Las apariencias engañan
Recomendación: Stay / Ari Abdul.
Pov: Bom.
Me quedé en un completo silencio con mis manos fijas sobre el plano estómago de mi salvador sintiendo como la sangre continuaba filtrándose sin parar a través de mis dedos aún cuando yo había vertido una gran cantidad de maná en un vano intento por curar sus lesiones, ¿Por qué no huiste? me cuestioné tratando de entender cuál fue la razón real que hizo que este tonto humano hubiese preferido el usar su cuerpo como escudo con tal de protegerme en vez de simplemente huir como lo haría cualquier otra persona que se ve en peligro, ¿Por qué te quedate? y quería que él me respondiera, que me explicara el motivo que lo empujó a tener que quedarse cuidando de mi hasta que mi núcleo hubiese estado completamente estabilizado, ¿Qué era lo que estaba pretendiendo hacer? tenía demasiadas dudas flotando en el interior de mi mente, y lo peor de todo esto es que no parecía que él estuviese dispuesto en aclararlas. Suspiré sintiendo como mis ojos ardían, ¿Por qué me preocupo por ti? me pregunté manteniendo mi mirada fijos en la forma en que la sangre seguía filtrándose por debajo de su máscara como si la misma reacción de su cuerpo me estuviese advertimiento que no había nada más que yo pudiese hacer por él. Su cuerpo estaba destruido, en sí, era un simple milagro que aún estuviese respirando. Por impulso apreté los dientes mientras que escuchaba de fondo como mis compañeros comenzaban a acercarse, no puedes morir... no puedes dejarme con esta carga, supliqué a la vez que rompía parte de la flecha sin sacarla por completo. Yo era plenamente consciente de que mi maná aún no estaba del todo recuperado como para poder hacer las cosas por mi cuenta, así que dejé la flecha en su sitio sabiendo que necesitaba que la Santa Anciana le diera un vistazo; ella era el ser más poderoso que la villa élfica poseía con respecto a la magia curativa, era la única con las capacidades suficientes para curar todo tipo y gravedad de heridas, así que sabía que ella podría arreglar el desastre que había quedado en su oreja y lo poco de hombro que aún mantenía, por favor... aguanta un poco más, pedí sabiendo que no podría cargar con la culpa que sentiría si él llegaba a morir frente a mi.
A pesar de que no miré hacia atrás, fácilmente pude sentir como los chicos se detenían a los pies de donde yo me encontraba, ninguno de los presentes emitió palabras al respecto, en un completo silencio se mantuvieron observando la desesperación con la que estaba tratando de mantener a mi salvador con mi vida como si estuvieran juzgando las acciones que yo cometía, a pesar de que no estaban hablando y que aparentaban tranquilidad, yo sabía perfectamente cual había sido la decisión que habían tomado como equipo. Sus pesadas respiraciones resonando en el vasto bosque daban la sensación de estar tranquilos, hasta se podría decir que confundidos, pero no había necesidad de que mintieran con tanto descaro; ellos no eran capaces de ocultar su instinto asesino, querían al humano muerto, deseaban perforar su corazón o desprender su cabeza de su cuello, pero yo no iba a permitir que eso sucediera, no en mi maldita presencia.
Mis hombros se tensaron en el instante que oí como los arcos crujían junto con el tenso sonido de sus cuerdas entre sus dedos, aquel característico sonido me indicó que estaban a punto de acabar con la poca vida que le quedaba a mi salvador. Antes de que ellos tuviesen el tiempo suficiente de poder realizar su ataque, decidí subirme sobre las caderas del humano usando mi propio cuerpo como si de un escudo se tratase. Francamente, no hubo ningún tipo de duda que danzara sobre mi cabeza al momento de realizar mi acción, no temía recibir una flecha, ni sentir el odio que desprendía intencional o no de sus cuerpos, porque sabía que ellos no serían capaces de atacar si yo estaba en medio. No dejaré que te lastimen... no volveré a permitir que te hagan eso, afirmé recordando frescamente la forma en que lo había encontrado. Sinceramente, aun me sorprendía la tenacidad que había demostrado poseer a la hora de estar en pie, no recordaba mucho como fue el ataque, el dolor que causó el ingreso de mi maná me aturdió lo suficiente como para poder prestarle atención a mi alrededor, pero por el impacto en su hombro supuse que había sido obra de Yixing ya que él era el mejor arquero que la villa élfica poseía y el único capaz de hacer ese tipo de daño, eres un humano muy extraño, pensé posando mis ojos en su oscura máscara notando como la sangre se filtraba por las pequeñas grietas que resaltaba, ¿Cómo le hiciste? me cuestioné sin importarme el escuchar los gruñidos de frustración por los demás elfos, ¿Cómo pudiste estar en pie con toda la sangre que habías perdidos?, de cierta manera, era fascinante notar lo que el cuerpo humano podía llegar a hacer si es que tenían una buena voluntad.
