Madurez
Recomendación: Ghost - Justin Bieber
TRES AÑOS DESPUÉS...
Pov: Myoui Mina.
Tras despertar lo primero que hice fue sentarme en el borde del colchón escuchando de fondo como Chaeyoung no dejaba de gruñir ante mi repentino movimiento. Solté un suave suspiro llevándome los dedos contra mi largo cabello, ¿Debería de cortarlo?, me cuestioné sintiendo como este acariciaba suavemente de mi espada, nunca pensé que lo dejaría crecer por voluntad propia... hasta se me hace nostálgico, pensé sonriendo con cierta suavidad.
—Grr...
Como no, Chaeyoung nuevamente se hizo presente soltando aquel pesado gruñido que en más de una ocasión logró quitarme el sueño. En un completo silencio decidí girar mi rostro dándole un corto vistazo a la forma en que su corpulento cuerpo animal había ocupado casi por completo de mi cama, dejando tan solo un pequeño y casi inexistente espacio donde anteriormente mi anatomía habia estado recostada, esta mocosa volvió a colarse en mi habitación... pensé llevándome los dedos contra mi rostro siendo consciente que había perdido la cuenta de cuantas veces le había ordenado que no saliera de mi núcleo cuando estaba durmiendo. Suspiré regresando mi atención a su figura observando sus enormes patas apropiándose sin ningún tipo de preocupación de mi almohada mientras que su cola no tardaba en agitarse impulsivamente de un lado hacia el otro como si estuviese buscando la forma de envolverse alrededor de mi torso, no eres una serpiente, pensé dándole un ligero golpe al sentir como su pelaje habia llegado a tocar la desnudez propia de mi espalda, ¿Huh?, rápidamente agaché mi mirada tras comprender que había tocado mi piel, oh... es verdad, pensé recordando el hecho de que me había parcialmente desnudado ante el calor abrumador que hizo la noche anterior.
Antes de que Chaeyoung fuese capaz de despertar tomé la decisión de colocarme de pie con toda la intención de ir de una buena vez por alguna camiseta. Manteniendo en todo momento en un completo silencio arrastré mis pies en el interior de la habitación yendo directamente contra el armario notando por el rabillo de mis ojos el largo espejo que comúnmente lo dejaba a un costado de este. Tras detenerme tomé lo primero que mis ojos lograron encontrar: una camiseta negra, ropa interior y unos pantalones que le hacían juego con la prenda superior, cabe aclarar que me había duchado la noche anterior así que simplemente di un paso hacia un costado comenzando a vestirme frente al espejo. Netamente por curiosidad le di un vistazo al reflejo de mi aspecto observando la manera en que mi cuerpo había cambiado, realmente ya han pasado tres largos años... pensé notando como ya no quedaba ningún tipo de rastro de lo que alguna vez había sido un cuerpo andrógeno y pequeño. Simplemente había dejado de ser una niña. Mantuve mis labios completamente sellados mientras que mi mirada se enfocaba primero que nada en lo mucho que había crecido, debía estar rondando casi el metro ochenta, francamente aun cuando llevaba casi cinco años en este cuerpo seguía sin poder adaptarme al cambio, sobre todo teniendo en cuenta el hecho de que en mi vida anterior con suerte había alcanzado medir un metro sesenta y tres, como no, rápidamente Chaeyoung y Bom no tardaron en soltar comentarios con respectos a lo varonil que se había transformado mi cuerpo aun cuando poseía rasgos completamente femeninos, debo admitir que al principio se había vuelto algo incomodo de escuchar ya que realmente no era un chico y no me consideraba uno tampoco.
En fin, llegó un punto en que simplemente lo ignore.
