Part 13
THE QUEEN OF NEW ORLEANS
CAPÍTULO 8 - PARTE 1
Capítulo 8: MoNSTERS
-----------CAROLINE-------------
-Esther…¿Cómo es posible…? Tú estás…
-Muerta-Me interrumpe-Sí, lo estoy-Sonríe cínicamente y avanza un poco hacia mí-Simplemente tomé prestado este cuerpo, no puedo materializarme por completo, pero puedo tomar cuerpos. Al ser una bruja original puedo hacer cosas que otras brujas no pueden…Ah, el plano sobrenatural es tan complejo…Me sorprendió mucho verte por aquí, cuando te mordió el hombre lobo no pensé que Kol te iba a encontrar tan rápido.
-¿Cómo sabes lo del hombre lobo?¿Por qué estás aquí?
-Desde el otro lado puedo verlo casi todo. Es como si una pequeña pantalla separase el mundo de los vivos y el de los muertos…El hombre lobo..¿crees que fue una casualidad que te encontrase? ¿Justo poner un pie en Nueva Orleans?-Su voz cada vez es más suave, lo que hace que me de algo de miedo-Pensé que eras más lista. Yo avisé a Marcel de que venías, le dije que contigo a tu lado Klaus se crecería en poder, y yo no podía dejar que nadie se entrometiese en mi camino, pero llegó Kol, mi hijo rebelde, a salvar a la damisela en apuros como siempre…
-Tú…tú mandaste al lobo, por tu culpa casi muero, bruja-Mis colmillos sobresalen al mismo tiempo que las venas bajo mis ojos.
- Tranquila, no olvides que esto sólo es un préstamo-Me dice señalándose a sí misma-No me matarías a mí, sino a ella, y tú no quieres ver tus manos manchas de sangre ¿verdad?-Sonríe maliciosamente y luego se pone seria-Yo no mandé al lobo a morderte, fue Marcel, creyó que serías una gran amenaza para sus planes de control sobre esta ciudad, pero en realidad es una gran ventaja que Kol llegase a tiempo…-Arqueo las cejas confundida y ella se sienta en el banco que hay justo en frente-No sé cómo ni porqué pero Marcel se ha encaprichado contigo, y eso mantendrá a Klaus tan ocupado que no me vendrá venir…
-Son tus hijos Esther, Klaus nunca se va a distraer…-Digo casi con amargura. Si alguna vez, Marcel viniese a por mí ¿él vendría a por mí?-¿Cómo puedes querer esto para ellos? ¿No te bastó con ver la cara de decepción de Elijah? ¿La desolación de Rebekah al perder otra vez a su madre? ¿No puedes, simplemente, alegrarte de su felicidad?
-¿Alegrarme de qué exactamente? No sé si te has percatado, pero ellos son monstruos Caroline, yo he creado unas máquinas de matar. Aquí, en el otro lado las brujas y otras comunidades me señalan con el dedo por haber desafiado a la naturaleza parar crearlos, he creados monstruos que han arrasado con ciudades enteras y que han bebido hasta la última gota de sangre de los más inocentes…
-Eso fue al principio…la sed de sangre te consume hasta el punto que crees enloquecer por una gota, por muy mísera que sea. Necesitas que alguien te ayude a controlarte, a que guie tus pasos, y ellos nunca tuvieron eso…Hay algo que no entiendo ¿Cómo una madre que es capaz de desafiar las leyes de la naturaleza, para proteger a sus hijos, ahora sólo quiere matarlos?
