Nuestra primera vez
Pov: Myoui Mina.
La ahora Emperatriz Nayeon no dudó en contraer sus brazos obligando a mi cuerpo a tener que inclinarse contra el suyo mientras que mis manos, por mero instinto se adherían directamente sobre el borde de la bañera en un vano intento por mantener el equilibrio; si no lo hacía era evidente que terminaría sumergida en esa turbia agua rojiza. Sorprendida por ese repentino movimiento por su parte, el jadeo no tardó en desprender de mi garganta permitiendo que su boca rápidamente aprovechase mi aturdimiento para comenzar a atacarla teniendo toda la intensión de querer devorarme. Sus emociones eran intensas, ella simplemente no tenía ningún interés de querer ir tranquila conmigo, de cierta manera, parecía desesperada por querer recuperar el tiempo que habíamos perdido, pero yo era completamente consciente que este no era el momento más indicado para llegar al siguiente nivel. Hice mi mejor esfuerzo por tratar de echarme hacía atrás, pero ella simplemente parecía ser capaz de leer mis pensamientos ya que rápidamente se inclinó metiendo su húmeda palma sobre el interior de mi camiseta permitiendo que mi piel caliente se contrajera ante el contraste de temperatura mientras que los botones de mi prenda no dudaban en aflojarse con intenciones de querer liberarse; Si Nayeon lograba el desnudarme, no estaba del todo segura si podría tener la suficiente fuerza de voluntad para rechazarla, así que debía impedir a toda costa que ella lograse su cometido.
—E~Espera...
Supliqué entreabriendo mi boca para pedirle que se detuviera, pero ella tan solo no quería escucharme callándome con ese brusco movimiento por parte de su lengua. Podía sentir ese sediento deseo de querer apoderarse de mi vida, ella quería todo de mí, quería que cada fibra de mi cuerpo fuese de su total pertenencia, podía sentirlo, cada recóndito espacio de mi piel lo podía sentir.
Debía tener cuidado.
Fue cuestión de segundos para que mi cuerpo comenzase a temblar con cierta suavidad tras sentir como sus traviesos y aun húmedos dedos lentamente habían comenzado a subir sobre mi abdomen tocando a su antojo como si no tuviese ningún tipo de preocupación por ver una mala reacción por mi parte. Por mero impulso traté nuevamente de huir de su tacto mientras que podía oír perfectamente como el agua comenzaba a chapotear ante sus intentos de querer meterme en el interior de la bañera, ¿Desde cuándo es tan fuerte?, me cuestioné tras notar lo complicado que estaba siendo el recuperar mi tan anhelado espacio personal, solo debo empujarla, pensé llevando mis manos contra sus desnudos y húmedos hombros sintiendo como la fricción de mi piel contra la suya lograba hacerme resbalar. Cabe aclarar que Nayeon no dudó en soltar mi boca presionando sus labios contra mi quijada mientras que la mitad de mi cuerpo ya estaba a punto de hundirse sobre la turbia agua.
—... Es divertido—logré escuchar el suave tono de su voz chocando directamente contra mi piel mientras que sus dedos calmadamente agarraban una de mis muñecas—¿Por qué estas tan nerviosa? —cuestionó alejando su rostro de mi cuello para poder ver mi sonrojado rostro—no eres tú quién esta desnuda.
Me sorprendía la tranquilidad con la que se estaba manteniendo, lo normal, es que las cosas fuesen al revés, pero tal parecer que cualquier rastro de inocencia por parte de Nayeon se había esfumado con el pasar de los años. Decidí mantenerme en silencio, incapaz de poder decir algo coherente mientras que veía de forma atenta como ella me estaba observando, no me veas de esa manera... sé perfectamente lo que quieres, pensé notando como sus brillantes ojos dorados parecían anhelar el arrancarme la ropa. La Emperatriz no dijo nada tras notar como yo continuaba estando con los labios completamente sellados, tal parece que el juego para ella ya había terminado ya que no dudó en rápidamente liberar mi muñeca de su firme agarre permitiendo de esa forma que mi cuerpo por completo se fuese hacia atrás.
—¡Ugh! —me quejé tras sentir la fuerza con la que mi trasero se había adherido al suelo.
Nuevamente pude escuchar el sonido del agua chapoteando ante el movimiento de su cuerpo, así que en un completo silencio decidí alzar mi mirada mientras que posaba mis palmas contra las frías baldosas. De forma brusca todo mi cuerpo por completo quedó paralizado tras observar cómo Nayeon había apoyado sus brazos en el borde del mármol permitiendo que una de sus palmas quedase recostada sobre su mejilla derecha. Me mantuve en mi sitio admirando como uno que otro mechón mojado propio de su cabello ahora corto caía rebeldemente por su blanco rostro, sus ojos, tan dorados como el oro, y tan intensos como los rayos del sol me veían sin siquiera parpadear. Ese aspecto maduro, casi indiferente tan impropio de su personalidad lograba crear estragos en mi cuerpo, no sabía que hacer, me sentía como un pequeño ratón atrapado entre las garras de un peligroso felino. Rápidamente tragué saliva tras notar como ella había movido su mano libre permitiendo que algo brillante sobresaliese de uno de sus dedos, ¿Eh? Espera... eso... ¿Es un anillo?, me cuestioné sintiendo como si alguien hubiese lanzado un balde de agua fría sobre mis hombros, ¿Hyunjin se lo dio?, y no lo podía creer.
¿Realmente había algo entre ellos dos?
—¿Por qué pareces tan abatida? —Nayeon decidió alzar nuevamente su voz tras notar lo que mi rostro estaba reflejando—¿Uhm? —cuestionó deslizando su mirada hacia lo que yo estaba esperando—... espera... tú no estás pensando... —se quedó en silencio observando mi expresión para luego simplemente suspirar—eres una idiota—y me insultó sin más mientras que se arrodillaba en el interior de la bañera. Con cierta brusquedad se llevó sus dedos contra el anillo y de un solo movimiento lo arrancó de su piel—no mereces que lo lleve—aclaró lanzándolo contra mi pecho.
Rápidamente lo sostuve entre mis dedos. Francamente, no tardé nada en reconocerlo.
—... ¿Por qué lo conservaste? —cuestioné manteniéndome en una completa y sorprendente tranquilidad, con mi atención completamente enfocada en el pequeño anillo que aun sostenía entre las yemas de mis dedos.
La verdad es que no podía creer que hubiese decidido conservar el objeto, realmente creí tontamente que lo perdería o simplemente lo desecharía ya que ni siquiera estaba segura si había sido capaz de perdonar todo el daño que este cuerpo le había realizado. A pesar de que ella era consciente de que yo no era la misma mujer que la lastimó, seguía teniendo la cara y el cuerpo de quién más daño le causó, sabía que no sería algo que fácilmente podría superar.
—Porque soy una estúpida— respondió evidentemente molesta mientras que hacía todo lo posible por contener sus propias emociones.
En un completo silencio decidió girarse dándome la espalda permitiendo de esa forma que yo fuese capaz de observar con mayor claridad las cicatrices que cubrían gran parte de su lechosa piel.
—Está tonta creyó que si conservaba el anillo tu volverías aun cuando claramente te había visto caer por aquel maldito acantilado—decidió retomar la conversación al mismo tiempo en que se inclinaba agarrando el tapón de la bañera para filtrar todo el agua que esta contenía dejando tanto el mármol como su cuerpo libre de la sangre del antiguo Rey—... fue tan ingenua que realmente pensó que, si mantenía el anillo en su dedo, tu podrías reconocerla aun si el tiempo la hubiese hecho cambiar—agregó mientras que colocaba nuevamente el tapón para rellenar la bañera aun cuando su cuerpo seguía en su interior—... que tonta fui, ¿No te parece?
Me quedé en un completo silencio, apretando continuamente mi mandíbula en un vano intento por distraer mis propios pensamientos, no... tu no fuiste la tonta, pensé al mismo tiempo en que apretaba mis manos con el pequeño objeto posados sobre mi palma, siendo completamente consciente de lo que debía hacer en este momento.
El silencio ensordecedor comenzaba a ser incómodo de mantener.
