Libertad
Recomendación: Alive /Sia.
Narrador omnisciente.
El tiempo transcurrió sin mayores inconvenientes, habían pasado alrededor de ocho meses desde que Mina había fallecido para la gente de la Capital Imperial. El primer mes nadie parecía querer aceptar la realidad que les había tocado, no parecían estar dispuestos a tener que vivir una vida con tantos cambias, Sana no tardó en abandonar el Ducado sin siquiera tomarse de la molestia de despedirse de su hermano aún cuando este le gritaba que por favor no le abandonara, la joven muchacha, la nueva hija del Duque no era capaz de soportar la perdida de su joven señorita, no podía asimilar el hecho de que ahora debía vivir sin tenerla frente a sus ojos, era insoportable la simple idea de tener que imaginarse que su ultimo recuerdo con ella fue un suceso vago, sin importancia y tener que aceptar que no tendría la oportunidad de volver a escuchar su voz. Decidió huir refugiándose en los brazos de alguien más, se casó a fines de ese mes aún cuando Felix y el Gran Conde no estaba de acuerdo con la decisión de ambas. La ceremonia fue tranquila, Sana se veía hermosa con ese largo vestido blanco y su cabello suelto, pero bien peinado, Tzuyu también llevaba un vestido, aunque poseía ciertas piezas que podrían considerarse como masculinas, aún así, ella también se veía hermosa. Nayeon y el resto del Ducado también estuvo presente, con calma las chicas realizaron sus votos y a pesar de que tuvieron que prácticamente amordazar al inquieto de Felix, de todas formas su hermana aceptó frente a los dioses el pasar el resto de su vida junto a Zhou Tzuyu. Al tercer mes se realizó una pequeña ceremonia donde estuvo presente tan solo el Duque, Hyunjin, Nayeon, los guardias y la nueva Condesa Zhou junto a su esposa. No había sido fácil para los presentes el estar velando un ataúd sin cuerpo, era doloroso ver que le lloraban a algo que no existía, un cuerpo que no aparecía y que posiblemente jamás iba a aparecer. Nayeon al enterarse de que el Duque había dejado la ceremonia el mismo día que Mina estaba de cumpleaños casi pierde los estribos, quería gritar, deseaba usar tan solo sus manos para darle una paliza ante la decisión que había tomado sin siquiera preguntarle aun cuando sabía que ella había estado a punto de casarse con su tan preciada hija. Probablemente las cosas se hubiesen salido de control si no fuese por que Hyunjin la detuvo, él, a pesar de estar igual o peor que ella se tomó la molestia de explicar lo que realmente pasaba con su padre. Nayeon no quería oírlo, no quería escuchar una vaga excusa, pero cuando se enteró que, para el Duque era mucho más llevadero hacerlo todo en un solo día que tener que soportar en distintos periodos el dolor que el recuerdo de Mina había dejado en sus vidas entendió que él había estado en lo correcto.
Tras la ceremonia realizada Nayeon estuvo durante ocho semanas pensando seriamente que iba hacer con respecto a la confesión que Hyunjin le había brindado aquel día que perdió el control de sus acciones, durante aquel periodo de tiempo el muchacho se mantuvo a su lado, no intentó acelerar las cosas entre los dos ni de conseguir algo que claramente ella no sería capaz de dar por muy desesperada que estuviese, simplemente se mantuvo ahí, en un completo silencio, siendo de alguna manera aquel anhelado apoyo que ella había estado necesitando desde el día que vio con sus propios ojos como su prometida caía hacia el vacío. Su comportamiento calmado, el interés que le ofrecía sin pedir nada a cambio comenzó a confundirla, realmente logró cautivar de alguna manera el corazón de la princesa, este latía cada vez que él sonreía o tan solo se mantenía cerca de ella, escuchar su voz, oler su aroma la aturdida, pero esa emoción desconocida, esa abrumadora sensación de sofocación, bruscamente murió al entender que simplemente estaba tratando de hacer que Hyunjin fuese el reemplazo viviente del amor de su vida. Cuando entendió que solo veía al chico como una versión de lo que alguna vez fue Mina, tomó la decisión de no corresponder los sentimientos del joven heredero. El alto rubio al escuchar como ella de frente lo rechazaba por un segundo realmente estuvo a punto de romperse, francamente había sido una situación dolorosa, un latigazo caliente directo a su corazón expuesto, pero a pesar de que podía simplemente obligar a la chica a que fuese suya utilizando como excusa el poder de heredero que poseía, sabía que eso lo transformaría como un monstruo más, y él, no quería ser esa clase de persona, así que se dio por vencido aceptando la realidad que le había tocado sin luchar por cambiar las cosas.
