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Cerca de ti

Recomendación: Birds – Imagine Dragons

Pov: Myoui Mina.

Mi cuerpo fue prácticamente expulsado del portal como si este sintiese asco por mi existencia. Sinceramente, no era algo que había esperado así que simplemente atiné a estirar mis manos en un vano intento por proteger mi rostro antes de que este fuese azotado contra el suelo mientras que podía sentir como el golpe real se las terminaba llevando mis rodillas ante el contacto directo con el frío pavimento. Auch. Literal había sido escupida del portal, francamente, fue una situación particularmente humillante, ojalá no volver a repetirla. Con las mejillas completamente enrojecidas y la vergüenza latiendo frescamente en el interior de mi cabeza decidí levantarme lo más rápido que mi cuerpo pudo tratando de disimular el hecho de que habia quedado en el suelo en una posición bastante patética, por no decir comprometedora. Como era de esperarse Chaeyoung no tardó en comenzar a reírse en el interior de mi cuerpo, se reía con fuerza, a carcajadas limpias, tal parece que había disfrutado de verme siendo repentinamente humillada.

No recuerdo haberla criado tan mal.

Silencio, ordené en un completo silencio mientras que estiraba mis manos hacia mis pantalones comenzando rápidamente a sacudir el polvo que había cubierto mi prenda; sobre todo en la zona de mis rodillas. Sinceramente, debía borrar cualquier rastro que pudiese dejar en evidencia la humillación que acababa de pasar, ven acá, quería que se expusiera. A pesar de que cualquier otra persona hubiese dudado, ella era tan devota a mi que aun cuando existía la posibilidad de que las lastimara como castigo, no dudó en brotar de mi núcleo en su cuerpo humanoide.

—¿Puedes sentir alguien a tu alrededor? —pregunté a la vez que terminaba de limpiarme observando en todo momento la manera en que ella fruncía su ceño.

—Mamá... ¿Crees que soy un perro? —cuestionó tratando de sonar ofendida mientras que no dudaba en cruzarse de brazos para reafirmar su malestar, por un segundo realmente pensé que se había ofendido, pero al notar como había comenzado a mirar a su alrededor asumí que tan solo me estaba molestando—... no siento presencia viva—confesó logrando demostrar de esa simple manera que si era capaz de sentir a los seres vivos.

La verdad es que no esperaba que fuese capaz.

—¿Crees que estamos en territorio humano? —preguntó retomando la conversación mientras que yo arreglaba mi espada tratando de cubrirla con mi camiseta.

Tan solo le sostuve la mirada, a simple vista parecía repentinamente ansiosa, así que decidí estirar mi mano presionando toscamente mi palma sobre su cabeza en un vano intento por tratar de tranquilizarla, ¿Es por qué va a ser tu primera vez haciendo contacto directo con otro humano?, me pregunté notando como sus mejillas se sonrojaban.

—No—ella no dudó en responder, aunque era más que evidente que estaba mintiendo.

Decidí dejarla en paz.

—Vamos a tener que averiguar si realmente estamos en el Reino humano o no—confesé alejando mi mano de su cabeza para obtener nuevamente mi preciado espacio personal—aunque primero... ¿Podrías hacer algo con esto? —cuestioné apuntando directamente contra mi cabeza logrando fácilmente que ella me observara—el rubio es demasiado notorio como para poder caminar tranquilamente—admití consiguiendo que ella tan solo continuase admirando lo bien que me quedaba el color.

Pero... te queda bien.

Tras oír sus pensamientos no dudé en asentir con mi cabeza dándole toda la razón.

—Lo sé, pero eso no quita el hecho de que me noto a kilómetros—admití logrando sin mucho esfuerzo que ella se sonrojara con suavidad, como si hubiese olvidado por un segundo que yo podía leer sus pensamientos tanto como ella podía leer los míos—te atrapé—contesté notando como ella miraba hacia otra dirección.

Un hechizo de ese calibre consumiría bastante maná.

No parecía darse cuenta el hecho de que seguía en sus pensamientos mientras que su atención se mantenía plenamente enfocado en mi cuerpo, a simple vista daba la impresión de estar pensando si valía o no la pena el hacerlo, ¿Realmente no puedes?, pregunté inclinando ligeramente mi cabeza siendo completamente consciente que esa pregunta le daría justo en su ego. Como era de esperarse, en el momento que me escuchó no dudó en ampliar sus párpados dejando en evidencia su descontento.

