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Adaptación

Pov: Myoui Mina.

Sinceramente, las cosas se habían vuelto un tanto incómodas con Sooyoung ya que ella había dejado de hablar, pero claro, no es como si yo estuviese haciendo el intento de tratar de entablar una conversación con ella, así que durante un buen tiempo solo se podía escuchar nuestras pisadas sobre las hojas ya secas y la forma en que Chaeyoung jugueteaba tranquilamente con el cuello de mi camiseta. En más de una ocasión fui capaz de escuchar aquel sorprendido sonido que desprendía su boca cuando sus dedos tocaban mi prenda, curiosa no dudaba en darle un rápido vistazo notando sus bonitos ojos idénticos a las llamas flameando en mi prenda, en sí, a simple vista parecía estar verdaderamente fascinada por estar tocando la tela de mi prenda, así que no hice nada por acabar con su entretención. 

Me mantuve con los labios apretados mientras que una de mis manos estaba posada en la espalda de la niña que era cubierta por mi capa. Sí, yo sabía perfectamente que ella por naturaleza no sería capaz de sentir frío, pero no era capaz de dejarla recibir de golpe el frescor del viento que acariciaba nuestros cuerpos mientras que continuábamos caminando. Solté un suspiro de manera impulsiva a la vez que continuaba siguiendo en todo momento al espíritu que tenía frente a mi. Lo noté fácilmente, ella continuamente miraba su palma tratando de asegurarse de estar yendo por el camino correcto sin siquiera verificar donde estaba pisando. Eso comenzaba a sacarme de quicio, pero sabía que si hacía comentarios al respecto, terminaríamos teniendo una discusión y en verdad, lo que menos quería era conseguir ese final. A pesar que antes nos turnábamos para cuidar del bebé, esta vez sentía que ella no estaba usando correctamente la cabeza así que decidí mantener en todo momento a la niña en mis brazos sintiendo como, de un momento a otro simplemente se acurrucaba en mi pecho en señal de no querer ver a nadie más. Eso me pareció curioso, porque desde que había aceptado el salvar al elfo ella había comenzado a comportarse de una manera inusual. Francamente, no sé muy bien que era lo que le ocurría, no tenía del todo claro el por qué de su cambio de actitud, pero creo que mis emociones estaban influenciando de alguna manera en las suyas, ya que cuando me molestaba o me sentía triste no tardaba en ver una reacción parecida en la bebé, así que me mentalicé con tener más cuidado en como estaba asumiendo mis propios sentimientos. La verdad, es que lo que menos quería era influenciar de forma negativa a la niña. Suavemente estrujé su cuerpo contra mi pecho sintiendo sus pequeña palma metiéndose dentro de mi camiseta, no le di mayor importancia al calor que desprendía su piel ya que mi atención estaba plenamente enfocada en la forma en que Sooyoung se había detenido. Rápidamente hice lo mismo observando como se quedaba viendo su palma para luego simplemente avanzar de golpe, como si se hubiese percatado de que estaba perdiendo distancia entre los desconocidos y nosotras. De forma impulsiva me incliné agarrando el brazo de Sooyoung al darme cuenta de que ella estaba tratando de adelantarse para mantenerse cerca de los desconocidos, olvidando por completo que había un bebé en nuestro equipo. 

Sinceramente, no sé a que se debía aquel impulso de querer llegar lo más pronto posible, en teoría no estábamos tan lejos de los esclavistas, así que no debía estar tan desesperada por salvar a la elfo. Ella no dijo nada, en un principio solo se quedó quieta mirando el suelo, para luego girar su rostro posando sus fríos ojos en mi ansioso rostro, ¿Realmente solo lo esta haciendo esto por capricho? pensé confundida mientras que observaba como ella sin decirme nada estiraba su mano presionando su palma contra la cabeza de Chaeyoung. Sorprendida de notar su audaz movimiento agaché mi mirada notando como la bebé se había mantenido prensada a mi torso, sus manos empuñaban con fuerza de mi camiseta mientras que sus rodillas chocaban contra la boca de mi estómago. Velozmente di un paso hacia atrás al sentir como la bebé había comenzado a temblar. Furiosa elevé mi mirada notando como la mujer solo estaba enfocada en Chaeyoung. ¿Qué sucede? ¿Se siente mal? pensé sintiendo como el cuerpo de la niña lentamente se relajaba hasta oír el suave suspiro que se deslizaba de sus pequeños labios, en señal, de haberse quedado plácidamente dormida. Sooyoung no me explicó lo que había hecho, y en verdad, yo tampoco hice preguntas al respecto, a pesar de que mi cabeza no dejaba de quejarse en alto de que había estado tratando de lastimar a la bebé. En todo momento mantuve mi atención en Sooyoung, pero ella en vez de estar enfocada en mi, simplemente decidió darme la espalda comenzando nuevamente a caminar. Al parecer no estaba contenta con la decisión que yo había tomado al detener sus intentos por llegar donde los esclavistas. En sí, creo que no le gustaba la idea de sentir que los perdía de vista, sin embargo, no hizo el intento de llevarme la contraria. 