—Cásate conmigo...—pedí mientras que podía escuchar de fondo el sonido del agua cayendo en el interior de la bañera. Ante su silencio no dudé en alzar mi mirada observando atentamente la manera en que ella había girado su rostro, viéndome por sobre uno de sus delicados hombros visiblemente sorprendida ante mi repentina proposición—cuando la guerra termine...—seguí hablando al mismo tiempo en que me colocaba de pie notando como ella no había despegado su mirada de la seriedad en mi rostro, cuando yo pueda acabar con Mina... pensé sintiendo mi corazón caliente—cuando ya no exista nada que nos impida el amarnos, cásate conmigo, y vivamos felices hasta la eternidad.
Nayeon simplemente se quedó en silencio, abrumada de estar escuchando mi confesión.
—T~Tu... ¿Por qué sigues teniendo esa manía? —cuestionó sin responder a mi proposición. Tras escucharla no dudé en sonreír con suavidad—siempre... siempre tienes que decir lo que piensas sin preocuparte como yo voy a reaccionar—me acusó mientras que yo me acercaba a la bañera notando como ella rápidamente trataba de salir, pero fallando torpemente en el intento—y~yo...
Había olvidado lo adorable que era Nayeon cuando estaba nerviosa, quería seguir viendo esas expresiones, sentía que jamás me cansaría de verlas. En el momento en que llegué a la bañera, no dudé en inclinarme tomando suavemente de su mano izquierda para colocarle con bastante cuidado el anillo donde anteriormente había estado, reafirmando de esa simple manera que este ahí pertenecía.
—Emperatriz...—decidí llamarla por su título logrando que sus ojos volvieran a mí. Sin siquiera dudarlo me arrodillé frente a ella admirando de esa manera cada fragmento de su hermoso rostro—por favor Emperatriz... comprométase conmigo—pedí estirando mi mano para que ella la aceptara—permítame cumplir con todas las promesas que dejé atrás.
—Si acepto tu mano... caminaremos en un suelo lleno de espinas—ella respondió observando mis dedos estirados hacia su dirección. Tal parece, que logró recomponerse ya que no tardó en regresar a esa atractiva seriedad que había mantenido durante todo este tiempo—... nada cambiará ahora que soy la Emperatriz—admitió presionando su codo contra el mármol dejando su mentón apoyado sobre su palma abierta—la gente seguirá muriendo bajo mi dominio porque la guerra continuará—confesó con esos bonitos ojos dorados brillando en arrepentimiento—... a este punto, solo la victoria traerá la paz en nuestro Reino.
—Si es necesario... —y me sorprendió el estar nuevamente alzando la voz, siendo más que consciente del daño emocional que me causara regresar a ese maldita mundo lleno de destrucción. Francamente, no deseaba ver otra guerra, no deseaba participar en otra guerra, habia visto muchas personas morir, morir bajo mis manos, no quería repetir ese suceso, pero lo haría, si ella me lo pedía, lo haría—iré a la guerra... haré lo necesario para proteger este Imper...
—No—ella bruscamente me interrumpió mientras que bajaba su brazo dejándolo descansando sobre el mármol para poder inclinar por completo su cuerpo hacia mi dirección—... yo jamás permitiré perderte nuevamente—admitió logrando que yo pudiese perderme en su intensa mirada dorada—aun si el Imperio es destruido, aun si no queda lugar donde la destrucción propia de la guerra no hubiese llegado, no me importara si te tengo a mi lado...—confesó logrando que yo sonriera con cierta incredulidad— no estoy bromeando en este momento—aclaró agarrando de mi muñeca para tirar de mi cuerpo, enfatizando de esa manera que sus palabras eran completamente sinceras, lo sé... pensé sabiendo que ella no mentiría con algo como eso—ya perdí demasiadas cosas... ya sé lo que se siente vivir lejos de ti... no lo permitiré... sin importar qué, no volveré a perderte.
Tras finalizar su confesión decidió tan solo presionar su frente directamente contra mi esternón sin importarle el continuar estando completamente desnuda frente a mis ojos. Decidí mantenerme en un completo silencio siendo consciente de que debía primero ordenar mis ideas antes de alzar la voz, sino encuentro una manera de acabar con Mina... yo tendré que dejarte, pensé llevando mi mano hacia su cabeza, sin siquiera dudarlo deje mi palma posada sobre su húmeda nuca sintiendo como mis ojos no tardaban en comenzar nuevamente arder a causa de la frustración, yo no podré cumplir mis promesas si no acabo con ella, y lo sabía, a pesar de que trataba de ignorarlo, siempre estaba ese maldito recordatorio en el interior de mis pensamientos. Aquellos no dejaban de repetirme que, si no lograba acabar con ella, ese demonio recuperaría tarde o temprano su cuerpo y todo lo que yo tanto estaba amando, lo que tanto estaba tratando de proteger sería expuesto para ella.
