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Part 11

HE QUEEN OF NEW ORLEANS

CAPÍTULO 6: PARTE 1

Cap.6: Rebekah

-----CAROLINE-----

Los días empiezan a correr con rapidez y Klaus pasa cada vez menos tiempo en casa, incluso ha estado varios días sin venir, ya ni siquiera cruzamos las miradas, está tan ausente... Por suerte Elijah me ha hecho un itinerario de visitas obligadas para conocer Nueva Orleans: museos, iglesias, cementerios, plazas, incluso algunas tiendas. Esta vez, además de Kol vendrá Rebekah.

Nunca he entablado una conversación de más de dos frases con Rebekah, siempre está a la evasiva o enfrascada en algún libro. Entiendo cómo debe sentirse con otra mujer en casa cuando ella siempre ha sido el foco de atención de todos sus hermanos. Rebekah es tan distante que nunca sabes dónde está la distancia media.

Rebekah y Kol están esperándome sentados en el sofá negro de la sala, ella está acostada con su cabeza en las piernas de Kol; lleva unos vaqueros tan minúsculos que hace parecer sus piernas infinitamente más largas. Sus ojos me examinan de arriba abajo y se incorpora poco a poco

-Espero que esas zapatillas sean cómodas-Me dice señalando mis pies; por lo que asiento mientras ella camina por la sala recogiendo algunas cosas-El coche viene en 10 minutos-Me dice y me dirijo a la cocina a por unas galletas y algo de agua.

Sonrío al recordar los momentos que pasé con Klaus en esta cocina y el dolor se apodera de mí; lo echo de menos; pero el parece no acordarse de mí. Nuestro último beso fue hace 3 tortuosos días.

-Caroline, tenemos que irnos, el coche ya está aquí- Agarro algunas cosas y tras dar la última mirada a la cocina salgo de allí.

Kol me está esperando con una sonrisa; y por primera vez me fijo en su cuerpo; tal vez porque es la única vez que lo ha mostrado de esta manera. Lleva una camiseta de asillas que se pega completamente a los músculos de su abdomen, tanto, que parecen pintados sobre la camisa. Las asillas revelan sus grandes brazos con los que fácilmente podría capturar a un animal. Me pregunto cómo será estar entre esos brazos

Nos acercamos al coche y me abre la puerta; Rebekah está sentada en el asiento contiguo con los auriculares puestos al máximo, dando golpes con sus dedos al ritmo de la música en sus muslos, mientras fija la mirada por la ventana. Kol se abrocha el cinturón de seguridad a mi lado, y no puedo evitar pensar en lo irónico que es que un vampiro se ate el cinturón. El coche arranca y pronto empezamos a dejar atrás a Nueva Orleans, los caminos pedregosos bajo las ruedas se transforma en tierra, y al poco rato aparece ante nosotros una arboleda de grandes árboles frondosos.

-Ya hemos llegado-Anuncia Kol al tiempo que Rebekah retira sus auriculares, los tres bajamos del coche y yo miro a mi alrededor sin saber qué hacemos en un lugar como este- Haremos una pequeña excursión hasta el claro que se encuentra en lo alto de esta montaña; se tardan unas tres horas, contemplaremos el claro y las vistas y volveremos a bajar para seguir con el itinerario de Elijah ¿de acuerdo?

Bueno, no me queda de otra así que asiento a ambos Mikaelsons y me pongo en marcha justo detrás de Rebekah y delante de Kol. Rebekah rodea los obstáculos; me doy cuenta que en vez de saltarlos o simplemente quitarlos de su camino prefiere rodearlos, como haría cualquier humano. Ella sonríe cada vez que el sol acaricia su cara, y sé que lo hace para sentirse un poco humana, ya que ella no puede sentirlo. Kol tararea canciones rock de los años 80 y 90; por lo general nunca me han gustado ese tipo de canciones, sólo algunas, pero en los labios de Kol todo suena bien.

Llegamos a un pequeño descampado y miro hacia arriba; todavía queda bastante pero mis ojos viajan por todos lados; desde aquí se puede ver toda Nueva Orleans, con sus estrechas calles, sus casas de colores y sus habitantes del tamaño de hormigas.

-Cuando éramos algo más jóvenes; antes de que todas esas personas se asentaran aquí, éste era nuestro sitio favorito-Y cuando dice nuestro sé que se refiere a toda la familia al completo-Ver todo desde aquí arriba es algo mágico; cuando Nueva Orleans no existía…

-Cuando aún no habíamos empezado a construirla-La voz de Rebekah nos hace girar sobre nuestros talones. Está sentada en un tronco caído con las manos en los bolsillos de sus diminutos vaqueros- todo era especial desde aquí arriba; el puerto del Misisipi era lo único que estaba en construcción; eso y algunas casas. Nik nos enseñó a hablar francés para que pudiésemos integrarnos; no nos fue difícil ya que habíamos aprendido idiomas más difíciles en menos tiempo.

Cada vez que Rebekah habla me siento transportada a la vieja Nueva Orleans. Recuerdo que antes de venir busqué información y me encontré una foto del Canal Street tomada en los años 20; los barcos de vapor atracaban en el puerto; mientras que algunas parejas caminaban por las calles.

-Nos quedamos destrozados cuando el Katrina arrasó nuestra ciudad; sobre todo Nik, él puso todo su empeño en cada ladrillo, en cada bloque. Fue como ver un castillo de cartas barrido por el viento.Aún así pase lo que pase, Nueva Orleans siempre mantendrá su esencia; sus calles seguirán siendo estrechas, oscuras, e irregulares. Siempre hay magia salpicando los rincones de Nueva Orleans…

-Deberías venir para Mardi Gras-La voz de Kol me saca de la historia de Rebekah. Me gusta cuando me cuentan historias como éstas.

-¿Qué es Mardi Gras?-Los ojos de Kol se abren expresivamente, como si fuese un extraterrestre por no saber lo que es

-Es el carnaval que se celebra en las calles de Nueva Orleans-Rebekah se acerca a nosotros algo más relajada mientras empezamos a subir la empinada montaña- Antiguamente, Mardi Gras, era el último día para disfrutar tanto de los placeres culinarios como carnales antes de la abstinencia de la Semana Santa y la Cuaresma. –Rebekah nos sonríe mientras sube por la colina- Aunque Mardi Gras ha cambiado un poco la dinámica es la misma; un desfile por las calles mientras las carrozas lanzan collares baratos, generalmente suelen ser morado, verdes o dorados que representan la justicia, la fe y el poder.

-Rebekah lo pinta muy aburrido-Me asegura Kol inflando las mejillas y sacándole la lengua a Rebekah, quien responde enseñando su dedo corazón-Los días antes Nueva Orleans se abarrota de gente, cuesta hasta respirar; fuegos artificiales, fiestas nocturnas a orillas del Misisipi, y una larga lista de fiestas; si vienes te prometo que no te perderías ni una.

Sonrío al tiempo que Rebekah encoge los hombros y sigue subiendo el resto de la colina. Cuando llegamos al final, los rayos de sol abrazan a Rebekah e iluminan su pelo. Nos hace un gesto con la cabeza para que la sigamos y tras sortear algunos obstáculos llegamos a un claro enorme rodeado de flores silvestres de mil colores que bailan con la brisa. Rebekah camina hasta el claro y se sienta bajo la sombra de un gran árbol contemplando las aguas estancadas.

No puedo evitar sentir envidia al mirar a Rebekah, es una belleza fuera de serie, como sus hermanos. Kol corre por mi lado hasta llegar donde Rebekah, una vez ahí se quita las zapatillas y la camisa. Madre mía, tiene un cuerpazo increible, nunca pensé que pudiese esconder todo eso bajo la camisa. Definitivamente, los genes Mikaelson son impresionantes.

