Monstruo
Recomendación: Adele - Skyfall.
Pov: Im Nayeon.
Me hubiese gustado tener la oportunidad para poder mejorar el plan dado por Hyeon, pero para nuestra desgracia rápidamente pude notar desde la lejanía como Mina de forma tranquila decidía abandonar la tienda de campaña, misma donde anteriormente había sido expulsada con sus manos completamente ocupadas por cosas que no eran precisamente su arma de batalla. Confundida por la situación no dudé en enfocar mi atención en lo que estaba sosteniendo, notando como, de una de sus manos arrastraba un cuerpo humanoide mientras que, de la otra se podía observar un objeto redondo, aunque por la distancia de donde me encontraba no pude divisar si lo que estaba sosteniendo lo estaba realizando a través de su palma completa o tan solo estaba utilizando la fuerza de sus dedos, de todas maneras, saber que se aproximaba era aterrador. ¿Qué es lo que llevas contigo?, me atreví a cuestionar, pero ante la manera en que Hyeon había reaccionado supe que no debió ser precisamente algo bueno, ¿Qué sucede?, me pregunté girando mi rostro de forma impulsiva para poder observar la manera en que los hombros de los chicos se tensaban al ver lo que yo había estado observando segundos atrás. Mi aliento no tardó en quedar atrapado en mi garganta tras deslizar nuevamente mi mirada hacia el frente notando como mis orbes no tardaron en encontrarse directamente con los de Mina, dándome a entender, que solo yo era capaz de captar su interés.
Deja de mirarme, supliqué siendo consciente que mi cerebro no podía evitar el confundirse.
Aun cuando intenté desviar mi mirada, esta no dudaba en regresar hacia su dirección. A pesar de que era consciente que la distancia nos separaba, permitiendo no poder ver cada detalle de su rostro, sí que es verdad que pude notar con cierta facilidad la manera en que ella había decidido elevar sus comisuras escondiendo su afilada mirada a través de sus mejillas elevadas. Me estaba brindando una sonrisa inocente, algo que claramente no era parte de su personalidad, pero aun sabiendo que solo estaba tratando de engañarme, mi cuerpo seguía reaccionando, basta ya, me ordené sacudiendo bruscamente de mi cabeza al mismo tiempo en que podía oír como Hyeon retenía su aliento.
—¿Q~Qué ha hecho? —la voz temblorosa de Hwan me sorprendió.
Él no era la clase de persona que reaccionaba de esa manera. Por mero impulso volví mi atención hacia la rubia sintiendo la bilis subiendo lentamente hacia mi garganta al observar como ella inclinaba suavemente de su cabeza como si estuviese tratando de verse confusa, para luego tan solo elevar una de sus manos revelando a luz de la luna aquella cabeza empapada por la sangre.
—¡No se atreven a romper la formación! —Hyeon ordenó aun cuando era más que evidente que el notar la cabeza ajena siendo sostenida por las manos ajenas lo había sacudido por completo.
A pesar de que era consciente de que cualquier reacción que yo pudiese tener solo aumentaría la diversión en ella, no pude evitar el llevar una de mis manos contra mi boca tratando de detener las ganas que sentía por simplemente vomitar tras notar aquellos mechones anaranjados que lo diferencian de Jungkook. Ella lo mató... se atrevió a asesinar a Felix de la misma manera en que había acabado con mi anterior caballero, quería gritar, quería preguntar el por qué lo había hecho, el por qué estaba tan enfocada en lastimarnos, pero en el fondo, muy en el fondo, sé que por mucho que lo preguntase, ella no respondería.
De la forma más cruel pude entender la razón por cual había estado sintiendo aquel maldito mal presentimiento.
