Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Part 29

THE QUEEN OF NEW ORLEANS

CAPITULO 16 - PARTE 1

Cap.16.1: Friends 
-----CAROLINE-----

Se levanta con un dolor de cabeza terrible y no es por la resaca, hace tiempo que ya no las sufre, su cuerpo se a acostumbrado rápidamente al alcohol en sus venas. Las imágenes de la noche se aglomeran en su mente y sacude la cabeza tratando de alejarlas, sabiendo que es inútil, volviendo a ver a Klaus con esa muchacha de pelo rubio.
Esto es una estupidez. Se dice para sí misma mientras se levanta de la cama, no ha dormido casi nada, la culpa y las víctimas que se ha llevado a su paso se lo impiden. Pero ahora no es tiempo para lamentar. Caroline se estira mientras camina por la habitación pensando en el día que tiene por delante. Decide coger la poca ropa que tiene y ponerse algo decente. Necesito ir de compras.
-Buenos días-Marcel la saluda desde su espalda y ella se gira para verlo, él tampoco parece haber dormido mucho, incluso le ha desaparecido la sonrisa que ella tanto odia- ¿Cómo dormiste? No te vi anoche.
-Bien, bastante bien-Miente como sólo Caroline Forbes sabe hacer- Me fui, acababa de llegar de un viaje bastante movido, necesitaba tiempo para mí-Da su mejor sonrisa, esa que hace que Marcel se crea todo lo que dice y le devuelva la sonrisa aunque sea muy levemente
-¿Y qué planes tienes para hoy?
-Ir de compras-Él enarca las cejas sorprendido y Caroline ladea una sonrisa-¿Qué es tan raro? Sólo tengo algunas piezas de ropa y necesito bastantes más-Ronronea al lado de Marcel haciendo que éste baje sus defensas, haciendo que él confíe en sus intenciones-Además, es una buena terapia después de una fiesta tan intensa
-Ten cuidado
Es lo último que oye antes de salir corriendo con el bolso y la tarjeta de crédito en mano. En ningún momento ha bajado la guardia, ni siquiera Marcel se ha dado cuenta de que su humanidad está de vuelta, y eso para Caroline, era una gran ventaja. Una gran ventaja para un plan lleno de venganza.
Recorre las tiendas con la tarjeta en la mano y llenando bolsas de marcas casi impronunciables. Se vuelve loca comprando tacones cuyo precio son varios ceros, ropa que sabe que no va a necesitar, ropa que quizás nunca se ponga. Con las manos llenas busca algún lugar donde descansar. Un pequeño bar de esquina con mesitas de madera en la acera le llama la atención.
Las mesas de madera se agrupan frente a una barra llena de dispensadores de bebidas. Está abarrotado de humanos, siendo Caroline la única humana. Se sienta en la mesa más alejada dejando la docena de bolsas enfrente de ella. Ojea la carta cuando siente una presencia delante de ella.
-¿Ya has pensado lo que vas a tomar?-La muchacha del pelo rubio le pregunta y ella ladea para mirarla
-Camille…
-Wow…¿cómo sabes mi nombre?
Caroline repara en que no se acuerda de nada, que la han obligado a olvidar. Se encoge de hombros y siente pena, recordando cómo Damon la utilizó y reutilizó a su antojo. Pero ahora no era el momento de sentir pena
-Lo pone en tu identificador-Le dice con una sonrisa que le cruza la cara y Camille se lleva la mano a la plaquita donde pone su nombre-Una hamburguesa americana con patatas-Camille apunta y con gracia vuelve a la barra.
Mete la mano en sus bolsas y tantea hasta que encuentra una bolsa más pequeña repleta de maquillaje. Se repasa el maquillaje mirándose en su nuevo espejo y se queda un rato mirando su reflejo en el espejo, viendo a una extraña. Había sido tantas personas en tan poco tiempo que ya no se acordaba ni de cómo era. Suspira dejando el espejo en la bolsa cuando siente de nuevo la presencia tras ella
-Vaya, sí que eres rápida chica-Murmura dejando de lado lo que está haciendo con la esperanza de encontrarse con la apetecible hamburguesa, cuando lo hace unos ojos azul eléctrico la miran fijamente-¿Qué haces aquí?
-Pasaba por el barrio, ya sabes, me gusta saber que todo está en orden-Klaus se encoge de hombros en un gesto tan familiar que Caroline quiere sonreír, pero se limita a mirar por el amplio cristal con vistas a la calle principal del barrio francés.
-Vaya-La voz de la rubia hace que ambos se giren para mirarla al tiempo que coloca la hamburguesa delante de Caroline- Niklaus Mikaelson ¿Qué te trae por aquí?-Ella articula lentamente repasándolo de arriba abajo con sus ojos, manteniéndolos fijos en los suyos.
-Cami-Él besa su mano con suavidad, un gesto que hace que Caroline se muerda la lengua para no decir nada, algo en su interior la sacude con fuerza y se aferra a las patatas de su hamburguesa-Estaba por el barrio y vine a verte, hace tiempo que no hablamos-La cabeza de Caroline da vueltas y parpadea al tiempo que engulle las patatas de tres en tres- Cami, ella es Caroline Forbes…una vieja amiga-Las palabras golpean a Caroline con tanta fuerza que sólo le da tiempo de sonreír entornando los ojos como si no entendiese nada.
-Encantada-Cami le da la mano con una sonrisa enorme. Caroline se muerde la mejilla desde dentro reprimiendo las ganas de partirle la muñeca, recordando cómo se reía en la fiesta mientras bailaba con él.
-Te veo luego ¿Vale?-Klaus le da una de sus sonrisas encantadoras, esas que hacen derretir a cualquier mujer. Cami sonríe alegremente como una colegiala al tiempo que vuelve a la barra
-Ella no sabe lo que somos ¿Verdad?
-A veces-Klaus sonríe con algo de malicia y Caroline no quiere seguir preguntando.
-Veo que haces amigas muy rápido ¿no?
-Ya ves, mientras tú estabas en Londres con mi hermano, yo estaba haciendo nuevas amistades
La sonrisa es tan cínica que Caroline se levanta y recoge sus bolsas. Ni siquiera lo mira cuando él la agarra por la muñeca con fuerza. En un movimiento brusco ella tira de su muñeca con tanta fuerza que juraría haberla partido. Le deja a Camille una propina bastante exagerada y sale de allí lo más rápido que puede. No puede permitir que Klaus la vea así, él no puede saber que sus emociones están de vuelta.
Klaus se queda mirando al frente, justo a la silla donde Caroline estaba sentada. ¿Cómo era posible que ese comentario le molestase? Era imposible, ella estaba apagada y lo había demostrado con su indiferencia y sus ojos fríos. Sin pensarlo sale del bar y sigue el olor de Caroline. Podría encontrar ese olor a flores y frutas en cualquier parte del mundo. Era inconfundible, nadie olía como Caroline Forbes.
El parque Louis Armstrong era más grande de lo que ella pensaba. Estaba perdiendo la cuenta de cuánto había caminado. Baja los escalones que rodean la famosa estatua que preside el centro del parque y llega a la laguna del parque. Deja las molestas bolsas a un lado y se sienta cerca, dejando que el olor a hierba húmeda la rodee por completo.
-Veo que Louboutin sigue siendo tu debilidad-Esa voz a sus espaldas la hace sentir nerviosa-Si lo llego a saber te hubiese comprado algunos pares más.

-¿Ah sí?-Caroline se siente valiente y lo encara-¿Me los hubieses comprado para mantenerme contenta? ¿Quizás para que te perdonase por no cumplir tu palabra?-Ella tuerce los labios en una sonrisa maliciosa. En Mystic Falls se había pasado cerca de dos años rechazando y despreciándolo, así que esto no era tan difícil, o al menos eso es lo que ella pensaba- Si lo hubiese sabido me hubiese quedado más tiempo, seguramente ahora tendría una bonita colección de zapatos de suela roja
-Podrías tenerlos
-Ya lo estoy haciendo-Le dice señalando las bolsas, dándole a entender que no quiere nada de él, que ni siquiera lo necesita- Debes estar muy aburrido para estar aquí, siguiéndome-Recalca cada una de sus palabras sin entender cómo aún la sigue después de todo lo que ha pasado.
-No estoy aburrido, creo que simplemente no nos hemos puesto al día…
-No tenemos por qué ponernos al día. Tú y yo no nos debemos nada
-Cierto-La frialdad en sus palabras hace que Klaus sienta puñaladas- Anoche estabas espectacular con ese vestido-Caroline se encoge de hombros haciendo lo imposible para no sonreír, no iba a bajar la guardia.
Caroline se levanta con cuidado dispuesta a irse. Sus tacones se enredan en la hierba y la hace caer hacia atrás. Antes de que su espalda toque el suelo unos brazos fuertes la rodean. Caroline siente el cuerpo duro de Klaus contra ella, las manos en la parte baja de su espalda agarrándola con fuera pero con delicadeza, la respiración de cada uno chocando con la del otro.
-Esos tacones te van a matar cualquier día-Él murmura cerca de su boca, dejando a Caroline en la hierba, colocándose encima de ella. Seguramente cualquier persona que pasase por allí pensaría que eran dos adolescentes hormonados dando rienda suelta a su pasión, pero ellos estaban lejos de ser adolescentes. La piel de porcelana lo tienta, pero sabe que si la toca estará perdido.
Caroline lo mira fijamente esperando a que se quite de encima, realmente quiere darle las gracias por atraparla antes de caerse. Sus pensamientos salen volando cuando la mano de Klaus se instala en su cadera, acariciando el hueso prominente. Klaus siente el fuego recorrer sus venas cuando la toca, un fuego que le hace arder de dolor y de deseo.
-Creí que había olvidado cómo se sentía acariciar tu piel-Caroline lo mira fijamente, desconcertada ante esa declaración, una declaración que hace que su corazón quiera salir de su pecho.-Eres jodidamente perfecta-Sus manos se retiran de sus caderas con suavidad hasta sus manos y las entrelaza con las suyas, algo que Caroline no rechaza -¿Te acuerdas de la primera vez que te toqué?-Se inclina un poco y roza su garganta con los labios-¿Y la primera vez que te besé?-Ella niega con la cabeza, aguantando su mirada y él le da esa sonrisa lobuna que tanto le gusta-Te haré recordar Caroline
Él le promete con la voz ronca, y ella es incapaz de moverse ni un solo centímetro, capturada por el eco de sus palabras, y la sangre golpeándole con fuerza en los oídos. A cámara lenta Klaus se lleva la mano a sus labios en un movimiento increíblemente amable. Cierra los ojos ante el contacto. Por supuesto que se acuerda del primer beso: eran un lío de labios, manos y ropa volando por los aires. Caroline sigue los movimientos de Klaus con la mirada, sorprendiéndose de cómo un simple beso la hacía sentir tan mujer.
Despacio, como un lobo acechando a la presa, se acerca a sus labios. Ella lo mira con los ojos abiertos justo en el momento en el que su barba roza su garganta. Su mente se queda en blanco sintiendo un hormigueo empezando a subir por su columna vertebral. Incluso se le escapa un suspiro que hace sonreír a Klaus.
Klaus sonríe encantado por lo que ve en ella. Los ojos de Caroline se escurecen por el placer al tiempo que lucha para mantener todas sus emociones alejadas, impidiendo que puedan atormentarla. Pero por mucho que ella tratase de negarlo, el deseo estaba allí, brillando con fuerza en sus ojos azules. Su cuerpo parecía responder a la perfección ante él. Retorciéndose en cada caricia y beso. Caroline contiene el aliento con fuerza y lo mira a los ojos
-Ni lo sueñes Mikaelson
Murmura y es en ese momento cuando Klaus la ve, los ojos de Caroline brillan en el deseo, pero no en la lujuria de un vampiro apagado. Sacude la cabeza ante lo que ve y cuando trata de asegurarse Caroline se escapa de entre sus brazos, dejando tan sólo el olor a su perfume. Ese que le hace perder el control.
Caroline avanza entre la multitud con las bolsas colgando de sus manos y la cabeza dando vueltas ¿Qué había sido eso? ¿Por qué había reaccionado así? Sacude la cabeza y se ríe para sí misma. Contrólate, Caroline. Llega a la casa de Marcel, o mejor dicho, la casa que alguna vez fue de los Mikaelsons y deja pila de ropa en su habitación. Se prueba la ropa delante del espejo antes de guardarla en el armario, una manía que tiene desde pequeña.
-Te ves bien-Caroline se da la vuelta en sus tacones turquesa encontrándose con la mirada de Marcel-¿Un día productivo?-Le pregunta mirando las bolsas, pero su mirada se queda atrapada en las largas piernas de Caroline. Esa minifalda negra y ajustada sería capaz de revivir a los muertos.
-Bastante-Sonríe metiendo algo de ropa en el armario, buscando cómo acomodarla-Nueva Orleans me gusta más de lo que pensaba…¿y tú? ¿qué tal el día?- Marcel abre los ojos sorprendido, no esperaba que Caroline se preocupase por él. Y realmente no lo hace, a ella no le importa, lo único que le interesa es mantenerlo contento y confiado.
-Mañana hay un festival de música-Le dice mirándola de reojo-Músicos, puestos de comida…todo financiado por mí así que tenemos que ir
Caroline asiente antes de que Marcel salga por la puerta, sabe que no tiene elección que ese ‘’tenemos’’ no es una invitación. Guarda la ropa en el armario y se tira de espaldas en la cama, mirando el techo y pensando en los acontecimientos del día.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro