Part 7
THE QUEEN OF NEW ORLEANS
CAPÍTULO 4 - PARTE 1
Capítulo 4: Your girl
----Caroline----
Los brazos de Stefan me aprietan contra su pecho. Extrañaba tanto esta sensación, este olor tan familiar…se siente como estar en casa. Suspiro en el hombro de Stefan y me percato de cuanto echo todo de menos; extraño a mi madre esperándome para los desayunos y las cenas, extraño las llamadas con Bonnie hasta altas horas de la noche, extraño a Elena y nuestras noches de chicas. ¿Estaré bien? ¿Es aquí donde debo estar ahora?
-Oh, nuestro pequeño pajarito ha vuelto al nido familiar-La voz de Kol hace que me separe de Stefan. Está en lo alto de la escalera, con pantalones negros de vestir y una camisa blanca de botones, con algunos desabrochados dejando ver parte de la piel de su pecho. En un suspiro pasa por mi lado dándole una pequeña palmadita a Stefan en el hombro.- Rebekah, ven a darle un abrazo a tu hermano favorito-Kol se acerca a ella y la envuelve con sus brazos, cerrando los ojos. Sólo son unos segundos, los suficientes para grabar esa imagen en mi cabeza.
-¿Te refieres a Elijah no?-Rebekah aparta a Kol para luego mirarme con desinterés. A Rebekah nunca le he caído bien, pero no creo que sea algo personal; simplemente no soporta que sus hermanos tengan compañía femenina en su presencia. –Bienvenida a esta mierda de familia Caroline-Me dice señalando a Kol quien la mira teatralmente llevándose la mano al corazón con cara de tristeza.
-Rebekah-Kol la toma de las manos y la mira fijamente- Yo también sé que te mueres por mí, pero somos hermanos y no está bien visto
-Idiota-Rebekah reprime una risa y Kol besa su mejilla-Vete a jugar a tu habitación…No es una cena para niños-Le dice mientras sus ojos brillan de la emoción al ver a Elijah entrar por la puerta. Rebekah se mueve tan rápido que ni siquiera la siento pasar entre nosotros.-Elijah…-Se hunde en el pecho de Elijah de la misma manera en la que yo lo había hecho con Stefan; como hermanos
-No te preocupes por Rebekah-Doy un pequeño salto al ver a Klaus a mi lado-No te va a molestar-La voz de Klaus escala hasta mis oídos y cierro los ojos.- Vamos a comer-Me dice mirándome de arriba abajo como si yo fuera parte del postre ¡oh dios! Yo quiero ser su postre.
Nos sentamos en la mesa, Klaus a mi derecha y Stefan a mi izquierda. Rebekah está sentada en frente de Stefan, y Elijah frente a Klaus, quedan un sitio vacio en frente mía. Kol rueda la silla hacia atrás, en un gesto más que elegante y se sienta en ella. Lo miro con una sonrisa mientras se sirve algo de carne en su plato
-Kol, ¿no te dije que fueras a jugar? Los adultos estamos cenando, si quieres te podemos preparar una mesa infantil al lado de la nuestra-Rebekah sonríe llevándose la copa a la boca mientras Kol hace pucheros. Yo los miro sin entender nada.
-Es que me muero de ganas por cenar con mi hermana-Kol mira a Rebekah de una forma tan lasciva que hace que me pregunte si realmente están bromeando-Así puedo acariciarte la pierna como hacíamos antes…
-Cuando vivíamos en la aldea-La voz de Klaus me saca de mis pensamientos y giro mi cabeza para mirarlo- todo el mundo creía que éramos una familia incestuosa. Kol estaba todo el día pegado a Rebekah, le levantaba el vestido en cada ocasión que podía, e incluso le robaba la ropa cuando se iba a bañar al río…
La cena transcurre con normalidad, todos reímos y dejo a mi paladar disfrutar de la comida preparada por Leah. He hablado muy poco con Leah, es tan tímida y reservada, Klaus a veces me habla de ella, no mucho, sólo algunos aspectos sobre su vida pasada, la vida que abandonó tras la muerte de sus padres.
