Perfección en persona: Kim BoRa
—Entonces mi profesor me olfateó como si fuera un perro y luego me dijo algo sobre un gran día y cosas raras —observé a SiYeon con una sonrisa quién escuchaba atenta a lo que yo decía.
—Que loco.
YooHyeon me acompañó y me trajo hasta casa. Obviamente sin SiYeon, y eso no me dió tiempo a contarle todo lo que me pasó desde que ella se fue. Pues ahora estaba acostada en mi cama y yo sentada a su lado escribiendo cosas en mi cuaderno, como por ejemplo todo lo que el profesor HoSeok me dijo.
Taché la opción A porque ahora YooHyeon dejó de comportarse rara frente a mí, y en los últimos días nos estábamos llevando bien. Ambas teníamos muchas cosas en común, como los chistes malos y las risas en momentos inadecuados.
Luego la opción B también la taché porque ya no servía, al igual que la E.
Sobre la opción C (alfas y omegas) y F (hablar con YongSun) veré que hago luego.
También anoté la opción G, basada en todo lo que me dijo HoSeok y en sí haciendo varias preguntas que supongo que con el tiempo se irán contestando solas.
SiYeon se reincorporó y apoyó su cabeza en mi hombro, observando mi cuaderno y todo lo que estaba escrito allí.
—¿Qué haces princesa? —su mano se posó lentamente en la mía y la entrelazo por arriba, logrando que un ardor se alojara en mis mejillas y los monos bailarines volvieran a mi estómago. Mientras que la otra rodeaba mi cuello hasta llegar a mi hombro contrario.
—S-Solo escribo S-Singnie... —tragué nerviosa y maldije a todos los dioses por hacerme tan temeraria a la presencia de Lee bestia blanca sexy SiYeon. Malditos sean tú y tus encantos SiYeon.
— Ah... —observó con detenimiento la segunda página— ¿Quién es YooHyeon? —preguntó... ¿Molesta? ¿Por qué se molestaría por YooHyeon?
—Es la amiga de mi amiga que casualmente es mi amiga también, Singnie —arqueó una ceja y cerré el cuaderno, luego lo lancé hacia mi escritorio junto con la lapicera—. Sí... YooHyeon es mi amiga.
YooHyeon es mi amiga... Decirlo suena tan bien. Papá estaría orgulloso de que yo haya hecho otra amiga.
—¿Amigas? ¿Solo eso? —volvió a arquear otra vez su ceja en tono molesto.
—¿Por qué preguntas?
La observé y juro por Dios que casi le doy un maldito beso en los labios. La cercanía de nuestros rostros hacia el ambiente más tenso entre nosotras. Dirigí mi mirada a sus carnosos labios que estaban entre abiertos y podía sentir su embriagador aroma a vainilla con chocolate. No sabía que me estaba pasando, pero quería besarlos desde hace tiempo. Pero no, no puedo, debo mantenerme firme.
Algo me decía que la bese, que este era el momento perfecto para que mis labios colapsen con los de ella.
Poco a poco me acercaba a sus labios y ella también, pero todo cambió cuando dos toques en la puerta me sorprendieron.
Rápidamente SiYeon se colocó debajo de la cama cuando MinJi se apareció por la puerta con una bandeja con comida.
"Aquí está más limpio que la casa de HoSeok"
—Hey Bboya, ¿cómo te sientes? —dejo la bandeja con pollo frito y un vaso de jugo de naranja en mi regazo y se sentó en la orilla de mi cama.
—Primero, me siento bien —sonreí e imitó mi gesto—. Y segundo, gracias por traerme mi comida favorita.
—No hay de qué —extendió una caja de chocolates que no se en que momento lo tenía en su espalda—. YooHyeon te envió una caja de bombones y a mi dos jaja —dijo en tono presumido.
—Que lindo gesto que tiene Namu, ni tu me regalas bombones así que aprende de ella MinJi —me dió un golpe en el hombro bastante fuerte—. ¡Auch!
—Te lo mereces por- —un gruñido se acabó de escuchar y sé perfectamente que fue SiYeon. No le gusta que sufra daño, no se por qué—. ¿Y eso qué fue?
—Mi estómago —la tranquilicé antes de que empiece a buscar por todos lados y casualmente encuentre a SiYeon debajo de la cama—. Estoy realmente hambrienta, gracias por la comida y ya te puedes ir.
—¡Eh eh espera chica apurada! YooHyeon nos invitó a una salida con sus amigos en la noche.
"¿Qué?"
—¿Qué?
—Que YooHyeon nos invit-
—¡Ya escuché! Pero la cosa es que tengo que trabajar, ya hace muchos días que no voy a la cafetería y eso se descuenta mi salario. Tú deberías hacer lo mismo JiU.
—Le dije a Felix que estabas con una gripe, dijo que no había problema alguno —se encogió de hombros—. Quiero que vengas BoRa, no me gusta que estés encerrada en la casa como una vieja.
—Pero...
—¡Por favor! ¡Será solo una noche! Luego iremos al trabajo y todo lo que quieras.
—¡Bien tú ganas! Pero solo esta noche —acusé con una patita de pollo.
—¡Siii! ¡Gracias! —comenzó a dar saltitos de alegría— Te prometo que te divertirás con ellos. Si no te sientes bien házmelo saber ¿si? —asentí— Te dejo comer en paz.
—¿Y a que hora tengo que vestirme aproximadamente?
—Namu vendrá a las ocho, recuerdalo —y con eso se marchó, cerrando la puerta suavemente.
Suspiré pesadamente y vi a SiYeon salir de abajo, como si fuera un fantasma, y luego se sentó a mi lado. Observó el pollo frito y luego a mí, haciendo una carita de perrito tierno. Ya sé que quería, pero no lo va a obtener. Pero la chica era insistente y admito que me dio un poco de pena.
—¡SiYeon por octava vez no te voy a dar de mi pollo frito!
—¡Por favoooooor! Un pedacito pequeño y ya.
—¡No! Tú comes conejos y ciervos todo el día, ¡eso debería ser riquísimo! Y si sigues haciendo esa cara de perro te daré un...
No decirle que le iba a dar una patada en la cara, no podía golpearla pero no se me ocurría otra cosa.
—Un golpe.
—Un beso.
Dijimos al mismo tiempo. Espera, ¡¿UN BESO?! Oh no no no no... ¿Ella quiere darme un beso? ¡Esto es imposible!
¡Y ahora es donde los monos salvajes y el ardor en mis mejillas aparecen!
—¿Un beso? —la miré extrañada pero me moría de la vergüenza.
—Sí, ¿por qué no? —agarró un trozo de mi pollo frito sin que me de cuenta, pero no podía estar concentrada en el pollo y lo que dijo al mismo tiempo— Hmmm delicioso.
—¡Oye! Primero, no doy besos a cualquiera y segundo, ese es mi pollo pequeña ladrona.
—Perdona pero tenía hambre —plantó un beso en mi mejilla y la misma se calentó peor—. Y... ¿qué es eso sobre YooHyeon y su grupo? —no sé si fueron imaginaciones mías o al pronunciar 'YooHyeon' sonó algo amargo... imaginaciones mías, sí.
No me había dado cuenta que ya abrí la caja de bombones y estaba comiendo uno de ellos como una vaca. ¡Es que el chocolate es divino! Y encima estos están deliciosos.
—¿YooHyeon? Oh ella siempre nos invita para una salida entre amigos. No conozco muy bien a su grupo pero creo que son buenas personas —le ofrecí un bombón pero se negó—. Y YooHyeon también es buena persona, es una chica encantadora —reí al recordar el chiste que habíamos hecho ambas sobre MinJi—. ¿Por qué preguntas?
—Por nada —habló entre dientes y desviando la mirada hacia la ventana—. ¿Y qué piensas de mí?
Esa pregunta me tomó por sorpresa. No sabía que SiYeon se interese por mi opinión sobre ella y su forma de ser conmigo. Si le tengo que nombrar que pienso de ella la lista no terminaría jamás porque esta chica tiene mucho que decir.
—Hay muchas cosas que pienso de ti, ¿quieres saber las positivas o negativas?
—Ambas, o cuéntame todo lo que pienses, sea malo, bueno, horrible o excelente.
—Bueno, comenzando con lo positivo... Eres una persona muy encantadora. Siempre estás cuando te necesito y me sacas muchas sonrisas cuando me siento mal. Eres cariñosa y algo pervertida la mayoría de las veces, pero eso no quita que seas una buena persona. Y además amo tu sonrisa —pero al reaccionar que dije lo que no quería decir me tapé la boca rápidamente y la observé, pero ya era tarde porque lo escuchó.
—¿Mi sonrisa? —sonrió, pero solo para molestarme porque ahora que dije que me gustaba su sonrisa lo hará todo el tiempo, ¡maldita sea!— ¿Esta?
—¡Era mentira! Tu sonrisa es fea y se parece a la de una cabra con parálisis facial —negué pero se abalanzó a mis brazos— ¡SiYeon déjame!
—No hasta que vuelvas a admitir que mi sonrisa es perfecta —repartió besos por todo mi cuello mientras me hacía cosquillas.
—¡B-Basta SiYeon! —traté de detenerla pero me dolía la panza de tanto reírme que no pude evitarlo— ¡Tu sonrisa es perfecta! ¡Listo ya lo admití!
De repente mis risas se habían calmado y tenía una SiYeon sonriendo de oreja a oreja, ambas sobre la almohada, mientras nuestros rostros estaban demasiado cerca como para moverme un centímetro y tocar sus labios. Maldita sea la tentación del diablo y su hija Lee Lucifer SiYeon.
—Y t-tú... ¿qué piensas de mí Singnie?
—Ocho letras, una palabra, miles de significados: perfecta.
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