Interacciones
Pov: Myoui Mina.
De forma brusca amplié mis párpados al mismo tiempo en que tomaba una buena bocanada de aire tratando de llenar mis pulmones hasta su punto máximo. Decidí mantenerme en mi sitio sintiéndome genuinamente sorprendida al comprender que había perdido el conocimiento tras la violenta batalla que había mantenido contra los orcos, ¿Emma estará bien?, me pregunté mientras que me llevaba una de mis palmas contra mi rostro sintiendo como los huesos de mi torso reaccionaban, ¡Ugh!, me quejé deteniendo mi movimiento a mitad de mi rostro, esto duele, pensé quedándome completamente quieta. Me mantuve en un completo silencio notando como, por primera vez no me había encontrado con la dueña original de este cuerpo, por primera vez desde mi llegada no estaba siendo capaz de recordar el tiempo en que había quedado atrapada en la profundidad de mi propia mente, ¿Qué ha sucedido?, traté de pensar en que había ocurrido a la vez que alzaba mi mirada enfocando mi atención con cierta desconfianza en el blanquecino techo del lugar, ¿Cuánto tiempo llevo inconsciente?, y necesitaba desesperadamente algún tipo de respuesta.
Aun sabiendo que mi cuerpo no estaba para nada recuperado, hice mi mejor esfuerzo por tratar de incorporarme sintiendo con cierta sorpresa unos dedos aferrados a mi antebrazo derecho. Confundida giré mi rostro notando con cierta sorpresa aquella cabellera verdosa esparcida alrededor del colchón con su rostro adherido a mis dedos y su mano aferrándose completamente a mi muñeca vendada, impidiendo de esa manera cualquier intento por mi parte de abandonar la habitación, ¿Bom?, me cuestioné notando como ella no parecía estar consciente de que yo me había despertado. Por mero impulso estiré mi mano libre en dirección de su cabeza tratando de despertarla, pero antes de que las yemas de mis dedos fuesen capaces de rosar la suavidad de su cabello decidí quedarme quieta, sintiéndome incomoda por esta haciendo algo que, por lo general no sería capaz de hacer, ¿Qué me sucede?, me pregunté tratando de comprender por qué razón estaba actuando como lo haría con la princesa.
Ella no es Nayeon.
Incómoda por la comparación que había instintivamente realizado tomé la decisión de tratar de tirar de mi brazo deseando que no se despertarse: realmente necesitaba un tiempo para arreglar lo que evidentemente mi mente estaba tratando de cambiar, pero para mi mala suerte con solo un suave movimiento de contracción de mi extremidad, ella bruscamente se levantó con su cabello revuelto y sus ojos ansiosos buscando desesperadamente mi tranquilo rostro.
—... Buenos días—la saludé expresando con tranquilidad la incomodidad que envolvía mi anatomía, mientras que ella simplemente me siguió mirando.
Me quedé en un completo silencio observando de forma atenta la irritación esparcidas por debajo de sus ojos verdosos, demostrando de aquella manera lo mucho que había estado llorando, probablemente por culpa de mis propias acciones. Rápidamente mis hombros se tensaron al notar como su fina y delgada nariz se arrugaba acompañada por como sus cejas se fruncían deformando por completo la tranquilidad y sorpresa que algún momento su atractivo rostro había sido capaz de reflejar.
—¿B~Buenos días? —cuestionó ella mientras que, con brusquedad se colocaba de pie—¿Buenos días? ¿Realmente solo dirás eso?—preguntó al mismo tiempo en que yo podía ver como su pecho subía y bajaba con la suficiente fuerza para evidenciar su rabia.
Por impulso entreabrí los labios dispuesta en dar una vaga y muy mala excusa para tratar de justificar aquel repentino acto suicida que había cometido sin siquiera tomarme la molestia en cuestionarme como sería que ella reaccionaría al verme en aquella situación, pero al notar su expresión, llena de miedo y rabia, decidí simplemente agachar mi mirada, genuinamente avergonzada por haberle causado ese tipo de malestar.
—¿Te haces siquiera la idea de lo asustada que estaba? —retomó su repentino monologo mientras que yo simplemente me mantenía en mi sitio.
Se quedó en un completo silencio esperando a que yo respondiera, francamente, estaba segura de que ella estaría satisfecha aun si me respuesta fuese una completa mentira, pero aun cuando era consciente que podía engañarla para calmar su abrumado corazón, no me atreví a soltar ningún tipo de sonido, quizás, simplemente el compararla de alguna manera con Nayeon me hacía sentir incapacitada para entreabrir mis labios sin soltar un patético y lamentable lo siento.
—Bien... eso me deja las cosas claras—y escuchar ese tosco, pero doloroso sonido me hizo bruscamente alzar mi mentón notando como ella me había dado la espada para comenzar a caminar hacia la salida.
Yo sé a la perfección que podría llamarla y simplemente disculparme, pero... ¿Realmente quería tener ese tipo de relación con Bom?
Solté un pesado suspiro en el momento que escuché y observé como Bom abría y cerraba la puerta permitiendo de aquella manera que la soledad rápidamente envolviera el cuarto. Abrumada de mis propios pensamientos llevé mis manos contra mis facciones sin importarme el dolor que se extendía violentamente a través de mis costillas, sinceramente, prefería mil veces el volver a luchar contra los orcos que tener que enfrentarme nuevamente a la peliverde. Por impulso volví a soltar un pesado suspiro, sinceramente, no podía entender sus sentimientos o quizás, simplemente me estaba negando el hacerlo, porque ese era el camino más fácil: patéticamente no me estaba haciendo cargo de lo que juré hacer, era una idiota. Francamente, no lo sé, no puedo dar una respuesta clara sin sentirme sofocada. Tan solo no podía decirle... no podía decirle a Bom el por qué había atravesado la barrera, no podía confesar que aquella pequeña elfo era idéntica a la pequeña niña que quedó sin su padre, que, tan solo había tratado de salvarla en un vano intento por poder liberar mis propios pecados.
Me sentía patética, pero sobre todo me sentía culpable por lastimarla. Lo siento, me disculpe sintiendo como la soledad de la habitación cada vez me abrazaba más, lamento que tuvieses que unirte a mí, y eso era lo que realmente me arrepentía. Odiaba el haberme quedado sin opciones.
—¿Madre?
Mis hombros bruscamente se tensaron al momento de oír una suave voz llenando el silencio de la habitación. Visiblemente confundida deslicé mis palmas de mis facciones a la vez que giraba mi rostro sintiendo el tirón eléctrico que recorrió alrededor de toda mi espina dorsal por aquel repentino movimiento. Con los labios apretados y el ceño fruncido deslicé mis orbes en dirección del sonido notando una pequeña figura adentrándose en el cuarto con ese cabello rojizo que caía suavemente por sus hombros hasta llegar un poco más arriba de su pequeña cintura, por alguna extraña razón se me hacía conocido, ¿Dónde he visto ese estilo de cabello?, me cuestioné tratando de recordar en qué momento había visto una persona parecida a Chaeyoung.
Lamentablemente no llegué a ningún tipo de resultado aun cuando me esforcé por ello; se sentía como si mi propios pensamientos se estuviesen rehusando a darme mayor información. Era un sentimiento agridulce.
—¿Chaeyoung? —cuestioné sin poder creer que el bebé que anteriormente había estado siendo parte de mi viaje, ahora se había transformado en una pequeña niña entrando recién en su adolescencia—¿Q~Qué te ocurrió? —murmuré tratando de entender el porqué de su cambio.
—Oh... ¿Hablas de esto? —cuestionó apuntando su cuerpo perfectamente proporcionado para la edad que aparentaba—bueno... has obtenido mayor control de tu maná y eso me ha hecho el tener que adaptarme a este tipo de cuerpo.... ¿Por qué?, ¿Acaso no te gusta? —preguntó con interés mientras que yo simplemente mantenía mi ceño fruncido—aunque... si soy sincera, este siempre debió ser mi cuerpo original, así que me siento como si hubiese recuperado algo que perdí por mucho tiempo—agregó encogiéndose de hombros, como si simplemente no estuviese siendo la gran cosa para ella.
—¿Puedes regresar al aspecto de un bebé? —pregunté sin saber por qué me importaba tanto el volver a verla en esa apariencia.
—Nop—respondió a la vez que alzaba sus comisuras, dejando en evidencia su diversión tras notar como yo miraba hacia otra dirección—mamá... deberías estar alegre de que ahora sea de mayor utilidad.
Mi cuerpo se tensó tras escucharla hablar con tanta tranquila.
—¿Qué?
Solté por impulso mientras que mis ojos la veían atentamente.
—¿Qué mierda acabas de soltar? —cuestioné retomando nuevamente la conversación notando como ella simplemente me veía con confusión—¿Serme de utilidad? —pregunté tratando de mantener la calma—¿Quién carajos te dijo que yo quería eso de ti?
Chaeyoung simplemente inclinó su cabeza sin entender mi reacción.
—Pero mamá... para eso existo—aclaró como si de nacimiento fuese consciente que era algo que podía ser desechado—mi deber como espíritu es ser útil para mi dueño hasta que este decida sacrificarme.
Dueño, estúpidos dueños, ¿Por qué todo el mundo se trata como si fuese un maldito objeto?, me cuestioné mientras que apretaba con fuerza de mis puños sintiendo como la tensión propia de mi cuerpo comenzaba a hacer estragos en mis heridas recientemente tratadas, carajo, me quejé sin más, sintiéndome genuinamente irritada por como las cosas se estaba llevando a cabo.
—No eres un objeto Chaeyoung—aclaré tras minutos de completo silencio. Con calma deslicé mis orbes hacia sus facciones notando por fin la sorpresa en ellos—te he tomado como hija, por ende, no puedes sacrificarte, mucho menos por mi—respondí observando su confusión—¿He sido clara?
—Mamá siempre ha sido extraña—confesó llevándose los dedos contra sus mejillas sonrojadas—por eso no puedo entenderte... dices que debo protegerme, pero cada vez que tienes una oportunidad tratas de morir como si tu vida no fuese la gran cosa—y acusó sin más, como si no tuviese miedo de que yo llegase a cambiar de opinión.
¿Eso ha sido un ataque?, me pregunté sorprendida de notar la suavidad con la que prácticamente me estaba atacando, ¿Quién le enseñó a comportarse de esa forma?, y no podía recordar a nadie que tuviese aquella personalidad.
—Yo no trató de morir —me quejé viendo como ella sonreía dejando sus colmillos a la vista, era evidente que ella no parecía confiar en mis palabras—... —me quedé en silencio observando su expresión burlesca. Francamente, no estaba acostumbrada a lidiar con una adolescente de su calibre—... solo estoy tratando de hacer lo correcto—confesé manteniendo mis orbes sobre su rostro—en fin... yo no te enseñé esas faltas de respeto—cambié bruscamente de tema al sentirme acorralada.
Rápidamente pude escuchar como ella se reía con suavidad, era una risa que francamente esperaba que conservara.
—Es verdad—aceptó sin más la situación mientras que se sentaba sobre el colchón sin siquiera preguntar si esto era lo que yo quería—mamá solo me enseñó a verla siendo golpeada.
—¡Oye!
—Admite que siempre te están pateando el trasero—maldita mocosa, me quejé apretando mis dientes—te he escuchado—aclaró llevando sus dedos contra su frente—mamá... por favor no olvides que estamos conectadas por tu núcleo—canturreó mientras que yo simplemente suspiraba.
—Te prefiero de bebé—aclaré notando como ella simplemente se acomodaba en la cama quitando gran espacio del colchón—lo digo en serio—me quejé sintiendo como mi adolorido cuerpo comenzaba a sufrir estragos por su culpa—Chaeyoung.
—Madre.
Me quedé en silencio observando su coronilla mientras que sus dedos se posaban suavemente contra mi abdomen. Francamente, no estaba acostumbrada a este tipo de contacto, pero quizás como se trataba de Chaeyoung, decidí simplemente dejarlo pasar. No te vayas de mi lado... y me sorprendió el tener ese tipo de pensamientos.
—... Por favor no mueras tratando estúpidamente de protegerme—supliqué con suavidad mientras que veía como ella seguía estando en su sitio, en un completo silencio—yo no valgo la pena... así que por favor... no hagas algo como eso, aun si yo muero en el intento.
—Si tu mueres... yo moriré automáticamente—replicó con tranquilidad—pero si yo muero tu podrás encontrar a alguien más.
—Solo aceptaré un espíritu como mi hijo... nadie más que tu puede tomar ese tipo de papel—aclaré sintiendo sus dedos aferrándose a mi prenda—así que no me hagas cargar con ese dolor... te lo suplico, cualquier cosa menos eso.
Chaeyoung no respondió, porque ella era consciente de que yo ya sabía cual sería la respuesta, ¿Esto sintió Bom?, me pregunté mientras que llevaba mi antebrazo contra mis ojos tratando de ocultar la expresión que había realizado, es un sentimiento asqueroso, y no me importaba que Chaeyoung fuese capaz de escuchar mis pensamientos, quería de alguna manera que ella fuese consciente de las consecuencias que traerían sus actos si yo la llegaba a perder, porque me volvería loca, la poca cordura que había logrado mantener se iría a un completo carajo porque ella estaba siendo lo único estable que me quedaba, lo único por lo que debía continuar estando con vida, eran mi razón de vivir, mi motivo real para acabar con todo esto, si la perdía, si llegaba a morir, ya no habría motivos para yo seguir luchando.
—Entrenaré muy duro... día y noche si es necesario, me volveré el ser más fuerte de este asqueroso mundo, así que por favor... por favor no te vayas.
Me sentía genuinamente avergonzada por estar soltando estas palabras, no era propio el mostrar mi vulnerabilidad, pero había comprendido con el paso del tiempo que nada se resolvería sino expresaba abiertamente lo que sentía, así que creí que ella mínimo debería saber el pavor que me causaba la posibilidad de que falleciera, más, si era por mi culpa. Tomé la decisión de mantener mi antebrazo adherido a mis ojos en un vano intento por ocultar la irritación en ellos, mientras que podía sentir como su pequeña mano se posaba directamente contra la boca de mi estómago, como si estuviese tratando de aclararme que ella era parte de mi núcleo.
—Confiaré en mamá—y fue todo lo que dijo mientras que las lágrimas lentamente comenzaban a deslizarse por mis mejillas.
Yo no tenía ni la más menor idea de lo mucho que había estado esperando esas palabras por su parte, no voy a decepcionarte, no volveré a cometer un error, pensé deslizando con fuerza de mi antebrazo en un vano intento por limpiar mis lágrimas, confía en mí, confía en mamá.
No sé realmente por cuanto tiempo me quedé en esta posición, pero en algún momento del día Chaeyoung decidió ingresar en mi núcleo dejándome nuevamente en la soledad como si fuese consciente de que yo necesitaba tiempo para pensar sin sentir su presencia a mi alrededor. Agotada suspiré mientras que bajaba mi antebrazo de mi rostro permitiendo que el frescor del cuarto tocara mis calientes mejillas, tendré dolor de cabeza, pensé al mismo tiempo en que decidía incorporarme sintiendo como cada fibra de mi cuerpo suplicaba por un poco de descanso, pero el tiempo era preciado, sobre todo para mí, así que me senté en el borde del colchón con los dientes apretados observando atentamente como mis piernas estaban envueltas por unas vendas al igual que mi torso, tan solo tenía puesto un short, lo que dejaba en evidencia el mal estado en que se encontraba mi cuerpo, realmente pude haber muerto, pensé llevando mis dedos contra mi núcleo recordando como mis huesos se habían fracturado ante el repentino golpe que había recibido por parte del orco, ¿Cómo es posible que sea tan fuerte?, me cuestioné queriendo saber si era la estructura ósea propia de su especie, o en sí, yo era demasiado débil como para haberme tomado el atrevimiento de luchar contra ellos.
—Me sorprende que Joohyun no esté acá—y la voz de Jeonsa resonó en la habitación provocando que yo alzase mi mirada, ¿Desde cuando estás ahí parado?, me pregunté sorprendida de no haber notado su presencia—te ves de la mierda.
—Gracias—respondí mientras que me levantaba sintiendo como los huesos crujían ante mi peso—¿Cuánto tiempo llevo inconsciente?
—Dos días—admitió con sus ojos fijos en como yo caminaba hacia la esquina agarrando a tientas un par de prendas—la anciana te matará si te ve de pie... fue una suerte el poder mantenerte con vida.
—Me arriesgaré—repliqué deslizando las prendas sobre mi cuerpo, sin siquiera tomarme la molestia en comprender el hecho de que casi perdía la vida, nuevamente, por otra de mis impulsivas acciones—me he vuelto más fuerte.
—Lo noté—admitió manteniéndose en el umbral de la puerta—pero eso no significa que estes preparada para continuar con el entrenamiento, así que regresa a la cama.
—No puedo perder mi tiempo en eso—aclaré mientras que me giraba con la ropa ya puesta notando como el anciano simplemente se cruzaba de brazos; era evidente que él no me dejaría salir—¿La niña está bien? —por fin me atreví a preguntar por Emma consiguiendo que él simplemente me viese con sorpresa.
—¿Hablas del motivo por el cual mi nieta casi destruye la cúpula protectora colocando a toda la comunidad en peligro? —cuestioné consiguiendo que yo me sintiese avergonzada por haberla llevado hasta esa situación, debería disculparme con ella—... la niña y el bebé están bien—por fin se dignó en tranquilizar mi ansiedad, así que simplemente suspiré sintiéndome genuinamente agradecida por haber hecho algo bien—... el pueblo quiere verte.
—¿Me van a matar? —pregunté de forma tajante observando como él alzaba una de sus cejas, para luego sonreír.
—Yo no lo llamaría de esa forma—confesó consiguiendo que yo frunciese el ceño—ellos están muy agradecidos, desean recompensarte.
—No me interesa ese tipo de cosas—respondí notando como él suspiraba.
—Me esperaba esa respuesta por tu parte—aclaró mientras que yo comenzaba a caminar hacia su dirección—¿A dónde crees que vas? —preguntó presionando su mano contra el borde la de puerta, impidiendo de esa forma el poder salir.
—Quiero ver a los niños.
—¿No deberías ir a ver a tu esposa? —cuestionó con cierta molestia, demostrando de esa forma que a pesar de que nos llevábamos bien, él seguía amando demasiado a su nieta como para permitir que yo hiciese lo que quisiese con ella—... ah... no puedo entenderte—se quejó sin más al notar que yo no daría un paso hacia atrás—mocosa, regresa a la cama, no te dejaré marcharte.
—Realmente quiero asegurarme de que esos niños estén bien—aclaré notando como él me sostenía la mirada.
—¿Por qué te importa tanto los niños ajenos? —cuestionó tratando de comprender el por qué me había comportado de esta manera, y razón había de por medio como para que fuesen aquellos misteriosos niños más importante que su propia nieta—cualquiera podría pensar que son tus propios hijos.
Bueno... en teoría yo fui parte de la crianza de Emma, pensé recordando como en las pocas vacaciones que había conseguido de la milicia me quedaba en el hogar de Matt, siendo parte de su familia aun cuando él no tenía ningún deber de darme ese tipo de regalos.
—Suena como si a usted no le importase su gente—repliqué logrando verlo nervioso.
—... Eso ha sido un golpe bajo—acusó mientras que yo me encogía de hombros—...—rápidamente se quedó en silencio, al parecer, debía estar cuestionándose los pros y contras de dejar que me marcharse—mi nieta me matará si se llega a enterar que te he dejado marcharte—aclaró tras comprender había sido acorralado por mis tranquilas respuestas.
—Asumiré la responsabilidad—repliqué notando como sus ojos inseguros seguían estando enfocados en mi tranquila expresión; él realmente no creía en mis palabras—necesito salir de esta habitación—aclaré observando como continuaba viéndome con desconfianza—por favor...
—¡Agh! —se quejó a la vez que daba un paso hacia el lado permitiendo dejar el suficiente espacio para que me marchara—si mi nieta pregunta yo no te he visto—ordenó provocando que yo asintiese con mi cabeza—los niños están en el siguiente pasillo, la primera puerta hacia la derecha—aclaró en el momento en que yo pasé por su lado—¡Por favor no corras! —ordenó tras notar como yo había comenzado a acelerar mi paso.
Seguí la dirección que el anciano me había indicado sintiendo genuina curiosidad tras notar la soledad que había en el pasillo, ¿Dónde está todo el mundo?, me cuestioné al mismo tiempo en giraba ingresando en el pasillo de los ventanales. Por mera curiosidad me acerqué a una de las ventanas observando como los elfos estaban reunidos en la entrada del palacio, a simple vista parecían agitados, como si estuviesen en búsqueda de alguien en particular mientras que el Rey y el resto de su familia estaban en la entrada tratando de calmar de alguna manera a sus ciudadanos, ¿Están asustados? ¿Acaso se debe por el ataque de los orcos?, me pregunté siendo más que consciente que lo que había ocurrido podría asustar más de algún elfos, sobre todo teniendo en cuenta que ni siquiera estaba siendo la primera vez que habían sido atacados, quizás el terror de seguir el siguiente elfo muerto comenzaba a desesperarlos.
De todas formas... lo que les ocurra no es precisamente mi problema, pensé con cierta frialdad tras recordar lo que había ocurrido después de salvar a la pequeña Emma, yo no soy precisamente un héroe... mucho menos lo seré para esta gente, y con aquel pensamiento en mente decidí dar un paso hacia atrás alejándome de la ventana, siendo más que consciente de lo que podría llegar a ocurrir si es que alguien se llegaba a percatar de mi existencia; lo que menos necesitaba en estos momentos era ser atrapada por algún ojo curioso. En un completo silencio retomé mi andar a través del frío pasillo, tan solo iba a ver en que estaba se encontraba Emma, ni siquiera quería tratar de llevarme bien con ella, porque muy en el fondo sé que ella no es la niña que yo tanto había tratado de cuidar, y por nada del mundo iba hacer una estupidez como tratar de reemplazarla.
De forma ansiosa me detuve frente a la habitación que Jeonsa me había indicado. Solo tienes que preguntarle si está bien, eso es todo, me animé mientras que estiraba mi mano presionando mis dedos contra la perilla de la puerta, no te tomará más de un minuto, y con aquello en mente giré la manilla escuchando como la puerta crujía.
Bruscamente me quedé en mi sitio al momento de notar a Emma sentada sobre su cama mientras que Joohyun estaba sosteniendo el pequeño bebé que anteriormente Emma había estado protegiendo, para luego recostarlo en su cuna como si tuviese miedo de que se resbalara de sus brazos. Francamente, no sé que tipo de sonido realicé, pero cuando Bom se percató de mi presencia el odio en su mirada fue más que evidente para hacerme dar impulsivamente un paso hacia atrás, ¿Acaso el anciano lo sabía?, me pregunté siendo consciente que esto estaba siendo demasiada casualidad como para que nadie hubiese intervenido. Incómoda deslicé mi mirada hacia Emma notando como ella me miraba durante unos segundos, posiblemente tratando de reconocerme, para luego comenzar a bajarse de la cama agarrando entre sus puños las sábanas para no perder del todo el equilibrio. Por mero instinto di un paso hacia su dirección temiendo que se cayese sintiendo la mirada de Bom fija en cada movimiento que realizaba. Mis piernas se quedaron quietas al notar como la niña comenzaba a caminar hacia donde yo me encontraba, ansiosa trague saliva sintiendo la fuerza con la que había comenzado a latir mi corazón.
Cuando Emma llegó se detuvo frente a mi observando el estado en que había quedado mi cuerpo.
—G~Gracias por salvarme—agradeció como si fuese una especie de adulto mientras que, de manera torpe y sin mucha experiencia me brindaba una suave reverencia.
—¿Estás bien? —pregunté mientras que me colocaba de cuclillas sintiendo todo mi cuerpo adolorido—¿Te duele algo? —seguí preguntando al mismo tiempo en que veía como la menor tan solo alzaba su mentón encontrándose con mis ojos—¿te lastimaron?
La niña simplemente agitó con su cabeza en forma de negación consiguiendo que yo soltase un suave suspiro.
—Sharon—mi cuerpo se tensó al oír la voz tosca de Bom, por mero impulso alcé mi mirada notando como ella se había colocado detrás de Emma—¿Qué haces fuera de tu cama? —cuestionó al mismo tiempo en que se inclinaba tomando fácilmente del cuerpo de la menor.
—Vine a ver como se encontraba la niña—respondí notando como ella apretaba su mandíbula evidentemente molesta.
Francamente, no esperaba que ella me hablase, creí que estaría molesta y simplemente ignoraría mi presencia, pero al parecer, Bom realmente sentía algo por mí.
Eso era... triste.
—¿Mi abuelo te dejo salir?
—No—rápidamente respondí notando como ella entrecerraba sus ojos—ni siquiera lo he visto.
—Pero yo lo vi ingresando en tu habitación—replicó consiguiendo que yo tensase nuevamente de mis hombros—ha...—suspiró como si fuese consciente de que uno de los dos había terminado siendo chantajeado por el otro—regresa a tu habitación.
Sé perfectamente que podía ignorarla, pero... ¿Realmente quería tener más problemas con ella?, me pregunté mientras que me enderezaba notando como Bom me daba la espalda para caminar hacia la cama junto con la pequeña Emma.
—¿Princesa? —cuestionó con la niña con suavidad mientras que la peliverde seguía caminando.
—¿Sí?
—¿Estas molesta con la héroe? —preguntó con genuina preocupación al mismo tiempo en que la contraria la dejaba sobre su respectiva cama.
—... No—respondió aun cuando era evidente que estaba mintiendo—solo estoy preocupada por ella... pero es algo que entre los adultos vamos a solucionar—comentó sin dar mayores detalles—¿Verdad, Sharon? —cuestionó lanzando la pelota hacia mi dirección provocando que yo tuviese que agitar mi cabeza en aceptación.
Estaba en problemas.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro