Humano de retorno
Aclaración: los elfos estarán hablando en otra idioma, dejaré la traducción entre () pero Mina no será capaz de entenderlo, eso, disfruten de la lectura.
POV: Myoui mina.
A pesar de que era más que consciente de que Bom no me iba a responder sin importar cuanto esfuerzo le pusiera en ello, de todas formas no pude evitar el preguntar en alto si realmente era ella quién había osado en ingresar bruscamente en la habitación sin siquiera tomarse la molestia de pedir permiso. Por impulso me traté de sentar sintiendo como las sábanas se deslizaba suavemente por mi pecho mal vendado hasta caer sobre mis caderas dejando de esa forma mi abdomen completamente expuesto para los ojos curiosos de aquella misteriosa elfo que no parecía tener interés por siquiera darme algo de privacidad. En un completo silencio apoyé mis palmas a cada lado del colchón sin siquiera tomarme la molestia de tratar de cubrirme, con calma le di un vistazo a mi hombro, aquel que realmente había pensado en su momento que terminaría por perder, ¿Cómo es posible?... me cuestioné llevando mis dedos contra esa zona, estaba completamente segura de que esta vez no iba a poder ganarle a la muerte, pensé mientras que regresaba mi atención hacia el frente. Francamente, estaba sorprendida, no esperaba que existiera un poder tan grande como para poder regenerar gran parte de una extremidad perdida, mucho menos que esta mantuviese todas las funciones que tenía antes del ataque. Si tan solo hubiese estado conmigo... pensé sin poder evitar el cuestionarme que hubiese sucedido si este tipo de poder hubiese estado en mis manos cuando la emboscada arrasó con todos mis caballeros, ¿Hubiese podido salvarlos? aquella sería una pregunta que jamás tendría respuesta, una pregunta que tendría que aprender a vivir con ella. Solté un pesado suspiro sintiendo los pulmones quemando hasta la boca de mi estómago justo donde mi núcleo parecía estar tan inquieto, ¿Chae? pensé llevando mis dedos estaba vez contra esa zona, ¿Estas bien? y a pesar de que Sooyoung me había reafirmado que la niña estaba bien, yo no podía dejar de preocuparme.
Aún sin pronunciar palabras decidí agarrar de las sábanas para levantarlas consiguiendo de esa forma el poder deslizar mis piernas fuera del colchón. Yo lo tenía completamente claro, no había necesidad de que nadie me explicara en que condición se encontraba mi cuerpo; era un estado lamentable, ni siquiera podía presionar mis talones sobre el frío suelo sin sentir una corriente eléctrica azotando mis omóplatos, pero aun sabiendo que las probabilidades de poder colapsar o estar nuevamente bajo ataque eran altísima, no podía evitar el pensar que debía salir de este lugar; mis sentidos estaban completamente alertas, ellos gritaban que si no me marchaba prontamente estaría en peligro, y quizás... esta vez no tendría la misma suerte que había mantenido desde que llegué a este mundo.
—Tienes que descansar—una voz femenina llenó el lugar haciendo que yo bruscamente girará mi rostro posando mis fríos ojos en dirección de mi acompañante, así que de verdad eras tú... pensé al recordar frescamente aquella voz femenina que, a lo lejos me pedía que por favor no me muriera. Francamente no sabía que pensar, una parte de mi no podía creer que ella hubiese decidido pasar todo el transcurso de nuestro viaje en un completo silencio al punto de que realmente creí que era muda, para luego ser consciente de que la única razón por la que decidió alzar la voz, fingiendo preocupación fue netamente porque mi vida había estado dependiendo en un hilo, lo que dejaba en claro que si no fuese por ese motivo ella continuaría haciéndome creer que no podríamos comunicarnos—perdiste una cantidad considerable de sangre, así que debes recostarte—aclaró mientras que yo me quedaba quieta en mi sitio, manteniendo toda mi atención en la manera en que ella, sin parecer realmente preocupada por el estado en que yo me encontraba tomaba la decisión de comenzar a caminar hacia donde yo estaba permitiéndome que pudiese notar con mayor facilidad la expresión que había estado realizando desde que ingresó en la habitación: a simple vista, parecía como si estuviese por alguna extraña razón molesta por mi comportamiento—la Santa Anciana ha tenido que gastar una gran cantidad de maná para regenerar las partes faltantes de tu cuerpo... así que recuéstate—ordenó mientras que estiraba su mano dispuesta en tocarme, pero yo al notar lo que ella estaba dispuesta hacer, por mero instinto decidí simplemente retroceder sintiéndome por algún extraño motivo irritada ante el tono de su voz.
