Séptimo ronrrroneo.
El café sabía mal. No estaba frío, pero lo sentía un poco menos caliente de lo que le gustaba. Estaba cargado, pero le faltaba más sabor para disfrutarlo. Le había puesto un poco de leche, pero en realidad lo prefería sin ella. Eran dos bebidas que le gustaban, pero no cuando estaban mezcladas. Por eso el café sabía feo. A pesar de que media hora antes le hubiera encantado.
Yoongi se sentía frustrado y miraba su taza medio vacía, sin saber si eso le irritaba o le calmaba de levantarse y gruñir por el mal servicio. Quería que se llevaran su bebida y que le sirvieran otra, pero como no encontraba al mesero en su campo de visión, comenzó a creer que había cambiado de turno o que simplemente se había olvidado de él. Cualquiera que fuera la razón. Él no quería levantar la mano para que otro lo atendiera, pero necesitaba que le cambiaran su café. Tenía hambre y síndrome de abstinencia. También tenía mucho sueño.
Por eso, no detuvo a su animal cuando tomó el control de su cuerpo y se sentó sobre la mesa, calculando mentalmente un plan para hacerse notar. Como gato negro, y con los sentidos alertas, sentía cada pequeño movimiento a su alrededor, como las curiosas miradas que otros felinos le dieron cuando notaron que levantó la pata para estirarla hacia la taza.
"Haz ruido en donde quiera que estés, campeón".
Taehyung tenía razón. Casi siempre la tenía. Por eso no dudó en estirarse un poco más y tirar la taza hacia el suelo, logrando que se rompiera y haciendo que todos en el restaurante se giraran hacia él. Podía ver con satisfacción que un par de meseros se acercaban para atenderlo.
— ¿Gusta que le retire su plato, señor?
El pequeño gato negró bufó para sus adentros y le dedicó una mirada asesina a uno de ellos, ignorando al otro que limpiaba el desorden. Obviamente quería que levantara el plato. Ya se había comido la mitad de su pescado, no pensaba comerse la otra. Sabía mal. Era una ofensa incluso pensar que engulliría algo manoseado y frío.
—Miau—contestó con pulcritud, y levantó la pata con la que había tirado la taza, comenzando a lamerse entre los dedos y las garritas. El mesero asintió y partió por donde llegó, dándole privacidad para que siguiera con su respectivo aseo.
El resto del almuerzo transcurrió sin detalles. Yoongi ordenó la mitad de otro pescado para poder saciarse y también bebió del nuevo café que había preparado a su cambiante gusto. Cuando salió del restaurante, sintiéndose finalmente lleno, se lamentó por su molesta actitud ya que nuevamente había dejado la mitad de la mitad de su pescado, y había vuelto a tirar la taza; por lo menos había tenido la decencia de dejar una generosa propina a forma de disculpa para los meseros que tuvieron que soportar su mal humor.
Por lo general, era más educado y amable (y no actuaba como un malcriado adolescente), pero había entrado en uno de esos días en los que su estado de ánimo daba giros inesperados y contradictorios. Especialmente, para su pequeño gato negro interior que se volvía más sentimental con el pasar de los años.
Esa mañana se había sentido como el hombre más feliz del mundo al despertar con Jimin entre sus brazos, ronroneando y pidiendo por más. Además, un poco más tarde había jugado con él y con Taehyung hasta quedarse dormido otra vez. Se había sentido como en el cielo gatuno. Pero cuando volvió a despertar, descubrió que nadie estaba a su lado. La cama estaba espaciosa y fría. Ni su amigo ni su gatito habían tenido la consideración de dejar una nota o al menos enviarle un mensaje. Ni siquiera habían respondido sus llamadas y él no había podido encontrarlos en ningún sitio. Se había quedado solo.
Aunque, francamente, algo así no lo ponía de malas tan rápido. Él era de por sí un hombre solitario que disfrutaba de su propia compañía y Taehyung no necesitaba avisarle de cada paso que daba. No era tan exigente. Solamente que ese día en particular había estado vulnerable, como cuando su madre lo engañaba y lo llevaba al veterinario por sus vacunas. Pasaba días enfurruñado sin querer hablar y con un sentimiento de desolación.
O tal vez sólo estaba exagerando y la falta de mimos lo había puesto de mal genio. De cualquier forma, lo único que pudo hacer fue esconderse en la playa del hotel donde se arrinconó encima de una roca enorme que estaba al lado de un árbol que había echado raíces dentro del mar.
Era una playa privada, por lo que no estaba particularmente poblada. A lo lejos divisaba a una pareja dando un paseo en lancha y cerca de él se encontraba un enorme puma tomando el sol, así que se relajó y se echó sobre la gran piedra para disfrutar de la brisa de mediodía. Se había convertido en gato para que su tamaño no le resultara una desventaja frente al mar y para poder brincar hacia el árbol en caso de que la marea subiera y quisiera mojarlo.
Y como no tenía intenciones de hacer nada más que disfrutar de la vista y calmarse, terminó dormitando bajo el cálido sol que se filtraba a través de las hojas, sintiéndose tranquilo sin ninguna interrupción hasta que el sonido de una acalorada conversación lo despertó del precioso sueño que había estado teniendo, uno donde mordisqueaba los cables de su computador sin recibir descargas eléctricas como era usual.
— ¿Cómo sabes que eres completamente heterosexual? —dijo la primera voz que Yoongi reconoció alzando sus orejitas con interés. Si no se equivocaba, debía de ser Jimin.
—Porque intenté reforzar mi amistad con Yoongi y no nos gustó—la segunda persona era Taehyung, indudablemente. Lo conocía tan bien que hasta debajo del agua sabría que se trataba de su amigo. Sabía cada matiz de su voz y cada entonación que usaba.
—Pero, quiero decir, él es como tu hermano, era obvio que no te iba a gustar—Jimin sonaba firme y orientado a probar su punto, y cada vez más fuerte, por lo que Yoongi supuso que sin querer caminaban hacia él—. Tuviste que experimentar con alguien más.
—Como sea, guapetón, no creo que sean tan divertido como pasar la noche con gatitas suavecitas.
—No lo sé—dijo risueño—. Yoongi y yo nos divertimos bastante anoche.
—Sabes, yo... Yo lo adoro, pero hay temas que no necesito saber—la voz de Taehyung se suavizó con una risa traviesa que indicó que en realidad no le estaban incomodando los detalles—. De cualquier forma, ¿cuál es el punto de esta conversación?
Yoongi giró su cabeza con confusión cuando por fin ambos aparecieron en su espacio visual caminando uno al lado del otro. Taehyung sonreía amablemente y Jimin reía de lo que parecía ser el mejor chiste del mundo, porque incluso se sostuvo del hombro de su amigo y se dobló hacia atrás sin dejar su mueca feliz.
¿Desde cuándo eran tan amigos? ¿Habían salido juntos a desayunar y lo dejaron de lado?
—Que tal vez sólo debiste probar con... Alguien más.
— ¿Y ese alguien debería de ser...?
El pelinegro no pudo soportarlo más y se levantó de un brinco de la roca, odiando que el mal humor todavía estuviera presente en su cabeza. Estaba irritado por su culpa, por haberlo olvidado y por no haber tenido la consideración de decirle que se iban.
Tenía ganas de convertirse de nuevo e ir a hablar con ellos, pero su gatito no se lo permitió. Pensaba que si tal vez les brincaba directo al rostro aprenderían a recordarlo o tal vez si les maullaba fuerte y profundo se haría notar. Yoongi sabía que estaba siendo demasiado temperamental, pero su gato pareció no escucharlo porque adquirió la postura de caza.
El problema fue que no calculó correctamente y cuando se dispuso a brincar, lo liso de la roca hizo que su patita se fuera hacia abajo y que él cayera directo al agua en un estruendoso golpe que salpicó a los felinos que ya se habían acercado lo suficiente como para mojarse.
Jimin de inmediato soltó un sarta de maldiciones al sentir la humedad, y se fue hacia atrás tratando de no empaparse más, pero Taehyung, quien era lo contrario a ellos y amaba el mar, se giró hacia el pequeño bulto que inútilmente trataba de subir por la brillante roca.
— ¿Yoongi? —preguntó sorprendido y se movió con pesadez a través del agua para rescatar a su amigo, pero apenas llegó con él, éste le gruñó enojado y se revolvió entre sus manos cuando intentó cargarlo—. Yoongi, soy yo, Taehyung, voy a sacarte...—le dijo con calma, pensando que el hombre estaba asustado, pero cuando trató una vez más de tomarlo, Yoongi le mordió los dedos y nadó más lejos—. Pero qué...
