Capítulo 58 - La boda
La ciudad del infierno se sumió en una profunda oscuridad tras los trágicos episodios llevados por el arcángel Miguel para tratar de debilitar a Lucifer.
A pesar de las consecuencias con las que estaban cargando todos los demonios poderosos y los restantes, entre ellos Blitzo, Loona y Stolas, el rey jamás cedió a concederles la libertad a Charlie y a los suyos. Se mantuvo firme y no hizo nada por salvarlos a todos.
Charlie sufría mucho desde que las deidades celestiales comenzaron a castigar a los pecadores de la ciudad. Era como ver una purga anual pero peor. Mucho peor.
Pero no tenía por qué desperdiciar una lágrima más por eso. En su padre estaba la salvación de los que ahora sufrían. No en ella. Así que, si eso era lo que quería, pues no había nada que hacer.
El hotel Hazbin se mantuvo intacto durante las plagas. Parecía ser que los de ahí arriba no pretendían bajo ningún concepto involucrar a los pecadores de Charlie en la masacre. Sólo buscaban castigar a los overlords y a aquellos de mal corazón.
Con lo cual, ninguno de los que se escondían en el hotel, ni siquiera Alastor, pasó por el castigo.
Una mañana en la que Charlie y su hermana estaban sentadas juntas en el sofá del salón central, Moxie acudió a ellas dando saltos de alegría y probándose un traje muy elegante que se compró el mes pasado. No hacía más que recolocarse su pajarita roja cada dos por tres.
- Eh... ¿A qué vienen esas caras? - dijo este tras ver a las dos chicas. Tan serias y a la vez incrédulas por verle así - Devilon y Octavia se van a casar... Han planeado la boda para esta noche... Tendríais que estar contentas...
Tras lo que dijo, Charlie se llevó una mano a la frente. Como si se le hubiera olvidado algo muy importante.
- ¡Ah...! Es verdad... - se levantó de un salto del sofá - ¡Lo habíamos planeado para hoy mismo...! ¡Desde el mes pasado que lo dejamos claro...! - mira a Moxie un poco nerviosa - Pero... No creo que sea lo adecuado celebrarlo después de que...
- ¡No digas tonterías, perra! - exclamó Millie. Quien apareció detrás de Moxie con un vestido negro muy bonito - ¡No fastidies al personal con escusas tontas! ¡Hoy tenemos que intentar conseguir que el día de esos dos tórtolos sea el mejor del mundo! ¡Y tanto nosotros como los demás estamos de acuerdo en eso! - se vuelve hacia atrás - ¿Verdad, chicos?
Angel Dust, Nifty y Cherri Bomb, que también estaban allí, en compañía de otros huéspedes, le asintieron a la demonio con los ojos brillantes de la emoción.
Charlie los miró con una sonrisa bastante alegre. Era la primera vez que veía al equipo tan entusiasmado. Entonces, viendo que tampoco podía prohibir una cosa así, al final accedió.
- De acuerdo... Vamos a organizar la mejor boda de todos los tiempos...
Los demás soltaron un exagerado "hurra". Y acto seguido, se pusieron manos a la obra. Con ansias de que todo saliera sobre ruedas aquella maravillosa velada.
*
El día pasó volando. Durante toda la tarde, Charlie y compañía estuvieron decorando el hotel con adornos y otros detalles de color blanco y organizándolo todo para la gran noche (el número de mesas, la comida que iban a servir, la música...).
Todo salió planeado como Charlie y los demás querían. El resultado, un ambiente de boda radiante.
Antes de dar inicio a la fiesta, los huéspedes se fueron a sus habitaciones a arreglarse.
Nifty ayudó a Devilon a ponerse en condiciones. Por otro lado, Charlie hizo lo mismo con Octavia. Lo que causó que ella tardara más tiempo en ponerse decente que los demás.
La atareada princesa no pudo asistir al casamiento de los dos enamorados. Donde Husk hizo los honores como juez de paz. Y Nifty se encargó de ofrecerles las alianzas a los novios. Terminando todo con un tierno "sí quiero" y un dulce beso de amor verdadero.
Acto seguido, llegó el momento que todos estaban esperando. El inicio de la gran fiesta.
Fue sólo poner la música, y todos se pusieron a danzar como locos. Ya llevaban días sin poder disfrutar una velada en condiciones. Encima con alcohol incluido en la sección de bebidas. Qué más podían pedir.