Regresando mi atención a mi cuerpo, por fin mi pecho había crecido como correspondía, sinceramente no es que la idea me hubiese agradado porque eran bastante incómodos a la hora de luchar, pero por lo menos había conseguido por fin algo que reafirmara mi feminidad. Continuando con la zona de mi torso, mi cintura se había vuelto un poco más pequeño de lo que anteriormente ya era, al parecer el hecho de haberse sido constantemente sometida a un duro entrenamiento afinó cada musculo y fibra de mi cuerpo dándome un aspecto digno de ser envidiado. Claramente no iba a negarlo, el cuerpo de Mina era precioso desde su largo cabello negro hasta la punta de sus dedos, no había nada que pudiese considerarse fuera de lugar, aun cuando poseía unos hombros redondos y una espalda ancha.
Decidí no perder más mi tiempo y simplemente terminé de vestirme para comenzar a caminar directamente donde mi bestia estaba pacíficamente descansando. Al detenerme frente a la cama pude observar lo mucho que Chaeyoung había crecido en estos últimos años, sinceramente, estaba agradecida de su compañía aun cuando jamás se lo decía, sin ella, probablemente no hubiese sido capaz de seguir viviendo, porque aun cuando no se me notaba yo estaba mentalmente agotada. Con respecto a Chaeyoung, ella también había cambiado. Después de las constantes luchas y palizas dadas por Jeonsa por fin había completado el manejo de mi núcleo, en palabras simples, este ya no perdía el control cada vez que sobre estimulaba mi cuerpo o cuando liberaba bruscamente una carga muy grande de maná, lo había domado por completo así que pude cumplir mi promesa de salvar la vida de mi ya no tan pequeño espíritu de fuego.
Regresando a Chaeyoung, ella había pasado de ser un pequeño espíritu recién nombrado a transformarse en un espíritu de alto rango, por lo que ella me pudo explicar, el maná que poseo se volvió lo suficientemente fuerte para llevarla al escalón más alto de la jerarquía espiritual, por ende, estaba al mismo nivel si no es que más, de lo que estaba la guardiana de los elfos; Yujin, el espíritu de agua.
—Chae—le llamé notando como la bestia simplemente suspiraba con fuerza demostrando de esa simple manera que no despertaría con tanta facilidad.
¿Me harás esforzarme?, me cuestioné mientras que apretaba mi quijada, esta mocosa... simplemente me quejé mientras que, por mero instinto le daba un golpe directamente en su muslo consiguiendo que ella bruscamente abriera de su hocico mostrándome de aquella forma sus afilados colmillos en señal de que no dudaría en atacar si es que la continuaba molestando.
—¿A quién le estas mostrando los dientes, mocosa? —pregunté con seriedad logrando de aquella simple manera que la contraria de forma brusca ampliara de sus parpados para verme con cierta sorpresa—¿Acaso quieres que te los arranque? —cuestioné cruzándome de brazos—ponte de pie.
Mamá...
—Mamá nada—gruñí mientras que daba un paso hacia atrás permitiendo que su corpulento cuerpo pudiese salir de la cama—¿Cuántas veces te he dicho que no debes escabullirte en mi cama? —pregunté observando atentamente como ella se transformaba en humano—no eres precisamente una niña que necesita ser constantemente reprochada.
Chaeyoung ahora era toda una adulta, aunque seguía teniendo una actitud infantil.
—... Lo hice para que Joohyun no lo hiciera—respondió mientras que yo simplemente suspiraba llevándome los dedos contra la frente en un vano intento por disipar el pronto dolor de cabeza que iba a sufrir por su culpa.
Esta niña solo me causa migraña.
—¡Mamá! ¡Es evidente que ella aún no se ha rendido contigo! —exclamó tras notar como yo trataba de ignorarla—¡Claramente ella quiere llevarte a la cama!
—¡Chaeyoung! —rápidamente me quejé sintiendo las orejas calientes ante la vergüenza que me causaba que ella estuviese insinuando ese tipo de cosas—¿Quién te enseño esas palabras? —me quejé notando como ella me veía con molesta—ha...—suspiré en un vano intento por relajarme—... Joohyun y yo solo somos amigas.
