Parte sin título 30
Cap.16.2: Let me forget
——-KOL——-
-¿Olvidar?-Davina repite las palabras como si no hubiese entendido ni una palabra
-No es tan difícil, bruja-Él recalca la última palabra-Lo he visto hacer algunas veces, y no te lo pediría si esas brujas no estuviesen bajo tierra-Tuerce la boca en una sonrisa cínica que se pronuncia cuando oye a Davina tragar saliva con fuerza.
-No puedo...
-¿Cómo dices?-Kol la agarra por las muñecas, obligándola a enfrentarse a él. Los ojos de la bruja lo miran con fiereza. Definitivamente había olvidado esos ojos capaces de helar un desierto con sólo una mirada.
-Que no puedo Kol, además no es una buena idea...yo...
Kol la agarra con fuerza y la sostiene contra una pared, con su nariz pegada a la de ella. Está tan perdido y dolido por Caroline, que haría cualquier cosa para deshacerse del dolor. Es como si algo se hubiese roto dentro de él, y ese algo no tuviese arreglo. Aun así no baja la guardia y la sigue mirando. Davina tiene las pupilas dilatadas ella podría tenerlo de rodillas, retorciéndose del dolor pero no lo hace. Siente que se merece lo que el original le está haciendo pasar, al fin y al cabo ella desencadenó todo esto.
-No se trata de lo que puedes o no, se trata de que tienes que hacerme olvidar-La furia en los ojos de Kol sobrecogen a Davina ¿qué es lo que le ha pasado? ¿qué quiere olvidar?- Si no lo haces, te mataré-Él aprieta sus manos alrededor del cuello y Davina gime del dolor –Aunque pensándolo bien, a nadie le importaría tu muerte ¿no?
Los ojos de Davina se llenan de lágrimas y no por el dolor del agarre, sino porque sabe que es verdad. Sabe que cuando se vaya nadie la echará de menos, ella es sólo una pieza de un juego macabro, una cosecha que salió mal. Kol la mira y algo en él hace que la suelte un poco permitiéndole que pueda coger aire.
-No tengo el poder suficiente para eso, puedo hacerlo en una persona normal, en un vampiro, pero no en un Original, podría matarnos...a ti a mí...a los dos...y no creo que quieras eso..
-Oh, cariño déjame decirte que ya estuve en el otro lado-Le dice en el oído sin soltar su agarre del cuello, pero sin hacerle daño- Cuando la daga atraviesa tu corazón es demasiado doloroso, no se le puede comparar con ninguna otra sensación en el mundo. Y cuando tu cuerpo muere, la sensación que viene después es dulce...Pero luego, todas esas personas a las que no les gustas, esas personas que te odian, te persiguen... y a ti, pequeña bruja, por lo que tengo entendido, te odia mucha gente en el otro lado...-Susurra volviendo a ejercer fuerza en su agarre-Pero tranquila...haré que sea rápido, no dejaré que sientas nada de dolor, no si me ayudas
-Mátame...-Ella suplica sin poner resistencia, sin intentar soltarse de su agarre. Davina se entrega a la muerte de una forma que a Kol le abruma. Ella le da una leve sonrisa animándolo a seguir. Es entonces cuando Kol se detiene a mirarla con detenimiento, a repasar esos ojos muertos en vida, sin ningún atisbo de esperanza. Davina está tan perdida como él.
-Hoy no bruja, hoy no-La suelta lentamente, deslizando sus manos desde su cuello a sus diminutos hombros. Aún se sorprende en cómo alguien tan pequeño puede hacerle retorcer de dolor tan fácilmente. Le echa un último vistazo, Davina sigue apoyada contra la pared, con los ojos entreabiertos y dando grandes bocanadas de aire.
-Kol...-Ella murmura cuando está a punto de irse. Aunque no lo diga, sabe que le da las gracias por no matarla.
Se da la vuelta para mirarla y sus ojos se pierden en su cuerpo, en sus caderas redondeadas, los rizos enmarcándole la cara con esos labios carnosos y la nariz respingona. Caroline. Sus pies lo hacen volver a donde se encuentra ella, el olor a frambuesa lo vuelve a enloquecer. La agarra de las muñecas, tirando de su cuerpo contra el suyo, haciendo que su pecho choque contra el de él. Sin pensarlo inclina su cabeza y atrapa sus labios contra los suyos.
Davina abre los ojos ante el contacto. Kol desliza su lengua por el labio inferior, dándole algunos tirones con sus dientes, haciéndola suspirar. Ella se pone de puntillas, dejando a Kol atacar sus labios sin ningún tipo de tregua, mordiéndola con fuerza y atrayéndola aún más a él. Ella tiembla bajo su toque, no es como si nunca la hubiesen besado, pero desde luego nadie la había besado como él. Sus labios convertían sus piernas en gelatina, y su cabeza parecía a punto de estallar.
Caroline. Él estaba perdido en los besos que le daba, en el cuerpo estremeciéndose contra el suyo. Cuando las manos alcanzan su rostro para profundizar el beso, él se separa. Abre los ojos y no es a Caroline a quien ve, sino a la bruja que había estado a punto de matar. Ella lo miraba temblorosa, con la respiración agitada y los ojos vidriosos. Antes de que pudiese hacer nada, ella sale corriendo del cementerio. Mierda. Esa bruja le había leído los pensamientos justo cuando la besaba, justo cuando pensaba en Caroline. ¿Qué mierdas estaba haciendo? ¿Pensaba ir besando a todas las chicas de Nueva Orleans y pensar en ella? Necesitaba sacarla de su cabeza a cualquier precio.
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