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Año 942, Centro de Entrenamiento del Palacio Real.

Verano la época mas calurosa del año, con un sol abrasador que te calaba hasta los huesos, una época perfecta para las evaluaciones físicas de reclutamiento para la guardia Real, que era un verdadero reto para los reclutas, que terminaban desmayados, debido al intenso sol y cansancio.

Los jóvenes hijos de importantes eruditos y marqueses que tenían que ser entrenados para servir al reino y al futuro Monarca. Instruido en letras, arte y equitación, uno a uno fueron llamados para recibir sus placas a los pocos que habían podido pasar el examen teórico, entre ellos un joven esbelto, de rasgos delgados y sonrisa cuadrada, que parecía ser el más emocionado del grupo.

─ Se presentarán a medida que los vaya nombrando según el número de las placas que fueron entregadas ─anunció firmemente.

Uno a uno fueron nombrados, el esperaba impacientemente su turno, no podía dejar de sonreír a pesar del cansancio que sentía, su abuela le dijo que era un honor servir a Su Alteza, pero el no lo conocía, pero de todas formas lo iba a hacer, por que ese era su deber.

─ Número quince, preséntese por favor ─pidió una vez más.

Reviso su número rápidamente, su turno por fin había llegado, aclaró su garganta, pero un hombre alto con porte noble, avanzó ganándose las miradas de todos los presentes.

─ Saludando a su Alteza, el príncipe heredero, reclutas muestren sus respetos ─dijo el instructor, mientras se inclinaba.

 ¿El era el príncipe heredero? pensó, se había quedado absorto mirándole que cuando sus miradas se cruzaron, se inclinó rápidamente, sintió su rostro enrojecer ¿Cómo podría mirar a Su Alteza, de tal forma?.

─ Supervisaré el entrenamiento desde hoy, no quiero tropiezos ─enunció, tomando asiento ─ recluta numero quince, puede seguir con su presentación.

─ Presentándome frente a Su Alteza el príncipe heredero, soy Han Sung, hijo menor de la familia Han ─saludó finalmente.

─ "sol brillante" Han Sung, he oído maravillas de ti, de parte de tu abuelo ─mencionó amablemente ─ veamos si es cierto.

No pudo evitar sonreír, sin embargo esto causó el descontento de sus demás compañeros, que lo miraron furiosamente, pero el no estaba consiente de eso, no podía dejar dejar de contemplar a su Alteza, el mundo había desaparecido para el, solo lo veía a el.

Lo había logrado, se derrumbó en el suelo con algunos rasguños y golpes en su rostro, y una capa de sudor que cubría su cuerpo, había entrenado tanto, porque quería estar junto a el.

Era muy codicioso y se sentía muy avergonzado por pensar de tal forma, pero ya había llegado bastante lejos como para retractarse.

— Pero miren a quien tenemos aquí, Han Sung ¿Estás un poco lejos de casa, no? —dijo burlonamente, Park ... — miren ese rostro tan delicado, en vez de ser parte de la guardia del príncipe, ¿Por qué no te conviertes en su concubina?

Las risas se acumularon, rodeándolo, se sentía humillado que se abrazo a si mismo.

— ¿Enserio eres un chico? ¿Tal vez deberíamos comprobarlo? —cuestiono uno de ellos, acercándose amenazadoramente — sujétenlo, no hay que dejar que la concubina de escape.

Intento zafarse, pero no podía, recibió un golpe en su rostro, su rostro se retorció del dolor uno y otro más.

Con toda su fuerzo, lanzo una patada y logro liberarse, corrió rápidamente sin saber a dónde a ir, aún podía escuchar sus pasos acercarse, su corazón latía frenéticamente ¿Por qué le pasaba eso? pensó ya exhausto.

Sintió su cuerpo caer, cuando tropezó a medida que aceleraba el paso. Sin embargo su caída fue detenida por unos brazos que lo rodearon.

Todo era irreal, incluso aquel día que se había oscurecido, comenzó a brillar como ningún otro.

Sus miradas conectadas y sus manos entrelazadas, al igual que sus corazones latían en sincronía. No hubiera deseado nada más, el sonido de las aves se intensificó, estaban en su propia burbuja.

Ese fue mi primer amor.

— ¿¡Se enamoró así nada más!? ¿¡Qué es esto un Kdrama!? —exclamó ruidosamente — no he tenido la oportunidad de conocerlo ¿Cómo era?

— Alto, esbelto, rasgos definidos, elegante, nunca me había imaginado que el Su Alteza el príncipe fuera tan joven y atractivo —respondí levemente — sin embargo, estaba comprometido y yo nunca hubiera podido ganarme su corazón, debido a que se comenzaron a esparcir rumores, sobre la hombría de Su Alteza, tuve que servir a la futura reina.

— aigo, debe haber sufrido mucho Mi general, servirle a la mujer que tenía el corazón de tu amado debe haber sido una tortura —comento, Hwang con un tono meloso — me recuerda a mi decimo matrimonio, creo que no soy tan afortunada, la partera que me atendió, le dijo a mi madre que sería una desdicha, maldita bruja.

— 10 esposos, 10 matrimonios y ninguno pudo contigo, enserio eres sorprendente Hwang, que increíble —comenté perezosamente — por lo menos te haz librado de ellos, pero ¿yo? aún tengo que verla contonearse por las calles con esa maldita sonrisa en el rostro, enserio la odio.

— Recuerdo aquella novela que vi, era un triangulo amoroso entre una exnovia psicópata, el guapo CEO y la prometida dulce e inocente ¿Qué resultará de todo esto? —la miré seriamente, no quiero escuchar nada esas cosas — si lo vuelve a ver ¿le contará la verdad? 

— El busca a Han Sung el soldado brillante como el sol, que lo ayudó a escapar, no a Kim Taehyung el infame General Fantasma —murmuré para mi mismo — creo que no debería volver a acercarme, debo hacer lo que he estado haciendo todos años, incluso antes de morir, admirarlo desde lejos.

— ¿Piensa seguir comportándose como un psicópata? ¿En lugar de ir hablar con el? —cuestionó seriamente — no puede seguir lamentándose aquí, debe luchar por ese amor.

Como si fuera tan fácil, ¿Cómo podría ir delante de el? me aborrecería, todos estos años, ha estado lidiando con los desastres del Reino Fantasma, no puedo ver esa mirada en su rostro, no lo soportaría.

— ¡Mi general! ¡el Rey Demonio ha llegado a el Reino Fantasma! —exclamó Lee, interrumpiendo el salón.

Mi corazón latió rápidamente, no el no pudo haber venido aquí, demonios.

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Z I D I A N