Día 13: "Entrenamiento."
Ship: Fudo x Genbu
Temática: Accidente en el embarazo.
Universo de Saint Seiya.// Omegaverse.// Cambios en el canon.// What if...?
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La vida de un Omega era de todo menos fácil, hace tiempo que Fudo lo tenía más que claro.
Después de la guerra contra Mars, dónde perdieron a varios camaradas, pasó un tiempo en relativa tranquilidad, siendo como Santo de Virgo, el "Omega de Athena", y obedeciendo voluntariamente las condiciones que dicho puesto demandaba.
Saori en varias ocasiones le dijo que no era necesario, y que en cualquier momento era libre de unirse a quién su corazón eligiera. Pero él solo respondía con una pequeña risa burlona, que algo así nunca sucedería... Aunque al final había terminado tragándose sus palabras.
Ahora, después de enfrentar varias luchas como aliado de Athena, y de forma inexplicable, estar vivo y en una pieza para contarlo, no podía evitar preguntarse de vez en cuando, cómo había terminado así...
- Fudo, ¿estás seguro de esto?- Le cuestionó el condenado Beta responsable de la situación actual.
- Genbu, no me voy a morir por algo como esto.- Respondió, señalando su abultado vientre, que delataba lo avanzado de su embarazo.- Es un entrenamiento sencillo con los aprendices. Todo estará bien.
- Deberías tomarte las cosas con calma, Fudo.- Se sumó Kiki.- Athena dijo que podías ausentarte para cuidar tu embarazo. Por más sencillo que sea un entrenamiento físico, no deja de ser riesgoso.
- Si hubiera una nueva guerra, no esperaría, Kiki. Además, esos aprendices son mi responsabilidad.- Alegó, manteniéndose firme.
- Fudo, nadie duda de tu capacidad, pero una cosa es ser responsable y otra muy diferente es ser necio.
- Unos aprendices que no tienen ni siquiera un año entrenando no serán problema.
Kiki finalmente suspiró resignado. Genbu trataba de mantenerse tranquilo, confiando en que Fudo sabía lo que hacía. Desde hace unos meses, el custodio de Virgo se estaba comportando inusualmente terco, probablemente a causa del oleaje de hormonas... En fin, la causa no importaba, sino vigilar que no se hiciera daño.
El enfrentamiento amistoso dió inicio, y aunque al inicio los jóvenes se mostraron temerosos de entrenar contra un Omega en cinta, Fudo se encargó de hacerlos confiar en que todo estaría bien... Quizás más de la cuenta.
Cómo dijo el peli-verde, ese enfrentamiento ni era nada difícil para un santo de oro, o al menos, no lo habría sido para uno que no estuviera en cinta. En algún momento, Fudo sintió su cosmos flaquear. Para él fueron apenas unos segundos, pero para cuando reaccionó, uno de los chicos había lanzado involuntariamente un golpe de cosmos, que terminó impactando en su pecho.
- ¡Fudo!
Genbu de inmediato fue en su ayuda, seguido de Kiki. Los aprendices estaban bastante nerviosos, pero Aries y Libra supieron lidiar con la situación.
[...]
- No quisiera decir que te lo dije, pero te lo dije.- Mencionó Genbu, pasándole un vaso de agua al Omega, que descansaba en su cama.- Afortunadamente, no pasó a mayores.
- Fue solo un golpe que me tomó desprevenido, no era necesario involucrar a Harbinger, Seiya, Shiryu, Shun, y hasta a Athena.- Alegó el moreno, bebiendo el agua.- Shun ya dijo que todo está bien. No te preocupes.
- Aún así, Fudo, me preocupaste... A todos, más bien.- Admitió el peli-naranja, tomando su mano, haciendo que sus miradas chocaran.- No me gusta la idea de limitarte, y no te subestimo en lo absoluto. Pero lo que pasó en ese entrenamiento, no creo que sea algo que debamos tomar a la ligera.
Fudo finalmente suspiró, aceptando su error. Quizás sí había sido demasiado imprudente de su parte no tomar en cuenta que existiera algún factor como ese. Al fin y al cabo, incluso en la época actual, era extremadamente raro que algún miembro de la élite ateniense quedara en cinta, hasta ahora, lo más cercano eran casos como el de Shiryu, que eran las parejas, personas ajenas al santuario, quiénes tenían al hijo. Imposible predecir qué saldría del vientre de un santo dorado, especialmente, uno como Fudo.
- Bien, ustedes ganan.- Suspiró.- Si así están más tranquilos, está bien. Me tomaré un tiempo fuera, al menos hasta que el bebé nazca.
- Gracias.- Sonrió Genbu. Sabía cómo era Fudo, y realmente apreciaba ese gesto del peli-verde.
- Además, no quiero tener a Harbinger vigilandome y renegando todo el día, o a Seiya, Shiryu o Shun diciéndome hasta cómo respirar.- Añadió, esbozando una sonrisa. Mentira no era, pero también era consciente de la preocupación de los demás.- Y ni hablar de Athena... Así que por ahora dejaré que los demás se encarguen, pero en cuanto nazca, volveremos a la rutina.
- Por supuesto.
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