—Princesa... aléjese de ese sucio humano—la voz furiosa e intranquila de Yixing resonó en el silencioso bosque, pero a pesar de ser consciente hasta donde podía llegar cuando la ira le rebasaba, de todas formas no hice ningún movimiento para alejarme de aquel ser que él tanto despreciaba—los humanos son malos... esos bastardos de baja clases deben simplemente morir—aclaró sin ocultar su disgusto, pero aun cuando yo sabía que lo estaba sacando de quicio, permanecí en mi sitio.
A pesar de que había oído cada una de las palabras que Yixing soltó de su boca, decidí simplemente el no moverme manteniendo mis manos aún posadas sobre lo que me pareció un cuerpo demasiado delgado para el porte que poseía; francamente, como siempre se mantuvo con una pesada chaqueta cubriendo su torso junto con la capa, jamás tuve una oportunidad real de poder ver bien de su figura, pero ahora que lo estaba tocando, podía notar perfectamente que era demasiado delgado para ser considerado siquiera un adulto, ¿Acaso no comió lo suficiente? pensé a la vez que sacaba mis manos de su estómago para presionar esta vez su hombro, ¿Esa es la razón por la que su curación es más lenta de lo usual? y me preocupaba que una posible desnutrición estuviese empeorando la situación que en sí, ya era lo suficientemente mala. En silencio envolví su extremidad en un hechizo curativo mezclado con el poco poder elemental de agua que aún había quedado en mi núcleo, mis espíritus habían muerto al tratar de protegerme así que ya no tenía más poder elemental. Apreté los dientes al recordar como habían sacrificado su vida solo para que el collar inhibidor de maná no quedase permanente en mi; debo confesar que aun no he aceptado la realidad, me cuesta creer que, de un momento a otro los había perdido sin poder hacer nada al respecto, me sentí y sigo sintiendo tan inútil que el simple hecho de saber que este tonto humano estaba a punto de morir solo por qué yo no fui lo suficientemente fuerte carcomía mis pensamientos. Bruscamente sacudí mi cabeza en negación, no iba a dejar que otro ser tuviese que dar su vida para mantenerme con vida. El sudor comenzó a deslizarse de mi frente hasta la punta de mi delgada nariz, las gotas caían sobre el cuello empapado de sangre, estaba agotada, el mantener mi maná estable para infiltrarlo en el cuerpo ajeno estaba haciendo una tarea difícil, pero había notado un pequeño cambio en su extremidad, no era tan notorio, pero si se le prestaba suma atención se podría notar los pequeños signos de mejoría, sinceramente, no tengo ni la más menor idea de con que se había quemado, pero gracias a eso había conseguido detener el sangrado, aunque las cosas seguían viéndose realmente para mi gusto.
—Princesa...—fue el turno de Baekhyun de llamarme, odiaba ese apodo, odiaba todo lo relacionado con el reino élfico, pero no había mucho que pudiese hacer al respecto para cambiar las cosas—debe dejarnos acabar con el humano—él siguió hablando al darse cuenta que yo no lo mandaba a callar, pero lo que él no sabía es que la única razón por la que lo ignoraba era porque si mis emociones de descontrolaban, mi maná también lo haría y eso podría llegar a matar al débil humano—sabe perfectamente que el mantenerlo con vida podría perjudicar a la aldea—confesó mientras que se tomaba por fin el atrevimiento de estirar su mano en dirección de mi hombro, queriendo, lo más seguro, de alejarme del humano—lo estamos haciendo por el bien de nuestra gente—confesó, pero yo no pude evitar el soltar un suspiro cansado al escucharlo, ¿Bien de la gente? ¿De esos bastardos que huyeron sin siquiera mirar atrás? estaba realmente furiosa, quería matarlos a todos, pero tenía completamente claro de lo que sucedería si dejaba que mis emociones me ganaran.
—Quién se tome el atrevimiento de tratar de alejarme del humano, juro por el árbol de la vida de que me encargaré personalmente de expulsarlos de la villa élfica—amenacé causando que Seungwan quien se mantuvo en todo momento en silencio frente a mí, terminó tomando la decisión de rodear tanto mi cuerpo como el del humano para presionar su palma sobre el pecho de Baekhyun impidiendo que él tuviese el tiempo suficiente para poder siquiera el tocarme—...—me quedé en silencio prestándole toda mi atención al inconsciente humano que estaba debajo de mi. Rápidamente fruncí el ceño al percatarme de que los latidos de sus corazón de un momento a otro comenzaron a volverse más lentos e inestables; él iba a morir en cualquier momento—morirá...—murmuré sintiendo la ansiedad golpeando violentamente en el interior de mi cabeza—Wooseok—dije su nombre en alto aún cuando ni siquiera estaba segura si él estaba presente, pero si realmente lo conocía tan bien como yo creía, sabía que él estaba cerca de mi.
—¿SÍ?—como era de esperarse velozmente respondió mientras que se detenía a un lado de mi tratando de esa forma dejarme en claro que él estaba para mi. En silencio me prestó atención mientras que yo alzaba mi mirada permitiendo que él viera la extraña expresión que yo había realizado deseando que por favor hiciera algo al respecto—puedo dejarlo dentro de una burbuja de agua curativa, pero solo creo ser capaz de mantenerla por un par de minutos—confesó causando que yo simplemente asintiera con mi cabeza. Aún sin pronunciar palabras me puse de pie notando como él estiraba sus manos—praesidium—realizó el canto consiguiendo que una fina capa de agua envolviera el cuerpo del humano impidiendo de esa forma que falleciera en medio del traslado.
—¿Qué carajos estás haciendo?— Yixing rápidamente alzo la voz tratando de demostrar de esa forma cuan molesto se sentía por lo que había estado observando. Por la manera en que me veía parecía que creía que había perdido la cabeza, sus ojos daban la sensación de estar gritando; ¿De verdad lo traerás a la villa? como si simplemente su cabeza no fuese capaz de darle la respuesta que yo claramente había dejado en claro. Francamente, entendía su molestia, si hubiese sido al revés no hubiese dado en aclarar que el humano jamás pisaría las tierras santas, pero esta era una situación distinta, yo no podía dejarlo morir como si él no hubiese salvado mi vida—¿Es en serio? ¿Realmente van a trasladar a este insecto a nuestras tierras?—cuestionó colocándose delante de Wooseok teniendo toda la intención de lanzar al humano contra el suelo, pero solo bastó con una fría mirada por parte del más alto para hacerlo dar un paso hacia atrás—t~tú...¿Cómo te atreves?—cuestionó fingiendo no estar muerto de miedo ante la diferencia de estatura.
—Fue una orden dada por la princesa heredera—aclaró Wooseok con tranquilidad consiguiendo que Yixing simplemente lo mirara como si eso no fuese motivos suficiente para mantenerse en silencio—creo que se te ha olvidado un pequeño detalle—comentó a la vez que se inclinaba intentando hablar lo más bajo posible, pero todos ahí éramos capaces de escucharlo—el hecho de que algún momento hubieses sido su prometido, no significa que tengas el poder suficiente para dar tu opinión, no olvides que solo eres miembro de un equipo de caza. Conoce tu lugar Yixing—pidió provocando que el mencionado apretara sus dientes dejando en evidencia como sus mejillas y las puntas de sus orejas perfiladas bruscamente se teñían de un intenso tono carmesí—solo eres un arma que protege al pueblo, jamás olvides eso—pidió en el momento que pasó por su lado provocando que el contrario siendo incapaz de poder replicar, simplemente tomó la decisión de dar un paso hacia atrás.