No me quedó de otra más que morder la punta de mi lengua en un vano intento por tratar de disipar las ganas que tenía de echarme a llorar. Durante todo ese momento mantuve mi atención completamente enfocada en Mina notando como ella elevaba sus cejas sin dejar de caminar, a simple vista daba la impresión de querer retarnos, como si estuviese colocando en juego nuestra paciencia. Debes parar, pensé sintiendo como mi cuerpo se congelaba tras observar la forma en que soltó la cabeza de mi caballero; esta dio uno que otro rebote en el suelo, antes de ser disparada cerca de la cúpula de hielo ante la patada que ella le brindó como si no fuese la gran cosa, como si no estuviese tratando con un ser humano. Basta... supliqué sintiendo los dedos calientes ante la rabia.
Yo sé que no era la única afectada.
En un completo silencio soltó la chaqueta del Duque permitiendo que este cayera a un costado de su cuerpo, tal parece que aun se mantenía con vida, ya que pude notar como trataba de levantarse, tal vez, en un desesperado intento por llamar su atención, pero ella realmente no estaba interesada. Con una tranquilidad que fácilmente aumentó mi ansiedad, desenvainó su espada y sin dejar de observarme la alzó por sobre su cabeza permitiendo que una brillante luz iluminara gran parte la oscuridad del campamento. Mis piernas no tardaron en quedarse ancladas en el suelo, incapaz de poder decir algo, me mantuve observando como su arma rápidamente quedaba en vuelta en una bola de fuego, ¿C~Cómo es posible?, no pude evitar el cuestionarme del nivel de su maná, ¿Qué tan alto es su núcleo?, me cuestioné abrumada de lo que estaba siendo testigo, sintiéndome genuinamente asustada tras entender que jamás sería capaz de hacer algo como eso.
—...Retrocedan—murmuré tras comprender que, si realmente aun no estaba liberando todo su potencial, entonces mi hechizo estaría en peligro.
En realidad, todo lo estaríamos.
—Ella... es más poderosa de lo que pensábamos—aclaré sintiendo el mal presentimiento golpeando una y otra vez contra mi cabeza, pero los chicos no parecían estar prestándome atención—... Hwan... ¡Agáchate! —impulsivamente ordené mientras que estiraba una de mis manos para sostener agresivamente de su hombro obligándolo a tener que arrodillarse contra el suelo para así tener mayor libertad a la hora de realizar mi ataque—¡Glacies murus! —bramé justo en el momento en que Mina atacaba moviendo su espada para expandir una ola de fuego directamente hacia nuestra dirección.
El silencio nos envolvió en el momento en que realicé el hechizo, de forma brusca mi pecho subía y bajaba, desesperado por tomar una buena bocanada de aire mientras que mis ojos veían atentamente como la pared de hielo que había creado ante mi desesperación por protegernos, ahora estaba en gran medida derretida al igual como lo estaba mi cúpula, he gastado demasiado maná... pensé haciendo mi mejor esfuerzo por no mostrarme agotada.
—... E~Esto...—murmuré mientras que parpadeada sin poder creer lo que claramente estaba viendo—... esto no tiene ningún tipo de sentido—aclaré viendo como Hwan se levantaba con su espada apuntando directamente hacia Mina quién nuevamente había comenzado a caminar sin verse siquiera afectada ante el maná que había recién utilizado para destruir mis hechizos.
Aun cuando he gastado tanto maná... ¿Cómo es que no se ve afectada?, me cuestioné tratando de entender lo que estaba ocurriendo.
—Esa fue una buena reacción—Mina no dudó en halagarme tras ingresar en el interior de mi cúpula destruida, ¿Cómo has llegado tan rápido?, me cuestioné sintiendo cada fibra de mi cuerpo paralizada ante la tranquilidad con la que ella seguía caminando—espero que ustedes den más pelea de lo que hizo ese tonto bastardo—comentó apuntando hacia atrás, en señal de estar hablando de Felix.
En un completo silencio se detuvo, esa actitud arrogante y despreocupada comenzaba a fastidiarme, pero el miedo era real, y lo que es peor, es que estaba siendo incapaz de poder fingir que no me afectaba.
—Les dejaré atacar primero.