-Estaremos aquí un rato-murmura Rebekah sacando un trozo de papel arrugado de su mochila-Bueno, según Elijah, el coche volverá por nosotros en una hora, como mucho una hora y media, tenemos un restaurante reservado justo en Piazza d’Italia-Su italiano es perfecto, en Mystic Falls teníamos varios compañeros italianos y había podido aprender nociones muy básicas-Para luego recorrer la Avenida Charles…

-¿Elijah está loco?-Kol está tan exaltado que le retira el papel de las manos a Rebekah y lo relee varias veces- Tiene que estarlo … Avenida Charles…¡qué horror!

-¿Qué hay de malo ahí?-Pregunto a ambos. Rebekah sigue mirando a Kol quien maldice entre dientes y se pone sus auriculares

-Es una gran avenida dedicada a las grandes marcas; tiendas de Dior, Chanel, Prima Donna, Prada…tiendas de souvernis, todo lo que una chica puede desear-Rebekah me mira y por primera vez me está sonriendo; a mí. No me lo creo-Se ve que Lijah ha pensado en nosotras -Me sigue sonriendo y miro a Kol, ajeno a nuestra conversación, enfrascado en una ruidosa canción rock que puedo oír desde aquí- Caroline…Elijah ha preparado esto para que te lo pases bien y dejes de preocuparte con, así que tenemos que disfrutarlo ¿de acuerdo?

Sonrío y mi corazón late con fuerza; el mayor de los Mikaelson ha tenido el detalle de prepararnos un itinerario para mí y Rebekah, y sé que en el fondo, parte del objetivo del viaje, es que me acerque un poco más a ella. Hablamos durante un rato y me doy cuenta de lo especial que es, de lo duro que debió ser crecer sola entre hombres en una época como en la suya. 

Rebekah eligió a Klaus por encima de todos sus hermanos, y lo hizo sin dudarlo. Me cuenta cómo fue pasar gran parte de su vida con él; me habla de la Revolución francesa, Rusia imperial, y los años 20; los últimos días con su hermano. 

-Me enamoré locamente de Stefan y no quería abandonarlo-sus ojos brillan, recordando perfectamente aquellos tiempos-Yo siempre había estado a la sombra de Klaus, era demasiado protector conmigo, pero aún así, a él le gustaba Stefan.-Hace círculos en la tierra con una rama- Me enfadé muchísimo cuando me sacó del ataúd, pero aunque no se lo haya dicho nunca, le estoy muy agradecida, sino hubiese sido por él Mikael nos hubiese seguido dando caza y Klaus no hubiese soportado perder a otro hermano.

-Nunca lo había visto de esa forma-Confieso. Nunca me había parado a pensar sobre los motivos que llevaron a Klaus a endagar a toda su familia- Siempre me dije a mí misma que Klaus lo hizo por puro egoísmo…Yo estaría horriblemente enfadada con mi hermano si me hubiese privado de vivir mi vida.

-No fue egoísmo, fue para protegernos-Mira su reloj y se pone en pie, colocándose bien la mochila a su espalda-Nik nos dejó vivir nuestra vida, es más, nos enseñó vivirla.

Me mira por última vez y le hace una seña a Kol para que se levante. Empezamos a bajar la colina con Kol pisándome los talones, sintiendo su respiración en la nuca; lo que me abruma aún más. Siempre he culpado a Klaus por cómo trata a sus hermanos, ni siquiera sabía que Mikael los perseguía por aquel entonces; yo simplemente me dediqué a señalarlo con el dedo y llamarlo asesino. Siempre seré una pretensiosa…
Al llegar abajo el coche nos está esperando, y tras apoyar la cabeza con el cristal me sumerjo en mis pensamientos, pensamientos que son ocupados por Klaus. 