-Debes saber, que nosotras, las madres, a veces cometemos locuras por nuestros hijos, depositamos una fe ciega en que nuestros actos sólo serán para su bien, pero nos equivocamos, y yo me equivoqué terriblemente al otorgarles la inmortalidad, tal vez tú no lo entiendas Caroline, pero ellos merecen morir…
-Dios mío ¿Cómo puedes hablar así de tus hijos? Ellos son los mismos que alguna vez fueron tus pequeños, los mismos que correteaban jugando y riendo ¿No puedes simplemente mantener eso contigo? Si matas a alguno de tus hijos, estarás condenándonos a todos, todos moriríamos, y padres perderían a sus hijos, los hijos perderían a sus familias…
-Caroline, sólo he venido a por ellos, Marcel y yo hemos encontrado una forma muy eficaz de acabar con Niklaus y con todo lo que ha traído al mundo, sin que se vincule con los demás. lo sentiré por mis otros hijos, pero tienen que aceptar su destino, ellos no pueden quedarse mucho más tiempo
Mis ojos se empañan, y pienso en la risa de Rebekah, en sus abrazos con Stefan, sus discusiones con Kol. Los trajes de Elijah, el café frío con doble de nata que me prepara por la mañana acompañado del periódico. Pienso en Kol, en su sonrisa ladeada mientras me acaricia las mejillas, los abrazos que nos hemos dado, las fotos en un fotomatón de dos metros cuadrados. Pero sobre todo pienso en Klaus, en la forma de sonreírme cuando estamos a solas, en cómo me besa y me abraza, en cómo me toca…
-No puedes hacerlo, Klaus no te va a dejar…¡Klaus lleva mil años intentando reunir a la familia que tú y Mikael le arrebatasteis! ¡No va a permitirte ni siquiera acercarte a ellos!! Tanto tiempo que has pasado en el otro lado y ni siquiera te has tomado la molestia de observar a tus hijos y conocerlos
Oh,-Se lleva la mano teatralmente al pecho y luego sonríe-Estás enamorada de mi hijo…Pero eso es normal, es tan fácil dejarse seducir por el lujo y el poder ¿Verdad?-Mi corazón late con fuerza ¿enamorada? No lo creo. ¿Quererlo? Demasiado. La gitana se acerca a mí como si fuese una marioneta y se para a escasos centímetros- Conozco a mis hijos, y sé todo sobre ellos. Tú crees conocerlos, pero déjame enseñarte lo que no sabes
Su dedo toca mi frente y en ese momento la oscuridad me engulle. Cuando abro los ojos el inmenso cielo azul se extiende sobre mí; la cabeza me duele horrores, como si hubiese bebido hasta perder el sentido. Me incorporo poco a poco, y me doy cuenta que estoy en la hierba, pero éste no es el jardín de Klaus ¿Dónde está Esther? A lo lejos, un claro rodeado por varias casas es lo único que diviso. Mis pies se mueven hasta allí, las casitas parecen sacadas de cuento antiguo, pero cuando intento acercarme más una pared transparente me lo impide.
-¿Eso es lo más rápido que puedes correr?-Mis ojos viajan rápidamente hasta el origen de la voz y me encuentro con Kol. Sin duda no es el Kol de ahora. Lleva el pelo por debajo de las orejas, algo ondulado. Sólo lo cubre una pequeña camisa blanca y unos pantalones oscuros
-Dame la cinta Kol-Una Rebekah con el pelo hasta la cintura corre tras él intentando subirse a su espalda- Si no me las das, se lo voy a decir a Nik-Rebekah solloza y las lágrimas empiezan a caer por sus mejillas-Por favor, las necesito
-¿Decirme qué?-Esa voz la reconocería en cualquier lado, y ahí está él, con el pelo alborotado casi a la altura de los hombros, vestido con un chaleco y pantalones, y con una especie de cuchillo curvo colgando de sus pantalones
-Nada, Rebekah es una idiota-Kol refunfuña y le entrega unas cintas de colores a Klaus para luego dirigirse a Rebekah-Eres una tonta, si sigues llorando no tendrás marido nunca, no nos gustan las mujeres lloronas…
-No se lo tengas en cuenta Bekah-Klaus coge a su hermana en brazos, son de la misma altura, pero es como si ella no pesase nada para él, y la sienta en unos escalones de piedra, sentándose detrás de ella-Ya sabes cómo es Kol…Estoy seguro de que todos los chicos del pueblo querrían estar contigo-Klaus le trenza el pelo a Rebekah con las cintas, y yo suspiro entendiendo en cierta medida la devoción que se tienen el uno al otro-Además, no necesitas a un marido, yo siempre estaré contigo-Le dice colocándole unas flores alrededor de las trenzas y depositándole un suave beso en la frente
-¿Ves?-La voz de Esther me sobresalta. Ella está a mi lado, totalmente materializada, con las manos apoyadas en aquella pared transparente-Tengo buenos recuerdos de mis hijos, eran tan especiales Caroline, todos y cada uno de ellos…pero Niklaus era mi perdición-Me sobresalto al oir su confesión- Yo quería a Niklaus por encima de mis otros hijos, él no era de Mikael, ni siquiera ellos eran sus verdaderos hermanos-Me estremesco al ver a Klaus y Kol jugando con Rebekah-Pero tenía un corazón tan puro, que los amó por encima de todas las cosas. Incluso, creía que Niklaus quería a mis otros hijos más de lo que yo lo hacía; lo sigo creyendo hasta hoy…
-Eso explicaría muchas cosas-La interrumpo, sin poder quitar la mirada de la estampa. Kol juega con Rebekah mientras ésta ríe como una loca entre los brazos de Klaus, quien no la suelta en un solo momento, dejando que Kol cosquillee los pequeños pies de Rebekah- No puedes llenarte la boca con palabras de amor, cuando ni siquiera amabas a tus hijos por igual. Klaus siempre quiso ser aceptado, impresionar a Mikael, que éste lo reconociese como su hijo, pero tú, tú ni siquiera le tendiste una mano…
Todo se vuelve oscuro, y el eco de la risa de Rebekah retumba en mis oídos. Segundos después estamos frente a la ventana de una casa, intuyo que estamos en el mismo sitio, porque las casitas parecen de cuento, y están hechas con los mismos materiales.
-Eso ha sido fantástico-Una voz femenina suspira al tiempo que deja escapar un leve gemido-Es una lástima que no puedas quedarte…mi madre está apunto de llegar…-Va a seguir hablando cuando el llanto de un bebé interrumpe-Oh, ya estás despierto mi pequeño...-La voz se hace mas nítida, y la mujer de largos cabellos negros se inclina cerca de la ventana para coger un bebé que llora y se retuerce en sus manos. Cuando se da la vuelta me quedo en shock
-¿Elena?
-No, no es tu amiga, ella es Tatia, la mujer por la que mis hijos se peleaban-Esther habla y centro mi mirada en Tatia, tiene unos rasgos más exóticos que los de Elena, unos pomulos altos, lo único que la diferencias son sus ojos que oscilan entre el verde y el azul
Elijah se acerca por detrás y le besa el hombro desnudo, ella sonríe con el bebé en brazos y parecen una familia tan feliz. Se besan en la boca por última vez, y él sale de la casa colocándose los ropajes. Se me escapa un gritito cuando mi mirada se fija en la ventana de enfrente; es Klaus, él ha visto todo. Ha visto a su hermana con Tatia
-Klaus…-Susurro llevándome la mano al corazón. Sus ojos son tristes y brillan por las lágrimas que están a punto de salir de sus ojos. Para mi asombro, el se recompone, se coloca el chaleco y toca la puerta
-Nik…-Ella se abalanza sobre él, poniendo sus brazos alrededor de su cuello y yo siento ganas de romper la pared y sacarla de ahí por los pelos ¿Cómo se puede jugar así con ellos? –Te extrañaba, perdón por no avisarte, pero mi madre se encontraba en casa…Pasa…-Susurra seductoramente contra sus labios y lo arrastra dentro de la pequeña casa.
-Para ti-Saca de su bolsillo una pieza de madera, un lobo tallado perfectamente, el pelaje detallado y el hocico del lobo desprende ferocidad
-Me encanta! Es precioso…-Lo vuelve a abrazar y esta vez lo empuja sobre la pequeña silla que está frente a nosotras, lo besa con pasión y me dan arcadas al saber que es una pasión fingida. Cómo puede fingir?. Ella gime cuando Klaus besa su cuello, y yo cierro los ojos, no quiero seguir mirando
-Niklaus sabía que Tatia también se veía con Elijah, Elijah nunca lo supo hasta años más tardes, pero a Klaus no le importaba, no le importaba compartirla si así podía tenerla, y ese amor tan puro, genuino y pasional fue el que me permitió darles la inmortalidad a mis hijos…
Todo se vuelve negro y me agarro la cabeza, a mi alrededor todo da vueltas y siento que voy a vomitar. Abro los ojos al sentir la mano de Esther en mi hombro, ya no estamos en la pequeña aldea de casitas de madera y piedra. Delante de mis ojos la nieve cae, el paisaje está desolado, no hay nada ni nadie, nadie excepto Kol, Kol y una pila de cadáveres.