—Están casadas—atacó provocando que yo tan solo la mirase—específicamente llevan casi cuatro años casadas.
—Es algo complicado—confesé mientras que la veía inflando sus mejillas en señal de enfado, para luego simplemente mirar hacia otra dirección con su ceño completamente fruncido—... realmente no sé por qué razón Joohyun te molesta tanto, que yo sepa jamás te ha hecho nada—aclaré queriendo comprender el por qué se estaba comportando de esta manera.
—... Porque es evidente que te gusta—admitió con sus brazos cruzados y ese claro tono de estar completamente ofendida.
Yo, tras escucharla simplemente tensé mis hombros sintiéndome genuinamente ansiosa por su repentina acusación, ¿Qué yo qué?, me cuestioné tratando de recordar en que momento había demostrado ese tipo de interés por Joohyun.
—Claro que no—respondí netamente por instinto consiguiendo que sus ojos rojizos volvieran a estar enfocados en mi aturdida expresión—... e~ella no me gusta.
—Tus ojos dicen otra cosa—acusó al mismo tiempo en que se colocaba de pie—cada vez que ella aparece tu instantemente la miras como si estuvieses desesperada por no quitarle la mirada—el ataque no paraba mientras que yo mordía el interior de mi mejilla—... hasta siento que es tu prioridad.
Así que así es como te has estado sintiendo, pensé aun sabiendo que ella debía estar escuchando, pequeña Chaeyoung... ¿Por qué no lo dijiste antes?, cuestioné observando como sus orejas enrojecían tras oír mis pensamientos.
—... Ha... realmente no es esa la verdad—confesé siendo consciente de quién claramente era y siempre sería mi prioridad—tú siempre serás mi prioridad por sobre todas las cosas—admití manteniendo mi atención fija en como ella giraba su rostro permitiendo que nuestras miradas nuevamente se encontraran—ese es el beneficio que tienes por ser mi hija—confesé elevando suavemente mis comisuras en un vano intento por lograr conseguir que ella me mirase ligeramente avergonzada.
—... Odio que trate de ser mi mamá—admitió mientras que yo solo le sostenía la mirada—tu eres mi mamá—aclaró al mismo tiempo en que yo asentía con mi cabeza—y si por alguna extraña razón quisiera tener otra mamá, entonces elegiría a Nayeon.
Mi corazón se detuvo tras oírlo, sinceramente había pasado un largo tiempo desde la ultima vez que logré escuchar su nombre brotando de unos labios distintos a los míos.
—Tu no conoces a Nayeon—confesé tratando de que mi voz no se llegase a quebrar mientras que podía ver la manera en que ella hacía tan solo un suave mohín, posiblemente frustrada de no haber sido capaz de conocer a mi primer y único amor—... pero sí, ella siempre fue maravillosa... y al igual que yo, probablemente hubieses quedado perdidamente enamorada de ella—admití sonriendo con suavidad en un vano intento por culpar el hecho de que su muerte me seguía afectando.
Para nuestra mala suerte la conversación no pudo continuar ante el repentino ruido de la puerta siendo abierta permitiendo revelar rápidamente la figura de Bom. Como era de esperarse, Chaeyoung tras notar su presencia simplemente decidió regresar a mi núcleo sin siquiera tomarse la molestia de saludar, eso fue bastante maleducado por tu parte, aclaré al mismo tiempo en que enfocaba mi atención en mi nueva acompañante notando como ella simplemente ingresaba en el interior de mi habitación sin darle mayor importancia a lo que claramente había visto.
—Buenos días, Sharon—saludó con exceso de emoción provocando que yo tan solo me mantuviese durante unos segundos en un completo silencio tratando de entender su comportamiento.
—Buenos días—respondí mirando atentamente como ella se detenía frente a mí, como era de esperarse mi cuerpo bruscamente reaccionó tensando los hombros tras notar como se había inclinado presionando sus dedos sobre uno de mis hombros para poder impulsarse dejando suavemente un beso instalado en el comienzo de mi pómulo derecho—... ¿Cuándo vas a comenzar a respetar mi espacio personal? —me quejé llevándome mi mano contra mi mejilla en un vano intento por ocultar la repentina vergüenza que me atacó.
—Es divertido ver tus reacciones—admitió mientras que se alejaba caminando directamente contra la ventana—... la muralla realmente funciona—desvió el tema de conversación obligándome a tener que caminar hacia su dirección para observar lo que estaba viendo.
—... Si que ha resistido—respondí observando la muralla que tardé seis meses en construir con ayuda de toda la villa élfica.
Si debo ser sincera, en un principio los elfos no parecían estar muy de acuerdo con las decisiones que yo estaba tomando con respecto a la forma y creación de la muralla. Para empeorar, el simple hecho de que estuviese dándoles ordenes parecía ser una situación bastante choqueante para ellos, sobre todo para los hombres quienes no podían evitar el verme como un ser inferior ante mi raza y género, a decir verdad, fueron un verdadero dolor de trasero, pero por lo menos, solo bastó con construir un tramo de la pared para que ellos comprendieran que, sin mí, estaban realmente jodidos. Para mi suerte, aquel suceso fue el único inconveniente que tuve en la construcción, ellos tras notar que mi idea funcionaba, no les quedó de otra más que seguir mis ordenes logrando la construcción completa antes de que los orcos nuevamente comenzasen a atacar el pueblo.
Aproveché el hecho de que estábamos construyendo para crear un par de torres en cada una de las esquinas, permitiendo de esa forma una mejor vista para los escuadrones encargados en la subyugación de los orcos. Realmente había hecho un gran trabajo, y sabía que ellos eran conscientes de eso a que rápidamente implementaría la misma técnica en el resto de las villas que rodeaban el palacio logrando crear una civilización bastante refugiada.
Estaban a salvo.
Aunque no sé si para siempre. Si realmente los orcos eran inteligentes, sería cuestión de tiempo para que ellos crearan la forma de poder rebasar la muralla.
—Todo gracias a ti...—por fin Bom respondió provocando que mis ojos se enfocaran en su rostro notando como ella nuevamente me estaba mirando.
Nos quedamos en un completo silencio con nuestras miradas enfocadas en la otra.
Se sintió eterno.
—Yo... yo realmente no he hecho nada—confesé al mismo tiempo en que daba un par de pasos hacia atrás tratando de recuperar mi espacio personal, mientras que podía escuchar en mi cabeza repitiendo una y otra vez que había tenido deseos de querer besarla.
Eso fue estúpidamente peligroso.
Al parecer Bom también había sido capaz de percatarse de lo que mi mente había estado repitiendo ya que simplemente se llevó sus dedos contra su largo y ondulado cabello dejando un par de mechones detrás de su oreja en un vano intento por lograr ocultar la evidente vergüenza que estaba haciendo estragos en el interior de su cuerpo.
—Siempre tan modesta—murmuró, para luego simplemente tomar una buena bocanada de aire, como si estuviese haciendo un esfuerzo para poder encontrarse nuevamente con mi mirada—... en fin, te he venido a buscar porque mi padre nos llamó.
—No será nuevamente por lo mismo, ¿Verdad? —cuestioné siendo consciente que, en el último tiempo, sobre todo en estos dos últimos años, solo nos había estado llamando para preguntar cuando comenzaríamos a darle nietos.
Él aun no entendía que eso jamás iba a suceder.
—No creo—admitió mientras que estiraba su mano enganchándose en mi brazo para comenzar a tirar de mi en dirección de la salida—creo que esta mañana llegó una carta desde el exterior—confesó logrando que yo en vez de prestarle atención a su repentina cercanía simplemente frunciese el ceño.