-----ELIJAH-----

Elijah, estoy con Stefan, Marcel no está en la ciudad…seguiremos buscando
Klaus

Miro la hora en el móvil antes de meterlo nuevamente en el bolsillo. Marcel ha abandonado la ciudad de forma repentina, lo cual no es bueno. Falta media hora para reunirme aquí con Katherina, por su mensaje, debe ser algo urgente. Hace más de 8 días que no nos vemos, ni siquiera ha contestado a mis llamadas.

Me siento en la glorieta en la que siempre quedamos, se empieza a notar la llegada de la primavera; las flores ya no están tan marchitas y empiezan a recuperar su color. Katherina me tiene preocupado ¿habrá encontrado a alguien que la haya convertido en vampiro? ¿Qué puedo hacer yo contra eso? Si es así, entonces ¿para qué quiere verme?

A los 10 minutos me llega su olor, está a unos metros pero aun así puedo oler su perfume, todavía es humana. Sus tacones acortan la distancia, y la miro cuando está en frente mía con los brazos cruzados sobre el pecho, y el pelo ondeando al viento. Una bufanda rodea su cuello y unos guantes de lana le cubren las manos; así parece tan indefensa…tan humana.

-¿Qué ocurre Katherina?

-Una larga historia-Se sienta a mi lado y mira al frente con la cabeza bien alta, dejando al aire su nariz respingona- Antes que nada, quiero que me asegures la inmunidad frente a Klaus, sé que ahora mismo, estoy técnicamente fuera de su radar, pero prefiero asegurarme.

Yo asiento, pero yo ya había tenido esta charla con Niklaus, días después de regresar a Nueva Orleans le hice prometer, que pasase lo que pasase, Katherina no estaría involucrada en sus planes nunca más.

-He conocido a una bruja, ella mantenía contacto en secreto con Jane-Anne Deveraux –Me tenso un poco al oir el nombre de la bruja, no me gusta que Katherina se involucre con brujas, no mientras ella sea humana- Hay un pequeño problema…el velo que separa al otro lado corre peligro…

-¿Qué? Pero si la bruja Bennet se encargó de levantarlo de nuevo, se aseguró al completo de que eso no podría ocurrir, Katherine…Bonnie era una bruja Bennet, es imposible que eso esté ocurriendo ¿seguro que es fiable tu contacto?

-Elijah…-Su voz es suave pero sé que está preocupada- Las brujas Bennet son poderosas, mucho, aprendieron de la Bruja Original…pero no te olvides que en Nueva Orleans se esconden las brujas más poderosas… -su tono se vuelve cada vez más preocupante- No sé que planean las brujas intentando bajar el velo, pero si lo hacen, ten claro que toda criatura sobrenatural volverá a la tierra, entre ellas los cazadores…y Mikael...

-Katherina, voy a pedir que te quedes al margen de todo esto, no quiero que te involucres con ninguna bruja, ni vampiro. Te juro que cuando sepa algo voy a contártelo, pero por favor… mantente lejos, no dejes que te hagan daño-Susurro contra su sien antes de darle un rápido beso y marcharme de allí

Sus palabras resuenan en mi cabeza, no puedo dejar que Mikael vuelva al plano de los vivos, ni yo ni mi familia estaríamos a salvo, tengo que averiguar qué bruja quiere bajar el velo y porqué quiere hacerlo. ¿Cómo le voy a explicar esto a Klaus? ¿Cómo va a reaccionar? Niklaus no va a estar dispuesto a que mi padre nos de caza de nuevo.

Deja de buscar a Marcel, tenemos que hablar…

Elijah.

Cap.6.2: Tarot

-----CAROLINE----
Llegamos a Piazza d’Italia, y todo me resulta acogedor; casi todos los restaurantes tienen letreros de madera colgando de las farolas, con mesas alrededor de la plaza, bancos libres para contemplar el paisaje.
Entramos al restaurante que Elijah nos ha reservado, y nos sentamos en la mesa que tiene el cartel de reservado. Nos traen el vino más caro de la carta y sonrío al reconocer que es el vino favorito de Klaus. Sin ordenar nada, los camareros comienzan a traer algunos entrantes típicos de la zona. Rebekah me explica que la comida de Nueva Orleans es totalmente diferente a cualquiera otra del país, me dice que es una mezcla entre la comida española y cajún, con un toque africano.

-¡¡Hagamos un brindis!! Antes de que llegue el postre-Kol se levanta de su asiento y se pone de pie, mirándonos a mí y a Rebekah-Brindemos por tener a la familia de vuelta, por los buenos momentos que hemos tenido juntos y por Caroline-Me congelo al oír mi nombre y Rebekah choca su copa contra la mía, cuando Kol hace lo mismo sus ojos atrapan los míos y se lleva la copa a los labios sin dejar de mirarme.

Me sorprende que Rebekah haya brindado por mí, tal vez, algún día, podamos llevarnos bien. Para finalizar piden unas bananas Foster y me impresiono al ver el gran cuenco de metal ardiendo. Tras un rato las llamas se apagan y disfruto comiendo las rodajas de plátano bañadas en helado de vainilla, ron y miel.

-----KOL-----
Caroline y Rebekah no paran de moverse de una tienda a otra, cargando bolsas de un lugar a otro, le faltan tantas manos que hasta yo estoy cargando más de cinco bolsas. Caroline ha decidido buscar algo único y especial para sus amigos en Mystic Falls y Rebekah se ha ofrecido a ayudarla. Sé cuánto le cuesta a Rebekah asimilar esta situación, nunca esperó que otra mujer estuviese en nuestra casa.

Me arrastran de tienda en tienda mientras se prueban modelos de ropa y yo simplemente asiento con la cabeza. Caroline me sonríe saliendo del probador con un vestido blanco veraniego y un sombrero de paja con un lazo del mismo color que el vestido. Como si tuviese un imán no puedo evitar acercarme a ella.

Me mira inclinando la cabeza hacia un lado y a cada paso que doy me siento más hipnotizado por ella. Cuando estoy a su altura ella baja la cabeza. La tomo de la barbilla haciendo que me mire y sonríe levemente cuando retiro los mechones de su cara. Podría pasarme años tocando su cara y su pelo, pero Rebekah nos interrumpe cuando sale del probador con un vestido en forma de kimono.

¿Qué me está pasando?¿Por qué me he acercado así a Caroline? Me paso las manos por el pantalón, algo nervioso hasta que salimos de la tienda. La separación que hay entre nosotros me alivia un poco, aunque al mismo tiempo quiero acercarme otra vez. Compro dos rosas blancas a un hombre que las vende en medio de la calle y le doy una a Rebekah y otra a Caroline. Ella se coloca la flor en el pelo, haciendo resaltar aún más el color. 

-Voy a que esa gitana lea mi futuro-Me dice señalando a una mujer sentada en medio de la plaza con una gran bola de cristal y algunas cartas de tarot regadas por la mesa- ¿te apuntas?

-Está bien-No sé si es una buena idea, las gitanas de Nueva Orleans están al corriente de lo que ocurre en sus calles, pero aun así son muy susceptibles-Vamos-Le digo y Rebekah y yo la seguimos hasta que está en el puesto.

La mujer nos dirige una mirada de asco mientras toma las cartas en sus manos, y deja que Caroline las toque por encima. En ningún momento nos ha quitado la mirada, sabe lo que somos y no le gustamos. La mujer tira las cartas sobre la mesa, dejando algunas boca arriba para luego colocarlas en orden; le toma la mano a Caroline mirando fijamente su palma. Traga saliva y tira lejos la mano de Caroline

-Niña, debes irte de aquí-Grita la mujer recogiendo las cartas empezando a guardarlas en su bolsillo. La cara de Caroline sólo refleja confusión- La muerte te rodea, más de lo que ya lo hace, si quieres conservar tu luz vete de aquí…-Casi grita mientras mira a Caroline con horror, como si estuviese viendo a un demonio.

-Si vuelves a tocarla, o a levantarle si quiera la voz, te juro que te voy a arrancar las cuerdas vocales una a una, y luego voy a matarte lentamente. Será divertido ver cómo intentas gritar sin cuerdas vocales-Le digo sacando los colmillos, poniendo mi cuerpo entre ella y Caroline. Hasta que no recoge las cosas y se va no bajo la guardia- ¿Estás bien Caroline?

-Sí, sólo un poco confusa, no sé qué vio esa mujer en mi mano-Susurra escrutando su mano con los ojos, como si buscase alguna respuesta en ella-Sus ojos…sus ojos reflejaban miedo…estaba muy asustada…

-No te preocupes, las gitanas de aquí son muy dramáticas-Rebekah nos interrumpe fijando su mirada en el horizonte, justo por donde se ha ido la mujer-Voy a llevar todas estas bolsas al coche, en un rato vuelvo

Rebekah recoge todas las bolsas con las que cargamos y se aleja lentamente, sé que no sólo va a dejar las bolsas, dará la vuelta y perseguirá a esa gitana hasta que le diga que ha visto en las cartas y en Caroline. Está nerviosa y algo asustada, intenta mirar hacia otro lado mientras se retuerce las manos

-Caroline…-Le tomo las manos entre las mías y la miro fijamente a los ojos. Ella me dedica una pequeña sonrisa: la gitana tenía razón, está llena de luz-No te preocupes por nada ¿Vale?

-No estoy preocupada por eso-Me dice mientras sus ojos se clavan en los míos-Estoy preocupada por mí, por todos vosotros…Y si yo sólo he traído problemas viniendo aquí? ¿Y si os he expuesto a algo contra lo que no podeís?...Yo…

-No nos has traído problemas Caroline…-Acaricio sus manos y ella se deja caer sobre mi pecho-Aunque no te lo digan, nos gusta tenerte aquí-Su pelo me hace cosquillas en la nariz, pero no puedo soltarla, me gusta sentir su cuerpo contra el mío-Y puedes estar tranquila, no nos has expuesto a nada…además ¿con quién te crees que hablas? Somos una familia de originales, así que muestra un poco de respeto-Ella se ríe con mi tono de voz, y al hacerlo su cuerpo vibra bajo el mío...

-Gracias Kol-murmura separándose de mi pecho, y cuando se aparta, siento que se lleva una parte mía. ¿Por qué duele tanto tenerla tan cerca? ¿Por qué demonios no puede quedarse encerrada en su habitación? Bueno, aunque así lo hiciera, yo intentaría espiarla por la ventana-Vamos…-Me dice tirando de mi mano

Tira de mi mano hasta un fotomatón que hay escondido en una calle estrecha. Me mete en la pequeña cabina, por lo que no me queda otra que sentarme en la silla que hay delante de la cámara, haciendo que mis rodillas toquen con la cabina. Caroline se muerde el labio y se sienta en mis rodillas, cerrando la cortinilla tras de sí.

-Quiero tener algunos recuerdos…-Se coloca el pelo hacia un lado y su cuello queda totalmente a mi alcance-Vamos Kol sonríe, o no saldremos de aquí en toda la tarde-Murmura sacando la lengua y haciendo poses frente la cámara. Tras largos minutos se levanta de mis piernas, cosa que, en cierta medida, agradezco, ya que en mis pantalones se ha instalado un bulto por los movimientos de Caroline sobre mis rodillas. -Me encantan-Es lo último que dice tras recoger las fotos y meterlas dobladas en su cartera. Entrelaza mi brazo con el suyo y caminamos por la amplia Avenida.

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