Jimin, todavía en el lugar de antes, intercambió miradas sorprendidas con el tigre y dio un par de pasos para ayudar al gato negro que en realidad no sabía nadar muy bien.
—Yoongi, ¿qué pasa? Somos Taehyung y Jimin... Tus... Umh...—el chico se mordió el labio inferior al no saber cómo presentarse, pues se negaba a usar la palabra amigo, sin embargo, al ver como Yoongi seguía hundiéndose, se atrevió a hablar con más seguridad—. Soy tu gatito... Tu Jimin. ¿Qué pasa?
Yoongi los miró con ojos suplicantes, pero seguía sin acercarse a ellos. Nunca había aprendido a nadar correctamente (ni como animal ni como humano), pero aunque sintiera que estaba a punto de morir, no pretendía dejarse cargar por ninguno de los dos. Mucho menos convertirse en hombre y pasar la vergüenza de verlos a la cara después de semejante error.
—Parece que está enojado—afirmó Taehyung con preocupación, y se agachó por si su amigo recapacitaba y decidía nadar hacia él.
Jimin, en cambio, negó con un suspiro.
—Me parece que su lado animal tiene el control—aseguró rendido, recordando todas las veces en las que él había pasado por lo mismo.
— ¿Qué quiere decir eso? Yoongi estaba perfecto en la mañana... —Taehyung ni siquiera miraba a Jimin, trataba insistentemente de acercarse a Yoongi, a pesar de que éste sólo se alejara cada vez más. Jimin comprendió que el punto débil del tigre era ese gatito negro que ahora maullaba grave y temeroso.
—Que está en celo—dijo después de un rato, ganándose que por fin el tigre se girara hacia él con una expresión amarga—. Es cierto, hombre. Yoongi está en celo. Es algo muy normal entre nosotros.
—Creí que sólo las hembras pasaban por eso...
—Umh... También lo hacemos—Jimin se sonrojó incómodo y negó más fuerte con la cabeza—. No importa. Lo que necesitamos es hacer que Yoongi se calme.
El calicó suspiró y, armándose de valor, se hundió en el agua hasta quedar con medio cuerpo dentro. No era particularmente fan de mojarse, pero podía hacerlo en ocasiones especiales como esa. Era su momento de demostrarle a Yoongi lo mucho que deseaba que su futura relación funcionase.
Así que empezó a llamarlo por su nombre de forma cariñosa para así llamar su atención, ronroneando tranquilamente mientras se movía hacia él. El gatito negro lucía curioso de su llamado, pero no se esforzó en moverse en su dirección.
—Yoongi, sé que estás molesto porque nos fuimos y tú querías mimos—le dijo con parsimonia, acercándose cautelosamente. Cuando un macho entraba en celo, lo único que quería era ser mimado y dormir cómodamente—. Lamento haberme ido, sólo necesitaba pensar.
El pequeño animal maulló con dolor y detuvo su pataleo infructuoso.
—Taehyung y yo nos encontramos cuando regresaba a su habitación—confesó—. Yo había estado en la mía pensando sobre cómo debía de llevarte conmigo—Jimin extendió sus brazos y, sin brusquedad, jaló al gatito negro desde la pancita para que se refugiara en su pecho—. Pensé: Está tan bonito. Quiero dos para llevar.
Yoongi maulló de nuevo ante la mirada aliviada de Taehyung y, tras un rato, finalmente bajó la guardia.
—Por suerte sólo hay un tú—continuó Jimin, levantándose para caminar y salir del agua una vez que se aseguró de que Yoongi no saldría huyendo—. Tenía que pensar en mi estrategia para que me adoptaras— le acarició la cabecita con el mentón y le sonrió—. Creo que haremos un buen equipo juntos.
El, ahora, relajado gato negro, cerró sus ojos y sacó su lengua para darle una tímida lamida a los dedos de Jimin. Olía muy bien y él se sentía a gusto con el calor de su cuerpo. Además, parecía que Taehyung seguía cerca porque también notaba que su esencia estaba alrededor de ellos.
—Prometo mimarte mucho cuando despiertes, Yoon—la voz de Jimin era cada vez más como un susurro, pero incluso antes de quedarse dormido pudo notar esa entonación caliente que le erizó los pelitos—. El Yoongi humano va a disfrutar mucho de su celo. Te lo prometo.
Ayyyy, JAJAJA se supone que esto es un maratón, pero... ¿Miau?
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