“No tuviste cuidado”, “Ya lo tiene todo”, Ambas frases no dejaban en paz la mente de Jungkook, pero de algún modo no estaba demasiado nervioso, lo tenía controlado, todo el asunto estaba siendo controlado por él.

Almenos eso quería hacerse creer él mismo.

Ahora el pelinegro se encontraba sentado en su oficina, estaba revisando uno que otro papel, pero su mente lo distraía, tenía muchos pensamientos sobre qué es lo que debería hacer.

Estaba tan metido en sus pensamientos qué no notó cuando estaban tocando la puerta de su oficina, recién lo escucho cuando tocaron más fuerte.

— Pase. — Espetó fingiendo estar bien.

— Presidente, tengo algo que decirle. — Mina le dijo un poco nerviosa.

— Claro, adelante, dime.

— Park Jimin y el ministro de economía tienen fotos comprometedoras de usted y el ministro de educación. — Soltó sin más, sumamente nerviosa.

El mayor palideció. — T-Tu, ¿Lo sabías....?, que yo y el ministro...

La pelinegra asintió.— Yo, los escuché esa vez en el hotel mientras....— Hizo una mueca de vergüenza.

— Ya no digas más. — Se pasó ambas manos por todo el rostro totalmente avergonzado.

— Pero yo no lo juzgo señor presidente. — Jungkook la miró expectante.— Si me permite ser sincera, pienso qué usted a sido el mejor presidente a lo largo de todos estos años, ayudo a muchas personas, hizo grandes cambios, las leyes en contra de la homosexualidad le disgustan a varias personas, pero después de todo usted sólo hace esas leyes también para quedar bien con la corte suprema de justicia, este país lamentablemente es muy tradicional y por ello muchos están en contra de la homosexualidad, es porque tienen una mente cerrada y no ven más allá, aquí hay distintas costumbres y tradiciones es por eso mismo que juzgan lo nuevo como si fuera algo malo, cuando en realidad no lo es, el ministro Kim Taehyung hizo muy buenas cosas, reconstruyó escuelas, creo nuevas, ahora todos los niños pueden recibir la educación qué se merecen, la mayoría de personas en este país están de su lado presidente, y eso es porque a estado trabajando bien, cometió errores al hacer esas dichosas leyes que hicieron enfadar a Park, pero no puede hacer mucho si el país lo tiene bajo presión continua, no me gustaría que ambos terminen mal señor presidente, les deseo mucha felicidad, esa es la verdad, y si usted lo desea..., tengo un plan que usted podría tomar en cuenta, para evitar que ustedes salgan mal de esto.

— Mina.

La pelinegra se puso recta. — ¿Si señor?. — Respondió con un poco de temor.

— Porfavor recuérdame subirte el sueldo cuando me vaya, el próximo presidente se ganará la lotería contigo. — Le sonrió.

Ella sonrió.— C-Claro presidente. — Sus mejillas se tornaron rojizas, estaba avergonzada porque pensaba que el mayor la despediría por meter su cuchara en un tema donde no tenía que ver.

— Y, porfavor quisiera que me digas el plan que tienes en mente.

— Oh, si, se lo diré.

🌿

Taehyung estaba en su oficina viendo cuánto era el porcentaje de niños que estaban asistiendo a la escuela, estaba muy concentrado mirando la pantalla de su laptop que se sorprendió cuando alguien que él detestaba tanto entro.

— ¿Qué rayos estás haciendo tú aquí?, ¿Quién te dejo entrar Jimin?. — El castaño frunció el ceño.

Yeonjun también ingreso totalmente alarmado. — Lo siento Taehyung, él quería verte con insistencia, ¿Llamo a seguridad?.

— Uhmm....— El recién llegado negó.— No creo qué al ministro de educación le convenga echarme, tenemos qué hablar de temas muy serios.

Tae lo miró fulminante. — No te preocupes, porfavor regresa a tu puesto. — Le dijo a Yeonjun.

El pelirrojo asintió y se fue cerrando la puerta detrás de él, Jimin lo miro y se sentó frente a él.

— ¿Qué haces aquí?, ¿Has venido a joder mi paciencia?.

— Debería hablarme bonito ministro, si no quiere qué usted y el presidente sean linchados por incumplir las leyes, ser amantes......, eso sí qué me sorprendió.

— No se de qué mierda hablas Park, será mejor qué te largues.

— ¿Oh?, ¿Enserio no sabes de qué te hablo?. — El pelinegro sonrió haciendo qué uno de sus hoyuelos se remarcara en una de sus mejillas y sacó un sobre de su saco para después abrirlo y empezar a sacar todo el contenido de este.

El castaño palideció, fotos de él y Jungkook juntos estaban sobre su escritorio.

— ¿Qué buscas con esto?. — Le preguntó levantándose de su asiento bruscamente. — ¿Estás feliz por esto?, ¿¡Buscas amenazarme acaso!?.

Negó. — Bueno, más que una amenaza, es una advertencia.

— ¿Qué quieres?, ¡Habla ya!.

— Lo que quiero es muy sencillo. — Sonrió con suficiencia. — Quiero que renuncies ministro, deja tu puesto, tienes tiempo hasta hoy a las once en punto de la noche, si mañana sigues trabajando aquí, entonces publicaré las fotos. — Puchereo.

— Maldito bastardo. — Sus ojos se cristalizaron, quería llorar de impotencia, el trabajo por el qué tanto lucho, ahora debía abandonarlo.

— Deberías ir empacando tus cosas y escribiendo tu carta de renuncia ministro. — Dijo levantándose de su asiento.

— Largate de aquí.

— Me iré, pero por decisión propia, no porque tú me-

Tae le aventó un engranpador en el pie y Jimin lo esquivó exitosamente para después salir por completo de la oficina y cerrar la puerta.