5. Aliens🔮
Junmyeon despertó muy temprano y con una sensación extraña incrustada entre su pecho y su garganta.
Al principio sus pensamientos eran un remolino sin principio ni fin, pero a medida que fueron ordenándose todo se redujo a Zhang Yixing.
Maldito nombre que tenía atorado en la garganta y dando vueltas en su cabeza.
Había soñado con él, más bien había sido una pesadilla; había visto su rostro tranquilo, frío y pálido expuesto para todo aquel que quisiera darle un último adiós.
Junmyeon llevó las manos a su cabeza y se revolvió el cabello con frustración. Se alistó para ir a estudiar, no muy consciente de lo que hacía, y bajó al primer piso. Su madre se encontraba ocupada en la cocina, ella también llevaba su uniforme puesto, su padre debía haberse marchado muy temprano.
—Buenos días —ella lo saludó con una sonrisa al verlo asomar—. Compré bananas para tu cereal.
—Gracias — Junmyeon sonrió animado y tomó un plato y su amado cereal de hojuelas de chocolate con malvaviscos de la alacena.
Mientras desayunaba, su madre iba de un lado para otro guardando trastos.
—¿Te puedo hacer una pregunta? —Junmyeon musitó cuando el logo de la clínica bordado en el uniforme rosa de ella le recordó aquello que había estado intentando olvidar—. ¿Una persona puede morir desangrada?
—Claro —ella respondió de inmediato—, cuando hay heridas grandes o profundas y el sangrado...
—¿Y si el corte fuera muy pequeño? —Junmyeon la interrumpió suavemente—. ¿Alguien podría morir desangrado así?
—Decir que no sería crear una imposibilidad, pero creo que sería muy difícil que algo así sucediera.
—¿Y por qué alguien sangraría mucho por un corte pequeño?
Ella lo miró con atención, su hijo se mostraba muy insistente al respecto, se preguntó si algo podría haber ocurrido o si solo se trataba de su tenaz curiosidad.
—Podría ser algún problema con las plaquetas, si no hay suficientes la sangre no coagula bien y entonces hay dificultades para estancarla. ¿Por qué preguntas?
—Por nada... —Junmyeon murmuró y se levantó de la mesa para lavar su plato y su cuchara—. Lo vi en una película.
Su madre asintió y tomó su cartera.
—Tengo que irme ya, ve con cuidado directo a la escuela y pórtate bien.
—Lo intentaré —Junmyeon musitó un poco avergonzado cuando ella le plantó un ruidoso beso en la mejilla.
🔮
Mientras esperaba el autobús, Jongdae apareció. Llevaba la camisa por fuera y su mochila llena de pines colgando de su hombro sin ningún cuidado como siempre, también masticaba un sándwich al que se le desbordaba la mayonesa. Cuando terminó de engullirlo se limpió con la servilleta en la que su desayuno había estado envuelto y se la ofreció.
—Traes labial.
Junmyeon suspiró y tomó la servilleta cuidadosamente para buscar alguna esquina que no estuviera llena de mayonesa o restos de tomate y limpió su mejilla en el lugar que Jongdae le señaló. A veces creía que su madre lo hacía a propósito.
—A mi no me molestaría que tu mamá me dejara sus labios marcados en la mejilla —Jongdae comentó con una sonrisa coqueta.
Junmyeon lo agarró del pelo y lo sacudió violentamente.
—Si vuelves a decir algo así... —advirtió mientras Jongdae se quejaba.
Chanyeol apareció en ese momento y empezó a tironear la mochila de Junmyeon para separarlo de Jongdae.
—Suéltalo, ¿no sabes que el maltrato animal es un delito?
🔮
—¿Sigues molesto por lo que dije de tu mamá? —Jongdae preguntó suavemente luego de sentarse a su lado durante el receso—. Solo era una broma, perdón.
Junmyeon sintió el peso de Jongdae, que presionaba la frente contra su hombro, y suspiró.
—No es eso —murmuró.
—¿Entonces qué tienes?
—¿Recuerdas al chico al que hice caer ayer?
—Sí, se llama Yixing, escuché que Minseok lo llamaba así —Jongdae respondió, no lo habría recordado de otra manera—. ¿Qué pasa con él?
—No vino a estudiar hoy.
Jongdae alzó sus cejas sorprendido.
—¿No creerás que murió desangrado?
Junmyeon le golpeó un brazo con un gesto de preocupación.
—Cállate.
—¿Te sientes culpable? —Jongdae preguntó observando el gesto de aflicción de Junmyeon. Miró hacia el otro lado del jardín y no tardó en encontrarse con unos grandes ojos parecidos a los de un gato que se apartaron tan pronto como él los encontró—. Espera aquí.
Junmyeon lo observó levantarse y marchar hacia los amigos de Yixing que se encontraban al otro lado del jardín hablando entre sí. Habló con ellos por un momento y luego volvió trotando.
—Dicen que Yixing está bien, pero que no vino por un asunto familiar.
Un peso enorme, que Junmyeon ni siquiera se había percatado de llevar sobre su espalda, se disipó.
—Gracias —musitó aliviado.
El resto del día se sintió más tranquilo, habían muchas actividades y clases interesantes así que su mente atareada pudo concentrarse mejor, aunque cada par de horas sus pensamientos empezaban a divagar en torno a Yixing.
🔮
Cuando volvió a su casa después de la escuela se sentía agotado, solo quería comer algo y tal vez jugar un rato con su consola.
Sin embargo, su destino le había preparado algo distinto. Al abrir la puerta de su casa se encontró con una visita inesperada.
Su mente era buena imaginando situaciones y creando escenarios, pero ni por cerca habría imaginado que se encontraría con Zhang Yixing sentado cómodamente en uno de sus sofás.
Lo primero que se le ocurrió es que estaba ahí para acusarlo con sus padres por haberle provocado aquella pequeña pero significativa herida. Aunque aquello parecía muy improbable, pues Yixing parecía muy sano... Pero si no estaba ahí por esa razón, ¿cuál sería? ¿No estaba ahí para pedir su mano o si?
—Junmyeonie, llegaste —su madre lo saludó con una sonrisa, logrando que apartara su mirada de Yixing, que lucía tan sorprendido como él de verlo ahí—. ¿Ya se conocen?
Junmyeon asintió.
—Cursamos el mismo año, pero él es de otra sección.
—Perfecto, deberías hacerle compañía, ¿por qué no le muestras tu colección de naves o algo en lo que yo termino?
Junmyeon quiso negarse y esconderse en su habitación, pero no podía hacer tal cosa sin acabar castigado, así que asintió.
—Ven —musitó y empezó a subir los escalones hacia su habitación, que al igual que la de sus padres se encontraba en el segundo piso de la casa.
Mientras subían sintió que su corazón empezaba a latir con más fuerza de lo normal. Estaba odiando la idea de llevarlo a su habitación cuando debería haberlo echado de su casa.
Yixing lo siguió en silencio. Al llegar al segundo piso atravesaron una pequeña sala de estar con solo dos sofás individuales y Junmyeon abrió la puerta más cercana, aquella en la que se encontraba un letrero negro y amarillo que tenía el rostro de un extraterrestre y anunciaba "alien a bordo".
Al entrar, Junmyeon dejó su mochila en su escritorio y notó cómo Yixing miraba alrededor con interés.
La habitación era espaciosa. Había una cama a medio hacer al fondo junto a la ventana cubierta por cortinas blancas, un armario a la derecha y un escritorio a la izquierda. Sobre el escritorio habían tres repisas largas repletas con una gran variedad de naves y aviones. Se acercó a ellas para echarles un vistazo y notó que sobre el escritorio había otra colección; aliens, de todo tipo, forma y tamaño.
—¿Puedo tocar? —Yixing preguntó señalando a uno de los dos alienígenas cubiertos de cabello marrón. Junmyeon asintió y él lo tomó para estudiarlo—. ¿Te gusta mucho la guerra de las galaxias?
—Cosas de la galaxia en general —Junmyeon murmuró con timidez.
Mientras Yixing inspeccionaba su preciada colección, Junmyeon lo recorrió a él con su mirada. Lucía muy distinto vistiendo jeans, converse y ese suéter celeste. Entonces notó que llevaba una venda alrededor de su mano, cubriendo el corte del día anterior.
—¿Estás bien? —le preguntó suavemente.
Yixing lo miró con el ceño ligeramente fruncido.
—Sí, solo fue un raspón —murmuró con incomodidad, tirando de la manga de su suéter para cubrir la venda.
Junmyeon asintió un poco cohibido y ambos guardaron silencio por un par de minutos.
—Y a ti... ¿Te gustan este tipo de cosas? —preguntó en un intento por disipar esa incomodidad casi palpable que fluía entre ellos.
—Sí, aunque no tanto como a ti —Yixing señaló sin poder contener una sonrisa.
¿Estaba burlándose?
—¿Crees que los extraterrestres existen? —Yixing preguntó devolviendo la figura al escritorio.
—En un universo tan inmenso y con tantos planetas, ¿tú no crees que exista más vida?
Yixing alzó un poco los hombros, no muy interesado en ello a diferencia de Junmyeon.
—¿Y si lo de los planetas y ovnis y todo lo que se supone que hay fuera de la atmósfera en realidad no existiera? ¿Y si todo es un invento del gobierno?
—Alguna vez pensaron que la tierra era plana —Junmyeon murmuró.
—¿Y si en realidad lo es?
—Hay estudios que demuestran lo contrario.
—¿Y si los supuestos estudios son falsos?
—¿Y si te callas?
Junmyeon lo miró fijamente sintiéndose molesto. Se negaba rotundamente a casarse con alguien así, tan... tan... Yixing estaba sosteniéndole la mirada. ¿Cómo podía decir cosas así cuando una galaxia entera parecía habitar en sus pupilas?
Yixing regresó su mirada a la colección de aliens y tomó uno que tenía tentáculos.
—¿Y crees que sean humanoides? —preguntó suavemente.
Aquella pregunta suavizó el ceño fruncido de Junmyeon.
—Sino, deben ser metamorfos, para poder mezclarse entre nosotros.
Yixing volvió a mirarlo.
—¿Crees que quieran atacarnos o solo estudiarnos?
—Estudiarnos —Junmyeon se apresuró a responder, pero después de pensar en ello por unos segundos más añadió—, al menos por ahora.
Yixing asintió pensativamente y luego devolvió al alien con tentáculos a su lugar para tomar otro que tenía un cuerpo semihumano.
—¿Alguna vez te ha parecido que alguien a tu alrededor no parece muy... humano? —Junmyeon preguntó.
Yixing lo miró a los ojos, iba a decir "tú", pero se lo pensó mejor.
—La directora —respondió finalmente.
Junmyeon sonrió aplacando un poco su sorpresa. Él mismo le había comentado a Jongdae el año anterior que sospechaba que esa mujer debía venir de otro planeta.
🔮
Gracias por leer!
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