablando netamente desde sus sentimientos. Sinceramente, si alguien hubiese lastimado a Chaeyoung al punto de que ella derramase lágrimas por su culpa, lo más seguro es que yo lo hubiese asesinado antes de que siquiera hubiese pensado en tratar de ayudarlo.

El Rey estaba siendo bastante indulgente.

—El portal no la matará ahora que ha completado la sincronización de su espíritu—por fin el guardián de agua habló logrando que Jeonsa simplemente dirigiera su atención en la Santa buscando desesperadamente algo de aprobación, ¿A que viene tu desesperación?, me pregunté sin poder entenderlo—... no puedes continuar interfiriendo—ordenó al mismo tiempo en que se inclinaba logrando someter fácilmente al contrario—te he dejado durante tres años hacer lo que quieras con la humana, ha sido suficiente.

—Santa—Jeonsa le llamó mientras que ella simplemente suspiraba.

—Al parecer la humana ha tomado su decisión—aclaró la mujer de manera vaga con sus ojos fijos en mi expresión—¿No es así? —cuestionó esperando que yo dijera algo, pero tan solo desvié mi atención hacia el guardián observando como ella sin siquiera avisar había decidido comenzar a caminar directamente hacia donde yo me encontraba.

Instintivamente di un paso hacia atrás observando como ella se detenía frente a mí.

—... ¿Por qué? —cuestioné en un suave murmullo al percatarme de la forma en que ella simplemente había estirado una de sus manos para sostener con sus fríos dedos el borde de mi muñeca derecha.

Me quedé en un completo silencio sintiendo como ella dejaba el objeto sobre mi palma, para luego simplemente soltar mi extremidad.

—Bueno...—respondió el guardián mientras que se metía sus manos en el interior de sus pantalones—digamos que estoy devolviendo un pequeño favor—respondió consiguiendo que yo simplemente frunciese mis cejas sin poder realmente entender a lo que se estaba refiriendo.

¿Pequeño favor? ¿De quién?, me cuestioné mirando atentamente como ella me daba la espalda; era evidente que no tenía ningún interés de responder cualquier duda que yo pudiese llegar a estar teniendo.

—Humana...—rápidamente mi mirada se deslizó en dirección de donde estaba la anciana, fácilmente pude observar la manera en que ella simplemente había dejado sus manos detrás de su espalda permitiendo que toda mi atención quedase enfocada en su cansada expresión—¿Puedo hacerte una pregunta? —cuestionó sin malicia alguna consiguiendo que yo torpemente asintiese con mi cabeza—¿Fuiste realmente capaz de enamorarte de Joohyun?

Francamente, jamás pasó por mi cabeza la posibilidad de que ella hiciese esa pregunta mucho menos que lo hiciese frente a Jeonsa y el Rey; me había acorralado. Rápidamente tomé la decisión de quedarme en silencio, por lo menos durante un par de segundos simplemente para poder ordenar mis propios pensamientos. Al único razonamiento que llegué fue que tenía dos opciones viables, la primera era simplemente negar cualquier tipo de sentimiento que pudiese estar sintiendo por Bom ya sea solo amistad o queriendo algo más, y la segunda era admitir que ella me gustaba, quizás hasta más de lo que en si estaba siendo consciente. El problema de la primera opción es que no habría vuelta atrás, la segunda opción en cambio solo lastimaría Bom, porque aun si yo realmente le quería, no tenía pensado el quedarme por más tempo en este lugar, ni siquiera cuando la viva imagen de Emma seguía viviendo en estas tierras.

Tenía un propósito más fuerte que mis deseos personales.

—...No—finalmente respondí ocultando por completo lo que realmente estaba sintiendo. No sé que tipo de expresión realicé, pero estoy segura de que fue una clara sorpresa la que se reflejó en mis facciones tras notar como la anciana en vez de juzgarme simplemente sonrió como si en el fondo ella fuese consciente de que una parte de mi estaba mintiendo—no amo la princesa Joohyun.

—Realmente hasta el final no dejaste de ser fría, eh—Jeonsa comentó mientras que arreglaba su ropa tratando de ocultar el hecho de que anteriormente había sido fácilmente sometido por la peliazul—...ha...—suspiró llevándose las manos hacia su rostro como si estuviese haciendo su mejor esfuerzo por no gritar—mierda, bien... esta bien—aceptó al mismo tiempo en que bajaba sus extremidades para mirarme directamente a los ojos—vamos mocosa, te llevaré al portal.

No pude evitar el mirarle con sorpresa, sinceramente, no esperaba que nadie vinculado directamente a Bom se ofreciese a llevarme hacia aquel lugar, porque claramente el hacerlo solo indicaría que no volviera a ver a la joven elfo. Por mero impulso entreabrí mis labios dispuesta en preguntar, aun cuando sabía claramente cual sería la respuesta, si es que podía despedirme de la pequeña niña, pero al notar la forma en que Jeonsa se me había quedado viendo, desistí por completo de obtener aquel pequeño lujo que evidentemente no merecía.