Aprovechando que la música podía ponerse en formato karaoke, Millie y Moxie, para animar a los presentes y a los recién casados, se pusieron a cantar un tema romántico muy marchoso. Muy pegaditos el uno con el otro. Haciendo que todos se vinieran arriba.
👆 Canción que cantan Millie y Moxie en esta escena 😊
MILLIE
Hace ya algún tiempo que vivo sin ti...
Y aún no me acostumbro, ¿por qué voy a mentir?
Juntos acordamos mejor separarnos...
Hoy sé que no puedo seguir así...
MOXIE
Intenté olvidarte y no lo conseguí...
Lleno de recuerdos, todos hablan de ti...
La casa vacía, ni luz ni alegría...
Estoy muerto en vida si no estás aquí...
MILLIE Y MOXIE
Dime que sientes lo mismo que yo...
Dime que me quieres, dímelo...
La multitud dio un bote a la vez. Al mismo tiempo que Millie y Moxie se ponían a danzar por el escenario en plan parejita ideal.
MILLIE Y MOXIE
Cuando zarpa el amor...
Navega a ciegas, es quien lleva el timón...
Y cuando sube la marea al corazón...
Sabe que el viento sopla a su favor...
No podemos hacer nada...
Por cambiar el rumbo que marcó...
Para los dos...
¡Cuando zarpa el amor!
Devilon y Octavia bailaban felices en el centro de la pista. Al ritmo del tema que estaban cantando los dos diablillos empalagosos. Los cuales, tras comprobar que los recién casados se lo estaban pasando muy bien, sonrieron satisfechos. Y continuaron con el número musical romántico.
En medio de tanta gente bailando, Alastor estaba en un rincón. Canturreando y bailando sólo como un desubicado. Estaba esperando a que Charlie bajara a unirse a la fiesta. Pero tras comprobar que no pudo asistir a la ceremonia de casamiento, comprendió que tendría otros asuntos pendientes que hacer. Además de rollos personales en relación a su padre y a lo sucedido con las plagas.
Husk y Nifty, viendo a su amigo ahí tan apartado de los demás, decidieron ir a hacerle compañía.
- Ey, Al... ¿Qué te cuentas? - le dijo Husk a este. Mientras le daba un trago a su inseparable botella.
Este, nada más verlos, los saludó con amabilidad pero con poca gana. No parecía muy animado aquella noche.
- Hola, chicos... - tomó una copa de vino de una mesita que había a su lado y le dio un pequeño sorbo - Bonita noche... ¿Eh?
Al verlo así de desanimado, Nifty, acercándose a él, le preguntó:
- ¿Hay algo que le preocupe?
Tras su pregunta, el descontento overlord, negando con la cabeza, le contestó con voz apagada:
- La música que cantan no es de mi agrado, cariño...
Los dos, poniendo caras de falsa credulidad, murmuraron a la vez:
- Ya veo...
En realidad lo que le pasaba era que deseaba mucho ver a Charlie. De hecho, él le había pedido anteriormente que si quería ser su pareja para el baile de la boda. Y ella aceptó muy contenta. No se esperaba que fuera a decir que sí a su proposición. Aunque claro. Incluyendo al final la frase: "un baile con un gran amigo como tú me encantaría..."
Sin embargo, no se presentó a la fiesta. Y eso le bajó los ánimos un poco al pobre. Con lo mucho que le hubiera apetecido acompañarla durante aquella larga velada.
- De todas formas... - murmuró sin soltar la copa de su mano. Ahora vacía - Ya me encargaré yo de poner música de verdad cuando terminen... - se acerca a Husk medio sonriendo - ¿Tú que dices, Husky? ¿Te animas a...?
Pero no fue capaz de terminar la frase porque la cara del felino estaba mirando para otro lado. Mostrando impacto. Al mismo tiempo que sus mejillas se sonrojaban.
La botella que agarraba entre sus garras, la que siempre llevaba consigo, se le terminó escurriendo. Haciéndose añicos en el suelo.
- Mmmm... ¿Husk? - le dijo Alastor. Dándole una palmadita en el hombro para que volviera de donde sea adonde se hubiera ido su mente.
El demonio gato, sin perder el careto de pasmado, posó sus dedos por debajo del mentón de Alastor. E hizo girar con cuidado su cabeza hacia donde él estaba mirando.
