Fiesta en menos de un mes
Pude sentir un hermoso aroma vainilla mezclado con chocolate y sabía perfectamente de quién era. Me revolví entre las sábanas pero sonreí al ver que la tenía entre mis brazos.
Dormía tan pacíficamente que me era muchísima ternura su carita, tenía el ceño un poco fruncido más sus labios entreabieros. No se en que momento nos dormimos pero ya era de día, y entonces recordé que era viernes y mañana tendría que salir con los chicos. Me sentía tan felíz que SiYeon haya aceptado salir conmigo, de verdad que me encantaría presentarla a mis amigos y que ella pueda relacionarse más con ellos, algo así para tener una "amistad" a pesar de que no los vea a seguido.
—Te... amo... princesa... —hablaba dormida, o eso pensaba— Te quie... ro...
Se removia lentamente en busca de más fricción con mi cuerpo y gruñia mientras hablaba dormida. Realmente es muy tierna, parecía que ella era la bebé que necesitaba ser protegida.
Acaricié su cabello y jugaba con este suavemente para no despertarla, se veía tan hermosa con sus finos rasgos, nariz pequeña, ojos gatunos (aunque sea un lobo), labios hermosos, cachetes gorditos, todo en ella era perfecto.
Sus pequeños ojitos se abrieron y nuestras miradas se encontraron, le sonreí de lado y planté un beso en su frente.
—Buen día Singnie —me sonrió y beso mi nariz.
—Buenos días princesa.
Cuando me soltó de sus brazos pude sentarme en la cama y estirarme, se sentía tan bien mover mis músculos de un lado para el otro, más el sonido de mis huesos, ese si que era un sonido satisfactorio.
Extrañamente no me dolía nada desde ayer, dicen que la primera vez duele pero no había sentido nada más que excitación y placer. Me volví a acostar pero esta vez yo era la que estaba entre los brazos de SiYeon, todavía era temprano para ir a la universidad, asi que el tiempo que podemos estar nosotras dos sola es de sobra.
—¿Entonces... vendrás mañana conmigo? —pregunté con cierta alegría, ya sabía la respuesta pero quería volver a escucharlo. No para asegurarme, sino porque amaba muchísimo su voz.
—Sí, iré —dijo también alegre.
—¡Ay SiYeon no sabes cuanto te adoro, eres la mejor! —besé sus labios suavemente y correspondió de inmediato.
—Yo también te adoro linda —acarició mi mejilla con una mano mientras que la otra se posaba en mi cadera y me atraía más hacia ella—. Por cierto, ¿te duele algo? No creo que te hayas salvado de ayer, siento que no —reí algo avergonzada ante su comentario.
—Claro que estoy bien si fuiste delicada conmigo —me dio un tierno beso.
—Y entonces... ¿Qué película veremos? —cambió de tema repentinamente e ignoró lo que dije anteriormente.
—Es una nueva llamada espacio para lobos. Sabes... esa película te vendría bien a ti, debe ser de hombres lobo salvajes y esas cosas fantásticas.
—No soy de mirar películas y menos de ese tipo pero si tu lo dices...
—¿Sabes qué es lo mejor? YooHyeon comprará las palomitas para MinJi y yo, ¿no es increíble?
Un gruñido molesto salió de sus labios. Algo me decía que no le gustaba la presencia de YooHyeon, desde aquel día no he podido parar de pensar si tienen relación, aunque no parece que tuvieran algo como un pasado juntas ya que YooHyeon ni SiYeon me mencionaron algo, sumando a que saqué mis propias conclusiones de la situación.
Todo esto es un dolor de cabeza, parezco que no estoy nerviosa ni estresada pero realmente en mi interior me estoy desangrando lentamente, además de que mi cerebro estró en una crisis por entender todo lo que estaba pasando. Y cuantas más veces trate de ignorarlo más se crean teorías y conclusiones en mi cerebro. La cosa es fingir que no te interesa para que los otros no se preocupen de mí, nadie parece notarlo así que soy buena en eso.
—¿Por qué la reacción ante YooHyeon? —pregunté curiosa, quería saber porque la odiaba tanto si ni la conocía, o tal vez si pero no lo sabía— ¿Te molesta?
—Es que... —iba a hablar pero cerró la boca y luego la abrió— Te la pasas hablando de ella —negué divertida notando sus celos—. Si no es YooHyeon esto, es YooHyeon lo otro y ¡uggh! —exclamó frustrada mientras se sentaba en la cama y le seguía el paso— No me gusta.
—Ay Singnie por favor tienes que controlar esos celos —me acerqué y planté un beso en su mejilla, pareció relajarse un poco pero aún tensaba su mandíbula, señal de que estaba furiosa—. ¿Por qué te preocupa tanto que hable de YooHyeon? No es como si esté todo el día hablando de ella, la menciono de vez en cuando pero eso no va al caso.
—Parece que te gusta —traté de aguantar la risa, pero a este punto se me dificultaba un poco—. Bla bla bla YooHyeon, así estás todo el día.
—Creo que exageras un poco SiYeon —solté una pequeña risita—. ¿No crees que si estuviese enamorada de YooHyeon, en estos instantes no estaría contigo? Ya me hubiese confesado hace tiempo, pero no, yo te amo a ti, solamente a ti —levantó su cabeza sorprendida y me observó atónita.
—¿Has escuchado lo que dijiste? —dijo mientras una sonrisa se plasmaba en sus labios.
—¿Decir qué? —dije confundida, no sabía a que se refería para ponerse tan feliz.
—¡Lo de antes!
—¿Lo de YooHyeon? —hice una mueca de confusión.
—¡No, lo otro! Dijiste que me amabas.
—¿Dije que te am...? OH POR DIOS —me tapé la boca al recordar que le dije "yo te amo a ti". Un ligero calor se alojó en mis mejillas y a los segundos me tapé el rostro que ahora estaba caliente. ¡Le había dicho que la amaba! Ay no... me siento avergonzada, ¿y si ella no me amaba y me había apresurado a decirlo?
—¡Me amas!.... vamos dilo —hizo un gesto con su mano para que hable.
—Lo siento SiYeon creo que lo dije muy apresurada... perdón si te incomodó —me sentía una tonta, Dios que verguenza.
—Yo también te amo —se acercó a mi con intenciones de besarme pero rozó sus labios con los míos, mi corazón empezó a acelerar de manera rápida que pensé que se iba a salir de mi pecho— y mucho, princesa.
Tomé fuerzas para unir nuestros labios en un lindo compás de música. Sin duda no podía creer que ambas nos dijimos que nos amabamos, aunque a este punto tenía que haberlo sabido.
No podía evitar caminar como si me hubiesen quebrado la cadera. Realmente me dolía muchísimo y me retracto de no haber aceptado las pastillas que me ofreció SiYeon desde un principio. Aunque no sabía de donde las sacó, quizá de la casa de HoSeok.
MinJi me preguntó millones de veces que me pasaba pero solo decía que me había caido de las escaleras.
—Deja de caminar de esa forma, me das verguenza —dijo MinJi mientras ignoraba las miradas de los otros compañeros. Rodé los ojos ante su "ayuda".
—¿No ves que no puedo? Me duele el culo y la cadera ¿qué quieres que te diga amiga? Oh espera voy a saltar de felicidad —dije irónicamente, ella solo rio.
—No entiendo como mierda terminaste así tan... discapacitada —la miré indignada, ni que fuera tan grave mi caminar— Parece que un chico con treinta centímetros te haya cogido.
—¿Desde cuándo eres tan sucia Kim MinJi? —mordí mi labio tratando de aguantar la risa— No te conozco.
—¡Desde que te encontré viendo porno lésbico! —exclamó pero luego le tapé la boca, creo que ahora toda la escuela sabe que vi porno lésbico— ¡Mmmgjjhmggj!
—Si no te mato es porque te aprecio mucho —la amenace y solté mi mano.
—No sé si debo sentirme honrada o amenazada.
—Miren quién esta caminando por ahí, señorita me creo la gran cosa —habló la estúpida de RyuJin y su grupito rio—. ¿Qué pasó? ¿Te cogieron con un dildo de treinta centímetros o te metieron un palo en el culo?
—Ignoralas SuA, son un par de idiotas.
Me di la vuelta y le enseñé el dedo del medio. Tenía ganas de darle con un palo pero me contuve de armar una pelea.
Cuando tocó el timbre ambas nos dirigimos hasta nuestros respectivos salones, no sin antes encontrarnos a los chicos y saludarlos rápidamente.
La profesora entró y todos los alumnos se callaron al verla, tenía una cara monstruosa y seguramente un humor de mierda. Nos dio un saludo y se sentó en su escritorio. Todos estábamos callados hasta que decidió hablar.
—Como saben, en menos de un mes es la fiesta de halloween... —toció para llamar la atención de algunos compañeros— Y con el profesor HoSeok decidimos que empezaremos a preparar la decoración.
Algunos empezaron a festejar, yo no le veía nada de divertido a esa fiesta. Alcohol, mucha música y gente besándose no es un lindo ambiente.
—La temática de este año es vampiros y lobos —genial, bastante con que tengo una novia loba—. Así que, ¿alguna duda? —mi compañera RyuJin la plástica levantó la mano— Sí, puede hablar.
—Yo digo que deberíamos implementar otra temática como princesas, a los vampiros y a los lobos les encanta tener princesas a las quienes rescatar.
Oh no ya empieza...
Cuando todo este maldito infierno terminó me dirigí a la salida pero YoonGi detuvo mi paso poniéndose en frente mío. Me molestaba un poco porque quería ver a SiYeon pero no iba a ser una mal educada. Con una sonrisa lo observé para que pueda hablar.
—¿Necesitas algo YoonGi?
—Eh.. quería preguntarte si estabas libre mañana... quiero salir contigo, una cita como amigos —me sonrió pero lo miré apenada.
—Lo siento YoonGi pero si tengo planes, tal vez otro día campeón.
—Oh... entonces está bien —besó mi mejilla y se marchó.
Unos brazos rodearon mi cintura sin que me diera cuenta. Sonreí al saber quién era, su aroma a vainilla y chocolate la delata demasiado.
—Singnie, estamos todavía en la universidad —giré para encararla, me observaba con una sonrisa que tranquilamente ponía mi mundo al revés.
—Corrección, estamos en la puerta —me dio un tierno beso y podía sentir como los otros nos observaban, pero no le di importancia—. ¿Cómo te fue?
—Qué, ¿ahora eres mi madre? —reí y ella se sumó.
—Soy tu novia y ese es mi deber. Una madre nunca deja de preocuparse por sus hijos —inquirió con una sonrisa ladina y me provocó una pequeña risita—. Entonces ¿cómo te fue?
—Supongo que bien —me encogí de hombros mientras caminábamos—. En un mes es la fiesta de halloween y la temática es de vampiros y lobos, ¿irónico no?
—Yo conozco esas fiestas, no me agradan mucho pero he ido a bastantes de ellas por mis hermanos.
—Bueno, pienso lo mismo. Además debo ir disfrazada con algo que asuste, eso es lo peor —solté un gran suspiro—. Y si no voy MinJi me va a arrastrar ya que ella es la presidenta de la clase, su presencia es esencial.
—¿Y ya decidiste de que te ibas a disfrazar? Tal vez si te despiertas de la siesta y vas a la fiesta los asustarias a todos —la miré y puse una mano en mi pecho indignada—. Cuando te despiertas asustas mucho.
—¡SiYeon! —le di un golpe en el hombro y paso su brazo por mi hombro— ¿Y si me disfrazo de ti? Más que asustar espanta a la gente.
—¡Hey! Tampoco soy taaaaan horrososa.
—Puede que un poco —me observó indignada.
—¡BoRa!
Cuando llegamos a casa hicimos muchas cosas, intentamos cocinar juntas pero ninguna sabía hacerlo a la perfección (yo casi quemo la cocina, y SiYeon... casi la casa completa), miramos alguna que otra película con MinJi y agradezco que ya no tenga que ocultarla, e hicimos una larga sesión de besos que casi termina en sexo de nuevo.
Y cuando la hora de irnos al trabajo llegó, MinJi y yo nos despedimos de SiYeon para ir al café con una hermosa sonrisa.
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