Rápidamente cerré mi boca y simplemente asentí con mi cabeza permitiendo de aquella simple manera que él comenzase a caminar en dirección de la salida sin siquiera tomarse la molestia de tratar de esperarme; él estaba apurado o simplemente no quería volver a verme la cara, francamente, no tengo ni la menor idea de lo que realmente estaba pasando por su cabeza. En un completo y sepulcral silencio tomé la decisión de seguirle el paso, ni siquiera me despedí del Rey mucho menos lo hice de la Santa, sentía que no merecía el continuar intercambiando palabras con ellos, así que simplemente continué con mi camino observando la amplia espalda del Jeonsa viéndose por fin encorvada, como si los años que claramente cargaba sobre sus hombros por fin hubiese decidido ceder. Claramente, por ningún motivo el mayor se tomó la molestia de tratar de llenar la pronta incomodidad que comenzaba a surgir entre los dos por culpa del silencio, así que yo enfoqué toda mi atención en la manera en que nuestros zapatos chocaban con la fría cerámica, ¿Falta demasiado?, me cuestioné sin saber de dónde provenía mi pensamiento infantil, quiero huir, y como no, mis malas costumbres nuevamente estaban saliendo a relucir.

No tardamos en ingresar por un pasillo que jamás en mi vida habia visto, y eso que había creído genuinamente que había recorrido por completo el palacio.

—...Dentro de la habitación se encuentra la espada con la que llegaste, junto con todas tus pertenencias—Jeonsa habló en el momento en que se detuvo frente a una puerta completamente escondida.

No dudé en detenerme justo detrás de él, observando por sobre su hombro la manera en que simplemente estaba mirando la puerta, no emitió palabras, no realizó ningún tipo de ruido, como si fuese alguna especie de maquina decidió estirar su mano abriendo la puerta para permitir que la oscuridad propia de la habitación envolviera por completo mi mirada. Yo esperé con paciencia a que él se dignara en retomar la conversación, pero tan solo dio un paso hacia el lado, indicando con aquel simple movimiento que yo ingresase.

No había manera de que ingresara sin saber lo que me esperaba.

—¿En qué momento preparaste todo? —cuestioné tratando de recordar la ultima vez que había llevado mi espada conmigo.

—Desde alrededor de un año... más o menos—confesó al mismo tiempo en que giraba su rostro enfocando sus fríos ojos verde idénticos a los de su nieta contra mis facciones sorprendidas, espera... ¿Un año?, cuestioné sin poder creer que llevaba tanto tiempo planeando las cosas a mis espaldas—... sinceramente, nunca pensé que llegaría el día en que te mostraría este lugar—admitió presionando su mano contra la pared permitiendo que yo le diese un corto vistazo a la oscuridad del cuarto.

—¿Por qué no me lo dijiste antes? —cuestioné haciendo un gran esfuerzo por mantenerme mis emociones a raya.

Jeonsa tras escucharme simplemente sonrió con tal grado de suavidad que no supe como reaccionar: esta era la primera vez que veía ese tipo de sonrisa plasmada en sus facciones.

Se sentía extraño.

—Porque parecías feliz—admitió consiguiendo que mi cuerpo por completo se paralizase, ¿Qué?, pensé observando atentamente como él se encogía de hombros—yo realmente creí que eras feliz al lado de mi nieta.

Yo... ¿Lo era?, me cuestioné tratando desesperadamente de recordar si en algún momento de estos tres largos años había llegado a pensar en mi pasado.

La respuesta es no... yo realmente no lo hice.

—Tengo que regresar—admití siendo consciente que me quedaban alrededor de seis años antes de que Mina saliera del sello en que había sido encarcelada—...—me quedé en silencio sabiendo a la perfección que aun si Mina no estuviese en mi interior, yo realmente no podría quedarme en este lugar sin saber como estaba Nayeon: necesitaba el volver a verla aun si la probabilidad de que ella me hubiese olvidado fueran completamente altas—... realmente no pertenezco a este lugar.

—Lo sé.

Mis hombros bruscamente se tensaron en el momento que escuché aquella femenina voz proveniente desde del pasillo, ¿Por qué regresaste?, me cuestioné al mismo tiempo en que giraba impulsivamente mi cuerpo hacia su dirección logrando observar con bastante facilidad la forma en que Bom caminaba hacia donde yo estaba hecha un completo desastre

—... Realmente siempre lo supe—admitió sin siquiera tomarse el tiempo de ocultar su mirada enrojecida por culpa del llanto que yo misma había provocado.

—Joohyun regresa a tu habitación—Jeonsa no dudó en dar la orden, pero aun cuando él poseía un poder autoritario más algo que el del propio Rey, Joohyun lo ignoró por completo acortando cada vez más la distancia entre mi cuerpo y el suyo—Joohyu...

—Vete—ella respondió enfocando su mirada en el cuerpo de su abuelo—lárgate de acá... necesito hablar con mi esposa—estaba siendo autoritaria, como jamás en mi vida la había visto—ahora.

Jeonsa le sostuvo la mirada, sea lo que sea que estuviese pasando por su cabeza logró convencerlo de dar un paso hacia atrás para luego simplemente soltar un suspiro.

—Diez minuto... les daré tan solo diez minuto—respondió al mismo tiempo en que se alejaba del pasillo dándonos por fin tiempo a solas.

Sinceramente, no sé si quería ese tiempo con ella. 

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