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Esperando una pronta respuesta

Recomendación: Meghan Trainor/No. 

Pov: Im Nayeon.

Me encontraba en el salón sentada junto a Hyeon quién a duras penas había conseguido pasar las pruebas correspondientes para quedar a mí mismo nivel. En un completo silencio agaché mi mirada observando el libro que había extraído de la biblioteca por la mañana, sin mucho interés lo abrí comenzando a hojear su contenido en un vano intento por matar el tiempo mientras que, de fondo podía escuchar el suave murmullo de los estudiantes: era evidente que hablaban respecto a la presencia de mi guardia y su falta de extremidad, pero él había demostrado ser digno de estar en la clase así que realmente no tenían material con el que refutar. Había decido, con ayuda de Hyeon el optar por las tres especializaciones que la Academia era capaz de brindar, en un principio realmente no estaba del todo segura el abarcar todas las materias sobre todo la materia de la profesora Lee Yoomi porque sabía que ella trataría de obtener algo de mi tras el puntaje que obtuve en la prueba, pero Hyeon con un solo comentario me hizo recapacitar en mis propios pensamientos: él tenía razón, no debía perder ninguna oportunidad que pudiese hacerme más fuerte. Estaba sentada en espera de mi segunda clase del día, se trataba sobre las aptitudes para los elementos impartida por la profesora Yoomi, la misma mujer que realizó la prueba de ingreso.

A pesar de que escuché el crujido de la puerta chocando con el marco de la puerta siendo acompañado por el fuerte sonido de unos tacones resonando en el lugar, yo continué con mi lectura, y posiblemente me hubiese mantenido de esa forma si no fuese porque mi acompañante me dio una patada por debajo de la mesa. Irritada por ser interrumpida en medio de mi lectura decidí alzar mi mirada notando como la profesa ya me estaba mirando.

—Buenas tardes estudiantes—Yoomi saludó obligando que todos los presentes rápidamente le devolviéramos el saludo—soy quién impartirá esta clase y también la jefa de esta área—dio una pequeña introducción logrando que más de un estudiante se tensará al momento de toparse con sus orbes—seré franca... no me interesa entrenar a estudiantes débiles, si no eres capaz de mejorar tu núcleo, entonces será mejor que abandones de mi clase porque no pienso entrenar a un inútil.

—Parece odiarnos... quizás sea la típica señora que disfruta hiriendo a sus estudiantes—murmuró Hyeon a mi lado, pero yo no me atreví a mirarlo.

Tenía el presentimiento de que sería reprochada.

—Debo aclarar que no odio a mis estudiantes, pero si odio el hecho de que hablen de mi a mis espaldas, así que si tienen algún problema por mi forma de enseñar pueden hablar directamente con el Director, no tengo ningún problema—confesó Yoomi provocando que yo fuese capaz de sentir como mi guardia se tensaba al ser descubierto por la mayor—...—se quedó en silencio, como si estuviese esperando que Hyeon u otro de los estudiantes se pusiese de pie para abandonar el salón.

Nadie se atrevió a moverse.

—¿Alguien podría decirme que son los elementos? —preguntó Yoomi tras notar el silencio en el lugar.

Por un segundo creí que nadie se atrevería a dar su opinión, pero para mi sorpresa uno de los chicos que estaban a un par de filas de donde yo me encontraba no dudó en alzar su mano. En un principio no fui capaz de reconocerlo, pero al inclinarme con solo notar esa cabellera rubia y revoltosa supe de inmediato de quién se trataba.

—Bang Baek, puedes responder—soltó la profesora provocando que el chico de ojos grises, el mismo que había sido intimidado por mi ex prometida, rápidamente bajara de su brazo.

—Los elementos son diferentes tipos de energía que están en un estado de constante interacción y flujo, generalmente se relacionan unos entre otros—respondió el chico con tranquilidad mientras que la profesora simplemente se cruzaba de brazos.

—¿Alguien podría decirme lo que significa sin necesidad de recitar el libro sobre los elementos? —cuestionó la mujer sin importarle el avergonzar al muchacho—...—se quedó en silencio tras notar como los estudiantes se veían entre sí; era evidente que, con ese tipo de respuesta, nadie tendría el valor como para poder dar su opinión—¿Im Nayeon? —mi cuerpo se tensó tras oír mi nombre brotando de sus labios—¿Puede responder?

—Los elementos son energías que el cuerpo humano es capaz de desarrollar usando el núcleo como base... —respondí sintiendo insegura por mi propio conocimiento mientras que la profesora simplemente mantenía toda su atención en mi rostro como si estuviese esperando que terminara—en teoría... dependiendo que tipo de núcleo se obtenga, se podría llegar a mejorar el elemento de base—concluí sin siquiera saber si lo que estaba diciendo era correcto o no. Nerviosa decidí presionar mi espalda contra el respaldo de mi asiento notando como la mujer alzaba una de sus cejas.

Daba la impresión de estar pensativa.

—Interesante... así que son energías capaces de desarrollarse en el núcleo de cada ser humano—repitió la profesora como si estuviese tratando de comprender mi respuesta—...ambas respuestas están correctas—confesó tras quedarse unos segundos en silencio: estaba segura de que lo había hecho simplemente para torturar tanto a mi como a mis compañeros—¿Alguien sabe que ocurre si se tiene núcleo, pero no elemento de base? —fue una pregunta que sorprendió a todos los presentes—oh... acaso... ¿Nunca se lo preguntaron?

—Nada—respondí por inercia logrando llamar la atención de todos los estudiantes: si quiero hacer que estén de mi lado, debo demostrar mi valía, pensé recordando las palabras del Duque, aunque mis manos por inercia comenzaron a sacudirse así que las escondí por debajo de mi pupitre.

Nadie debía ser consciente de lo nerviosa que me sentía al ser el centro de atención.

—¿Nada? A ver... formula tu respuesta—pidió la mujer mientras que presionaba su trasero contra su escritorio manteniendo toda su atención en mi cuerpo.

—La existencia misma de los núcleos no son un peligro para nosotros, si por alguna razón el núcleo no posee un elemento de base que ayude a absorber el maná propio del ambiente, entonces esté quedará inactivo—confesé logrando que ella me observara sorprendida—por eso mismo, sin el elemento de base, la persona será un simple ser humano.

—¡Pfff! ¡Jajaja! —comenzó a reírse frente a toda la clase logrando que yo tensara mis hombros, ¿Acaso cometí un error?, me pregunté ansiosa de que haber quedado en ridículo—eso ha sido una muy buena respuesta—confesó llevándose los dedos contra el contorno de sus afilados ojos—veo que hay estudiantes con cerebro... eso me gusta.

Podía sentir las mejillas calientes, así que simplemente atiné a mirar hacia el lado notando como Hyeon mantenía sus orbes fijas en mi expresión.

—Al parecer si tienes cerebro—confesó moviendo tan solo sus labios para que yo nomás fuese capaz de entenderle.

No dije nada, más que nada porque sabía que la profesora sería capaz de escucharme. Tomando una buena bocanada de aire regresé mi atención hacia la imponente mujer notando como ella había rodeado su escritorio tomando entre sus dedos un grueso libro que a todas luces parecía llevar años siendo usado.

—Vayan a la página 435—pidió logrando que el sonido de los libros comenzando a ser hojeados llenaran la amplia habitación—quiero que alguno de ustedes me expliqué que es lo que se necesita para aumentar el poder de un núcleo... les daré diez minuto para la respuesta—aclaró consiguiendo que todo el mundo se enfocara en lo que tenía que leer—sin copiar señor Hyeon—comentó obligando que yo bruscamente girara mi rostro para ver el rostro indiferente de mi guardia observando sin mucho emoción a mi profesora—los caballeros no son bien recibido en mi clase, así que no me obligues a expulsarte.

—Tendré más cuidado—respondió mi acompañante sin tomarse la molestia de ser formal con una persona que claramente era mayor que él.

¿Qué sucede entre ustedes dos?, me cuestioné siendo consciente que si Hyeon se lo proponía podría ser completamente grosero aun si estuviese frente al mismismo Rey, él, en sí, no toleraba a los nobles, mucho menos a los de la realeza, pero aun sabiendo como era su personalidad, esta estaba siendo la primera vez en que él se mostraba tan a la defensiva, como si tuviese la necesidad de atacar. ¿Tal vez es porque está rodeado de nobles?, me pregunté deslizando mis orbes en su perfil notando lo sería que se veía observando en dirección de la profesora. Me mantuve en un completo silencio sorprendida de notar como la tristeza había hecho estrago en su perfil, a pesar de que seguía poseyendo una belleza digna de ser retratada, el hecho de haber perdido a sus camaradas y mi ex prometida realmente le afectó. Bruscamente me mordí la lengua al sentir los ojos ardiendo: realmente no fue el único afectado ante esas pérdidas, pero era consciente de que no era el momento ni el lugar para liberar mis emociones. Decidí regresar mi atención al libro que tenía en mi poder antes de que Hyeon fuese consciente de que le había estado observando, preguntaré más tarde, me hice un pequeño recordatorio mental queriendo obtener lo más pronto posible una respuesta para su comportamiento.

—Bien... se acabó el tiempo—la tensión no tardó en flotar en el aire tras escuchar las palabras de la profesora, ¿Tan rápido pasaron los diez minutos? Me pregunté al mismo tiempo que alzaba mi mirada sintiendo que no había sido capaz de retener nada de información de lo que había leído—daré la oportunidad de que alguien responde antes de que tenga que elegirlo yo.

El silencio rápidamente reinó en el lugar.

Bruscamente giré mi rostro al sentir como Hyeon me daba un codazo. Él estaba inclinado con sus puños puestos a un costado de su boca permitiendo que yo nomás fuese capaz de leer sus palabras, "Responde... es tu oportunidad", animó aun cuando era evidente del hecho de que no sabía.

Este cabrón, pensé al mismo tiempo que sentía sus dedos agarrando de mi brazo para hacerme a alzar la mano, espera aun no estoy preparad...

—Im Nayeon.

Los ojos habían vuelto a estar sobre mi cuerpo.

—Maná—respondí notando como ella asentía con su cabeza.

—¿De dónde proviene el maná? —cuestionó sin decir directamente que era hacia mi persona, pero sentía que realmente me estaba preguntando como si no le importara el resto de los estudiantes.

—Del ambiente—respondí sintiendo que los ojos ajenos penetraban mi rostro, esto es incómodo, pensé, aunque me negué a mostrar un solo indicio de nerviosismo.

—¿Hay una forma de poder despertar el maná? —siguió bombardeando en preguntas.

Ya déjame en paz, supliqué mirando a Hyeon quién simplemente se mantenía en su misma posición evidentemente divertido de mi incomodidad.

—La técnica de la respiración—ella alzó una de sus cejas tras escucharme.

—Te dejaré en paz... buen trabajo.

Si era su manera de felicitar, realmente necesitaba practicar, pero aun así lo agradecía.

—El resto... sean sinceros, ¿Hubiesen sido capaces de responder tan eficientemente? —cuestionó la mujer retomando el silencio en la habitación provocando que los adolescentes simplemente se vieran entre sí—si la respuesta es no... comiencen a estudiar, porque van a reprobar—afirmó llevando sus dos manos contra la espalda—esta era una pregunta que hasta un niño de cinco años debería manejar—atacaba sin parar—vayan a biblioteca y lean lo básico, la clase termina acá.

Era evidente su mal humor.

Con el simple sonido de las sillas arrastrándose hacía atrás los adolescentes comenzaron a abandonar sus pupitres para ir directamente a biblioteca. Evidentemente yo también recogí mis cosas y en compañía del aburrido Hyeon me levanté de mi asiento dispuesta en huir de esa sofocante habitación.

—Tu no, Im Nayeon—bruscamente me detuve tras escuchar la voz de la profesora diciendo mi nombre. Confundida giré mi rostro notando como la mujer se me acercaba mientras que el resto de los estudiantes simplemente me dejaban atrás—me gustaría hablar contigo... a solas.

—No la dejaré sola—rápidamente Hyeon se hizo de notar colocándose frente a mí.

Ella lo miró durante unos segundos en completo silencio.

—Aplaudo tu valía, pero no eres rival para mi—confesó la mujer al mismo tiempo en que movía su mano logrando que el chico simplemente se mantuviera en su sitio—hablo en serio, te mandaré a volar si sigues con esa actitud.

—Hyeon, espérame a fuera—ordené siendo consciente que ella lo mataría si él no acataba su órdenes.

El chico hizo chasquear su lengua contra su paladar, para luego, de mala gana simplemente caminar hacia la salida.

—Cinco minutos, es todo lo que esperaré—aclaró mientras que seguía caminando con mi mirada y la de la adulta fija en su espalda—si la escucho gritar, entraré de inmediato—confesó girando su rostro para mirar a la mujer—no tiente mi paciencia—aun sabiendo que podría fácilmente morir bajo sus manos, él de todas formas mostró una actitud desafiante.

Algún día lo matarán si no se controla, pensé viendo atentamente como abría la puerta para luego salir de la habitación.

—Sabes perfectamente el por qué te llame—aclaró la mujer sin siquiera cuestionarlo—déjame ser tu tutora personal—yo era consciente que me lo estaba pidiendo, pero aún así sonaba más como una orden.

—¿Por qué? —cuestioné aun sabiendo que debía estar muy interesada por mi alta afinidad a los elementos.

—De todos los hijos del Rey que he conocido, eres la primera que ha tenido un resultado del color marrón—confesó la mujer sin siquiera tomarse la molestia de ocultar sus verdaderas intenciones—además, eres la única que parece utilizar su cerebro como corresponde—agregó sin omitir el hecho de que no parecía contenta con la presencia de mis hermanos.

En un completo silencio dio un paso hacia mi dirección inclinándose ligeramente para que nadie más que yo fuese capaz de escuchar sus siguientes palabras.

—Me gustaría pulir el poder que ya posees.

—¿Por qué haría eso? —cuestionó por mero impulso, siendo consciente de que las personas no hacen las cosas por que sí, a menos que fuesen seres extraños como Myoui Mina.

—Francamente... no me gustaría que el Reino que tanto amo quede en manos de alguno de los ineptos príncipes—confesó al mismo tiempo en que se encogía de hombros demostrando de esa forma lo poco que le importaba el estar insultando a la propia realeza—se necesita alguien con poder e inteligencia para poder cargar con el peso que conlleva mandar un reino o de plano tener un aliado poderoso—ella no lo dijo directamente, pero era evidente que hablaba sobre el Duque Myoui—por eso mismo, sé que ninguno de ellos está realmente capacitado para tener ese tipo de poder.

—Si alguien de la facción de mis hermanos le llega a escuchar pensarán que quiere comenzar una revolución—aclaré siendo consciente que debía tener cuidado con lo que decía; nadie me negaba el hecho de que ella me estuviese llevando directamente a una trampa—en fin... si sus intenciones son netamente enseñarme con el fin de convertirme en sucesora, entonces lamento decirle que perderá su tiempo porque soy una hija ilegitima—aclaré encogiéndome de hombros tratando de mostrar indiferencia por el tema—además Jabeom al ser el segundo hijo del Rey, está claro que por linaje, será el siguiente Rey.

—No importa tu linaje si tienes a todos los nobles de tu lado—atacó el mismo punto que el Duque había pensado en el momento en que comenzamos con el plan—y tú sabes mejor que nadie que clase de persona es el príncipe Jabeom... él no es alguien capacitado para llevar la corona, aunque es verdad que quizás el joven príncipe Minseok podría hacerse cargo, pero él no es rival a tu poder.

—¿Por qué habla como si lo supiera todo? —cuestioné confundida.

—No hay nada que la Academia no sepa... sobre todo si es información propia de la realeza—confesó sonriendo con suavidad.

La miré en un completo silencio, una parte de mi genuinamente estaba dispuesta en aceptar la oferta, al fin y al cabo, el ser entrenada por la maga más fuerte del imperio era algo que definitivamente no se debía desaprovechar, pero una parte de mi no podía evitar el pensar que estaba siendo demasiado perfecto como para que fuese real.

