Jungkook empezó a embestirse solo con el consolador mientras que Yoongi lo miraba, dejó en segundo plano la vergüenza que estaba pasando porque de verdad lo necesitaba.

Yoongi parpadeo varias veces regresando de las nubes y volvió a introducir el miembro de Jungkook en su boca mientras veía su brazo con los músculos tensos por la acción.

Jungkook abrió más las piernas para poder llegar más hondo, pero se estaba desesperando al no tener su tan preciada liberación, así que Yoongi quitó su mano del consolador y la reemplazo con la propia, haciendo los mismos movimientos que el más alto.

El más alto por fin pudo disfrutar de toda la situación, no preocupándose en mover su mano comenzó a gemir con más libertad abriendo más las piernas, el rubio cada vez iba más rápido sin siquiera saber que hacía, solo aumentaba la velocidad porque veía que eso le estaba gustando a Jungkook.

Y tan perdido en placer estaba qué no pudo avisarle a Yoongi qué se iba a correr, en consecuencia su semen quedó en la boca de Yoongi, quien sin siquiera pensarlo lo tragó de inmediato, sorprendiendose por el sabor dulce y lo abundante qué era.

Había leído qué normalmente era en poca cantidad y que era salado, pero el de Jungkook sabía diferente, seguramente era por sus comidas balanceadas para el ejercicio, eso quería decir que a pesar de estar con el estrés encima se preocupaba de comer bien.

Jungkook se liberó con un gruñido y se quedó respirando erráticamente en la cama mientras esos pensamientos pasaban por la cabeza de Yoongi, hace meses que no tenía un orgasmo, se sentía liberado y con un peso menos.

— ¿Mejor? — preguntó Yoongi con la cara seria y las mejillas rojas.

— Si, muchas gracias Yoon, no se como pagártelo — respondió cuando su respiración volvió a la normalidad.

— No te preocupes, quería ayudarte y lo hice por cuenta propia — sonrió levemente — me alegra que ya no estés estresado — a pesar de alegrarle su cara no lo demostraba.

Jungkook retiró el consolador de su interior y se sentó en la cama, al no ver rastros de ese líquido blanquecino qué conocía bien supuso que Yoongi se lo había tragado, suspiró rendido ante aquello y una suave sonrisa se posó en su rostro.

— En una hora hay que ir a la selección, iré a darme un baño, gracias de nuevo Yoon — su sonrisa se amplió un poco más.

Se paró de la cama y antes de irse al baño dejó un suave y pequeño beso en los labios de Yoongi, quien se sonrojó como nunca pero parecía imperturbable.

Salió de las paredes color durazno de la habitación de Jungkook para dirigirse a la suya, un poco exaltado por lo sucedido.

Si bien no era la primera vez que se besaban lo había sentido diferente, seguramente sería porque ya no estaban en ese ambiente de excitación y pudo detenerse a pensar sobre cómo se sentía.

Jungkook le estaba haciendo algo, no sabía qué, pero le estaba afectando.

Nayeon se encontraba en la biblioteca, seguía buscando información del clan de los zorros para comprender más a Jihyo, la confesión de que esta está enamorada de ella y su zorro de Jungkook la había dejado perpleja.

Buscaba libro tras libro, el que Yoongi había encontrado le había servido pero sentía que le faltaba algo, una pequeña información, el porqué zorro y persona no sentían lo mismo.

En eso escuchó un libro caerse de una de las estanterías, se asustó un poco pero siguió buscando, después escuchó una escalera moverse por los rieles hasta llegar a su lado, eso si le asustó y lo que más le asustó fue ver una cabeza al revés cuando se dio la vuelta.

Pegó un gran grito y cayó al suelo, para después ver como la cabeza se reía y mostraba su cuerpo, el cual se transparentaba un poco al final desde sus tobillos hasta los pies.

Era una chica de pelo corto con flequillo, vestía el uniforme del campus y tenía una cuerda en el cuello, la cual simulaba un nudo de suicidio.

