Ship: Aldebarán x Afrodita

Temática: Un regalo muy especial.
Universo Alterno.// Modern AU.// Omegaverse.// Normal AU.

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Un día soleado de verano, el sol iluminando toda Atenas, dando su cálido beso a la tierra, mientras todos hacían sus actividades, un día perfecto para disfrutar en familia.

- Dita, ¿estás seguro de que te sientes bien?- Insistió una vez más el Alpha castaño.- ¿No quieres sentarte a descansar un momento, o necesitas agua o algo?

- Tranquilo, estoy bien.- Respondió con un pequeña risa enternecida el Omega peli-celeste.- Creo que este pequeño será un gran deportista en el futuro. Desde que estoy esperándolo, me siento con mucha más energía.

- Aún así, me preocupa que hagas demasiado esfuerzo teniendo ya seis meses.- Suspiró el castaño, abrazándolo con cuidado.

Afrodita solo sonrió y le devolvió el abrazo a su Alpha. Alde era un Alpha muy amable, cariñoso y noble, aunque a veces podía ser demasiado protector. Desde que le dijo de su embarazo, Alde hacía de todo por mantenerlo seguro, desde a duras penas dejarlo lavar un par de platos en casa, hasta acompañarlo a todos lados para evitar que se esforzara demás.

- ¿Alguna vez te he dicho lo mucho que te amo?- Le sonrió Afrodita, estirándose un poco para besar sus labios.- Sin duda alguna, serás el mejor papá del mundo.

- Lamento si te molesto o te hago sentir asfixiado con todo esto, pero... No puedo evitar preocuparme por tí y el bebé.- Suspiró, acariciando con suavidad el vientre de su Omega.- Jamás me perdonaría si algo le pasa a alguno de ustedes.

- Lo sé, cielo. Sé que no haces nada con mala intención, y no me molesta en absoluto.- Aclaró el peli-turquesa.- Pero a mí también me preocupas tú. Te haz estado esforzando mucho estos últimos meses, también necesitas un descanso y distraerte un poco de vez en cuando.

Mentira no era, Alde además de mantener su horario de trabajo, apenas llegaba a casa se encargaba de preparar la cena, cuidando que Afrodita estuviera alimentándose bien. Pero no conforme con eso, con trabajo dejaba a su Omega lavar un par de platos, antes de que el instinto de esposo sobreprotector le ganara y terminara limpiando todo él sólo por no querer darle molestias a su Omega.

Afrodita aún no terminaba de entender cómo, pero su Alpha siempre se levantaba mucho antes que él, para lavar la ropa y preparar el desayuno, a pesar de que se dormían a la misma hora... No era médico, pero definitivamente, ese ritmo de vida no podía ser sano para nadie. Por eso, había decidido al menos una vez por semana salir a dar un paseo juntos, pero parecía que solo había tenido un efecto contraproducente.

- Quizás debamos volver a casa. Creo que te haría mejor dormir un poco más.- Sonrió Afrodita, dándole un abrazo.

- Estaría más tranquilo.

Bueno, quizás su plan no había salido como deseaba, pero ya pensaría en algo después. Por ahora, se conformaba con disfrutar la compañía de su amado, sentados en el balcon de su hogar, mirando el atardecer.

- Dita, hay algo que quiero que tengas... Bueno, tú, y el bebé.

- ¿Qué cosa?

El moreno sacó de su bolsillo una pequeña caja, parecida a una de anillos, mostrando su contenido: Un par de pequeños colgantes de plata en forma de flor, la única diferencia entre uno y otro, era que uno tenía una pequeña piedra de color rojo, y el otro una blanca, incrustada en el centro.

- El rojo solía ser de mi madre, y el blanco mío. Es una vieja tradición familiar, esos collares han pasado de generación en generación en la familia, portados por madre e hijo.- Explicó la historia, y el gran valor que esos collares tenian.- Y ahora quiero que los tengan tú y el bebé. Solo si quieres.

- Alde... Por supuesto que sí.- Sonrió felíz el Omega.- Ambos prometemos cuidarlos, para lograr entregarlos a la siguiente generación.- Añadió, con una mano en su vientre.