—No me toques—ordené sonando más brusco de lo que había pensado en un principio—...—por instinto decidí regresar a ese conocido silencio manteniendo mis ojos fijos en la forma en que ella daba la impresión de sentirse culpable contrayendo su brazo para así llevar su otra palma en dirección de su antebrazo presionando sus dedos sobre esa extremidad en señal de estar incómoda ante el evidente rechazo por mi parte. Esto es realmente molesto, pensé llevando mi mano nuevamente contra mi hombro sintiendo un extraño dolor envuelto en la zona ya curada—¿Cuánto tiempo he estado en este lugar?—cuestioné cambiando rápidamente el tema de conversación. Bom se me quedó viendo, a pesar de su evidente incomodidad de todas formas mostró una actitud tranquila, mientras que yo no podía evitar el preocuparme de haber perdido el conocimiento por demasiado tiempo.
Francamente, ni siquiera me tomé la molestia en preguntar en donde me encontraba, ante el hecho de notar el extraño decorado en su interior y como Bom no parecía estar preocupada por que un humano hiciese acto de presencia asumí que estábamos en territorio élfico, lo que me hizo sentirme aún más alerta: no confiaba en los elfos.
—Un día y medio—respondió Bom manteniendo una extraña postura de completa sumisión. Ella se estaba comportando de una forma que realmente comenzaba a empeorar la incomodidad que llevaba sintiendo desde el momento que desperté. Sinceramente, si alguien me lo preguntaba, prefería mil veces a la Bom que me odiaba—...—decidió quedarse en un completo y frío silencio, con sus brazos envuelto esta vez alrededor de su pequeña cintura mientras que sus ojos verdosos como las hojas de los arboles decidían huir de mi mirada enfocándose en otro sector de la habitación como si simplemente no fuese capaz de hacerme frente—yo... yo realmente pensé que no volverías a despertar—confesó regresando su atención hacia mi rostro logrando que yo pudiese ver la forma en que sus ojos parecían estar brillando en ansiedad, ¿Qué le sucede? me cuestioné sintiendo un extraño escalofrío por mi columna vertebral.
Me quedé en silencio, no sé realmente la razón, pero por algún extraño motivo no fui capaz de confesar que estaba decepcionada por haber despertado. Bom al notar que yo no parecía tener interés de seguir con la conversación decidió soltar un suave suspiro para luego dar un paso hacía donde yo me encontraba obligándome a tener que nuevamente retroceder.
—No pude decirlo en su momento, pero... gracias por protegerme—sinceramente me sorprendió bastante sus palabras y más al notar la perfecta reverencia que realizó dejando que yo pudiese notar su perfecta nuca blanquecina. Me quedé en mi sitio notando como su largo cabello verdoso caía a los costados de su rostro dejando en exhibición su delgada espada. Francamente, no era algo que había estado esperando, así que impulsivamente miré hacia otra dirección queriendo disminuir de esa manera la latente incomodidad—...—se quedó en silencio, podía sentir su mirada fija en mi quijada, pero yo no estaba dispuesta en sostenerle la mirada... no con tanta facilidad—daré un castigo apropiado para los que te lastimaron.
Al escucharla, no me quedó de otra más que regresar mi atención a su rostro notando la forma en como me estaba observando.