Dejó de reírse y tocó el suelo, volviendo su cuerpo sólido para mirar a Nayeon.

— Debiste haber visto tu cara — se estaba aguantando la risa.

— ¿Quién eres? O mejor dicho ¿Qué eres? — preguntó Nayeon confundida.

— Soy un fantasma — se acercó a ella en el aire con intenciones de asustarla, pero al ver que no funcionó volvió a su estado anterior — Soy Kim Chaewon — y sacó la lengua.

Nayeon se paró del suelo aturdida ¿Un fantasma? Imposible.

— Ven conmigo — iba a tomarla de la muñeca, pero recordó qué era un fantasma así que su mano quedó en el aire.

— Soy sólida ahora, puedes tocarme — dijo con burla al ver el intento de tomarla de la muñeca.

La rubia ignoró su tono burlón y la tomó de la muñeca para sacarla de ahí y llevársela a Jungkook.

Jungkook se veía más relajado, tenía una suave sonrisa en el rostro y estaba sentado esperando la selección con Yoongi a su lado, este se dio cuenta de inmediato del cambio de actitud, vaya que le hacía falta.

Taehyung se sentó a su lado con una sonrisa traviesa con intenciones de preguntar sobre su notoria felicidad.

— ¿Y... Que pasó? — preguntó con cierto tono de insinuación.

— No es lo que piensas — lo cortó de inmediato — Pero fue parecido — y con eso dejó a Taehyung satisfecho.

Iba a volver a hablar cuando Nayeon se estaba acercando con una chica que jamás habían visto, se veía alterada.

— ¡Hermanito! Necesito ayuda — llegó hasta ellos con la chica.

— ¿Qué sucede? — preguntó extrañado — ¿Quién es ella? — se dio cuenta de la otra persona.

— Es un fantasma, la encontré en la biblioteca, me hizo una broma sin gracia — hizo un puchero.

— Soy Kim Chaewon, la broma estuvo genial — y se rió recordando la cara de Nayeon.

— ¿Un fantasma? Es la primera vez que veo uno — dijo Jungkook asombrado — No puedo encargarme de eso pero se quien si.

— No — le dijo Taehyung sabiendo por donde iba.

— Si — confirmó su respuesta — Huh Yunjin, ella es experta en estos tipos de cosas — volvió su vista a Nayeon.

— No sabía que existían — dijo Yoongi sorprendido sin hacerlo notar.

— Nosotros tampoco, Yunjin decía que sí y la tratábamos de loca, ahora sabemos que no mentía — confesó Taehyung.

Jungkook la buscó entre la multitud de estudiantes y cuando la vio la llamó para que fuera a examinar la situación.

Huh Yunjin de tercer año, club de literatura y elemento de electricidad era una chica bastante peculiar, a ella le encantaban las cosas que tenían que ver con los rituales, los conjuros y los fantasmas.

Según ella los fantasmas si existían pero nadie le creyó, hasta que dijo que un día todos le pedirían perdón al ver que sí lo hacían.

— ¿Qué pasa Jungkook? — preguntó al llegar con ellos.

— Explícale tu — le dijo Jungkook a Nayeon.

— Ella es Chaewon y es un fantasma — dijo simple, no quería entrar en detalle de que esta la asustó.

— Pero que chica tan linda — Chaewon comenzó a flotar a los alrededores de Yunjin.

Parecía tener corazones en los ojos al apenas ver a Yunjin, seguía dando vueltas a su alrededor mientras esta la miraba con una sonrisa divertida.

— Y todos me llamaban loca — dijo feliz de haber tenido siempre la razón.

— Yo nunca lo hice — Jungkook salió en defensa propia.

— Es que tu eres Jungkook, jamás tratarías mal a nadie — dijo Taehyung.

Y eso era cierto.

Ahora tenían un problema nuevo, un fantasma llamada Kim Chaewon.