Klaus tiene su mano libre posada en mi espalda baja, acariciándome sobre la tela del vestido. Kol me pasa el vino con una sonrisa traviesa en los labios; está tramando algo y no sé el qué. En el tiempo que llevo aquí he aprendido a leerlos un poco
-Care, tu madre envía saludos, te echa de menos…Tiene ganas de qué terminen las vacaciones para poder verte-Mi corazón se encoge; extraño tanto a mi madre… ¡¡Las vacaciones se acaban en 13 días!! ¿Qué voy a hacer?-Antes de que terminen tus vacaciones iré a ver a Damon, si quieres puedo llevarte para que te vayas instalando-Mi estómago se contrae y no quiero seguir comiendo el delicioso postre que tengo delante. La mano de Klaus deja de acariciar mi espalda y sé que está pensando en lo mismo que yo: Tengo que volver.
-Gracias Stefan-la mano de Klaus sigue rígida contra mi espalda y yo siento que voy a llorar en cualquier momento. No quiero volver pero tengo que hacerlo, tengo que ver a mamá, a mis amigos, en definitiva, volver a mi hogar. Se siente tan raro llamar hogar a Mystic Falls. Se siente tan extraño saber que tengo que abandonar esta vida.
-Caroline, usted puede alargar su visita tanto como desee-Elijah me mira directamente, asintiendo con la cabeza y con una pequeña sonrisa instalada en su rostro. A veces me cuesta creer que Elijah es un Mikaelson. Esa bondad, amabilidad y respeto tan impropio de los vampiros…
-Muchas gracias Elijah-Aparto el plato del postre y fijo mis ojos en los de Kol. No quiero mirar a Klaus, no sé la cara que estará poniendo pero su mano me aprieta la tela del vestido y sé que no está conforme con la idea de que me vaya-Pero tengo que volver a Mystic Falls, estar con mi madre, volver a la Universidad…pero vendré a veros, cada vez que pueda…lo prometo-Esto último lo digo casi en un sollozo. Kol me mira triste y yo no quiero mirar a nadie más-Esto se supone que tenía que ser una buena noche-Exclamo intentando que todos se olviden de lo que acababa de pasar-¡Podemos salir o hacer algo divertido!
-Caroline tiene razón, podemos ir al bar de jazz al que siempre íbamos-Rebekah exclama algo contenta mientras rodea sus dedos con los de Stefan-Solíamos pasar noches enteras en ese bar.
-Es algo aburrido, Elijah y Klaus siempre se apartaban a beber en la barra, Rebekah se iba por su cuenta, y a mí me dejaban solo. Estoy seguro que es aún más aburrido que antes-Kol bebe de su copa mirándome con una pequeña sonrisa
-Tan aburrido que terminaste de amante con la camarera, la dueña del bar y no recuerdo de quien más-Klaus habla y Kol baja la mirada algo sonrojado, como un niño que acaba de ser reprendido
-No estaría mal-La voz de Stefan hace que me gire hacia él y me hace un gesto con la cabeza. Yo miro a Klaus quien asiente en aprobación junto con Elijah. Nunca he visto a Elijah en un bar o algo parecido y no puedo hacerme a la imagen
Elijah conduce su 4x4 con Kol a su lado. A mi lado Klaus habla animadamente con Rebekah mientras que Stefan me acaricia el brazo suavemente. Klaus le cuenta a Rebekah como se encuentran las cosas por aquí, le comenta sobre Marcel y sobre la mordedura del hombre lobo. Stefan abre los ojos, él no sabe que fui mordida y yo simplemente me encojo de hombros. No quiero hablar de la noche en que casi muero
-Ya hemos llegado-Kol anuncia y rápidamente se baja para abrir la puerta de nuestro lado-¿Bajas?-Me dice extendiendo su mano como un caballero y yo acepto sin dudar. Me encantan estos gestos. Mi mano se aferra a la de él y cuando mis pies tocan el suelo, me suelta rápido la mano; Klaus ya está a mi lado.
Entramos al pequeño bar, es acogedor e íntimo, las parejas bailan juntas, rodeándose con los brazos mientras algunos se susurran al oído. Tal y como dijo Kol, Elijah y Klaus se sientan en la barra mientras que Rebekah se va a una esquina a bailar con Stefan.
-¿Bailamos?-Kol me pregunta y yo asiento. Klaus no está mirando, y si lo estuviese tampoco me importa. Una mano de Kol sujeta la mía, mientras que la otra se posa en mi cintura. Dios, su mano es tan fuerte y firme…
-No sabía que bailases-Le digo y su mano en mi cintura se mueve lentamente, de arriba abajo. Apoyo mi cabeza en el hueco de su hombro. Kol se ha puesto perfume y me encanta. Vamos Caroline ¿qué estás haciendo?
