Prrrrimer rrronroneo.
Jimin inhaló profundamente, mortificado y confundido por su lastimosa suerte. Namjoon, su anterior novio, los miraba con su característica sonrisa de hoyuelos mientras esperaba una respuesta a su saludo. Sinceramente, él no odiaba al sujeto, tampoco le guardaba ninguna clase de rencor, era de las pocas parejas decentes que tuvo, solo que llevaba tanto tiempo sin verlo que toda la situación le parecía extraña.
Pocas veces había logrado llevarse bien con sus antiguas relaciones, la mayor parte del tiempo terminaba decepcionado de ellas, por lo que no solía mantener el contacto. Y aunque si bien Namjoon no era precisamente un mal recuerdo, había decidido seguir con la tradición y mantener una distancia prudente porque formaba parte de ese pasado que deseaba olvidar.
El que lo tuviera en frente, sonriéndole animado y tomando una silla para sentarse a su lado, era exactamente lo contrario a lo que deseaba en su vida.
—Hola, Namjoon—le dijo finalmente viendo el rostro desconcertado de Yoongi y no pudo más que sentir pena por él, esperaba de todo corazón que el hombre no saliera huyendo por la presencia de su impertinente ex—. Que sorpresa verte por aquí.
—Lo mismo digo, Jiminnie, mírate, estás tan hermoso como de costumbre—el hombre entrecerró los ojos en un gesto animado y asintió cruzándose de brazos y recargándose en la silla, orgulloso de sus palabras y de todo, en general, tal cual como lo recordaba.
Su ropa de cuero lo hacía verse como una representación de un importante líder de la mafia y Yoongi se preguntó si aquello era una suposición acertada o sólo su inseguridad que lo hacía verlo genial. Debió de haberse imaginado que Jimin tendría ex novios así de guapos y dignos de admirarse, pero él... ¿Él que tenía para ofrecer?
—Sí, bueno, te presento a Min Yoongi, mi cita.
Ambos hombres se miraron fijamente. Yoongi hizo el intento de esbozar una sonrisa amigable, pero su gato interior ya tenía las orejitas hacia atrás y la cola enroscada, hecho que aparentemente Namjoon debió de haber notado porque cuando entrelazó su mano con la de Yoongi, el agarre fue delicado y nada agresivo.
—Tú también eres hermoso—le dijo sin inhibiciones y se hundió de hombros, sorprendiendo al pelinegro, pero no a Jimin—. No me malinterpretes por favor, no pretendo nada malo—expresó viéndose apenado por primera vez y señaló a un mesero a la distancia—. Estoy cazando a alguien más, sólo vine a saludar.
—Uh... Está bien, ¿gracias? En realidad, puedo entender que quieras volver a ver a Jimin—el cambiaformas de gato negro respondió un poco más relajado, pero de igual forma no pudo evitar pensar si aquello sería como en los doramas. ¿Namjoon era el ex malvado que buscaba recuperar a su fiel amado? ¿O él mismo era el personaje secundario que sólo servía para darle celos al protagonista?
—Por supuesto que quiero verlo, él es toda una leyenda, hombre—Namjoon exclamó con alegría, haciendo que Jimin se atragantara con el sorbo de agua que justo acababa de dar.
—No soy una leyenda, estás exagerando—dijo con pesar una vez que se recuperó del susto, sin darse cuenta de la pesada mirada curiosa que Yoongi le estaba dando—. Namjoon es muy bromista, no le prestes atención, Yoon.
—Hablo en serio, Jiminnie, todo el mundo está ansioso por verte de nuevo, sería una locura.
Yoongi ladeó la cabeza sintiéndose extrañado por la babélica conversación, pero decidió guardarse cualquier comentario. Jimin se veía verdaderamente molesto con la situación como para presionarlo a decir algo que claramente quería dejar de lado. Podía esperar, sus seis vidas estaban a salvo.
—Ya dejé atrás ese bajo mundo, Nam—continuó Jimin irritado, jugando inconscientemente con el cuchillo que había usado anteriormente—. No es necesario recordarlo y la verdad es que-
— ¿Bajo mundo? ¡Jimin, tú lo adorabas!
—...En este momento voy en otra línea y, si no te molesta, estoy con Yoongi, quiero terminar mi velada con él, no hablando con mi ex.
Namjoon se llevó una mano al corazón y fingió una mueca de dolor mientras murmuraba un "sentido" auch. Yoongi no sabía si sonreírle o sonreírse a sí mismo, pero, para su sorpresa, el rubio volvió a enfocarse en él y le extendió lo que parecía una invitación de papel negro.
—Mira, Yoongi, sé que estoy arruinando tu cita, pero para que entiendas de lo que hablo, tienes que verlo—le dijo sin prestarle atención a la mirada hastiada de su ex pareja—. Tenemos una reunión privada en la azotea, sólo para gatos selectos, tal vez Jimin ya olvidó su pasado, pero nunca está de más recordarlo. Lo conozco más de lo que me gustaría aceptar, y estoy seguro de que ambos se divertirán esta noche.
El pelinegro miró la hoja y notó que su único contenido era una pequeña huella dorada de gato que estaba estampada justo en la mitad. Si no se equivocaba, aquello era una vieja y muy reconocida marca que estaba en boca de todos.
— ¿Peleas clandestinas? —susurró sorprendido buscando en los ojos de Jimin alguna explicación, pero este se mantuvo indiferente mirándose las uñas, como si hubiera decidido ignorar el exterior hasta que Namjoon se retirara.
—No es necesario participar, puedes simplemente ir a hacer tus apuestas, es muy divertido.
Namjoon no dijo nada más. Se levantó de la mesa y, tras robarse la copa de vino de Yoongi, se alejó detrás del camarero que había marcado como su presa. Jimin, sumergido ahora en un estado de ánimo sepulcral, continuó en silencio sin querer alzar la cabeza de su plato haciendo que Yoongi se sintiera decepcionado, pensando en que tal vez todo había sido demasiado bueno para ser cierto; por como veía a Jimin, estaba casi seguro de que cualquier esperanza de una relación con él había terminado de golpe.
Sin embargo, justo cuando se estaba decidiendo por levantarse y dar por terminada la velada, el chico estiró su mano y volvió a entrelazar sus dedos con los suyos. Su tacto fue suave y cálido, y tenía algo único que lo hizo sentirse como cuando miraba las luces de la ciudad o como cuando su mamá lo acicalaba de niño.
—No pensé que sería un momento tan incómodo—Jimin dijo con un deje preocupado, apretando su agarre que ahora transmitía inseguridad—. Por favor, no pienses mal de mí. Namjoon siempre ha sido así, territorial y llamativo. No fue mi intención hacerte sentir fuera de lugar.
—No, no tienes porqué explicar...
—Sí, sí tengo, no quiero que pienses mal. Entre él y yo sólo quedan bonitos recuerdos, pero nada más. Y lo que dijo sobre las peleas clandestinas... Mira, ya quedó atrás.
— ¿Sobre qué eres una leyenda? —Yoongi sonrió enternecido. Ver en Jimin como un gatito de batallas era curioso de imaginar, aunque no imposible de creer. Su cuerpo estaba firme, con músculos suaves, pero resistentes, y él estaba consciente de que en la arena lo importante no era la fuerza sino la habilidad. Aunque, admitía que era algo que jamás le había cruzado por la cabeza.
Las peleas clandestinas eran un mundo conocido por todos. Las azoteas seguían siendo los escenarios preferidos de cualquiera que quisiere batirse en una de ellas; era una práctica muy recurrida entre los suyos, pero participar en torneos era una dimensión totalmente desconocida para Yoongi-o eso suponía que era a lo que se refería Namjoon.
Él sabía que existían concentraciones donde los felinos apostaban y participaban, Taehyung había intentado llevarlo a un torneo alguna vez, sólo que en aquel entonces no había tenido el tiempo para hacerlo y se había quedado con las ganas. Y ya que lo recordaba, ¿cómo eran exactamente? Tenía que aceptar que su naturaleza curiosa comenzaba a sobresalir nuevamente.
—De verdad es una exageración—dijo el gatito calicó soltando el aire de sus pulmones y haciéndose chiquito en su silla. Parecía vencido y apenado—. Y fue hace un par de años, cuando él y yo éramos algo todavía. Namjoon es el organizador, ya sabes.
— ¿Entonces sí participabas? —se escuchó preguntar emocionado, odiándose por haber olvidado eso de no querer presionar a Jimin. Por fortuna, el chico asintió por fin dibujándose una sonrisa débil.
—Sí, fue muy divertido—admitió, dejando de lado la comida y despachando al mesero que recién iba acercándose a ellos—. Namjoon empezó el negocio como un juego, ya sabes, juntó a un par de amigos en una azotea y apostó con otros, resultó que fue un éxito. Pronto los participantes se multiplicaron y los apostadores también.
Yoongi parpadeó sorprendido, ¿Jimin le estaba diciendo que Namjoon era el famoso RM? ¿El cambia-formas de león perseguido por la autoridad precisamente por ser el fundador de semejante torneo?
—Jodido maullido—dijo algo alucinado y jaló la copa de Jimin para beber de ella—. ¿Fuiste novio de RM?
Jimin entrecerró los ojos con un severo sonrojo en sus mejillas.
—Empezaré a ponerme celoso si lo dices de esa forma.
—Para nada, es que... Taehyung es un admirador, tú sabes.
—Sí, Taehyung...
—Es que es impresionante, perdón...
Yoongi guardó silencio. Ahora que sabía que Jimin había participado en las legendarias peleas clandestinas organizadas por RM y que, no sólo eso, también había sido su novio, su inseguridad, contrario a lo que creyó, disminuyó de golpe. Si el chico lo había escogido para tener una cita, significaba que él verdaderamente debía de tener algo especial para llamar la atención de un hombre así.
—Podríamos ir a ver, si quieres...—dijo Jimin de un momento a otro. En sus ojos había un ligero brillo que Yoongi interpretó como añoranza.
—No es necesario si no quieres—le respondió, sólo por si lo decía por obligación. Para él era más importante que el hombre estuviera a gusto que cualquier pelea ilegal, pero Jimin asintió.
—Para recordar los viejos tiempos, además, se nota que tienes curiosidad.
— ¿Tú quieres ir?
—Podría ver una o dos peleas, no sé...
—Uh... Si es el caso—Yoongi apretó el agarre que todavía tenían sus manos y lo ayudó a levantarse, siendo cuidadoso de no ser demasiado brusco—. Podrías enseñarme el camino.
— ¿Eso significa que no estás molesto por lo de Namjoon, verdad?
El gato negro negó.
—No tengo nada que perdonarte, Jimin, no fue algo que estuviera bajo tu control.
—Aún así, yo...—Jimin hizo el afán de continuar su discurso, pero, dándose cuenta de algo que no expresó, mejor se acercó a Yoongi y le besó la mejilla, recuperando ese toque juguetón que a él tanto le encantaba—. Ven, estoy seguro de que te gustará.
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Ayyyy este capítulo iba a subirlo ayer, pero tuve dificultades técnicas, además, aquí no tengo el bello separado que me hizo mi hermosa Ash.
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