Luego de eso, Nayeon pensó seriamente que era lo que quería hacer, si que es verdad que, cuando vio a su amante caer hacia la nada misma tuvo el deseo ferviente de agarrar al culpable y asesinarlo con sus propias manos, realmente el odio a su padre no había disminuido, en realidad, aumentó con el pasar de los meses, pero... ¿Ese era realmente su verdadero propósito? no lo sabía, así que con seriedad comenzó a preguntarse, noche tras noche, día tras día, que era lo que realmente deseaba para su vida, ¿Anhelaba poder? ¿Amor? ¿Venganza? ¿O simplemente morir? necesitaba una respuesta que fuese lo suficientemente fuerte para hacerla mantenerse de pie. Lamentablemente para ella, la respuesta que tanto anhelaba jamás llegó, pero en vez de encerrarse y perder toda esperanza de poder encontrarla, decidió simplemente buscarla por sus propios medios, negándose por completo a tener que perder algo que amase; el error que cometió al dejar que Mina muriese no se volvería a repetir, aunque tuviese que sacrificar el sudor y sangre de su alma, ella se encargaría de jamás perder lo que amaba.
El tiempo continuó su rumbo con una sorprendente normalidad hasta que, al séptimo mes, Nayeon consiguió el permiso del Rey para que sus hermanas fuesen capaces de mudarse temporalmente al Ducado con la excusa de ser entrenadas hasta que fuesen de algún tipo de utilidad. Francamente fue un trabajo pesado y laborioso, Hyunjin tuvo que ayudar al igual que su padre ya que, de momento ella no tenía el poder suficiente como para poder tener un favor del Rey. Al principio él no estuvo de acuerdo, cada vez que ella lo visitaba él simplemente se quedaba sentado sobre su caro asiento viendo con esos fríos ojos dorados la forma en que ella se arrodillaba pidiendo por la libertad de sus hermanas. A diferencia de cualquier otro momento, esta vez ella no agachó la cabeza, no importó cuan fuerte fuese la mirada que él le brindaba, ella no parecía querer demostrar el verse asustada. El hombre suspiré sintiendo la rabia burbujeando dentro de su cuerpo, se mantuvo sin decir palabra teniendo aún la esperanza de que ella se rompiera, pero Nayeon comenzaba a mostrar seguridad e independencia tanto en sus acciones como en su forma de verse, francamente eso no le gustaba, no quería que ella comenzara a pensar, deseaba que se quedase como la muñeca de porcelana que él mismo había fabricado; no le gustaban los cambios, sobre todo si ella era la responsable de ellos. Si no fuese porque el mismo héroe de la nación se hizo presente jurando que mantendría a sus hijas a salvo, lo más seguro es que el Rey jamás hubiese dado el permiso para que las chicas abandonaran el palacio, pero claro, Nayeon estaba frente al ser más perverso e inhumano que había conocido, un demonio de carne y hueso; no había forma de que él cediera con tanta tranquilidad.
—Las dejaré marcharse... pero a cambio quiero que entregues al primer hijo que tengas con el heredero del Ducado—ese había sido el trato entre ambos. A pesar de lo inhumano que sería el entregar su propia sangre para que fuese criado por ese monstruo, no tenía más opción. El Duque rápidamente se tensó, Hyunjin también lo hizo, la idea no le gustaba, y esperaba realmente que Nayeon lo rechazase, pero ella se prometió que no volvería a dejar lo que amaba, así que a pesar de ser consciente de lo mal que podría salir, decidió aceptar cortando una pequeña parte de su dedo pulgar para dejar resbalar las gotas de sangre sobre el contrato que el notario del Rey se había encargado de realizar—muy bien... hija mía, espero que pronto me des a mi nieto—susurró cerca de ella consiguiendo que la piel de sus brazos y espalda se erizaran por completo mientras que Hyunjin simplemente se colocaba delante de ella tratando de protegerla—no me decepcionen.