Rápidamente retomamos nuestro camino. Debo confesar que estaba sorprendida, no podía creer que Sooyoung estuviese haciendo tanto esfuerzo por salvar a un simple elfo. En sí, no era capaz de comprender la razón que le llevaba a hacerlo. Francamente, estaba casi segura que el hecho de que este tuviese dos espíritus de bajo y mediano rango solo era una vana excusa que formuló para que yo aceptara su pedido, pero claro, no es como si la conociera lo suficiente como para afirmar que había algo más en la decisión que había tomado, quizás realmente solo se trataba de un mero capricho, pero no podía quitarme de la cabeza la posibilidad de que hubiese algo más que ella deliberadamente me estaba ocultando. Me mantuve en silencio, a pesar de que mis conjeturas, debía aceptar que no había motivos para estar sorprendida, ya que ella desde el momento que la conocí había dejado bien claro que los espíritus en sí, por naturaleza eran caprichosos y posesivos. 

Me frené de golpe en el instante que noté como Sooyoung también lo había hecho. Confundida y completamente preparada de estirar mi mano por si ella decidía nuevamente acortar la distancia con los enemigos, me quedé en mi sitio viendo la forma en que ella simplemente miraba hacia el frente como si estuviese en busca de alguien o algo en particular. Yo me quedé quieta durante un par de segundos tratando de asegurarme de que no haría nada estúpido que nos pusiera a mi o Chaeyoung en peligro. Solo cuando estuve segura de que ella no iría tras de ellos tomé la decisión de inclinar mi torso hacia el lado notando por sobre su hombro derecho las grandes puertas que estaba rodeando las enormes murallas de piedra: por fin habíamos llegado a una ciudad. No hice comentarios al respecto, simplemente me quedé viendo lo que ella veía. Sinceramente no pude evitar sorprenderme al notar desde nuestra posición aquellos carruajes pertenecientes a los esclavistas. Sooyoung reaccionó dando un paso hacia adelante mientras que yo me colocaba a su lado en señal de que no la dejaría marcharse con tanta facilidad. Sabía que había reaccionado al notar al chico que marcó parado al lado del carruaje donde debía encontrarse la joven elfo, pero cometería un error si iba tras ellos sin un plan bien formulado.

—Quédate acá—ordenó Sooyoung mientras que daba un paso hacia adelante. Menos mal que alcancé a reaccionar a tiempo estirando mi mano para agarra su antebrazo. Ella, a pesar de ser consciente de que era mucho más fuerte que yo, de todas formas simplemente se giró manteniéndose en un completo silencio. Yo no me moví. Solamente me quedé en mi sitio recibiendo con gusto aquellos ojos fríos que se posaban sobre mi rostro—puedo ocultar mi presencia, ¿Lo recuerda, verdad?—cuestionó con cierta obviedad en el tono de su voz. Obviamente que yo sabía que ella podía hacer que nadie la viera si así lo deseaba, pero... ¿Y si sucedía algo malo? ¿ Y si el maná se le agotaba? ¿Qué haría en un lugar que no conocía y sin que yo pudiese proporcionarle el maná que necesitara?, me cuestioné sintiendo mis manos aun estando firmes en su extremidad—...—ella, al notar la seriedad en mi expresión decidió no decir nada. Simplemente dio un paso hacia mi dirección obligándome a tener que enderezar mi espalda para no quedar tan cerca de su rostro—iré a ver donde dejaran a la chica y de paso te compraré ropa... definitivamente no puedes ingresar con esas pintas, porque llamarás mucho la atención.

—Es peligroso—le aclaré notando la forma en que ella simplemente sacudió su cabeza en negación, como si no fuese capaz de comprender los verdaderos peligros que conllevaría quedarse sin maná en medio de la cuidad. 

—Si tu preocupación es que me quede sin maná... eso no pasará, te recuerdo que antes de conocerte viajaba por todo el continente, de fuego en fuego, sin ningún tipo de medida—aclaró con una visible confianza mientras que yo apretaba los dientes ante la frustración que me causaba todo este asunto.

—Sí... pero ahora estas en un contrato conmigo, por ende, tu maná es inversamente proporcional al mío—le recordé notando por fin como ella elevaba una de sus cejas visiblemente sorprendida de comprender mis palabras—por ende, si llegas a excederte y gastas todo tu maná, entonces quedarás visible, así que dime...¿Qué harás si eso te ocurre frente a los esclavista?—pregunté observando la forma en que había neutralizado su rostro para luego simplemente acortar la distancia entre nuestros cuerpo. Ella, de forma silenciosa dio otro paso hacia mi dirección, pero yo, al estar tan sumergida en las posibilidades que de algo llegara a salir mal, simplemente no me percaté del hecho de que estaba muy cerca de mi—¿Qué crees que te harán?—cuestioné sintiendo como ella presionaba sus palmas contra mis hombros.

—Si eso sucede, tendré que esperar a que vengas a mi rescate—aclaró con diversión mientras que yo apretaba mi mandíbula sin poder evitar sentirme irritada al oír sus palabras. 