—No me importa—confesé a la vez que llevaba una de mis manos contra mi estómago sintiéndome repentinamente cohibida por culpa de su intensa mirada—...—a pesar de que realmente no quería, no pude evitar el sostenerle la mirada durante un par de segundos notando que ella realmente daba la impresión de sentirse arrepentida—lo dices como si tuvieras el poder de hacerlo... ¿Acaso se trata de elfos?—pregunté sabiendo a la perfección que el Duque era el ser más poderoso entre los humanos y ni siquiera él tenía un poder tan grande como el que yo había recibido, por ende, no debía ser humano el ser que me había atacado. Bom al escucharme simplemente me miró con sorpresa, como si no hubiese esperado que yo hubiese acertado—por tu reacción, asumo que he tenido razón—aclaré a la vez que me giraba en busca de mi ropa—no hagas nada, no tengo intenciones de tener un conflicto con ellos—admití manteniendo toda mi atención en la ausencia de mi ropa—¿Dónde están mis cosas?.
A pesar de que no mostré gran interés, no podía evitar el cuestionarme como es que su especie había sido considerada esclava, ¿Cómo los humanos lograron dominarlos al punto de tratarlos como meros objetos? me cuestioné manteniendo mis ojos fijos en mi alrededor fingiendo estar buscando mis prendas que, claramente no parecían estar en el interior de la habitación.
—Los elfos te deben una disculpa—Bom no parecía querer dar su brazo a torcer, pero en verdad lo que menos me importara era recibir una disculpa por parte de ellos; sinceramente, prefería mil veces que simplemente dejaran el tema hasta acá para así yo poder marcharme sin tener en mente que, en cualquier momento ellos podrían ir tras de mi para acabar con mi existencia—Ama...
—Oye—bruscamente le llamé mientras que posaba mis fríos ojos en su cuerpo notando la forma en que sus hombros no dudaban en tensarse en señal de estar sorprendida—en primer lugar, no soy tu ama... te recuerdo que me encargué específicamente de que no tuviéramos ningún tipo de vinculo—aclaré irritada de pensar que ella realmente creía que teníamos ese tipo de relación—y en segundo lugar, no quiero una disculpa, ni saber nada de ustedes así que simplemente finge que yo no te ayudé y déjame marcharme—pedí mientras que abría las sábanas en buscando de esta vez de mi arma, la cual, tampoco parecía estar en la habitación—¿Dónde está mi espada?—cuestioné sintiendo como la irritación lentamente subía por mi pecho—....—me quedé en silencio al notar el silencio por su parte—Bom—le llamé mientras que mi mirada se posaba nuevamente en ella—¿Quieres que reciba una disculpa?—cuestioné observando como ella asentía con su cabeza—aceptaré las disculpa solo si es un cambio de ropa y mi espada.
—No puedes tener armas en el interior del palacio élfico—aclaró haciendo que yo la viera con sorpresa.
—¿Por qué estoy en el palacio élfico?—cuestioné tras unos segundos de silencio mientras que podía sentirme sorprendentemente nerviosa ante la inesperada inquietud que me había dejado aquel Deja Vu que azotó el interior de mi cabeza. ¿No es otro Rey loco.... verdad? me pregunté manteniendo toda mi atención en la forma en que Bom no parecía querer sostener mi mirada, como si, de alguna manera se estuviese sintiendo aún más culpable de lo que ya se sentía—no quiero tener relación con el Rey elfo... en realidad, no quiero tener relación con nadie de la realeza—confesé sintiendo como los recuerdos comenzaban hacer estragos en el interior de mis pensamientos. Si debía ser sincera al respecto, había tenido suficiente con el Rey Im y sus hijos... yo realmente no necesitaba otro Rey jodiendo mi existencia—...—me quedé en silencio al notar un par de prendas en una de las sillas. Sin siquiera preguntar si eran mías decidí acercarme notando que tan solo eran unos pantalones cortos y una camiseta blanca—solo no me estorbes—pedí en el momento que terminé de vestirme.
En silencio comencé a caminar a la salida sin siquiera tener zapatos, pero en verdad, no me importaba, tan solo quería quitar aquella extraña ansiedad que taladraba mi cabeza.
—¡Hey! ¡Espera!—me llamó, pero yo no le di mayor importancia.
"Mina".
Mi cuerpo se detuvo de golpe en el momento que logré escuchar aquella suave voz proveniente de mi espíritu de alto rango susurrando maliciosamente contra uno de mis oídos como si estuviese colgando de mis hombros, Sooyoung, respondí de forma automática mientras que, por instinto tomaba la decisión de girar mi rostro notando como el diablo no parecía haberse presentado de forma física. Ante el movimiento que había realizado rápidamente mis ojos volvieron a encontrarse con los dos de Bom, ella parecía genuinamente ansiosa con la respiración agitada ante el corto trote que había realizado esperanzada de poder atraparme. Sooyoung, ¿Sabes como salir de este lugar sin morir en el intento? pregunté regresando mi atención hacia el frente mientras que, sin siquiera dudarlo comenzaba a retomar nuevamente mi caminar sin tener ni la más menor idea de hacia donde me estaba dirigiendo.
"Francamente... no me gusta la idea de que estés cerca de los elfos, pero sin tu núcleo estable, eres un humano común y corriente... por ende, cualquier cosa puede fácilmente llegar a matarte, así que será mejor que regreses a la cama y aceptes las cosas hasta que yo pueda solucionar este problema".
Sinceramente, el hecho de escuchar la forma en que me estaba llamando débil me molestó más de lo que hubiese imaginado; quizás, esto se debía que había golpeado mi orgullo militar. Me sorprendió el darme cuenta de las ganas que sentía por replicar sus crudas palabras, sentía cosquillas en el paladar de mi boca ante el deseo de aclararle que, antes de poseer este cuerpo jamás me había vuelto en la necesidad de depender de un estúpido núcleo para poder defenderme, no lo necesitaba o tercamente quería creer eso, pero gran parte de mi, aquella racional y menos infantil sabía que ella había estado en lo correcto. En estos momentos yo era lo suficientemente débil para ser comparada como una delgada rama de árbol. Era humillante.
Por impulso solté un pesado suspiro mientras que me relamía los labios, tengo que regresar a las tierras del Rey Im... no puedo perder mi tiempo en este lugar, aclaré sintiendo el calor alrededor de mi nuca, como si Sooyoung hubiese colocado sus delgadas y cálidas manos sobre mi piel en un vano intento por hacerme cambiar de opinión.
"¿Por qué quieres regresar al Ducado? ¿Qué es lo que hay ahí que te hace querer regresar con tanta intensidad?".
Preguntó mientras que yo seguía caminando notando como los elfos al percatarme de mi presencia no dudaban en alzar sus armas; una señal clara de que yo no les agradaba.
"No me ignores, ¿Acaso no se supone que los perdiste a todos? ¿Por qué quieres regresar donde nada te espera?".
Sus preguntas se sintieron como un puñetazo directo a la boca de mi estómago, no te metas donde no te incumbe, Sooyoung, respondí por impulso mientras que veía como Bom se colocaba delante de mi ampliando sus brazos en señal de estar protegiéndome. Sinceramente, no había sido realmente mi intención el ser tan tosca con el espíritu, sabía que, en el fondo ella solo estaba tratando de protegerme como lo había estado haciendo desde que Chaeyoung decidió hacer un contrato conmigo; tenía buenas intenciones, era consciente de ello, pero no podía evitar el descargar mis frustraciones hacia su persona. Solté otro pesado suspiro mientras que me enfocaba en la delgada espalda de mi acompañante, ¿Por qué está haciendo esto? me cuestioné manteniendo toda mi atención en Bom.
Francamente no entendía el comportamiento en las chicas, yo solo quería marcharme, pero ellas no parecían estar dispuestas en dejarme ir.
—¿Verum Erat? (¿Era verdad?) ¿The Principissa attulit human? (¿La princesa trajo un humano?)—la voz desconcertada de uno de los elfos me confundió aunque había logrando comprender una que otra palabra, así que no tardé mucho en entender que debían estar hablando de mi, esto es incómodo, pensé mientras que daba un paso hacia atrás observando como Bom estaba haciendo todo lo posible para que aquellas afiladas lanzas no perforaran mi garganta.
Yo realmente no les agradaba.
—Accipere gradum retro... (Den un paso atrás) Meus est (es mía)—respondió Bom sin dudar, utilizando el mismo idioma que ellos habían estado ocupando. ¿Qué fue lo dijo? me pregunté sintiéndome excluida de la conversación.
"Es lakis... el idioma de los elfos".
A pesar de que yo había sido realmente tosca con Joy, ella de todas formas se tomó la molestia de aclararme a que idioma correspondía la conversación que entre los elfos habían estado manteniendo, pero sin tener ánimos de querer explicarme lo que ellos estaban platicando como si, deliberadamente estuviese ocultando de que se tratase, tú... ¿Puedes entenderles? pregunté con genuina curiosidad a la vez que sentía la forma en que Sooyoung parecía tener toda la intención de querer hacerse presente, pero ante la inestabilidad de mi núcleo no era capaz de salir. Oye Joy... ¿Ellos quieren matarme, verdad? pregunté aun cuando sabía que la respuesta claramente sería un sí.
"Bueno... no son precisamente tus fans".
No hubiese dudado en soltar una fuerte carcajada ante la facilidad que había tenido para decir que ellos realmente querían matarme, pero era consciente de que el hacerlo podría ser fácilmente malinterpretada, así que simplemente me mordí la lengua manteniendo una expresión seria como si estuviese entiendo la conversación aún cuando era evidente mi desconcierto.
—Principissa... (Princesa) quod monstrum moriendum est (ese monstruo debe morir)—replicó el más alto de todos haciendo que un extraño ardor envolviera mi estómago, ¿Sooyoung? pregunté al comprender que ella estaba haciendo que mi cuerpo reaccionara, ¿Qué demonios dijo para que la hiciera molestarse de esa manera? me cuestioné mientras que veía con cierta sorpresa la forma en que el chico había sido derribado por el fuerte puñetazo brindado por las pequeñas manos de Bom, ¿Eh?—¿P~Principissa? (¿P~Princesa?)—preguntó mientras que la sangre se deslizaba de su labio inferior.
Estaba igual de sorprendida que él.
—Si tetigerit eum occidam... (si la tocan los mataré) dominus meust est (ella es mi ama)—aclaró Bom provocando que ellos la vieran con sorpresa mientras que yo podía notar como sus puntiagudas orejas enrojecían por completo.
"Vaya eso fue muy atrevido de su parte... ¿Qué debería hacer con ella?".
¿A qué te refieres? ¿Qué es lo que están diciendo? continué preguntando mientras que mis ojos volvían a estar enfocados en dirección de Bom notando como ella realmente parecía estar molesta, ¿Cuál fue la razón que la llevó a golpearlo? y quería que alguien me diera una respuesta satisfactoria, pero tenía la amarga sensación que, si decidía abrir la boca, las cosas simplemente empeorarían, así que simplemente decidí mantenerme en mi sitio como una simple espectadora.
—¿Dominus Tuus? (¿Tu amo?) ¿Quomodo audes? (¿Cómo te atreves?)—cuestionó una voz masculina desde el pasillo causando que, tanto yo como el resto de los presentes decidieran enfocarse en dirección del sonido percatándome fácilmente de un alto hombre de cabello verde oscuro acompañado por dos ancianos. Mis ojos por instinto fueron a parar a Bom al notar por el rabillo como sus hombros se tensaban, ¿Acaso es alguien importante? me pregunté a la vez que mis ojos regresaban al pasillo notando como el que había hablado simplemente se centraba en mi acompañante—tu es principissa (tu eres una princesa), non potes esse servum nedum hominem repulsivum (no puedes ser un esclavo, mucho menos de un repulsivo humano)—aclaró con irritación mientras que la chica simplemente daba un paso hacia el lado asegurándose de protegerme del contrario—Joohyun.
Así que su nombre es Joohyun, pensé sin saber como debía reaccionar al entender que por fin Bom tenía un nombre real.
—Si nocere ei non ero successor tuus (si le haces daño dejaré de ser tu sucesora)—aclaró Bom o Joohyun, ya no sabía como debería referirme a ella, aunque claro, eso era lo que menos importaba ya que la preocupación real era la forma en que el desconocido se había centrado en mi—abite (aléjate)—ordenó usando aún su cuerpo como escudo—domina mea est, ego iam constitui (ella será mi amante, ya lo he decidido)—sea lo que sea que haya dicho fue lo suficientemente malo para hacer que Sooyoung decidiera que era momento de salir aun cuando mi núcleo seguía estando inestable. Esto es malo, pensé mientras que mi mirada se iba de un lado hacia el otro.
—¡Sooyoung!—por fin me atreví a alzar la voz notando como mi espíritu sin importarle las consecuencias de sus actos tomaba la decisión de acortar la distancia entre su cuerpo y el del elfo, agarrando con violencia de su cuello para luego simplemente estamparla contra la pared sin ningún tipo de problema.
Como era de esperarse, ahora toda la atención estaba enfocada en aquel par.
—Retractare (retráctate)—no tengo ni la menor idea de lo que estaba diciendo, pero parecía estar hablando con seriedad mientras que Bom simplemente se quedó en silencio con sus ojos fijos en la forma en que Sooyoung parecía estar dispuesta en acabar con su existencia—humana est, non audes meas nugas concupiscere (ella es mi humana así que no te atrevas a codiciar mis juguetes)—aclaró provocando que fuese turno de Bom de molestarse.
—No es divertido si no puedes entenderlo... ¿Verdad, humana?—mi cuerpo bruscamente se tensó al entender por un fin una frase. Por impulso giré mi rostro observando con sorpresa a una mujer de cabello blanco y ojos azulados tan profundos como el amplio océano mirándome fijamente a unos escasos centímetros de mi cuerpo, ¿Cuándo apareció? no la sentí, pensé mientras que, por instinto intentaba dar un paso hacia atrás—no muerdo—aclaró, pero eso no me hacía sentirme más tranquila. Me mantuve en un completo silencio, a simple vista ella no parecía estar preocupada por las interacciones entre las chicas, en realidad, parecía más interesada en mi aturdida expresión que en ver si Sooyoung terminaba asesinado a Bom—quédate quieta—pidió mientras que estiraba sus arrugadas y delgadas manos presionando sus palmas alrededor de mis orejas sin darme tiempo suficiente para poder huir de su contacto—reserata (desbloquear)—murmuró haciendo que yo sintiera un fuerte pitido alrededor de mis tímpanos.
—Bájate de la nube mocosa, el humano solo te salvó por que yo se lo ordené, así que no te creas la gran cosa—no pude evitar el ampliar mis párpados ante la sorpresa que me había causado el oír las ácidas palabras de Sooyoung mientras que Bom simplemente se dedicaba a mirarla, sin estar realmente preocupada por el ardor en su garganta.
—Ja... puede que mi abuelo te tenga respeto, pero sigues siendo un espíritu sin cuerpo real... así que tú conoce tu lugar—Bom no se quedó atrás a la hora de replicar mientras que yo simplemente decidía girar mi rostro viendo por un par de segundos como la anciana se cruzaba de brazos mirando con cierto grado de diversión la interacción entre ambas mujeres, ¿Por qué me hizo entender? me cuestioné genuinamente interesada por entender sus acciones.
—¿Cómo te atreves mocosa? ¡Tu eres quién debe conocer su lugar!—Sooyoung realmente parecía estar molesta por las palabras de la peliverde mientras que el anciano y el más alto simplemente se llevaban sus manos a sus rostros visiblemente avergonzados por el interesado comportamiento infantil por parte del espíritu y la muchacha—¡Ella jamás estará con un elfo!—fingí no tener ni la menor idea de lo que estaban hablando porque eso era mucho más llevadero, pero creo que la anciana a mi lado se percató de ese detalle ya que rápidamente enterró su codo contra mis costillas arrebatando el aliento de mis pulmones.