Por nada del mundo debía dejar que Mina lastimase a la gente que amaba, permitirlo sería una completa estupidez por mi parte, sería realmente el peor final para todos. No lo permitiré... pensé mientras que me inclinaba presionando mis labios sobre su húmeda coronilla, por nada del mundo dejaré que ella te lastime... no otra vez, pensé dejando recostada mi mejilla sobre su cabeza con mi atención fija en la puerta.
—Minari...—Nayeon me llamó obligando a tener que inclinarme hacia atrás para poder observar sus facciones—yo siempre voy a tomar tu mano, sin importar que tan espinoso sea nuestro recorrido, que tan doloroso sea sostenerte, no me importan las consecuencias... no hay nada más doloroso que estar lejos de ti—confesó con su rostro lo suficientemente cerca del mío para sentir como nuestras respiraciones se mezclaban entre sí.
Con cierto cuidado deslizó su mirada hacia mi boca dejando en evidencia el deseo brillando sobre su dorada mirada, a pesar de que antes me atacó como si realmente estuviese desesperada por poseerme, en esta ocasión simplemente mantuvo la calma, esperando pacientemente a que yo decidiera dar el siguiente paso. Francamente, estaba cansada de huir, a pesar de que la vergüenza me abrumaba, ya tenía edad suficiente, sobre todo mental, para ir al siguiente nivel, así que simplemente deslicé mi mano de su nuca hacia su mejilla notando lo perfecta que era.
—... Después de esto, ya no habrá manera de poder dar vuelta atrás—aclaré viendo atentamente como ella presionaba su mejilla sobre mi palma permitiendo que mis dedos rozaran el contorno de sus bonitos ojos rasgados— necesito que respondas con sinceridad porque incluso si luego te arrepientes no podré esconder lo que realmente siento—confesé sintiendo como ella me respondía con una suave presión de nuestros labios.
—Llevo cuatro años esperando este momento—susurro muy cerca de mi boca logrando calentar mis mejillas. Sin siquiera dudarlo deslicé mis manos sobre su cuerpo y de un solo movimiento me las arreglé para levantarla escuchando como el agua abandonaba rápidamente su cuerpo—¡Minari! —exclamó colocando sus húmedas manos sobre mis hombros.
Chaeyoung ven acá, no dudé en llamarla en mis pensamientos observando como ella rápidamente hacia acto de presencia provocando que a la Emperatriz no le quedase de otra más que tratar de cubrir su propia desnudez tirando de mi chaqueta, pero fallando torpemente en el intento.
—Madre—ella respondió con bastante tranquilidad mientras que sus ojos rápidamente iban a parar hacia una de las paredes tratando de no observar la desnudez ajena, aunque claramente tras ser un espíritu realmente no sentía interés por verla sin ropa.
Tal parece que simplemente estaba tratando de no avergonzar más a la Emperatriz.
—Asegúrate que nadie nos interrumpa... pero nos los asesines, simplemente evita que alguien ingrese en la habitación de la Emperatriz—aclaré notando como ella asentía con su cabeza.
—Espera—rápidamente Nayeon agarró de mi camiseta tratando de llamar mi atención. Con tranquilidad la observé notando lo adorable que se veía con su rostro completamente sonrojado—... si abandonamos esta habitación, te encontraras con tu hermano y los guardias—aclaró consiguiendo que yo continuase sosteniéndola con mis pies adheridos contra el suelo, olvidé ese detalle, pensé mientras que mordía el interior de mi mejilla—... tan solo no salgamos de esta habitación.
—Pera nos hace falta una cam...—traté de explicar el por qué no deberíamos quedarnos en el interior del baño, pero antes de poder finalizar mis palabras ella no dudó en cubrir bruscamente de mi boca con ayuda de sus palmas como si sintiese genuina vergüenza de que Chaeyoung estuviese escuchando nuestra intima conversación.
