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Capítulo X

Me esforcé para que quedara antes de tiempo, espero que lo disfruten.


-¡Hey, capitán!- cantó con entusiasmo el de ojos rojos haciendo que el grupo mirara al blondo y la castaña.  -Hasta que te dejas ver- soltó como si fuese una novedad y falso asombro.

-Hola a todos- alzó la mano en saludo a su amigos. -Ya conocen a Diane- la castaña saludo a los presentes con timidez, siendo respondida por todos.

-Los reconozco a todos...- observo a cada uno de los varones hasta toparse con una mujer hermosa de cabellos negros y labios rosados. -menos a ti. Soy Diane, un placer- se acercó a la mujer con una sonrisa extendiendo su mano.

-Merlín, el placer es mío- sonrió la mujer de ojos dorados estrechando la mano contraria. -Eres la dama de compañía, ¿verdad?- Diane asintió con entusiasmo.

-¿Y usted a que se dedica?- ladeo la cabeza.

-Soy una "hechicera" como muchos me han apodado- vio de reojo al peliblanco con la ceja arqueada, él solo desvió la mirada indiferente.  -Pero solo soy una conocedora y me encargo de la educación y conocimiento de las princesas- regresó su atención a la oji violeta.

-Asombroso- jadeo infantil.

-Bien, ya que todos estamos aquí...- exclamó Ban. -¿qué tal si nos vamos a comer?, muero de hambre- sugirió a lo que el grupo asintió.

Dicho esto, se adentraron al castillo hacía la cocina donde seguramente estarían cómodos ya que los cocineros y demás empleados abandonaron su lugar de trabajo durante esos días.

-Vamos Diane- animó el rubio sin excluir a la de coletas.

-Si, capitán- bromeó sonriendo, así ambos yendo con el resto.

[Boart Hat]

-Entonces, ¿trabajas aquí?- observando la taberna preguntó.

-Así es, desde hace tres años- respondió Gelda.

-Bien, terminemos con esto- metió sus manos en los bolsillos y se adelantó a la entrada del local.

[...]

-Hum, ¡es exquisito!- chillo Diane devorando el guiso que el peliblanco había preparado -Señor Ban, ¿ en dónde aprendió a cocinar?- habló con sus mejillas aún llenas.

-La practica hace al maestro. Aunque unos ya tenemos el don natural- alardeo .

-Callate, no te sientas importante- bromeó Meliodas.

-Lastima que Elaine no esté aquí- soltó un suspiro lamentando la ausencia de la rubia. -A ella también le hubiese gustado esto-

-Es cierto- arqueo la ceja mirando al peli café. -Oye King, ¿cuándo me prestas a tu hermana?- cantó sorprendiendo al mismo.

-¡¿Qué te pasa, zorro?!- se quejó.  -Ni se te ocurra acercarte a ella- advirtió, mostrando su lado protector como el hermano mayor que era.

-Calmate amigo, mejor hablemos de algo- habló nervioso por la repentina exaltación de King. -Dime Diane...- la castaña lo volteo a ver. -¿Que tal te llevas con la princesa y el capitán?- la chica tragó de un bocado sonriendo al rubio al lado de ella.

-Ambos son muy amables- comenzó. -Elizabeth tiene un buen corazón, no importa que sean de clase media, baja o servidumbre, a todos los trata igual con amabilidad-

-Es cierto, aunque a veces eso la hace algo ingenua- comentó inoportunamente Gowther.

-Pero tiene determinación- continuo Meliodas.

-Y cuéntanos...- canto el ojirojo -¿La princesa te ha revelado algún secreto?, ¿algo sobre ella y su familia tal vez?- cuestionó con cierta curiosidad y ladeando su sonrisa haciendo que el resto se queje.

-Oh Ban, no empieces con tus teorías conspirativas-se quejo Merlín en un suspiro.

-No comprendo- habló confundida la de coletas. -¿Qué secretos podría guardar?- se alzó de hombros.

-Ignoralo Diane- rodó lo ojos King.  -El está aferrado con un rumor de hace años. Eso siempre está en boca de cada empleado del castillo.- soltó un suspiro.

-¿Cuál rumor?- volvió a preguntar observando a todos esperando una respuesta.

-Técnicamente, Elizabeth no pertenece a la familia Liones- volvió a responder el ambarino.

-No y ni siquiera el capitán lo sabe- comentó Ban con un tarro de cerveza. -Y eso que son muy unidos- se burló.

-Eso a mi no me incumbe, y ni aunque me lo dijera tampoco te lo diría- se cruzó de brazos el rubio.

-Solo quiero saber, ¿qué tiene de malo?- soltó un jadeo en protesta como niño chiquito.

-Una, es privacidad de la princesa- comenzó King a contar. -Y dos, no involucres a Diane en esto y le metas ideas locas-

-Ya en serio- se tornó sereno. -Hay un rumor que dicen que la princesa Elizabeth no es hija de Baltra... Estoy seguro-

Sus compañeros comenzaron a charlar respecto al tema, parecía una discusión entre defender la verdad y la mentira, sin embargo, la mente de Ban divago en sus recuerdos... no lo imaginó, lo recuerda perfectamente.

[Recuerdo]

Hace 13 años, un chico peliblanco se paseaba con pereza por los pasillos del castillo, y aunque ya llevaba años ahí no se acostumbraba a estar ahí.

Vio un par de guardias entrar bruscamente a la sala del trono, con agitación en su voz. Ban optó por esconderse en una de las columnas.

-Rey Baltra, están aquí- escuchó hablar a uno de los guardias.

En un par de segundos vio al rey salir de la sala encaminado por ambos guardias. Con sigilo y curiosidad siguió a su gobernante hasta la entrada sur del palacio, donde una mujer encapuchada lo esperaba.

-Por el bien de los nuestros, deberemos desaparecer hasta entonces- escucho la voz de un hombre que por el grosor de la enorme puerta y el ángulo donde estaba escondido no podía identificar quien era.

-Lo entiendo- habló el rey  -La cuidare como si fuera mía- aseguró con una mirada serena.

-El destino de Britania, está en sus manos- hablo otro hombre misterioso. -Hasta que lleguemos a un acuerdo con ellos y encontremos al mayor, todo estará bien- aseguró mientras extendía lo que parecía un cuerpo pequeño cubierto por una túnica blanca siento recibida por la mujer misteriosa al lado de Baltra.

-¿Sabes que hacer?- la mujer asintió.

-Si, majestad- esta se dio vuelta con el cuerpo en brazos. Un poco de la tela de la cabeza se descubrió revelando cabellos plateados.

Los ojos de Ban se entre cerraron en el borde de la túnica, un símbolo de una especie de estrella de tres picos con las puntas inclinadas en color dorado. 

Eso fue lo único que vio, pues corría el riesgo de ser descubierto.

[Fin del Recuerdo]

-Tiene sentido, no tiene ningún parecido con nadie de la familia real- escuchó decir a King, saliendo así de su trance.

-¿Sabes que es más curioso?, la princesa apareció el mismo día que el clan de las diosas desapareció- comentó Gowther.

-¿Clan de las diosas?- cuestionó Diane.

-Son los seres más legendarios y fuertes de todos junto con el clan de los demonios- respondió King con ímpetu. -Escuche ambos son rivales a muerte y juran destruirse mutuamente-

-O sea que la deidad suprema y el rey demonio se van a enfrentar-  dijo con afirmación la castaña.

-Puf, en serio crees eso- habló el zorro. -La guerra, son solo grupos de soldados que no se conocen ni se odian pero se matan entre sí por decisiones de personas que se conocen y se odian, pero no se matan- dio un trago a su cerveza. -En pocas palabras, aquellos sucesores de los líderes son los que darán fin a su enemistad matándose uno al otro, hasta que haya un vencedor-

-Eso sería cierto si no existiese aquel refrán , ella jamás lo atacará y el juró protegerla-  habló Merlín con su mirada puesta en su copa de vino tinto.