De forma impulsiva estiré mi mano libre dándole un agresivo manotazo al contacto en mis hombros causando que ella me viera con sorpresa mientras que yo, instintivamente daba un paso hacia atrás.

—Todos mueren a mi alrededor—aclaré con tanta tranquilidad que hasta a mi me sorprendió que ya lo tuviese completamente asumido—si te atrapan te aseguro que morirías—admití sintiendo como me seguía viendo—así que no esperes que logré salvarte, porque eso jamás ocurrirá—confesé encogiéndome de hombros sintiendo como la pequeña Chaeyoung con suavidad se removía sobre mi pecho para luego simplemente apoyar su mejilla contra mi esternón, continuando con su placido sueño. Sooyoung no dijo nada al respecto, simplemente se quedó en su sitio con sus ojos fijos en mi calmada expresión—...—suspiré mirando hacia otra dirección—jamás he logrado salvar a alguien... no importa cuanto lo intente, que tanto me esfuerce, al final, siempre morirá por mi culpa. 

Sooyoung me sorprendió al envolver nuevamente sus brazos alrededor de mi cuello. Bruscamente giré mi rostro notando la firmeza de sus dedos tras mi nuca y el pequeño espacio que habia entre su pecho y la pequeña espalda de Chaeyoung. A simple vista parecía querer asegurarse de que no huyera, así que eso me puso de los nervios. 

—Tus sentimientos no solo se mezclan con los de Chaeyoung—aclaró mientras que se inclinaba hacia mi dirección provocando que yo solo me quedara en mi sitio sintiendo la fuerza con la que latía mi corazón—... te recuerdo que también tienes un contrato conmigo—agregó con suavidad logrando que yo solo me quedara en silencio con el corazón prácticamente desbocado—así que soy capaz de sentir la culpa que te abruma—escucharla admitir que también era capaz de sentir mis emociones me incomodó muchísimo, porque eso significaba que ni siquiera podía refugiarme en mis sentimientos sin tener en mente que alguien más también estaba sufriendo por mi culpa—por eso, no tengas miedos, yo jamás voy a desaparecer por tu culpa.

—Pareces estar muy segura de ello.

—Claro... no olvides que a pesar de haber hecho un contrato contigo, sigo siendo un espíritu de alto rango, no moriré con tanta facilidad—aclaró encogiéndose de hombros junto con el suave movimiento de sus labios curvándose en una agradable sonrisa—pero...—bajó sus comisuras dejando sus ojos neutros nuevamente enfocados en mi incómoda expresión—si realmente te preocupa de que me quede sin maná, a pesar de que te aseguro que no ocurrirá, entonces solo debo alimentarme bien. 

—¿A que te refier...

Ni siquiera pude terminar mi pregunta al sentir la forma en que ella se había inclinado presionando posesivamente sus labios contra los míos. Sorprendida por su audaz movimiento solo atiné a soltar un suave jadeo causando que ella, con cierta facilidad aprovechara el movimiento de mi boca para introducir su caliente lengua en mi interior. Esta vez Sooyoung fue particularmente agresiva, empujando toscamente su lengua contra la mía, a simple vista parecía querer arrinconarme de todas las formas posibles mientas que su mano agarraba con fuerza de mi nuca impidiendo cualquier movimiento de mi parte que me diera la posibilidad de huir. Mis manos temblaron, por un segundo tuve toda la intención de empujarla con ambas manos, pero rápidamente recordé que Chaeyoung seguía estando en mi poder y al parecer, Sooyoung simplemente se aprovechó de ese pequeño detalle. No tardé nada en sentir algo caliente deslizándose por mi garganta. Francamente, no sabría como explicarlo, era distinto a la sensación que te causa el beber algo caliente, ni siquiera se parecía a fumar, en sí, se sentía como si algo estuviese lentamente deslizándose en mi interior, arañando las paredes interna de mi cuerpo para luego abrazar posesivamente de mi núcleo. Mi cuerpo se tensó mientras que mis piernas se paralizaban en mi sitio. Al parecer, Sooyoung estaba drenando gran parte del maná reunido en mi núcleo. No tardé mucho en flaquear, mis rodillas se doblaron mientras que Sooyoung con facilidad me sostuvo manteniendo en todo momento su boca contra la mía. 

Solo me soltó cuando se sintió satisfecha. Yo no tardé en caer de rodillas contra el suelo sintiendo mi cuerpo pesado y la cabeza dándome vueltas. Aturdida alcé la mirada viendo como, de su boca una estela de vapor se desprendía. En silencio se llevó su dedo pulgar hacía el rostro deslizando la yema por sus labios para luego simplemente llevarlos a la boca en señal de no querer desperdiciar ni siquiera un poco. No hice comentarios al respecto de lo que había visto, ya que básicamente no tenía la suficiente fuerza para dar mi opinión, así que solo me quedé en mi sitio notando los ojos brillosos de mi acompañante; ella rebosaba en maná. 