Me mantuve al lado del más alto mientras que ignoraba por completo al resto de los chicos, estos no tenían ningún tipo de vergüenza a la hora de verme con tanto descaro; al igual que Yixing estaba completamente segura que el resto también pensaban que había perdido por completo el razonamiento, pero como Wooseok había dejado en claro el hecho de que estaba a favor de la decisión que había tomado, sabía que nadie del grupo iba a tener el suficiente valor como para dar su opinión con respecto a mi forma de actuar. Me quedé en un completo silencio tratando de seguir los pasos del alto pelinegro, sin antes tomar entre mis ensangrentadas manos la mochila que el humano me había dejado pocos segundos antes de liberarme de aquel grueso y maldito collar, por mera curiosidad la abrí notando que, en efecto, había dejado algo de comida, un par de botellas de agua y un arma pequeña, lo que demostraba que él realmente había sido sincero con sus palabras. Me quedé durante uno segundos más mirando el contenido en un vano intento por tratar de ordenar mis ideas. Al final simplemente suspiré mientras que la cerraba, humano estúpido, pensé a la vez que dejaba el bolso colgado sobre uno de mis hombros para luego simplemente girar mi rostro notando como su cuerpo estaba sumergido bajo la burbuja, a simple vista parecía estar tranquilo sobre los brazos de Wooseok, por favor... resiste un poco más, supliqué sintiéndome repentinamente ansiosa ante la posibilidad de que él no fuese capaz de resistir durante el corto trayecto hacia las tierras élficas.
Sin más que decir continuamos nuestro camino sin antes yo dar un vistazo a mi alrededor tratando de buscar a las bestias de maná que el humano poseía, ¿Los chicos las asesinaron? y esperaba realmente que se hubiesen marchados, porque sabía perfectamente lo doloroso que era perder un compañero.
Con un pesado suspiro regresé mi atención hacia el frente notando que Wooseok seguía caminando sin mostrar signos de estar agotado, aun cuando cargaba un peso extra se mantuvo serio esquivando tranquilamente las ramas que obstaculizaban nuestro camino, el resto de los chicos de su equipo no dudaron en seguir nuestros pasos, a diferencia del más alto, ellos seguían alertas, con sus armas cargadas en señal de estar dispuestos en atacar si es que el humano decidía hacer algún tipo de movimiento. Yo no dije nada, estaba tan preocupada de que no lo lograra que no era capaz de pensar en otra cosa que no fuese que él continuara luchando. Como era de esperarse no tardaron en hacer acto de presencia los elfos que cuidaban el camino que nos llevaba hacia la villa, ellos se quedaron en silencio durante algunos segundos sorprendidos de notar que yo había regresado sana y salva, pero esta sorpresa que emanaban tanto sus ojos como la expresión de sus rostros bruscamente se esfumó al notar la presencia del humano siendo cargado por el indiferente de Wooseok, como era de esperarse ellos alzaron sus arcos dispuestos en matar, pero solo bastó con que yo diera un par de pasos hacia el lado usando mi cuerpo como escudo para hacer que ellos bajaran sus armas desconcertados de ser conscientes que yo estaba protegiendo a otra especie.
—Ni se les ocurra... ninguno de ustedes tienen permitido tocarlo—eso fue todo lo que dije mientras que les veía con tal grado de frialdad que nos le quedó de otra más que dar un paso hacia el lado, visiblemente asustados de causar mi ira—...—en silencio continué viéndolos tratando de asegurarme de que no harían algo tan estúpido como atacar al único humano que trataba de proteger. Al darme cuenta que ellos bajan sus armas, decidí abrirme pasos en dirección de la entrada de la villa—Wooseok, no te separes de mi—ordené a la vez que giraba mi rostro viendo por sobre mi hombro izquierdo cómo él rapidamente comenzaba a caminar detrás de mí.
Al ingresar a la villa élfica lo primero que pude sentir fueron los recuerdos de lo que había experimentado meses atrás, estos comenzaron a bombardear cruelmente el interior de mi cabeza, como si me estuvieran avisando que jamás debía olvidar que mi propio pueblo me había dado la espalda con tal de poder conservar sus patéticas vidas, fueron unos bastardos egoístas. Decidí por unos segundos simplemente cerrar los párpados a la vez que tomaba una buena bocanada de aire, rápidamente pude sentir el aroma de los árboles quemándose mientras que los gritos de los niños resonaban en el lugar ante sus cobardes padres que no habían dudado ni por un segundo el abandonar a sus hijos con tal de poder sobrevivir. Era la ley del más fuerte, como siempre éramos atacados por orcos, se hizo la mala creencia de abandonar al más débil, sin importar si eran niños, mujeres o ancianos; esa era la única forma de poder vivir, pero el hecho de que fuese la única opción que nos quedaba, no significaba que yo estuviese a favor. Francamente había sido una tonta, con mayor tranquilidad amplié mis párpados viendo con indiferencia como los elfos comenzaban a acercarse dispuestos en ver si realmente lo que estaban observando era real. Aquel trágico suceso se llevó a cabo una mañana normal y corriente, los orcos habían atacado uno de los pueblos que componía las tierras del castillo que padre se encargaba de mantener a flote, en sí, teníamos cuatro divisiones para poder incluir a todos los elfos que aún estaban con vida, el ataque se hizo en la tercer división, justo en la que tanto yo como mi familia habíamos estado visitando. Como estábamos prácticamente acostumbrados a ser atacados, se realizó hace un par de siglos atrás con ayuda de los elfos con mayor aptitud a la magia y siendo poseedores de espíritus de alto rango una zona protectora, se trataba de una barrera mágica indestructible, esta se activaba con ayuda de una piedra mágica que tanto mi padre como cada uno de los representantes de cada división poseía, cuando una de las divisiones estaba bajo ataque esta se activaba, y solo se podía desactivar cuando la piedra ya no estuviese sobre el pilar. El único problema que esta barrera poseía era que, en el momento en que se activaba, no había forma de poder poder entrar o salir, eso significa que si no alcanzaste a entrar o alguien a quién amas quedó afuera, entonces solo podías mirar como este sería brutalmente asesinado, o peor aún, secuestrado.
Aquel día cuando los orcos apareció yo tontamente me separé de mis padres y hermanos, solo fue un segundo, un maldito segundo que cambió todo para mi. El fuego había consumido las casas de los elfos, los gritos resonaban en el lugar mientras que mi gente no dejaba de correr. A lo lejos pude notar un hombre atrapado entre los escombros; él necesitaba ayuda así que no dudé en ir a socorrerlo, tontamente traté de salvarlo, como había sido criada para ser la sucesora, siempre pensé que era mi deber el entregar mi vida por el bien del pueblo, lo que no esperaba era que él, al salir de su problema en vez de agradecer simplemente decidió empujarme haciéndome caer de lleno entre los escombros para luego, sin siquiera mirar atrás comenzar a correr en dirección de la barrera. Fui ignorada, toda la gente que pasó por mi lado ni siquiera se tomó el tiempo de mirarme como si simplemente no les importara que alguien de su misma especie estuviese en problemas. Luego de unos minutos, me las arreglé para poder salir, pero había sido demasiado tarde para mi. No alcance a entrar, en silencio me quedé de pie frente a la barrera notando como mis padres y hermanos me veían, parecían aturdidos como si no pudiesen creer que realmente había quedado fuera. Papá rápidamente se me acercó, sus amplía mano tocó la barrera mientras que sus ojos parecían llenos de ansiedad como si no fuese capaz de entender lo que estaba sucediendo, mi hermano menor, Jinyoung junto con Suji y Yubin trataron de quitar la piedra, pero mamá los detuvo antes de que pudiesen llevar a cabo su cometido, y a pesar de que me dolió notar que mamá no parecía querer salvarme, lo entendía, sabía que el bajar la barrera conllevaría a matar al resto del pueblo, así que no podía darse el lujo de salvar a su hija a cambio de que todo el pueblo quedase expuesto a una muerte inminente.
Decidí huir antes de que uno de los orcos llegase a notar mi presencia, esta vez no traté de salvar a nadie más, por primera vez en dieciocho años decidí pensar en mí antes que en el resto. Con el corazón bombeando con fuerza y la ansiedad susurrando maliciosamente en mis oídos comencé a correr a través de la alta maleza sintiendo la respiración quemando mi garganta mientras que mis pies ya descalzos se lastimaban con la tierra y las plantas que pisaba sin mirar. Mis espíritus se mantuvieron zumbando a mi alrededor, ellos parecían preocupados por lo que me podría llegara suceder, entendía sus preocupaciones, pero aún así, los obligué a estar dentro de mi núcleo para no seguir malgastando su poder. Ha... simplemente olvídalo ya, me ordené a la vez que, en un completo silencio giraba mi rostro notando como los elfos continuaban acercándose tratando de cerciorarse de que realmente era la sucesora. Por impulso fruncí el ceño, notarlos tan cerca de mi me incomodaba, pero más ahora que tenía al humano en mi poder. Decidí darle un vistazo a Wooseok notando como él, sin cambiar de expresión simplemente trataba de cubrir el cuerpo del humano, pero sabia que tarde o temprano todos sabrían la verdad.
—¿Princesa?/ Oh por los Santos Dioses... realmente es la princesa/ ¡La princesa está de regreso!.
El sonido de la gente llamándome rápidamente erizo los vellos de mi nuca. No pude evitar el detenerme, ellos se abalanzaban hacia donde me encontraba tratando de tocarme como si fuese alguna especie de Santa, váyanse a la mierda, no pude evitar el insultarlos ante lo irritada que me sentía. Francamente, no tenía ánimos de verlos, saber que perfectamente podrían darnos la espalda con tal de poder mantener sus patéticas vidas me asqueaba, pero aun así no hice nada para tratar de detenerlos. Menos mal el resto de los chicos comenzaron a rodearme, Yixing tomó la delantera mientras que Baekhyun, Seungwan, Siyeon y Minhyuk le acompañaban dejándome completamente aislada de las demás personas. Gracias a ellos pude continuar caminando, pero la tranquilidad que pude llegar a tener cruelmente se evaporó en el momento que los ojos curiosos de los elfos lograron enfocarse en lo que tenía Wooseok sobre sus brazos.
—¿Humano?.
Solo bastó con que esa palabra saliera de la boca de uno de los elfos para que el pánico colectivo se activara en la villa. Rápidamente los gritos aclamando el cuerpo del humano comenzaron a resonar en el lugar, la sed de venganza por todos los que habían muertos bajo las manos humanas no tardó en caer sobre mis hombros, me exigían que lo entregaran; ellos realmente lo querían muerto, así que no pude evitar el detenerme colocándome delante del pelinegro tratando de esa forma el poder proteger su cuerpo vulnerable mientras que los demás chicos no dudaban en elevar sus arcos dispuestos en asesinar a su propia gente con tal de que yo estuviese fuera de peligro. No puedo estar perdiendo mi tiempo en esto, pensé mientras que le daba un vistazo al humano notando como su pecho subía con demasiada lentitud, morirán si sigo esperando que llegue alguien más, y sin pensar en las consecuencias decidí agarrar el brazo de Wooseok logrando que él me mirara directamente a los ojos.
—Sígueme y no te detengas—ordené notando como él parecía confundido, pero de todas formas asintió con mi cabeza.
A pesar de que tenía toda la intención de comenzar a correr en busca de la Santa Anciana, mis piernas se paralizaron mientras que podía sentir ese extraño aroma que me estuvo acompañando durante todo mi viaje con el humano, por impulso giré mi rostro notando lo que Wooseok estaba viendo; esta fue la primera vez que notaba esa expresión en sus facciones. Rápidamente giré mi rostro viendo lo que sea que lo había impactado tanto, para mi sorpresa un cuerpo femenino estaba parado frente a mi obstruyendo prácticamente toda mi visión, con su rostro fijo en los demás elfos que bruscamente habían sido silenciados ante el poder abrumador que desprendía su cuerpo. No dije nada, no podía creer lo que veía. Su largo cabello rojizo flameante danzaba ante el frescor de la tarde mientras que su vestido igual o más intenso que el color de su cabello quedaba completamente expuesto para todos los presentes. El silencio continuó reinando en el lugar, nadie se atrevía a siquiera respirar con brusquedad por temor de ser asesinados; ella estaba molesta, alguien había provocado la ira en el guardián de fuego. No puede ser... pensé a la vez que giraba mi rostro notando como el hombro del humano se veía los restos aún de la quemadura que había sufrido, no es posible... y me negaba rotundamente que el humano tuviese alguna relación con el guardián.