—¡Claro que puedo! —aclaró irritada—... es bastante evidente que puedo transformar tu cabello al color que tenias con anterioridad—respondió de mejor manera cuando comprendió que se había exaltado. Con calma se llevó su puño contra su boca fingiendo seriedad—¡Cough!... soy un espíritu con bastante capacitades, nadie en mi nivel puede ganarme—alardeó inflando su pecho—pero aun así... solo podré mantener el hechizo por un de horas.

Le sostuve la mirada.

—Con que pueda tener tiempo para comprar ropa y quizás una máscara, es más que suficiente—confesé notando como ella me seguía observando. Sinceramente, era bastante claro que sentía curiosidad por lo que estaba a punto de hacer—... es necesario—respondí tratando de mantenerme calmada, pero era bastante difícil de conseguir cuando sus ojos rojizos destellaban ante la curiosidad.

¿Por qué una máscara?

Chaeyoung no podía simplemente contener su curiosidad, a veces se comportaba como una niña con juguete nuevo. Por inercia solté un suave suspiro mientras que terminaba de arreglar mi ropa asegurándome de llevar todo conmigo.

—Bueno...—murmuré llevándome los dedos contra mi nuca mientras que emprendía camino hacia la salida del lugar notando como estábamos en una habitación completamente desolada—... ¿Cómo reaccionarías si te dijera que fui una mala persona?

Mamá no es una mala persona... simplemente no es algo posible.

Mi pequeño e ingenuo espíritu ni siquiera estaba permitiendo el poner la duda en sus pensamientos, ella tan solo afirmó con confianza de que yo era una buena persona aun cuando ni siquiera sabia a ciencia cierta de donde yo provenía. Su confianza me dejó en un completo silencio, así que tan solo atiné a mantener mi atención fija en su cuerpo notando la manera en que se había encogido de hombros demostrando de esa simple forma que estaba en lo correcto.

Saber que su confianza era plena me hizo sentir mal, porque era evidente que la estaba a punto de decepcionar.

Yo sabía a la perfección que no era completamente necesario el ser sincera con ella, realmente podía continuar viviendo sin tener que revelar que clase de monstruo era, pero ya había sido sincera con Bom, necesitaba de una buena vez descargar todo el peso que conllevaba mantener una farsa durante tanto tiempo, así que iba a aprovechar el tiempo de soledad que ambas estábamos manteniendo mientras que mis piernas seguían moviéndose a través de la habitación yendo directamente hacia la salida. A pesar de que me había mentalizado con la idea de ser sincera, no podía obtener el valor suficiente como para poder observar como sus ojos lentamente comenzarían a ser llenados por la decepción, así que tan solo continué caminando, escuchando de fondo como ella no dudaba en seguirme el paso queriendo no perderse.

—...Yo lastimé a muchas personas a lo largo de mi vida—confesé sin detener mi caminar escuchando perfectamente como ella dejaba de caminar tras oírme.

—¿Qué?

Por primera vez en mucho tiempo tuve miedo de ser juzgada, así que simplemente mantuve mi atención hacia el frente creyendo que, con eso, sería más que suficiente para no tener que ver el resultado de mis propias acciones.

—Lastimé y asesiné a muchas personas—continué hablando al mismo tiempo en que podía sentir como mis manos comenzaban a sacudirse, por mero instinto decidí esconder ambas manos en el interior de los bolsillos de mis pantalones en un vano intento por aparentar tranquilidad—dejé a más de un niño sin su madre o padre—murmuré con el corazón prácticamente en la garganta—o unos padres sin sus hijos—no podía detenerme—dejé a personas sin sus hermanos, sin sus parejas... más de alguno perdió al amor de su vida por mi culpa—el monologo no paró y su silencio no ayudaba para nada la ansiedad que golpeaba sin parar en mi interior.

Por impulso me mordí mi labio inferior sintiendo aun fresca la herida ejercida por los nudillos de Bom.

—Uso una máscara para...—me quedé abruptamente en silencio al no ser capaz de recordar la razón del por qué habia comenzado a utilizarla. Chaeyoung tras notar mi repentino silencio tan solo me observó como si estuviese esperando pacientemente a que yo retomara la conversación—... para que no me reconozcan—solté lo que fugazmente habia pasado por mi cabeza sintiendo un ligero deja vu—no puedo escapar para siempre de mi realidad, pero aun no es momento de que la gente sepa de mi existencia ... o por lo menos no todo el mundo.

Chaeyoung se mantuvo en un completo silencio, su silencio era lo suficientemente ensordecedor para hacerme sentir inquieta, pero me negaba a detenerme, no quería parar de caminar, quería huir como la cobarde que siempre había sido mientras que ella tan solo continuaba pensando con bastante seriedad lo que yo había decido confesar.

