THE QUEEN OF NEW ORLEANS

CAPITULO 10 - PARTE 2

Cap. 10.3: Ice cream
-----Davina-----

Oigo toda la conversación que ha tenido Marcel con Caroline ¿Enserio ha apagado su humanidad? Siento asco por todo lo que está haciendo Marcel, pero tengo que ser agradecida con él, al fin y al cabo fue él quien me sacó a mí y a mis padres de la pobreza que nos consumía. Mis padres accedieron enseguida a dejarme a cargo de Marcel quien se presentó con su sonrisa encantadora afirmando ser un tutor. Mis padres tan ingenuos…

Me acerco a la estantería repleta de libros y veo algunos nuevos. Marcel suele hacerme regalos para tenerme contenta y hacerme olvidar que me ha arrebatado la libertad. Ciertamente, Marcel es como un padre sobreprotector que no deja que sus hijos vean la luz del sol, pero realmente siempre ha cumplido su palabra, nunca me ha faltado de nada, nunca he estado sola, he tenido una buena educación desde casa. Sólo que todo esto no era gratuito, yo , como ‘’agradecimiento’’, tengo que trabajar para él.

-Davina-Marcel irrumpe en mi habitación sin llamar a la puerta, algo que odio pero que él hace constantemente- En este sobre está el pelo de Caroline, necesito una especie de hechizo localizador, para que si vuelve a Nueva Orleans lo sepamos rápidamente…

-He escuchado la conversación-Le digo quitándole el sobre de sus manos y poniéndolo en la mesa-Caroline sonaba muy segura de sí misma…realmente ¿Crees que sería capaz de volver? Sus palabras eran decididas…
-Pero ya sabes lo que dicen pequeña, más vale prevenir que curar-Me da un tierno beso en la frente y se vuelve para sentarse en la cama esperando que realice el hechizo.

Saco de Caroline del sobre, coloco velas, sal y un mapa. Marcel se cruza de brazos y le sonrío levemente, sé cuánto le sorprende a Marcel el poder de las brujas. Empiezo a leer las palabras en alto, haciendo que las velas se enciendan y el mechón de pelo de Caroline viaje por el mapa. Coloco una barrera de sal rodeando Nueva Orleans; un hechizo perfecto.

-Ya lo tienes-Le entrego el mechón de pelo a Marcel y él sonríe satisfactoriamente- Si vuelve a Nueva Orleans, el pelo comenzará a arder, cuánto más se acerque más grandes serán las llamas-Mete el pelo en una cajita de cristal y se da la vuelta para dejarme sola en la habitación.

Suspiro arrepentida de lo que acabo de hacer y me meto en la ducha dejando que el agua me distraiga. Me pongo un vestido y lleno mi bolso de cosas inútiles. Cierro la puerta de mi cuarto con un hechizo y abro la ventana. Me siento en el borde de la ventana y cierro los ojos al dejarme caer de esos 8 metros, antes de caerme al suelo de bruces, mi propio hechizo me frena a medio metro del suelo.

Camino por las calles, atravesando los parques que llenan Nueva Orleans, esquivo una pelota con la que un grupo de niños juega fútbol. Sonrío nostálgica, yo nunca tuve la oportunidad de aprender ningún deporte o de jugar con otros niños. Pido mi helado favorito y me siento en un banco escondido entre varios arbustos.

-Ese sabor también es mi favorito-Doy un salto al oír la voz de Kol en mis oídos y me giro para quedarme frente a frente con él-Hola bruja

-Idiota…-Murmuro dándole la espalda-¿Cómo me has encontrado?

-Tengo un radar para las brujas, especialmente para esas que tienen un don natural para ponerse en peligro y luego desaparecer entre las calles-Me dice sentándose a mi lado mirándome de soslayo-Fue de muy mala educación, que lo sepas

-No me importa-Le digo mientras como mi helado y escucho como intenta no reírse-¿Qué te parece tan gracioso?
-Tú-Levanto las cejas mirándolo fijamente-Eres la bruja más graciosa, insoportable y maleducada que he conocido, y mira que he conocido muchas

-Bueno, cómo te resulto tan graciosa y maleducada, supongo que esto no te importará-Paso los dedos rápidamente por el helado y luego los paso por toda su cara, dejando manchas y caminos de helado

-Maldita bruja-Murmura limpiándose con la manga de la camiseta para luego mirarme traviesamente-Te juro que lo vas a pagar.

-----KOL-----

Ella me mira desafiante y la bola de chocolate de su helado se fragmenta, y varias bolitas de helado de chocolate impactan en mi cara y ropa. Ella ríe y se levanta del banco. Intento levantarme pero no puedo, es como si algo me estuviese presionando contra el banco. Davina no puede parar de reir mientras se dedica a jugar conmigo

-Tranquila Hermione, esto no dura para siempre, cuando salga de aquí te vas a enterar-Murmuro intentando levantarme del banco pero es imposible. Ella es demasiado fuerte-Que sepas que esto es feminismo señorita, no estamos en igualdad de condiciones.

-Está bien-Ella pone pucheros y en un momento siento que la presión desaparece. Corro hasta ella y me mira con el helado en sus manos, como si se quisiese defender con él-Te arrepentirás Kol Mikaelson

-Eso ya lo veremos-La agarro de sus manos intentando no hacerle daño y le quito el helado-No sabes lo vengativo que puedo ser-Rodeo sus hombros con mi brazo impidiendo que se pueda mover. Me sorprende lo pequeña que se ve dentro de mi abrazo. Con el brazo libre acerco el helado a su cara y ella abre los ojos sorprendida y me mira con cara de cachorrito mojado-Eso no te va a servir-Presiono el helado contra su cara varias veces, dejando lunares de chocolate

-Te odio-Murmura frotando su cara contra mi chaqueta para limpiarse las manchas- Niñato prepotente…

-Igualdad de condiciones ¿recuerdas?-Le digo mirando en mis bolsillos y le acerco un pañuelo para que se limpie del todo. Me lo arranca de las manos y empieza a pasarse el pañuelo mientras se dirige al banco de nuevo

-Eres un buen entretenimiento…quizás puedas servir de payaso para fiestas de niños-Me dice haciendo desaparecer lo que quedaba del helado entre sus manos. Se acuesta boca arriba en el banco y me río al verla -¿De qué te ries? Puedo dejarte encerrado en este parque para siempre-Me dice cerrando los ojos

-Nada, eres como una muñeca, tus pies ni siquiera sobresalen del banco-Ella abre los ojos y me hace un gesto con el dedo corazón, indignada vuelve a cerrar los ojos-Eso no son gestos para una señorita-Le digo intentando picarla.

Ella vuelve a hacer el mismo gesto y sin poder evitarlo, me acerco al banco, colocándome encima de ella. Ella abre los ojos extrañada y me pone la mano en el pecho, y antes de que pueda hacerme algo agarro sus dos muñecas con una de mis manos. Mi otra mano baja por su brazo hasta llegar a su costado, me detengo y empiezo a hacerle cosquillas.

-¡NO!-Ella se retuerce debajo de mí intentando soltarse. Hundo mi mano en su costado haciéndole cosquillas en cada centímetro. Su risa contagiosa llega a mis oídos haciéndome reír a mí también. Se rie largo rato hasta que de pronto empieza a sollozar-¿Qué pasa?¿Te he hecho daño?-Le pregunto preocupado al ver las lágrimas correr por sus mejillas. 

-Tengo que contarte algo Kol…-Me dice separándose un poco y secándose las lágrimas. Toma aire inflando sus mejillas y me mira fijamente- Yo…yo…-Empieza a tartamudear-Yo trabajo para Macel y sé todo lo que está pasando.

Mis ojos se abren con furia y en un segundo estoy sobre Davina con mis manos rodeando su cuello, asfixiándola y clavando su espalda contra el banco de madera. Ella me mira pálida con los ojos abiertos mientras boquea como un pececito buscando aire

-Maldita…-Aprieto más fuerte su cuello y sus diminutas manos blancas se apoyan sobre las mías intentando escapar-¿Sabes cuanto daño nos ha hecho a mí y a mi familia? ¿Sabes a cuántas personas hemos perdido por su culpa? Más te vale que me des una buena razón para que no arranque tu bonita cabeza…

-Puedo ayudarte Kol…-Susurra casi sin aire y aflojo la presión de su cuello. Quiero matarla, quiero regodearme en su muerte y decírselo a Marcel, quiero que pague por lo que ha hecho, pero no puedo

-¿Y cómo se supone que vas a ayudarme? ¿Traicionándonos aún más?

-Caroline…-Cuando dice su nombre suelto su garganta pero la sigo aprisionando bajo mi cuerpo- Sé dónde está …
-Más te vale que no sea una trampa, porque si lo es llamaré a Nik y te aseguro que el no va a tener ningún tipo de compasión contigo

-No lo es…-Se mete la mano como puede en el bolsillo trasero del pantalón y saca un sobre-Marcel me pidió que encantara a Caroline, una especie de hechizo localizador que lo advertirá por si Caroline vuelve a Nueva Orleans, Marcel le dijo a Caroline que no podía volver, ni aquí ni a Nueva Orleans…-Abre el sobre y deja caer unos mechones de pelo rubio que reconozco al instante y saca un mini mapamundi-La puedo localizar….

-Hazlo…

-Sujeta el mapa-Me dice depositando el mapa en mis manos y me doy cuenta de lo mucho que tiemblan las suyas, y aunque en otro momento me gustaría cogerlas, ahora sólo siento desprecio. Ella tira el pelo de Caroline sobre el mapa, y empieza a hablar con un tono ronco. De pronto en el mapa comienza a dibujarse una línea roja desde Nueva Orleans que poco a poco va avanzando hasta Europa. Ella desliza los dedos sobre esa línea-Londres, va a Londres…

-Trae-Le arrebato el mapa de entre las manos y lo meto en mi cartera, asegurándome de que está todo en orden

-Kol…-la voz débil de Davinia hace que me gire a mirarla, las lágrimas bajan por su mandíbula, seguro que es algún truco-¿Me perdonas? Te juro que quería decírtelo antes, pero no podía, perdóname…

-Davina…tú para mí estás muerta-Le digo antes de levantarme del banco y empezar a caminar. Escucho como rompe a llorar y cómo se agita su respiración, pero aun así no me paro, suena a rota pero yo no tengo tiempo de arreglar nada.

Me dirijo hasta el aeropuerto, el vuelo a Londres ya ha salido. Tengo que esperar 8 horas hasta que salga el siguiente, pero no importa, estoy dispuesto a esperar el tiempo que haga falta. Una niña de unos 6 años se sienta a mi lado, con los ojos grandes y el pelo lleno de tirabuzones, me recuerda a Davina, pero ahora no puedo pensar en ella. Tengo que ir por Caroline, voy a traerla de vuelta a casa…