—Lo pensaré—fue todo lo que dije logrando que ella se mantuviese alegre—... será mejor que vaya donde Hyeon...—cambié de tema al mismo tiempo en que daba un paso hacia atrás, demostrando de esa forma que quería marcharme.

—Has elegido un buen caballero, asegúrate de mantenerlo con vida—pidió en tono de broma mientras que escondía sus manos sobre su espalda—en fin... te puedes marchar... esperaré con paciencia tu pronta respuesta.

Sonreí ante el comentario mientras que hacia una pequeña reverencia en forma de despido. Rápidamente me giré y caminé lo más tranquila que pude sintiendo sus ojos perforando mi nuca; en estos momentos realmente podía sentir un ligero parecido entre ella y Hyeon. Ambos eran jodidamente insistentes. Tras abrir la puerta lo primero que pude notar fue a mi caballero apoyado en la pared con su brazo puesto cómodamente sobre su estómago con la mirada completamente enfocada en dirección de la entrada.

—Fueron cuatro minutos y veinte segundos—aclaró mientras que se alejaba de la pared para acercarse—¿Esa bruja no te hizo nada? —cuestionó dándole un vistazo pro sobre mi cabeza para ver como mi profesora simplemente agitaba su mano en señal de despedida—no confíes en ella.

—¿Por qué? —pregunté al mismo tiempo que sentía como agarraba de mi muñeca para comenzar a tirar de mi extremidad—Hyeon—le llamé al notar como me estaba arrastrando lo más lejos del salón—oye—me quejé contrayendo mi antebrazo para soltarme de su agarre—¿Por qué actúas como si las conocieras? —cuestioné mientras que me cruzaba de brazos notando lo incomodo que él se veía, oh... pensé al mismo tiempo que una sonrisa maliciosa lentamente comenzó a formarse en mi rostro logrando que él juntara sus cejas genuinamente confundido—¿Acaso... tienes algún tipo de historia con ella?

—Lo que sea que este pensando tu cabeza pervertida estas en lo incorrecto—aclaró Hyeon sin ocultar su asco—... no es alguien importante.

—Pero parece que su existencia te molesta—aclaré notándolo irritado—si realmente no es alguien importante no actuarias de esa forma—repliqué logrando que sus ojos color caramelo se enfocaran en mi relajada expresión.

—¿Estas tan aburrida princesa que necesita rebuscar en la vida de los demás?—cuestionó queriendo sacarme de quicio, pero yo estaba de muy buen humor como para caer por algo tan bajo como ese tipo de comentarios—ha... parece que ya no te afecta—murmuró como si estuviese fastidiado por mi tranquilidad—es mi hermana mayor.

—¿Ah?

—Ya escuchaste—se quejó envolviendo nuevamente su brazo contra su estómago queriendo restarle importancia a ese gran detalle.

¿Cómo que hermanos?, pensé sin poder creer que realmente tuviesen algún tipo de parentesco.

—Pero tú no tienes apellido—aclaré siendo consciente que, desde que lo conocía jamás demostró siquiera una pisca de nobleza en sus actitudes—y ni siquiera se parecen—agregué logrando que él sonriera.

—Es verdad, yo soy más guapo—confesó llevando esta vez sus dedos contra su corto cabello tratando de mostrar su actitud seductora—y si nos parecemos, ¿Acaso no te diste cuenta que ambos poseemos los ojos claros? —cuestionó apuntando a sus orbes logrando que yo lo mirase con sorpresa—ha... si no es Mina, a ti realmente no te importa—yo sé que lo soltó por impulso, sé perfectamente que el tema de mi ex prometida no era algo que salía por que sí, y él rápidamente comprendió eso—yo... lo siento—se disculpó evidentemente incomodo.

—No hay nada de malo en nombrarla—aclaré tratando de alivianar el ambiente—no es como si estuviese prohibido—confesé notando lo incómodo que se veía—... así que hermanos—retomé el tema principal observando la manera en que el contrario se había llevado sus dedos contra su mejilla izquierda comenzando a rascarse en esa zona en un vano intento por relajarse—¿Por qué no usas tu apellido?

—Abandoné la casa del Conde Lee al cumplir los quince años—confesó encogiéndose de hombros, para luego simplemente comenzar a caminar en dirección de los dormitorios; yo no dudé en seguirle el paso—odiaba la idea de ser el siguiente heredero, así que simplemente decidí ir al Ducado para convertirme en caballero—parecía distraído, como si estuviese vagando en sus propios recuerdos.

—Pero la profesora es mayor que tu...

—Soy hombre—aclaró como si a él tampoco le gustase la idea—el hecho de ser capaz de mantener el apellido es suficiente para ser el siguiente heredero—confesó una realidad que todos sabían, pero que nadie, sobre todo las damas, eran capaces de hablar abiertamente—a menos que tu tuvieses el poder suficiente para conservar tu apellido.

—Como la Duquesa—aclaré siendo consciente que ella había sido quién le heredero su apellido al Gran Duque Myoui, transformándose en la primera mujer en conservar su apellido.

—Exacto, pero para eso necesitarían también el apoyo del Rey—agregó al mismo tiempo en que se adentraba en un largo pasillo—y tu sabes perfectamente que solo teniendo un poder equivalente al Duque podrías llegar a obtener ese tipo de permiso—comentó tranquilamente—así que decidí abandonar mi apellido convirtiéndome en un simple plebeyo.

—¿Tu padre no lo odió? —pregunté interesada por ese tema.

Esta era la primera vez que Hyeon contaba algo personal.

—Ese bastardo tiene una que otra concubina, así que el heredero se decidió unos años después de mi salida, pero si que es verdad que el primer año hizo todo lo posible por llevarme de vuelta a casa—confesó sonriendo con cierta ironía—en fin, la bruja de mi hermana terminó dejando la casa para ingresar en la academia, aunque a diferencia mía, ella decidió mantener el apellido... probablemente para tener algún tipo de beneficio—agregó adentrándose esta vez en mi habitación.

—¿Por qué no debo confiar en ella? —volví a preguntar notando como él se recostaba en mi cama mientras que yo cerraba la puerta detrás de mí.

—Probablemente quiere entrenarte para convertirte en Reina—confesó logrando que yo le viese con sorpresa—debes practicar tus expresiones, eres fácil de leer—confesó llevando su palma contra sus ojos—conozco perfectamente a esa bruja, así que lo más seguro es que quiere que seas reina con el fin de que tu le ayudes con alguna de sus locas investigaciones sobre la afinidad del maná.

—¿Es porque soy una princesa?

—No—rápidamente respondió—es por qué tienes un núcleo de color marrón—confesó manteniendo su mano sobre su rostro—quizás es la primera vez que ve una persona con ese tipo de afinidad—aclaró.

—¿Qué tipo de afinidad tiene ella? —pregunté algo que jamás había pasado por mi mente aun sabiendo lo poderosa que era esa mujer.

—Lo ultimo que supe era que era de color azul, probablemente por esa razón esta tan interesada en ti o quizás ya consiguió la manera de aumentar su nivel—aclaró sin darle mucha importancia—de todas formas, si quieres aprender de esa bruja debes prepararte para ser usada como conejillo de india.

—¿Lo dices por experiencia? —cuestioné con cierta diversión logrando que él alejara su mano de su rostro para verme directamente a los ojos.

—Diviértete con esa bruja—fue todo lo que dijo para regresar su atención al techo.

—¿Quién te dijo que ya acepté? —me quejé al mismo tiempo que caminaba hacia el pequeño mueble notando una carta sobresaliendo de los libros que había tomado prestado de la biblioteca—¿Quién trajo esta carta?

—Es obvio que aceptarás—confesó—y yo dejé la carta, es de Sana—comentó sin darle mucha importancia provocando que yo frunciera el ceño.

—¿Por qué no me dijiste que Sana había enviado una carta? —me quejé posando mis orbes en su rostro viendo lo tranquilo que se veía.

—Soy tu caballero, no tu mensajero—aclaró al mismo tiempo en que me daba la espalda—ahora, lee en silencio que voy a dormir.

En otro momento no hubiese dudado en patearlo, pero por alguna razón sentía que sería una muy mala idea el molestarlo, así que simplemente lo dejé pasar centrándome por completo en la carta. 

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