—Todo lo que dijiste... fue lo que hiciste en tu vida anterior—ella ni siquiera se tomó la molestia de tan siquiera de poner en duda lo que estaba soltando, ella simplemente afirmó que mis acciones eran pasadas, como si estuviese invalidando mi deseo de querer alejarla de mí—las acciones pasadas no deberían ser motivo por el cual yo deba de juzgarte.

Tras escucharla no pude evitar que mi cuerpo por completo quedase paralizado.

Por mero instinto decidí simplemente girarme consiguiendo de aquella simple manera poder observar la forma en que Chaeyoung continuaba estando de pie a una distancia bastante prudente entre mi cuerpo y el suyo. No voy a negar el hecho de que se sentía refrescante ver la seriedad con la que me estaba haciendo frente, al parecer, quería que yo comprendiera que no me iba a abandonar o por lo menos no lo haría por unas simples palabras por mi parte, tu amor es dolorosamente incondicional, pensé de forma genuinamente impulsiva sin pensar que ella me respondiera con una agradable sonrisa.

Yo no merecía Chaeyoung... aunque bueno, la verdad es que yo no merecía gran parte de las cosas buenas que había recibido en los últimos años.

Instintivamente entreabrí mis labios sintiendo como las palabras comenzaban a quedar atrapadas en mi garganta, desesperadas en querer salir de una buena vez para poder dar respuestas a todas esas dudas que flotaban sin parar en el interior de mis pensamientos.

—¿Cómo es que...?

Fue todo lo que logré soltar mientras que regresaba nuevamente a ese conocido silencio que tan comúnmente me mantenía, tras comprender que no era realmente capaz de poder formular la pregunta, mucho menos de forma completa: me sentía avergonzada, asustada, preocupada, angustiada... en realidad, ni siquiera soy capaz de poder definir claramente cual era el sentimiento que estaba golpeando en el interior de mi cuerpo, tan solo sabía que era lo suficientemente incómodo para no querer seguir experimentándolo.

Mis ojos nuevamente fueron a parar a los suyos.

—...¿Por qué no me dijiste que ya lo sabías? —finalmente cuestioné logrando de esa simple manera que Chaeyoung nuevamente elevara sus comisuras al punto en que pude ver el comienzo de uno de sus hoyuelos.

Bueno...

Para mi grata sorpresa, ella no tardó en adoptar el mismo mal habito que yo padecía llevando una de sus manos en dirección de su nuca dejando caer sus dedos sobre su piel en un vano intento por tratar de ocultar la vergüenza que repentinamente había comenzado a atacar en el interior de su organismo, ¿También me veo de esa forma?, me pregunté con mi atención completamente enfocada en la forma en que ella miraba momentáneamente hacia otra dirección.

—La verdad es que nunca pude entender muy bien tus recuerdos... así que creí que en algún momento tú me lo ibas a decir—y lo soltó sin más, como si no estuviese siendo la gran cosa para ella.

—Espera... espera...—murmuré llevándome los dedos contra mi frente en un vano intento por poder ordenar mis pensamientos—¿Cómo es eso que pudiste ver mis recuerdos?... un momento, ¿Qué tanto viste? —cambié de pregunta sintiéndome repentinamente nerviosa de que hubiese llegado a ver algo extraño.

¿Cómo es que no lo había notado antes?, claramente debió ver mis recuerdos si pudo nombrar a Nayeon.

Había sido una idiota.

Chaeyoung continuó sosteniendo mi mirada, a simple vista parecía preocupada, quizás preocupada de las agresivas palabras que estaba soltando contra mi propia persona.

—Vi lo suficiente para poder reconocer algunas caras—confesó con tranquilidad mientras que yo me llevaba mis manos contra mi rostro, ¿Qué personas?, pregunté sin atreverme a alzar la voz—Nayeon, Sana, el Duque, Hyunjin, Felix, Hyeon... Matt y Emma.

Mi corazón quedó completamente paralizado en el interior de mi caja torácica. Ella había visto demasiado.

Son personas importantes para ti... ¿Verdad?

Su pregunta realmente no tenía ninguna insinuación maliciosa, a simple vista parecía genuinamente interesada por saber más de mi vida. Decidí sostenerle nuevamente de la mirada notando la curiosidad emanando de sus bonitas orbes rojizas.

—Sí... ellos son muy preciados para mi—decidí simplemente ser sincera siendo consciente que sería una estupidez negar lo obvio—¿Viste algo más?

Ella me sostuvo la mirada durante algunos segundos.