La verdad es que no podía entender su reacción ya que Chaeyoung ha estado escuchando desde hace bastante rato todo lo que estaba sucediendo entre las dos.
—No necesitamos eso—aclaró consiguiendo que yo la observase con cierta confusión, ¿No se supone que ahí es donde se hace?, me pregunté sin poder entender lo que estaba sucediendo—... Chaeyoung—decidió simplemente enfocarse en mi pequeño espíritu quién rápidamente volvió a centrar su atención en su rostro—¿Podrías cuidar la puerta? —cuestionó logrando que ella en un completo silencio asintiese con su cabeza sin siquiera importarle que Nayeon no fuese realmente su contratista.
No importa quién esté buscando a la Emperatriz, no los dejes pasar, ordené manteniendo mi atención completamente enfocada en la manera en que Chaeyoung había comenzado a caminar con dirección hacia la salida sin siquiera molestarse en tratar de dar un último vistazo aun cuando claramente había escuchado mis palabras. La habitación no tardó en sumergirse en un incómodo silencio tras notar como la pelirroja cerraba la puerta detrás de ella. Literal, ahora mismo no había nada que nos impidiera el comenzar. El único problema que no tardé en identificar es que no tengo ningún tipo de experiencia en esto, a pesar de que Bom siempre trató ir hacia el siguiente nivel, no dudaba en rechazarla, estaba asustada, pero a la vez el deseo por querer a poseer a Nayeon cada vez me avergonzaba más.
—Minari...—Nayeon decidió nuevamente llenar el silencio de la habitación provocando que yo enfocara mi atención en su aun sonrojado rostro—¿Podrías bajarme? —preguntó con cierta suavidad logrando que yo bruscamente ampliara mis párpados, oh mierda... pensé mientras que me inclinaba dejándola con cierto cuidado en el interior de la bañera sintiendo con roce de los dedos como el agua seguía estando lo suficientemente cálida para no incomodarla.
Antes de que ella hubiese sido capaz de agarrar de mi cuello para tirar de mi cuerpo con toda intención de hundirme en el interior de la bañera, rápidamente decidí erguir mi espalda dando un paso hacia atrás. En un completo silencio llevé mis manos contra mi oscura chaqueta sintiendo como sus ojos se mantenían en todo momento enfocados en el suave movimiento de mis dedos. Francamente no tengo ni la menor idea de lo que estaba pasando por su cabeza, pero definitivamente no era algo puro lo que tenía en mente. No pude evitar sentir mis orejas calientes, así que traté de enfocarme tan solo en quitar la prenda de mi cuerpo. A pesar de que yo no le había explicado lo que tenía pensado hacer, ella tampoco parecía querer indagar, simplemente se mantuvo en su sitio mientras que yo me colocaba de cuclillas dejando la chaqueta estirada sobre las baldosas. Pude escuchar perfectamente el chapoteo del agua, así que sabía que la Emperatriz se estaba acomodando en el interior de la tina, quizás para poder observar con mayor comodidad lo que yo estaba realizando.
—¿Qué es lo que estás haciendo? —ella decidió cuestionar manteniendo sus ojos fijos en la manera en que yo me había nuevamente enderezado llevando mis dedos contra mi torso, desabrochando los primeros botones de mi camiseta para revelar parte de mi piel.
—Una cama.
Eso fue todo lo que dije mientras que mantenía mi atención completamente enfocada en lo que estaba realizando. La verdad es que no pude evitar el distraerme en mis pensamientos, ya que estaba buscando la manera más óptima para poder acomodar mis prendas sobre el suelo, queriendo asegurarme de que tanto su cuerpo como el mío estuviese libre de tocar las baldosas. Nayeon en cambio, no dudó en soltar una suave risilla que erizo cada vello que poseía mi cuerpo.
La verdad es que no había esperado oír ese dulce sonido proviniendo de su garganta, así que no supe muy bien como debía reaccionar.
—Bueno... en realidad, no necesitamos eso—Nayeon replicó provocando que yo rápidamente girara mi rostro para ver atentamente como ella estaba recostada sobre la bañera con su codo adherido al borde del mármol mientras que, entre sus labios jugueteaba distraídamente con uno de sus dedos dándole un aspecto relajado, pero provocativo—ven acá—ordenó alejando su dedo de sus boca para moverlo de adelante hacia atrás, en señal de que me acercarse.