Ella no dudó en comentar mientras que se mantenía en su sitio, con la guardia baja, como si realmente estuviese dispuesta en darnos la ventaja, ¿Qué tan confiada estas?, me cuestioné siendo consciente que jamás haría nada que la dejara en desventaja a menos que tuviese la suficiente fuerza como para poder contrarrestar nuestros ataques.
—No se muevan—Hyeon mantenía el liderazgo—... probablemente solo quiera probarnos—trataba de hablar lo más bajo que podía para que Mina no fuese capaz de escucharnos—... a mi señal atacaremos, tenemos que hacerlo bien.
—Me aburro~—Mina se quejó provocando que mi mirada volviese a recaer sobre su rostro arrogante—si no se mueven, iré a jugar con los plebeyos que deje atrás... ¿Como se llamaban?, bueno, realmente no importa, las cosas reemplazables jamás son importantes.
Estaba atacando donde más dolía, queriendo que rompiéramos la formación. Dirigí mi atención hacia los chicos notando como ellos hacían su mejor esfuerzo por no reaccionar ante la provocación.
—¿Saben cómo mate a Felix? —preguntó con sus ojos brillando en diversión—usé la espada de Jungkook...—en el momento en que la escuché no dudé en agachar mi mirada sintiendo mi corazón estrujado; si la seguía mirando caería en su provocación—tu... castaño, ¿Qué me ves? —cuestionó tratando de atacar al más inestable—¿Estas molesto? ¿Acaso maté a tu amigo? patético bastardo, ni siquiera pudiste ayudarlo—y lo insultó sin más provocando que el cuerpo de Jackson comenzase a temblar—¿Vas a quedarte ahí?... ven, si te acercas prometo decirte donde dejé el corazón de Yun.
Amplié mis párpados.
¿Qué?
—No caigan ante la prov... ¡Mierda Jackson! —Hyeon no tardó en quejarse tras notar como el castaño de un solo movimiento se las arreglaba para acortar la distancia golpeando violentamente su espada contra la de Mina con claras intenciones de querer acabar con su existencia—¡Mierda! ¡Mierda siempre hacen lo mismo! ¡Hwan ayúdalo, yo la atacaré por un costado! ¡Nayeon tú sabes lo que tienes que hacer!
Fue todo lo que dijo antes de emprender camino junto a la compañía de Hwan.
Decidí acatar su orden manteniendo una distancia prudente siendo completamente consciente que el acercarme solo empeoraría la situación. De forma ansiosa continué mordisqueando la punta de mi lengua en un desesperado intento por distraer mis pensamientos mientras que mi mirada seguía estando enfocada en la manera en que ellos habían comenzado a mover sus espadas chocando sus afiladas hojas contra el arma de la rubia con claras intenciones de querer acabar de una buena vez con su existencia. A pesar de que era más que evidente que, por el numero de atacantes mis caballeros llevaban la ventaja, Mina ni siquiera estaba retrocediendo ante los continuos ataques como si fuese realmente capaz de luchar contra los tres, ¿Qué tan poderosa eres?, me cuestioné manteniéndome atenta a lo que estaba sucediendo.
Hyeon no tardó en retroceder tras ser golpeado por la pesada espada de Mina directamente contra sus costillas, evidentemente ante su falta de extremidad la mitad de su torso estaba en clara exposición, exposición que Mina no dudó en ocupar su propio favor. Hyeon jadeó casi sin aliento mientras que su espalda se encorvaba en un desesperado intento por aliviar el malestar, Hwan en cambio no dudó en colocarse delante del contrario evitando que Mina pudiese terminar con su ataque. El fuerte sonido de las espadas chocando entre si llenaba mis oídos, cabe aclarar que aun cuando la guerra en mi alrededor no se había detenido, por alguna extraña razón, no parecía que hubiese nadie con vida a demás de nosotros, ¿Qué es lo que realmente esta sucediendo?, me cuestioné regresando mi atención hacia Hwan notando como la espada del muchacho chispeaba por culpa del material que estaba siendo constantemente azotado contra el arma de la rubia.
A pesar de que sabía que no debía dejar de mi mirar, no pude evitar agachar mi mirada notando rápidamente el fuerte temblor en mis manos. Sí, no voy a negar que me aterraba el matar a Mina, pero sabia como todo esto iba a terminar si permitía que mis emociones egoístas se apropiaran de mis decisiones, Mina se marchó, me forcé en aceptar mientras que elevaba mis manos apuntando mis palmas abiertas directamente hacia donde ella se encontraba; a simple vista no parecía estar prestándome atención. Perdóname..., pensé con mis ojos completamente enfocados en como ella con calma movía su cuerpo esquivando cada uno de los ataques brindados por mis caballeros, teniendo hasta el tiempo suficiente como para poder contraatacar logrando fácilmente que estos retrocedieran abrumados por la situación. Solo tenía una oportunidad, así que reuní todo el maná que poseía mi núcleo, congelatio... pensé un hechizo logrando congelar su antebrazo antes de que su espada llegase a cortar la garganta de Hwan. Para mi propia sorpresa mi ataque realmente logró desestabilizar por completo su modo de ataque consiguiendo que mis caballeros fuesen capaces de abrumarla al atacar a la vez, pero aun cuando la situación parecía favorecernos, ella de todas formas se atrevió a enfocar su atención en mi cuerpo viéndome con genuina sorpresa, como si simplemente no pudiese creer que yo me hubiese atrevido a lastimarla.
Como era de esperarse, Jackson rápidamente trató de aprovechar la situación estirando uno de sus brazos con toda la intención de apuñalar directamente el corazón de mi amada, no... espera, pensé sintiendo la ansiedad burbujeando en el interior de mi cabeza; aun cuando sabía que esa era la única forma de pararla, no estaba realmente preparada para perderla. Para mi sorpresa Hyeon bruscamente reaccionó enterrando su codo contra las costillas de Mina devolviéndole el ataque antes de que la espada de su camarada llegase a tocar el cuerpo de mi amada, ¿Por qué hiciste eso?, me cuestione aun cuando podía hacerme una idea del por qué había tomado la decisión de hacer eso.
En el fondo, Hyeon no quería matarla.
Mina jadeo sin aliento mientras que las venas de su cuello no tardaban en alzarse por culpa de la propia rabia que la estaba consumiendo.
—¡Cómo se atreven! —Mina bramó dando un paso hacia atrás —¡Ardenti igne! —recitó el hechizo logrando que una fina pared de fuego se interpusiese entre su cuerpo y el de los chicos quienes impulsivamente trataron de cubrir sus ojos ante el calor que impactaba directamente contra sus rostros—... odio los imbéciles que creen tener una oportunidad—aclaró al mismo tiempo que pasaba por sobre la pared de fuego, logrando sorprender a Hyeon con una veloz patada que dio directamente contra la boca de su estómago logrando hacerlo retroceder mientras que su espada cortaba limpiamente el muslo de Jackson sin siquiera darle oportunidad de poder detener el ataque.
Ni siquiera yo había sido capaz de ver su movimiento.
—Si tu intención realmente era el matarme... debiste apuntar a mi cuello—aclaró elevando su arma para tratar de asesinarlo, pero Hwan como no, rápidamente reaccionó golpeando con su hombro la espada ajena consiguiendo de esa manera el hacerla tropezar—¡Ah! ¡Mierda que fastidio!
Liberó una potente intensión asesina, algo que claramente no todos podían lograr emanar a menos que fuese un monstruo como ella. Me quedé en silencio observando como ella, utilizando un abrumante poder se las arreglaba par cortar de forma superficial el tabique nasal de Jackson consiguiendo que a este no le quedase de otra más que retroceder llevándose su mano libre directamente contra la zona afectada. A pesar de que Hyeon aun no sabía recuperado del ataque anteriormente recibido, de todas formas, se posó delante de su compañero azotando su espada contra la de Mina ejerciendo todo el peso de su cuerpo para poder mantener su arma adherida al de la contraria.
—¡Crepitus! —Mina bramó logrando que una explosiva luz rojiza llenara nuestra visión.
Esto era malo.
—¡Patet! —conjuré un hechizo tratando de contrarrestar el suyo, pero había actuado con demasiada lentitud.
Llevé mi mano hacia la frente tratando de poder acostumbrar mi vista al hechizo recibido. Lo primero que pude notar fue a Hwan ayudando a Hyeon, a simple vista daba la impresión de estar aturdidos, claramente no habían esperado el ataque, ¿Están bien?, me cuestioné notando como ellos no dudaban en observarse entre sí tratando de ver que el otro estuviese bien. Debo confesar que casi libero un suspiro de alivio tras comprender que estaban a salvo, pero cualquier rastro que pudiese tener de tranquilidad se evaporó tras notar como ellos bruscamente giraban su rostro buscando con ayuda de su mirada la presencia de Mina y Jackson, oh no... pensé tras ver como ellos se paralizaban. De forma brusca dirigí mi atención hacia la dirección que ellos estaban observando, espera... aun no siento dolor, pensé tratando de mantener la esperanza. Rápidamente mi corazón se hundió tras notar como ella estaba brindando su espalda con una de sus rodillas presionada en el suelo, durante todo ese instante mantuvo con casi totalidad su cuerpo inclinado hacia adelante como si lo que sea que estuviese viendo fuese lo único capaz de captar su atención.
—¿J~Jackson? ¡Jackson! —Hwan fue el primero que reaccionó tras notar como ella estaba sobre su cuerpo con su espada encajada en la boca del contrario.
No supe que decir. Simplemente me mantuve en mi sitio escuchando el sonido de los dientes siendo destrozados por su afilada arma mientras que la viscosidad propia de la sangre comenzaba a hacerse de notar a su alrededor. Ni siquiera tuve que oírlo para saberlo, solo bastó ese doloroso ardor envuelto en mi brazo para entenderlo.
Jackson había muerto.
—¡Ignis tempestas! —recitó otro hechizo permitiendo que el fuego envolviera por completo nuestro entorno. Daba la impresión de que estábamos atrapados en una tormenta de llamas.
Debíamos huir, pero nadie parecía capaz de moverse: ella había destruido nuestra moral de batalla.
—Iba a matarlos con piedad... pero he cambiado de opinión—comentó alejando la espada del rostro de Jackson. Con calma se puso de pie permitiendo que los tres pudiésemos notar su rostro ligeramente empapado por la sangre de nuestro amigo mientras que sus ojos brillaban como dos preciosas gemas de rubí—si quieren matarme, deberán ocupar su mejor ataque, porque si fallan, el juego se termina.
Esta vez ni siquiera teníamos un plan, ni siquiera Hyeon se molestó en darnos una señal, de forma veloz tanto él como Hwan se lanzaron directamente contra su cuerpo mientras que sus rostros expresaban lo que realmente estaban sintiendo: ellos no pudieron controlar las lágrimas que resbalaban sin más ante la desesperación causada por la perdida de su compañero de batalla. Mina tras notar la forma en que ellos habían reaccionado no dudó en sonreír disfrutando de ver lo que sus acciones habían causado, no permitiré que continues... acuti glacies, no dudé en realizar el hechizo consiguiendo que los afilados pedazos de hielo que emanaron directamente desde el suelo lograsen perforar la pierna izquierda de mi amada impidiendo que pudiese moverse con la misma libertad. Aquel repentino ataque que le había brindado ocasionó que la espada de Hyeon lograse por fin atravesar gran parte de su hombro derecho, pero antes de que él pudiese realizar otro ataque, ella no dudó en defenderse golpeando con el mango de su espada contra el rostro del contrario, rompiendo de esa manera su perfilada nariz. Hyeon impulsivamente retrocedió permitiendo que ella pudiese tomarse un pequeño descanso.
A simple vista daba la impresión de haber conseguido someterla, pero para mi sorpresa ella simplemente cambió la mano que estaba sosteniendo su espada logrando atrapar el ataque de Hwan, el mismo que iba directo a su cuello.
—Lento.
Y aun cuando toda esta situación indicaba que iba a perder, se tomó la molestia de burlarse mientras que soltaba el mango de su espada dejándose a sí misma desarmada, ¿Qué est...? y ni siquiera alcancé a terminar mi propia pregunta cuando pude notar como había estirado su única mano libre contra el rostro del sorprendido Hwan agarrando entre sus dedos su perfilada quijada para dejar presionada su palma sobre su boca, impidiendo de esa manera que el sonido pudiese desprenderse.
—¿Este es verdadero potencial de tus caballeros? —cuestionó elevando ligeramente el cuerpo robusto de Hwan.
Se quedó en silencio observando como Hyeon se había llevado sus manos contra su ensangrentada nariz.
—... Es patético—admitió mientras que deslizaba su mirada hacia mi rostro—esto es por tu culpa, nunca lo olvides.
Tragué saliva sintiendo las extremidades frías. Yo sabía lo que iba a suceder.
—¡Mina no! —Hyeon no dudó en llamarla mientras que estiraba sus ensangrentadas manos directamente hacia el cuerpo ajeno en un desesperado intento de poder detenerla—¡No lo hag...! —bruscamente se silenció tras sentir la sangre caliente salpicando contra su cuerpo.
Mina de forma silenciosa había realizado un hechizo explosivo destruyendo de esa manera la cabeza de Hwan. Hyeon... pensé sintiendo mi brazo completamente caliente ante la perdida de juramentos, sal de aquí, supliqué incapaz de poder alzar la voz mientras que veía como él caía de rodillas tras notar la manera en que Mina había soltado a su amigo. Hyeon perdió todo instinto de batalla, abrumado ante las pérdidas simplemente sostuvo el cuerpo ajeno en un patético intento por sentir su calor.
—... ¿Auch? —ella respondió elevando su pierna para sacarla del hielo que aún la mantenía apresada—¿Ya te has dado por vencido? —cuestionó dándole un vistazo a Hyeon notando como este seguía en el suelo aferrándose—pff...—se rio sin más tras notar como el contrario ni siquiera era capaz de alzar su mirada—¿Te he roto? —cuestionó disfrutando de lo que estaba sucediendo—... te dejaré vivir... por favor, observa esto—pidió mientras que sacaba la espada de su hombro—casi llegas a mi corazón... si tan solo hubieses deseado matarme, lo hubieses conseguido.
—¡Déjalo en paz!
Tenía que hacerlo, debía pararla, pero ¿Cómo? ¿Cómo carajos lo hago?, pensé sintiéndome angustiada. Espera... si ella esta interesada en mi... entonces..., y de forma violenta llevé mis manos contra mi cuello justo a tiempo para notar como ella enfocaba su atención en mi cuerpo.
—... Me mataré antes de que puedas hacer algo—aclaré logrando ver como sus orbes temblaban como si estuviese asustada de que hiciese eso—...no te acerques más a Hyeon.
Mina simplemente elevó sus manos dejando caer el arma frente a sus pies.
—Ustedes atacaron primero—aclaró mientras que caminaba hacia mi dirección—¿Realmente harás algo tan estúpido? —cuestionó sin dejar de caminar provocando que yo instintivamente diese un paso hacia atrás—... no tienes valor—admitió al mismo tiempo en que se detenía—eres patética—y me insultó sin más mientras que llevaba sus manos contra su rostro enterrando sus uñas sobre uno de sus pómulos al punto en que la sangre comenzó a deslizarse: ella no parecía ser consciente de que se estaba lastimando—oh...—murmuró llevándose su dedo pulgar contra la zona herida—alguien quiere salir a jugar—comentó con su atención fija en su pulgar ensangrentado.
—Detén todo esto.
—¿Detenerme? —cuestionó inclinando suavemente de su cabeza—¿Por qué? —preguntó logrando dejarme en silencio—llevo más de cuatro años tratando de recuperar lo que me corresponde, ¿Y ahora me dices que pare? —sonaba molesta, su rabia brotaba de su cuerpo sin ningún tipo de control—...—guardó silencio, como si estuviese tratando de controlar sus emociones—pff... no pongas esa cara—pidió sin siquiera molestarse en ocultar sus deseos por querer lastimarme—ni que fuese un monstruo—comentó con cierta ironía.
—... ¿Qué es lo que quieres? —me atreví a preguntar mientras que instintivamente volvía a retroceder.
—Había olvidado tu facilidad por hacer preguntas estúpidas—ella respondió al mismo tiempo en que se llevaba sus dedos contra su cabello—¿No te das cuenta? —cuestionó visiblemente irritada—yo solo quiero matarlos a todos.
—¿Por qué?
—No hay un por qué—respondió encogiéndose de hombros—simplemente es divertido—agregó sin muchas preocupaciones. Rápidamente se detuvo tras notar mi expresión —quizás solo me gusta verte llorar—cambió de parecer sin siquiera molestarse en tratar de ocultar sus emociones—me gusta ver tu desesperación... pero ahora estoy disfrutando más el notar como me miras—comentó al mismo tiempo en que se atrevía a cortar la distancia—¿Qué se siente amarme con tanta locura?
—Y~Yo no te amo—murmuré mientras que veía como sonreía.
—Es verdad—y para mi sorpresa simplemente decidió aceptar sin más—pero esa plebeya esta unida a mí, por ende, el amarla es lo mismo que el amarme—aclaró disfrutando del pánico en mis ojos—... pareces cansada, ¿Se te acabó tu maná? —cuestionó comenzando nuevamente a caminar hacia mi dirección—eso explicaría por que no estas tratando de atacarme—tal parece que me había prestado bastante atención—eso puede ser mortal en una guerra, lo sabes, ¿No? —daba la impresión que disfrutaba el seguir jugando conmigo—bien, hagamos un trato... si dices que me amas de rodilla, prometo que seré amable a la hora de jugar contigo.
—Vete a la mierda.
—He estado mucho tiempo viviendo en ese lugar—respondió mientras que estiraba su mano agarrando violentamente de mi muñeca—fui amable al tratar de hacer un trato contigo—comentó con cierta irritación—¿Crees que porque te di algo de atención puedes actuar con arrogancia? —cuestionó tirando de mi brazo, permitiendo que mi rostro quedase lo suficientemente cerca del suyo para sentir el calor propio de su aliento.
Yo... yo ya no era más esa patética niña, así que con brusquedad moví mi cabeza enterrando mi frente directamente contra su nariz. Como era de esperarse me soltó dando un paso hacia atrás mientras que yo veía como ni siquiera parecía afectada por el ataque.
—Oh...—comentó mientras que enderezaba su cabeza permitiendo que la sangre se filtrara por sus fosas nasales—mi juguete está tratando de recuperar autonomía... eso no me gusta—admitió llevándose sus dedos contra la zona lastimada tratando de detener la hemorragia—... ugh—se quejó apretando sus pestañas—mierda, guarda silencio—se quejó dando un paso hacia atrás.
Eso me sorprendió.
Acaso...
—¿Mina sigue ahí? —cuestioné logrando notar nuevamente sus orbes temblar. En el fondo yo era consciente que las probabilidades de que mi Mina estuviese aun con vida eran bajísimas, por no decir nula, pero no perdía nada con intentarlo—¡Minari!
—¡Cállate! —bramó enterrando su puño contra la boca de mi estómago. No pude evitar caer de rodillas mientras que el jadeo se desprendía de mi garganta ante la fuerza con la que había agarrado mi corto cabello—¡Mierda! ¡Cierra la boca! —ordenó enterrando su puño contra mi mejilla—¡¿Por qué te empeñas en ponerme de mal humor?! —se quejó golpeando nuevamente de mi mejilla—¡Ustedes dos! ¡Ustedes imbéciles que creen que pueden dominarme!
Yo simplemente me quedé quieta sintiendo algo húmedo cayendo sobre mi rostro.
