Contrario a lo que Evan pensaba que parecía y por lo cual el miedo le tenía dominado. No pasó nada raro en la visita a mis padres dentro de sus terrenos. Sí, hubo un momento donde él quiso ir a un restaurante elegante y pomposo y presentarse con mis padres como si ya la cosa fuese demasiado formal.

A lo que me negué gritándole un poco y chillando.

Ni siquiera somos pareja oficial como podría presentarle a mis padres bajo un concepto engañoso, es deshonesto y sí no estamos en la misma página puede ser peligroso para los dos.

Llegando a casa ese mismo día me di una ducha para despejarme y con ello terminé el día. Hoy no estaba para contestar llamadas de nadie. Solo me metí en la cama exhausta mentalmente.

***

Pasaron casi tres semanas desde la última vez que vi a Evan, y aunque al principio me tentó el interrogarle porque no podríamos vernos con el tiempo, él solo regresó a mi casa para darme una explicación.

Y salió con un gran regaño de mi parte.

Nadie me deja esperando tres semanas, bajo el concepto de "un casi algo". Yo quise preguntarle antes, él fue quien desapareció todo este tiempo sin contactarme ni una vez, así que se merecía ser corrido de mi casa después de claro escucharle.

No lo iba a correr sin saber antes sus motivos.

Además también le corrí porque sus motivos me molestaron demasiado.

De nuevo, nadie me deja por irse a media docena de citas arregladas por su familia, pudo haber dicho que estaba saliendo con alguien para que le dejarán en paz.

—Sabes mejor que nadie que así funcionan estas cosas cuando tienes dinero.

Le empuje para que se diera media vuelta fuera de la casa, la puerta estaba abierta con la tela cerrada pero sin candado. Como siempre la tenía cuando alguien me visitaba rápidamente. Y desde que le vi llegar por la calle supe que no había manera en que él pasara más que unos minutos dentro de mi casa.

Ni que decir de pasar la noche.

—Eso no me contenta para nada hombre —seguí usando todo mi peso para alejarle todo lo que pueda de mí, pero él dejó caer su peso intencionalmente en mí— ¡¡¡Aghhh!!! —Gruñí molesta.

Nadie me gana en mi propio juego.

—Por favor, déjame darte una buena explicación.

—No, nadie me deja esperando por tres semanas, no contestaste ni siquiera mensajes de texto normal —¿Ven? Mi enojo está justificado— ni que decir de llamadas.

Yo solo quería saber que no estaba muerto en una zanja. Sí, me hice ideas muy locas después de que su número no dejaba de mandar al buzón de voz por cuarta vez, pero fue hasta la décima vez que enloquecí.

De verdad.

Azote mi teléfono celular contra la pared y le quebré la pantalla, ahora tenía que ir a comprar uno nuevo y después de eso, ni siquiera de la rabieta, él no me llamó.

—Es que mis padres quieren que me casé este año. —Soltó.

—¿Y...? —Le cuestioné separándome de él, el movimiento hizo que cayera al suelo sin oportunidad de meter las manos o pies para salvarse— puedes decir que no, ¿no tienes voluntad alguna o voto? Para eso existe el libre albedrió sabes.

—Estás actuando irracional Sofía.

—Tú jamás me llamas por mi nombre.

—¿Qué tiene de malo que lo haga ahora? —No lo sé, pero algo de esta conversación ya no me estaba gustando.

Por eso se lo pregunté directamente. Porque así soy yo. Sincera, confiada y sin tapujos digo lo que pienso y persigo lo que quiero. Hasta que ya no quiere estar conmigo.

—¿Qué somos en tu cabeza y en tu corazón Evan?

—¿Perdón? —Él evadió la pregunta una vez con sarcasmo— ¿qué clase de pregunta es esa? —Y otra vez con todo.

—No necesito escuchar nada más, no soy más que acostón para ti, uno muy bueno.

—No es cierto, —sacudió la cabeza y negó con las manos tratando de acercarse a mí. Yo me negué y aleje todo lo que pude— y claro que no, somos más que eso.

—¿Pero no puedes ponerle un nombre tampoco? —Le cuestioné amargamente. El corazón se me pego a la garganta y quiso salir corriendo de esta penosa situación. Jure que nadie me haría esto de nuevo— dime, ¿cuál es el verdadero problema?

Sí lo dice... me muero.

Me matará.

—No lo sé —dilo, dilo, le pedí mentalmente.

—¿Es por qué soy pobre? ¿Es por qué no vengo de una familia rica y acomodada como tú? ¿O es mi autismo? ¿Qué es lo que más te incomoda de mí para que no pueda estar en una relación contigo de manera formal?

Si dice todo, también me matará.

No lo hagas, le suplico mentalmente, no me dejes.

Tú no.

Apuesta por mí, por nosotros.

—Jamás. —Soltó.

—¿Jamás qué...? ¿Estarías con alguien como yo?

—No, no yo... —Se acerco a mí, su mano fue hasta mi mentón y se quedó cerca pero sin tocarme— déjame tocarte, por favor.

—Hazlo. —Solté sin respirar. Aunque el corazón me latía a toda prisa no respiraba, solo retuve mucho aire dentro de mis pulmones dentro, todo el que pude, en espera de su respuesta.

Cuando dejé que una persona tuviera el poder de liquidarme o de construirme, no, de reconstruirme con sus palabras... con su toque... con su esencia...

Sin darme cuenta, le di el poder a él y solo a él.

—Jamás podría estar con nadie más. Sofía... me has hechizado, no necesito etiquetas para saber que me he enamorado, feliz, caí de cabeza, bailo con los ojos cerrados cada que pienso en ti —llevó sus manos a mi mentón y mi cintura y con ello me jalo cerca de su cuerpo— y si quieres más pruebas, te llevaré ahora mismo con el personal de mi casa y con mis padres para decirles que si me he de casar lo haré solo contigo y será cuando tú estés lista.

Como dije, no importa lo que diga no dormiré con él.

Hoy.

—¿De veras les dijiste eso?

—Tenemos una cita este sábado para conocerlos.

—¿A qué horas? —Hice un puchero, tratando de evitar que las lágrimas se me escaparán por las esquinas de mis ojos, pero cuando una decidió darse un salto de cabeza libre, Evan la atrapo con un beso cerca del comienzo de mi mejilla y la absorbió.

—Siete de la tarde, es una cena temprana.

—No tengo que ponerme.

—Busca algo dónde quieras y yo lo pagaré.

—Yo... —No supe que decir, de la nada la situación se volteo y tuve todo lo que quise.

—¿Sí... novia?

Como dije, todo.

—Mi amor, solo necesité un poco de tiempo para resolver todo. Es todo.

Y así fue como todas mis preocupaciones salieron corriendo por la ventana de mi casa.