Antes de que su padre hubiese dejado en claro que quería al primer bebé que tuviese con Hyunjin, ella ya había tomado la decisión de jamás traer un niño a su vida, sabía que, por nada del mundo debía dejar que eso ocurriese porque su padre se encargaría de convertirlo en una muñeca de porcelana, otra más de su amplia colección. Francamente, ella no iba a permitir que ese hombre, que ese monstruo tocase nada que fuese concebido por su cuerpo aún si eso significara su propia muerte.
Y así las cosas en el Ducado terminaron al completarse el octavo mes, Nayeon tras asegurarse de que sus hermanas no volverían a ser usadas como moneda de cambio o para el beneficio de alguien más, tomó la decisión de partir hacia la Academia junto sus leales caballeros, ella con tranquilidad se subió al carruaje notando como Hyeon se sentaba a su lado viéndola en un completo silencio, su cabello castaño casi rubio que caía como una suave cascada por sus hombros ahora había desaparecido dejándolo lo suficientemente corto para cubrir a penas una parte de su frente y el borde de sus orejas, ante la falta de su brazo izquierdo, el chico no podía montar a caballo así que no le quedó de otra más que estar en el interior del carruaje con sus fríos ojos color amarillo caramelo fijos en su tranquila expresión. Rápidamente Sir Jackson y Sir Jungkook se hicieron presente aparecieron por una de las ventanas, ambos mantenían su cabello ligeramente largo, a Jungkook su cabello ondulado color azabache le llegaba hasta los hombros mientras que Jackson podía a duras penas tomarse las puntas dejando de esa forma su rostro despejado. Detrás de ellos apareció el silencioso Sir Felix junto a Yun quién se había quitado por completo el cabello y Hwan quién sobresalía de los otros dos ante la enorme cicatriz que cubría desde su mentón hasta un poco más arriba de su ojo izquierdo. A pesar de que todos habían hecho un juramento, la tensión en el ambiente seguía estando presente, quizás se debía a que tendrían que volver al lugar que les arrebató todo, o en sí, simplemente aún no eran capaces de aceptar la realidad que les había tocado. Hyunjin al saber que se marcharía no hizo el intento de retenerla a pesar de que sus ojos parecían ansioso viendo como ella terminaba de ingresar en el carruaje, él mismo era consciente de que ella ya no era la niña asustada que necesitaba ser protegida por él o por su difunta hermana, no era más una muñeca rota o aquellas de un solo uso, no era alguien que fácilmente podría ser pisoteada, así que simplemente se paró en la entrada del Ducado y con una cálida sonrisa se despidió de ella mientras que las princesas y el Gran Duque estaban junto a él despidiéndose con ánimos a la pelinegra que a simple vista parecía que estaba feliz, pero a la vez, a punto de llorar.
Cuando la puerta del carruaje se cerró y los caballos comenzaron a tirar de él junto a los caballeros que le seguían en silencio el paso, la nueva vida de Nayeon había dado comienzo.
