
37.
Me he acostado un total de doce veces con mi vecino Enrique y ex novio. Y también con otros hombres. Sin embargo, la diferencia con ellos, es que no los dejo quedarse nunca a pasar la noche.
En cuanto me han satisfecho, se van, como vinieron.
Han pasado ya seis meses.
Casi cumplo mi primer año en la compañía y Cupido está mucho más emocionado que yo con mi desempeño. Tanto que ha hablado de que ahora mismo me están postulando para un puesto en otro lugar, yo creo que estoy perfecta dónde estoy.
Y que no necesito más cambios.
Pero él cree que es lo mejor.
—Necesitas avanzar, evolucionar, no puedes quedarte estática porque así es esta industria, o te actualizas o te supera alguien mejor.
He estado en el top cinco de asesoras por los últimos tres meses, y al final he acabado por contárselo a todo mi círculo de personas de confianza. Algunos amigos, ex compañeros de trabajo con los que no me llevaba del todo mal, y hasta le dije a Enrique.
Hemos desarrollado una relación de no solo sexo casual, más que de una amistad de la que estoy muy orgullosa.
Con el tiempo, él se ha disculpado por tratarme siempre como si fuese una muñeca de porcelana que se iba a romper por el menor contacto.
Y yo, por la manera en que lo trate y tache todo este tiempo.
Si nunca le das la oportunidad a las personas de disculparse por los errores que hicieron que te lastimaron, ¿cómo esperas avanzar? Sobre todo cuando él sí se disculpo.
No volví a tener más noticias de Evan.
Así que solo borré el contacto. Y por si las dudas, pedí que si llamaba al servicio, le dijeran que yo ya no estaba ahí. También considere irme, cambiarme de casa.
Pero... ¿por qué?
¿No estaría actuando entonces cómo si yo hubiese hecho el mal? ¿Por qué huiría entonces?
***
Una noche, recibí una llamada algo extraña. Un hombre juraba que ya me conocía hasta en persona. Lo cual no puede ser cierto, porque no me he vuelto a involucrar con ninguno de mis clientes.
A nadie más que a él le volví a dar detalles de mi vida.
O de mí.
No volví a abrirle mi corazón a otro hombre.
El caso es que el hombre insistía tanto, que presione el cinco y lo transferí. Me puso tan incómoda que no quise recibir más llamadas por ese día.
***
Y pensé que ahí se terminaría todo, pero entonces un domingo por la noche. Justo antes de querer terminar el turno... eran cerca de las dos de la mañana y estaba terminando.
Literalmente.
Gemí y me vine.
Ya no tenía que mentir en las llamadas, dejaba que mi imaginación tanto como la de mis clientes me guiara. Qué mejor manera de hacer el trabajo que me está dando de comer, que disfrutándolo al mil.
—Deberías considerar llevar a otro nivel tu negocio "Luna Creciente".
Cupido me llamaba cada tanto para darme un informe de mis resultados. Era mi última llamada de la madrugada, después de esta me iría sin lugar a dudas a dormir.
A veces caí en la cama, solo apagando la luz y durmiendo con la misma lencería que me había puesto para las llamadas.
Otras, me la quitaba y dormía desnuda.
—No creo que sea para mí.
Habíamos hablado en otras ocasiones de "esas otras opciones" pero seguía pensando que eran demasiado para mí. Una cosa eran las llamadas, y otra muy diferente era que me dejarán ver.
Algunas chicas hacían en vivos dónde mostraban casi todo o todo, ante una cámara web, en espacios controlados, lejos de sus vidas normales, y a menudo usando una máscara que les cubría toda la cara. También usaban pelucas.
Pero eso no era para mí, repito.
Otra opción es abrir una cuenta con contenido solo para adultos, de "Only Naks".
Que es una nueva abreviatura que acabado de conocer al estar en este mundo del entretenimiento para adultos (Naked).
Además el nombre no me daba para nada buena espina.
—Ya te dije, no digas que no tan pronto. Piénsalo, al menos.
—Y yo te dije que ya lo pensé y que no lo mencionaras más, por favor.
Cupido y yo jamás habíamos tenido malos entendidos hasta el momento, pero eso no significaba que no podría haberlos. Así que al llevar tan buena comunicación, debíamos de comenzar por trabajar bien entre los dos, nuestra comunicación siempre debía de ser fluida y cordial.
Pero lo más importante, respetuosa.
—Claro, lo entendí, no más.
No podíamos vernos al solo hablar por la línea del Teléfono Rojo, pero casi pude imaginármelo agitando la bandera blanca de la paz, del otro lado de la línea.
—Sé que ya te mueres por ir a dormir, pero crees que puedas atender a un último cliente. ¿Por mí...?
—Casi nunca puedo negarme a ti, ya lo sabes, conéctalo. —Me reí y me acomode el body de esta noche, como si él pudiese verme desde el otro lado de la línea.
—Pero antes debo preguntar... —él dudo exactamente tres segundos antes de aventarme su propuesta por el teléfono— ¿aceptas a chicas?
¿Lo acepto?
—Conéctala entonces.
—Esa es mi chica —rio triunfante Cupido.
Ahora mismo ya no me queda vergüenza para nada...
No tengo miedo de enfrentarlo...
—De prisa, o me quedo dormida.
Honestamente aquella llamada fue la que me cambio la vida realmente. Lo sé ahora, lo sabía entonces y lo sabré por siempre. Solo que no lo podía si quiera imaginar en esos momentos.
La vida tiene manera de acomodar todo en su lugar.
Si es para ti, te encontrará.
—¿Por cierto Cupido porque siempre estás disponible a estas horas?
—Porque la sede se encuentra en Italia.
Ah.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro