Ship: Balder x Shaka

Temática: Las Anécdotas.
Universo Alterno.// Modern AU.// Omegaverse.// Normal AU.

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Ser padre no era nada fácil, lo sabían desde el principio, pero nada los preparó para todo lo que vendría.

Con su hija habían pasado de todo en esos últimos dos años, desde que llegó a sus vidas, pero quizás nada tan grave como lo de ahora.

Era el segundo cumpleaños de su hija, habían preparado una pequeña fiesta familiar, y estaba ya bastante estresado por la organización de todo. Así que cuando su hija tuvo la idea de rayar toda la pared de la sala con crayones de colores, toda su paciencia se fue a pique y terminó regañando a la niña.

Balder no tardó en intervenir al escuchar llorar a su hija, y se encargó de calmarlos a ambos. Vaya que tener dos Alphas en casa a veces era difícil.

Cuando llegaron los padres y hermanos de Shaka, rápidamente se dieron cuenta de la tensión que había entre padre e hija, y no tardaron en preguntar qué había pasado. Fue Balder quién terminó explicando todo, y Shaka solo asintió.

- ¡Ja!, a eso le llamo justicia divina.- Rió Kardia, señalando a su primogénito.

- Kardia.- Sonrió levemente Asmita, el padre Omega de Shaka.- Aunque en parte tienes razón.

- ¿Qué quieren decir?- Cuestionó Shaka, enarcando una ceja.

La pareja se miró por unos segundos, riendo bajo, y finalmente respondieron.

- Que tú fuiste el más desastroso y problemático de tus hermanos.- Afirmó Kardia.- Flora es un ángel al lado de tí a su edad.- Añadió, cargando a su nieta.

- ¿Ya no recuerdas cuántas veces llenaste de pintura las paredes?- Sonrió Asmita.

- O los berrinches que hacías cuando nació Milo.

- O cómo fue que Milo se hizo esa cicatriz en la frente.

Shaka se quedó callado por esos segundos. Realmente, no recordaba la mayoría de esas cosas, aunque otras, cómo lo de su hermano sí lo recordaba.

- Tenía tres años, no dimensionaba bien el peligro de empujarlo. Solo estaba jugando.

- La mesa que estaba ahí no opinaba lo mismo...- Bromeó Milo, alzando su fleco lo suficiente para mostrar la pequeña marca en su sien.

- ¿Cómo fue que pasó todo eso?- Preguntó Balder. Sus suegros parecían tener historias infinitas de todas las travesuras, vergüenzas, angustias y desgracias que sus hijos les hicieron pasar, y siempre era entretenido oír alguna.

- Cómo consejo, Balder, si quieren otro hijo, esperen a que Flora tenga cinco o seis años.- Mencionó Asmita.- Que haya un año de diferencia entre uno y otro tiene más desventajas que ventajas.

- Shaka se ponía demasiado celoso de Milo, y su pasatiempo favorito era usarlo de conejillo de indias para cualquier cosa, incluidas sus travesuras. ¿Verdad, Shaka?- Añadió Kardia, mirando a su hijo, que solo desvió la mirada.- Esa vez, estaban jugando en la sala con unos bloques. Los dejé solos un momento para ir a apagar la lavadora, cuando escuché un golpe y a Milo llorar. Fuí corriendo a ver qué había pasado, y sorpresa... Terminamos en la sala de emergencias una tarde de sábado, y con un buen regaño de Asmita al volver a casa.

- Si te contaramos todas las cosas que Shaka solía hacer de niño...- Rió Asmita.- En su momento eran un dolor de cabeza, pero ahora recordamos la mayoría de esas cosas con al menos algo de gracia, y hasta algo de cariño.

- También, que después de casi sacarle el cerebro a Milo, Shaka empezara a cambiar y comportarse mejor, fue de gran ayuda.

Milo solo rió por aquel comentario. Aún recordaba los días de su infancia al lado de su hermano, y cómo a diario había al menos una pelea entre ellos, algunas peores que otras. Pero también todos los momentos felices que compartieron.

- En defensa de Shaka, no era tan mal hermano.- Sonrió Milo.- En el fondo tenía sus cualidades. Cómo cuando me defendió de unos niños cuando teníamos 6 y 7 años.

- Solo yo podía usarte de saco de boxeo.- Rió bajo el rubio, recordando aquella ocasión.- Pero eso no nos salvó de terminar en la oficina del director y castigados junto a todos esos niños... Y pensar que terminaste haciéndote amigo del que más te molestaba, y ahora piensas en hacerlo parte de la familia.

- En eso le doy la razón a Shaka.- Admitió Kardia.- De tantas opciones, tenías que elegir a Aioria... Hubiera preferido que te quedaras con su hermano, ese me caía mejor.

- Estoy aquí también.- Masculló el castaño al lado de Milo.

- Eso no cambia el hecho de que nos cae mejor tu hermano.- Se encogió de hombros el peli-violeta mayor.

- Al menos Aioros no se presentó con mi hermano, dándole un empujón o jalándole el cabello.- Mencionó Shaka, imitando el gesto de su padre.

- Tenía 6 años, y era la primera vez que me gustaba un Omega.- Respondió el castaño, cubriéndose la cara por la vergüenza de recordar la historia de cómo conoció a su Omega.- No tenía idea de porqué quería llamar su atención, mucho menos cómo debía actuar.

Milo solo sonrió, abrazando a su novio. Shaka y Kardia solo rieron levemente, el molestar un poco a Aioria recordándole aquel hecho ya se había vuelto una tradición familiar.

- Pero cuando Saori llegó, este par se calmó.- Dijo Asmita, cambiando de tema.- Shaka tenía ya nueve años y Milo ocho. Shaka al inicio estaba celoso por no querer otro hermano, y Milo... Bueno, él llevaba años insistiendo que quería un hermano menor, y fue un sueño hecho realidad para él.

- Ya suficiente tenía con cuidar de Milo en la escuela, no quería cuidar de otro hermano.

- Pero cuando nació, no te despegabas de tu hermana.- Rió Kardia.- Y era la única capaz de hacer que Milo y tú dejaran todas sus diferencias de lado.

- A tal grado de echarse la culpa ustedes cada vez que ella rayaba las paredes o hacía cualquier travesura.- Añadió Asmita.- O incluso dejar que ella les hiciera peinados raros o les pintara la cara con marcadores.

- Creo que mejores hermanos no puedo pedir.- Sonrió la peli-lila ante las palabras de sus padres.- Shaka y Milo siempre fueron muy buenos hermanos. Aunque Shaka siempre ha tenido su carácter.

Balder solo sonrió. La familia de Shaka tenía algo que siempre lograba hacerlo sentir tranquilo y parte de ella. Escuchar las historias de sus suegros y cuñados era divertido, pero también le servían como una pequeña guía.

- El punto de todo esto, Shaka. Es que no te vuelvas loco por cosas tan simples como un par de rayones en la pared.- Dijo Asmita.- Nada que algo de agua y jabón no puedan limpiar.

- Aunque mejor consíguele unos marcadores de agua a Flora. Esos son mucho más fáciles de limpiar que los crayones.- Añadió Kardia.- Esos marcadores fueron una bendición para nosotros cuando eras un niño.

Shaka finalmente suspiró. Ahora que estaba más tranquilo, podía apreciar todo el panorama con más tranquilidad, y quizás Balder tenía razón y sí había exagerado un poco.

- Bien. Lo tendré en cuenta.