-Hay muchas cosas que no sabes-Me sonríe apartando su cabeza hacia atrás para mirarme. Me encanta cuando sonríe, se le forman unas arruguitas bajo sus ojos que me encantan. Ojalá sonriese más a menudo. –No olvides que he vivido en épocas en donde bailar era la forma número uno para conquistar mujeres
-Me hubiese gustado vivir en otra época, probablemente en los años 20,con vestidos de vivos colores, largos collares y bailar hasta caer rendida…-Le digo dando una vuelta para luego volver entre sus brazos- Me hubiese encantado que algún caballero con sombrero me intentase conquistar.
-Seguramente Caroline tendrías a más de un hombre tratando conquistarte- Me sonríe mientras se mueve conmigo. Kol puede ser a veces tan dulce…Pronto se pone tenso y su agarre es más fuerte-Ven, vamos a la barra.
Con la mano en la cintura me lleva a la barra donde se encuentran Klaus y Elijah, a ellos se les han unido Rebekah y Stefan. Klaus sujeta con firmeza la copa, apoyado con los codos en la barra mientras tiene la mirada perdida en alguna parte. Cuando me ve llegar sus ojos me miran de arriba abajo, me toma de la mano y me acerca a él.
-¿Qué pasa?-Pregunto cuando siento a Kol al lado mío. Él tampoco me mira, tiene los ojos entrecerrados y fijos en algún punto. Rebekah está tensa, con la espalda apoyada en el pecho de Stefan. Intento fijar la mirada pero yo no veo nada.
-Marcel está aquí-La voz fría de Klaus me hace temblar. A lo lejos una sombra se mueve y puedo divisar unos colmillos brillar. Kol tira de mi mano situándome casi detrás de él y de Klaus. Poco a poco la figura de Marcel se hace más nítida. Es alto, casi del tamaño de Klaus, piel morena y una sonrisa cínica dibujada en su cara.
-Niklaus Mikaelson-La voz de Marcel llega a mis oídos y me irrita. Klaus se pone firme a mi lado, dejando la copa a un lado en un gesto que hace que su chaqueta se abra-No esperaba verte por aquí
-Bueno, este es mi bar ¿recuerdas? –Klaus se acerca un poco a Marcel-Creo que es el mejor lugar donde encontrarme ¿no? ¿Qué es lo que te trae a ti por aquí?-La voz de Klaus es un susurro amenazante y hace que me den escalofríos.
-Nada, sólo vine a pasar el rato con unos amigos-Los ojos de Marcel ruedan hacia el costado del bar y en la columna veo a varios vampiros conversando entre sí- ¿Te unes?-Klaus niega con la cabeza sin dejar de mirarlo, y entonces Marcel me mira- Vaya, ¿Amiga nueva? ¿Por qué no nos presentas Niklaus?
-Fuera de aquí Marcel. Ella…
-Caroline Forbes-No dejo terminar a Klaus su frase y me abro paso entre ellos dos, colocándome justo en frente de Marcel. Miro por encima de su hombro y sus vampiros están apoyados con sus miradas clavadas en nosotros.
-Es un placer conocerte-Los ojos de Marcel brillan sin abandonar los míos-Hace tiempo que Niklaus no trae a nadie por aquí-Hace una pausa para pasar la lengua por sus labios-Me encanta conocer gente nueva-Esto último lo dice en un susurro-¿Te apetece bailar?
-¿Qué te hace pensar que quiero bailar contigo?-Por más que miro a Marcel no veo todo ese poder del que habla Klaus, ni siquiera entiendo cómo tiene una ciudad entera a sus pies. Me sonríe enseñando su perfecta dentadura ¿cómo puede ser tan cínico? Él fue quien mandó a morderme.
-Me gustan las chicas difíciles…son todo un reto-Su mano se coloca en mi hombro y la miro con asco para luego apartarla de mí-Vamos Niklaus, préstame a tu chica, te la devolveré de una pieza.
Klaus pasa entre nosotros colocándose delante de mí, con una mirada amenazante. Marcel sigue con esa sonrisa estúpida que me dan ganas de borrar de su cara con una bofetada. Klaus está nervioso y lo noto por la forma en la que aprieta su mandíbula. Sus ojos brillan entre lo azul y el amarillo.
-Yo no soy de nadie, Marcel-Casi escupo su nombre mientras el sigue mirándome con esa sonrisa- Preferiría morir antes que bailar contigo-Le doy la espalda y me acerco a Klaus-Vámonos de aquí.