Los demás de la fiesta, incluidos Millie y Moxie (que ya habían terminado de cantar), también miraban hacia donde Husk. Boquiabiertos y maravillados.
El punto que observaban era el inicio de las escaleras del centro de la inmensa sala. En la cual Charlie, acompañada por el pequeño Baxter, se encontraba.
Por fin había llegado.
La causa por la que todos la miraban así era por lo guapa que se había puesto para la ocasión.
Llevaba un precioso vestido rojo. De falda larga y brillante. Además de que sus cabellos rubios le caían por los hombros con unas elegantes extensiones. También se había maquillado muy bien. Ese carmín negro era inconfundible.
Nada más verla, Alastor se quedó boquiabierto. Con los ojos abiertos de par en par. Sintiendo un delicado cosquilleo en su estómago. Jamás se había sentido así.
Charlie pareció verle desde la distancia. Y con algo de corte, lo saludó dulcemente. Él también se había puesto muy elegante para la ocasión.
Muy despacio, la joven, con Baxter detrás (quien le estaba sujetando la tela del vestido para que no tropezara con él), fue descendiendo por las escaleras. Observando a Alastor con una sonrisa encantadora. Lo que hizo que este la contemplara con ojitos tiernos.
- Buah... - murmuró el anciano jefe de los plebeyos. Uniéndose al grupo de mirones. Justo al lado de Husk - Menudo bombón...
Devilon también pareció sentirse fascinado por la belleza de la princesa. Cosa que hizo que su querida Octavia le diera un codazo en las costillas molesta.
Angel Dust, viendo lo empanado que se había quedado el overlord tras la entrada radiante de la princesa, se acercó a él y le susurró al oído en plan sensual:
- Vaya... Parece que a alguien se le ha calentado el nabo... ¿Eh?
Alastor le hubiera contestado con un buen puñetazo bien dado si no hubiera sido porque Cherri se llevó a la arañita para otro lado con tal de que no estropeara el momento. Aparte de impedir que no se metiera en más líos.
Cuando Charlie hubo descendido por las escaleras, cruzó la pista de baile. Siendo vista por todos los invitados. Hasta llegar hacia donde estaba Alastor. El cual, todavía mudo por lo la impresión que se había llevado, no fue capaz de hablar primero.
- Hola, Al... - murmuró esta. Retirándose los cabellos por detrás de las orejas - Te ves muy guapo esta noche...
Este, retomando de nuevo la compostura de siempre, le tomó la mano a la avergonzada muchacha y se la besó. Murmurando seguidamente en plan sensual:
- Lo mismo digo de tí, querida...
Mientras los dos se saludaban con algo de corte, Nifty, que no hacía más que mirarles muy feliz y sonrojada, le dijo a Husk por bajo:
- Charlie se ha retirado los cabellos por detrás de las orejas... Eso quiere decir que se siente atraída por el señor Alastor...
- Pufff... Anda ya... - bufó este en plan gruñón - Tú siempre con tus gilipolleces...
La enana no pudo seguir discutiendo con su compañero porque se distrajo con el pobre Baxter.
Nada más verle, esta, con los bracitos abiertos, echó a correr hacia él. Y este, asustado, trató de huir de ella. Dando inicio a una tonta persecución a la que casi nadie prestó atención.
Charlie, aprovechando la situación, iba a comentarle a Alastor algo que llevaba un tiempo intentando contarle. Desde el beso que se dieron la última vez deseaba confesarle lo que sentía por él. Y ya era hora de que hablaran de eso.
Pero apenas tuvo el intento de hacerlo, cuando Henry, el hermano de Devilon, se puso a hablar a través del micrófono instalado en el escenario. Diciendo:
- Amigos... Ha llegado el gran momento... Es la hora... - despliega sus grandes alas blancas - Del valls... - sonríe - Cantado por un servidor aquí presente... Buscar a una pareja y a danzar hasta el final...
Tras el anuncio del inicio del valls, todos se pusieron a buscar pareja como pudieron.
Millie y Moxie lo tuvieron más fácil. Se pegaron el uno con el otro. Listos para danzar juntos.
Miriam, por otra parte, escogió a su hermano Charles como pareja de baile. Pues ninguno de los dos estaba comprometido con nadie.
Angel, aunque le costó trabajo al principio, logró convencer a Husk para que bailara con él. Lo mismo le pasó a Sir Pentius. Quien para el asombro de todos, consiguió que Cherri Bomb accediera a su petición de que fuera su pareja de baile.
Los demás también lograron encontrar pareja. Por lo que ninguno terminó sólo.
En el centro de la pista, Devilon y Octavia se colocaron. Alumbrados por la blanca luz de un foco. Mirándose muy enamorados. Se les veía tan felices.
Los últimos en ponerse en posición fueron Charlie y Alastor. Pues no sabían de que forma comenzar aquello. Estaban un poco nerviosos.
Henry, viendo que todo estaba en perfecto orden, murmuró antes de dar inicio a la canción:
- Ésta va dedicada a los enamorados de esta noche...
La melodía del valls dio comienzo. Y las parejas se prepararon para seguir el ritmo.
Al final, Alastor, olvidándose de su orgullo, le extendió la mano a Charlie y le preguntó:
- ¿Deseas bailar, querida?
Y esta, mirándole un poco sonrojada, sonrió dulcemente y le contestó:
- Por supuesto...
Entonces le tomó la mano. Y el caballeroso demonio la guió a la pista.
Cuando hubieron encontrado un sitio adecuado para bailar, se prepararon para dar inicio al baile. Antes de que Henry comenzara a cantar.
Alastor rodeó con su mano derecha la cintura de la chica. Y con la izquierda entrelazó su mano con la de ella delicadamente.
Esta no pudo evitar sentir un delicado cosquilleo en su interior. Le estaba tocando... Y esa sensación extraña le estaba comenzando a gustar.
El overlord también le pasaba lo mismo. Se supone que ya antes había danzado con ella sin ningún problema ni tampoco vergüenza. Pero ahora le costaba trabajo no mirarla sin notar cómo el corazón le palpitaba con más fuerza. ¿Qué era esa sensación?
Entonces, Henry, humedeciéndose los labios antes de comenzar, agarró el altavoz y se puso a cantar el tema "Rhythm Divine". Del artista Enrique Iglesias. Y su dulce voz envolvió la sala en un ambiente romántico. Dando inicio al valls.
👆 Canción que canta Henry en esta escena (imaginaos que la canta en versión valls)
Todos siguieron el ritmo de la canción bastante bien. El grupo entero parecía una tuerca que funcionaba como era debido. La sincronización era increíble. Era como estar en el palacio del rey.
Charlie se sentía tan ligera como el viento. Siendo llevada por el orgulloso Alastor con una delicadeza esquisita. Se sentía el centro del universo. Jamás se había sentido así. Ni siquiera con Vaggie. Y menos aún con Seviathan.
Estuvieron así durante bastante rato. Canción tras canción (sobrepasaron los tres valls más o menos), la pareja recorría la pista felizmente. Sin dejar de reír y de danzar. Igual que la primera vez que se vieron en el hotel. Pero mil veces mejor.
A varios de los presentes, incluso a los recién casados, les llamó la atención ver la química entre la princesa y el demonio radio. Daba un poco de envidia mirarlos. Eran los que mejor bailaban de los demás. Además, se veían muy adorables juntos.
En plena danza, Alastor y Charlie se intercambiaron miradas un tanto sentimentales. Sin saber qué decirse al respecto en cuanto a lo que sentían de verdad el uno por el otro. No encontraban la situación adecuada para soltarlo.
Desde que les sucedió lo del beso no habían vuelto a tocar más el tema de su relación. Sin embargo, ambos se vieron tan radiantes aquella velada, que el deseo de amor volvió a encenderse entre ambos.
Los dos, callados y maravillados, se observaron sonriendo dulcemente. Hasta que Charlie, sintiéndose muy bien junto a su querido amigo, apoyó su cabeza contra el hombro de este. Quedándose a su lado abrazada. Tranquila y segura. Tenerlo con ella la hacía sentirse protegida.
Al sentirla tan cerca de él, Alastor tiritó nervioso. Pero al momento, enternecido por su dulce gesto, sonrió y la siguió guiando en la danza. Mientras un pensamiento agridulce se le pasaba por el cerebro. El de entregar a Charlie a los overlords para derrocarla.
¿Por qué diantres había accedido a tal tontería? ¿En qué estaba pensando? Si era la mujer más hermosa y encantadora que había conocido... ¿Cómo podía haber sido tan tonto?