 —Tu núcleo se estabilizará dentro de unos minutos, así que espérame con calma—aclaró mientras que se volvía a inclinar presionando su dedo pulgar que anteriormente había estado en su boca, sobre mis labios—te devolveré tu maná cuando lo haya resuelto todo... así que, de momento pórtate bien—instantemente apreté mis labios sintiéndome irritada de comprender que a pesar de todo, ella solo se estaba burlando de la situación en la que me encontraba—estaré bien. 

Al final, Sooyoung terminó alejándose de mi. Sinceramente, la idea de que se marchara no me gustaba, y no importaba cuanto maná de mi tomara, seguía sin agradarme la idea de que se estuviese marchando por su cuenta, pero claro, tampoco es como si yo pudiera hacer algo al respecto ante el estado en que me encontraba en estos momentos, así que a pesar de que no podía quitarme la preocupación de los hombros, aun así decidí mantenerme en mi sitio notando como ella lentamente se alejaba de mi. Cuando Sooyoung desapareció de mi campo de visión no tardé en soltar un suave suspiro agachando mi mirada para ver como Chaeyoung continuaba durmiendo plácidamente. A primera vista daba la sensación de que no se despertaría con nada, y al parecer mis suposiciones habían estado en lo correcto ya que al moverla ella continuó en un estado pacifico, como si el hecho de que Sooyoung hubiese drenado gran parte de mi maná hubiese de cierta manera afectado en el estado de la bebé. Me preocupaba los efectos colaterales, pero hice todo lo posible por no pensar en esa posibilidad. Continué en un completo silencio, a la vez que, con cuidado tomaba a Chaeyoung para apoyar parte de su cuerpo recostado sobre mis muslos mientras que mi brazo derecho lo terminaba ocupando como apoyador, tanto de su cabeza como gran parte de su espalda. Me mantuve en mi sitio notando como una de sus pequeñas manos agarraba posesivamente de mi dedo pulgar en señal de no querer dejarme ir mientras que la otra succionaba su puñito como llevaba haciendo desde el día que la conocí. Chaeyoung era adorable. A veces demasiado para mi propia tranquilidad. 

Sooyoung había dicho la verdad. Luego de unos minutos mi cuerpo terminó por regularse disipando la pesadez que abrumaba mis extremidades. A pesar de que podía fácilmente colocarme de pie para ir en busca del espíritu de alto rango, no lo hice, porque una parte de mi, aquella que no quería admitir gran parte de las cosas que me estaban ocurriendo, era consciente de la confianza que había depositado en la muchacha; en sí, yo confiaba plenamente en ella, así que si dijo que estaría bien y que solo la esperara acá, entonces, obediente lo iba hacer, aun cuando a mis pensamientos no le gustase mi sorprendente obediencia hacia ella. 

Lentamente el sol comenzó a esconderse dando paso a que la luna hiciera acto de presencia, provocando que los nervios carcomieran mi cabeza. Instintivamente me puse de pie notando como a pesar de todo, Chaeyoung había despertado hace una media hora atrás, pero jugó un rato en mis mejillas, para luego acomodarse en mi hombro izquierdo en señal de haber perdido toda su energía. En silencio acomodé mi capa sobre su cuerpo, para luego mirar hacia el frente intentando notar si las puertas de aquella ciudad se abrirían para que Sooyoung regresara a mi lado. Solo pasaron alrededor de cinco minutos, pero fueron suficiente para sacarme de quicio. Por impulso apreté mis labios. No podía seguir esperando, así que di un paso hacia adelante. Me detuve de golpe al sentir un extraño calor que erizó los vellos de mi nuca mientras que Chaeyoung simplemente se removió en mi pecho como si se sintiese incómoda. No hice movimientos al querer tratar de identificar que era lo que estaba causando que tanto mi cuerpo como la de la bebé reaccionara. De repente, por el rabillo de mis ojos noté una figura aproximándose hacia mi dirección, en sí, no pude identificar si se trataba de un animal o un humano, pero mi cabeza me gritaba que era peligroso, así que velozmente saqué mi espada de mi cintura y me giré balanceando mi afilada arma en dirección de lo desconocido. De un parpadeo a otro mi espada quedó apuntando en dirección de aquel blanquecino cuello que estaba a un par de pasos de mi cuerpo. Mis ojos filosos se posaron en el rostro del desconocido notando como Sooyoung se me había quedado viendo con sorpresa con sus manos puestas en el aire mientras que yo le veía de la misma forma. 

—Buenos reflejos—aclaró mientras que estiraba su mano agarrando en el borde sin filo de mi espada para alejarla de su cuello. Aturdida yo simplemente atiné a dar un paso hacía atrás—si hubiese sido un mortal, definitivamente me hubieses matado—no sabía realmente si lo que estaba diciendo era un halago o una queja, así que decidí solo guardar silencio tratando de comprender por qué había aparecido detrás de mi—...—ella hizo lo mismo viendo la forma en que guardaba mi arma—te he traído ropa.

—¿Lograste saber algo del elfo?—cuestioné ignorando por completo la bolsa de tela que había caído sobre mis pies. 

—Ahí esta tu vuelto—agregó lanzando una bolsa de tela sobre la bolsa que aun estaba sobre mis zapatos. Rápidamente fruncí el ceño al escucharla mientras que, por impulso agachaba mi mirada notando que, en efecto, aquella bolsa correspondía a la que había utilizado para dejar todo el dinero que había traído conmigo, ¿Por qué lo tiene ella? pensé sin poder evitar verme perpleja—... cuando te besan quedas muy vulnerable... debes trabajar en ello—aconsejó guiñándome uno de sus bonitos ojos en señal de burla. 

—¿Ah?

—Mira te he traído un conjunto bonito... sinceramente es un problema las monedas de oro, pero aun así me las arreglé para que el banco me intercambiara sin hacerme tantas preguntas—ella me ignoró por completo mientras que se inclinaba agarrando la gran bolsa para tratar de abrirla. Rápidamente yo me incliné agarrando su muñeca para detener sus movimientos, causando que no le quedase de otra más que mirar hacia mi dirección—¿Si?—cuestionó posando aquellos ojos rebosando en curiosidad—¿Estas molesta por qué tarde demasiado?—cuestionó al notar la expresión de seriedad en mi rostro—¿Acaso quieres recuperar tu maná?—inquirió inclinándose nuevamente provocando que yo solo soltara su mano para dar otro paso hacia atrás.

—¿Lograste conseguir algo de información sobre el elfo?—cuestioné ignorando por completo como ella se había inclinado tratando en vano el besarme. Sinceramente, no le habia dado muchas vueltas al asunto, pero no podía dejar que ella me besara cada vez que tuviese gana, porque en sí, yo solo quería besar a una persona en particular. 

—Aburrida~—murmuró haciendo un pequeño mohín para luego simplemente recomponerse. No tardó nada en dejar de lado aquella actitud juguetona que estuvo caracterizándola durante un par de minutos, para dar paso a la actitud que tan bien había comenzado a conocer—veo que no quieres jugar conmigo, así que toma asiento—pidió mientras que ella se sentaba frente a mi tomando entre sus brazos nuevamente de la bolsa para utilizarla como soporte para sus antebrazos. Con obediencia me senté frente a ella dejando a la pequeña Chaeyoung aun recostado sobre gran parte de mi hombro—lo primero que hice fue seguirlos, la elfo la dejaron en un subterráneo del bar que esta en la zona noble. En sí, por lo que pude notar era la única elfa que tenían en su poder, pero no la única especie... en sí, había de todo, desde semi humanos hasta monstruos. Los semi humanos con fallas, ya sea por falta de extremidad o con hijos estaban en el sector A y los sanos y sin hijos eran dejado en el sector B, los fuertes estaban en el sector C, los hombres semi humano y monstruos peligrosos estaban en el sector D y E mientras que la elfa fue puesta en el sector -A. Al parecer, es el de alta seguridad—aclaró con tranquilidad mientras que utilizaba una pequeña rama para deslizarla sobre la tierra comenzando a crear un mapa de todos los sectores en el lugar—no hay forma de liberarla, o sea, con nuestro poder actual tratar de hacerlo sería un completo suicidio.

Me quedé en un completo silencio observando la forma tranquila con la que estaba actuando, como si no hubiese perdido el control horas atrás, luego de ver que había un elfo siendo encarcelado por las manos codiciosas de los humanos. En sí, si debo ser sincera, Sooyoung a mi parecer era un completo misterio. A veces, actitudes como estas me hacían cuestionar si realmente ella se mantenía a mi lado para que mi núcleo descontrolado no matara a Chaeyoung o si había algo más que quería de mi. 

—Entonces... ¿Qué propones?—cuestioné sabiendo que no estaría diciéndome todo esto si no hubiese tenido aun que sea una vaga idea de lo que tendríamos que hacer para salvar al elfo. 

—Tenemos que comprarla—aclaró provocando que yo me quedara paralizada en mi sitio, ¿Eh? pensé notando como ella se había inclinado para agarrar la bolsa donde tenia todo mi dinero—como cambie algunas monedas de oros, al final te quedaron doscientas cincuenta monedas de oros, mil monedas de plata y cinco mil monedas de cobre—avisó mientras que sacaba las tres monedas tratando de explicarme como es que funcionaba esto. Yo no dije nada, a pesar de que tenia un ligero conocimiento de como funcionaba la moneda en este mundo—la moneda de cobre es la más barata, por lo general un plebeyo máximo puede ganar quinientas monedas de cobre al mes, y con eso tienen que vivir tanto ellos como sus hijos—no quería saber como vivían los plebeyos porque sabía que tan grande era la desigualdad en el reino—las monedas de plata por lo general son manejadas por el Barón o Baronesa quienes generalmente administran el territorio de un Conde o de alguien con más poder—siguió hablando mientras que yo la escuchaba en silencio— pero lo más importante acá, es que una moneda de plata equivale a mil monedas de cobre—amplié mis párpados ante la sorpresa mientras que ella asentía con su cabeza como si también hubiese tenido la misma reacción que yo—en cambio las moneda de oro solo puede ser administrada por un Marques, Duque o el mismísimo Rey—agregó demostrando el por qué habia sido tan complicado para ella cambiar las monedas—y una moneda de oro es equivalente a diez mil monedas de plata y cien mil monedas de cobre.