—¿Carta? —cuestioné genuinamente confundida—generalmente nunca llegan cartas y menos del exterior.
Yo era completamente consciente que, las cartas que llegaban al palacio casi siempre, por no decir siempre, eran enviadas por el escuadrón de los Nocte Maniplus quienes habían comenzado a encargarse de realizar un rastreo alrededor de todo el perímetro que envolvía la villa, consiguiendo de esa forma estar preparados para un posible ataque.
—Probablemente por esa razón nos ha llamado—admitió mientras que continuábamos caminando—... la verdad es que no tengo un buen presentimiento de esto.
—Nada malo ocurriera—respondí con plena confianza mientras que me dedicaba a abandonar la habitación junto a su compañía—lo más seguro es que la carta no será un tema importante, y simplemente se dedicará a volver a insistir con que le demos un nieto.
—Bueno... no está demás decir que yo siempre estoy lista para tener a tu bebé—aclaró en tono burlón, aunque en el fondo yo era completamente consciente de que ella realmente no estaba mintiendo con respecto a su deseo de agrandar la familia.
Lamentablemente no podía darle eso.
—Tengo suficiente con Chaeyoung—decidí, por su propio bien como también por el mío, el simplemente ignorar lo que realmente estaba sucediendo y simplemente seguirle con la broma.
Ella tras escucharme simplemente soltó una suave carcajada en señal de que no se lo había tomado a mal, para luego tan solo quedarse en un completo silencio permitiendo que este nos envolviera durante todo nuestro pequeño trayecto hacia el salón principal.
Para mi mala suerte mi cuerpo no tardó en reaccionar a lo que estaba ocurriendo, permitiendo que la culpa violentamente invadiera mis pensamientos, lo siento, fue todo lo que pude formular dándole tan solo un simple vistazo a su perfil consiguiendo notar como ella estaba completamente enfocada en nuestro caminar. Sinceramente, Joohyun era la segunda mujer más hermosa que mis ojos habían sido capaces de admirar, era la persona más divertida y carismática que había conocido en mucho tiempo, también sabia escuchar cuando era debido, siempre se mantenía radiante aun cuando poseía una personalidad que no todo el mundo podría fácilmente sobrellevar, pero, aun así, siempre se las arreglaba para que nadie sintiera rechazo por su persona. Francamente, ella era el tipo de ideal para cualquier persona, pero no para mí. Lo lamento tanto Bom, me disculpé notando como ella rápidamente giraba su rostro logrando que nuestras miradas nuevamente se encontraran.
Sinceramente, mi corazón no podía evitar el palpitar con violencia cuando nuestras miradas se llegaban a encontrar, yo... yo realmente deseo amarla, deseo poder ser feliz... pero simplemente no puedo.
Yo no puedo soltar el amor que siento por Nayeon, aun cuando sé que tan solo me estoy aferrando un vago y miserable recuerdo de lo que alguna vez fue el amor de mi vida, porque llegué a ese punto en que ni siquiera estaba siendo capaz de recordar a la perfección cada detalle de su rostro.
Sin siquiera darme cuenta al respecto, había comenzado a amar un rostro que ni siquiera era capaz de recordar, una voz que ya no podía escuchar, un sentimiento que no podría volver a experimentar.
Tontamente estaba amando algo que ya no existía, algo que jamás volvería a mí.
Era tan patética.
—¿Sucede algo? —cuestionó provocando que yo tan solo parpadeara.
—¿Huh?... no, no sucede nada—rápidamente respondí tratando de no demostrar mis emociones.
Ella se quedó en silencio durante uno segundos analizando mi expresión.
—Está bien... aunque no olvides que siempre podemos conversar—como no, ella simplemente decidió darme mi espacio, sin exigir nada, sin siquiera cuestionar lo que yo realmente estuviese pensando—no olvides que siempre seré tuya.
Saber eso me hacía sentir miserable... miserable por ella, por no poder darle lo que tanto se merecía.
Luego de pensarlo un poco, decidí mantenerme en un completo silencio siendo consciente que no tenía nada que opinar que pudiese llenar lo que ella tan desesperadamente estaba tratando de obtener.
Tras llegar a nuestro verdadero destino rápidamente uno de los elfos encargados en escoltar y guiar en el interior del palacio no dudó en abrirnos la puerta permitiendo de esa manera que yo pudiese observar su interior notando fácilmente la presencia de la familia Real en compañía de la gran Santa y el guardián de agua, al parecer... es más importante de lo que creía, pensé tras notar que había un espíritu de alto rango presente.
—Ya era hora de que aparecieras cuñis—Suji quién era una de las gemelas no dudó en alzar la voz consiguiendo que yo tan solo suspirara mientras que podía ver como el adolescente ya no tan adolescente de Jinyoung simplemente me miraba sin estar muy interesado.
Por lo menos ya no me odiaba.
—Hey—soltó en el momento en que yo llegue a la mesa.
—Buenos días—respondí de manera general al mismo tiempo en que, por mera costumbre tomaba el respaldo de una de las sillas para arrastrarla hacia atrás permitiendo que Bom fuese capaz de sentarse.
—Sharon sigue siendo la única persona que hace ese tipo de cosas por su esposa—respondió Yubin presionando sus codos sobre la mesa mientras que su gemela se quejaba por lo bajo—... tan romántico...
Las gemelas también habían crecido lo suficiente para ser un grano en el culo.
—Yubin y Suji, silencio—ordenó el Rey mientras que yo me sentaba al lado de Bom—...—se quedó en silencio esperando que sus hijas simplemente hicieron una pequeña reverencia en señal de estar disculpándose—bien... ahora que todos están presentes, podemos comenzar con la reunión.
—¿Es sobre la carta? —cómo no Jinyoung rápidamente trató de llevar la delantera en la conversación observando como su padre soltaba un suave suspiro para luego asentir con su cabeza—¿Es verdad que viene desde el territorio humano?
No sé realmente si Jinyoung lo hizo a posta, pero mi cuerpo no pudo evitar el tensarse, ¿Qué?, fue todo lo que pude pensar mientras que sentía la mirada de los ancianos fijos en mi cuerpo, como si ambos estuviesen analizando la forma en que yo estaba reaccionando.
—Ha...—el Rey simplemente suspiró al mismo tiempo en que dejaba caer sus antebrazos sobre la mesa en señal de estar mentalmente agotado, ¿Qué lo tendrá así?, me pregunté sin poder entender la razón de mi repentina ansiedad—la carta es proveniente de uno de los elfos encargados en la seguridad de la villa—confesó logrando que Jinyoung tan solo bajase sus hombros en señal de estar decepcionado de que el rumor que se había esparcido como la pólvora terminase siendo completamente falso—en resumen habla sobre la guerra que ha explotado hace alrededor de dos años atrás en el reino humano.
—¿Eso que tiene que ver con nosotros?, ojalá los humanos idiotas se maten entre si... se les da bastante bien hacer esa estupidez—Jinyoung no dudó en dar su opinión mientras que nuestras miradas no tardaban en encontrarse—sin ofender—agregó provocando que yo simplemente lo ignorara enfocándome nuevamente en el Rey.
—Oh... pequeño y estúpido hermano mayor, ¿Es que no puedes comprenderlo? —Yubin alzó su melosa y molesta voz provocando que el contrario simplemente apretara su quijada—es evidente que si los humanos continúan en guerra será cuestión de tiempo en que la batalla termine en nuestra tierras—aclaró algo que al parecer todos menos Jinyoung habían sido capaces de comprender consiguiendo que este se sonrojase—por eso lo ideal es que la guerra termine ahora.
—Eso... ha sido bastante preciso—el Rey rápidamente halagó el pensamiento de su hija menor consiguiendo que ella sonriera con cierta arrogancia—seré franco—admitió logrando que la tensión nuevamente envolviera el lugar—nos preparamos para la guerra, o nos inclinamos en uno de los dos bandos.
Sinceramente, no quería estar en ninguna de las dos.
—Espera... espera padre—pidió Jinyoung mientras que elevaba su palma para enfatizar su pedido—¿Acaso estas diciendo que nos volvamos subordinados de los humanos? —cuestionó sin poder creer que su padre, que el majestuoso Rey de los elfos estuviese dispuesto en agachar su cabeza por una raza inferior—... yo jamás estaré por debajo de un humano, no pienso siquiera escucharlos, así que preparémonos para la guerra.
—¿Olvidas que soy una humana? —cuestioné apuntando directamente mi rostro consiguiendo que él me viera con sorpresa—claramente estas por debajo de mi—le recordé logrando que las gemelas soltasen una suave risilla—... pero estoy de acuerdo con tu punto—admití notando como él parecía no creer en mis palabras—no deberían volverse subordinados de los humanos.
—¿Por qué razón no deberíamos hacerlo? —cuestionó Suji extrañada.
—El hecho de que yo sea favorable hacia ustedes no significa que el resto de los humanos también lo serán—admití notando como el resto de los presentes simplemente se quedaban en silencio—... quizás una pequeño porcentaje de los humanos quiera genuinamente estar con ustedes, pero el resto realmente no dudará en usarlos, así que yo descartaría esa posibilidad.
—Pero... si decidimos ir a la guerra también existe la probabilidad de que seamos sometidos... la única diferencia entre luchar o ser sometidos es que por lo menos si vamos a un bando tendremos oportunidad de llegar a un acuerdo mutuo—Yubin realmente era inteligente aun cuando ni siquiera habia cumplido sus diecinueve años demostrando de esa simple manera el gran potencial que tenía la raza élfica—sinceramente, por cómo están las cosas, no hay nada que nos asegure que vamos a estar a salvo.
Me quedé en silencio sin saber que decir. Francamente, ella estaba en lo correcto.
—¿Entonces? — Bom por fin alzó la voz provocando que yo tan solo la viera—por lo que veo, de todas formas, vamos a tener que interferir.
—A menos que puedan esconderse—admití sintiendo mi corazón comenzando a galopar con fuerza en el interior de mi pecho al notar como ella me había sostenido la mirada—... no quieren luchar ni ser sometidos, entonces... lo mejor será esconderse.
—Dudo que el Reino Im nos permita escondernos—respondió el Rey con cierta deje de sarcasmo en el tono de su voz.
Mi cuerpo se paralizó en el momento que escuché sus palabras.
—¿Qué acaba de decir? —cuestioné enfocando por completo mi atención en el Rey sin importarme que todas las miradas estuviesen enfocadas en mi cuerpo—¿Reino Im? —pregunté sin poder creer lo que estaba escuchando—¿Realmente dijo el apellido Im?
El padre de Bom tan solo frunció su ceño sin poder comprender a que se debía mi reacción.
—Claro, son nuestros vecinos—admitió mientras que yo me llevaba una de mis manos contra mi rostro en un vano intento por ocultar mi aturdimiento.
¿Realmente siempre estuve tan cerca?, me pregunté sin poder creer lo que estaba escuchando.
—Sharon... ¿Sucede algo? —Bom me preguntó presionando su mano contra mi muslo derecho tratando de llamar mi atención.
Espera... si es el Reino Im debería estar luchando con el Reino Kim, y sentía como la ansiedad lentamente estaba comenzando a subir hacia mi cabeza, no... no debería ser posible.
—... Una pregunta—murmuré alejando mi mano de mi rostro para poder recomponerme—¿El Reino Im esta luchando contra el Reino Kim? —cuestioné logrando por fin que el Rey me viera con incertidumbre.