—Sé que este no es tu cuerpo original y que la verdadera dueña se encuentra sellada—admitió algo que claramente yo ya debía haber asumido ya que estaba a mi lado veinticuatro horas del día—... sé que es alguien peligrosa que por nada del mundo debería volver a salir—agregó mientras que yo hacia mi mejor esfuerzo por mantener la calma.

Por fin sus ojos me veían con miedo.

—¿Qué sucede?

—Yo iré a donde tu quieras que vaya—confesó mientras que yo simplemente fruncía el ceño sin entender el repentino cambio de conversación—a pesar de que soy solo un espíritu y que tengo un deber que cumplir con usted... yo realmente la veo como mi madre.

Solté un suave suspiro al mismo tiempo en que comencé a caminar hacia su dirección, lamento no haber sido sincera contigo desde un principio, y me disculpé siendo consciente que, de mis pensamientos era mucho más fácil que decirlo a viva voz notando fácilmente la manera en que su rojiza mirada me veían como si estuviese abrumada de mis palabras. En un completo silencio me detuve frente a ella, a pesar de que se podría decir que teníamos físicamente una edad parecida, era evidente que en estos momentos ella era mucho más pequeña que yo.

Debo continuar protegiéndola.

—No permita que ese monstruo regrese a su cuerpo—pidió mientras que yo solo la continuaba observando.

—Todo estará bien—traté de tranquilizarla mientras que estiraba una de mis manos presionando mi palma sobre su cabeza dándole toscas palmadas justo en su coronilla—... me conoces a la perfección, sabes que no le dejaré las cosas fáciles—admití sin muchas preocupaciones sintiendo como ella no dudaba en inclinarse envolviendo sus brazos alrededor de mi cintura.

Me paralicé.

Creo que esta era la primera vez desde que Chaeyoung era un bebé que nos dábamos un abrazo.

Como era de esperarse nuevamente el silencio no tardó en reinar en nuestro alrededor, pero a diferencia de todas esas veces en que no podía con la incomodidad propia del silencio ensordecedor que se formaba con otras personas, cuando se trataba especialmente de Chaeyoung no podía evitar sentir paz, así que decidí simplemente envolver mis brazos alrededor de su delgado cuerpo presionando mi palma sobre su nuca mientras que podía sentir la forma en que el calor propio de su cuerpo comenzaba a propagarse a través de mi torso, Chaeyoung era cálida, tan cálida que mi corazón no podía evitar el sentirse protegido. Si debo ser sincera, yo realmente no tengo ni la más menor idea de que haría si algún día la llegaba a perder, estaba tan acostumbrada a su presencia que se sentía completamente natural escuchar sus palabras del interior de mi cabeza.

Creo casi con completa seguridad que el día que ella me llegue a faltar, yo no dudaré en morir, porque estaba segura de que no podré continuar con toda esta mierda, con todo este dolor sin su compañía, no puedo hacerlo, realmente no soy lo suficientemente fuerte como para hacerlo.

Necesitaba verla revoloteando a mi alrededor como una pequeña y dulce mariposa.

—Te amo Chaeyoung—admití con suavidad logrando que ella rápidamente alejara su rostro de mi pecho para verme directamente a los ojos.

Yo también te amo mamá.

Sonreí con suavidad mientras que acariciaba su cabello sintiendo como volvía a adherir su rostro contra mi pecho olfateando tranquilamente mi prenda.

Perderla no estaba dentro de mis opciones.

Después de tener ese pequeño momento de madre e hija, Chaeyoung no dudó en romper el abrazo comenzando los preparativos para cambiar el tono de mi cabello. Francamente, por un segundo realmente creí que no lo iba a conseguir ya que era bastante evidente que el hechizo en si era complicado, pero ella de verdad daba la impresión de no querer decepcionarse, así que decidí continuar en un completo silencio dejando toda mi fe en ella. Luego de un par de minutos de espera pude notar como el brillo dorado propio de mi larga cabellera lentamente comenzaba a opacarse hasta que tan solo el negro carbonizado terminó cubriendo con totalidad de mi cabello.

Ella había tenido éxito.

—¿Ves? —cuestionó llevándose sus manos contra su cadera—soy digna de confianza—aclaró presionando su pulgar contra su esternón mientras que no dudaba en inflar su pecho con cierto aire arrogante.

—Menos mal que te tengo—respondí logrando que ella sonriera al punto que los hoyuelos en sus mejillas se marcaran a la perfección—...vamos, tenemos que regresar al Ducado.

—¿Podré conocer a tus padres? —cuestionó mientras que caminaba a mi lado.

—En teoría... serían tus abuelos, pero sí—respondí sintiendo como ella envolví su brazo alrededor del mío. La miré durante unos segundos notando la felicidad que desprendía su cuerpo—... tendrás que regresar a mi núcleo—admití sabiendo lo peligroso que podría llegar a ser que la gente note su llamativa existencia.