La música romántica cantada por Henry se fue acentuando conforme pasaban las horas. El número de personas que dejaron de bailar para contemplar a la pareja fue aumentando poco a poco. Hasta quedar solamente ellos dos.
El foco ya no alumbraba a Devilon y a Octavia. Quienes ya se habían retirado de la pista. Sino a Alastor y a Charlie. Pero los dos estaban tan centrados en observarse que no prestaron atención a lo que pasaba a su alrededor.
En pleno baile, Charlie, abrazándose más a su amigo, con las mejillas sonrosadas y contenta de tenerlo con ella, sintiendo el deseo de querer confesarle sus sentimientos, le murmuró al oído:
- Te quiero...
Alastor, en un principio, se abstuvo de decirle algo. Evitando así caer en la tentación del amor. Tentación que las voces de su cabeza le advertían que no hiciera.
Por desgracia, fue incapaz de cumplir esa norma. Y terminó haciendo lo que su mente maquiavélica no quería.
Apoyó su mejilla contra la cabecita de esta. La rodeó por la cintura con sus brazos. Estrechándola contra él. Y acariciándole los cabellos con cariño, le susurró con mucho sentimiento:
- Yo también te quiero...
El público los observó muy curiosos. Sorprendidos de la tensión amorosa que había entre los dos. Tan intensa y llena de lujuria. Se veían tan adorables ahí tan juntitos.
Conforme estaba terminando la canción, los dos enamorados detuvieron la danza en seco. Quedándose en el centro de la pista. Ocupando el lugar de los recién casados.
Alastor y Charlie alzaron las miradas. Mirándose a los ojos atentamente. Con las pupilas brillantes. Enmudecidos por aquel extraño sentimiento.
Entonces, sin comprender por qué estaba enloqueciendo por la belleza de aquella joven, el overlord le pasó la mano a esta por la mejilla. Regalándole una delicada caricia. Y soltando un ligero suspiro, la fue acercando hacia él lentamente.
- A... Al... - murmuró Charlie. Sintiendo una presión en el pecho. Sensación que le comenzó a gustar - Yo...
Entrelazaron sus manos. Y entrecerrando los ojos, se dispusieron a realizar la acción de besarse. Gesto que a los presentes los puso más atentos ante lo que iba a suceder. Ansiosos por ver si se daban un beso o no.
Sin embargo, apenas estuvieron a un pelo de conseguirlo, cuando, nada más finalizar la música, Nifty y Baxter, todavía con la persecución, cruzaron corriendo entre ellos. Interrumpiendo el momento romántico. Separándolos bruscamente. Haciendo que la gente que miraba soltara un gruñido por el corte de rollo.
- ¡Baxter! ¡Vuelve aquí! - gritaba Nifty muy enamorada. Mientras perseguía a su amado por todos lados - ¡Quiero abrazarte, pichoncito mío...!
- ¡Nifty! - exclamó Alastor. Molesto porque su amiga los hubiera interrumpido de esa forma. En pleno momento sentimental.
Pero la enana continuó correteando detrás de Baxter. Sin prestar atención a su reclamo ni a lo que había hecho.
Charlie, sintiéndose avergonzada por lo que había ocurrido, además de que todos los presentes los estaban observando, dio un paso atrás y echó a correr. Dirigiéndose a la salida del salón central. Sin mirar atrás y tapándose la cara con las manos.
- "Ay, Dios mío... ¿Por qué lo he vuelto a hacer?" - se dijo a ella misma. Evitando cesar la marcha. Temiendo que Alastor fuera tras ella para impedir que se marchara.
Pero él no hizo eso. Simplemente se quedó parado en medio de la pista. Bajo la luz del foco. Con la mano extendida hacia la princesa. Con los ojos muy abiertos y apenado de que esa mujer de la que se había enamorado por completo, desde la primera vez que se la encontró, volviera a huir de su lado. Impidiendo que el sentimiento amoroso que sentían fluyera y floreciera.
¿Por qué era tan complicado impedir que muriera el amor?
*
Alejándose un poco del hotel, dirigiéndose al frondoso jardín de atrás, Charlie, aliviada de volver a sentirse sola y que el silencio nocturno fuera su única compañía, se puso a recapacitar sobre lo ocurrido en la pista de baile.
Era incapaz de ocultar sus sentimientos. Lo amaba. Estaba perdidamente enamorada de él. Y ella misma lo admitía. Pero no podía iniciar una relación amorosa con él sin pensar en Vaggie. La cual era ya casi inexistente en su mente.
Lo cierto era que, si se paraba a pensarlo con profundidad, la mujer polilla sólo la aceptó como novia porque se sentía muy sola.
En aquella época de mal de amores, Seviathan le había roto el corazón. Y su padre no le hacía ni caso. Estaba muy sola. Necesitaba a alguien que la escuchara. Alguien que la comprendiera de verdad. Que la apreciara. Y esa terminó siendo la pobre Vaggie.
Pero si esa noche de lluvia Alastor se hubiera declarado ante ella, incluso el día en el que apareció en el hotel, habría terminado su relación con su novia y ahora probablemente sería la demonio más feliz de todo el infierno. Estando con el hombre del que se había enamorado. El tipo al que curó. Evitando que muriera desangrado.
- "¿Tanto le costaba a ese imbécil decírmelo?" - se preguntó a ella misma un poco frustrada.
Se retiró las lágrimas con la manga del vestido. Triste porque eso que tanto deseaba no hubiera sucedido.
Entonces, para tratar de tranquilizarse, recordó que se había traído consigo la cajita de música de su madre. La que le regaló la noche en la que Lucifer dio su ridículo discurso cumpleañero.
Con cuidado, le dio cuerda. Y antes de que diera inicio la melodía, la colocó sobre un banco de piedra del jardín.
Al instante, recordó en su cabeza de pe a pa la canción romántica que cantaron sus padres la ocasión en la que se declararon. Y sin dudarlo ni un momento, en cuanto de la cajita de música comenzó a emanar la dulce melodía, ella comenzó a entonar la letra de la dulce canción. Sintiendo una profunda paz.
CHARLIE
Bailame a tu belleza con un violín ardiente...
Bailame a través del pánico hasta que esté reunido a salvo contigo...
Levántame como una rama de olivo y sé mi paloma de regreso...
Y bailame hasta el final del amor...
Charlie sintió una pequeña punzada en su corazón. Pues esa canción la cantaron sus padres el día en el que se enamoraron. Y el saber que ella la estaba interpretando sola y sin la persona que amaba a su lado, la destrozaba por dentro.
CHARLIE
Por favor bailame hasta el final del amor...
Se puso cabizbaja medio llorando. Abrazándose a sí misma. Temiendo miedo de que estuviera destinada a quedarse sola para siempre.
Sin embargo, una segunda voz, de tono varonil y metálica, como si proveniese de una gramola, comenzó a cantar. Dando un pequeño susto a la triste princesa.
ALASTOR
Oh déjame ver tu belleza cuando los testigos se hayan ido...
Esta, sobresaltada, se dio la vuelta hacia aquella linda voz.
Y ahí estaba él. Tan elegante como de costumbre. Con esa mirada que expresaba deseo amoroso. A pesar de que su sonrisa permanente confundía sus expresiones faciales.
El hipnotizante demonio radio.
ALASTOR
Oh, déjame sentirte moviéndote cuando no haya testigos...
Charlie se extrañó al principio no por su sorprendente aparición. Sino por cómo podía estructurar la canción en su cerebro sin ni siquiera saberla.
¿La conocía? No... La letra que él cantaba era distinta.
ALASTOR
Oh muéstrame lentamente lo que sientes tú por mí...
Pero al instante, la joven demonio comprendió que la letra no la estaba improvisando cual músico en un concierto vulgar.
ALASTOR
Y bailame hasta el final del amor...
La letra la estaba extrayendo de sus sentimientos. De lo más profundo de su corazón. Y eso hizo que esta por poco se emocionara.
Entonces, mirándole a los ojos mientras este se acercaba hacia ella lentamente, Charlie sonrió con tristeza y comenzó a cantar con él. Haciendo también el gesto de dirigirse a su lado.
ALASTOR Y CHARLIE
Por favor bailame hasta el final del amor...
Cuando ambos estuvieron frente a frente, sin perder la vista el uno del otro, Alastor le extendió la mano a la muchacha. Y ella, sin dudarlo, se la tomó. Y se pusieron a danzar a la luz de la luna infernal. Aprovechando que nadie miraba.
Al fin sólos y alejados de ojos curiosos que podrían molestarles. Envueltos en el manto de la oscura noche.
CHARLIE
Bailame hasta la boda ahora, bailame una y otra vez...
Y bailame muy tiernamente...
ALASTOR
Y bailame por mucho tiempo...
Este la hizo dar una vuelta con elegancia. Seguidamente la inclinó hacia el suelo. Haciendo que por poco sus labios se rozaran por lo cerca que estaban. Y después prosiguió guiandola en el baile. Sin perder la canción.
ALASTOR Y CHARLIE
Ambos estamos debajo de nuestro amor, y los dos arriba...
De golpe, Alastor soltó a Charlie. Alejándola de su lado. Haciendo que diera varias vueltas alrededor de su eje. Y cuando esta se hubo detenido, perdiendo a su amado de vista, continuó cantando.
CHARLIE
Y bailame hasta el final del amor...
Al instante, como por arte de magia, el overlord apareció detrás de ella. Tomándola de las manos y haciendo que se girara a él. Regresando de nuevo junto a ella.
ALASTOR
¿No me bailarás...?
Se miraron muy enamorados. Pero al mismo tiempo tristes. Porque sabían que no podían estar juntos aunque quisieran. Lucifer no lo consentiría. Y tarde o temprano los pillaría y los castigaría a los dos.
ALASTOR Y CHARLIE
¿...hasta el final del amor?
Alastor, sintiéndose por primera vez lleno de paz, apoyó su frente contra la de Charlie. Y la rodeó con sus brazos. Sin ser capaz de apartar la mirada hacia otro lado.
ALASTOR Y CHARLIE
La la...
La la la...
La la...
La la la, la la...
La la...
La...*
* Canción original
Los dos se quedaron un rato así. Muy pegados y en silencio. Sólo el canto de las cigarras era lo único que se escuchaba en medio de la noche.
No querían separarse. Desearían que ese momento durase para siempre. Eternamente.
Por desgracia, a pesar de que se amaban, tenían que asumir que ellos jamás podrían estar juntos. Debían de comprenderlo.
Con lo cual, Alastor, dando un triste suspiro, le dio un delicado beso a Charlie en la frente. Haciendo que esta se ruborizara. Quedándose a cuadros.
- Al... - murmuró. Mirándole con los ojos iluminados. Negándole con la mirada que no se marchara.
Pero este, agachando la cabeza apenado, le contestó con una voz suave y aterciopelada:
- Adiós, mi vida...
Y se alejó del lugar. A paso ligero. Entrando al hotel Hazbin sin en ningún momento echar la vista atrás. Volviendo a dejar a la princesa sola. Desolada y sin saber bien qué decir.
Dentro pareció escucharse música de reggaeton bastante marchosa y muy fuerte. Seguramente eso sería cosa de Cherri Bomb y Angel Dust.
Pero Charlie no le dio a eso importancia. Quería estar con Alastor. Ya le daba igual todo lo demás. Sentir su presencia la cautivaba y animaba. No había sentido jamás algo así por alguien. Deseaba que fueran algo más que amigos. Y se arrepentía por haberlo rechazado la última vez.
Pero... ¿Sería lo correcto? ¿O estaría llevando a los dos a una posible muerte segura?
De sólo pensarlo, Charlie se puso a llorar en silencio. Preguntándose qué haría para olvidarse de él. Cómo lo conseguiría.
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Bromas de Moxie (parte 4):
Suena el teléfono...
¡RING! ¡RING!
Husk (descuelga): Hotel Hazbin... ¿Qué desea, alma patética?
Moxie (llamando desde su habitación): Eh, sí... Oiga. Pregunto por el señor Ollas. De nombre Philip...
Husk: eh... Un minuto. Voy a ver... (se dirige a los huéspedes) Philip Ollas... Philip Ollas...
*Nadie le contesta*
Husk: Venga, chicos... ¿No hay ningún Philip Ollas por aquí?
Angel Dust: Que yo sepa, uno...
Huéspedes: JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA...
Husk (furioso): Arf... ¡Eres tú otra vez!
Moxie (a través de la línea): ¡Je je je je je je je...!
Husk: ¡Escúchame...! ¡Cuando te pille voy a utilizar tu cabeza de cubo y voy a pintar mi casa con tu cerebro!
Moxie: ¡JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA...!
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