Part 8
THE QUEEN OF NEW ORLEANS
CAPÍTULO 4 - PARTE 2
Capítulo 4.3: Hurt
----Kol----
My songs know what you did in the dark de Fall Out Boy resuena en mis oídos. Subo tanto la música del ipod que para el oído humano sería molesto. Tarareo la canción acostado en la cama mientras miro al techo, entonces se me viene a la cabeza la frase de Caroline, de que le hubiese gustado vivir en los años 20…si yo pudiese borraría toda esa época, perdí tantas cosas…
En los locos años 20 entró en vigor la ya conocida Ley seca en los Estados Unidos, las personas se reunían en casas de los amigos para seguir bebiendo tras el toque de queda, otros, los más valientes se quedaban bebiendo en las calles desafiando a las autoridades.
Nosotros, los vampiros teníamos nuestras propias reglas. Nos habíamos adueñado de algunos locales que se regían por nuestras propias normas, la policía y algunas autoridades no se atrevían a acercarse, ya que corría el rumor de que existían los vampiros. Que ilusos eran por aquel entonces.
Siempre recordaré el viejo bar de la cuarta avenida y lo que me encontré dentro. El olor al alcohol impregnaba el lugar, algunos hombres fumaban puros mientras bailaban con jovencitas de alegres vestidos. Un grupo de mujeres bailaban en un corro el mismo baile con los mismos pasos.
Entonces la vi, una joven pelirroja de ojos verdes me miraba desde el otro lado del bar. De cerca era aún más impresionante, sus ojos verdes estaban enmarcados en sombra de ojos negra, y sus labios teñidos en carmín. Su sonrisa movió mi mundo
Hablé durante toda la noche con ella, se llamaba Mileena, una Rusa que llegó a los Estados Unidos huyendo de la URSS. Nos encontramos todas las noches en los callejones ocultos, nos besábamos y hacíamos el amor hasta quedar extasiados. Ella quería ser como yo, y yo estaba dispuesto a dárselo; al fin y al cabo había encontrado a mi alma gemela.
Los rumores sobre los vampiros se extendían por toda América, las personas se abastecían de balas de maderas, crucifijos y ajo; había comenzado una gran caza de vampiros. La noche que iba a transformar a Mileena, me la llevé al callejón que estaba detrás del bar , nos besamos desesperados durante minutos. Clavé una pequeña cuchilla en mi cuello y la incité a beber, en el momento en el que se acercó a mi cuello, su cuerpo cayó entre mis brazos junto al sonido de una bala cortar el viento.
-¡De la que te has librado chaval! Esa vampira estaba a punto de comerte vivo.
Mileena no respondía a mi sangre; recuerdo como hipnoticé a sus asesinos, les obligué a no gritar mientras los mutilaba, me encantó despedazarlos, ver como la vida se les escapaba y ellos no podían hacer nada.
¡Tengo que dejar de pensar! Me levanto de la cama e inhalo aire intentando llenar mis pulmones de aire que no necesitan. Esta noche, cuando he bailado con Caroline me he sentido transportado a aquel bar, con ella entre mis brazos todo era más soportable. No puedo pensar eso sobre ella, ella es de Klaus, no mía.
Bajo las escaleras y me dirijo hasta la cocina, Leah aún está despierta mientras limpio. Ella me regala una pequeña sonrisa mientras sigue limpiando; me acerco a ella despacio y quito la bayeta de sus manos; sus mano son tan delicadas… Leah me recuerda tanto a mí…ella también se dejó caer en la oscuridad cuando le arrebataron todo. Ella me revuelve un poco el pelo y a paso ligero sale de la cocina. No me doy cuenta de que se ha hecho de día hasta que la voz de Caroline me saca de mis pensamientos.
----Caroline----
-Kol?-Vuelvo a llamarlo, él me mira pero sé que no está presente. Agito mi mano frente a sus ojos y entonces reacciona-Buenos días-Alcanzo a decir mientras me acerco a la nevera para preparar el desayuno para todos-¿Me ayudas? Me vendría bien una mano…
Antes de que pueda decir nada Kol se coloca a mi lado y me ayuda batiendo los huevos y preparando tortitas. Pelamos algunas frutas y las cortamos para hacer zumo con ella. Kol me pasa un dedo por la cara y entonces me doy cuenta de que me ha manchado con sirope de chocolate.
-Me vengaré-Le digo y en un rápido movimiento aprieto el bote con fuerza manchándolo completamente. Me río con fuerza sin poder evitarlo y él me mira a los ojos fijamente, con esa mirada algo psicópata que suele poner cuando algo le molesta. Está a dos centímetros cuando acerca su rostro al mío. Respiro con fuerza al sentir su lengua recorrer mi mejilla llena de sirope.
-Voy a cambiarme
Es lo último que dice antes de salir por la puerta, aún sigo helada, las rodillas me tiemblan y creo que no soy capaz de articular palabra alguna. Me llevo la mano a la mejilla intentando recrear el momento; cuando dejo la mano caer sobre la mesa el ruido de las ventanas de la cocina rompiéndose me hace gritar.
Tras pasar unos segundos me doy cuenta de porqué he gritado; una flecha de madera ha atravesado mi mano. Kol viene corriendo sin camisa, y a los dos segundos aparecen los demás. Klaus se abre paso entre sus hermanos y me mira con los ojos abiertos.
-¿Qué ha pasado?-Me pregunta mientras dirige su vista a los cristales rotos-Elijah hay que quitarle la flecha-Me sorprende que en pleno siglo XXI todavía se sigan usando flechas. Elijah vuelve con un utensilio que parecen ser unas tijeras de podar pero mucho más grande. Me toma de la mano y corta la punta de la flecha. Klaus me aprieta contra su pecho cuando Elijah tira de la flecha, haciéndome gritar de nuevo.- ¿Estás bien?-Mi mano sana casi al instante y afirmo con la cabeza
-Niklaus…-La voz de Kol nos interrumpe; tiene la flecha entre sus manos y de ella saca una especie de pergamino escrito en tinta roja- Es de Marcel, quiere reunirse con todos nosotros- Se me revuelven las tripas al oír el nombre de Marcel, pero se me revuelven aún más cuando descubro que lo que yo creo que es tinta es sangre.
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