¹³ ˑ 𝘢𝘯𝘰𝘵𝘩𝘦𝘳 𝘥𝘪𝘴𝘢𝘴𝘵𝘦𝘳
𝐭𝐡𝐞 𝐩𝐨𝐰𝐞𝐫𝐩𝐮𝐟𝐟 𝐠𝐢𝐫𝐥𝐬 !
¹³ ˑ 𝘢𝘯𝘰𝘵𝘩𝘦𝘳 𝘥𝘪𝘴𝘢𝘴𝘵𝘦𝘳
Cuando el Karasuno se despidió del Nekoma, se habían hecho la promesa de ser los mejores para jugar un partido oficial, lo que quería decir que ambos tenían que llegar a las nacionales.
Pero incluso antes de que saliera el listado del emparejamiento de los equipos, estaba la Feria de Ciencias de Sakura y Chihiro.
La concentración había terminado y poco a poco habían conseguido que Umiko al menos le hablara con monosílabos, aunque intentaba pasar el menos tiempo posible con sus hermanas.
Algo era algo.
Por primera vez en su vida, Sakura estaba nerviosa por la feria.
Desde que volvió a la escuela superior después de que su hermana tuviera el accidente, solo se había centrado en sus proyectos de ciencia.
Tampoco es que pudiera hacer otra cosa.
No se lo había contando a nadie, ni a su padre siquiera, pero la chica estaba pasando por un episodio de estrés postraumático que empeoraba su problema de ataques de pánico, ansiedad y TOC severos.
Cuando eres una persona muy inteligente, inteligente nivel superdotado, corres el riesgo de padecer numerosas enfermedades mentales, y Sakura padecía de estas desde muy pequeña. Su ansia de saber, su necesidad por querer comprenderlo todo, iba mucho más allá de sus limitaciones, y esto generaba mucha angustia a la niña. Todavía podía recordar las numerosas pesadillas que tenía con cinco años cuando leyó por primera vez un artículo científico sobre la bomba atómica y como tuvo que dormir con su madre durante semanas. Le aterraba todo lo que la ciencia había descubierto y usaba para hacer daño a la humanidad, porque en su pequeño ser, no podía entender por qué alguien haría daño a otra persona.
Con ayuda y algo de medicación, esto fue mejorando, pero la cosa cayó en picado cuando vio a su hermana inconsciente y llena de sangre en un vestuario.
Desde entonces, lo único en lo que podía pensar en su cerebro era eso.
Y si en algún momento veía sangre, se desencadenaba el horror dentro de su mente, sufriendo un ataque de pánico e histeria que la controlaría por completo.
Tampoco podía dormir por las pesadillas.
Por eso había empezado a tomar medicamentos a escondida de sus padres y sus hermanas, a veces para poder dormir y otras simplemente para no dormir. Normalmente tomaba para no dormir, pastillas que mezclaba con cafeína y bebida energética.
Nadie se había dado cuenta, salvo por Sotawa.
Ambos estaban en la misma clase y aunque la primera vez que Sakura se quedó dormida en una clase le pareció extraño, le quitó importancia con la típica respuesta de superioridad que la pelirroja daba: "la clase era tan aburrida que me he quedado dormida, eso lo sabía hacer desde que entré al jardín de infancia".
Y así empezó a ser expulsada de sus clases y yendo varias veces al director por sus comentarios de superioridad fuera de lugar.
Pero esa semana sus nervios eran muy altos y estaba fuera de control.
Incluso con sus padres, que habían ido ese fin de semana para no perderse su feria.
Umiko ya había discutido con Sakura muchas veces esa semana, discutir nivel que Akira tenía que intervenir para separarlas porque si no se mataban a golpes.
—Tierra llamando a Akira —la llama Nishinoya cuando termina la clase y empieza el receso para desayunar algo. —¿Qué te pasa? ¿Es Suga?
—¿Eh? —pregunta la chica, mirando a su amigo. —¿Qué pasa con Sugawara?
—Nada, nada —airea la mano. —Venga, vamos a comer algo que me muero de hambre y seguro que nos están esperando
—Sí, claro.
La pelinegra se levanta y va junto con Nishinoya a donde están los de tercero y Tanaka. Sugawara le hace un hueco a la chica automáticamente para que se siente a su lado.
—¿Qué tal la mañana? —le pregunta el peligris.
—Bien —responde sin más.
—¿No vas a comer? —le pregunta esta vez Sawamura.
—No tengo hambre —ambos chicos se miran sin entender lo que estaba pasando.
Akira estaba rara desde el primer día de la semana y no sabían por qué. Todavía no les había dicho nada. Los tres de tercero se preguntaban si tal vez era por el casi segundo beso que tuvieron ella y Suga, por si se sentía mal por no hablarles de Sohma, o porque estaba avergonzada de que todos supieran que a ella le había gustado Suga y él la había friendzoneado. Nadie supo como se corrió ese rumor tan rápido, pero todos en la escuela superior lo sabían.
Algunos se habían sorprendido de que a Akira le gustara Sugawara por el simple hecho de que muchos pensaban que le gustaba las chicas en secreto, ya que hacía artes marciales.
Pero a Akira no podía importarle menos ninguno de esos rumores.
—¡AGGGGH! ¡ESTÁ MÁS ODIOSA QUE NUNCA! ¡LA VOY A MATAR!
—Relájate Miko —le pide Ennoshita, masajeándose la frente con los dedos del cansancio. Estaba a punto de perder la paciencia.
—Tiene toda la razón para enfadarse con ella.
—¡Gracias!
—No estás ayudando Kageyama —le advierte Ennoshita.