A pesar de que tenía mis dudas, de todas formas, comencé a caminar hacia su dirección notando como ella veía el comienzo de mis clavículas siendo expuestas por la falta de los primeros botones.
—Me gusta tu cabello negro por que tus ojos se ven más intimidantes—halagó el trabajo de Chaeyoung mientras que yo me quitaba los zapatos y lo dejaba aun costado junto con mi espada. En un completo silencio regrese a mi posición inicial sin atreverme a ingresar en el interior de la bañera—aunque seguiré prefiriendo tu rubio natural—admitió estirando una de sus manos para agarrar el borde de mi pantalón tratando de llegar a mi piel—... siempre he pensado que usas demasiado ropa... es un estorbo.
¿Ella siempre tuvo ese tipo de pensamientos?, me cuesitoné con el calor golpeando intensamente mi cuerpo.
—Es un poco vergonzoso—confesé observando como el agua solo rebelaba más la desnudez de su cuerpo. La verdad, es que no sabía dónde posar mis ojos—¿Podrías mirar hacía otra dirección? —pedí logrando que ella sonriera.
—¿No es un poco descarada tu pregunta? —cuestionó acomodándose en el interior de la bañera sin siquiera molestarse en tratar de cubrir algo de su visible desnudez—lo digo ya que tu no me has quitado los ojos de encima, aun cuando sabes que estoy completamente desnuda—aclaró manteniendo su dedo sobre mi prenda en señal de que no me atreva a marcharme —además... te recuerdo que antes solías desnudarte sin ningún tipo de pudor... así que dime cariño, ¿A qué viene esta repentina vergüenza?
—Es... distinto—repliqué llevándome mis manos contra mi rostro sonrojado—ser consciente de lo que haremos me avergüenza—confesé con mi voz opaca por mis palmas.
—Entonces... solo déjame hacer todo el trabajo—ella respondió mientras que se arrodillaba frente a mi provocando que yo la observase a través de mis falanges—solo debes dejarte llevar—pidió agarrando el borde mi camiseta para abrirla de un solo golpe logrando que los pocos botones que aun mantenía mi desnudez cubierta salieran disparados lejos de la tela—... mucho mejor—parecía satisfecha con lo que había realizado mientras que tiraba de mi cuerpo para que me inclinara—bonitas vistas—halagó mientras que su boca se atrevía a presionarse sobre mi abdomen consiguiendo que yo instintivamente diese un paso hacia atrás—... no te escaparas—aclaró agarrando bruscamente de mi prenda para mantenerme cerca de su perímetro—te dejé huir una vez, no volverá a suceder, así que ingresa.
—Aun no me he quit...
—No me importa, aquí dentro te arrancaré la ropa que falta—me interrumpió mientras que, con las prendas aun envueltas sobre sus manos decidía sentarse nuevamente en el interior de la bañera consiguiendo que mi cuerpo por completo perdiera el equilibrio.
Como pude me las arreglé para no caer sobre ella sintiendo como mis rodillas y mi torso quedaban empapados por el agua. El sonido del agua rebalsando la bañera llenó mis oídos sobre todo como este estaba goteando contra las baldosas ya húmedas de la habitación. Definitivamente no había espacio para que dos cuerpos se mantuvieran en el mismo espacio, realmente esto estaba siendo una muy mala idea, pero al ver como Nayeon abría sus piernas permitiendo que mi cuerpo se acomodase sobre el suyo con sus delgadas manos posándose tranquilamente sobre mis hombros en señal de querer retenerme, supe que no había manera de que pudiese alejarme de esta situación.
—¿Te he lastimado? —cuestioné preocupada de que mi peso estuviese siendo un problema para ella.
—Aun no—ella respondió logrando que yo frunciese el ceño, ¿Espera a que te refieres?, me cuestioné observando como ella mantenía esa sonrisa burlesca—ven—pidió inclinando su cabeza hacia mi dirección para presionar sus labios sobre mi mejilla—estas temblando—aclaró mientras que yo presionaba mis manos sobre el borde de la bañera tratando de no dejar caer por completo mi peso sobre el suyo—... esto estorba—aclaró llevando sus manos contra mi pantalón.
Esta situación realmente estaba siendo algo vergonzoso para mí, así que sin siquiera dudar de mis acciones tomé la decisión de terminar por inclinarme presionando de forma posesiva mi boca contra la suya, comenzando a besarla con cierto grado de desesperación sin darle oportunidad de siquiera tomar una buena bocanada de aire. Mi repentino movimiento la tomó por sorpresa, estaba completamente segura de ello, pero en vez de paralizarla, ella simplemente decidió empujar mi nuca tratando de profundizar el beso mientras que yo aprovechaba la situación hundiendo mi lengua en su interior sintiendo como su cuerpo caliente como las rocas al sol se restregaba contra mi abdomen permitiendo que la humedad de nuestras pieles comenzase a llenar el silencio de la habitación. La escuché jadear, estaba agitada ante mi inesperado ataque, pero, aun así, no le di tiempo de poder recomponerse cuando alejé mis manos del mármol llevando ambas palmas contra su cintura. De un solo tirón logré dar vuelta la situación presionando mi espalda contra el otro extremo de la bañera mientras que sentía su cuerpo sobre el mío con sus suaves pechos presionándose contra los míos. Con mayor comodidad deslicé una de mis manos sobre su delgada espalda sintiendo sus músculos contrayéndose bajo las yemas de mis dedos, toqué sus cicatrices deseando ser capaz de borrar cada una de ellas mientras que su boca no dudaba en luchar por querer dominar la situación.
Mis dedos terminaron enredados en su corto cabello, así que tiré de estos logrando romper de esa forma el beso. Me mantuve en mi sitio tomando grandes bocanadas de aire mientras que veía como ella estaba tratando de hacer lo mismo con ese intenso y flameante tono dorado brillando de sus hermosos ojos.
Ella ni siquiera estaba haciendo el intento de tratar de ocultar sus verdaderos deseos.
—Te amo—confesé nuevamente mis sentimientos mientras que soltaba de su cabello permitiendo que ella se volviese a inclinar presionando suavemente su boca contra la mía—eres y siempre serás... mi primer y único amor—murmuré sintiendo su boca nuevamente adherida sobre mis labios, quizás tratando de callarme, pero yo podía ver como su rostro cada vez se sonrojaba más.
Estaba avergonzada.
—Te amo más—ella respondió mientas que se frotaba sobre mi cuerpo logrando que el agua nuevamente resbalara de la bañera—... déjame demostrarte que tan grande es mi amor por ti—pidió inclinándose para esconder su rostro en mi cuello.
Y sin mas preocupaciones el amor comenzamos a realizar en el interior de esta bañera, de forma torpe y avergonzada ella trató de terminar de desvestirme mientras que yo acariciaba su negro cabello siendo consciente que solo estaba tratando de distraerme, dime que me recordarás, supliqué agarrando de su cintura para empujarla contra mí, dime que no me olvidarás, pedí presionando mi boca sobre la suya escuchando como sus jadeos trataban de quedar atrapados sobre mis labios, aun si algún día todo esto se acaba, aun si no soy capaz de cumplir todas nuestras promesas... dime que no me olvidarás, y eso era lo único que pedía mientras que podía sentir sus dedos aferrándose sobre mi espalda, siendo acompañado por ese suave gemido que desesperadamente trataba de ocultar sobre la piel de mis hombros tras sentir mis dedos tocando la parte más pura de su alma.
Espero que ella sea capaz de recordar este momento con el pasar de los años, aun si no soy capaz de crear un nuevo encuentro entre las dos, aun si no estoy a su lado para revivirlo. Espero que ella puedo tenerme en su mente, aun si solo es a través de un sueño efímero.
Ámame Nayeon, en esta y en otras vidas más.
----------------------------------------------------
A ver, par de puercos, si desean detalles para eso tienen la Tirana del Norte, dejenme disfrutar de esta bonita y significativa interacción.
PD: No deje ninguna canción de recomendación, porque lo escribí escuchando una canción triste, y no venía al caso sdsjkslkdsl, pero espero que lo hubiesen escuchado con un buen rolon.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro