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Capitulo 52 - Nosotros te protegeremos

El día pasó bastante rápido como de costumbre. Charlie y compañía estuvieron bastante entretenidos. Ahora que eran más numerosos en el hotel, las cosas parecían ser más divertidas.

Cada uno tenía una personalidad diferente. Y los gustos de cada persona eran muy variados. Unos eran más tranquilos, otros eran más rebeldes, otros más cobardes, algunos eran más contestones...

Pero lo que todos tenían en común (a excepción de Alastor), era que su sueño era redimirse. Dejar atrás el infierno y llegar al paraíso. Eso era lo que el humilde grupo compartía. Y tarde o temprano, seguro que lo lograrían. La princesa estaba completamente segura de eso.

Sin embargo, no todo fue felicidad durante aquella tarde.

Nada más marcar las seis, un visitante llegó al hotel. Haporreando la puerta repetidas veces. Con bastante fuerza.

Charlie fue la quien acudió a atender al recién llegado. Con una linda sonrisa en la cara. Siguiendo las recomendaciones de Alastor.

Pero apenas fue abrir la puerta, cuando su cara cambió de golpe de alegre a pálida.

Frente a ella, mirándola con desdén, estaba su ex novio. Seviathan.

- Hola, Charlotte... - la saludó con desgana - Cuanto tiempo sin volver a verte...

La chica pareció insegura. Pues la presencia de ese tipo le traía muy malos recuerdos del pasado. Era incapaz de reaccionar. La ponía muy incómoda.

- ¿Qué pasa? - le preguntó. Molesto porque no dijera palabra - ¿No tienes nada que decirme? - sonríe con malicia. Captando lo intimidada que estaba - Ya sabía que eras tonta... Pero nunca pensé que...

Pero antes de que continuara metiéndose con ella, así de sopetón, apareció Devilon con su lanza. Escudando a Charlie del joven overlord. Poniendo cara de asesino.

- ¡Atrás, mamón! - le advirtió este. Con el único fin de proteger a su amiga - ¡Déjala en paz! ¡Si buscas pelea, este no es tu lugar! - lo apunta con su arma - ¡Lárgate!

- Devi... - murmuró Charlie. Enternecida por su valiente gesto.

Seviathan, mirando con cara de asco a aquél muchacho de cabellos oscuros, sin mostrar el más mínimo temor, dijo:

- Conque así eres ahora... ¿No? - fulmina con la mirada a Devilon - Te molan las amistades peligrosas...

- ¡No te acerques...! - le exigió el chico.

Pero el orgulloso overlord lo echó a un lado sin necesidad de hacerle daño. Agarrándole del brazo y retirándolo con mucha facilidad a sus espaldas. Consiguiendo así poder ver a su querida ex pareja.

- Lo siento... Pero no he venido a pelearme... - explicó - Si he llegado hasta aquí no ha sido para disculparme... Y mucho menos para redimirme... - mantiene a Devilon alejado de su presencia - Sino para comentarte una cosa importante...

Tras lo que dijo, Charlie, curiosa, le preguntó:

- ¿Qué cosa importante?

Seviathan, viendo que había conseguido captar su atención, poniendo una postura caballerosa de superioridad, le comentó:

- ¿Recuerdas el día en el que te salvé la vida?

Esta dudó al principio en su pregunta. Sin embargo, tras pensar un momento, le vino a la mente el día en el que por poco estuvo de morir. La vez en la que Seviathan la salvó de una caída que le hubiera costado la vida. Lo que causó que, ya de más mayores, se volvieran pareja...

- Sí... - le respondió Charlie. Todavía sin comprender nada de lo que le trataba de decir - Po... ¿Por qué?

- Pues... - fue introduciendo su mano en el bolsillo izquierdo de su traje - Porque yo no fui el quien te salvó realmente...

Lo último que dijo dejó a la pobre princesa a cuadros. ¿De qué estaba hablando?

Antes de que ella pudiera decir algo, Seviathan le enseñó a Charlie lo que acababa de extraer de su traje. Una pluma amarillenta cubierta por una bolsa de plástico fino.

- Ésto... - le comenzó a explicar - Pertenece a la persona que te rescató de la caída... - se la ofreció para que la tomara. Pero esta no la quiso aceptar. Sólo la miró detenidamente - Cuando tuviste el accidente, antes de que hubieras chocado contra el suelo, una criatura de grandes alas salió a tu rescate... Delante de mis ojos... - el recordar esa escena, le hizo a Seviathan sentir escalofríos - Y dejó tras desaparecer este rastro...

Charlie terminó arrebatándole de las manos la dichosa pluma. Para verla más de cerca. Incrédula de que fuera la pluma de las alas de un ángel.

- Te costará creerlo... - prosiguió - Pero he escaneado la pluma... Y si mi ordenador no falla... Pertenece al arcángel mensajero de Dios... Es decir... - frunce el ceño y mira a la chica con una sonrisa horrenda - Gabriel...

La cara de Charlie palideció tras escuchar aquel nombre.

Es verdad que sus hermanos le comentaron que era la hija de un ángel del cielo llamado así. Pero ellos no sabían si verdaderamente era ese su nombre. Pues Megara a lo mejor no les quiso concretar con más claridad su identidad. Por miedo a que alguien lo descubriera.

Entonces... Ese era su padre. El mensajero de Dios era su verdadero progenitor.

Pero tras unos instantes de silencio, Charlie, tratando de mantener la calma, le contestó a Seviathan:

- ¿Y qué pretendes contándome esto?

El overlord, sin esperarse esa respuesta, soltó una risita estúpida y le dijo:

- Pues básicamente... - su rostro se torna a oscuro - Para que podamos hablar del tema por el camino... - extiende su mano hacia ella - Acompañame, Charlie...

- Que... ¿¡Qué!? - dio un paso atrás. Soltando la apestosa pluma - ¡No...!

- Sí... - frunce el ceño - Vas a venir conmigo ahora... Y abandonarás de una puta vez esta ridiculez que estás haciendo...

- Ja... ¡Jamás! - exclamó. Sin embargo, sus poderes demoníacos no le respondían. Porque Seviathan era su única debilidad. Su ex novio. El que la defraudó - ¡No me toques...!

El malvado overlord, sonriendo satisfecho por lo inofensiva que parecía Charlie, hizo el gesto de agarrarla del brazo. Para llevarla ante Lucifer. Y así dar por finalizado el tema de la redención.

Sin embargo, antes de que pudiera ponerle un dedo encima, alguien vino al rescate de la princesa.

- A... ¡Argh! - gruñó Seviathan. Sin esperarse que hubiera aparecido ese sujeto para detenerlo.

Al lado de Charlie, con gesto de valentía, Alastor agarraba con fuerza la muñeca de Seviathan. Intimidandolo con la mirada.

- Usted no tiene derecho a tratar de esa forma a la princesa del infierno. Forastero... - le dijo. Sin soltarle la mano. Con un aire de seriedad en su rostro sonriente - Una mujer encantadora que se preocupa por sus súbditos... - entrecierra los ojos - ¿No le parece bochornoso por su parte?

- Grrrr... - gruñó con rabia el sorprendido Seviathan - Demonio radio...

La incrédula de Charlie, sin esperarse que su querido socio fuera a protegerla, murmuró:

- Al... ¿Qué?

Alastor, apretándole aún más la muñeca a su adversario, la miró por el rabillo del ojo. Poniendo ojitos tiernos. Y le dijo con mucha serenidad en su voz:

- Ponte detrás de mí, querida... - apoyó su brazo libre en los hombros de esta y la llevó a sus espaldas con delicadeza. En plan protector. Luego, se volvió a Seviathan con gesto amenazador. Cambiando de actitud por completo - Para venir aquí antes debería de haber pedido cita... - aprieta sus afilados dientes. Mostrando su fea mandíbula - Pero si sólo ha aparecido para meterse con nuestra Charlie... - le empieza a retorcer el brazo. Al mismo tiempo que su voz se volvía más grave - Entonces será mejor que se largue de aquí...

Acto seguido, le soltó la muñeca bruscamente. Haciendo que este por poco cayera al suelo.

Cuando logró mantener el equilibrio, llevándose la mano sana a su dolorido brazo, vio que de detrás de Alastor y de Charlie aparecieron otros demonios más.

Angel Dust, Husk y Nifty lo miraban con caras amenazadoras. Y lo mismo sucedía con Millie y Moxie. Que se unieron al grupo de defensa. Sacando sus cuchillos. Con caras asesinas. Dispuestos a intervenir para atacarlo si era necesario.

- Ugh... Mierda... - murmuró Seviathan. Sintiendo temor por ver a esa panda de pecadores protegiendo a Charlie.

Entonces, dándose cuenta de que lo único que recibiría allí sería una tunda de palos bien dados, sin soltarse el brazo dolorido, se dio media vuelta y se largó de allí. Caminando a paso ligero. Sin mirar atrás. Alejándose del lugar.

Después de que se marchara, Alastor y los demás se giraron a Charlie. Con caras simpáticas.

- Chicos... - murmuró esta. Al borde de echarse a llorar por lo emocionada que estaba.

Sin embargo, lo que ellos no sabían, era que Blitzo, desde un rincón algo alejado de donde estaba el grupo, había presenciado todo lo ocurrido. Y no pudo evitar poner cara de espanto.

No comprendía nada. Si el demonio radio lo había contratado para raptar a la princesa... ¿Entonces por qué la defendía?

Supuestamente Seviathan, después de llevarse a Charlie, iba a entregársela a los de la empresa IMP para que hicieran con ella lo que quisieran. Y eso era lo que tenían pensado. Pero por culpa de ese loco, el plan se había estropeado. Y no comprendía la causa del repentino cambio de actitud del sonriente overlord.

- Farolero hijo de perra... - gruñó Blitzo furioso - Ésto no quedará así...

Entonces, sin ser capaz de seguir viendo esa escenita, salió corriendo de allí. En dirección a su empresa. Desesperado por idear un plan que de por terminada la vida de la estúpida princesa.
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CONTENIDO EXTRA
Husk explica qué es una mujer:

A la noche, nada más marcar las ocho, aprovechando que Charlie y la inmensa mayoría de los huéspedes no estaban en el mini bar de la entrada del hotel, Alastor se dirigió allí con la mirada perdida. Sin ser capaz de olvidarse del beso que se dio con la princesa el otro día.

Entonces, tras ver a su amigo Husk bebiendo como si no hubiera un mañana en la barra, se sentó frente a él y le comentó:

- Husker. Mi buen amigo... - apoya los codos sobre la mesa - Quiero hablar contigo de mujeres...

Nada más escucharle, este por poco estuvo de atragantarse con la bebida.

- Cof, Cof... ¿Qué? - murmuró incrédulo. Le sorprendía el hecho de que quisiera hablar sobre esos temas. Conociendo sus gustos - Me... ¿Me estás puto tomando el pelo?

Él le negó con la cabeza. Un poco ofendido por la impresión que se había llevado su amigo.

Y al ver que iba en serio, fingiendo estar distraído, le dijo:

- Eh... Esto... - vio que a su lado había un periódico. Así que, como escusa para no hablar con él, lo agarró y se puso a leerlo en plan falso - No... ¿No ves que estoy ocupado leyendo las actividades culturales de este fin de semana? Mmmmm... Oh... Parece que viene Mozart a la ciudad...

Nifty, la cual apareció en esos momentos, al ver que Husk trataba de ignorar a su amo, dirigiéndose a ellos, se puso a reprocharle entre comillas a este:

- Husky... El señor Alastor está empezando a tener sus primeros síntomas hormonales con los del sexo opuesto...

- Sí... Espera... ¿Qué? - murmuró Alastor. Extrañado porque la pequeña dijera esa chorrada.

Pero Nifty no le escuchó. Y prosiguió.

- Eres su amigo. Deberías de hablar con él sobre... - se sonroja un poco - Mmmm... Ya sabes...

- ¡No es necesario, nena...! - le contestó Husk. Un poco molesto - ¡Ya se enterará sólo de esas cosas al igual que hice yo!

- ¿Estas seguro? - le dijo Nifty. Cruzándose de hombros. Con su único ojo medio cerrado. Luego se giró a Alastor con cara de curiosidad - Mi amo... ¿Cómo descubrió usted el tema del coito si jamás se ha acostado con nadie en la vida?

Este, sin parecer molesto por la pregunta de su amiga, se paró a acordarse en qué momento de su vida aprendió eso.

Entonces lo recordó al instante.

Sucedió cuando era pequeño. En un acogedor zoológico de Luisana...

*
Él se encontraba comiendo palomitas rancias frente a la jaula de los monos. Cuando hubo algo que hicieron dos de ellos que hizo que llamara al vigilante de los animales muy alarmado.

- ¡Eh, guarda! ¡Eh, guarda! - le gritó algo nervioso a uno de los que vigilaban el parque. El cual se acercó a él sin prisa alguna - ¡Mire, mire...! - señala la oxidada jaula - ¡Esos dos monos se van a matar!

El guarda, echándole un vistazo a aquello de lo que se quejaba el chiquillo, tras verlo, carraspeó un momento y le susurró al pequeño al oído muy seriamente:

- Hijo... Están copulando...

- Oh... - asintió impactado. Comprendiendo entonces lo que verdaderamente estaban haciendo.

*
Tras recordar cómo descubrió lo que hacían los seres vivos para darse placer, Alastor, humedeciéndose los labios un poco avergonzado, le contestó a Nifty:

- Mi madre me lo contó un día... Pero mi problema es que no se apenas nada sobre las mujeres...

Husk, viendo que no tenía elección, soltó un bufido y le dijo a este:

- Pues acomodate, chaval... - le ofrece un vaso de whisky - Porque aquí hay un experto sobre hembras que te va informar de arriba a abajo del temita...

Entonces los dos se sentaron uno frente al otro en la barra y comenzó la larga charla relacionada con las mujeres.

Nifty se tuvo que ir para continuar trabajando. Ese asunto era entre hombres. No era cosa suya.

Cuando estuvieron sólos, Husk, tratando de buscar una explicación básica sobre el dichoso tema, dándole un trago a su botella de alcohol, le comentó:

- A ver, Al... Para que lo entiendas... Las mujeres son como... Eh... - sus ojos dan con el frigorífico de las bebidas destiladas - ¡Un refrigerador...! - lo señala en plan exagerado - Pesan ciento treinta kilos... Son útiles... Fabrican hielo... - ahora pone su vista sobre la botella que se estaba bebiendo - Eh... También son como una cerveza...

- Ajá... - asintió Alastor. Dando un sorbo a su whisky - Entiendo...

- Sí... - se pasa la botella por el hocico - Huelen bien, saben bien... - le da un codazo cariñoso a su amigo en plan amistoso - Y pisotearías a cualquiera por conseguir una... - se pone en pie con los ojos brillantes - Pero no te basta con una sola... - corre hacia el refrigerador como un loco - ¡Quieres probarlas todas!

Saca de la nevera una gran cantidad de latas de cerveza y las pone sobre la barra. Haciendo que Alastor se impresionara por las ansias que tenía su amigo de beber alcohol.

Tres horas después...

Husk se había estado bebiendo durante la charla sobre mujeres todas las cervezas que había sacado. Con lo cual, ya había perdido el hilo de la conversación. Borracho y poniéndose a hablar de tonterías que no tenían nada que ver con el tema.

Mientras, Alastor lo miraba con cara de aburrimiento. Algo decepcionado por haber acudido a los consejos de su buen amigo.

- De modo que le dije... ¿Quieres ese dinero? Pues búscalo porque yo no sé donde está... Mamarracho... - echa la cabeza para atrás. Aturdido de tanto beber - Tengo ganas de vomitar...

Y de golpe, el ebrio felino se terminó quedando frito. Roncando como un oso.

- Bueno... - murmuró Alastor. Cruzándose de hombros tras la larga explicación - Lo positivo de todo ésto es que he aprendido a que si quiero saber más sobre mujeres... - se levanta del sitio con tranquilidad - Lo tengo que investigar yo por mi cuenta...

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