ꕤ「capitulo 18」
Namjoon salía del gran edificio sin expresión alguna en el rostro y atrás de él una chica lo perseguía.
— ¡Namjoon!, ¡Oye!, ¡Dijiste qué si te ayudaba a- ¿¡Nam qué demonios te pasa!?. — Chilló horrorizada cuando vio a su hermano mayor vomitar en medio de la vereda afuera del hotel.
— Rosé, escucha, mañana te deposito, ahora necesito pensar en otra cosa menos en lo qué acabo de escuchar, ¿Bien?. — Dijo respirando con un poco de dificultad.
— Uhm, bien, pero, ve con cuidado a casa, me preocupas. — La castaña recibío una sonrisa leve de parte del rubio.
— Estaré bien, solo, necesito irme, te habló después, ¿Bien?. — Nam se despidió y se fue directo a su auto.
— Pero, ¿Qué habrá escuchado para ponerse así?. — Se cuestionó frunciendo levemente el ceño después, al ver él desastre qué dejo el mayor. — Ay, justo hoy Jack había limpiado las veredas, no le gustará para nada esto. — Negó haciendo un mohín.
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— Estoy cansado... — Dijo el castaño al ver cómo Jungkook abría las cortinas para qué los rayos del sol entrarán.
— ¿Por lo de ayer?. — Preguntó mirándolo con una sonrisa ladina.
— No eso no, parece qué dormí mal, me duele el cuello, es cómo si mil vacas hubieran pasado por ahí.
El pelinegro se acercó a él y empezó a masajear su cuello. — ¿Duele ahí?. — Cuestionó.
— Si, sigue, eres bueno dando masajes. — Tae cerró los ojos para relajarse mejor.
— ¿Y si vamos al sauna de aquí?, Dicen qué es muy lindo y relajante.
— Me parece bien, estoy cansadito. — Puchereo aún teniendo los ojos cerrados.
El mayor sonrió y se acercó para darle un pequeño beso en su lindo puchero.
— ¿Mi pequeña obsesión está cansadito?.
— Si...
— Entonces mejor vayamos al sauna de una vez.
Taehyung asintió y Jungkook lo agarró de la mano para levantarlo, ambos salieron de la habitación rumbo al sauna.
— Aquí no hay nadie, aquí estaremos bien, entra cariño. — Apenas el menor entro el pelinegro cerró la puerta.
— Prendelo a una temperatura calientita. — Pidió.
El mayor así lo hizo y se pusieron cómodos para quedarse un buen rato relajándose.
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Namjoon despertó poco a poco cuando sintió unos suaves labios posarse en su cuello.
— Jin... — Murmuró tallandose los ojos.
— Buenos días príncipe, ya es hora de levantarte, tienes trabajo qué hacer. — Dijo separándose de él pero fallando en el intento pues el rubio lo jaló y lo abrazó fuertemente.
— No iré, hoy no, ya tuve mucho ayer. — Se quejó. — Duerme un rato conmigo amor.
— Uhh, me veo tentado a hacerlo, está bien, no tengo nada qué hacer. — El pecoso se sacó los zapatos y se hecho en la cama con el mayor.
Namjoon seguía con sus brazos alrededor de la cintura de su lindo esposo mientras éste descansaba en su pecho.
— Quiero tener un hijo. — Dijo de la nada haciendo que SeokJin habrá sus ojos de par en par.
— ¿Eh?, Nam, ¿Porque dices eso de la nada?, es decir, nunca me dijiste qué deseabas tener uno, pensé qué con Kkami era suficiente...
— En realidad, eh estado deseando tener uno últimamente, nose porque pero imaginarte jugando con un pequeño niño me hace mucho ilusión....
Jin se sonrojo furiosamente. — ¿T-Tu enserio lo deseas tanto?. — Lo miró y él contrario asintió.
— ¿Tu no quieres?.
— No, si quiero, claro qué si, solo qué me tomaste por sorpresa. — Sonrió más relajado.
— Podríamos visitar un par de orfanatos después de terminar con mi trabajo.
— Si, eso suena bien para mi. — Se acercó a Namjoon y le dio un pequeño beso en los labios. — Te amo.
— Yo también te amo cariño.
Después de un par de mimos ambos se quedaron dormidos por un par de horas, pues Namjoon se levantó primero dejando a SeokJin aún dormido en la habitación.
El rubio agarró su celular y llamó a Jimin.
— ¿Joonie?. — Respondió.
— Nada de Joonie, que por tu culpa tendré qué ir a un psicólogo imbécil, callate y déjame hablar primero, ayer te pedí un descanso, pues bien, ya me estaba retirando del hotel cuando de repente noto que mi billetera no estaba, así que regrese y la encontré en recepción, mi hermana lo tenía ahí ya que lo encontró, bueno me dije a mi mismo “Ya qué estoy aquí, iré a la habitación de los tortolitos haber si algo encuentro”, tipo en plan una ojeada y me voy, pues cuando subo por el ascensor y voy directo a esa habitación y me doy con la grata sorpresa de qué están cogiendo, el querido presidente de Corea con su ministro de educación, fin de la turbia historia.
—........
— Pero respondeme hombre qué por las puras no me eh escuchado diez minutos a Taehyung gimiendo como gata en celo. — Reclamó poniendo una de sus manos en su cadera.
— Es qué nose que decirte, ya, ya tengo todo para sacarlo a patadas del palacio, no, aún no lo termino de procesar, ¿Si?, es mucha información para mi.
— Pues si, tienes el cerebro del tamaño de un maní.
— Osea, ¿Los viste o solo los escuchaste?. — Cuestionó.
— Las dos cosas, yo solo los escuché pero le pedí ayuda a Rosé y me dejó ver las cámaras de seguridad qué hay en las habitaciones para asegurarme entonces los vi a los dos en pleno acto de coito.
— ¿¡Porque habría cámaras de seguridad adentro de las habitaciones!?, eso es falta de respeto a la privacidad de los demás.
— Mira quién viene a hablar de falta de respeto a la privacidad eh, pues Rosé no ve cómo la gente tiene sexo, ella las puso porque ya varias veces han estado llevandose los potes de champú y las sábanas de la cama, a ella sólo le interesa eso y ya.
— ¿Porque alguien se llevaría las sábanas?. — Frunció él ceño.
— Nose, preguntales, en fin, ya te lo dije, mañana sacaré fotos de ellos dos, y mi trabajo culmina ahí, yo ya no quiero seguir espiandolos y encontrarlos en pleno acto.
— Bueno, esta bien, ¿Te doy el número de un psicólogo?.
— Cuelga o te juro qué le digo a Yoongi que te corte los huevos.
— Espera, ¿Y tú cómo lo conoces?. — Preguntó receloso.
— No te lo diré. — Colgó soltando una carcajada.
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