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¹⁷ ˑ 𝑖𝑛𝑡𝑒𝑟𝘩𝑖𝑔𝘩 - 𝘱𝘢𝘳𝘵 𝟣





𝐭𝐡𝐞 𝐩𝐨𝐰𝐞𝐫𝐩𝐮𝐟𝐟 𝐠𝐢𝐫𝐥𝐬 !
¹⁷ ˑ 𝑖𝑛𝑡𝑒𝑟𝘩𝑖𝑔𝘩 - 𝘱𝘢𝘳𝘵 𝟣



Es hoy.

No era de extrañar que Hinata y Kageyama fueran los primeros en llegar a la escuela ese día. Ambos esperaban al resto junto a Ren, la chica pelirosa que también había madrugado. No le había quedado otra, porque Hinata había ido a buscarla temprano para ir juntos a la escuela.

—Qué temprano habéis llegado —comenta Yui, llegando al gimnasio junto a Sawamura, Azumane y Sugawara.

—Pues nada más llegar estos dos empezaron ver quien llegaba primero —comenta Ren, suspirando.

—¡Buenos días, preciosa Ren! ¡Hoy es un día increíble para ganar partidos! —comenta Nishinoya. —Te dedicaría unos tantos, pero solo puedo defender —le asegura el chico, alzando los pulgares arriba.

—Yo sí que te puedo dedicar puntos, preciosa.

—Dejad a la pobre Ren tranquila, que la vais a asustar —les pide Sugawara.

—Pero no se vale, tú ya tienes una nena y...y...y... ¡MALDITO DESGRACIADO SUERTUDO! —se queja Nishinoya, señalándole con el dedo.

—¿Qué pasa, chicos? —pregunta Hinata, acercándose al grupo junto a Kageyama. Los dos se ponen a cada lado de Ren, mirando a los mayores y como Nishinoya no paraba de dar saltos mientras que Tanaka se daba golpes en el pecho con el puño cerrado mientras lloraba y se quejaba de lo solo que estaba. —¡Alaaaaaaa, Sugawara! ¿Qué te ha pasado en el cuello? ¿Es una enfermedad contagiosa?

—Sakura también lo tenía a principio de semana —comenta Kageyama, cruzando un brazo y llevando la mano al mentón como si estuviera pensando. Tanto él como Hinata ladean la cabeza al mismo lado.

—¡Tal vez se lo haya pegado!

—Pero entonces Tsukishima también debería tener lo mismo, porque pasa mucho tiempo con Sakura, ¿no? Y yo no le he visto nada —interviene Ren.

Todos se habían quedado estáticos como piedras escuchando a los tres de primero sacar sus teorías sobre lo que tenía Sugawara por todo el cuello.

—Ya te vale, Suga —se queja Sawamura.

—¿Qué? —se hace el inocente el chico, encogiéndose de hombros.

—Y justo antes de un partido —le recrimina de nuevo.

—A ver cómo se lo explicamos a estos tres —se une Yui, negando con la cabeza. —Espero que no me hayas dejado a Akira así porque te arreo.

—No, solo soy yo —sonríe sin borrar esa sonrisa de inocente, pero orgulloso.

—Veréis, chicos, eso del cuello que tiene Suga se lo ha hecho Akira —empieza a decir Tanaka, dándole un golpe en seco a Hinata en la espalda. Los otros tres no se habían dado cuenta de que los de segundo estaban dándole una charla a los de primero.

Los tres se quedan mirando a Tanaka unos segundos. Seguían sin entender y los tres volvieron a ladear la cabeza, haciendo la misma postura.

—Mmmmh, parecen golpes —sigue comentando Kageyama.

—¿Akira te ha pegado, Sugawara? —pregunta Hinata.

—¿Por qué iba a pegarle si es su novio? —pregunta la pelirosa. Entonces la chica da un golpe en su palma con el puño cerrado. —¡A no ser que Sugawara haya hecho algo terrible y Akira le haya pillado y por eso le ha pegado!

—Que va, que va. Seguramente se pusieron calenturientos y Akira se pasó con los besitos en el cuello —les explica finalmente Nishinoya, moviendo la mano en el aire para quitarle importancia. —Algunos que tienen tanta suerte —niega con la cabeza.

Los tres pestañean varias veces.

Hinata es el primero en entenderlo y se sonroja.

Kageyama frunce el ceño y luego asiente, comprendiendo.

Pero Ren...

—¡NUNCA EN LA VIDA TENDRÉ NOVIO! —chilla la chica tapándose el cuello con las manos y negando con la cabeza y los ojos cerrados.

—¡QUÉ LE HABÉIS DICHO A REN, PAR DE CEPORROS! —grita Yui, tirando a los dos de segundo de las orejas.

—¡Si Yui, pégame lo que quieras! —le pide Nishinoya.

Entonces se acerca Sawamura y le agarra a los dos de la cabeza y se las aprieta.

Eso ya no les gustaba para nada.

—Buenos días ¿qué...? Joder —Umiko abre los ojos como platos en cuento ve a los mayores y se da cuenta del cuello de Sugawara. Entonces mira a su hermana pequeña, la cual intenta evitar la mirada de todos los presentes. —¿Qué pasó anoche?

—¿Eh? —se digna a mirarla. —Nada. ¿Por qué?

Entonces Umiko mira a Sakura y esta se encoge de hombros.