—¿Cómo lo sabes?
Es mi culpa... Esto es mi culpa.
Bruscamente me puse de pie sintiendo la fuerza con la que estaba bombeando mi corazón.
—¿Sharon?
—Debo regresar—admití dando un paso hacia atrás notando como Bom se habia puesto de pie tratando de tranquilizarme—tengo que regresar al Reino Im—confesé contrayendo de mi brazo antes de que la peliverde fuese capaz de tocarme.
—¿Qué tipo de relación tienes con el Reino Im? —cuestionó el Rey con cierta tosquedad mientras que yo podía notar todas las miradas enfocadas en mi rostro.
Bom... no me mires así, supliqué tras deslizar mi mirada en dirección del rostro de mi acompañante notando la confusión en su mirada.
Si debo ser sincera, no esperaba que las cosas terminaran de esta forma, ¿Qué sucedió en mi ausencia?, me cuestioné queriendo saber lo que estaba pasando mientras que volvía a dar un paso hacia atrás sintiendo como Chaeyoung comenzaba a inquietarse en el interior de mi núcleo, ¿Estarán bien?, y no podía quedarme quieta, no cuando sabía que probablemente el Duque llevaba en la guerra más de dos años. Mierda... mierda... y volví a llevarme las manos contra mi rostro sintiendo unas terribles ganas de gritar.
Francamente no quería que las cosas terminaran de esta forma, no quería que todo acabase de esta manera, pero a la vez, irónicamente no quería continuar con esta maldita farsa.
No quería seguir mintiendo sobre quién realmente yo era.
—... ¿Qué tanto sabes del Reino Im? —ignoré su pregunta por otra pregunta mientras que alzaba mi mentón logrando que mi mirada se enfocara por sobre mis dedos en el rostro endurecido del Rey—¿Qué a sucedido en mi ausencia? —cuestioné deseando que él fuese sincero.
—¿Eres alguien importante? —cuestionó él mientras que yo apretaba mi quijada.
—Responderé cada una de sus dudas, solo si es que usted responde primero las mías—confesé ignorando por completo como Bom había dado un paso hacía atrás visiblemente aturdida por mi repentino comportamiento hostil—... solo dígame la verdad con respecto a lo que ha sucedido.
—No sé mucho sobre el tema—confesó el hombre mientras que presionaba su espalda contra el respaldo de su asiento—solo sé que en el Reino Im en medio de la guerra salió un nuevo heredero al trono quién se está encargando de toda la gestión militar—comentó sin darle mayor importancia.
¿Qué? ¿Nuevo heredero?, me cuestioné al mismo tiempo en que mis cejas comenzaban a juntarse ante la confusión, ¿Quién sacó a Jabeom?, me pregunté sin poder pensar en alguien lo suficientemente poderoso como para conseguir con éxito quitarle el poder a ese idiota.
—... ¿Sabe el nombre? —pregunté queriendo ver si realmente conocía al nuevo heredero.
El Rey guardo silencio deslizando su mirada en dirección de su padre y la santa Anciana, a simple vista parecía estar pidiendo su confirmación, pero sinceramente eso no tendría ningún tipo de sentido. Él era quién mayor poder tenía en el interior de este habitación, sin contar claramente del guardián de agua que seguía estando en un completo silencio.
—Bueno...—el padre de Bom rompió el silencio en el momento que Jeonsa asintió con su cabeza en señal de que si podía responder—creo que su nombre es Im Nayeon.
¿Qué?, fue todo lo que pude pensar mientras que las lágrimas impulsivamente habían comenzado a deslizarse por mis mejillas, ¿Qué?, y no podía parar de llorar permitiendo que los hermanos de Bom tan solo me vieran aturdidos, sin poder creer que yo, el extraño humano que nunca mostraba sus emociones se estaba rompiendo frente a sus ojos.
¿Ella está viva?.
-------------------------
Maraton: 5/5
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro