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Capitulo 40 - Chiquitita

Cuando Charlie vio por el telediario, en uno de los escaparates de una tienda de televisores de la ciudad, las imágenes filtradas de su padre con el chiquillo que parecía ser su hijo, estaba paseando tranquilamente con Devilon. Quien se había convertido, después de Angel Dust, en su huésped favorito y más fiel a sus normas.

Además, era muy atractivo. Y a veces se ruborizaba cuando lo veía. Pero ella ya sabía de antes que su corazón le correspondía a otra mujer. Por lo que no trató de intentar nada raro con él.

En aquellos momentos se encontraban charlando sobre el día a día.

- Entonces... ¿Crees que lograremos llegar a nuestra meta, Charlotte? - le dijo. Manteniendo su lanza cargada entre sus hombros. Tomándola con los brazos.

- Sí. Por supuesto... No sabes lo mucho que estáis haciendo todos por mí para lograr que mi proyecto siga adelante, Devilon... - le contestó con mucha alegría. Parecía estar de muy buen humor - ¿Cómo os lo podría agradecer?

- Mmmm... No sé... - puso cara de pensativo - ¿Qué tal con un buen guateque?

Los dos se echaron a reír muy amistosamente. Pero sus carcajadas cesaron tras ver a un conjunto de demonios parados frente al escaparate de la tienda de televisores.

Curiosos, fueron a ver qué era lo interesante que estaban retransmitiendo como para que esos sujetos estuvieran muy atentos escuchando lo que se decía.

Se abrieron paso entre los mirones que contemplaban el escaparate con mucha atención. Con un poco de coste. Pues alguno que otro estaba tan embobado que no era consciente lo que sucedía a su alrededor.

Lograron colocarse en el centro del lugar. Pudiendo ver con claridad lo que se estaba retransmitiendo a esas horas de la tarde.

Y conforme empezaron a escucharlo, la cara de Charlie fue palideciendo poco a poco. Hasta parecer un fantasma.

Según comentaba la reportera, se habían captado, gracias al equipo del noticiario y a sus periodistas corresponsales, imágenes y grabaciones en las que se veían a Lucifer con un niño muy parecido a él.

El chiquillo, según lo que se decían ambos personajes, se llamaba Azazel. Y era un hijo que el rey tuvo hace unos años atrás sin hacer público su existencia. Detalle que era bastante extraño.

- No me esperaba ésta sorpresa tan jodidamente tremenda por parte de nuestro gran jefe... - comentaba la reportera. Sin perder el carisma de su feo rostro - Pero es normal que tenga otro hijo a espaldas de todos y de su primogénita. Ya que... - sonríe - ¿Quien puede tener como hija favorita a una zorrita mocosa como la princesa "doña santurrona"?

Los espectadores se echaron a reír con fuerza.

Devilon simplemente se quedó muy impactado por la noticia. Sin saber comprender el motivo de ese secreto que ocultó durante años a sus súbditos.

- Eh... Charlie... - murmuró. Girándose a ella - ¿Tú sabías que...?

Pero dejó de seguir hablando cuando vio las lágrimas que descendían por el rostro de su amiga. Quien estaba temblando y haciendo pucheros.

Supongo que, y eso se dio cuenta al instante Devilon, ella desconocía la existencia de Azazel.

Los que estaban allí, al verla así de triste por la noticia, la señalaron y se rieron de ella. Llamándola pringada y haciéndole burlas.

Devilon quiso defenderla de esos idiotas sin corazón. Pero Charlie, sin ser capaz de controlar su dolor por lo que había visto, salió corriendo del lugar. Alejándose de su acompañante.

- ¡Charlie! ¡Espera...! - le gritó. Yendo tras ella.

Sin embargo, apenas tuvo el intento de perseguirla, cuando una mano siniestra lo agarró de su negra capa y lo arrastró con fuerza hacia un callejón oscuro. Alejándolo de su querida amiga y de la multitud que escuchaba el programa del 666.

¿Quien sería el sujeto que se lo estaba llevando a rastras de allí?

Entre tanto, Charlie, olvidándose por completo del muchacho, se dirigió lo más rápido que pudo al hotel Hazbin. Deseando que todo se tratara de una pesadilla. Y que nada de eso estuviera pasando de verdad.

Que fuera adoptada eso ya fue suficiente. Pero que ahora se enterara de que sus padres tuvieron un hijo a sus espaldas y que no le contaran nada sobre su existencia, eso ya fue el colmo para ella. Aparte de que su padre, según vio en esas imágenes filtradas, lo trataba de una manera más cariñosa con la que jamás había visto durante su niñez. Gestos que jamás tuvo con ella. Ni siquiera una muestra de orgullo. Nada.

¿Pero se puede saber qué pretendían conseguir ocultándole ese secreto?

*

Mientras, en el hotel Hazbin, Angel Dust y Nifty se encontraban en el salón central. Recogiendo una serie de libros que Millie y Moxie habían esturreado por el suelo antes de dirigirse a su cuarto a pasar el rato o a lo que sea que estuvieran haciendo.

Los demás huéspedes seguían durmiendo. Estaban agotados después de la fiesta de Pascua que celebraron a lo largo de aquel día. Tuvieron que hacer una larga caminata por la ciudad para ensalzar su manifestación. La cual, para muchos, pareció muy similar a la entrada triunfal de Jesucristo en Jerusalén con sus seguidores. Supusieron que Charlie se basó en ese capítulo de la Biblia para hacerse ver como la niña buena. Total. Lo que trataba de predicar ella en las gentes no era muy diferente a lo que profanaba el mesías.

La pequeña Nifty llevaba entre sus manos una torre muy pesada de libros que por poco estuvo de hacerla caer. Mientras que Angel sólo tenía un par de revistas que se dedicó a hojearlas con interés. Ignorando a su amiga. Quien trataba de mantener el equilibrio para devolver esos libros a su estantería correspondiente.

- Ugh... Angel... - murmuró esta. Sintiendo cómo se le tensaban los músculos - Échame un cable... Per favore...

Este tras oírla. sonriendo con gesto de burla, agarró un clave desenchufado que había cerca de donde estaba sentado, tirado en el suelo, y se lo tiró en la cara. Causando que se resbalara y se tropezara. Cayéndosele los libros. Los cuales se desparramaron por todo el suelo.

- ¡Ja ja ja ja ja...! - rio el muy gracioso. Señalándola con el dedo.

- Oye... - dijo Nifty. Muy molesta por la jugarreta de mal gusto que le había hecho - ¡Te pedí que me echaras un cable, tonto lava!

- ¿Y no lo hice, mi corazón? - le contestó. Sacándole la lengua. Sin perder de vista la mirada en su lectura.

La enana, muy enfadada, estuvo a punto de abalanzarse sobre su cuello como venganza por haberse metido con ella. Pero desgraciadamente, el sonido del portazo de la puerta de la entrada del salón hizo que se detuviera en seco. Sobresaltada por la sorpresa.

Angel Dust levantó su vista de la revista que estaba leyendo de golpe tras aquel estruendoso sonido. Esperaba que no fuera Alastor. Que a lo mejor habría venido para defender a Nifty de sus burlas. Pero por suerte, no se trataba de él.

La tristona de Charlie, lloriqueando a moco tendido, acababa de entrar a la sala. Tapándose la cara de vergüenza para que sus amigos no la vieran. De hecho, nada más aparecer allí con ese estado deprimido, no se esperó encontrarse a ese par presentes. Creía que estaban en sus aposentos o en la planta de arriba haciendo lo que fuera. Pero tuvo la mala suerte de que no fue así. La habían descubierto.

Las dos se quedaron mirándola con los ojos muy abiertos. Un poco incómodos. Sin comprender la causa de su repentino llanto. ¿Se podía saber por qué de repente venía así de la calle? ¿Es que se habían vuelto a reír de ella o qué? Y otra cosa que les extrañó fue que Devilon no venía con ella.

- Charlie... - dijo Nifty un poco preocupada - ¿Estás bien?

Pero ella no le respondió. Se fue corriendo a una puerta de al fondo de la sala. La cual daba a los baños del personal del hotel. Y como estaba tan desesperada por esconderse donde fuera, terminó entrando a los servicios para hombres. En el que por suerte no había nadie haciendo sus necesidades.

Angel y Nifty, temiendo que le hubiera ocurrido algo malo, además de que si volvía a ponerse triste ya se estaban olvidando de obtener permisos por parte de ella para salir libremente por la ciudad, fueron tras ella para intentar hacer que hable.

Cuando ambos estuvieron dentro, se pararon frente a la puerta de la letrina en la que Charlie se había escondido para lloriquear. Pudieron escuchar sus débiles gemidos y su insoportable moqueo. Parecía una niña de seis años después de que le hicieran bullying los niños del cole.

El primero en hablar fue Angel Dust. El cual, dando un par de golpecitos con los nudillos a la puerta, dijo:

- Eh... Charlie... ¿Deseas compartir tus penas con nosotras o...?

- ¡Marchaos...! - gritó. Con voz temblorosa. Sin dejar de llorar.

Tras decir eso, la arañita, cruzándose de hombros, se giró a Nifty y le dijo por bajo:

- Vale... Ya la has oído... Dejémosla a solas...

Tuvo el intento de marcharse. Pero la enana le agarró por la muñeca impidiéndoselo. Y le gruñó:

- ¡No seas así de insensible...! - frunce su único ceño - ¡Intentemos aunque sea sonsacarle lo que le preocupa!

Al final, Angel, molesto por tanta tontería, aceptó a regañadientes las órdenes de su compañera. Y no se marchó a otro lado para proseguir con su rollo.

Los dos volvieron a acercarse a la puerta. Pegando sus oídos a ella para escuchar a la chica llorar. Sin saber de qué modo lograr que salga y les cuente lo que se estaba cociendo en su cabecita. Lo tenían muy difícil si su fin era intentar que hablara. A no ser que lo hicieran a la fuerza y en plan brusco. Que eso lo tenían como última opción a unas malas.

Pero en vez de eso, a uno de ellos (o sea, a Nifty), se le ocurre otra forma de hacerle hablar. ¿Y como?

Pues cantando. Como solían hacer para que la princesa se soltara un poco a la hora de buscar una solución a algún problema.

NIFTY
Chiquitita, dime por qué...

Angel Dust, tras escucharla, la miró incrédulo. A punto de echarse a reír. Pero esta, señalándolo con la cabeza en señal de que le siguiera la corriente, le rogó que también la acompañara en su cantar. Con un poco de frustración.

- ¿Yo también? - la enana asintió nerviosa. Dándole la entrada - Eh... Va... Vale...

Este, volviéndose a la malgastada puerta, se puso a entonar esa canción espontánea (que estaban haciendo sobre la marcha), también.

ANGEL DUST
En tu voz hay tanto pesar...

Charlie seguía llorando. Sin prestar atención a lo que estaban haciendo estas con desesperación. Con tal de que hablara de una vez.

NIFTY Y ANGEL DUST
No es normal... Pues estás llegando a tu meta...

La llorera no cesaba. Pero las dos amigas no se dieron por vencidas tan fácilmente.

NIFTY
Un problema te hace sufrir...

ANGEL DUST
Algo malo nubla tu mente...

Tras escuchar eso, la princesa cesó su llanto de pronto. Parándose a escuchar lo que le decían. Sin esperarse que estuvieran tan interesadas en consolarla fuera como fuese.

NIFTY
Se te ve tan callada y tan ausente...

Al ver ambos que la chica había dejado de llorar, sintiendo algo de esperanza porque funcionara lo que estaban haciendo, se mantuvieron firmes y continuaron cantando sin ninguna vergüenza ni resentimientos.

NIFTY
Chiquitita, todo irá bien...

Charlie, enjugándose las lágrimas, se levantó del váter donde estaba sentada muy lentamente. Y curiosa, pegó su oído a la puerta. Escuchando con cara triste lo que le estaban cantando con bastante preocupación.

ANGEL DUST
Si compartes ese dolor...

Esta dudó por unos instantes a abrir la puerta y salir a reencontrarse con las dos. Pues no sabía si se estaban quedando con ella o si verdaderamente iban en serio.

NIFTY Y ANGEL DUST
Soy aún una amiga para todo...

Angel Dust y Nifty escucharon entonces cómo el pomo de la puerta iba girándose poco a poco. Eso les hizo sonreír aliviados.

NIFTY Y ANGEL DUST
Siempre tan segura de ti...

La puerta se abrió de un chasquido. Pero no de par en par. Sino unos milímetros. Medio entornada.

NIFTY Y ANGEL DUST
Hoy te veo rota por dentro...

La cara triste de la princesa asomó por ella. Mirando a estos con los ojos llorosos. Temerosa por si trataban de burlarse de ella.

NIFTY Y ANGEL DUST
Ten valor... Porque todo tiene arreglo...

Finalmente, viendo que Angel y Nifty parecían sentirse preocupados por ella de verdad, retirando sus malos pensamientos de su mente, con valor, salió a fuera. Y sus amigos la recibieron con los brazos abiertos. Con los rostros iluminados. Satisfechos de que el plan de consolarla estuviera saliendo como deseaban.

NIFTY Y ANGEL DUST
Chiquitita, debes saber...

La tomaron de las manos. Llevándola al espejo de uno de los lavabos del baño para ayudarla a secarle las lágrimas.

NIFTY Y ANGEL DUST
Que el dolor se puede vencer. Nunca dura tanto...

Angel Dust, que era bastante alto, agarró en brazos a la pobre Charlie y la subió a la encimera del lavabo. Colocándola sobre ella cuidadosamente. Mientras Nifty sacaba unos pañuelos del bolsillo de su mandil. Sin dejar de acompañar a su compañero en el canto.

NIFTY Y ANGEL DUST
Otra vez podrás bailar... Tu canción cantar...

La enana demonio se subió también encima del lavabo. Dando un salto. Y se puso con mucha ternura a secarle las lágrimas a Charlie. Sonriendo en plan amigable. Acto seguido, le ayudó a sonarse para que dejara de sentirse atorada por la mocosidad de sus fosas nasales.

Angel Dust, por su parte, sacó del bolsillo de sus shorts un pequeño botecito de colonia. Y sin saber lo que estaba haciendo, se lo echó en la cara a la triste chavala. Haciendo que estornudara. Y enrojeciendo más su nariz.

NIFTY Y ANGEL DUST
Ya habrá tiempo para llanto...

Nifty, viendo que Charlie todavía parecía triste, a pesar de que se estaba comenzando a sentir mejor, vio que en el lavabo había un jarrón con una rosa de un tono rojo como la sangre fresca. Entonces tuvo una idea.

Con sus finos dedos sacó la flor del jarrón. Y con cuidado, se la fue enrollando en los cabellos a Charlie. Causando que se pinchara un poco con las espinas del tallo de la hermosa rosa.

NIFTY Y ANGEL DUST
Chiquitita, puedes llorar...

Angel sacó de su traje un paquete pequeño. Del cual extrajo una pastilla. Y pareció hacer el gesto de ofrecérsela a Charlie. La cual abrió la boca. Creyendo que era para ella. Pero se quedó a cuadros cuando vio que este se la metía de golpe para dentro. Tragándosela con prisa. Echando la cabeza para atrás para que le descendiera por la garganta.

Supongo que sería un anti estrés o algo así que llevaba con él. Pero para su salud. No para la de ella...

NIFTY Y ANGEL DUST
Pero sólo puedes dejar de brillar en lo alto...

Ambos la giraron al espejo para que se viera. Tenía los ojos enrojecidos. La nariz colorada y el pelo medio alborotado. Con la rosa mal colocada por encima de su oreja izquierda. El verse así le hizo sentirse peor. Pero como tenía a sus amigos con ella, pues comenzó a sonreír.

NIFTY Y ANGEL DUST
Puedes de nuevo volver a ser...
Como fuiste ayer...

Angel Dust y Nifty, satisfechos con el resultado, le dieron un par de caricias en la cabeza. Haciendo que esta se riera un poco. Animándola más de lo que estaba hace unos minutos. No llegaron a creer que lo conseguirían. Y ni siquiera tuvieron que recurrir a medidas extremas para hacerla dejar de llorar. Estaban muy sorprendidos.

NIFTY Y ANGEL DUST
No te rindas, Chiquitita...

Charlie, ahora sintiéndose mejor, rodeó con sus brazos a los dos y los abrazó con ternura.

Al principio estos vacilaron un poco. Pero como por otro lado les pareció bien que les agradeciera sus gentiles servicios con esa amabilidad, pues lo aceptaron sin rechistar.

Seguidamente, esta, volviéndose a mirar al espejo, entonó una última estrofa antes de terminar con la improvisada canción.

CHARLIE
Puedo ser como era ayer...
No te rindas...

Tras terminar de cantar, soltó un suspiro agotada. Entonces, sabiendo que si no les contaba lo que le ocurría no podrían ayudarla, pues no tuvo más remedio que soltarles todo cuanto había pasado.

Les explicó lo del telediario. Lo del hijo secreto de su padre y de lo mucho que lo consentía con tanto cariño. Gesto que jamás tuvo con ella.

- Mmmm... Hombre... - murmuró Angel Dust. Poniendose serio - No te extrañe que lo trate mejor que a tí... Total. Tú no eres su hija...

- ¡Angel! - le gritó Nifty. Molesta por lo desagradable que había sido.

Pero Charlie, acariciándole la cabecita a la pequeña demonio, le dijo:

- No, Nifty... Tiene razón... - pone cara seria - Puede que al no ser su verdadera hija no haya tenido tanto aprecio por mí como con ese niño... - se cruza de hombros - Pero lo que no comprendo es por qué me ha estado ocultando que tuvieron un descendiente...

- Tal vez no querrían que lo mal influenciaras con tus ideas sobre los arcoiris... - añadió Angel. Sentándose al lado de ella y cruzándose de piernas.

- Es posible... - admitió - Pero tampoco era necesario... No me pareció lo correcto...

- Descuida, Charlie... - le dijo Nifty. Posando su mano sobre su hombro. En plan cariñoso - Nos tienes a nosotros. Y estás demostrándole al rey lo muy equivocado que estaba contigo...

- Eh... Eso es... - dijo Angel Dust. Con un poco de coste. Pues era demasiado orgulloso como para parecer muy simpático hacia su amiga. Pero en esa ocasión tenía que hacer un pequeño esfuerzo - La redención todavía es... Es posible... - le pasa el brazo por encima de los hombros - No... No te rindas y sigue con tu meta, cariño...

Las palabras de los dos fueron de bastante agrado para Charlie. La cual, agradecida por lo mucho que se habían esforzado para hacerla sentir bien, los volvió a abrazar. Incomodándolos un poco. Y les dijo:

- ¿Qué haría yo sin vosotros?

Éstos se mantuvieron un poco tensos por la situación empalagosa. Pero al final, viendo lo feliz que estaban le devolvieron el abrazo. Como si ellos también desearan un poco de cariño.

Y se mantuvieron así durante un rato.

Sin embargo, hubo algo que se les escapó a las tres... ¿Dónde estaba Devilon?

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