-Caroline-La voz de Marcel me llama cuando estoy casi saliendo por la puerta-Todavía es pronto para que lo entiendas…pero vas a necesitarme-Y antes de que pueda decir nada Marcel y sus vampiros desaparecen en las sombras.
¿Se ha vuelto loco? ¿Qué está diciendo? Quiero responderle pero la mano de Klaus me arrastra hasta el coche. Yo me quejo, lo insulto y le pregunto cómo es posible que aún no le haya arrancado la cabeza a ese gilipollas
Capítulo 4.2: Red
----Klaus----
Rojo. Me encanta el rojo. Es el color de la sangre y del vestido que lleva Caroline. No tiene ni idea de lo impresionante que es, tanto que ha llamado la atención de Marcel. Ese estúpido se le estaba insinuando a Caroline, a mi Caroline. ¿Mía? No, ella no es mía y lo dejó bien claro en el bar.
Quedan menos de dos semanas para que ella se vaya. ¿Qué voy a hacer cuando ya no esté? Pensé que vivir con mis hermanos me ayudaría, pero en el momento en el que Caroline entró por la puerta, supe que en el momento en el que volviese a salir, yo no iba a poder resistirlo.
Ahora está apoyada contra mi hombro, mientras Elijah conduce hacia casa, todo está en silencio, ni siquiera Kol habla. Caroline se sobresalta cuando Elijah pisa el freno; ya hemos llegado.
Dejo a Caroline en su habitación y me dirijo a enseñarles la habitación a Rebekah y Stefan. Mi hermana asiente para luego cerrar la puerta. No quiero molestar a Caroline, por lo que me dirijo al estudio y me sirvo una copa de licor. Abro las puertas francesas que dan al balcón y me dejo caer en el banco de madera.
¿Qué voy a hacer? Marcel la quiere, he visto como la miraba, incluso se relamía los labios. A Marcel le divierte quitarme todo lo que es mío, ya lo ha hecho dos veces, no voy a dejar que lo haga una tercera, y menos con Caroline.
-¿Klaus?-La voz de Caroline me sobresalta. Está aquí, apoyada sobre el marco de las grandes puertas con una bata blanca cubriendo su espectacular cuerpo.- ¿Qué haces aquí?
-Me gustan las vistas desde aquí-Le digo señalando al horizonte. Desde este lado de la casa se puede contemplar todo Nueva Orleans que en estos momentos parpadea con las luces de la madrugada-Ahora subo a la habitación. Duerme Caroline…tienes que estar cansada.
-¿Qué pasa?-Ella cierra las puertas y se dirige hacia mí, sentándose a mi lado-¿En qué piensas?-Y una vez más, me sorprendo de la capacidad que tiene para leerme. Sus manos toman mi copa y la sitúan lejos de mi alcance
-Nada, sólo pensaba en lo radiante que estabas hoy-Le digo mientras ella me mira con la ceja levantada- Eres increíblemente preciosa…
-¿Seguro que no piensas en Marcel?-Me interrumpe acercándose un poco más a mí, mirándome por el rabillo del ojo. Aprieto los puños sobre mis muslos- No tienes que preocuparte por eso Klaus-Sus diminutas manos cubren las mías mientras me mira a los ojos-No va a pasar nada...yo me iré a Mystic Falls y entonces tú…
-¿Entonces yo?-La miro fijamente a los ojos ¿qué voy a hacer yo? Ella parece no entender; sus ojos viajan por todo mi rostro- ¿Tengo que quedarme aquí esperando que alguna vez regreses? ¿Tendré que sentarme todas las noches aquí esperando que vuelvas? ¿Tendré que esperar a que no te hayas arrepentido de todo esto?
-Klaus, no me hables así-Se pone de pie y cruza los brazos sobre su pecho-Me voy a ir, no puedo estar aquí eternamente- Quiero responderle que sí que puede, que es inmortal y no necesita volver a ninguna parte. Me siento realmente egoísta al pensar en ello- Vendré aquí cada vez que pueda pero no puedo irme de Mystic Falls, no todavía ¿Qué pasará con mi madre? ¿con mis amigos?¿la universidad? Sé que no puedes entenderlo, pero no puedo dejarlo todo
-Tienes razón Caroline-Me mira algo sorprendida- No puedo entenderlo, quiero que vivas tu vida, pero quiero que la vivas conmigo-la tomo de la mano acercándola a mí-No te pido que ahora, pero quizás algún día, en un año, o en una centuria tú vendrás a mi puerta y dejarás que te enseñe lo que el mundo tiene para ofrecerte-Le digo recordando vagamente las palabras que le dije en el primer baile que compartí con ella
-No es una despedida, ni un para siempre-Me dice y de sus ojos brota una lágrima.-Simplemente debemos pasar un tiempo lejos…¿pero qué es eso frente a una eternidad?- Caroline está hablando de la eternidad ¿Acaso quiere pasarla conmigo? Lo dudo.
