Conociendo a un terco
- Minseok te pido por favor que sueltes a Mina y lo resolvemos entre nosotros dos, no hay necesidad de incluirla en esto.
- ¿No hay necesidad de incluirla? Si la mato a ella te mato a ti, fin de la discusión.
- Minseok no lo hagas te lo suplico, haré todo lo que quieras pero déjala libre.
- ¿Qué harás Chaeyooung? ¿Arreglar lo que ya esta roto? Las cicatrices no sanan cariño.
- Pero las heridas sí.
- ¡Las heridas cicatrizan! Pero la tuya no lo hará pronto. Hasta entonces cobraré mi venganza y cuando la mate tu también morirás, un dos por uno fácil.
- Minnie... hazlo por tu hermana ChaeChae...
- Por ChaeChae... no, ¡no! Terminemos con esto de una vez por todas.
- Minseok te lo suplico... sueltala y si quieres matarme hazlo ¡pero déjala a ella a salvo!
- No sería divertido si te mato ahora, pero si ella muere tu sufriras lentamente como yo todos estos años, una tregua de dolor, eso si sería muy divertido.
- Minseok... no lo hagas...
- No...
- Piensa en cosas bonitas para ir al cielo ¿si?
- ¡NO!...
~
Me despierto de golpe al ver que todo era una pesadilla, otra maldita pesadilla.
Llevé mis manos a mi cara y me dí cuenta que estaba llorando, era la primera vez que me pasaba este tipo de cosas y la verdad no me gustaba para nada. Pude sentir que tenía un malestar estomacal pero lo ignoré, porque ahora nada era importante como recuperar lo perdido.
Seco las lágrimas bruscamente pero es en vano porque siguen saliendo y no le importaban romperme el corazón. Trato de calmarme tomando aire y respirando hondo, al menos mi cuerpo dejó de temblar. Observo que es de día y me pregunté en qué momento me volví a dormir, porque ayer a la noche me la pasé pensando en todo lo que me estaba pasando.
Suelto un gran suspiro y me levanto para salir de la habitación. El olor a tocino y huevo frito invadió mi nariz, extrañaba levantarme y tener el desayuno increíble que me hacía Rosé todas las mañanas.
Con paso rápido llego a la cocina, cabe decir que casi me caigo por prácticamente correr.
- Hola... -Me froto los ojos por la repentina luz y ella sonríe. Logro sentarme en la silla más cercana mientras me trae el desayuno-
- Espero que le guste, ayer no estaba muy bien que digamos.
- Gracias.
Comienzo a comer el huevo frito y sabía delicioso, pero nada se comparaba a los panqueques de Rosie, esos si que eran la gloria divina. Tomo de mi jugo, ella se pone a leer una revista hasta que termino de desayunar por completo.
- Disculpe por lo de anoche, estaba demasiado triste como para hablar con usted...perdón.
- No pasa nada cariño, pero te digo que esperaba algo peor -Señala con gracia y intento sonreír-
- Creo que es hora de irme, aunque no tenga ni la más pálida idea de donde me encuentro ahora.
Ella se levanta y sin decir nada se va hacia una habitación. No se que se traía entre manos pero lo mejor será irme lo más rápido posible de aquí.
- Sabía que dirías aquello así que por la mañana te preparé una mochila de viaje. -Me extiende una mochila de color negra, la tomo sin rechistar y ella vuelve a sonreír- Tienes frutas, un botiquín por si acaso y algo de ropa, descuida es nueva y encaja a tu cuerpo.
- Gracias señora...
- Hellen, dime Hellen -Continua-
Luego se haber charlado un par de horas llegó la hora de irme, pero antes de salir por la puerta me entrega un mapa extraño con inscripciones extrañas pero estaba en blanco, creo que todo lo raro encaja perfectamente con ella.
Me explicó que servía para saber cualquier ubicación que quería y, además de eso, me mostraba todo lo que quería saber, como si fuera un dos por uno. Podía ver a las personas, o los lugares que yo quisiera sin necesidad de estar allí, ¿fantástico no?.
Ahora me encontraba caminando y no sabía donde estaba. Abro el mapa y le pregunto por la ubicación más cercana hacia mi pueblo. Me señala que estaba a ciento tres kilómetros, demasiado lejos para caminar sola.
- Espero encontrarme con un alma bondadosa, porque no tolerare caminar ciento tres kilómetros para ir al pueblo.
《 Mirale el lado bueno, estarás con las personas que quieres. 》
Camino y camino en la carretera, los pocos autos que pasaban ni se dignaron en preguntarme si estaba bien o si quería que me lleven, bueno, yo haría lo mismo si el conductor estuviera en mi lugar.
Las horas pasaron, y con ello la temperatura aumentaba. Tenía mi remera pegada al cuerpo, al igual que mis shorts, era un maldito asco sentir la tela de estos y el sudor oloroso en mi cuerpo, no veía la hora para tomar un buen baño.
Ahora la carretera se volvió desierta, no había ni un rastro de algo que se mueva, ni siquiera nada sonaba más que mi respiración agitada del calor. Me paro en el árbol más cercano y bebo de la botella que Hellen me dió; el líquido corría por mi garganta y relajaba mis músculos, ahora si me encontraba en forma lista para seguir mi camino.
Logré escuchar un grito desesperado seguido de varios ayuda en lo que sería dentro del bosque. No quería ir, pero esa persona puede estar en peligro y no me gustaría que le pase algo cuando puedo evitarlo.
Saco mi mapa y le pregunto por el área, el puntito azul era yo, cerca mío había otro azul corriendo rápido seguido de dos rojos y eso no es bueno. Como puedo guardo mi mapa y corro hacia lo profundo del bosque, cada vez escuchaba a la persona hasta que la observo a los lejos y se trataba de una chica con pelo corto con el cabello color rubio ceniza, estaba desesperada por encontrar una salida.
Tomo la roca más cercana y se la lanzo al lobo que parece ser su lider, ellos me miran pero no hacen nada.
Y ahora es cuando me doy cuenta que esos lobos no son normales.
- ¿Por qué no se meten con alguien de su tamaño, imbéciles? -Me maldije mentalmente porque ellos no me iban a entender. Observo a la chica y le hago una seña para que se vaya de aquí y rápidamente corre hacia la carretera-
Los dos lobos me observaban, había algo en uno de ellos que me llamó la atención y eran sus ojos. Pienso que los habré visto, amarillos como el sol pero a la vez oscuros como la luna.
- ¿Qué es lo que me miras tanto? -Le pregunto sabiendo que no me va a contestar- Vete de aquí y no molestes.
El lobo achica sus ojos y se larga con su otro compañero en un abrir y cerrar de ojos.
- ¡Wow! -Dijo alguien detrás mío y pegué un salto del susto- Si yo estuviera en tu lugar los hubiese matado, pero también tu forma es correcta.
Volteo y veo a un chico raro con todo un equipo militar y una escopeta en mano.... eso no es bueno.
-Tranquila no te haré daño. -Guarda la escopeta en su espalda y me extiende la mano, la tomo algo nerviosa- Soy Jinyoung, encantado.
- El gusto es mío Jinyoung.
- ¿Y qué te trae por aquí pequeña? Espera, ¿donde está Jeonnie? .
¿Será Jeonnie la chica que ví antes? Porque si es asi entonces ella se fue por la carretera, o eso quiero creer.
- ¿Por casualidad era una chica con pelo corto? -Me mira sorprendido y asiente frenéticamente- Le dije que vaya a la carretera pero no se si sigue allí.
- ¡Oh muchas gracias señorita...
- Mina-Le contesto con una sonrisa- Llámame Mina.
- Esta bien Mina... eh... ¿vas hacia la carretera? -Me pregunta mientras comienzo a caminar hacia la carretera nombrada-
- Sí, debo continuar mi camino.
Al llegar a la carretera me encuentro con la chica, ella estaba algo nerviosa asi que le doy una sonrisa y paso de ellos. Ya se encontraron, fin de la historia.
Sigo caminando y escucho pasos detrás mío, los ignoro porque sé que son ellos y quizá están perdidos, ya encontrarán un pueblo en el cual quedarse. Los minutos pasaron y seguía escuchando esos pasos, hasta cierto punto me molestaba que me siquieran y no sabía el por qué, ¿será por que el chico llevaba cuatro mil armas y parecía un militar?
Freno en seco y los observo, Jinyoung me ofrece una gran sonrisa y la chica me miraba de una forma extraña.
- No quiero sonar grosera pero me molesta que vayan por mi mismo camino.
- No vamos por el mismo camino, te estamos siguiendo.
Oh.
- ¿Por qué? -Frunzo el ceño y ambos se me acercan más-
- Ambos queremos agradecerte, y queremos que vengas con nosotros hacia nuestra casa. -Dice Jinyoung pasando su brazo por mi hombro-
- Disculpe pero tengo que un lugar al que...
La chica interrumpe poniendo un dedo en mi boca, ella estaba algo roja.
- No digas nada solo ven con nosotros, es una forma de agradecimiento. -Dice algo nerviosa-
- En serio tengo cosas que hac...
Me vuelven a interrumpir pero esta vez fue Jinyoung.
- Anda no seas gruñona, te invitamos un café.
No podía rehusarme a esa oferta, pero tenía algo más importante que el café y era encontrar a Chaeyoung. Ella es mucho más importante que un absurdo café y su vida esta en riesgo si no llego a tiempo.
- Insisto en que tengo que irm...
- No aceptamos un 'no' como respuesta asi que vendrás con nosotros, te vas a divertir.
No tuve más opción ya que Jinyoung parecia ser terco y me llevó a rastras hacia el medio del bosque.
Chaeyoung...por favor aguanta un poco más.
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