Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Acto 2

Los meses pasaron y poco a poco ibas recobrando el color, lucias más saludable a pesar que todavía quedarán aquellas marcas por tu piel. Podría decirse que supe cuidar bien de ti, aunque no estuviera todo el tiempo contigo. Como tengo que ocuparme de ciertos asuntos solía no estar presente a tu lado durante algunos días, igual con todo lo que había preparado en nuestro lugar podías valerte bien sola, siempre tenías la suficiente comida, agua y más elementos necesarios para los humanos.

Se veía que te gustaba, estabas feliz con todo lo que te brindaba. Pero, podía notar que necesitabas algo más, a veces te quedabas sentada junto a las ventanas de la casa y mirabas el exterior, no se podía percibir mucho ya que toda esta zona la hice completamente inaccesible para cualquiera que no fuera yo. Un bosque oscuro y frondoso rodeaba este lugar, nadie nunca se atrevería a entrar en él, y si lo hicieran, dudo mucho que pudieran salir.

Podía ver un anhelo y preocupación en tu mirada, extrañabas estar ahí afuera y era algo inevitable para mí. Decidí entonces realizar una pequeña salida, en cuanto te lo ofrecí dudaste un poco. Temias que tus padres fueran a encontrarte y a llevarte de nuevo con ellos, "tranquila, no dejaré que te alejen de mí" fue lo que te dije para calmarte un poco mi pequeño rayo de sol y termino funcionando, accediste sonriente.

Cuando el día llegó, esperé a que te prepararas en la sala de estar, observaba sin interés la chimenea hasta que escucho como me llemabas, me giro en tu dirección y me quedo encandilado con tu imagen. Sabía que aquel conjunto de vestido color crema y zapatos de tacón mediano blancos lucirían más que bien en ti. Me acerco a ti y no puedo evitar decir lo hermosa que eras, te sonrojabas y agradecias mis halagos. Por último, te tomo con delicadeza la mano y con un chasquido nos hago movernos hasta la ciudad más cercana. Siempre te sorprendias cada vez que usaba algo de mis poderes y estabas algo nerviosa ya que estábamos rodeados entre muchas personas, te preocupaba que fueran a descubrir lo que soy. Yo sonreía y, tomandote la mano, caminábamos juntos sin que nada importara. Encontramos justo un restaurante pequeño con cierto toque hogareño, entramos y pedimos una mesa. Nos sentaron en una para dos cerca de una de las ventanas de cristal, se percibía de ti un poco de nerviosismo, aunque era normal, esto podría decirse que es nuestra primera cita.

Nos trajeron el menú y te sorprendió cuando le viste.

- Está todo muy caro... - murmuraste.

- Tranquila, pide lo que quieras. Yo pago.

Me miraste en seguida.

- ¡¿En serio?! Pero esto... Creo que es demasiado... - decías con timidez.

- Tonterías cariño, no te preocupes y disfruta de esto - te sonreí.

- Esta bien..-expresaste sonriendo levemente.

Pasaron un par de minutos y cuando estuviste lista con tus pedidos, llamé a la dependiente para que tomará las órdenes. Durante la espera conversamos unas cuantas cosas como siempre, podía decirse que lo estábamos pasando bien hasta que comence a distinguir ciertas sensaciones en nuestro alrededor, alquien al parecer en algunas mesas cercanas nos estaba vigilando y los motivos no eran del todo buenos. Por el momento mantuve la compostura y decidí ignorarlo para no estropear nuestro momento. Estuvimos una media hora hasta que nos fuimos, te tome de la mano mientras caminabamos por las calles. Todavía los percibía, me voltie y busqué con la mirada, acabe pillando a dos hombres que nos seguían, posiblemente alguien les había enviado.

"En serio no se rinden"

Seguimos caminando y tratando de perderlos, pero continuaban siguiendonos. Mi paciencia se estaba acabando. Tenía que deshacerme de ellos de alguna manera que no notarás. Por tal razón, se me ocurrió despistarlos pasando por una calle con mucha multitud, al parecer había un festival celebrándose y sería fácil perderles. Tu mirada se distraía ante los coloridos espectáculos a nuestro alrededor, perfecto para lo que quería lograr. Terminamos luego de unos minutos alejándonos de esos dos en medio de un callejón.

-Oye. ¿Ocurre algo? - me preguntaste preocupada por mi actuar.

- No es nada cielo, no te preocupes-te dije sonriendo, fingiendo que todo estaba bien.

Lo que le continuó fueron unas horas paseando por el evento en las calles, te compré algunas cosas que te gustaban entre otras más. Para mi pesar, no podía quitarme de la cabeza a esos dos sujetos y las razones por las cuales nos seguían. Por lo cual, en un momento que llegamos a un parque sin mucho tránsito de persona te menciono que necesitaba irme por unos minutos. En seguida me preguntaste por qué y simplemente te contesté que tenía una cosa que arreglar pero que volvería sin demora. Dudaste si dejarme ir, no querías estar sola, pero accediste al final. Con un beso nos despedimos momentáneamente y me dirigí a por esos tipos.

Una vez estuve lejos, invoque a dos de mis sabuesos de caza, nunca antes me habían fallado en buscar a mi presa. Les di la orden y en seguida huyeron, buscándolos hasta que le tomaron el rastro. Todo apuntaba a una casa en ruinas, allí se ocultaban al parecer. Me llegue ahí y los pude ver desde la ventana, nada más me acerque a la puerta podía escuchar que hablaban sobre ti, su plan era llevarte con ellos y tratar de hacerme regresar. Es hilarante esta situación. ¿Creen en serio poder hacerme frente?

Dejé a mis sabuesos haciendo guardia, para que no escaparan fácilmente mientras yo volvía contigo. No podía dejarles libremente antes de darles una lección.

Al regresar te encontré sentada sola en aquel banco donde te dejé, en cuanto llego te pones de pie y te lanzas a mis brazos. Me dices que no te vuelva a dejar sola mientras haces un leve puchero. Acomodo con delicadesa tu cabello y sonriendo prometo no a hacerlo más, siempre que te comportas así no puedo evitar verte con ternura.

Entonces decidí llevarte de vuelta para que descansarás del viaje de hoy. Resplandecías de alegria por haber salido hoy, me daba gusto ver a mi pequeño cielo feliz. Luego de un par de horas tuvimos nuestra cena, era encantador disfrutar una comida juntos. Siempre que quisieras algo especial lo mandaba a preparar para ti, los mejores manjares para mi virginal princesa. Aunque en esta ocasión procuré que te hicieran dormir al terminar, para que no tuvieras que notar mi ausencia.

Ya acabando el platillo tus ojos se empezaron a cerrar y soltabas un leve bostezo. Te tomé entre mis brazos y te lleve a la habitación cargada, te acosté sobre la suave cama y te di un pequeño beso de despedida.

Salí de la habitación y del lugar, para dirigirme a arreglar ese asunto pendiente. A medida que me alejaba, sentía algo de libertad, libertad ya que no tendria que contenerme ante esos dos que nos habían espiado. Si tanto querían ver, yo les iba a mostrar.

Aparecí en las sombras del piso superior, escuchaba como esos dos individuos seguían allí, habían encendido un pequeño fuego en la chimenea destartalada de la casa. Planeaban alguna manera de deshacerse de mis preciadas mascotas, fue entonces que decidí hacer prencencia ante ellos.

-Hey, no hueles algo... ¿Raro? -dijo uno de ellos.

-Si... Es como...Azufre-le respondió de vuelta y enseguida palidece-¡Toma rápido las cosas de la mochila!

El contrario obedeció con nerviosismo y sacó un frasco con liquido junto a una cruz y una biblia. En seguida le cedió al contrario el sagrado libro para que dictará varios de sus versículos. Se veía que venían preparados y quién era la mente maestra detrás de esto, pero eso no me iba a detener. Llamé a mis sabuesos y estos entraron por las ventanas, les amenazaron mientras ellos seguían temblando. Salí de entre las sombras, mi aliento se reflejaba en el ambiente y un vapor se hacía notar en la vieja sala.

-Vaya, vaya, ese viejo cura no se rinde fácilmente-mire a ambos.

-No te atrevas a acercarte - dijo el que sostenía la Cruz-Tenemos todo lo necesario para desterrarte al lugar de donde viniste, así que dinnos, donde esta la chica?

-Pobre de mí, tengo tanto miedo-di unos pasos mientras simulaba que me aterraban.

-Detente ahora o no lo contarás-amenazó mientras el otro seguía recitando.

-He, creo que no saben bien en que situación se encuentran-dije mientras lentamente la cruz que sostenía empezaba a calentarse hasta volverse al rojo vivo obligándolo a soltarla-Yo no estoy atrapado con ustedes, ustedes están atrapados conmigo y será mejor que hagan lo que les diga. Mis pequeños no han comido un humano desde hace mucho.

Aguantando su mano herida, me miró y expresó.

-Nunca nos doblegaremos ante un asqueroso demonio.

Sonreí metiendo mis manos en los bolsillos de mi pantalón.

-He, no quiero tal cosa, solo quiero que se larguen y más nunca volverlos a ver, sencillamente eso.

-¿Y si no lo hacemos?

-Me veré obligado deshacerme de sus patéticas y miserables vidas-dije con un tono de voz grave.

Repentinamente el sujeto que cargaba la biblia me lanzó el frasco, el cual se rompió al yo detenerlo con mi brazo. El líquido quemaba parte de mi ropa y de mí, estaba claro lo que era. Ya me estaban hartando hasta que decidieron lanzar una especie de conjuro de contención, casi no podía moverme y sus expresiones de victoria no se hicieron esperar, pero... este simple hechizo no me iba a contener.

En seguida logré dar un  paso, este se quebró y ellos  por la fuerza retrocedieron.

-Al parecer alguien hizo la tarea-lentamente se fueron curando mis quemaduras.

-¿Cómo es posible? Se supone que tenía que haberte inmovilizado-dijo el que tenía la quemadura en la mano.

-Tal vez si fuera un simple demonio inferior lo hubiera hecho, pero no soy tal cosa-sonreí de lado-Me ofende mucho que hayan pensado en tal absurdo.

Ambos lucían perplejos, parece que ya comprendieron su posición actual.

-No!... No! No puede ser! - dijo el que sostenía la biblia, la cual dejó caer al temblar.

-¡¿Quién eres?!_

-Pobres inútiles humanos-los interrumpí-Piensan que tienen el control de todo, cuando en la realidad, son tan insignificantes.

Volví a dar más pasos mientras ellos se alejaban y se ponian a pedir plegarias. Siempre me ha divertido ver como los humanos antes cualquier situación se ponen a rezar.

-Hehe, vamos, continúen pidiendo ayuda a su "Salvador", aunque dudo en realidad que pueda escucharlos.

-Lo único que haces es decir blasfemias-dijo volviendo a hacerse el valiente.

Me agacho tomando la biblibia con una de mis manos mientras me mantengo sonriente.

-Dime algo, tú que eres un hombre de fe, no crees que si "él" verdaderamente escuchara y estuviera en todas partes, no habría venido ya ayudarlos-el libro sagrado comenzó a arder en mi mano-¿Sabes por qué? Porque los ha abandonado, aquí, ante mí . Si tanto los amara como ustedes profesan no los hubiera dejado a mi merced.

-¡No!... ¡No puede ser verdad! - gritó uno de ellos aterrorizado poniéndose de pie y tratando de huir de la sala.

Simplemente desvíe mi vista a él y mis queridas mascotas se encargaron de eliminarlo, los gritos era una dulce melodia, justo como la que sonaba en el averno. Su compañero observaba la escena con horror, con sus mano, sin importar la herida de una, cubría sus oídos para no poder escuchar la agonía de su compañero. Lancé el chamuscado libro a un lado y le agarré la cabeza por sus cabellos para que me observara.

-Escuchame bien, quiero que vayas de nuevo con ese estúpido cura y  le digas qué "Si se atreve a mandar de nuevo a alguien más a por nosotros, me encargaré personalmente de desollar a cada uno ellos y a decorar su encantadora iglesia con sus cabezas"-le advertí rotundamente.

Él aceptó entre lágrimas y en seguida que le solté, huyó del lugar. Arreglé un poco mi ropa y envié a "casa" a mis pequeños una vez terminaron de comer para autoseguido marcharme.

En cuanto llego a nuestro hogar, me dirijo a tu habitación, por suerte seguías durmiendo. Me siento en la cama a tu lado y observo como duermes con tanta paz. Sabía que lo de hoy solo era un ápice de algo más grande, te había puesto en peligro en el justo momento que te tuve a mi lado, pero no puedo evitarle.

Soy tan egoísta y egocéntrico.

Ahora solo me quedaba recibir las consecuencias, aunque no me preocupa, yo haría todo con tal de mantenerte a mi lado. Desataría el mismo infierno en la tierra si hiciera falta.

Me acuesto a tu lado y poso mi mano sobre tu rostro, lo acaricio con delicadeza mientras admiro tu hermoso semblante. A veces quisiera hacer algo más que solo nuestras muestras cotidianas de cariño, poder tocar todo tu cuerpo sin que sientas que este mal y hacerte completamente mía.

Oh, mi pequeño pedazo de cielo. Si pudiera tocarte como quisisiese y amarte sin restricciones...todo sería más fácil.

Suspiro pesadamente, me prometí a mi mismo que no dejaría salir esa parte de mi ser... Pero... Hasta cuando podré soportar ir en contra de mi naturaleza?










Hola! Espero que estén bien y que hayan disfrutado del capítulo OwO.

Si tienen alguna pregunta o idea acerca de la historia pueden dejarlas en los comentarios.

El próximo acto se llamara Hellfire.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro