Capitulo 45 - La discusión
La fiesta duró hasta las tres de la madrugada.
A esa hora exacta todos se fueron a descansar. Salvo Nifty y Charlie. Quienes se quedaron hasta tarde recogiendo lo que quedaba de la mesa.
Aprovechando que nadie las estaba escuchando, la demonio uni ojo, sin olvidarse de la escena del beso entre la princesa y Alastor, le comentó a su amiga muy contenta:
- Oye, Charlie... - sonríe - Tengo la sensación de que el señor Alastor y tú os gustais...
- ¿Qué...? - murmuró esta. Perpleja por su comentario.
La enana se ruboriza en plan tontorrona. Y continúa con el tema.
- ¡Es algo obvio! - levanta las manos - Fue tan encantador lo que hizo él por tí... ¡Y qué tierno cuando le besaste! - se toca las mejillas en plan adorable - ¡Estoy por hacer un fanfic de "Charlastor..."! Ja ja ja...
Pero Charlie no mostró ni vergüenza ni vacilación por sus comentarios. Simplemente se le quedó mirando de brazos cruzados. Con cara de curiosidad.
Y eso a Nifty le llamó la atención. Lo que le dio a preguntarle:
- ¿Qué ocurre? ¿Acaso me equivoco?
Esta, negando con la cabeza, se agachó a su altura para verla mejor. Y como si le estuviera hablando a una niña de siete años (lo que Nifty aparentaba ser a simple vista), le comentó:
- Nifty... - suspiró cansada - Lo que hizo Al por mí fue encantador. Pero... - arquea las cejas con complicidad - Lo que le he dicho y el gesto del beso sólo lo he hecho para hacerle la pelota un poco...
Lo último que dijo hizo palidecer a la pequeña.
- ¿Cómo? - murmuró incrédula - Pero...
- ¡No te lo tomes a mal, cielo...! - le acaricia la cabecita con dulzura - Además, ya conoces a Alastor... - se vuelve a poner en pie - Cuanto más lo alages, más te hará caso... - la mira muy segura de lo que estaba diciendo - Y ese es mi fin... Si lo trato así, lo tendré comiendo de mi mano...
Pero dejó de hablar cuando vio que Nifty estaba mirando a un punto fijo del espacio con su único ojo muy abierto. Poniendo cara de tensión estupefacta.
- Nifty... - murmuró Charlie al verla así de rara - ¿Qué pasa?
Esta, sin decir palabra, le señaló con el dedo algo que había detrás de ella. Murmurando con voz temblorosa:
- Date la vuelta...
Charlie, siguiendo su nerviosa indicación, sin comprender a qué venía eso, se dio la vuelta. Preguntándose qué sería.
Y allí, al fondo, asomado por la puerta de la entrada del salón central, estaba Alastor. Todavía vestido de gala.
Las dos, especialmente Charlie, se quedaron calladas y enmudecidas. No se esperaban que estuviera a esas horas allí plantado. Y por su cara, no parecía para nada contento.
Su sonrisa era inexistente en su rostro. Y la iluminación de sus ojos estaba medio apagada. Con lo cual, lo había oído todo.
Entonces, sin decir palabra, agachó las orejas decepcionado. Tiró con rabia algo que sujetaba entre sus dedos al suelo. Y se marchó. Adentrándose en la oscuridad de la escalera. Pausado y en silencio.
Charlie se llevó las manos a la sien. Arrepentida de haber dicho esas cosas delante de él. Tampoco llegó a esperarse que se disgustara demasiado por esa tontería. Aunque claro. Como para no sentirse mal.
Nifty, mirando por un momento a la princesa, fue corriendo a recoger lo que había tirado Alastor antes de marcharse.
Su rostro expresó tristeza tras tener en sus manos esa cosa que había traído su amo.
Era una rosa.
*
El día después de la fiesta fue de los más tensos y agobiantes que tuvo Charlie en su vida.
Alastor no le devolvió la palabra cada vez que se cruzaban. Y si coincidían en hacer algo juntos o ella le pedía ayuda, este la esquivaba. Con la intención de ignorarla costara lo que costara.
Parecía ser que lo único que buscaba era hacerla sentir mal por lo que había dicho a sus espaldas delante de Nifty. O simplemente era que ya no le caía bien. Pero que continuaba realizando sus servicios en el hotel como promesa por el trato.
Charlie no quería continuar con ese mal rollo. No lo soportaría. Y tampoco sabía hasta cuándo iba a estar de ese modo con ella. Probablemente, si no hacía nada por pedirle perdón, duraría eternamente. Hasta que todos sus huéspedes se hubieran redimido.
Así que, decidida a acabar con el problema, aprovechando que no había ojos observadores aquella tarde infernal, fue a hablar con él a solas.
Creyó que le resultaría difícil. Pero por suerte, se lo encontró fuera. Al lado del porche del hotel. Contemplando las vistas melancólico y pensativo.
Cuando llegó hacia donde estaba, este pareció darse cuenta de su presencia. Pero no dijo nada.
- Alastor... - murmuró Charlie. Insegura en sí hablarle así tan de pronto o no. Viendo que seguía estando en ese plan tan distante - ¿Tienes un momento?
Él, para su sorpresa, giró la cabeza hacia ella. Y con una sonrisa horrenda, le preguntó sin ganas:
- ¿Qué quieres?
*
Al mismo tiempo en que sucedía esto, en la casa de Stolas iba a tener lugar una discusión bien gorda.
El overlord se encontraba en el salón comedor. Leyendo el periódico muy atentamente. En cuya primera plana se podía leer entre mayúsculas: "Los jesuitas la vuelven a liar". Y sale en blanco y negro la foto de Charlie y los suyos alzando las palmas durante el día de la Pascua.
- Ummmm... - murmuró - Qué interesante...
Pero de pronto, escuchó la puerta del salón abrirse de un fuerte golpe. Haciendo que retirara la vista de su lectura alarmado.
Su mujer acababa de entrar. Y no parecía muy contenta.
Lo más chocante que le pareció a este no fue la cara de furia con la que venía la dama. Sino que traía arrastrando a Octavia. Agarrándola con fuerza del pelo.
Tras ver eso, Stolas, furioso, le ordenó:
- ¡Sueltala!
Pero Stella, frunciendo el ceño, le chilló:
- ¡La he pillado intentando escapar de casa, estúpido! - le dio un tirón a su hija y la echó para alante. Hacia la presencia de su padre - ¡Estaba lanzando una cuerda por la ventana...! ¡Tenía la maleta hecha...! Y además... - dio una patada contra una de las sillas de la mesa. Arrojándola al suelo - ¡Estaba llamando a ese tal Devilon para irse con él!
Las palabras de Stella dejaron sin argumentos a el confuso Stolas. El cual, clavando su mirada en la asustada adolescente, le dijo con un tono triste:
- Via... ¿Es eso cierto?
Esta, alzando la vista hacia él, le contestó temerosa:
- Sí, papá...
El matrimonio intercambió miradas de desaprobación por sus actos. Quedándose un rato en un tenso silencio. Hasta que Stolas lo rompió diciendo:
- Te dije que no te acercaras a ese chico... Es una mala influencia para tí, cariño...
Lo último que dijo hizo que Octavia sintiera una ira interna en su corazón. Por lo que, harta de mantenerse callada, le soltó:
- Que te jodan, papá...
*
- Al... - le fue diciendo Charlie a éste con palabras lentas - Yo... - dio un suspiro y continuó - Lo siento... Yo...
Pero Alastor, soltando un bufido, la interrumpió diciendo:
- ¿Que lo sientes? - giró en redondo hacia ella para verla mejor - ¿Es que crees que con esas formas me camelarás? - frunce el ceño - Pues estás equivocada, princesa...
Al verle hablar así, Charlie perdió su compostura tan rápido como su paciencia.
- ¡Oye! ¡Yo sólo busco que me perdones por lo que dije...! - se cruza de hombros enfadada - Ahora... ¡Si prefieres entonces seguir con esa actitud, tú mismo!
Charlie hizo el gesto de irse de allí. Arrepentida por haber tenido el intento de hablar con él.
Sin embargo, frente a ella, apareció, teletransportado, Alastor. Con cara de pocos amigos. Cortándole el paso.
- Al... - murmuró esta. Incrédula de que hubiera hecho eso.
*
- ¿Cómo has dicho? - preguntó Stolas a Octavia. Tras escuchar semejante insulto hacia su persona.
- ¡Que te jodan, papá! - le repitió. Encarándose a él sin el más mínimo miedo - ¡Que te jodan a tí, a mamá y a todo el mundo!
Stella quiso decirle algo. Pero era tal la sorpresa que se llevó por ver a su hija así de furiosa y contestona que cerró el pico directamente.
Stolas también se quedó igual que su esposa. Estupefacto e incrédulo por que su hija estuviera así de furiosa.
- ¡Toda mi vida me la habéis estado puteando los dos...! - mira fijamente a Stolas - Pero tú ya fuiste el detonante de todo, papá... - sus ojos se comenzaron a humedecer - Tú lo arruinaste todo...
Al ver que se estaba poniendo triste, el orgulloso overlord trató de tranquilizarla. Dirigiéndose a su lado para abrazarla.
Pero para su sorpresa, Octavia lo apartó dándole un empujón. Haciendo que por poco se cayera. Exclamando:
- ¡No me toques! - lo miró furiosa. Al mismo tiempo que lloraba - ¡Me repugnas, viejo asqueroso!
*
- Cambié por tí... - dijo Alastor. Mirando a la princesa furioso - Puse de mi parte para quedar bien delante de tí y de esa escoria a la que llamas amigos... - sus pupilas se dilatan - ¿¡Y ahora vas y dices por ahí que sólo buscas que te sirva como un esclavo!?
- ¡No, Al...! - negó esta - ¡No es lo que parece! ¡Yo no...!
- ¡Ahora me doy cuenta de quién eres en realidad...! - continuó con su tremendo reproche - ¡No eres más que una niña pequeña malcriada que se las cree de santa...! - suspira y le lanza una mirada escalofriante - Aunque eso yo ya lo sabía de antes...
Charlie, también molesta porque le hubiera llamado así, entró en su discusión. Segura de que ella llevaba la razón en todo momento.
- ¡Cállate, imbécil! - se transformó en su forma demoníaca. Haciendo que este diera un paso hacia atrás - ¡Lo único que buscaba era ganarme tu confianza para lograr que este hotel siguiera adelante...! ¡Pero eres un niñato de mierda inaguantable con el que no se puede hablar de nada! - se le encara - ¡Y que se las anda de gallito por la vida...! ¡Para enmascarar con esa actitud de gilipollas con la que actúas lo cobarde que eres!
La discusión estaba siendo presenciada de lejos por Nifty y Husk. Los cuales, tras oír los gritos, fueron a ver de qué se trataba. Y se encontraron con aquello.
Alastor, tomando una forma menos amigable que la que solía mantener habitualmente, le gruñó a esta, con una voz metálica escalofriante:
- Cuida tus palabras, jovencita... - su sonrisa se ensanchó - No vaya a ser que tenga que emplear la violencia contigo...
*
- ¡Octavia! - le gritó Stolas - ¿¡Pero qué te ocurre!?
- ¡Yo ya no quiero vivir aquí! - le contestó furiosa - ¡Está decidido...! ¡Hoy mismo...! ¡Me marcho a vivir con Devilon! - se limpia las lágrimas con la manga de su camiseta - ¡Y me da igual que os fastidie eso...!
- ¡Pero hija...! - le reclamó su padre - ¿¡Qué ves en ese estúpido mindundi!?
Esta, segura de sí misma, les contestó a los dos:
- Todo cuanto vosotros no me disteis... Paz y felicidad... - sonríe tristemente - Él lo es todo para mí... Y sólo teniéndolo a él a mi lado... - se imagina cómo sería su vida si se fuera a vivir con Devilon - No me hace falta más nada...
El matrimonio se quedó boquiabierto por lo que les acababa de explicar la adolescente. Muy segura de sí misma. Sin parecer estar actuando o mintiendo.
Cuando vio que los había dejado sin palabras, Octavia los miró sin moverse de donde estaba. Esperando a que alguno de ellos, sobre todo su madre, le pegara una voz furioso de que le gustara un plebeyo.
Pero en vez de eso, Stolas, acercándose a ella con los brazos abiertos, le dijo con mucha tranquilidad:
- Via... Cariño...
La abrazó muy lentamente. Haciendo que esta se sintiera un poco incómoda. Por encima del hombro de su padre pudo ver la cara confusa de Stella. Quien no parecía estar demasiado contenta con ella.
Tras aquel tenso abrazo, Stolas, observando fijamente a su hija, le susurró sin parecer estar furioso:
- No necesitas a nadie para ser feliz, mi pequeña... - le tomó de la mano. Acariciándosela con ternura - A nadie...
- Pa... Papá... - tartamudeó esta. Nerviosa porque de repente le dijera eso con esa frialdad.
Entonces, entrecerrando los ojos, regalándole una sonrisa que hubiera hecho bufar a cualquier gato por lo horrenda que era, murmuró:
- No quiero que nadie te folle...
Lo último que dijo, de esa forma tan ordinaria, hizo que a Octavia se le abrieran los ojos como platos. Al mismo tiempo que una rabia comenzó a crecer en su interior. Por lo harta que estaba de que sus padres no la escucharan.
Y no pudiendo contenerse, exclamó...
*
- ¡Soy la princesa del infierno, estúpido overlord de mierda! - continuó gritandole Charlie a Alastor. Manteniendo su forma demoníaca - ¡Y te ordeno que cierres la puta boca de una puñetera vez!
Como era imposible que se callara, el demonio radio contraatacó con unas palabras que dejaron a la furiosa princesa sin argumentos.
- Tú no eres una princesa... - su voz tomó un tono más grave y fantasmal. Al mismo tiempo que su cara se iba oscureciendo de la rabia - Eres hija de una zorra esclava... - se le fueron alargando las extremidades - Y Lucifer te odia porque no eres más que eso... - sus pupilas se dilataron - Una rata callejera...
*
- ¡Y lo dice el quien se cepilla todos los días a un puto mercenario asqueroso...! - le encara esta con ira. Sin temor alguno. Apretando los puños. - ¡Dejando que le den por el culo como a una auténtica guarra...! - lo mira fijamente - Y aún estando casado... Jodiendo a su familia...
*
Husk y Nifty pegaron unos silbidos tras escuchar lo que había dicho Alastor. Esperando a que no se liara la situación más de lo que estaba.
A Charlie esos insultos parecieron ofenderle mucho. Ya que su cara palideció por unos instantes.
Pero a los pocos segundos, frunciendo el ceño, apretó los dientes y...
*
La bofetada que Stolas le propinó a Octavia fue tan rápida que a ella misma no le dio tiempo ni a reaccionar. Ni siquiera se la esperó para nada.
Pero tras el golpe, Stella pareció reclamar con rabia a su marido por lo que había hecho. Espantada porque hubiera puesto la mano encima a su hija.
Era la primera vez que le había pegado.
*
El puño de Charlie se hundió en la cara de Alastor como si de una simple hogaza de pan se tratara. Callando lo que estaba diciendo. Dejándolo estupefacto.
Husk y Nifty también se callaron por el gesto de la joven. Acababa de pegar al demonio radio. Le había faltado al respeto. Eso conllevaría a que sufriera las consecuencias de sus actos.
Tras el puñetazo, Charlie, mirándole sin ninguna piedad, manteniendo su estado de furia, le chilló:
- ¡Maldito...! - da un fuerte puntapié en el suelo - ¡Cabrón hijo de...!
Pero de repente...
*
- Octavia... - murmuró Stolas. Tras darse cuenta de lo que había hecho. Acababa de perder el control. Fue tal la rabia que sintió por lo que le estaba diciendo su hija que había desatado su frustración contra ella. Haciéndole daño - Perdoname... - hizo el intento de acercarse a ella - Yo no quería...
- ¡No te acerques a mí...! - le gritó. Al borde de un llanto desconsolado.
- Pero... Cariño...
- ¡Déjame en paz!
*
Después de que el pie de Charlie golpeara el suelo, una luz blanca cubrió a esta y a Alastor. Hasta tenerlos ocultos en una esfera celeste.
Y rápidamente, dicha esfera salió disparada en paralelo hacia el cielo infernal. Yendo en dirección a una de las lunas que había en el firmamento.
Al parecer, sin quererlo, Charlie había empleado su técnica de teletransporte. Sin embargo, como estaba muy furiosa, no había sido capaz de controlar sus poderes. Y accidentalmente, causó que Alastor y ella salieran volando a alguna parte muy lejana de ahí arriba.
Cuando Nifty y Husk vieron impresionados cómo ese par desaparecía en la distancia, éste último murmuró:
- ¿Puedo decir ya esa palabrota?
*
Stolas quiso intentar calmar a su querida hija. Pedirle perdón por lo que le había hecho.
Pero esta, llevándose la mano a la mejilla en la que había recibido la bofetada, se alejó de él dando tres pasos hacia atrás.
Acto seguido, miró a su madre. La cual estaba igual de incrédula que ella.
Entonces, intentando no llorar por lo ocurrido, salió de la sala corriendo. Sin mirar atrás y callada como una tumba.
No se fue a su cuarto para llorar a escondidas. Ni mucho menos.
Recogió lo poco que consideraba de gran utilidad. Cargó su mochila contra su espalda y descendió por la cuerda que había hecho antes con sus cortinas para huir a urtadillas.
Sus padres, aún sabiendo lo que estaba haciendo, no le impidieron su marcha. Y la dejaron que se fuera. Abandonando el hogar para siempre.
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