-No te muevas, no grites-Le dice a la joven quien asiente con la cabeza varias veces como si estuviese poseída-Intentaré que no te duela-Los ojos de la joven reflejan miedo, Kol se coloca detrás de ella y empieza a soltarle lentamente el corsé que cubre su parte superior, cuando la despoja de él le da la vuelta, y tras evaluarla sonríe- No tiembles por favor, esto no es tu culpa, es culpa de tu padre que cree que ser el Rey de Inglaterra le da derecho a perseguirnos, a quemar mujeres inocentes acusándolas de brujas…-Kol le acaricia la cara-Eres preciosa, y siento que tenga que hacer esto
Los colmillos de Kol brillan y se hunden en el pecho derecho de la joven, ella se convulsiona y las lágrimas corren por sus mejillas, se está muriendo y no puede hacer nada por evitarlo, sólo puede quedarse a esperar la muerte. Cuando el diminuto cuerpo casi no se mueve, Kol saca un cuchillo de su pantalón y en un rápido movimiento decapita a la joven. El cuerpo se desploma en el suelo mientras Kol tiene su cabeza entre las manos.
-Lo siento Elizabeth, eras increíblemente preciosa-Mete la cabeza de la joven en la bolsa de cuero marrón y escribe una pequeña nota en ella-Pero tú nos harás un gran favor, a mí y a mi familia…
Mis ojos se apartan de la escena, no puedo seguir mirando. Tiene que ser algún truco de Esther, esto no puede ser verdad, porque si fuese verdad ¿por qué no parar a sus hijos hace años? Mi mente viaja hasta Kol, intento recordar sus abrazos, sus palabras cálidas en mi oído, sus manos acariciando las mías. Él no puede haber hecho esto…
-¿Ves Caroline? Mi hijo Kol es un monstruo al igual que sus hermanos. Aunque debo decir que fue una buena solución. El rey nunca más volvió a la caza de brujas y vampiros, lo cual me benefició a mi también
Klaus y Elijah llevan su pelo largo, ambos vestidos con ropaje de finales del siglo XVIII. Ambos se miran con una sonrisa de complicidad, Klaus se aleja de la gente, acercándose hacia nosotras, al final de la sala. Suspiro, el no puede vernos, pero me encantaría poder hacerlo, y así decirle que pare con todo esto, que esto está mal.
-Tienes tres segundos para decirme todo lo que sabes-La voz de Klaus es ronca, arrastra las palabras y se relame los labios-Si no me dices donde está, ten por seguro que esta noche no volverás a casa, y tus hijos seguramente duerman bajo tierra-Un escalofrío recorre mi columna vertebral y recuerdo cuando Elena me contó que Klaus mató a toda la familia de Katherine. Elijah se acerca al hombre y sin dejar que hablase le arranca el corazón, manchando de sangre la pared que está justo a nuestro lado.
Esther se ríe amargamente y sé que quiere hundirme, que quiere hacerme daño. Desea que salga corriendo de allí, asustada de los vampiros que ha creado, pero no lo voy a hacer, me he pasado casi dos años juzgando a Klaus y su familia, ellos me han demostrado que podían cambiar y lo han hecho.
-Son cosas en el pasado, tus hijos han cambiado y lo sabes. Han ayudado a las personas que más los han traicionado. Nosotros tratamos de matarlos tantas veces…demasiadas, y ellos nos han perdonado. Tú solo te empeñas en buscar los malos recuerdos para decirte a ti misma lo malos que son tus hijos, lo crueles y despiadados que son.
-Mis hijos siguen siendo así Caroline, al igual que tus amigos en Mystic Falls, la gente cambia pero los hábitos no ¿Cuánto tiempo estuvo Stefan para aprender a controlarse? Eso sin contar, que si se descontrola es un destripador ¿Cuánto tiempo llevas convenciéndote que la dieta del conejito y la sangre B+ es lo ideal? –Ella sonríe despiadadamente, pero yo no me asusto, sigo firme-Es increíble ver el cariño y amor que sientes hacia mis hijos, seguro que estarán muy agradecidos.
-Ellos han cambiado; Elijah es el ejemplo a seguir de sus hermanos, Kol ha vuelto de la muerte gracias al trabajo de sus hermanos para traerlo de nuevo, Rebekah por una vez en su vida se siente querida fuera de los lazos con sus hermanos, y Klaus…él simplemente ha cambiado, ya no se deja llevar tanto por sus impulsos e instintos…
-Me encantaría seguir hablando contigo Caroline-En un parpadeo estamos de nuevo en el jardín de Klaus, y ella vuelve a estar dentro del cuerpo de la gitana-Pero tengo que irme, pero antes quiero hacerte un regalo…-Sus labios se vuelven a curvar en una sonrisa cínica mientras el cuerpo de la gitana convulsiona, toca mi frente con su dedo índice y el cuerpo cae inerte al suelo.
Cap 8.2: Trance
-----CAROLINE-----
Intento acercarme a la gitana, pero desde aquí sé que está muerta, mis piernas cada vez pesan más hasta que caigo al suelo, justo al lado de la mujer. Todo se vuelve negro en una espiral confusa que se mueve a la velocidad de la luz. Cuando me incorporo estoy en el bosque de Mystic Falls
-¿Elena?- Es mi voz pero no soy yo la que llama a mi mejor amiga. Delante de mí aparece una copia mía, con ropa de hace ya algún tiempo. Mirando a los alrededores con el pelo completamente despeinado-No me hagas esto Elena, soy más fuerte que tú y no quiero herirte-Recuerdo este día, fue dos días después de que Elena apagase su humanidad. Ese día Elena casi acaba conmigo y con mi madre.
Mis pies se empiezan a mover a una velocidad vertiginosa, y no puedo pararme. Me llevan hasta la mansión de Klaus y me sorprendo ¿qué hago aquí? Me quedo frente a la ventana sin poder moverme. Entonces diviso a dos figuras.
-Yo estaba en Nueva Orleans buscando información sobre mis padres, Katherine me encontró y dijo que me podía ayudar
Hayley, la loba amiga de Tyler..¿qué hace ella aquí? Se pasea por el estudio de Klaus toqueteando algunos cuadros con desdén, con una mano en la cintura y sosteniendo una copa en la otra.
-Odio esto…demasiado-Dice pasando los cuadros sin detenerse si quiera a mirarlos, si en algún momento de su vida se parase a mirar algo de lo que hace Klaus, le resultaría hermoso.
-Pintar es una metáfora del control, cada elección es mía, el lienzo, el color…
-¿Así que esto es lo que haces?-Ella se acerca a su rostro y yo siento ganas de sacarla lejos de allí-Enseñarle a las chicas unas pocas pinturas mediocres, gimotear sobre tu infancia,¿ y yo me desmayo y cuento mis sucios secretos?
Ella habla de Tyler, le pide que deje de cazarlo ¿qué le importa a ella? Ella traicionó a Tyler, hizo que Klaus matase a sus híbridos, y por tanto propició la muerte de la madre de Tyler. Siempre me dije a mí misma que la culpa era de Klaus, pero ahora me doy cuenta que es de Hayley. Klaus camina hacia ella hasta estar a pocos centímetros de su rostro, susurrando algo sobre los ayudantes de Katherine. Hayley sonríe, moviendo la copa en su mano y mirando hacia arriba.
-Vi lo realmente retorcido que eres-Ella se contonea hacia él mordiéndose los labios-
-¿Entonces que vas a hacer?¿te vas o te quedas?
Ella simplemente sonríe dándole a entender que se queda. Mi corazón se desboca cuando Klaus acaricia su mejilla ¿cómo puede ser posible? Ella gime bajo su tacto y el agarra sus piernas alrededor de su cadera, atrapándola contra su cuerpo. Ella lo besa como sino hubiese mañana, se arquea entre sus brazos y le quita ese henley que tanto conozco. Klaus la lleva hasta su habitación y en un momento está sobre la mesa. ¿Cómo he llegado hasta aquí sin moverme? Sus manos expertas recorren su cuerpo de una forma que nunca ha hecho con el mío, quiero cerrar los ojos pero algo me lo impide, tampoco puedo rodar la cabeza. El triángulo tatuado en la piel de Klaus se contrae y se expande en cada embestida, mientras que los gemidos de ella se instalan en mi cabeza.
Dios ¿cómo puede estar pasando esto? El mismo día que Elena intentó matarme , Klaus se fue con Hayley ¿cómo es posible que haya sucumbido a la chica loba? Quiero pensar que es una mentira de Esther, que simplemente me está manipulando, pero no lo es, sé que no lo es. La oscuridad se vuelve a apoderar de mí y suspiro aliviada de que se haya acabado. Cuando vuelve la luz estoy en el mismo bosque, delante de mí mi copia llama a Elena. Se está repitiendo la misma escena. Me intento tapar los ojos y no puedo, mi cuerpo no responde, sólo camina hasta la casa de Klaus y se queda mirando por la ventana, escuchando de nuevo los gemidos de Hayley.
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