Ligeramente adolorida me llevé la palma contra esa zona mientras que le daba un corto vistazo, lo sé, pensé ante la forma en que sus ojos me estaban observando. Siendo consciente de que no podía huir de la obviedad decidí dar un paso hacia adelante.
—Ha sido suficiente Joy... ambas deténganse—alcé la voz consiguiendo con bastante facilidad que todos por fin me prestaran atención—...—guardé silencio al notar la manera en que ellos habían girado su rostro, hasta Sooyoung me había mirado por sobre su hombro, como si no pudiese creer que yo hubiese hablado—¿Uh?—el sonido desprendió de mi boca sin darme tiempo a formular una pregunta coherente—¿Acaso... ustedes me han entendido?—pregunté al sentir sus miradas en mi rostro.
—¿El humano entiende nuestro idioma?—cuestionó uno de los chicos que anteriormente había apuntado su lanza contra mi garganta con toda la intención de querer perforar mi piel.
—¿D~Desde cuando estas entiendo?—cuestionó Bom visiblemente avergonzada. El hecho de notar sus mejillas acaloradas y como huía de mi mirada me hizo sentir incómoda así que simplemente atiné a fruncir el ceño mientras que veía hacia otra dirección—ama...
—Maldición... ya te he dicho que no soy tu amo—aclaré realmente frustrada. ¿Por qué sigue con eso? me cuestioné mientras que me llevaba mi palma contra mi nuca sintiendo la piel de esa zona completamente sudorosa—ha... primero, Sooyoung aléjate de ella—ordené consiguiendo que el espíritu dócilmente soltara el cuello de Bom permitiendo que el alto desconocido de cabello verde y mirada indiferente rápidamente agarrar el brazo de la chica alejándola de toda esa incómoda situación mientras que el anciano simplemente seguía en silencio viendo la interacción que tenía con la pelirroja—segundo... lamento el comportamiento de mi acompañante—hice una pequeña reverencia tratando de apaciguar las aguas hasta poder entender la situación—nos marcharemos de forma inmediata.
—No te irás—por fin la anciana se animó a hablar mientras que su fría y huesuda palma se aferraba a mi antebrazo sosteniendo mi extremidad con una fuerza que no era acorde con su apariencia—eres un humano muy interesante—confesó en el momento que sus ojos se encontraron con los míos.
—Anciana.... no toques lo que no es tuyo—Sooyoung parecía conocer a la mujer ya que velozmente se colocó a mi lado estirando su palma para presionarla contra el esternón de la mencionada haciéndola retroceder sin importarle si lo que estaba haciendo podría ser considerado como una agresión—deja de mirarla como si fuera una clase de experimento—ordenó a la vez que envolvía su brazo sobre mis hombros atrapándome por completo—tengo un contrato con este humano, es mío en cuerpo y alma, así que si alguno de ustedes orejas de cono se atreve a tocarla o lastimarla entonces yo no dudaré en destruir este reino—amplié mis párpados al escuchar su amenaza. Sooyoung, le llamé mientras que giraba mi rostro notando por primera vez la forma en que ella los estaba observando.
Había visto a Sooyoung en muchas facetas, pero esta era la primera vez que la veía realmente molesta.
—Querida... para ser el espíritu guardián de los elfos eres muy agresiva con ellos... ¿No te parece?—una hermosa mujer de cabello azul y ojos del mismo color se acercó tranquilamente hacía donde nos encontrábamos. Me quedé en un completo silencio sintiendo la forma en que ella no dejaba de verme—oh... eres un humano peculiar—aclaró mientras que se inclinaba consiguiendo que mi rostro se calentara—vaya... veo que tienes la marca...—comentó observando por unos segundos la marca que Sooyoung me había realizado en mi antebrazo hace días atrás—¿La marcaste para que ningún espíritu pudiese codiciarla?—cuestionó posando esta vez toda su atención la pelirroja—que perra más egoísta... pero no me sorprende viniendo de ti.