—Lo sé—respondió ella sin ninguna pisca de molestia.

Ella regresó a ese cómodo silencio, así que yo no dudé en salir de la habitación notando rápidamente la oscuridad del pasillo que a simple vista parecía ser interminable. Gracias a que Chaeyoung poseía aquel flameante cabello rojizo fue bastante fácil el poder caminar sin tropezar, aunque la luz que emitía no fue la suficiente como para llegar a cubrir por completo el pasillo, así que había que tener cuidado de donde pisábamos. Mi atención no tardó en enfocarse en lo que tenía a mi alrededor; con solo ver la humedad en las paredes y el comienzo de la hierba asomándose en el suelo era bastante evidente que este lugar llevaba unos buenos años sin ser habitado, lo que explicaría el por qué nadie había nombrado anteriormente la existencia del portal, por mero impulso moví mi mano agarrando el antebrazo de Chaeyoung antes de que ella se tropezara por completo, ten cuidado, pedí soltando su extremidad para continuar con mi camino.

El olor a encierro y tierra mojada llena mis fosas nasales siendo una situación bastante incomoda.

Francamente no tengo ni la más menor idea de cuánto tiempo llevábamos caminando, pero los pies habían comenzado a generarme malestar lo que indicaba que por lo menos más de veinte minutos ya debíamos llevar de movimiento, por mero impulso deslicé mi mirada en dirección de Chaeyoung, a pesar de que ella no se había quejado, era evidente que comenzaba a estar cansada, ¿Quieres ingresar a mi núcleo?, pregunté siendo consciente que, ante el ambiente desconocido en el cual nos encontrábamos deambulando, no sería bastante inteligente por mi parte de alzar la voz.

Aun no.

Fue todo lo que Chaeyoung respondió así que tan solo continué con mi caminar.

Por un momento realmente pensé que solo estaríamos caminando sin un rumbo fijo, y probablemente sería de esa forma si no fuese porque había conseguido escuchar unos suaves pasos proviniendo desde el exterior. Sin siquiera dudarlo estiré mi mano en dirección de Chaeyoung agarrando toscamente de su antebrazo para tirar de su cuerpo directamente contra el mío, evidentemente mi acción la sorprendió, así que antes de que el sonido fuese capaz de brotar de su boca yo llevé mis dedos directamente a sus labios ejerciendo presión en aquella zona para que ningún tipo de ruido llegase a desprender hacia el exterior. En silencio presioné mi espalda contra la fría y húmeda pared tratando de escuchar con mayor atención, son pasos, pensé sintiendo como ella presionaba sus dedos sobre mi antebrazo evidentemente sorprendida de mi repentino actuar, respira con calma... creo que ellos nos pueden llegar a escuchar, admití al mismo tiempo que hacía mi mejor esfuerzo para poder enfocar toda mi atención en lo que estaba sucediendo fuera del pasillo.

Mis músculos se tensaron en el momento que escuché los pasos sobre mi cabeza: no tardé en comprender que no estaba en un pasillo, era un maldito túnel.

—... El Rey tiene demasiado favoritismo por esa simple bastarda.

Me quede quieta escuchando perfectamente la conversación; era evidente que el desconocido estaba furioso, ahora bien, ¿El por qué?, no tengo ni la más menor idea.

—Tenga cuidado Conde Lee... el palacio tiene oídos por todas partes.

Su acompañante no dudó en responder ligeramente temeroso mientras que yo simplemente había decido continuar con mi camino tratando de seguir escuchando la conversación, así que estoy en el palacio, pensé sintiendo el cálido calor que desprendía la anatomía de Chaeyoung sobre mi tronco superior, ¿Por qué el portal estaría precisamente en un palacio?, eso realmente no lo podía entender, pero tampoco tenía el tiempo como para molestarme en tratar de comprenderlo, así que tan solo lo pensaré en otro momento.

Por mero impulso di un paso hacia el lado tratando de agudizar lo mejor que podía de mi audición, ¿De quién estarán hablando?, me cuestioné aun cuando tenía la leve sospecha de quién podría llegar a ser.

—Si tan solo no hubiese estado presente... estoy seguro de que el Rey hubiese aceptado el matrimonio político con la Duquesa Myoui... estuve tan cerca de conseguir tumbar a ese maldito plebeyo.

Bruscamente amplié mis párpados ante la repentina sorpresa que me causó escuchar sus palabras, ¿La Duquesa que...?, traté de entender lo que claramente había escuchado mientras que podía sentir la fuerza con la que comenzó a latir mi corazón, ¿Matrimonio?... ¿Qué mierda pasó en mi ausencia?, y realmente yo estaba haciendo lo mejor que podía para poder tratar de entender lo que estaba sucediendo.