En cambio, al otro lado del reino Im se encontraba Mina sentada en la orilla del río con solo sus pies descalzos dentro de la agua escuchando de fondo el suave ronroneo de Sooyoung quién jugaba tranquilamente con la pequeña Chaeyoung mientras que Bom continuaba comiendo las frutas de quién sabe donde había sacado. En silencio la pelinegra se quedó mirando su reflejo notando la mascara perfectamente envuelta en sus facciones permitiendo que tan solo sus ojos color rubí quedasen expuestas, durante los últimos meses había ganado algo de masa muscular, la ropa le apretaba un poco, sobre todo en la espalda y brazos, pero aún así no se quitaba ninguna prenda por temor a quedar descubierta. Continuó viendo su reflejo sin importarle los gruñidos por parte del cacharro, inspeccionó su cuerpo notando que ya no quedaba rastro de lo que alguna vez fue, en realidad, el simple hecho de poseer los ojos rojizos le seguía indicando que era parte del Ducado, pero el resto, no había manera de ser reconocida como la joven heredera. Eso le trajo nostalgia, había pasado mucho tiempo desde la ultima vez que se miró con seriedad. Con cuidado elevó su mano deslizando sus dedos por su corto cabello, estaba agotada, el cansancio en su cuerpo era evidente, pero seguía estando en el bosque así que no podía simplemente bajar la guardia y esperar que todo estuviese bien. Suspiró a la vez que giraba su rostro viendo por sobre su hombro como Sooyoung tenía a la pequeña Chae atrapada entre sus patas, Bom en cambio estaba a unos pocos metros de distancia sentada sobre una roca mientras que los rayos del sol chocaban contra su bonito cuerpo femenino. Desde su posición pudo notar su cabello verdoso cayendo libremente por sus hombros mientras que sus pies estaban de momento descalzos, esta vez se había puesto el nuevo conjunto de ropa que Mina le había comprado, se trataba de unos pantalones marrones y una camiseta negra junto con una chaqueta gruesa que en esos momentos no se había puesto, esa fue la ultima compra que Mina realizó antes de ingresar con totalidad en el vasto bosque siendo consciente que, mientras más profundo estuviesen menor sería la probabilidad de que los humanos pudiesen dar con su paradero. Tras el corto viaje hacia el pueblo la chica compró solo lo necesario siendo consciente que grandes compras podrían llamar la atención, se abasteció de un par cantimploras, o lo más parecido a ellas de material de piel animal, junto con un poco de comida, una mochila extra y un par de armas siendo consciente que tal vez su espada no podría ser suficiente.
—Ha...—suspiró en alto mientras que sacaba sus pies del agua. Con calma se 'secó utilizando su propia capa para luego envolver sus dedos con los calcetines de lana, finalizando con los zapatos—Sooyoung—la llamó en alto a la vez que se enderezaba notando como el tigre rápidamente dejaba de morder al pequeño cachorro que tenía atrapado entre su extremidades—déjala en paz—ordenó consiguiendo que el animal simplemente bufara soltando a la cría sin antes darle un golpe con su cola—ven acá—siguió hablando con calma mientras que posaba sus ojos nuevamente en el amplio lago.
"Le estaba dando una lección, el renacuajo ese ya no tiene ningún respeto por sus mayores".
Aclaró Sooyoung a la vez que se terminaba de acercar, con calma elevó su hocico permitiendo que la palma de Mina se posara entre sus orejas. Decidió mirarla en silencio notando como ella continuaba viendo en dirección del lago sin estar realmente interesada por su presencia, mucho menos por lo que había hecho a la pequeña Chaeyoung, en realidad, por la forma en que sus dedos estaban tocando su pelaje, estaba casi segura de que solamente se encontraba preocupaba.
"¿Lo harás hoy?".
Cuestionó notando como Mina por fin tomaba la decisión de alejar sus ojos del lago para agachar su mirada posando sus fríos ojos en rostro. La miró durante unos segundos como si estuviese pensando seriamente en que debía hacer, ¿Acaso no quiere hacerlo? se cuestionó esta vez para si misma que para la humana. La pelinegra soltó un suave suspiro a la vez que rompía el contacto, con tranquilidad giró su rostro viendo durante unos segundos en dirección de Bom notando fácilmente como ella seguía comiendo hasta que el pequeño cachorro tomó la decisión de ir a molestarla. Sí, confesó en sus pensamientos a la vez que volvía a posar su atención en Sooyoung observando como ella, a pesar de que aún estaba en forma de animal seguía siendo capaz de transmitir todo lo que sentía como si estuviese en su cuerpo real. Creo que ya estamos lo suficientemente dentro del bosque para estar fuera de peligro, así que ella estará bien, aclaró sintiendo por algún motivo una extraña incomodidad que envolvía su pecho.
"¿Estas segura?".
Su pregunta la sorprendió así que Mina se quedó durante unos segundos en un completo silencio tratando de pensar si lo que estaba a punto de hacer, realmente estaba siendo lo correcto.
—Sí—respondió esta vez en alto—de todas formas necesito volver al Ducado—aclaró mientras que se giraba comenzando a caminar en dirección de la elfo, demostrando que había dado por finalizada la conversación y que no tenía pensado en cambiar de opinión. Sooyoung se quedó en su puesto viendo con preocupación como Mina se llevaba una de su mano contra su nuca, un movimiento característico de su evidente incomodidad—Bom—le llamó notando como ella rápidamente dejaba de presionar su pie sobre el vientre del emocionado cacharro. En silencio la chica alzó la mirada notando como el contrario estaba caminando hacia su dirección con aquellos fríos ojos rojizos fijos en su expresión—ven—ordenó logrando que la muchacha simplemente se mantuviera en su sitio con las cejas juntas ante la confusión. Como había un contrato de por medio, no le quedó de otra más que colocarse de pie comenzando a caminar en dirección de su contratista notando la forma en que él no parecía estar cómodo.
"Mina".
Guarda silencio, ordenó bruscamente consiguiendo que el animal simplemente escondiera la cola entre sus piernas sintiéndose repentinamente ansiosa por el extraño comportamiento de la más alta. Francamente, Sooyoung esperaba que Mina en algún momento dejara a la elfo en libertad, era su deseo real ya que quería tener nuevamente su cuerpo humano, pero a la vez, tenía la sensación que su contratista simplemente estaba tratando de sacarse el problema de encima, como si de repente hubiese recordado su propósito real, ¿Qué le sucede? se cuestionó notando desde lejos como la pelinegra caminaba hacia mochila que había estado posada sobre la roca, se tomó el tiempo de revisar durante unos segundo el interior de este, para luego simplemente regresar por sus pasos notando como Bom le veía en silencio esperando lo que sea que ella quería darle.
Aún sin pronunciar palabras Mina miró su palma notando la estrella que envolvía su piel en señal de que aún era propiedad de alguien más.
—... Será prácticamente imposible que alguien te atrape si sigues adentrándote en el bosque—aclaró Mina mirando hacia su alrededor notando la vasta vegetación que envolvía el lugar. Bom frunció nuevamente su ceño ante la confusión que le causaba el estar escuchando todo esto—...—en silencio regresó su atención en la elfo viendo como ella trataba de comprender lo que ocurría—toma—le entregó la mochila viendo con cierta diversión como la contraría parecía completamente desconcertada—hay un par de botellas de agua, algo de comida y una cuchilla de corto alcance... si lo calculas bien es posible que todo eso te dure por lo menos unas dos semanas—comentó manteniendo sus ojos fijos en la forma que en ella seguía sin entender lo que estaba sucediendo—ven—ordenó estirando su mano logrando que la elfo simplemente se quedara en su sitio siendo incapaz de moverse—¿Realmente crees que te lastimaré?—cuestionó consiguiendo que por fin se acercara—no tardaré nada, así que relájate.
Eso fue todo lo que Mina comentó. Con calma estiró sus manos presionando sus dedos alrededor del grueso collar que la elfo estaba poseyendo desde el día que la conocía. Sin decir palabras que pudiesen explicar lo que estaba realizando decidió simplemente cerrar los párpados tratando de concentrarse para verter la magia que había aprendido de Sooyoung sobre el material que estaba tocando. Rápidamente sus dedos emitieron un suave brillo en torno al metal que seguía sosteniendo. La elfa al percatarse de que algo estaba sucediendo en su cuello simplemente se quedó quieta viendo con sorpresa como la sangre lentamente comenzaba a gotear por debajo de la mascara ajena, por impulso estiró su mano queriendo arrancar el material de su rostro, pero Mina bruscamente sacudió su cabeza indicando con esa simple acción que no la tocase. A pesar de que no lo dijo con palabras, en el momento que amplió sus párpados y sus ojos fríos se encontraron con los verde esmeraldas de la elfo, esta supo de inmediato que no sería buena idea el quitarle la mascara así que tomó la decisión de dejar sus manos quietas.
—¡Ngh!— rápidamente se quejó en alto al sentir el repentino latigazo que envolvió sus dedos. Como era de esperarse Sooyoung comenzó a llamarla desde el interior de su cabeza, pero en vez de relajarla, solo empeoraba toda la situación que ya, en sí, estaba siendo bastante estresante—... ¿Huh? ¿Qué es esto?—cuestionó en voz alta a la vez que sentía como si una corriente eléctrica estuviese atravesando sin piedad sus falanges. El recorrido de esta descarga no tardó en subir por su extremidad, pasando de sus codos a sus hombros hasta terminar en su pecho—¡Agh!—la dejó sin aire. Era doloroso, sus manos no dejaron de temblar, pero aún así no las apartó.
"¡Mina! ¡Tienes que parar".
Ordenó Sooyoung, pero ella no la escuchó. Rápidamente, y sin siquiera avisar, una violenta luz iluminó el bosque, pero eso no le importó; estaba más concentrada en disminuir el insoportable dolor que cada vez se intensificaba más que el hecho de que la luz pudo perfectamente haber llamar la atención de alguien más
—¡Agh! ¡S~Solo un segundo más!—gruñó con los dientes apretados mientras que la sensación de que estaba siendo electrocutada como un castigo divino no tardó en azotar esta vez alrededor de todo su cuerpo.
Aun cuando el dolor era inhumano, no soltó el collar.
Al final, luego de unos insoportables segundo el collar terminó por explotar alrededor de las manos de Mina haciendo que la muchacha perdiera bruscamente el equilibrio cayendo directamente al suelo mientras que Bom simplemente se quedaba de pie viendo con sorpresa como el collar que le había mantenido retenida ahora se encontraba en el suelo. La chica sin poder creer lo que estaba sucediendo simplemente observó al contrario notando como este a duras penas se sentaba llevándose su mano a la cabeza tal vez para asegurarse de que seguía con vida para luego simplemente quitarse el guante de una de sus manos. Bom no lo entendió de inmediato, pero cuando el contrario alzó su mano hacia su dirección dejando su palma expuesta supo rápidamente lo que estaba sucediendo, ¿Por qué lo hiciste? se cuestionó la elfo al notar que la marca que la tenía atada ya no estaba presente, ¿Por qué me liberaste? estaba llenas de preguntas, realmente no era capaz de entender al humano y eso que había pasado los últimos siete meses observando su comportamiento. Por impulso quiso atacarlo, pero solo bastó con dar un paso hacia su dirección para perder el equilibrio cayendo de rodillas al suelo. Mina la observó en silencio notando como ella se llevaba las manos al pecho, al parecer el maná que había sido restringido por culpa del collar por fin se estaba adentrando en su cuerpo así que ahora lo que estaba presenciando solo era el violento llenado de su núcleo.
—Estarás bien—aclaró Mina mientras que se colocaba de pie sintiendo el cuerpo pesado y tembloroso ante el castigo que había recibido—ahora eres libre así que espero no volver a verte—admitió observando como Bom se retorcía de dolor.
Se quedó en silencio tratando de asegurarse de que lo que le estaba sucediendo era algo normal y no que le había causado un daño irreparable. Por impulso giró su rostro notando como Sooyoung se le acercaba sin emitir ruido, ¿Ella estará bien? preguntó notando como el espíritu asentía silenciosamente con su cabeza, oh... se quedó en blanco al notar como Sooyoung continuaba caminando hacia su dirección; ella estaba molesta, por impulso volvió a llevarse la mano a la cabeza tratando de tranquilizarse.
"No quiero hablar contigo".
Fue todo lo que Sooyoung dijo mientras que seguía de largo agarrando hasta quedar frente a la inquieta Chaeyoung, con calma se inclinó agarrando entre sus dientes la piel suelta de su cuello, sin ningún tipo de dificultad elevó el pequeño cuerpo ajeno quién no mostró ninguna señal de querer luchar contra ella. En silencio y al asegurarse de que la niña no se le caería tomó la decisión de caminar en dirección de Mina.
No tardó en quedarse quita al notar algo que venía a gran velocidad en dirección de donde se encontraba la silenciosa pelinegra.
"¡Mina! ¡Detrás de ti!".
—¿Eh?—fue todo lo que pudo ser en voz alta antes de sentir algo caliente golpeando contra su hombro que la hizo perder por unos segundo el equilibrio.
Aturdida giró su rostro notando como Sooyoung corría velozmente hacia su dirección. Sin entender lo que estaba sucedido decidió agachar su mirada viendo que, en la zona del impacto a duras penas quedaba rastro de lo que había sido su hombro, oh mierda... esto se ve mal...
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