Meliodas sintió un revuelo en su interior, que alguien mas que  no sea el proteja a la princesa lo molestaba, no deseaba que ese dia llegara, en el que alguien más tome su mano y mas si era uno de esos monstruos del clan de los demonios. Era un hecho que si tenia curiosidad, pero no se creía esa idea de que ella fuese una diosa; aun así, se negaba a soltarla y dejarla al cuidado de otro hombre. Eso es lo que haría un hermano mayor, ¿no?; era normal tener miedo y tener celos de que alguien más sea quien cuide de ella... o al menos de eso se convencía.

-Si la princesa Elizabeth fuese la legítima sucesora de la deidad suprema, ¿quién será el del rey demonio?- el grupo que en silencio por unos segundos ante ese misterio, sin embargo no duró mucho por el bufido de Escanor.

-No digan tonterias, ¿Lady Elizabeth una diosa?- carcajeo un poco. -Tengo muy buenas razones por las que no sería una diosa- inhalo profundo antes de continuar. -Uno, la magia de las diosas se manifiestan desde su nacimiento; dos, los ojos de las diosas son distintos a los de un humano normal; tres, ella no mataría ni una mosca y cuatro, perdón por esto pero ella es muy torpe y distraída- aseguró con arrogancia característica.  -Además de que si hubiese un problema entre ambos clanes, ya lo sabríamos- terminó recargando en la silla posando sus manos atrás de su nuca.

-¿Qué me dices del ataque del clan demonio hace 15 años?- cuestionó el pelirosa.

-Eso es otra cosa, no se que buscaban- alegó Ban chasqueando la lengua.

-Chicos...- murmuró King al percatarse de la mirada sombría de su capitán al mencionar los acontecimientos que lo marcaron.

-Lo siento capitán, olvidamos que tu...- se disculpó rápidamente su mejor amigo, este solo sonrió con tristeza.

-No se preocupen- soltó un suspiro. - Mejor hablemos de otra cosa. Ya fue mucho de mitos...-

[Mientras tanto en el sombrero de Jabalí]

-Justamente necesito a alguien que me ayude en el bar- hablo el dueño del bar con voz ligeramente afeminada. -Me convenciste, ¡estás contratado!- exclamó exaltado sonriendo de oreja a oreja. 

-Gracias, ¿señor...?- 

-¡Howk!- anuncio con la misma energía.

-Señor Howk- agradeció el pelinegro. -¿Cuándo empiezo?- sonrió falsamente.

-Mañana en la mañana- Zeldris asintió para fijar su atención en la rubia.

-Tu puedes regresar a la casa- dijo mientras terminaba de amarrar el moño azul marino alrededor de su cuello.  -Yo salgo antes del anochecer-

Este asintió y sin decir una palabra más, salió del local pensativo. Soltó un suspiro observando el cielo azul, la nostalgia lo invadió y con su magia demoniaca temporalmente sellada, sus sentimientos salían poco a poco a flote.

[...]

La tarde paso rápido para los siete integrantes, pasando la mayor parte hablando de anecdóticas de años, recuerdos fugaces que recordaron, momentos que pasaron. De la cocina a los establos, de los establos a los pasillos del castillo hasta terminar descansando en el enorme jardín frontal, lugar donde la mayoría de la veces se hiban a pasar el rato. Fue tan grata la compañía que el ocaso se hizo presente en el horizonte.

-Hola Diane- se acercó a la castaña posando a su lado.

-¿Qué tal King?- sonrió dulcemente.

-¿Te puedo preguntar algo?-vaciló un poco inseguro. -El otro día en la biblioteca te vi abrazada al capitán, pero te note triste-

-Oh, eso...- la chica bajó su mirada con pena.

-¡¡Lo siento, lo siento!!- exclamó maldiciendose a sí mismo. -No quise incomodarte ni hacerte sentir mal, yo solo...-

-Tranquilo, no me molesta- apretó un poco los labios.  -Al contrario, agradezco que te preocupes por mí- soltó un pequeño resoplido. -Veras, yo tengo sentimientos por Meliodas...- King amplió sus ojos con una mueca. -pero entiendo que el no siente lo mismo- 

-Que tonto- bufo con estupor -Cualquier hombre querría tener a una chica linda a su lado, sin importar que- Diane se quedó sin habla, impresionada por sus palabras. -¡¡Quiero decir!!, yo tambien he tenido ese sentimiento- corrigió rápidamente sudando en frio.

-¿Te rechazó?- pregunto genuinamente.

-Aún no se lo digo, pero eso ya me dio a entender- rió con tristeza soltando un suspiro.

-Jamás lo sabrías si no lo dices directamente- comentó la oji violeta.

-Soy un chico estúpido, lo echaría a perder- ladeo la cabeza con un respingo.

-Yo no pienso eso- negó con la cabeza.  -Cada uno tiene sus defectos y tu no puedes ser perfecto- se alzó de hombros cerrando sus ojos. -La chica que te ame, verá esa estupidez como algo único en ti-

-Mi mejor amigo solía decir eso- sonrió con melancolía observando los rayos crepusculares.  -Bueno, eso antes de morir-

-Lo siento-musito Diane.

-Era algo raro y curioso, se llamaba Gloxinia- sonrió divagando en su pasado.  -El, Helbram y yo siempre fuimos unidos, pero el murió por una enfermedad cuando éramos niños. Fue una de las razones por las que decidí alejarme de mi hogar y llegar aquí a Liones- termino de explicar sin despegar sus amabares del cielo británico.

-Yo tambien perdi a alguien querido- mencionó la de coletas.  -Mi hermana mayor Matrona; era muy fuerte aunque reservada y parecía no tener sentimientos, la envidiaba...- soltó un soplido. -Pero, a pesar de todo ella nunca nos abandonó. Decidí trabajar aquí en Liones, quería empezar una nueva vida y sinceramente no me arrepiento- término admirando el arrebol de las nubes.

-¿Por qué?- la volteo a mirar indiscreto.

-Conocí a personas maravillosas...- sonrió mirando al cielo con un suspiro. -y lo sigo haciendo- finalizó viendo a los ojos ambarinos de un sonrojado King.

El pulso del muchacho se aceleró quedando atrapado en los ojos violetas de la chica. Quería lanzarse a ella y decir lo mucho que le gustaba, pero su cobardía seguía siendo una piedra en el zapato impidiéndole avanzar.

-Diane- la susodicha miro a la mujer pelinegras detrás de ellos, rompiendo la burbuja soñadora del peli café.

-¿Qué pasa Merlín?-

-Ya es tarde- habló suave. -Deberíamos ir a descansar Diane- la castaña asintió ante su sugerencia.

-Bien- soltó un bostezo de lo más adorable para King.  -Me agrado charlar contigo King. ¿Nos vemos mañana?-

-C-claro- tartamudeo. Diane se dio la vuelta y caminó junto Merlin.

-Adelantense ustedes a descansar. Nosotros iremos al Boart Hat-aviso Ban -¿Vienes King?-

-Porque no, tengo penas que olvidar- respondió con un suspiro.

-¿Te apuntas Escanor?- pregunto nuevamente esta vez al de bigote.

-Acompañare a Lady Merlin a la señorita Diane a sus aposentos, yo los alcanzo- hablo como caballero protegiendo a su dama.

-Bueno, vámonos- canto con alegría el de ojos rojos, ya que después de mucho tiempo le emocionaba la idea de no estar sobrio por una noche.

-Hasta mañana, chicos- se despidió Diane por última vez

-Ah y Diane-la de coletas volteo a ver el capitán.  -Bienvenida al grupo-


Apareció Howk ^u^. No me pregunte si lo humanize o lo deje como cerdito porque ni yo sé, lo deje sin ninguna descripción específica para dejarselas ustedes a la imaginación y gusto.

Bien, es hora de sacar las teorías con esta nueva informacion respecto a Elizabeth,  ¿qué creen que pasará?

Si recuerdan bien, el recuerdo de Ban está relacionado con el de Meliodas del capítulo III.

Sin mas, gracias por leer y hasta la próxima, que esto se va a poner intenso.
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Spoiler del siguiente capítulo: cinco borrachos de primera

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