Podía escuchar sus pasos resonando en el lugar mientras que sus voces cada vez se hacían más pequeñas, como si intencionalmente estuviesen tratando de que nadie llegase a escuchar.

—Debemos deshacernos de la princesa Nayeon.

Mis pulmones se contrajeron violentamente, yo no podía respirar, mucho menos cuando estaba siendo testigo de lo que le harían a Nayeon, ¿Cómo se atreven?, me cuestioné sintiendo como las venas comenzaban a resaltar de mi cuello ante la furia, ¿Cómo te atreves a siquiera pensarlo?

Mamá.

Lo sé... pensé tomando grandes bocanadas de aire en un vano intento de poder relajar mi cuerpo, pero realmente estaba siendo una tarea difícil, sobre todo el controlar mis propias emociones: sentía que había regresado a ser esa niña de quince años que no podía controlar ni sus propios pensamientos.

Era una sensación frustrante.

—Conde Lee...

—Ella continuará estando en el interior del palacio, por lo menos hasta que Akira regrese del Norte, así que debemos atacar esta noche.

—Sigo pensando que es una muy mala ide...

—Cierra la boca y solo haz lo que te ordeno. Generalmente deja la puerta de su habitación bajo llave, pero la que da al balcón siempre esta abierta, así que tu hijo puede ingresar por aquella zona.

—Pero... su habitación queda en el tercer piso.

Su acompañante sonaba genuinamente preocupado.

—Hay un árbol que da al balcón, no hay manera de que tu estúpido hijo cometa un error... mientras tanto, yo me encargaré de que nadie pasé por la zona, así que estará completamente despejado.

—Está bien...

Tal parecer que la conversación finalizó ya que rápidamente el silencio los envolvió mientras que sus pisadas cada vez se volvían más rápidas. Solo cuando estuve completamente segura de que no habría nadie a mi alrededor, decidí soltar la boca de Chaeyoung notando como ella daba un par de pasos lejos de mi cuerpo para poder observar mi expresión.

Mamá.

¿Puedes transformarte en cualquier animal?, pregunté mientras que alzaba mi mirada notando como ella simplemente asentía con su cabeza, necesito que seas lo suficientemente pequeña para encontrar una salida y a su vez lo suficientemente rápida para que nadie te vea.

¿Cómo una lagartija?

Sí, exactamente como una lagartija, respondí observando como ella, sin siquiera tomarse la molestia en cuestionar mi pedido tomaba la decisión de transformarse en una pequeña lagartija rojiza. Por mero impulso me hinqué estirando mi mano para presionar suavemente mi dedo índice sobre su pequeña cabeza, ten cuidado... si ves a alguien peligroso, no luches, solo regresa a mi lado a salvo, ordené observando la forma en que ella inclinaba suavemente de su cabeza en señal de cariño, para luego girarse comenzando a correr a quién sabe dónde, permitiendo que la oscuridad propia del pasillo envolviera por completo mi mirada.

Era extraño el volver a sentir como la soledad nuevamente comenzaba a hacerme compañía, como si fuese una vieja amiga que hace muchos años habia dejado de ver.

Una parte de mi realmente sabia que no podía perder el tiempo manteniéndome en mi sitio en espera de que Chaeyoung nuevamente hiciese acto de presencia, sabía que la vida de Nayeon estaba en peligro y al parecer, de momento solo yo era consciente de ello. A pesar de que sabía que cuatro años conllevan mucho tipos de cambios, tanto físicas como mentales, no podía controlar la ansiedad que lentamente comenzaba a subir hacia mi cabeza, era un miedo latente, ese tipo de miedo irracional de volver a perder lo que ya habia dado por perdido, no quería volver a experimentarlo, mucho menos cuando la tenía tan cerca de mí. En un completo silencio comencé a caminar asegurándome de no tropezar mientras que mi vista lentamente comenzaba a acostumbrarse a la soledad que me envolvía. Estaba lo suficientemente oscuro como para ni siquiera poder observar mis propias manos, aun cuando había flexionados mis brazos llevando ambas palmas cerca de mi rostro.

Mamá.

Mi cuerpo se tensó tras oír la voz de Chaeyoung haciendo ecos en mi cabeza, ¿Estas bien?, antes de preguntar cualquier otra cosa, no pude evitar el sonar preocupada sintiendo como el silencio por su parte no hacía más que empeorar mi evidente ansiedad.