Ella se sienta encima de mí , mirándome con los ojos llenos de lágrimas. Le seco las lágrimas con la punta de los dedos y ella pega su rostro a mi mano. Da un leve suspiro y se acerca a mis labios, aún con lágrimas corriendo por su cara. Sus labios atrapan los míos y la agarro de su cintura para atraerla a mí, la beso con fuerza, sintiendo sus labios temblar bajo los míos mientras su lengua se abre paso en mi boca, dejándome probar el sabor de sus lágrimas.
-Klaus-me separo un poco para mirarla mientras acaricio sus muslos. Atrapo las últimas lágrimas que caen por su cara y ella sonríe levemente- Te necesito…
Tardo unos segundos que parecen eternos en procesar lo que me ha dicho ¿Me necesita? No tiene ni idea de cuánto la necesito yo a ella. Sus labios juegan por mi cuello mientras sigo acariciando sus muslos bajo la bata blanca. Ella se separa unos centímetros y lleva sus manos a la cinta de su bata. Lleva ropa interior roja.
Cuando la bata termina de caer toma mis manos y las coloca sobre sus pechos. Mis manos se mueven sobre sus pechos, deleitándome con la suavidad de su piel. En un movimiento rápido quito su sujetador para luego volver a acariciarla con mis manos. Me llevo uno de sus pechos a la boca jugando con su pezón y Caroline mueve sus caderas haciendo que mi erección llegue a doler.
Mi boca no abandonan sus pechos cuando arranco sus braguitas color granate. Ella suspiro y me aparto un poco para contemplarla, se ve radiante, salvaje, con el pelo enmarañado y Nueva Orleans brillando tras ella.
Gime cuando mis dedos se encuentran con la humedad de entre sus piernas. Se inclina hacia atrás, apoyando su sexo contra mis dedos mientras mueve sus caderas en círculos. Ella intenta incorporarse para soltarme los pantalones y se lo impido. Mis dedos siguen jugando con ella y se agarra a mis hombros mientras gime con más fuerza.
-Klaus…-Sus ojos cristalinos se fijan en los míos, sus labios están rojos de modérselos- Quiero sentirte
Sus palabras me hacen casi rugir, siempre es tan exigente. La cojo en brazos y la dirijo hasta el muro que recorre todo el balcón. La apoyo en el y dejo que descanse su espalda, mientras quito mi ropa. La beso al tiempo que cojo su pierna y la llevo hasta mi cintura; con una de mis manos presiono mi miembro en su entrada mientras que con la otra la cojo de la nuca sin apartar mis ojos de ella.
-Klaus-gime mi nombre cuando me siente entrar dentro de ella. Estar dentro de Caroline es como estar en la gloria.
Sus uñas se clavan en mi espalda cuando muevo mis caderas contra ella, la presión de nuestros cuerpos es casi dolorosa, pero no me importa, Caroline tiene la cabeza hacia atrás, con los ojos cerrados y los labios entre abiertos. Sus uñas abren la piel de mi espalda cuando las embestidas se vuelven más fuertes.
-Cuando estés en Mystic Falls, sé que vas a estar pensando en esto todo el rato-susurro contra su oído sujetando parte de su pelo mientras muevo más rápido las caderas- Cuando vuelvas a Mystic Falls, sabrás que ningún hombre te ha deseado tanto como yo.
Ella enrosca sus piernas en mi cintura mientras gime con fuerza, se mueve contra mí hasta un punto que nuestros movimientos se vuelven frenéticos. Sus labios buscan los míos y me besa con avidez entre gemidos cortos. La penetro con fuerza y rapidez hasta que ambos llegamos al orgasmo con el nombre del otro en los labios.
Debo llevar horas en el balcón con Caroline, ya no es de noche, el sol empieza a asomarse por las calles de Nueva Orleans, impregnando el lugar de un color amarillento. Cojo a Caroline en brazos y tras cubrirla con su bata la llevo a la habitación donde la abrazo hasta caer dormido
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