—Solo la alejé de las zorras que puedan rondar por acá... sobre todo las que se llaman Yujin—aclaró Sooyoung encogiéndose de hombros como si no fuese la gran cosa para ella el insultarla—tiene la marca, es de mi propiedad—confesó esta vez en dirección de los elfos—así que no sean codicioso... sobre todo tú, mocosa—ella no temía en atacar abiertamente a Bom quién simplemente arrugó el puente de su nariz.
Yo me mantuve en silencio notando como la peliazul simplemente me sonreía.
—Oye humana—.
Mi cuerpo se tensó por completo al oír una voz masculina resonando en el interior de mi cabeza. Confundida giré mi rostro notando como el hombre de cabello verde parecía estar completamente interesado por Bom mientras que la peliazul y pelirroja simplemente discutían abiertamente sobre mi existencia sin tomar en cuenta siquiera mi opinión. La anciana en cambio había desparecido en la habitación, es una mujer extraña... debo tener cuidado con ella, pensé echándole un vistazo a mi alrededor hasta parar en el anciano que había estado en todo momento en un completo silencio, como si estuviese analizando la situación sin querer hacerse de notar. Francamente, me sorprendió el hecho de que nuestros ojos se encontraran, ¿Eres el anciano, verdad? cuestioné sin ningún tipo de pudor mientras que deslizaba mi mirada hacia Sooyoung notando como ella no parecía estar siendo consciente de lo que estaba ocurriendo en mi cabeza.
—No te preocupes, ella no puede oírnos—aclaró con tranquilidad haciendo que yo simplemente me mantuviera en silencio.
Al parecer él también era capaz de leer mis preocupaciones, ¿Qué quieres de mi? cuestioné manteniendo toda mi atención en su tranquila expresión.
—Tu núcleo explotara en cualquier momento y Sooyoung no será capaz de arreglarlo—.
Amplié mis párpados ante la sorpresa, ¿Qué Demonios estas diciendo? pregunté sintiéndome repentinamente inquieta ante sus palabras. Me mantuve en mi sitio con mis ojos completamente fijos en su tranquila expresión. En sí, era consciente de que él perfectamente podría estar mintiendo, no lo conocía, no había nada que me hiciera creer en sus palabras, pero por alguna extraña razón sentía que él realmente estaba siendo sincero, ¿Cómo es que lo sabes? cuestioné al comprender que él ya era consciente de que Sooyoung estaba tratando de reparar el desastre de núcleo que tenía. Él me seguía viendo, pero no parecía querer responder mis preguntas, ¿Por qué me estas diciendo todo esto?.
—Quiero que te quedes—confesó manteniendo aún sus ojo sobre mi aturdida expresión.
Fruncí el ceño al escucharlo, ¿Por qué querrías tener un humano en tus tierras? pregunté mientras que veía por el rabillo de mis ojos como Sooyoung apretaba sus dientes viendo con furia a la tranquila peliazul quién parecía divertida por hacerla perder los estribos.
—Porque tu alma no es acorde a ese cuerpo—atacó sin más, yendo directo a lo que más temía, ¿Por que demonios él sabe eso?, me pregunté sabiendo que lo más seguro es que no tendría una respuesta clara—por eso el núcleo no se está recuperando y no lo hará por mucho que la niña este inyectando gran parte de su maná—.
Francamente, casi pierdo el equilibrio al escucharlo, ¿Qué? pensé sintiendo la fuerza con la que había comenzado a latir mi corazón, ¿Qué demonio eres tu? me cuestioné viendo con ansiedad como él simplemente me sonreía sin mostrarme los dientes.
—¿Lo entiendes, verdad?—preguntó mientras que yo seguía viéndolo—si no quieres morir mucho menos asesinar a tu pequeña espíritu.... entonces déjame entrenarte... humana de retorno—pidió provocando que yo simplemente frunciera el ceño.
¿Humana de retorno? pensé sin recibir respuesta por su parte.
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