A pesar de que me dolía el rostro, decidí alzar mi mirada notando la forma en que ella me estaba observando, para mi sorpresa Mina simplemente lloraba con su rostro enrojecido ante la rabia, daba la impresión de estar sufriendo, pero aun cuando su cuerpo por completo gritaba el querer parar, su puño nuevamente se elevó golpeando directamente contra mi boca.
Debía intentarlo, aun cuando me parecía una locura.
—Tu color favorito es el negro...—murmuré recordando como durante la única cita que habíamos tenido decidió comenzar a confesar cada uno de sus gustos. Tal parece que no comprendió mis palabras ya que rápidamente frunció el ceño—te gustan los perros y no se te da bien conversar con extraños—seguí hablando sintiendo como los dedos que estaban aferrándose en mi cuero cabelludo comenzaba a temblar—cuando estas nerviosa sueles morderte los dedos o los labios—ya no me estaba pegando, simplemente se quedó quieta con sus orbes sacudiéndose con violencia—... te gusta más los dulce que lo salado y no toleras muy bien lo picante—trataba de decir todo lo que recordaba en un vano intentó por poder recuperarla—... piensa en Matt... él siempre estuvo en tu mente, p~por favor... piensa en él.
De forma lenta sus dedos dejaron de ejercer presión en mi cuero cabelludo. En un completo silencio Mina se llevó sus palmas contra las cuencas de sus ojos, a simple vista daba la impresión de que trataba de controlarse mientras que las lágrimas rodaban suavemente por sus sonrojadas mejillas, ¿Has regresado?, me cuestioné sintiendo el nudo atorado en mi garganta.
El silencio nos envolvió por un par de minutos que se sintieron eternos.
Durante todo ese instante mantuve mi atención completamente enfocada en el suave temblor propio de mis manos mientras que podía sentir el ardor que envolvía gran parte de mi rostro. Por mero instinto tragué aquel sabor metálico propio de las heridas que sus golpes habían causado en el interior de mi boca.
Hice mi mejor esfuerzo por mantener la calma, aun cuando claramente era evidente mi aturdimiento.
—...¿P~Princesa?
Y solo bastó con oír ese suave llamado por su parte para lograr que mi corazón se detuviera en el interior de mi caja torácica, abrumada por lo que había escuchado no dudé en alzar violentamente de mi mirada sintiendo el tirón de mi cuello ante el brusco movimiento de mi quijada alzada. Las palabras quedaron atrapadas en mi garganta, no podía expresar lo que claramente estaba ocurriendo en el interior de mis pensamientos. Simplemente me mantuve ahí, quieta, congelada en mi sitio con las rodillas adheridas al suelo mientras que veía de forma atenta la manera en que ella estaba parada frente a mi con esos ojos color rubí observando detenidamente cada minúsculo espacio que componía mis facciones.
—¿Minari? —cuestioné con un hilo de voz notando como ella lentamente cambiaba de expresión.
—¡Pff! —se rio llevándose sus dedos contra sus labios curvados.
Mi mundo se derrumbó mientras que podía observar cómo se había llevado su palma contra su boca riendo a carcajada limpia tras lograr jugar con mis emociones.
—Mira tú expresión... Te morías por escuchar eso, ¿Verdad? —cuestionó logrando que mi propio aliento quedase atrapado en mi garganta tras comprender lo que claramente estaba sucediendo frente a mi—...—se quedó en silencio viendo atentamente de mi expresión—no seas una idiota—ordenó al mismo tiempo en que enterraba la punta de su zapato contra el centro de mi abdomen logrando revolver mi estómago.
—¡Ugh! —me quejé casi sin aliento mientras que presionaba mi frente contra el suelo sintiendo la suela de su zapato enterrándose contra mi cabeza.
—Querida... te tengo una muy mala noticia—comentó lo suficientemente cerca de mi para sentir el frío que emanaba su cuerpo—la plebeya jamás regresará... yo acabé con su existencia.
No es posible... no es verdad.
Me negaba a pensar en esa posibilidad.
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