—Yo creo que está muy nerviosa por eso de las ciencias —interviene Hinata, sentándose al lado de Umiko, la cual estaba entre él y Kageyama. Ennoshita estaba al lado de Kageyama y Kinoshita al lado de Hinata.
—¿Como tú cuando te vomitaste en el bus? —se burla Nishinoya.
—¡Tío! ¿Por qué lo recuerdas ahora?
—¿Te vomitaste en el bus, Shoyo? —pregunta Umiko frunciendo el ceño.
—Y le entra diarrea —añade Kageyama.
—¡EYYYY! —se queja el pelinaranja.
Umiko intenta no reírse, pero le es algo imposible.
—Por favor, espero que para cuando salgan los siguientes partidos no te pase —le pide la chica, que seguía riéndose mientras Hinata se ponía rojo como tomate.
—¡No tiene gracia, Umiko! —se queja.
—Vaaaaale, ya paro. Pero solo si Noya me enseña ese movimiento tan chulo al que le puso nombre.
—¡Cuando quieras, muñeca!
—Ya no quiero verlo —se queja Umiko, arrugando la cara. —Peeeeero... ¿hacemos lo del otro día Tobio?
—Vale —asiente él con la cabeza. Y ambos empiezan a beber leche a la vez.
—Umiko —la llama su hermana pequeña.
—¿Qué?
—¿Podrías ser un poco menos borde esta semana con Sakura?
—¿Ahora yo soy la borde? —le pregunta Umiko.
—No habéis parado de discutir en lo que llevamos de semana.
—Ah... ¿y sido yo la que ha empezado?
—Discutir es cosa de dos.
—No voy a quedarme callada. Me da igual que tenga una crisis atmosférica o que tú estés lesionada, no os da ningún derecho a tratarme como una mierda cuando os da la gana, ni siquiera cuando lo pasáis mal, porque todos lo pasan mal alguna vez.
—Oye, Umiko...
—Tú no te metas.
—No le hables así a Sugawara —le advierte Akira, dandole un golpe en la mesa.
—¿Por qué? ¿Me vas a pegar si le hablo mal a tu novio? —preguntó con retintín, haciendo comillas en el aire.
—Sí —dice sin dudar, ignorando que le había llamado su novio.
—Chicas, por favor, dejad ya de discutir —les pide Azumane. —Sois hermanas, no podéis estar así constantemente. En algún momento tenéis que hacer las paces.
—Te equivocas, Asahi —dice la rubia. —Nosotras no somos hermanas. Solo somos una niñas adoptadas por unos padres millonarios que no querían tener hijos biológicos.
—¡Cómo te...!
—Akira, no —interviene Sawamura, agarrando a la pelinegra cuando Umiko se levantó de la mesa. Ennoshita niega con la cabeza y se levanta seguido de Kinoshita, quienes van a ver a la rubia.
◦ ◦ ◦
Umiko no estaba de humor es tarde.
Oikawa podía notar la tristeza en su mirada por mucho que ella intentara ocultarlo.
No tenía ni idea de quien había sido el o la culpable de ello, pero le estaba poniendo de los nervios. Le estaba costando muchísimo conseguir que Umiko fuera feliz, como aquella niña pequeña de la que se enamoró, con la que se reencontró y se volvía a enamorar de lo increíble que era.
¿Tanto les costaban dejarla ser feliz?
No sabía si preguntarle lo que pasaba o fingir que no se daba cuenta. Su relación avanzaba a pasos cortos, por lo que no quería hacer nada que pudiera hacerles retroceder.
—Hola, burbujita. Ya te echaba de menos —comenta él, con su forma de ser de siempre.
Algo de él, de su forma de ser, hacía que Umiko sintiera un pequeño calorcito en el pecho, como cuando algo te hace feliz. Oikawa tenía esa habilidad con las personas.
Era increíble como, al pasar más tiempo con él haciendo de todo y nada a la vez, se había olvidado de la angustia que sentía cuando pensaba en él por lo que le había ocurrido en el pasado.
Le pasó algo malo, pero él no tenía la culpa en absoluto. Ahora solo podía pensar en todas las veces que salían juntos y se lo pasaban muy bien, incluso con Iwaizumi.
Él era un buen chico por mucho que lo llamaran el rey de la cancha, entre otras muchas cosas cosas desagradables. Y le alegraba poder ver esa parte de él.
—Nos vimos ayer a la misma hora, Oikawa —le recuerda la chica, ladeando la cabeza y cruzándose de brazos.
—¿Y? ¿No puedo echarte de menos? —le pregunta él.
Sí, estar con Oikawa la animaba muchísimo, como cuando estaba con Ennoshita y Kinoshita; estar en un lugar donde de verdad te quieren tener a su lado se siente bonito.
En otra vida, ella y sus mejores amigos estarían en el Aoba Johsai, siendo un grupo de mejores amigos junto a Iwaizumi, donde ella y Oikawa serían novios, como el rey y la reina del instituto, la pareja perfecta que todos envidian y no solo porque se veían perfectos juntos, sino porque se querían de verdad.
Ese hilo de pensamientos la asustó por un momento, hasta que oye a alguien llamar a Oikawa.
—¿Por qué ya no vienes a vernos, tío Tooru?
Umiko decidió que era mejor olvidarse de lo que estaba pensado y centrarse en la pequeña niña que le daba un abrazo a Oikawa y le miraba con los ojos más dulces que había visto nunca. Pero... ¿cuántos sobrinos tenía Oikawa?
—Pero miren a quién nos encontramos el día de hoy —se acercan dos mujeres junto con Takeru. —Justo estábamos hablando de ti y lo mucho que te echan de menos los niños —comenta la mujer castaña.
—¿Qué hacéis las dos aquí? —se pone algo nervioso Oikawa, rascándose la nuca.
—¿Cómo que qué hacemos? —se queja la otra castaña, cruzándose de brazos. —Recoger a Takeru de vóley, ¿qué te parece que hacemos, hermanito?
El castaño resopla.
—¿Y esta chica tan guapa? ¿Quién es? ¿Es tu novia, Tooru? ¡Por qué no me has dicho que te has echado novia!
El castaño vuelve a resoplar cuando habla la otra mujer, aunque cuando mira a la protagonista de la tarde, ve que se está divirtiendo ante la situación.
—Burbuja, estas son mi hermana Tsubame y su mejor amiga de la infancia Masuyo, la cual se cree que también es mi hermana mayor. Esta pequeña es Hari, su hija, y me considera como si fuera su tío —le explica el chico. —Y esta es Umiko.
—¿Esta es la chica de la que me hablaste, Takeru? —le pregunta su madre. —¿La que le gusta al pequeño Tooru?
Oikawa se sonroja un poco.
Cuando se juntaba su hermana mayor con su mejor amiga eran lo peor; siempre intentaban hasta lo imposible para reírse de él o meterse con él.
—¡Qué linda eres! —comenta la niña, soltándose de Oikawa. —Me llamo Hari, encantada —le dice la niña, estirando la mano para saludar a la chica. Umiko sonríe y le coge la mano para estrechársela con gentileza.
—Yo soy Umiko, encantada también Hari. Y tú si que eres muy linda.
—¡Gracias! —responde ella, haciéndola una reverencia rápida. Al ponerse derecha, Umiko puede ver lo sonrojada que está. —Tío Tooru, ¿podrías acompañarnos al estudio de baile? —le pide la niña, haciéndole un puchero.
—No me mires así, que sabes que no me puedo resistir —le dice Oikawa, agachándose a la altura de la niña e imitando el mismo puchero. —Y hoy estoy con burbujita.
—Pero Keru dice que siempre estás con ella —sigue diciendo, agachando la cabeza. —¡YA SÉ! —dice emocionada. —¿Por qué no vienes tú también, Umiko? —le pregunta la pequeña.
—¡Cierto! ¿Por qué no vamos?
—¿A un estudio de baile? —le pregunta la chica a los dos, que la miraban desde el suelo como si ambos y no solo uno, fueran niños pequeños que pedían un golosina.
—¡SIIIII! ¡Y puedes bailar con el tío Tooru que está aprendiendo para ayudarnos a las chicas!
—Pero... es que yo no sé bailar —se sonroja un poco la chica.
—Takeru tampoco, y eso no le impide ir.
—No te burles de tu sobrino, burro —le golpea su hermana en la cabeza.
—¡Poooor fiiiiiiis, Umiko!
Oh, estaba usando la misma mirada de usaba con Oikawa y estaba cayendo en sus redes.
—Vale —dice la rubia, asintiendo con la cabeza.
—¡Viva! —se alegra la niña, agarrando de la mano a Oikawa para tirar de él.
—Ese idiota siempre me roba la atención de Hari —se queja el pequeño Takeru, cruzándose de brazos.
Oh, ya veía lo que pasaba aquí.
Umiko se río.
—¿Tú también vas al estudio de baile, Takeru? —le pregunta la chica, que comienza a andar al lado del chico. Detrás estaban las madres, murmurándose cosas entre ellas.
—Sí. Voy tres veces en semana después de vóley para ir con Hari y ayudarla porque le gusta mucho bailar —asiente el chico. —¡La profesora de baile mola mucho! Creció en Estados Unidos pero su padre es japonés y su madre es latina. No recuerdo qué país me dijo —frunce el ceño el chico. —¡Y baila genial! Y como todas las canciones son en inglés, he aprendido mucho y he mejorado mis notas en la escuela.
—¡Vaya! ¡Eso es lo más! —le responde la chica. —Yo también sé hablar ingles. Mis padres solían vivir allí cuando yo era pequeña, pero después nos mudamos aquí para no perder nuestras raíces japonesas.
—¡Ala! ¿Entonces debes de ser muy lista, no?
Umiko se ríe.
—Creo que algunas personas dudarían de algo así.
—¿Y qué más da lo que digan otras personas? Si no mira al tío Tooru, muchas chicas dicen que es un mujeriego con las mujeres, pero en realidad solo es amable con todo el mundo. Menos con sus rivales cuando juegan. Ahí da un miedo que te cagas.
—¡TAKERU! ¡QUÉ TE HE DICHO DE ESE VOCABULARIO! —le da un golpe su madre en la cabeza.
Umiko no se esperaba que el estudio de baile fuera tan grande. Las niñas de la edad de Hari que estaban siendo dejadas por sus madres corrieron hasta donde estaba Oikawa para abrazarlo en grupo mientras las madres hablaban con la profesora de baile hasta que se dirige a la chica.
—¡Hola! ¿Eres Umiko, verdad? La novia de Oikawa —le pregunta la mujer con una amplia sonrisa.
—Ah... esto.. sí, algo así —responde la chica, sin saber por qué no la había corregido. Que le gustara que pensaran que era su novia y no les corrigiera le estaba empezando a preocupar, pero ya pensaría en eso en otro momento.
—¡Genial! Me ha dicho la madre de Takeru que te vas a quedar un rato con nosotros también. Mira, este es el estudio, por lo menos la zona de baile. Después por allí tenemos el estudio de música donde tenemos los micros, instrumentos y todo lo necesario para hacer música.
—¿No solo se baila?
—No. En mi familia siempre nos ha gustado mucho la música, por eso soy una fan de los musicales. ¿Te gusta bailar?
—Esto... nunca he bailado, pero también me gustan mucho los musicales —le responde al chica.
—¡Genial! Vente por aquí, te voy a decir donde puedes dejar tus cosas. Como eres más alta que las niñas, te pondrás atrás junto con Oikawa. ¿Sí?
—Esto.. sí claro —asiente la chica.
—¡MUY BIEN NIÑAS! —llama la atención de las pequeñas. —Como ven tenemos una nueva amiguita en el grupo que va a pasar la tarde hoy con nosotros —les explica. —Se llama Umiko y quiero que todas la ayuden en lo que podáis. ¿De acuerdo?
—¡SIIIIIIII! —dijeron las niñas a la vez.
—¡Bien! Vamos a repasar los pasos de la última canción que estamos ensañando para que Oikawa y Umiko puedan intentar aprenderlos. Venga, todas en posición mirando al espejo y...
Umiko había experimentado muchos momentos felices, pero nunca tanta felicidad como la que había sentido al aprenderse la coreografía de "Beauty and a beat" de Justin Bieber para bailar en una clase con niñas que no eran ni de escuela media y con Oikawa.
Sin duda, la mejor tarde que había tenido en muchísimo tiempo.
—Por tu cara veo que te ha gustado —comenta el chico.
Como todas las noches, iba a acompañarla a casa. No le gustaba la idea de que estuviera andando por ahí sola a esas horas.
—Sí —dice sin más la chica.
—Me alegro mucho —responde él asintiendo con la cabeza. —¿Te gustaría volver?
—Sí —repitió.
—Genial —responde él. —Nunca te había visto tan contenta, y mira que lo he intentado —se sincera él.
Umiko le mira mientras camina.
—Nunca nadie se había esforzado tanto como tú para hacerme feliz.
—¿Ni tus mejores amigos?
—Ni ellos —le confirma la chica.
—Genial —repite él.
Se sentía tan orgulloso que no podía contener su sonrisa. Una sonrisa sincera.
Umiko sonríe también..
Era raro, pero raro para bien; había visto a Oikawa con más gente y también estando solo con ella. Umiko quería pensar que con ella tal vez se sentía tan cómodo que no tenía que aparentara ser perfecto todo el tiempo.
—Gracias —le dice ella sin más. —Pasar tiempo contigo es como un soplo de aire fresco.
—Creo que es lo más bonito que me has dicho hasta ahora —comenta él, arrugando la nariz. —¿Estás enferma?
Umiko vuelve a reírse.
—Este sábado no podré verte —le dice ella, recordando el por qué estaba de tan mal humor. —Mis padres están en casa porque mi hermana tiene la Feria de Ciencias y aunque no quiero ni verla, me han obligado a ir.
—¿Sigues discutiendo con tus hermanas? —pregunta Oikawa.
—Sí. Son insufribles. No sé cómo las he aguantado durante tanto tiempo.
Oikawa asiente.
—Entiendo que estés enfadada por todo lo que ha pasado, pero no puedes estar enfadada para siempre.
—Lo sé —responde ella. —Pero de momento, quiero estar enfadada. Me merezco estar enfadada y no querer hablarles o pasar tiempo con ellas si no me apetece. Siempre he estado para ellas incluso cuando yo estaba mal... ¿y qué recibí a cambio? Que también me trataran mal. Sakura tenía razón, era una niña tonta. ¿Pues sabes qué? Que me cansé de serlo, así que se acabó más Umiko tonta y buena. Para que aprendan a valorarme más.
—Me parece bien —asiente el castaño. —Entonces... si no nos vemos el sábado supongo que...
—¿Nos podemos ver el domingo en el estudio de baile? —le interrumpe la chica, mirándole esperanzada. —La profesora ha dicho que podemos ir. Ella vive ahí, en la planta de arriba. Nos abre el estudio y podemos practicar a ver si me gusta. Y si me gusta, me apuntaré para aprender más. Pero... vamos solo si quieres ir, claro.
—Claro que quiero ir —le asegura el chico. ¿Cómo no iba a querer ir cuando la vio brillar como nunca antes la había visto?
◦ ◦ ◦
El sábado por la mañana Sakura estaba de los nervios.
Umiko había decidido que no tenía el día para discutir con nadie, así que la ignoro por completo.
Akira estaba ocupada leyendo un libro que tendría que haberse leído desde que comenzó el curso y solo le quedaba una semana para terminarlo.
El señor Ōhagi iba conduciendo mientras cantaba a todo pulmón con la señora Ōhagi. Habían intentado que las niñas participaran en el karaoke improvisado, perruno había manera.
—Ay... ahora se creen tan mayores que no quieren pasar tiempo con sus padres como cuando eran pequeñas —se queja la señora Ōhagi.
Al llegar al recinto, el padre de las niñas se fue a buscar aparcamiento mientras que su madre ayudaba a a Sakura para tranquilizarla: por mucho que lo intentara, la notaba rara.
—Bueeeeno, yo tengo que terminarme de leer este capítulo si quiero acabar el libro antes del viernes —suspira Akira. —Me voy a sentar en las gradas. ¿Me mandas un mensaje cuando sepas el turno que te toca, Sakura?
—Sí —asiente la chica.
—Yo debería esperar a nuestro padre en la entrada. Este hombre tiene pésimo sentido de orientación —niega con la cabeza su madre. —Burbuja ¿podrías acompañar a tu hermana y ayudarla en lo que necesite?
Umiko esperaba a que su hermana dijera alguno de sus comentarios hirientes sobre lo tonta que era, pero no dijo nada. Era como si su mente no estuviera presente. Parecía como si... en cualquier momento fuera a desfallecerse.
La rubia abrió su pequeña mochila y sacó un bote de lechita de fresas y algo con un poco de azúcar.
—Ten.
Sakura nota como su hermana la golpea ligeramente con algo y mira la mano de la chica. Frunce el ceño cogiendo lo que le ofrece y entonces se da cuenta de que es lechita de freses. Abre el bote y da un sorbo.
—Gracias.
—De nada.
Ambas caminaban en silencio hasta donde les habían dicho que estaría la mesa del Karasuno. El profesor llevaría todos los proyectos en los que habían trabajado y así se aseguraban de que ninguno se rompiera.
Kaito estaba allí, y parecía no estar solo.
—Vaya por dios —se queja la de pelo melocotón. Cada vez intentaba parecerse más a Umiko.
—Eso digo yo —se cruza de brazos Umiko, colocándose justo en frente de ella.
No se habían visto las caras de que Umiko casi la mata a golpes en mitad del pasillo. Tenían prohibido estar cerca la una de la otra. Sakura aprovecha el momento de tensión para guardar sus cosas y colgarse su tarjeta con correa por el cuello.
—¿Podéis comportaros como personas civilizadas por una vez? —pregunta Sotawa.
—¡Hey, hey, hey! ¡Si son dos de mis cuatro chicas favoritas! —se oye detrás de las chicas. Ambas se dan la vuelta para encontrarse con Bokuto acompañado de Kuroo. —Wow, Sakura, estás increíblemente guapa. ¿Y si te invito a una cita?
—¡Oi! ¡Olvídate de eso, ceporro! —se queja Kuroo, dándole con la mano abierta en toda la cabeza.
—¡EY! —se queja el de pelo negro y blanco.
—¿Qué hacéis aquí? ¿No deberías estar con Chihiro? —aunque parecía que le estaba preguntando a los dos, en realidad solo miraba a Kuroo.
—A ella la veo todos los días, al igual que sus aparatitos. A ti no, bombón. Te echaba de menos.
Sakura frunce el ceño.
—¿Eres bipolar o solo muy rarito? —le pregunta la chica, cruzándose de brazos.
—No, solo un poco torpe cuando estoy cerca de ti. Eres tan encantadora que me pones nervioso, bombón.
—No sé si se odian, o se aman, pero me encantan —comenta Bokuto, acercándose hasta Umiko para pasar su brazo por encima de los hombros de la chica. —Ya me han contado por ahí que tonteas con cierto colocador del Aoba Johsai.
—Pues te han contando una mentira de las gordas —responde Umiko, pero sus mejillas sonrosadas la delataban.
—¿Estás viéndote con Oikawa? —pregunta la de pelo melocotón.
—Eso a ti no te importa.
—Cómo no —se queja. —La niña bonita buena para nada suelta un par de lagrimitas y ya tiene a todos los chicos meneándoles la colita.
—Oh... no todos los chicos me mueven la colita a mí, algunos, como tu novio, se la mueven a mi hermana.
—¿Qué insinuas?
—Que deberías de preocuparte más por lo que hace tu novio cuando no estás.
—¿¡Se lo contaste!?
—¡Claro que no! —se queja Sakura, cruzándose de brazos.
—¿Contar el qué? —quiere saber la pelo melocotón.
—Tu novio besó a mi hermana. Yo misma lo vi como la besó mientras tenía un ataque de pánico.
Todos guardaron silencio.
—Espera... esa fue la primera vez que me besó. ¡Yo pensaba que nos habías pillado en la segunda!
—¡Yo no sabía que hubo más de un beso! ¡A mí me avisó una chica de primero para que fuera a verte porque te pilló por los pasillos con problemas para respirar! Hasta que vi a este idiota intentando tranquilízate y cómo te besó. Me sorprendió que le abofetearas tan fuerte. ¿La segunda vez estabas en tus cabales?
—La verdad es que no, estaba medio dormida y pensaba que era... —entonces se queda callada. Siempre era muy directa y se iba de la lengua. —Otra persona.
—¿Cómo diablos se te ocurre besar a esta zorra? —le pregunta a su novio.
Umiko se gira, dirigiéndose a ella con intenciones de golpearla. Era como si le saliera fuego de su cuerpo.
—¿Cómo has llamado a mi hermana? —pero Bokuto fue rápido y agarró a la rubia por la cintura, alejándola de la del pelo melocotón.
—¿Tú no aprendes, verdad? ¿Quieres que mi hermana te de de hostias de nuevo, o qué? —se cruza de brazos Sakura.
—A ti, sí que te voy a dar de hostias yo, puta...
—A quien deberías recriminarle es a tu novio —interviene Kuroo, poniéndose delante de Sakura para evitar que la chica desconocida le pusiera una mano encima. —Es más, creo que hasta debería de pegarle.
—Pégale, yo te apoyo —le insiste Umiko. —Mientras yo le pego a ella.
—¡No sé en lo que estaba pensando cuando la besé! Lo único que quería es que parara de lloriquear o algo y no se me ocurre otra cosa. Himeko, ¿de verdad crees que yo preferiría besar a alguien que no seas tú? ¿Y que ese alguien se Sakura? ¡Por el amor de dios! ¡Es una insufrible sabelotodo de mierda que nadie aguanta! Es una narcisista de tres al cuarto que se ve bonita porque su hermana le hizo un lavado de cara. ¡Si hasta se está poniendo gorda!
—¡LE VOY A MATAR! —grita Umiko, intentando que Bokuto la soltara, pero era imposible.
—Vuelve a hablar así de Sakura y te parto la cara, niñato de mierda —le advierte el pelinegro, colocándose delante del chico. Kuroo era mucho más alto que él, y por mucho que Sotawa estuviera en artes marciales, el aura que emanaba del cuerpo de Kuroo era aterrador.
—¡Largaos ya de aquí! —les grita Kaito. —Y no volváis hasta que os halláis relajado. Todos —y Kaito no solo mira a las chicas y los dos chicos que las acompañaban, sino también a los amigos de él.
—Pero Kaito...
—Ni Kaito, ni mierdas. No pienso perder otro año más y menos por mierdas como esta. ¡Largo!
Bokuto se había llevado a Umiko a las máquinas para comprarle alguna lechita o dulce. Pensaba que si le daba de comer dejaría de emanar un aura tan ardiente de su cuerpo. Estaba seguro de que podría hacer carne si lo intentaba.
Y Kuroo no estaba mejor.
Había agarrado a la pelirroja de la muñeca y se la había llevado con él, perdiéndose por los pasillos hasta llegar uno sin salida donde no había nadie. Parecía un pasillo de salida de emergencias. Habían cartones, mesas y sillas por los alrededores.
—Kuroo, ¿qué...?
—¿Cómo se atreve? —grita él. Había soltado la mano de Sakura y estaba andando de un lado para el otro realmente de los nervios. —¿Cómo mierdas se atreve a besarte mientras tienes un ataque de pánico? ¿Cómo mierda se atreve a besarte y decir todas esas mierdas? ¡Quiero partirle la cara!
—Kuroo, tienes que calmarte —le pide Sakura, poniéndose delante de él.
El chico era demasiado alto, por lo que optó por empujarle un poco contra una de las mesas para que se sentara y así poder ayudarle a que respirara con normalidad.
—¡Tú no lo entiendes! ¡No tiene ningún derecho a hacer o decir lo que dijo!
—Kuroo, estoy acostumbrada a que los chicos me vean así y me digan esas cosas.
Ahí estaba. Por primera vez podía ver vulnerabilidad en la mirada de la chica. Ver que Sakura se creía todo lo que ese idiota había dicho le mataba por dentro, cuando estaba muy lejos de la verdad.
—Yo —susurró, más calmado, —daría lo que fuera por besarte y ese cabrón de mierda ha soltado una sarta de mentiras sobre ti. ¿Sabes lo que me mata por dentro el no tenerte en el Nekoma?
Sakura se quedó en silencio.
Entendía la bipolaridad de Kuroo porque le pasaba lo mismo que a ella. Por mucho que le deseara, sabía que él se cansaría de ella enseguida.
Kuroo pensaba que era al revés, pero no. Él sería quien la dejaría a ella.
Estaba segura.
—Te equivocas —susurra Sakura. Kuroo frunce el ceño, no entendiendo a lo que se refiere. La chica agacha la cabeza, triste. —Es mucho más probable que te acabes cansando de mí.
Kuroo ya se había calmado.
—Pídemelo otra vez, bombón.
La chica levanta la cabeza y le mira a los ojos. Entonces es cuando es consciente de el a situación que están: ella con los brazos sobre el abdomen de Kuroo y su cuerpo entre las largas piernas del chico que estaba sentado en el borde de la mesa, él con sus manos fijadas en la cintura de la chica, acariciando la tela de la falda que llevaba puesta, impidiendo que se escapara.
¿Pero es que a caso ella quería escapar?
No.
—¿Quieres besarme? —pregunto arrugando la frente, ingenua.
Kuroo sonrió travieso.
—Sí —confiesa, acercándose peligrosamente a los labios de la chica. Sakura se había quedado sin aliento. —¿Quieres que te bese, bombón?
—Sí —suelta la chica, suspirando. Era como si se lo suplicara.
Y Kuroo no se atrevió a hacerla esperar más. Llevó su mano al rostro de la chica y con mucha dulzura rosó sus labios con los de ella. Fue un beso casto, pero en cuanto sintió la suavidad de los labios de la chica, volvió a acercarse a sus labios para besarla de verdad.
Él se encargaría de besarla como ella se merecía ser besada.
Profundizo el beso, llevando una mano hasta la espalda baja de la chica para pegarla más a su cuerpo. Esto hizo que Sakura subiera sus manos por el cuerpo de Kuroo y le rodeara el cuello con sus brazos, ayudándole a profundizar el beso.
Era como si le estuviera incitando a darle más.
Y él no era capaz de decirle que no.
¿Le daría asco si usaba más la lengua y la metía en su boca?
El gemido que recibió por parte de la chica fue suficiente respuesta. Lo que no se esperaba es que ella jugueteara con la suya de la misma forma que hacía él.
...sí que era competitiva.
¿Le dejaría tocarla más? ¿O eso sería ir muy lejos?
Optó por no dejarse llevar tanto y rompió el beso. Al menos por el momento. Tenía que pensar en ella y recordar que la chica hacía tenido su primer beso no hace poco y no quería pasarse de la ralla o que pensara algo que no era. Él estaba decidido, quería conquistarla aunque estuvieran en escuelas diferentes.
La respiración de los dos era agitada.
El chico la miró. Ella estaba intentando recobrar el aliento, pero tenía los ojos cerrados. Sus mejillas estaba rojas, sus labios húmedos, rosados y un poco hinchados y podía notar la respiración de la chica porque la tenía pegada a su cuerpo. Le estaba volviendo completamente loco, le costaba mantener la poca cordura que le quedaba.
—Tetsu... —suspiro la chica, llamándolo por primera vez por su nombre.
Eso fue su perdición.
Se levantó, agarrando de los muslos a la chica por sorpresa para que le rodeara con las piernas mientras la apoyaba a ella sobre la mesa.
—¿Te ha gustado? —le pregunta él, susurrándole en la oreja. La chica suspira y asiente con la cabeza. —¿Quieres que lo haga otra vez?
—Sí, por favor —le suplica la chica. Los dedos de la chica se habían perdido en la cabellera negra del azabache.
—Mmmm —murmura él, acariciando el cuello de la chica con la nariz. —Podría besarte en tantas partes de tu cuerpo —Sakura le tira un poco más del pelo y se pega más a él. Kuroo puedo ver que ella estaba igual que él: habían perdido toda su cordura. —Y quiero hacerte un chupetón, justo aquí —le comenta mientras empieza a besarle el cuello, intercambiando sus labios por la lengua y viceversa. Esta vez, la chica le aprieta con más fuerza del pelo y lo acerca más a ella con sus piernas y ambos gimen cuando la erección de Kuroo roza con la parte más intima de la chica. —No podrías haber elegido mejor día para ponerte faldita, bombón.
Kuroo se aferraba a los muslos de la chica como si fuera un náufrago y estos sus salvavidas.
—Espera, si me lo haces ahí mis padres lo verán y me matará —recuerda la chica, intentando que la cordura llegara hasta su cabeza. Aunque era muy difícil. Kuroo se detuvo, pero no dejó de besarla con mucha delicadeza. La petición de la chica era que no se lo hiciera ahí, lo que quería decir que podría hacérselo en otro lugar.
—¿Y dónde me dejas hacértelo? —le pregunta él. Sakura se muerde los labios. Adoraba que ese chico fuera tan listo y espabilado como para entender lo que le decía sin tener que repetirlo olde otra forma. —Por que se me ocurren un par de... zonas —lo último lo había dicho mirando sus pechos.
Sakura traga saliva. ¿Por qué se había puesto nerviosa?
—Esto... —no sabía cómo decirle que no. Ademas, no quería que se enfadara con ella.
—¿Prefieres hacerme uno a mí? —le pregunta, ladeando la cabeza. Se había dado cuenta de que se había puesta nerviosa, y no del nerviosa de timidez, sino del incómodo. —O podemos volver.
—Lo siento —le responde ella, agachando la cabeza, avergonzada. Él simplemente le levanta de la cabeza y le da un pico en los labios.
—No lo sientas. Ya habrá otra ocasión. Cuando quieras.
En el calentón del momento, Sakura no se había parado a pensar en que se había besado con Kuroo Tetsurō.
¡SE HABÍA BESADO CON KUROO TETSURŌ!
¡EL CAPITÁN DEL EQUIPO DE VOLEY DEL NEKOMA!
¡EL CHICO GUAPÍSIMO E INTELIGENTE QUE PROBABLEMENTE TENÍA UN CLUB DE FANS!
Los dos habían decidido volver a la mesa del Karasuno, ahora que Kuroo estaba más tranquilo.
El profesor de ciencias estaba por ahí y el resto de compañeros de Sakura también. Sotawa y Shirogane también estaban por ahí, pero parecían divertirse. Se habían olvidado del pequeño percance que habían tenido.
—Hola, preciosa pelirroja —la saluda Chihiro, dándole un abrazo. Umiko y Bokuto iban con ella, y al parecer Akira venía con sus padres. —En un ratito vienen a ver vuestra mesa, ¿verdad?
—Sí. ¿Y la tuya?
—Ya fueron. Era una de las primeras —se encoge de hombros la chica. —Así que me he escaqueado para venir a ver la tuya. ¡ESO MOLA MOGOLLÓN!
—¿Te gusta? —le pregunta la chica.
—Es una idea de Sakura —interviene Kaito, hablando con las chicas. —Yo me he encargado de la parte de construcción, pero ella ha hecho el resto. La verdad es que hasta cuando no duermes sigue siendo brillante.
Sakura le miró.
¿Qué?
Entonces miró a Sotawa. ¿Qué le habría contado a Kaito sobre ella?
—¿Cómo que no duermes? —pregunta Chihiro, ladeando la cabeza. La chica no la mira, solo mira el artefacto que tiene delante. —¿Sakura?
—A ver, sí duerme —intenta arreglarlo Kaito. —A veces se queda dormida en clase.
—No es para tanto... tan solo uso el cerebro más de lo normal y por eso me quedo dormida en las clases máaaaas aburridas —responde la pelirroja algo nerviosa. —No hay nada que estimule mi cerebro en...
—¡Joder! ¡Me he cortado con esta mierda! ¿Por qué me lo has dado por esta zona si corta? —se queja Kaito cuando nota algo filado rasgarle la palma de la mano.
Sakura se quedó en bucle mirando como la mano de Kaito salía sangre. Era como si se hubiese quedado en trance viendo la sangre hasta que colapsó, desmayándose hacia detrás. Chihiro la pudo sostener a tiempo y Kuroo se acercó a ella, colocándola en el suelo.
El señor Ōhagi llegó hasta su hija tan rápido como pudo, y se colocó al otro extremo de la chica.
—¿Qué le ha pasado?
—Se ha desmayado —le explica Kuroo.
—¿Dónde está su mochila? —pregunta.
—Está por aquí —dice Umiko, subiéndose sobre la mesa para coger la mochila de Sakura y dársela a su padre. Sabía lo que quería su padre.
—¿Lo tiene?
Sakura siempre llevaba consigo un bote desinfectante o alcohol porque a veces le daban episodios severos de toc por la limpieza de gérmenes. Llevaba mucho que no le pasaba, pero siempre llevaba uno.
Akira se quedó con su madre. Estaba aterrada.
No era la primera vez que veía a Sakura desmayarse y siempre le invadía el miedo porque aquella vez que se desmayo la niña de pequeña. Se aferraba al brazo de su madre con muchísima fuerza, pero esta no dijo nada.
Umiko abrió la mochila y tiró todo su contenido al suelo, buscando el bote de alcohol. Empezó a rebuscar entre sus cosas y lo encontró. Cogió su scrunchie del pelo y lo mojó con el líquido.
—Toma, papá.
El señor Ōhagi se lo llevó a su hija a la nariz, esperando que reaccionara. Solía tardar un poco, pero...
—¿Qué es esto? —pregunta Shirogane, cogiendooslo un bote del suelo. —¿Sakura se medica? ¿Tiene problemas mentales?
—¡Suelta eso! —le grita Umiko al ponerse de pie y quitarle el bote de pastillas de su hermana de las manos.
—¿¡Por eso está siempre tan perturbada!?
—Yo sí que te voy a dar perturbada como te agarre entre mis manos, maldita...
—¿Qué ha ocurrido? —el profesor de ciencias se acercó. No se habían dado cuenta de que una alumna se haba desmayado por la cantidad de gente, pero ahora que había mucho público y las miraban, se acercó. —Señor Ōhagi, ¿su hija esta bien?
—¡Profe! ¡Sakura tenía esta medicación para trastornados mentales en su mochila! ¿Cómo es posible que la dejen entrar en el club de ciencias con problemas mentales? ¡Podría usar cualquier cosa para atacar a alguien!
—¿De qué está hablando, señor Ōhagi?
Entonces Sakura empezó a abrir los ojos poco a poco, hasta que los abrió por completo, soltando un grito de terror. Su padre se acerca a ella, intentando abrazarla, pero ella llora y patalea intentando alejarle.
—¡Quitadme la sangre!
—Sakura —la llama su padre, intentando que se calmara. —No tienes sangre. Tienes que calmarte y respirar conmigo. Vamos a contar hasta 10.
—No, no, no, mi hermana se va a morir. No quiero que se muera. ¡Ahhhhhhhh! ¡HAY MUCHA SANGRE! ¡Se va a morir y no podré hace nada!
Akira había empezado a llorar y su madre la abrazó con fuerza. Si había algo que era el punto débil de la pelinegra era ver a su hermana mayor en ese estado.
—¡Está loca!
Sakura había empezado a a balancearse en el suelo, a negar con la cabeza y a golpearse diciendo que su hermana se iba a morir y que ella estaba llena de sangre.
—Sakura —la llama Umiko, apartando a Kuroo para poder acercarse a ella. —¿Cuales son las capas de la atmósfera? —pero la chica no respondía, así que Umiko empezó por ella. —Troposfera. Estratosfera...
—Mesosfera. Termosfera. Exosfera.
—¿Cómo se llaman las primeras lunas descubiertas de Júpiter?
—Europa. Ganímedes. Ío. Y Calisto.
—¿Quién las descubrió?
—Galileo Galilei.
—¿Cuál es la luna más grande de Saturno?
—Titán.
—¿Con cuántos kilómetros?
—Con un diámetro de 5149 km.
—¿Quién formuló la teoría de la relatividad?
—Albert Einstein.
—¿Y qué es?
—La relatividad afirma que las leyes de la física no podían depender de la velocidad a la que te movieras; todo lo que podías medir era la velocidad de un objeto en relación a otro.
—¿Cuántos elementos tiene la tabla periódica?
—118.
—¿Cómo se le llama al gas de la risa?
—Oxido nitroso.
—¿Temperatura de ebullición del agua?
—100º centígrados.
—¿Tu crush de la infancia?
—Obviamente que Jimmy Neutrón.
Umiko se ríe y niega con la cabeza.
Sakura ya se había calmado, pero estaba realmente agotada. Aunque eso no era lo peor que estaba por pasarle...
𝑡𝑜 𝑏𝑒 𝑐𝑜𝑛𝑡𝑖𝑛𝑢𝑒𝑑 ...
holiwis vvs
mi secreto mayor guardado sobre esta historia se está descubriendo
bueno, todos mis secretos se están viendo, pero hay uno que es evidente gg
hablemos de umiko: aunque sigue enfadada y no queriendo relacionarse con sus hermanas, se nota que le importa muchísimo, las ama y protege a muerte
ELLA Y OIKAWA SON TAN LINDOS. AÚN NO SABÉIS CÓMO FUE QUE OIKAWA SE ENAMORÓ DE UMIKO AHHHHHHHHHH
oikawa buscando la forma de que umiko sea feliz >>>>
poco a poco se va viendo como umiko se está enamorando de oikawa y sin darse cuenta del todo
todo el mundo piensa que umiko es tonta, pero la verdad es que es muy muy lista, solo que todo le aburre y no encuentra motivación en nada. la verdad es que es más lista que akira. obviamente no más que sakura, porque sakura es un genio.
de akira no tenemos mucho esta vez, porque ya la pobre ha pasado por mucho :(
lo siento por lo de sakura, pero he dejado pistas en los capis de la salud mental de saku y que no estaba muy bien desde lo de akira. sí, sufre de estrés postraumático y por eso no ha aparecido mucho y las pocas veces que aparece siempre es muy insensible o aparece "cansada" :(
PERO SAKURA Y KUROO
ESE BESO POR EL AMOR HERMOSO
KUROO TAN PERFECTO QUIERO UNO PARA LLEVAR AHHHH
os gustó el capi??????
qué creen que pasará en el siguiente??
os leo bbs <3
os amo hasta el infinito y más allá <3<3
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〘 𝐭𝐡𝐞 𝐩𝐨𝐰𝐞𝐫𝐩𝐮𝐟𝐟 𝐠𝐢𝐫𝐥𝐬 !
━━ 𝘩𝑎𝑖𝑘𝑦𝑢𝑢! 𝑏𝑜𝑦𝑠 〙
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