Encontré la salida... debes solo caminar derecho, te llevará directamente hacia el jardín.

Fue todo lo que dijo así que yo sin siquiera poner en duda sus palabras, comencé a correr siendo completamente consciente que en cualquier momento podría llegar a tropezar ante la falta de visibilidad. Durante todo momento mi pecho no había dejado de subir y bajar con la suficiente fuerza como para comenzar a causarme malestar, estaba expandiendo mi caja torácica lo más que podía en un vano intento por llenar mis pulmones mientras que el sudor lentamente comenzaba a cubrir cada centímetro de mi piel, aun sabiendo que podía llegar a llamar la atención del exterior, el simple hecho de sentir que Chaeyoung estaba lo suficientemente silenciosa, realmente no me gustaba, así que necesitaba verla, necesitaba comprobar con mis propios ojos que ella estuviese bien.

Después de un par de minutos que se sintieron como horas logré divisar a lo lejos aquel pequeño flameante cuerpo en uno de los costados del pasillo. Con solo notar la luz tenue que emanaba su cuerpo me fue suficiente para poder respirar con tranquilidad, Chaeyoung, le llamé notando como ella se giraba.

Es acá, acércate rápido.

Fue todo lo que dijo girando su pequeño hocico para mostrarme el lugar.

Yo puedo salir, pero hay una lapida del otro lado que impide que puedas salir con facilidad.

—Si la rompo con magia podría delatarnos—admití notando como ella asentía con su cabeza—...—me quedé en silencio observando la situación—explora el lugar—ordené tras unos minutos de silencio consiguiendo observar la forma en que ella se giraba viéndome con esos pequeño ojos llenos de confusión—busca al idiota que tratará de lastimar a Nayeon... cuando lo encuentres avísame, yo me encargaré de él.

Está bien.

Al parecer Chaeyoung pudo comprender la gravedad de la situación, así que en vez de tratar de persuadirme simplemente aceptó sin más la orden que le había dado, para luego abandonar el pasillo por aquel pequeño agujero que probablemente había salido con anterioridad. Mientras tanto yo, no dudé en estirar mis manos hundiendo mis dedos sobre las rocas tratando de encontrar algún pequeño hueco que me pudiese ayudar a abrirme paso, aun sabiendo que era la probabilidad de que el techo sobre mi pudiese en cualquier momento colapsar, podría nuevamente estar al borde de la muerta, ¿Pero cuando no lo estaba?

No lo voy a negar realmente tardé un par de buenas horas en conseguir el abrirme de paso, tanto así que podía sentir las rocas completamente húmedas debido a las heridas abiertas de mis dedos. Dolía, pero llegar a perder nuevamente a Nayeon dolía aun más, así que lo soporté, como lo llevaba soportando desde que llegué a este maldito mundo.

Lo encontré.

Sus palabras fueron como música para mis oídos.

Salí del lugar completamente empapada entre sudor y la tierra. En silencio presioné mis manos ensangrentadas sobre el suelo, realmente lo había logrado, una parte de mi no podía creerlo. En un completo silencio tomé una buena bocanada de aire, para luego simplemente girarme tratando de cerrar el hueco lo más rápido posible, tratando de asegurarme a su vez de que nadie pudiese notar su existencia. Sería un terrible error si los humanos lograban encontrar el portal.

—Madre—tensé mi cuerpo al mismo tiempo en que giraba mi rostro notando a Chaeyoung detrás de mí.

Ella se veía silenciosamente inquietante, como si hubiese realizado una travesura que trataba desesperadamente de ocultar.

—¿Dejaste a ese imbécil solo? —cuestioné notando lo que ella llevaba en sus manos—... ¿Qué es eso? —pregunté mientras que me erguía observando bruscamente hacia mi alrededor notando como la noche ya había caído—Chaeyoung...

—Él trató de trepar el árbol—admitió mientras que estiraba su mano teniendo toda la intención de entregarme lo que sea que había traído consigo—... así que lo maté.

¿Eh?

—¿Qué? —pregunté sin poder ocultar mi sorpresa notando como ella no dudaba en mirar hacia otra dirección en un vano intento por ocultar su vergüenza.

—Su maná era bastante repulsivo... no pude evitarlo—admitió como si eso fuese motivo suficiente como para que yo lo dejase pasar—... lo bueno es que conseguí ropa nueva—cambió del tema sin más mientras que movía sus brazos en un vano intento por hacer que yo aceptase lo que había traído consigo—y tu ahora mismo eres un desastre... ¿Acaso piensas ir de esta forma para ver a mamá?

—... No llames a Nayeon mamá—pedí sintiendo las mejillas calientes—eso la puede asustar—admití mientras que veía como Chaeyoung recargaba las prendas con una de sus manos para agarrar mis dedos logrando curar mis heridas con bastante facilidad—... ¿Esto no te harás gastar maná?

—No puedo verte lastimada—admitió mientras que sentía como mi húmeda piel producto del sudor se evaporaba por completo—... ¿Deberías remojarte en esa fuente? —cuestionó prestándole atención a lo que había detrás de mi—no creo que a mamá le gusta tu olor.

Al final, hice lo que Chaeyoung me propuso, pero no por qué fuese una gobernada de mi propia hija, sino más bien, porque tenía sentido lo que había comentado. Tras terminar de alistarme tomé la capucha del muerto y me cubrí mi cabello nuevamente rubio tratando de esconder cualquier rastro de mechón claro que pudiese quedar a la vista mientras que, con rapidez habia sido guiada por Chaeyoung hacia el árbol.

Si debo ser sincera, ni siquiera me tomé la molestia de preguntar la manera en que ella lo había asesinado, una parte de mí, simplemente pedía que no lo hiciese, porque podría llevarme una sorpresa.

—Esperaré aquí—Chaeyoung comentó regresando nuevamente a su forma lagartija provocando que yo tan solo la observarse.

No quiero interrumpir tu reencuentro.

Fue todo lo que dijo, así que yo simplemente decidí no insistir con el tema, la verdad es que sería bastante incomodo que ella me viese en mi lado más vulnerable. Como pude me las arreglé para trepar al árbol, cabe aclarar que esta estaba siendo mi primera vez, así que en más de una ocasión mis pies no tardaron en resbalar dándome un aspecto torpe, hasta patético, pero ante todo pronostico negativo, fui capaz de conseguir llegar a la copa aferrando mi cuerpo en la rama que daba directo al balcón.

Ahora que estaba de pie en el balcón, frente a la ventanal que daba directo a la habitación de Nayeon los nervios de que tal vez ella no sería capaz de reconocerme no tardaron en bombardear mi cabeza, ¿Y si ella no me recuerda?, me pregunté sintiendo como mi corazón había comenzado a bombear violentamente en el interior de mi pecho, ¿Y sí no quería volver a verme?, eran temores más que justificados teniendo en cuenta la clase de persona que Mina había sido con ella, pero yo no era esa Mina, ella lo sabía.

Por mero impulso me quedé en mi sitio, siendo consciente que llevaba cuatro años esperando... cuatro años de que esta posibilidad se pudiese llegar a dar.

No podía continuar siendo una cobarde, ya no más.

Armada de valor tomé la decisión de estirar mi mano abriendo lentamente la puerta teniendo toda la intención de ingresar. Si debo ser completamente sincera, mi cuerpo reaccionó por impulso desenvainando mi espada para cortar aquel repentino ataque que acarició maliciosamente la piel de mi cuello, habia sido una intención asesina sorprendentemente alta, algo que hace mucho tiempo no había sentido, ni siquiera cuando luchaba con Jeonsa. Fue peligroso, así que simplemente agaché mi mirada notando el pedazo de hielo cortado a la mitad: no había necesidad de aclarar sus obvias intenciones por querer asesinarme.

En un completo silencio alcé mi mirada observando como la habitación ahora estaba completamente a oscuras, pero aun cuando era evidente la falta de iluminación, yo aun así pude perfectamente notarla.

Ahí estaba Nayeon de pie cerca de la entrada viéndose igual o más hermosa de lo que yo podía recordar, logrando sin ningún tipo de esfuerzo el arrancarme el aliento; el simple hecho de querer respirar se sentía como un lujo que yo no debía por nada del mundo obtener.

—¿Quién te envió? —ella cuestionó mientras que yo tan solo trataba de poder asimilar todo lo que estaba sucediendo, ¿No puedes reconocerme?, me cuestioné sintiendo como mis ojos comenzaban a arder—¿Acaso fue el Rey?

La había echado tanto de menos, que toda fuerza en mí no tardó en desaparecer. Rápidamente la espada resbaló de mi palma, en otra ocasión hubiese sido un movimiento estúpido hasta considerado como un acto suicida, pero no me importaba, nada importaba cuando se trataba de Nayeon.

—¿P~Princesa? —solté lo primero que pasó por mi cabeza, con una suave voz lastimosa que llenó por completo la habitación.

¿Realmente esto era real?

—¿Mina? —cuestionó ella sorprendida.

Con oír su respuesta fue más que suficiente para acortar la distancia entre las dos queriendo por fin tenerla entre mis brazos, deseando poder confesar lo mucho que le había extraño. 

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