—¿Guardián?—le llamé notando como ella simplemente giraba su rostro viéndome con una helada indiferencia que pondría incómodo a cualquiera, para luego simplemente estirar su mano agarrando el cuello Yixing haciendo que él se quedara completamente quieto visiblemente asustado por salir lastimado.
—Busca a la anciana—ordenó a la vez que lo soltaba haciendo que su trasero tocara el suelo—si no tengo a la anciana de aquí a dos minutos comenzaré a matar—habia hecho la amenaza así que rápidamente los elfos comenzaron a correr en busca de la Santa—...—se quedó en silencio mientras que se giraba, ella me ignoró por completo, simplemente estiró su mano hundiendo sus dedos en la burbuja de agua sin llegar a reventarla demostrando de esa forma que tan poderosa era—... tonta—murmuró a la vez que dejaba sus dedos posados sobre la mejilla ajena—te prohibido que mueras—lo había dejado en claro, ella conocía al humano, yo no lo podía creer—...—se volvió a quedar en silencio sacando su mano de la burbuja. Con calma giró su rostro posando sus fríos ojos flameante en mi rostro—¿Quién clavó las flechas?.
—¿Eh?—respondí ante la confusión que me había causado escucharla hablar. Como era de esperarse ella simplemente se inclinó haciendo que me sintiera pequeña y vulnerable ante aquella insana cantidad de maná que su cuerpo poseía por naturaleza.
—Dame el nombre del bastardo... o sino incendiaré este maldito bosque—amenazó consiguiendo que yo simplemente me quedara quieta.
—Sooyoung—amplié los párpados al escuchar el nombre de la mujer mientras que giraba mi rostro notando como el guardián del agua tranquilamente caminaba hacia nuestra dirección; ella no parecía preocupada de que las cosas pudiesen salirse de control. Espera... ¿Dijo Sooyoung? me cuestioné recordando que ese nombre había ocupado el humano para referirse a su bestia de maná—no puedes interferir en el mundo humano—aclaró provocando que la mujer simplemente la viera en silencio—va en contra de las reglas.
—Cierra la boca Yujin—respondió mientras que la veía fijamente. La tensión en el ambiente simplemente empeoraba con el pasar de los segundos, en cualquier momento iba haber una guerrera entre guardianes y no había nadie con el suficiente poder para pararlas—tocaron a mi humano, así que será mejor que des un paso hacia el lado antes de que mi humor empeore—aclaró consiguiendo que mi piel se erizara.
—Señoritas—giré mi rostro al oír la voz de mi abuelo sonando en el lugar. En el momento que llegó sus ojos no tardaron en posarse en mi cuerpo, esa fue la primera vez que veía a mi abuela sorprendido—...—se quedó en silencio, parecía abrumado mientras que sus manos habían comenzado a temblar como si no pudiese creer que realmente estaba ahí, de pie. Por un segundo estuvo a punto de lanzarse contra mi cuerpo, pero al notar que los guardianes estaban a punto de matarse, decidió usando todas sus fuerzas el ignorarme para enfocarse esta vez en ambas mujeres—ninguna de las dos puede interferir en las tierras élficas—confesó haciendo que los guardianes se quedaran en silencio con sus ojos fijos en él—¿Es un humano importante?—cuestionó mientras que se acercaba donde Wooseok dándole un vistazo a lo que él estaba sosteniendo—...—se quedó en silencio viendo directamente al humano que seguía sin reaccionar—mmh... que interesante.
—Él salvo mi vida—aclaré temiendo que mi abuelo decidiera matarlo por el simple hecho de que fuese un humano. Rápidamente me miró. No dijo nada, a simple vista parecía desconcertado, pero en vez de molestarse por haber sido interrumpido, simplemente elevó sus comisuras, pero estas no duraron por mucho tiempo ya que velozmente las tapó con las yemas de sus gruesos dedos—¿Puedes curarlo?.
—La anciana lo hará—aclaró mientras que estiraba sus manos indicando que él se lo llevaría. Eso fue una sorpresa ya que él solo había cargado a sus nietos, indicando que nadie más merecía ser sostenido por sus brazos—que peculiar—murmuró a la vez que comenzaba a caminar hacia el castillo. Rápidamente le seguí mientras que los guardianes no tardaba en ir tras nosotros—guardiana—le llamó consiguiendo que ambas la miraran, siendo Sooyoung la única que, de un solo parpadeo se las arregló para colocarse a su lado—a pesar del estado en que está, ¿Piensas salvarlo?.
—¿Tambien sentiste lo peculiar que es?—preguntó la mujer como si ella supiese de lo que él estaba hablando, no entiendo, pensé deslizando mi mirada del rostro del guardián para luego enfocarme en mi abuelo notando como él asentía con su cabeza—... no lo entiendo, pero sé que lo necesito con vida.
Mi abuelo la miró sin decir nada durante unos segundos, parecía querer arreglar sus propios pensamientos.
—Ha... así que a esto se refería la anciana—comentó el mayor mientras que se adentraba en el castillo notando como Yixing hacia todo lo posible por levantar a la Santa, pero ella no parecía querer cooperar manteniéndose con su trasero adherido al sofá y sus ojos viendo distraídamente el libro que seguía estando recargado sobre sus muslos—oye vieja—él no tenía ningún respeto por la gran Santa, pero ella en vez de ofenderse simplemente le elevó el dedo de en medio sin tomarse la molestia de siquiera alzar su mirada—necesito que cures a este humano.
—¿Por qué haría algo tan estúpido?—cuestionó la mujer mientras que le daba un manotazo a Yixing por el simple gusto de hacerlo—deja que se muera—comentó con sus ojos aun fijos en su libro.
—Si eso ocurre no dudaré en asesinarte—aclaró el guardián consiguiendo que por fin la Santa decidiera alzar su mirada enfocándose primero en la pelirroja para luego centrarse en mi—levanta tu aguado trasero y sálvalo—ordenó provocando que la mujer simplemente suspirara.
—Tardaste más de lo que había pensado—comentó consiguiendo que yo la viese con sorpresa, ¿Sabía que estaba con vida y se hizo la idiota? pensé sintiéndome irritada por su desinteresada actitud. Como era de esperarse, por la expresión que hizo mi abuelo, él también parecía sorprendido por su palabras, pero no era momento de quejarse, así que ambos decidimos dejarlo pasar—... estoy vieja, así que tráelo—ordenó consiguiendo que el mismismo ex Rey, el héroe de los elfos y el ser mas fuerte de la villa élfica tuviese que acercarse dejando al humano en el suelo lo suficientemente cerca de la Santa para que esta solo tuviese que tomarse la molestia de agachar su mirada—... oh—comentó mientras que se inclinaba demostrando de esa forma lo curiosa que estaba. Con interés se acarició su mentón mientras que sus ojos estaban fijos en el cuerpo ajeno—que interesante—hizo el mismo comentario de mi abuelo consiguiendo que la curiosidad en mi simplemente aumentara—es la primera vez que veo un ser vivo ocupando su núcleo como corazón.
—¿Disculpa?—pregunté causando que ella se enfocara durante unos segundos en mi.
—Su corazón se detuvo—aclaró mientras que se colocaba de pie sin estar muy interesada en la reacción que yo tuve—pero sigue con vida, ¿No te parece fascinante?—cuestionó a la vez que decidía continuar con su camino sin prestarle atención a la forma en que el guardián había elevado al cuerpo del humano—llévenlo a la habitación, comenzaré con el tratamiento de forma inmediata.
—E~Espera... ¿Es siquiera posible eso?—cuestioné mientras que veía como la mujer seguía caminando sin tener interés por mi pregunta o eso creí.
La Santa simplemente me miró por sobre su hombro derecho, sus ojos... ella parecía estar disfrutando de esta situación.
—Eso es lo interesante—comentó para luego mirar hacia el frente dejando ambas manos posadas detrás de su espalda—no debería ser posible.
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