—Espera—rápidamente la interrumpí notando como ella guardaba silencio, como si hubiese esperado esta reacción por mi parte—¿Estas diciendo que ahora mismo llevo una gran fortuna en mis bolsillos?—cuestioné notando como asentía con su cabeza—...—guardé silencio a la vez que fruncía el ceño—... si las monedas de oro son tan valiosas, al punto de saciar fácilmente el hambre a una ciudad entera... ¿Por qué el Rey nos dio tanto? ¿Por qué no invirtió ese dinero para salvar a su gente del hambre y la pobreza?—cuestioné en el aire sin esperar realmente una respuesta por parte de Sooyoung.

—Porque los humanos son egoístas y codiciosos... no pueden conformarse con lo que tienen, siempre buscan más, aun cuando saben que no lo necesitan—aclaró a base de su propia experiencia. Esta vez yo no dije nada, simplemente decidí que no era correcto dar mi opinión ya que no haría gran diferencia—...—ella rapidamente guardó silencio mientras que volvía a dejar el dinero que sacó en el interior de la bolsa de tela—pero bueno... continuo—su voz retomando la conversación me hizo centrarme nuevamente en su tranquila expresión—la subasta se va a realizar esta misma noche... a pesar de que esta prohibido el trafico de semi humanos y elfos, al estar en una zona de nobles nadie irá a fiscalizar—apreté mis puños ante la molestia, pero velozmente los aflojé al sentir como Chaeyoung se removía sobre mi pecho—por esa razón, tienes que vestirte como la noble que eres.

—No pienso ponerme un vestido—fui tajante al respecto. No había forma, ni manera que me pusiese nuevamente un incómodo vestido. 

—Bueno... por lo general los chicos no llevan vestidos, así que no compré uno—aclaró provocando que yo la viera con sorpresa al comprender lo que claramente estaba insinuando—desde ahora... serás un chico, Mina—no me estaba preguntando, ella estaba afirmando que ya no seré una chica, pero el problema, es que yo no quería ser un hombre—no pongas esa cara, no es como si te cambiara de sexo, solo no puedo dejar que el mundo sepa que eres una chica... ya sabes, eres una chica muy hermosa, y ser hermosa solo será un obstáculo para nosotras—esta vez, no había forma de que pudiese negar sus palabras. En sí, Mina era lo suficientemente bella para ser considerada un problema—por esa razón, te he comprado una mascara—explicó a la vez que abría la bolsa más grande sacando una mascara negra completamente lisa para que mis ojos lo vieron con calma—y he comprado ropa de hombre—agregó haciendo que yo asintiera con mi cabeza—el problema ahora es tu cabello.

—¿Qué tiene mi cabello?—cuestioné llevando una de mis manos contra mi cabeza sintiendo los cortes disparejos que sobresalían por la parte baja de mi nuca—oh...

—Sí, oh—replicó ella mientras que se inclinaba. Mi cuerpo se tensó al sentir como sus dedos habían acariciado mi cabello. En sí, ella estaba muy cerca de mi, pero a simple vista no parecía tener ningún tipo de interés aparente de querer besarme, así que silenciosamente lo agradecí—mmh... bueno, dejando de lado el horrible corte de cabello, ese no es nuestro único problema—aclaró a la vez que alejaba su mano de mi cabeza para poder echarse para atrás—tu cabello es rubio, y si queremos hacerte pasar como la noble que eres, serás fácil de identificar ya que el único noble de cabello rubio y ojos rojizos, es proveniente del Ducado.

—Pero tengo la mascara.

—No servirá de mucho si ven tus ojos—aclaró encogiéndose de hombros—por esa razón, te daré parte de mi maná para crear un hechizo de cambio de aspecto... en sí, es temporal, pero estaré constantemente dándote de mi maná, así que deberías estar bien.

—No me convence tu deberías.

—... ¿En estos momentos tienes otra opción más que aceptar?—debo confesar que su pregunta tajante me hizo quedarme en silencio. Aceptando de esa forma que en esta ocasión ella estaba en lo correcto—... buena chica—como era de esperarse, ella comprendió fácilmente que yo no tenía forma de poder contradecir sus palabras sin quedar como una idiota—entonces... primero quédate quieta—pidió a la vez que se colocaba de pie. Instintivamente tensé mis hombros sintiendo como ella no tardaba en colocarse detrás de mi—voy arreglar tu desastre—aclaró, pero sinceramente, el no poder verla comenzaba a inquietarme. 

Me mantuve quieta escuchando el sonido de las tijeras deslizándose en mi cabello. Francamente, no sé donde las sacó, pero bueno, a pesar de que en estos momentos debería acostumbrarme a estar en este tipo de situaciones, no era fácil de aceptar.  

—Listo—aclaró causando que yo de forma instintiva girara mi rostro viendo por sobre uno de mis hombros como mis cabellos estaban un poco más arriba de mis hombros. Sinceramente no tenía una espejo como para poder asegurarme a lo que veía con dificultad, pero estaba casi segura de que Sooyoung me habia hecho una especie de melena escalonada—con tu flequillo, no te queda mal—halagó sorprendiéndome de notarla ya parada frente a mi—bueno... creo que solo se ve bien porque eres guapa—confesó provocando que yo solo me encogiera de hombros sin importarme mucho como me estuviese viendo—... bien, ahora cámbiate de ropa.

—¿Quieres que lo haga acá?—cuestioné al sentir cómo habia tomado de Chaeyoung alejando a la somnolienta bebé de mi cuerpo. Ella al escucharme simplemente asintió con su cabeza para luego hacer una ademan con su mano en señal de que me apurara—esta bien—y sin mucho interés comencé a desnudarme sintiendo sus ojos fijos en mi cuerpo—¿Hay que tener algún tipo de invitación para ingresar al bar?—pregunté dejando caer mis sucias prendas al suelo. 

Sinceramente, me hubiese gustado tener un poco de agua para poder asearme, pero Sooyoung de alguna forma se encargó de dejar mi piel libre de suciedad propiamente causada por nuestro largo caminar. Insisto, ella era un misterio.

—Con entregar una moneda de oro, será más que suficiente para que te dejen entrar—aclaró con tranquilidad mientras que yo sacaba una camiseta blanca. No había comprado una prenda para cubrir mi pecho, pero como no tenía mucho, era fácil de ocultarlo con ayuda de ese extraño corsé masculino propio de la chaqueta—sabía que el negro te quedaba—halagó mientras que yo envolvía mis piernas con aquellos apretados pantalones negros que iban a juego con la chaqueta—también te he comprado una capa con capucha—agregó mientras que yo me agachaba agarrando la capa para envolverla alrededor de mis hombros—sinceramente, creí que sería un estorbo, pero en ti se ve bien.

—Es un estorbo—le di la razón mientras que terminaba de acomodarla en mis hombros, para luego agachar la mirada notando como esta no tocaba el suelo. 

—Se dice gracias.

—¿Sabes siquiera lo que significa la palabra?—cuestioné notando cómo ella me veía con sorpresa para luego simplemente sonreírme—... gracias—respondí de mala gana causando que la chica se riera ante mi tosco actuar—...—en silencio tomé la mascara que minutos atrás ella había estado sosteniendo. Sinceramente pensaba que llevar mascara era mucho más llamativo que andar sin ella, pero era consciente que ella lo compró por algo, así que no quería dudar de sus acciones. Rápidamente la llevé contra mi rostro, teniendo toda la intención de querer cubrir mi rostro, pero Sooyoung fue más rápido llevando su mano contra mi muñeca, deteniendo de esa forma mi movimiento—... ¿Qué sucede?—cuestioné sintiendo como ella agarraba del cuello de mi camiseta y tiraba de mi.

Me quedé quieta sintiendo la forma en la que me besaba. Esta vez no hice nada, pero no importaba si yo trataba de hacer algo o no, ya que ella con fuerza no tardaba en introducir su lengua dentro de mi causando que ese conocido calor en vez de abandonar mi cuerpo, esta vez ingresara con la misma fuerza con la que intentaba apoderarse de mi boca. Mis manos rápidamente comenzaron a temblar, mientras que mis ojos veían como Chaeyoung en vez de estar en sus brazos, ahora se encontraba en el suelo, manteniéndose tranquila sobre el saco donde anteriormente había estado mi ropa. ¿Cómo es tan rápida? pensé distraída mientras que sentía como ella me hacia encorvar los hombros para apoderarse con ganas de mis labios. Lo único rescatable de toda esta situación es que esta vez, por lo menos no fue tan largo como lo habia hecho la vez anterior. Cuando se sintió satisfecha soltó mi boca, para luego con tranquila dar un paso hacia atrás, permitiendo que yo notara la forma orgullosa con la que veía mi cabeza. Curiosa estiré mi mano agarrando uno de los cortos mechones para ver que demonios había hecho, con esfuerzo tiré de él observando a duras penas el tono negro que cubría lo que estaba sosteniendo, ¿Uh? pensé, aturdida de notar el cambio en él. Sinceramente, había esperado encontrarme con un rojo vivo, idéntico al que tenía Chaeyoung y Sooyoung, pero para mi sorpresa en este momento lo que tenía frente a mi era un claro mechón igual de negro que el carbón. 

—El rojo es muy llamativo, así que me esforcé más para dejarte el negro... Sabía que te quedaría bien—comentó emocionada de haber logrado cambiar mi cabello mientras que yo solo guardaba silencio recordando que en mi vida anterior siempre mantuve el cabello negro, si es que no lo tenía castaño... Debo confesar, que se sintió particularmente nostálgico—hace resaltar tu mirada.

—No se suponía que la idea era esconder los ojos?—cuestioné notando como ella se llevaba el pulgar a los labios—tu solo querías verme con este color—ni siquiera lo puse en duda, y al notar como se había quedado en silencio comprendí que realmente solo quería verme con este cambio—... ha... ni siquiera me molestaré—aclaré mientras que caminaba donde Chaeyoung para sostenerla entre mis brazos. La verdad es que no tardé nada en notar como ella estaba completamente despierta viendo mi cambio—¿Te gusta?—pregunté sin saber realmente el por qué lo había preguntado. Como era de esperarse, velozmente Chaeyoung asintió con su cabeza—... se quedará así hasta que logre regresar al Ducado.

—Pff...

Rápidamente miré hacia atrás notando como Sooyoung se había llevado una de sus manos a la boca, para luego simplemente mirar hacia otra dirección tratando de que yo no notara que se había reído. 

—Vamos—aclaré notando por el rabillo de mis ojos como ella no tardó nada en quedar a mi lado—no estés tan cerca de mi—pedí sintiendo como agarraba de mi brazos, haciendo todo lo contrario a lo que debió haber hecho.

—No puedes ingresar con un bebé—escuchar su suave voz acariciando mi oído me hizo paralizarme en mi sitio. Preocupada giré bruscamente mi rostro notando como ella me veía con diversión mientras que estiraba su mano libre para presionar su palma contra la cabeza de la tranquila niña que yo seguía sosteniendo—¿No crees que llamaras la atención con ella en tus brazos?—cuestionó manteniendo toda su atención en Chaeyoung quién, velozmente agarró de su dedo índice entre su regordete puño derecho—tengo que transformarla en un animal.

—Es un bebé.

—Será un cachorro—aclaró mientras que yo apretaba mis labios—sabes perfectamente que será imposible entrar en el bar con un bebé, así que realmente no tienes muchas opciones—admitió provocando que yo simplemente mirara hacia otra dirección. No me gustaba la idea, a pesar de que anteriormente había sugerido la posibilidad de que se transformara—...—se quedó en silencio al notar que yo también lo había hecho. Rápidamente aproveché su actitud para posar mis ojos en la niña... ¿Lo iba a lograr, verdad? me cuestioné sabiendo que en estas últimas semanas mi afinidad con ella había crecido al punto de volverse una parte esencial en mi vida, solo cambiará físicamente, y traté de darme ánimos, sabiendo que era la mejor opción, pero aun así, aun siendo consciente de los pros y contras. Yo seguía indecisa—¿Mina?—me llamó en pregunta a la vez que yo soltaba un pesado suspiro acompañado por el suave movimiento de mi cabeza; habia aceptado el cambio—no pensé que te importaría tanto.

—No me importa—respondí entregando a la bebé. Ella me miró en silencio. Sabía que no me creía, pero en verdad, tampoco me interesaba que me creyese. 

Finalmente Sooyoung modificó el cuerpo de Chaeyoung transformándolo en un pequeño cacharro de tigre con un bonito pelaje flameante. Sinceramente, me sorprendió notar a la bestia frente a mis ojos, en sí, era pequeño y adorable, por lo cual me desconcertaba, ya que no iba para nada acorde a mi presencia, pero Sooyoung parecía estar satisfecha con el resultado así que asumí que no la haría cambiar de apariencia, aun si yo se lo ordenaba. Chaeyoung rápidamente se me acercó envolviendo su flameante cola contra mi tobillo para luego chocar su cabeza contra mi pantorrilla. Yo no dije nada, en verdad, no sabía que decir, así que solo guardé silencio sintiendo como la niña a pesar de haber cambiado seguía necesitando el estar cerca de mi. 

Antes de comenzar nuestro camino la mujer se aseguró de que el maná de Chaeyoung fuese lo más compatible posible con el mío para que los demás magos no fuesen capaz de sentir que yo tenía un contrato con una falsa bestia de maná. Francamente, no lo habia notado en un principio, pero Sooyoung era muy talentosa. Como era de esperarse, su cuerpo no pudo soportar el gasto de maná que utilizó para conjurar aquellos poderosos hechizos, así que no le quedó de otra más que adherirse al interior de mi cuerpo para comenzar a alimentarse de mi núcleo. 

Por lo que ahora, solo estaba yo con una pequeña bestia de maná. Instintivamente suspiré a la vez que me llevaba la mascara contra mi rostro. Francamente, a pesar de que como se veía, era bastante cómoda ya que velozmente encajó en mi rostro como si, en primer lugar hubiese sido hecha para mi.

"Deja de mirar a Chaeyoung como si estuvieses esperando verla como humana. Mis hechizos están perfectamente conjurados".

—Eso no es lo que me preocupa—admití sabiendo que en el momento en que de un paso hacia adelante estaré aceptando que debía ir a un lugar a comprar a una persona—...—me quedé en silencio sintiendo como Chaeyoung ronroneaba contra mi pierna, es como un gato, pensé a la vez que me agachaba agarrándola por instinto—no te acostumbres—ordené sintiendo como ella dejaba caer su hocico en mi antebrazo—uff...—suspiré a la vez que me sacudía mi cabeza en negación—ha.... vamos—y sin más comencé a caminar en dirección de las puertas. 

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