Como muchos, me quedé sin empleo debido a la crisis económica que le presidio a la pandemia de Covid del 2019, y nada menos que a la edad de treinta años.

La vida nunca volverá a ser la misma de esos tiempos.

Sobre todo porque se llevó demasiado. Amigos, personas, comida, y... empleos.

Como el mío.

Los recortes de personas para recuperar algo de lo que se perdió a nivel económico fueron lo peor del panorama. Y pensé que eso jamás me sucedería a mí, sin embargo, después de una situación desafortunada en mi trabajo decidí emprender la huida y buscar otro empleo.

Comencé a buscar otro empleo en marzo del 2022.

Encontré uno en octubre del 2022. Por suerte, y justo cuando comenzaba a darme por vencida. Honestamente la crisis económica casi me mata por este trabajo también.

Porque... a quién se le ocurre irse a trabajar de temporal a los veintinueve años y con bocas que alimentar (hablo de la mía y la de mi gato, las cuales comemos mucho) así que para finales del año 2022 estaba desempleada de nuevo y sin ninguna entrevista programada.

Sí, me confié.

Confié en el sistema gubernamental que me habló como el ex que te dice que siempre te amará a ti y solo a ti, y un par de meses después de la separación ya anda caminando por las calles con un nuevo amor. Porque me prometieron algo, y por supuesto que no lo cumplieron.

Por eso la analogía del ex.

Y porque también confié en alguien así y también me engaño de la misma manera.

Vil y descaradamente.

Sabes lo que duele entrar a las redes sociales y ver que personas menos calificadas que tú consiguen quedarse con puestos que tú quieres.

En fin, esto comienza con un anuncio para una vacante en el sitio Indeex.

Todos los derechos reservados, prohibida la copia o reproducción de esta obra con cualquier fin.

Además todos los lugares, personas y marcas son enteramente ficticias basadas en lo real, sin embargo debo aclarar que tienen algo de verdad en ellos...

Dicho eso, disfruta de la lectura...