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The Jealousy From The Love Goddess I

Cuando tenía 5 años contemplaba el nacimiento de su hermana menor, emocionado, pues tendría con quien jugar. Al contrario de otras personas el la esperaba con ansias.

A medida que iban creciendo ambos eran algo parecidos, entre más grandes más iguales eran. Habían nacido con unos preciosos ojos rosas y verdes que eran alagados por todos los cercanos a la familia Jeon, con el tiempo sus sonrisas también eran iguales, sus 2 dientes delanteros resaltaban bastante sus sonrisas, sus ojos grandes también eran bastante parecidos, dignos hijos de los señores Jeon.

Todas esas características que el pequeño Jungkook encontraba geniales a la pequeña Nayeon le comenzaron a desagradar, no quería ser igual a su hermano, afortunadamente ella había nacido con un muy bonito cabello rubio y su hermano con su castaño y mechas verdes, pero aquello parecía fascinar más a sus padres, pues en estos tiempos ya el rubio era algo muy común.

Jungkook siempre recibía elogios por parte de sus padres por su gran inteligencia, a los 6 años construyó su primer robot de partes desechables, demostrando su afición a la tecnología y la robótica, su familia lo apoyaba, pues veían un gran potencial en el y eso le emocionaba, se sentía muy querido.

Claro que nunca dejó de lado a su hermana, tenía tiempos para dedicarse a sus proyectos y tiempos para jugar con ella, se hizo a sí mismo la promesa de siempre protegerla.

Con el tiempo se empezó a dar cuenta de la exagerada atención que recibía de parte de sus padres, llegando a tal punto de ser molesto y para quien más resultaba molesto era para Nayeon.

— ¡Primer lugar Jungkookie! ¡Eres el mejor! — le dijo su madre cuando a los 10 años había ganado la feria de ciencias de su escuela.

— Sacarás adelante a la familia, hijo — decía su padre orgulloso.

Se sintió feliz, se había esforzado mucho en su proyecto y le gustaba que sus padres lo reconocieran.

— Mamá, gané el segundo lugar en el concurso de dibujo — dijo la pequeña Nayeon, tratando de obtener un poco de atención.

— Oh, querida, felicidades — respondió su madre sin tanto entusiasmo.

Su padre tampoco tuvo una gran reacción, pero quien si la tuvo fue Jungkook, que se acercó de inmediato a ella para felicitarla.

— ¡Eres impresionante Nay! Tienes un gran talento para dibujar, felicidades — expresó sinceramente.

Aquello era verdad, los hermanos Jeon habían heredado un gran talento para el dibujo por parte de su abuelo, a pesar de que no haya ganado el primer lugar Jungkook estuvo muy orgulloso de ella.

El rostro de decepción de Nayeon cambió por uno feliz, al menos su hermano se sentía feliz por ella, pero su rostro nuevamente cambió al ver los planos que Jungkook había dibujado para su proyecto, haciendo ver a su boceto algo bastante pobre.

Jungkook siempre era mejor en ella en todo, si ella hacía algo bien Jungkook lo hacía el doble de bien y siempre era aclamado, con el tiempo le empezó a molestar.

A los 15 años Jungkook se enteró que era bisexual, teniendo su primer novio que le presentó a sus padres, quienes aceptaron con gusto la sexualidad de su hijo, después de todo eso no influia en su inteligencia.

Pero a Nayeon le cayó como balde de agua fría el ver que el novio de Jungkook era el chico que le gustaba, seguramente lo había hecho con segundas intenciones.

Su relación siguió por un par de meses hasta que Nayeon no pudo aguantar y lo enfrentó por eso.

— ¿Cómo pudiste? — reclamó una Nayeon de 10 años.

— ¿A qué te refieres? — preguntó Jungkook de 15 sinceramente confundido.

— Ese chico me gustaba y te hiciste su novio — aclaró enojada.

— Y-Yo no lo sabía — dijo genuinamente.

— Si claro — rodó los ojos y lo dejó solo.

A los días se había enterado que Jungkook lo había dejado, se hacía el santo con ella cuando nunca le importó.

Jungkook no pudo con la culpa que le hizo sentir aquello, así que terminó con el chico, para después de un mes enterarse de que a Nayeon parecieran no gustarle los chicos.

Cuando Jungkook tenía 19 fue invitado a los Estados Unidos por la universidad de Harvard para participar de ciertos proyectos, cuando le llegó esa carta estaba muy feliz, era un viaje de 2 semanas costeado por la universidad y podía llevar a un invitado.

Al enterarse Nayeon quiso ir de inmediato, era una gran oportunidad para conocer parte del país, pero al ser menor de edad sus padres se negaron de inmediato, vamos, tenía 14 años, no podía ser para tanto.

— No se preocupen, yo puedo cuidarla — Jungkook intentó convencer a sus padres.

— ¿Pero cuándo? Estarás muy ocupado con la universidad — respondió su madre — Y no tenemos dinero para un pasaje extra para haber ido uno de nosotros — continuó.

— Lo tengo todo controlado — les aseguró con una sonrisa.

Sus padres aceptaron no tan convencidos, pero después de todo Jungkook era un excelente ejemplo de responsabilidad, así que no pudieron negarse.

Nayeon le agradeció pero con algo de orgullo, la verdad nunca creyó que Jungkook haría algo así por ella, de seguro lo había hecho para sentirse bien consigo mismo.

Llegó el día y ambos fueron hasta los Estados Unidos, sin saber que es lo que pasaría.

La primera semana todo fluyó bien, Jungkook cuidaba de Nayeon mientras se hacía cargo de sus proyectos sin ningún problema, aunque no le gustaba dejarla sola en el hotel por unas horas. Al contrario de Nayeon, que disfrutaba más ese tiempo a solas sin el insoportable de su hermano.

La segunda semana iba empezando cuando vieron en las noticias el comienzo de una infección y para peor esta había comenzado cerca de la ciudad donde se estaban quedando, Jungkook enseguida llamó a sus padres para comentarles la situación, ellos también lo habían visto en las noticias, sin embargo esa infección tardaría en llegar hasta Corea, por lo que se podría decir que estaban a salvo temporalmente, no como ellos.

Estaban en la ciudad de Cambridge, la infección comenzó en Boston, estaban muy cerca, por lo cual Jungkook decidió no salir del hotel en forma de precaución, ya sus proyectos no importaban, lo único importante era cuidarse el mismo y a su hermana, quien no estaba tan feliz con la decisión que había tomado.

— ¿Por qué no puedo salir? — preguntó molesta.

— Esa infección puede llegar aquí en cualquier momento, no quiero que ninguno de los 2 se infecte — expresó preocupado.

Nayeon solo rodó los ojos, creyendo que su hermano estaba siendo exagerado.

Hasta que pasó lo que temía, la infección había llegado a Cambridge, la ciudad era un total desastre, todo se había descontrolado y había infectados por doquier.

Estaban encerrados en esa habitación de hotel, sobreviviendo con lo poco que tenían, Nayeon esta vez tomó más conciencia de la situación, pero sin dejar de lado esa rivalidad inexistente entre ella y Jungkook.

Esperaban pacientemente que pasaran los días que quedaban para ver si podían regresar, aunque lo veían muy poco probable, seguramente todos los sistemas de transporte ya no funcionaban.

Hasta que esas 2 semanas se convirtieron en un mes, estaban atrapados.

— ¡Todo es por tu culpa! — le gritó Nayeon.

— Pero tu quisiste venir — respondió apenado.

Nayeon vio su ego lastimado, así que amenazando de hacer esa discusión más grande iba a empezar a gritarle, pero se vio interrumpida por la puerta que se abrió de golpe, enseguida saltó a los brazos de Jungkook.

Jungkook la apretó entre sus brazos con intención de protegerla, si esos monstruos se iban a comer a alguien sería a el, no a su hermana.

Pero la persona que entró por la puerta era alguien que estaba completamente sana.

— ¡Están bien! Gracias al cielo — expresó la chica con alivio.

— ¿Quién es usted? — preguntó Jungkook un poco asustado.

— Soy Jeon Soyeon, estoy buscando sobrevivientes para ir a mi fortaleza, así que no tienen de que preocuparse, no voy a hacer nada malo — explicó para que pudieran confiar en ella — Vengan conmigo, han sido las únicas personas sanas que he encontrado, en el último piso tengo un helicoptero para que podamos irnos — apresuró.

Jungkook y Nayeon se vieron y asintieron, no podían quedarse en ese cuarto de hotel toda la vida, así que siguieron a Soyeon hasta el techo del edifico, donde estaba esperando el helicoptero.

Se subieron y Soyeon partió hasta su destino.

— ¿A dónde vamos? — preguntó Jungkook con curiosidad.

— A Corea del sur, ahí está mi fortaleza — respondió Soyeon.

— Pero la infección aún no ha llegado ahí — habló por primera vez Nayeon.

— Lo sé, pero en algún momento lo va a hacer y quiero resguardar a la mayor cantidad de personas sanas posibles — dijo decidida.

Así llegaron al lugar que Soyeon había llamado fortaleza, era un enorme edificio, ya habían personas dentro y estas no se veían preocupadas por el exterior, algo que sería muy común en un futuro.

Así pasaron los años, entre rescatando personas y reuniendo suministros la infección había llegado a Corea, Jungkook había intentado contactar con sus padres desde que llegaron, pero estos nunca contestaron y Soyeon les tenía prohibido salir de ese lugar, que esos años que pasaron se convirtió en un campus, con el objetivo de buscar la cura para la infección, Jungkook participaba activamente en esta junto a los científicos que Soyeon había encontrado en diferentes países.

Un día se encontraba buscando unas hojas que tenían escritas algunas acotaciones sobre algunos trajes, se arrodilló debajo de uno de los muebles de su habitación y mientras buscaba se pegó en la cabeza, gritando el proceso, en eso escucha la puerta ser abierta.

— ¿Qué haces? — dijo esa voz, asustandolo.

Y otra vez se golpeó la cabeza.



























































































































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