Octavo maullido.
Yoongi echó sus orejitas hacia atrás y se petrificó del resto del cuerpo cuando Jimin lo tomó en brazos y lo acurrucó contra su pecho. Había estado tan ansioso y temeroso de la primera reacción del chico al verlo que después de esa última frase no pudo resistirse a la violenta y repentina ráfaga de confusión y felicidad mezcladas que lo atacó de golpe.
De hecho, quedó totalmente en blanco y a la deriva. Había estado toda su vida acostumbrado a los desprecios de los demás debido a su físico–porque las personas podían ser verdaderamente crueles– y ahora que por primera vez alguien no se sorprendía con su apariencia –y que además parecía gustarle– no sabía qué hacer o cómo reaccionar (a Taehyung no lo contaba porque era un ser de luz que amaba y admiraba a todo el universo y que aun teniendo tres cabezas lo hubiera querido por igual).
Era como tener puro sonido blanco en la mente y un anuncio enorme que dictaba "dificultades técnicas" en letras rojas. Yoongi casi hubiera deseado haberse imaginado la frase resplandeciendo en luz porque al menos de esa forma hubiera podido distraerse intentando no perseguirla. Por suerte para él, Jimin sí supo cómo comportarse porque lo acomodó encima de una estantería llena de juguetes y le regaló un pequeño beso sobre la cabecita para después rascarle detrás de las orejas.
— ¿Y bien? –preguntó el chico con una sonrisa enternecida sin dejar de acariciarlo. Yoongi podía ver en sus ojos castaños que no había ningún rasgo de lástima — ¿Por qué pensabas que me iba a burlar de ti?
El cambiaformas de gato se removió en su lugar, por fin saliendo de su letargo, y maulló tratando de explicarse y esperando a que Jimin pudiera entenderlo. No era fácil, después de todo, explicar cómo los años lo habían vuelto así de inseguro; era algo que simplemente no compartía con nadie más que con Taehyung. Y como no se sentía con el valor suficiente para contarlo con su misma voz, se mantuvo convertido en gato negro, resuelto a huir inmediatamente si su acompañante decidía sacar su peor rostro.
— ¿Por tus colmillos? —preguntó el joven una vez que terminó de escuchar los maullidos del gatito, quien emitió otro sonido agudo como respuesta— Pero qué dices, ¿qué no has oído que "entre más grande, mejor"?
Si como gato hubiera podido sonrojarse, Yoongi lo hubiera hecho hasta el cuello. Que buena fortuna era que su pelaje fuera negro.
—Miau—respondió afirmativamente, buscando el tacto de la mano de Jimin y ronroneando suavecito—Miau—volvió a explicarse y dobló sus patitas para acostarse sobre ellas. Con sus ojos completamente dilatados podía notar fácilmente que el chico en frente se debatía entre hablar o no, pero como continuaba con sus caricias cariñosas, Yoongi se permitió relajarse entre sus manos esperando que lo que tuviera que decir no fuera negativo.
—Entiendo tus inseguridades, Yoongi—expuso Jimin después de un suspiro largo, perdiendo de un momento a otro su porte firme—. También he llegado a odiar lo que soy—admitió medroso, sentándose de nuevo en el piso y recibiendo a Yoongi en su regazo cuando éste saltó hacia él—No tengo ninguna historia dramática, no obstante.
Yoongi mordisqueó sus dedos y lo instó con otro maullido para que continuara hablando.
— Yo... Sé que no soy tan guapo—retomó Jimin en un sorprendente acto de inseguridad. El pelinegro se preguntó cómo era posible que un joven tan atractivo pensara así de sí mismo, especialmente por toda la seguridad que parecía irradiar— ¿Te sorprende que lo diga, cierto? Sólo digo la verdad.
Yoongi lo mordió con más fuerza.
— Auch, lo siento, solo digo mi versión—su voz era baja y con un deje de melancolía—. Debe de haber algo malo con mi lado humano porque todos parecen interesados únicamente en mi versión felina, como... Como si fuera un trofeo, ¿sabes? Y puedo entenderlo, soy una versión poco común de mi especie.
— ¿Miau? —cuestionó Yoongi amasando los muslos de Jimin. El chico ladeó la cabeza.
—Exacto, y ya sabes nuestra fama... En nuestra versión felina necesitamos muchos mimos y en nuestra versión humana...—Jimin levantó a Yoongi por sus bracitos peludos y pegó nariz con nariz—Digamos que también queremos mimos, pero de otra clase, si sabes a lo que me refiero—dijo volviéndolo a bajar y acurrucándolo entre sus piernas—. Salía con esta mujer, la hija de los Kim, Jessica, muy bonita, ah—suspiró—, de verdad hermosa, pero... Sólo quería descendencia. Y después lo intenté con Taemin, el bailarín, ¿lo conoces? No importa, quería que fuera a verlo a sus presentaciones convertido en mi forma animal porque según la creencia "damos buena suerte." Es un idiota, me veía como un amuleto y no como su pareja.
A la distancia, un pájaro cantaba armoniosamente.
—Idiotas—exclamó Yoongi convirtiéndose en humano de un momento a otro y sin importarle la posición en la que estaban; ver a Jimin así de afligido y quedarse callado no le parecía correcto.
—Sí, idiotas, ambos, lo sé—concordó el chico, echando la espalda ligeramente hacia atrás para darle espacio al hombre—. Pero de alguna forma me hacen sentir que soy una persona aburrida, ¿sabes? Ninguno de ellos se detuvo a preguntarme cómo estaba o qué quería hacer, es como si pensaran que por mi naturaleza debo de ser un hombre sumiso y ciertamente no lo soy—Jimin suspiró, pero volvió a recuperar su pose segura como si nunca la hubiera perdido—, aunque puedo hacer excepciones.
— ¿Excepciones? —susurró Yoongi cómplice, mordiéndose el labio inferior cuando el hombre le guiñó.
—Como en la cama—le respondió y le pasó las manos por la espalda, acariciándolo suave, casi como si temiera romperlo—. Por eso cuando el club informó que la dinámica sería al revés fui tan feliz, pensé: "Esta vez se fijarán en mí, no en mi lado animal."
Yoongi una vez más, podía fácilmente entenderlo.
—Me pasó igual—le dijo—. Creí que si me conocían primero a mi y no a mi felino, podrían darme una oportunidad.
—Somos un par de desesperados, ¿eh?
—Creo que sí—Jimin se dejó caer hacia atrás muy lentamente y Yoongi se apartó de él, acostándose a su lado para ambos mirar un punto en el techo—Bien, supongo que ahora soy yo quien debe de mostrarse tal cual, ¿me prometes que no te burlarás?
— ¿Por qué habría de burlarme? —preguntó genuinamente curioso y ladeó la cabeza tratando de entenderlo. El chico simplemente se hundió de hombros y se posicionó delante de él sin perder el gesto coqueto.
—Es lo mismo que yo te dije hace rato, ¿por qué habría de burlarme? —cuestionó con una media sonrisa mientras se pasaba los dedos por los costados de su cabeza—. Aunque, si te pasa como a los demás, tal vez no puedas volver a cerrar la boca después de verme.
Yoongi asintió de acuerdo porque no lo dudaba en lo absoluto.
—Prometo no ser un idiota.
—Sé que no.
Con su sonrisa torcida, Jimin comenzó a transformarse. La sala pronto se llenó de un aroma dulzón, como el rastro que deja el shampoo de cereza o algún otro fruto rojo; pero Yoongi no prestó atención a la esencia porque tuvo que obligarse a agachar la mirada cuando se dio cuenta de que ahí enfrente no estaba el tigre o el león que había estado esperando, ni siquiera un gato pescador u otro de los que había imaginado, sino un pequeño gato un poco más grande que él que se encontraba limpiando sus patitas con gracia, pasando su lengua entre sus dedos peluditos para después llevarla hasta su oreja.
—Un gatito calicó—dijo Yoongi con, efectivamente, la boca abierta.
El minino, peludo hasta el final de su cola, se sacudió elegantemente y dijo con toda la benevolencia que un animalito de su clase podía expresar:
—Miau.
Yoongi se sonrojó hasta las orejas y asintió juntando los labios que no tardó en relamer.
—Bien, es que... Tenías razón con eso de quedarme boquiabierto—dijo pasándole la mano por las orejitas y sonriendo de nuevo cuando el gato se recostó sobre su mano exigiendo más mimos—. A esto te referías con que eras muy mimoso, ¿eh? —exclamó y pasó los dedos de su otra mano por su pancita peluda, pese a que éste le mordió cariñosamente los dedos—. Auch.
Así que, viendo lo mucho que el gato de tres colores quería jugar (blanco de las patas, negro del torso y anaranjado de la cola), Yoongi se recostó sobre el piso y de buenas a primeras volvió a ser un gato negro, brincando entusiasmado en él, pero ganándose un par de golpecitos en la sien.
"Soy un bruto", pensó cuando vio la mirada airada del gatito calicó y volvió a intentar a tener contacto con él, caminando sigilosamente y agachando la cola para no verse tan altivo. Jimin, quien volvió con su lavado de patas, decidió ignorarlo y seguir adelante con su limpieza.
—Prrrrr—le ronroneó tranquilamente, atreviéndose a pegar su cabeza con la de Jimin y haciendo que este se girara hacia él con sus ojos examinándolo de pies a cabeza. Yoongi se acercó un poco más y ronroneó sobre su orejita, asegurándose de usar un tono suave, pero ronco al mismo tiempo.
El gatito calicó se mantuvo quieto por un par de segundos, pero finalmente se levantó en sus cuatro patas y, sin más, le devolvió el ronroneo.
Cuando Taehyung escuchó que su taza favorita caía desde el buró, supo inmediatamente que no volvería a dormir en toda la noche. Por mucho que intentó cubrirse la cabeza con su almohada o que incluso se colocara los audífonos con su canción favorita, el ruido a su alrededor se volvió tan desastroso que efectivamente no pudo volver a cerrar los ojos.
Además, no sólo era el escándalo lo que lo puso alerta y bien despierto, sino que los brincos en su colchón lo hicieron levantarse de golpe para encontrarse con el atolondrado de su mejor amigo dando vueltas emocionado en su forma animal. Primero en el colchón, donde giró persiguiendo su cola para después asustarse con ella y brincar tan alto que casi toca el techo. Después, moviéndose tan rápido con las orejitas pegadas totalmente hacia atrás, para adueñarse del respaldo de una silla de madera donde giró en torno al respaldo de dónde se metió y salió cuantas veces quiso del orificio que tenía como decoración.
Taehyung se pasó ambas manos por los ojos y se restregó para quitarse cualquier suciedad, esperando pacientemente a que su amigo perdiera un poco de la energía con la que estaba ahora arañando la pared de su habitación. Cuando el pequeño gatito negro por fin se calmó, acomodándose en una esquina de la cama y mirándolo fijamente en silencio, el cambiaformas de tigre supo que había llegado el momento de hablar seriamente con él, así que se destapó, se movió hasta su amigo y le pasó una mano sobre su pelaje.
— ¿Qué te he dicho de despertarme en la madrugada? —preguntó pasando los dedos bajo el mentón del animal y ganándose así un par de ronroneos—. Entiendo que está en tu naturaleza gatuna, pero soy un tigre, campeón, me pongo de muy mal humor si no duermo lo suficiente.
El felino maulló campante abriendo su hociquito más de la cuenta, pero finalmente terminó convirtiéndose en humano otra vez. Un Yoongi rojo e ilusionado, con los ojos brillantes y una sonrisa enorme quedó pronto a la vista.
—Jimin quiere verme mañana—dijo con un sentimiento palpable en la voz, contagiándole así la misma sonrisa deslumbrante. Todavía en la oscuridad podía notar la felicidad que transmitían sus ojos.
— ¿De verdad? —preguntó sonando casi igual de ilusionado que él y le acarició las orejas que seguían siendo de gato.
—Es un gatito también, ¿sabes? Pensé que era un tigre como tú o un león, él es tan... No sé, tan imponente. Pensé que era un felino más grande.
—Hey, los gatitos también son imponentes—Taehyung negó divertido y dejó a relucir sus orejas blancas—. Mírate a tí, eres todo un cazador—Yoongi amplió aún más su sonrisa y le pasó las manos por la cabeza. En realidad, pocas veces era cariñoso con Taehyung, pero, ¿qué diablos? ¨Él se encontraba feliz y agradecido con él de una y más formas—. Y bien, ¿qué sigue?
—Esta fue nuestra cita no oficial, así que...—el pelinegro suspiró enamorado—Mañana tendremos otra. Pero esta vez la registraremos en el club. Lo haremos formal. Queremos asistir a todos los filtros juntos.
—Me parece buena idea, Yoon—Taehyung bostezó y se acurrucó en la cama dejando que poco a poco su cuerpo comenzara a relajarse para tomar su forma animal—. ¿Qué lugar escogerán para la cita?
—Todavía no lo sabemos, pero queremos comer, así que supongo que iremos a cenar o a bailar, no sé, él dijo que es buen bailarín así que le pedí que me enseñ... ¿Te estás durmiendo?
Taehyung ronroneó con una voz más grave y se estiró a lo ancho de la cama.
—No—dijo con la voz grave antes de terminar de convertirse y jaló a Yoongi para abrazarlo contra su pecho—. Sólo dime una cosa antes de que me pierdas.
— ¿Qué? —gruñó Yoongi comenzando a transformarse tambièn y calentándose con el pelaje del pecho de su amigo.
— ¿Te acarició las orejitas?
El gato maulló tímidamente y se enroscó cerca del corazón de su amigo quien terminó por volverse completamente en un imponente tigre blanco con rayas negras, tan grande que sus patas traseras terminaron por sobresalir de la cama.
Después de otro bostezo, el gran animal rugió quedito antes de acomodarse y mover su cabeza para alcanzar la de su amigo y lamerla de arriba hacia abajo, dejándolo con los pelitos levantados y alborotados.
En su idioma, eso podía significar un "lo apruebo" o un "temprano hablamos", pero Yoongi tenía la esperanza de que solo se tratara de eso y no de un "no te hagas ilusiones", aunque, por como se estaban dando las cosas, él sospechaba que en realidad era un simple-pero valioso- "te lo dije."
Ñañañañaña, le pregunté a Jiminshiah que quería que actualizara y dijo que esto, así que aquí está.
¡Muchas gracias por todo el apoyo a esta historia! Les amooooo <3 son la mera leche.
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