—A mí no me mires, yo la entiendo. Las hormonas son muy traicioneras.

—Con razón insistíais en venir con nosotros hoy —sigue quejándose Umiko. Ennoshita, Kinoshita y Narita no podían evitar reírse ante la situación, aunque les alegraba un poco que las tres empezaran a hablarse un poco más. —¿Ya habéis tenido vuestro momento de gays o esperabais a estos tres? —pregunta la rubia, señalando a sus amigos.

—Hablas demasiado tranquila cuando sabes que te vas a encontrar con tu novio hoy.

Umiko rueda los ojos. Aunque no lo negó.

—Bueno, ¿nos vamos o qué?

—¡Buenos días, entrenador! —los saludan todos.

Al llegar a las interescolares, todos se les quedaban mirando al grupo de chicos que iban en dirección a la entrada del gimnasio. Llevar uniformes de negro y las caras tan serias que tenían daba pinta de que eran malotes, por lo que la mayoría se apartaban y susurraban. Hasta que, detrás de ellos venían al pequeño grupo de chicas con el uniforme de animadoras.

—¡Esos dan miedo! ¡Encima tienen animadoras preciosas!

—Oye Umiko —llama Akira a su hermana. —Verás, ahora que esto es lo más parecido a lo que sueles pasar tú todos los días por ser bonita... quiero decirte que lo siento mucho.

—¿Eh? —pregunta su hermana frunciendo el ceño.

—No es divertido tener tanta atención de los chicos —le responde incómoda. —Siempre decías que no te gustaba y nunca te creí porque no lo había vivido, pero ahora... lo siento mucho.

Umiko pestañea varias veces.

¿Qué acababa de pasar?

—E...está bien —tartamudeó un poco la chica.

—Alguno tipo los rivales caídos y los cuervos sin alas —las chicas se pararon justo detrás de los chicos cuando esto también se pararon al oír a alguien decir esa frase.

Ambos chicos notan una presencia detrás de ellos y se ponen nerviosos.

—Cuervos sin alas —empieza a decir Tanaka. —¿Has dicho eso, ehhh?

Sawamura se adelanta y lo agarra antes de que se meta en líos nada más llegar.

—Venga, vamos —le para los pies. Luego mira a los chicos. —Lo siento.

Los chicos estaban tan avergonzados que poco dijeron.

—Ah, nada...

—¿Ya estás con los piques? —le pregunta a Tanaka, arrastrando de él.

—Perdón —se disculpa Tanaka con su capitán.

—Ni perdón ni nada. ¡Yo le habría...!

—Alguien se ha levantado bastante agresiva hoy, eh. ¿No tuviste suficientes cariñitos anoche, Akira? —la chica se sonroja de golpe cuando Sawamura suelta ese comentario. Automáticamente la chica agacha cabeza y sigue andando en silencio.

—Deja a mi chica, Daichi —interviene Sugawara, rodeando a la chica con el brazo para protegerla de su mejor amigo.

—¡Ese no es Azumane del Karasuno! —se oye decir mientras caminaban.

—¿Qué? ¿Quien es?

—¿Es que no lo sabes? ¡Dicen que usaba a los tíos del Kita para robar a otros alumnos! ¡También dicen que vendía mandanga por la calle! ¡Y dicen que lleva cinco años en la escuela superior!

—¿Sí? Osea que es adulto.

—Mira, ya están con lo de siempre —se ríe Sugawara.

—¿De verdad que están hablando del mismo Asahi? —pregunta Umiko, que iba al lado del castaño. —Porque el nuestro es un flojo.

—Es porque tiene ese aspecto.

—Bueno... es que... por lo menos... aunque sea por el aspecto... me gusta que piensen que soy un malote —se defiende el chico, encogiéndose de hombros y dando explicaciones.

—Pero hombre, si fueras malote de verdad no dirías una cosa así —le responde Sugawara, poniendo su mejor cara de póker junto a Sawamura.

—Pero amor, no le digas eso que le vas a hundir la moral —intenta defenderlo Akira.

—Cada vez que oigo a mi hermana llamar a Suga amor siento que se muere un gato por ahí —se asquea Umiko.

Nishinoya se ríe.

—¡Qué más da lo que piensen de ti, hombre!

—Esto es lo que diría un malote —dicen a la vez Sugawara y Sawamura mientras le ponen la manos en el hombro al chico.

—¡NOYA! —le llama Tanaka.

—¿Eh? —pregunta el chico, pero con una mirada de Tanaka era suficiente para saber lo que pasaba. En cuestión de segundo empezaron a rodear a las chicas, pues los chicos no paraban de mirarlas, algunos se sonrojaban y otros intentaban acercarse a ellas. Pero entonces Shimizu les da un golpe a los dos para que se estén quietos.

Pero como locos enamorados, no les hunde la moral, sino que les da más ánimo.

Todos tenían algo que decir de algunos de los jugadores, pero en cuento Kageyama oye que lo llaman por su apodo de rey de la pista, se pone de los nervios, mirando mal a todo el mundo y dandole miedo.

—¡Qué guay! ¡Cuanta gente! —se anima Hinata. —¡El pabellón es enorme! ¡Huele a parche medicinal!

—¿Pero de qué hablas tú?

—Este olor es el olor de los campeonatos.

—¡Es verdad! —se le une Nishinoya.

Y entonces es cuando algunos de los chicos se dieron cuenta de algo: la última vez que las chicas habían estado en un pabellón fue cuando lo del incidente de Akira el año pasado y al mirarlas se dieron cuenta de que ellas también se acordaron.

Akira tenía el ceño fruncido y Sugawara dejó caer su mano del hombro de la chica para tomar la de ella y entrelazar los dedos, apretando ligeramente de vez en cuando. La chica se había olvidado por completo de aquello y se maldecía por empezar a temblar del miedo justo en ese momento. Como Sawamura vio que Sugawara estaba pendiente a su chica, miró a Sakura, a cercándose a ella, que también parecía tener varios conflictos saliendo a la luz por la forma en la que su respiración se volvía más acelerada.

—Oye, Sakura, cuando llegamos a las nacionales no tienes permitido animar a tu novio —la chica frunce el ceño y mira al castaño.

—¿Eh?

—Eres del Karasuno, una del equipo. Y aunque nos caen muy bien, siguen siendo el enemigo. Nuestro enemigo. Cuervos contra gatos. ¡No te olvides! —Sakura se ríe y niega con la cabeza. Ella no se había dado cuenta, pero Sawamura había conseguido que dejara de pensar en el accidente de Akira.

—¡Pues más os vale llegar a las nacionales! —les responde.

Entonces una sensación de ser observados les invade por completo hasta que se encuentran en frente a un gigante sin cejas que señala a Azumane, como si le estuviera declarando la guerra.

—¿A ti qué te pasa? —se intenta encarar Nishinoya, pero le Azumane le frena, teniendo un duelo de miradas con el gigante.

—¡Oye, oye, oye! —corre un chico hacia ellos. —¡Vale ya! —le pide. Luego se gira hacia los chicos apenado. —¡Lo siento! ¡Perdonadnos!

—Tranquilo —le responde Sawamura.

—Eh Futakuchi, ¡ayúdame!

—Ahhhh, perdonad. Es que este tío tiene la manía de detectar al as del contrario en cuanto lo ve. Así que... ya puedes ir preparándote para la que te espera.

—¡Te pasas de agresivo, hombre! —se queja el chico más bajito mientras se marchan. —¿Por qué siempre haces lo mismo?

—Madre mía, este sí que da un poco de miedo —se sincera Sugawara.

—Sí —asiente Sawamura.

—Pues no me parecía para tanto —ladea la cabeza Akira.

—Opino lo mismo —afirma Yui. —Es como un enorme oso de peluche al que quieres abrazar mientras te duermes.

Sawamura y Sugawara miran a las dos chicas como si les hubiesen salido dos cabezas a cada una y deciden que es mejor ignorarles el comentario.

—Oye, le has aguantado bien la mirada —comenta Sugawara, pero en cuento todos le miran, se da cuenta que hasta está sudando frío del miedo.

—Cagao —le habla Akira.

—Qué...qué nervios.

—¡Pero mira que eres flojucho cuando estás fuera de la pista!

—Y que lo diga Noya que es más bajito que tú —sigue insistiendo Sakura.

—¡Pero tened más tacto, hombre!

—Yo soy mujer.

Entonces un chico de otra escuela se acerca para saludar a Sawamura, pero Ennoshita y Kinoshita les deja de prestar atención y se acercan a la rubia más bajita del grupo.

—¿Estás bien? —le pregunta el rubio oscuro, Kinoshita. La chica traga saliva y asiente porque si abre la boca tiene miedo de que los nervios la delaten.

—¿No me digas que te vas a cagar encima como Hinata? —le pregunta Ennoshita, burlándose de ella.

—¡Tu eres bobo o qué!

—Tenías que decir lo de Hinata —niega con la cabeza Kinoshita, señalando al pelinaranja detrás de ellos. Umiko se pone de puntillas para verle y lo ve temblar.

—Oye ¿no te estará doliendo al barriga otra vez?

—¡Hiemblore mohion! —grita Hinata.

Ren los mira a los dos, rascándose la cabeza.

—¿Qué dices ahora?

—Ha dicho que tiembla de emoción ¿no? —interviene Sugawara. Hinata asiente varias veces.

—¡De emoción nada! ¡Tiemblas de puro miedo! —se ríe Tanaka, mirando al pobre chico.

—¿Has visto a los del Date Industrial y te has hecho caquita?

—Tanaka, Noya, no sean así con el pobre Shoyo —le defiende Ren, haciéndole un puchero a los chicos mientras se cruza de brazos.

—¡P...pues no! ¡Está claro que no es que no!

—Ren, preciosa, no puedes mirarme así y pretender que no me enamore de ti —le dice Nishinoya, tan serio que la chica se asusta y se esconde detrás de Kageyama.

—Ni te me acerques —le advierte la chica.

—Pues Asahi es también así de cobardica y no parece que este nervioso.

—¡Eh, cómo que cobardica!

—¿Y todavía te sorprendes? —le pregunta Akira. —Pero sí, estas muy tranquilo.

—Es que tengo un truco para calmar los nervios. Intento recordar la experiencia más terrible que haya tenido, y cuando más terrible mejor. Luego pienso, lo que pase ahora no será peor que aquello. Y así me tranquilizo.

Entonces Hinata se pone a pensar hasta que se calma.

—Ahhhh, por eso no te da miedo intentar ligar con las chicas de clase con esa cara de secuestrador que tienes —se burla Yui, mirando de reojo a Azumane.

—¡Pero tú que eres, amiga o enemiga!

—Yo soy neutral, ni una cosa ni la otra —le responde ella asintiendo con la cabeza varias veces. —Bueno chicas —da palmaditas y mira las chicas. —Nos toca irnos arriba, a las gradas.

Las chicas asienten, cogiendo todo lo que los chicos no van a necesitar para guardarlo mientras duraba el partido.

Sugawara se acerca a su novia y le agarra las dos manos.

—¿Me das un beso de buena suerte? —susurra el chico a escasos centímetros de su novia.

Ella sonríe y se pone de puntillas, uniendo sus labios con los del chico en un casto besito. Sugawara sonríe y la agarra por la cintura para acercarla más a él y robarle un beso con más movimiento de labios, pero sin pasarse de intenso teniendo público delante.

La pelinegra se despide de él dandole otro casto beso y sale corriendo para acercarse al resto de las animadoras y subir las escaleras. Se había colocado en un extremo de Umiko, y en el otro lado estaba Sakura.

—¿Y nuestro cuñado no ha llegado todavía?

Umiko sabía a quién se refería, pero no iba a caer en ese juego.

—No sé de quien me estás hablando.

Las chicas se acercaron hacia donde Shimizu estaba colocando la banda del Karasuno y se pusieron a colocar las cosas en los asientos.

—¡Si es Umiko! ¡Hola Umiko!

La nombrada se gira y se encuentra con el equipo del Aoba Johsai acercándose a la zona donde jugaba el partido los del Karasuno.

—¡Hola! —les saluda ella.

—¿Y tú cómo es que conoces a los del Aoba Johsai? —pregunta Akira. La rubia se paraliza y traga saliva.

—No sé de qué me hablas.

—¡Oh, es cabeza de rábano!

—¿Cabeza de rábano?

—Está hablando de ti, hombre —se ríe Kunimi. —Hola, Umiko.

—¡QUÉ! —se queja Kindaichi cuando entiende que se está riendo de su cabeza. —Ah, pero si es Umiko. ¿Y lleva aun uniforme de an...?

—¡YUJU! ¡Hola, Tobio y Pulgarcito. ¿Cómo va a la pareja de raritos? —les saluda Oikawa nada más los ve, alzando los dedos formando el símbolo de paz.

—¡Es el gran rey! —se emociona Hinata.

Iwaizumi le da un guantazo en la mano.

—¡Ay! ¡Que me haces daño Iwa!

Pero él le ignora y se acerca hacia Umiko junto a Kunimi.

—Hola, Miko, ¿a qué no te imaginas lo que vengo a contarte de cierto idiota colocador?

—¡IWA!

—Si, si, ¿pero has visto lo bien que le queda el uniforme de animadoras? —le pregunta Kunimi, interrumpiendo a Iwaizumi. —A ver, da una vueltita.

—¡Lo que os voy a dar son dos tortazos como os acerquéis a mi hermana, putos del Aoba Johsai!

Umiko pone una mano delante de su hermana para evitar que se lance encima de los chicos.

—Vosotros ni caso. Está vacunada contra la rabia y cualquier enfermedad contagiosa. Además, solo muerde a su novio.

Akira se quedó petrificada a la vez que se sonrojaba. Entonces se aleja lentamente, dándole espacio a su hermana.

—Hola, burbuja. ¿Cómo está la chica más...?

—Déjate de tonterías ahora —le interrumpe Iwaizumi, dándole un tortazo en la cara a Oikawa antes de que se acerque a Umiko. —Este tontaina estaba esperando por ti afuera y acabó rodeado de un grupito de fans de otras escuelas, comiendo sus galletitas y queriendo hacerse fotos.

—¡Oye, traidor! —se queja el castaño. —¡No es mi culpa que sea tan popular! Pero burbujita sabe que solo tengo ojos para ella, ¿verdad que...? —Oikawa traga saliva cuando ve a la rubia cruzada de brazos y mirándole con ganas de ser ella la que le diese un balonazo en toda la cara.

—Pero tú tranquila, Umiko, que yo siempre te cubriré las espaldas.

—¿Le pegaste?

—Un balonazo, sí.

—Muy bien —y choca los cinco con el chico.

—Por eso no le gustas a ninguna chica, amargado.

—Pues él me cae mejor que tú, idiota —defiende Umiko a Iwaizumi.

—¡Retíralo! —se queja el castaño, apartando a Iwaizumi para poder estar frente a la chica cuando se agacha a su altura.

—No —se cruza ella de brazos.

—¡Burbuja! —se queja como un niño pequeño mientras la rubia se mira las uñas como si él no fuera nada importante. —Eso lo dices porque hay gente delante. ¡Cuando estamos solos siempre me dices que soy tu favorito y que me echas de menos!

Umiko se sonroja y le da un golpe en la frente. El castaño se queja del dolor.

—Idiota. Venga, que van a empezar con sus discursos gays.

La chica se gira y se sienta en uno de los asientos de las gradas.

Oikawa le saca la lengua al resto y va detrás de ella, a sentarse a su lado. Iwaizumi se sienta al otro lado de la chica, que parecía menos amargado al estar con ella. A ellos también se les une Kindaichi.

—¿Por qué tienes a estos paletos a tu alrededor? —pregunta Yui, poniéndose delante de la chica de brazos cruzados.

—A mí que me cuentas —se defiende al chica, encogiéndose de hombros. —Aunque seguramente será por mi personalidad encantadora y agradable.

—¡AHHHHHHHHHH! ¡TOMAAAAAAA!

Yui se gira sobre sí misma y Umiko se deja caer a un lado invadiendo un poco del espacio de Oikawa.

—Como se nota que han marcado —dicen las dos a la vez.

—Vaya tela, menuda fuerza tiene —comenta Iwaizumi cuando ve la jugada de Asahi.

—Ahh, sí, a él no le habéis visto jugar —recuerda Umiko. Yui se sienta delante de Umiko y el resto de animadoras también se acercan, sentándose con Yui en el caso de Ren, y detrás de ellos, como Sakura y Akira.

Y justo parece que todo se queda en silencio cuando Kageyama y Hinata hacen su ataque.

—¡Wow! —se emociona Ren, dandole saltitos en su sitio. —Verles en un partido es completamente diferente. ¡Como molan!

—Psh, raritos —se queja Oikawa al lado de la rubia.

—Kageyama es realmente increíble —se emociona la pelirosada. —¡Y Shoyo salta tan alto! Pero todavía no entiendo muy bien eso de la conciencia espacial de Kageyama.

—¿El qué? —pregunta Yui a la pelirosa.

—La conciencia espacial. Kageyama me ha contado que Umiko le dijo que tenía conciencia espacial, que es algo muy raro pero es como una especie de don para las personas que practican deportes. Tiene una capacidad inhumana para poner la bola, pero que todavía tiene que aprender muchas cosas.

—¿Tobio te ha dicho todo eso? —pregunta Umiko. La pelirosa asiente con la cabeza. —¿Él solito? —vuelve a asentir. —¿Por voluntad propia? ¿Sin monosílabos y frases de menos de cinco palabras? —la chica asienten de nuevo. —¿Y sin usar sus fum y sus fas?

—Sí, la verdad es que me ha explicado las cosas muy bien.

—¿Sin frustrarse ni gritarte? —pregunta Akira, acercándose más hacia ellos y apoyándose en el asiento de su hermana Umiko.

—Así es.

—Eso es nuevo —comenta la chica ladeando la cabeza.

—¿Nuevo? Eso es rarísimo. Kageyama se enciende más rápido que una cerilla —añade la pelirroja.

Umiko se gira hacia atrás a mirar a sus hermanas.

—Raro es que llevéis uniforme de animadoras, tengáis novios y que les llames amor y gatito. Eso da tan mal rollo.

—Eso no es mal rollo, eso es querer a sus novios —interviene Oikawa, que no dejaba de mirar a los del Karasuno jugar, pero también prestaba atención a la conversación. —Ya podrías ponerme a mí un apodo cariñoso.

—Pero es que tú no eres mi novio —le responde la rubia. —Solo eres un tontaina que acepta galletas a cualquier chica mona que se le pasa por delante.

¿Estaba celosa?

¿UMIKO ESTABA CELOSA?

No se había dado cuenta de ello hasta que lo soltó. Abrió los ojos de golpe al darse cuenta, pero se recompuso rápidamente, pestañeando varias veces y carraspeando para mirar el partido.

Pero Oikawa ya estaba más que emocionado.

El Karasuno ganó el primer set del partido y empezaban en el segundo con Kageyama sacando, marcando hasta cinco puntos con cada saque.

—Wow, Kageyama es increíble. ¿Cómo es que alguien puede ser tan bueno? —suspira Ren, apoyando su cabeza entre sus dos manos. —Ojalá a mí se me diera tan bien algo como él.

—Pfft, mi junior juega con una ventaja que las personas normalitas como nosotros solo podemos soñar —interviene Oikawa, hablando con puro desprecio y cierta envidia. —Pero aún así, siendo un genio rarito y todo, sigue estando por debajo de mí.

Umiko sabía que a Oikawa el tema de Kageyama le traía bastante mal, pero la forma en la que estaba hablando de él... aunque ya lo había hecho antes... esta vez no le había gustado.

Se sentía incómoda.

¿Qué pasaría si él supiera que ella...?

—Vaya, he estado en tantos partidos de futbol y baloncesto...pero nunca... nunca había visto algo así —comenta Yui, sin apartar la mirada al equipo. —Se lo toman tan en serio y el respeto que tienen por su rival es tan grande que... —suspira,— son tan increíbles que motivan al equipo contrario a darlo todo.

—Parece que alguien le está gustando un poco más el voleibol —canturrea Akira.

—Cállate —le queja Yui, sonrojándose.

El Karasuno ganó el partido y su siguiente rival era el Date Industrial, algo que a las chicas ponían un poco nerviosas.

—Venga chicas, vamos a comer con los chicos y a felicitarles —las llama Yui.

Pero antes de que Umiko se fuera con las chicas, Oikawa toma la mano de la rubia para pararla y evitar que se fuera.

—¿No nos vas a desear suerte para el partido, burbuja?

—¿Por qué un equipo tan genial como el vuestro iba a necesitar que le desee suerte?

Los chicos del Aoba Johsai eran listos: notaron la tensión en el ambiente y decidieron desaparecer rápidamente para no tener que cargar con el mal humor de Oikawa.

—¿Te ocurre algo, burbuja? ¿Estás bien? ¿Es por lo de esas chicas que me dieron galletas?

—Kageyama no tiene la culpa de ser como es —dice sin más.

Incluso las animadoras del equipo del Karasuno se dieron cuenta de la tensión y también se marcharon porque Yui les daba mucho miedo cuando empezó a tirarle de las orejas por chismosas.

—¿A qué viene eso ahora? —le pregunta él, soltándola y cruzándose de brazos.

—Puede que ahora no, pero algún día puede que te supere y no es culpa de él perseguir ese sueño.

—Eso ya lo sé —se queja él, frustrado. —Pero no dejaré que me supere si puedo evitarlo. Me esforzaré el doble, el triple o lo que sea necesario para no dejar que alguien como él me humille tan fácilmente, no dejaré que...

—¿Alguien como él?

—Solo es bueno por esa capacidad que tiene, si no la tuviera, su sueño no se cumpliría tan fácilmente. Se necesita mucho trabajo y esfuerzo para llegar a donde he llegado, si no, sería uno del montón, otro fracasado más. Pero eso es algo que los genios como vosotros no entenderéis jamas, cualquier cosa que hagáis, siempre os saldrá bien a la primera y...

Umiko se quedó sin aire.

Era evidente que ya lo sabía.

—¿Desde cuando? —le interrumpe.

Oikawa cerró los ojos, dándose cuenta de que cometió un desliz.

—Umiko...

—¿Cuando te diste cuenta de que yo también tengo conciencia espacial?

Ya no iba a poder ocultarlo más.

—Cuando éramos pequeños, mas o menos cuando los chicos empezaron a fijarse en ti y Tobio había entrado al equipo.

—¿Como te diste cuenta?

Él negó con la cabeza.

—Soy muy observador, burbuja, por eso soy el mejor colocador. Tobio me ponía enfermo, y tú...pero eso solo fue al principio. La verdad es que nadie más te prestaba atención más allá de tu belleza, nadie esperaba nada extraordinario de ti y por mucho que te esforzaras, no era suficiente para que te tomaran en serio aunque tuvieses una capacidad...

—¿Te fijaste en mí solo porque sentías lástima? —le pregunta ella, frunciendo el ceño. —¿Porque aunque tenía un talento era más penosa que tú?

—No, no, eso no es así, burbuja, yo... escuché lo que le dijiste a una chica y todo cambió, todo...

—¿Necesitabas encontrar a una niña rarita que fuera una fracasada para sentirte mejor contigo mismo? ¿Alguien a quien ni sus propios padres biológicos querían ni consideraban suficiente como para adoptar a otras dos niñas? ¿Necesitabas a alguien que tuviese oportunidades pero que fuera mediocre para destacar tú?

—¡No vuelvas a decir una cosa así! —se enfada él. —Nunca te he considerado mediocre, jamás. Así que si te sientes así, no es por mí, porque yo he estado todos estos meses a tu lado, buscando la forma de hacerte feliz, ayudándote a que encuentres el mismo brillo que te enamoró de mí cuando eras pequeña, para que, cuando lo tuvieras todo por ti misma, me escogieras porque me quieres a mí tal y como soy, aunque no sea un genio. Quiero que me escojas porque me quieres completamente, tanto lo bueno como lo malo, y no porque te conformas con lo poco que te dan.

—Vaya, así que esta es la famosa chica que te tiene tan enamorado —comentan detrás de la chica. Esta pasa por el lado de Umiko y se coloca al lado de Oikawa. Le abraza por la cintura, pero este se despega de ella.

—Yuri, tú no te metas en esto. Y déjame en paz, que no quiero verte ni en pintura.

Yuri chasquea la lengua.

—¿Es que acaso tu querida ex-novia no puede preocuparse por ti? —pregunta sonriendo victoriosa la chica y mirando a Umiko. —Tú me suenas de algo, linda.

Verla a ella justamente ahí y descubriendo en el peor momento posible que era la ex de Oikawa era como recibir un balde de agua fría.

Fría como el hielo, calándole no solo los huesos, sino hasta el alma.

—Me voy con mis amigos —dice Umiko, agachando la cabeza. No quería estar ahí ni un solo minuto más.

—Burbuja, espera un momento —intenta pararla Oikawa.

—¡Pero Oiwi, si tienes que empezar tu partido! —interviene la chica, agarrándose del brazo del castaño.

—¿Cuantas veces tengo que decirte que no me toques?

—Eso no me decías antes cuando nos encontrábamos sin nada de ropa, Oiwi.

El asco que sintió Umiko en ese momento fue superior a ella. Se dio la vuelta corriendo, bajando las escaleras e ignorando a sus amigos cuando la vieron pasar a su lado. Necesitaba ir al baño rápidamente a vomitar.

—Tranquila, estoy aquí —le tranquiliza Yui, acariciándola del cabello.

—Gracias.

Umiko se levantó del suelo junto con Yui y fue a lavarse las manos y enjuagarse la boca. Estaba de los nervios.

—¿Has discutido con Oikawa?

—Ha aparecido su ex —ocultarle algo a Yui era una estupidez y más cuando la podía leer como a un libro abierto. —Es animadora, por lo que también participará en los Coros Escolares del Aoba Johsai. El uniforme mola mucho, es más alta y esbelta que yo y muy guapa. Le ha llamado por un apodo cariñoso, ha dejado bastante claro que se han acostado y...

—Vale, ahora dime lo que no me estás contando.

Umiko suspira. Solo habían dos personas a las que se lo había contado y lo peor de todo es que esas dos personas las conocían.

—Pasó cuando estaba en la escuela media. Unas chicas me encerraron en un baño y me pegaron, me metieron la cabeza en el inodoro y después empezaron a tocarme por encima de ropa, diciendo que era muy linda y que cuando creciera los chicos se volverían locos por mí y me querrían hacer muchas cosas en la cama. Una de esas chicas es la ex de Oikawa y su hermana mayor hacía artes marciales con Akira, por eso nunca me había gustado ir a los torneos. Pero... —carraspea. —Mis padres siempre me obligaban.

—¿Alguien más lo sabe?

—Oikawa e Iwaizumi.

—¿Ellos saben que es ella?

—No. Ni siquiera sabía que era su ex-novia.

Yui se cruza de brazos, intentando mantener la calma.

—Bien, entonces me la cargo.

—Yui, cálmate. Lo último que quiero ahora es tener que pasar más tiempo alrededor de ella y sus amigas.

Cuando las chicas salen del baño se dan cuenta de lo mucho que hablan del Karasuno y de Hinata, todos sorprendidos de que alguien tan bajito pudiera hacer lo que él hacía.

—Kageyama —le pide Ren, pues el pelinegro agarra fuertemente de la cabeza a Hinata y le aprieta, haciéndole daño. —¡Kageyama! —le pide esta vez, pero agarrándole del brazo. Kageyama la mira y le suelta, pero no apartándose del agarre de la chica, aunque frunce el ceño cuando ella deja de tocarle y se acerca a Hinata para acariciarle de la cabeza, despeinándole en el proceso.

—Sí, tiene razón —interviene el entrenador. —Es número 10 tan bajito está captando mucho la atención. Y cuando más capte, mejor todavía. Cuanto más brille Hinata, más cegará los bloqueos de la defensa. Bien, la alineación inicial para el siguiente partido será la misma que en el primero.

Todos se quedan en silencio hasta que Sawamura habla.

—El siguiente encuentro es a la una y media. No os enfriéis.

—Tomad una comida ligera —interrumpe el entrenador. —No os llenéis mucho.

—¡De acuerdo!

—Nosotros vamos afuera a darle a la pelota —les comunica Kageyama. —Vamos Ren —y sin previo aviso, agarra del brazo a la chica y comienza a caminar tirando ligeramente de ella, andando más despacio que de costumbre.

—Eso es muy raro —comenta Akira, mirando al pelinegro y al pelinaranja ir con la chica afuera para lanzar balones.

—La verdad es que sí —asiente Sawamura, viendo a los más pequeños irse.

—Bueno, os he preparado una comida ligera a los dos —les dice Akira con una sonrisa de oreja a oreja.

—Eres la mejor novia que nadie puede tener —le asegura Sugawara, dándole un pico en los labios antes de cogerle la comida.

—¿Comes con nosotros, Yui? —le pregunta Sawamura a la chica. La rubia, que no se había despegado de Umiko, la mira y esta le dedica la mejor sonrisa que puede poner en ese momento.

—Yo me voy con mis chicos.

—Sí, está bien —asiente Yui, pero no sin antes darle un fuerte abrazo a la rubia y susurrarle algo que solo ella pudiera oír. Después se sienta en el suelo al lado de Sawamura, teniendo en frente a Sugawara y a Akira con sus piernas sobre las de su novio. Él había empezado a comer son una mano, su comida sobre las piernas de Akira, siendo agarrado por la chica para que no se le cayera mientras que con su mano libre acariciaba el muslo de su novia inconscientemente.

Aunque Akira sí que parecía muy consciente, porque estaba ligeramente ruborizada aunque intentaba ocultarlo y fingir que no pasaba nada.

Pero Yui pudo darse cuenta cómo la mirada de Sugawara cambió un par de segundos a una no tan inocente, como si supiera exactamente lo que estaba provocando en la chica.

—Y parecía un santito —murmura por lo bajo la rubia. Sawamura la mira, luego a Sugawara y la vuelve a mirar y se inclina para hablarle.

—¿Verdad? Cuesta creer que Akira es su primera chica en todo —se ríe. —Las apariencias engañan —se encoge de hombros. Yui se ríe, negando con la cabeza. —¿Umiko esta bien?

—¿Mmh? Ah, sí. Comió algo que le sentó mal esta mañana —le asegura la rubia.

—¿No tendrá que ver con Oikawa? —Akira, al oír el nombre de su hermana, dejó de prestar atención a las caricias de Sugawara en su muslo y miró a la rubia.

Yui frunce el ceño.

—Si así fuera, no te lo diría.

—¿Y por qué no? Soy su hermana.

—¿Y? Que seas su hermana no significa que seas una buena persona para ella.

—¿Qué quieres decir con eso?

—Nada, Akira, sigue con lo tuyo —suspira Yui, lo último que quería era discutir con la pelinegra. —Qué difícil me lo ponen estas chicas. Resulta casi imposible cuidarlas —la rubia se recuesta un poco en la pared y Sawamura la copia, mirándola de lado.

—¿Muy difícil ser mamá gallina?

Ella sonríe y asiente.

—No sé como es que haces que parezca que ser papa gallina sea tan fácil, Daichi —ella cierra los ojos y se recuesta en el hombro del chico.

—¿Todavía no sabes nada de Kai?

—No. Y su hermano no es que sea muy de compartir información. A los profes les ha dicho que está enferma y a Ren y a mí que Kai tiene por costumbre desaparecer a veces sin decirle a nadie y aparecer como si nada cuando pasa varios días o unas pocas semanas.

—Eso es muy raro ¿no crees?

—Si... —suspira, —yo creo que está metida en algún lío. Ella y su hermano son muy problemáticos, aunque Kai... ella es mucho peor que su hermano.

—¿Por qué suenas como si quisieras ayudarla?

—Una persona que no se deja ayudar, es imposible de ayudar, Daichi —le recuerda la chica.

—O simplemente puedes obligarla a que no tenga otro remedio, como hice yo con los intensitos de primero.

—Eso suena a algo que solo tú harías —niega con la cabeza la chica.

—Bueno, solo espero que vuelva pronto. Tsukishima está mucho más impertinente que de costumbre desde que no esta viniendo ella. La amistad que tienen esos dos es muy rara, pero se complementan muy bien.

Akira y Sugawara, estaban hablando de sus cosas, pero la chica notaba a su novio preocupado, pues no dejaba de mirar disimuladamente a Azumane, el cual estaba con Nishinoya y Tanaka.

—Estará bien.

—Eso espero —suspira el chico.

—Ahora estáis más preparados y tenéis un mejor equipo —le recuerda la chica, pasando su brazo por detrás del cuello del chico para acariciarle de la nuca con suavidad, pues estaba tenso y no le gustaba verle así. Y había funcionado, pues al sentir el tacto de su novia hizo que se tranquilizara.

Se gira y la mira directamente a los ojos. No dice nada cuando le da un pico en los labios, se separa unos escasos milímetros y la acaricia con su propio labio el labio de la chica, pero rápidamente se separa de ella, dejándola ruborizada.

—Voy a buscar a la parejita —le vuelve a dar un pico rápido y se levanta con cuidado al apartar las piernas de su novia de su regazo.

Akira mira para todos lados con la esperanza de que nadie les haya visto, y suspira aliviada cuando se da cuenta de que es así. Estaban todos tan acostumbrados a que esos dos pasaran tanto tiempo juntos desde que se hicieron amigos, que ya ni les prestaban atención siendo novios.

Umiko le había contado a sus mejores amigos lo que había pasado con todo lujo de detalles, aunque todavía se reservaba un pequeño detalle que en ese momento no tenía ganas de compartir.

Tenía que afrontar sus crisis de una en una.

Los chicos no le dijeron nada, pues sinceramente no sabían qué decirle para ayudarla a sentirse mejor, así que simplemente se acercaron a ella y la abrazaron a la vez.

—Un abrazo de tres siempre me hace muy feliz —les asegura ella. —No sé que haría yo sin vosotros.

—¡No digas esas cursilerías, que me emocionas! —se queja Ennoshita, volviendo a acercarse a ella para abrazarla. Como es más bajita que él, no duda en darle un beso por su frente.

—¿Estáis nerviosos por el partido?

—Un poco.

—Pero si seguro que ni saldremos a jugar —se encoge de hombros Kinoshita.

—¡No seas así, que nos gafas! —se queja Ennoshita.

—Bueno, sea como sea, ya es la hora. Rompeos una pierna, metafóricamente hablando.








𝑡𝑜 𝑏𝑒 𝑐𝑜𝑛𝑡𝑖𝑛𝑢𝑒𝑑 ...

holiwis vvs

LAS SUPERNENAS POR FIN SE ESTÁN RECONCILIANDO 💗💗💗💗

hablemos de SUGAWARA que me tiene mal este niño, madre mía como puede ser TAN INCREÍBLE. es que yo me lo imagino así con novia y no me pueden decir lo contrario, es el típico chico tranqui pero freaky ;) 🫦

umiko y oikawa me tienen en una montaña rusa, cuando avanzan, dan cien pasos para atrás, pero si os dais cuenta, oikawa ya se siente más relajado y seguro de sí mismo para dejar salir su personalidad tan particular con umiko, algo que no habíamos visto hasta ahora tan explícito, solo poco a poco

sí, umiko tiene conciencia espacial desde siempre y a diferencia de kageyama, también puede "leer" a las personas, por eso es tan sensible

también se ha encontrado con las chicas que le hicieron daño de pequeña que casualmente una es la ex de oikawa ¿qué pasará?

tengo dos noticias nuevas:

la primera, si amáis a oikawa e iwa, les invito a que vayan a la nueva historia totally spies en donde la primera parte nos centramos en la historia de iwa jeje

ese fanfic es un ova especial de la parte de la vida de nuestra pequeña burbujita y sus amigos/as, por lo que en el futuro veremos muchas cosas de ennoshita y kinoshita y como ella aparece también y como casi todo gira en torno a ella

la segunda, si amáis tanto como yo las interacciones de los cuervitos vvs y las fantasmitas vvs, vayan a su libro,
el de ghostbusters porque ahí son mil veces mejor,
es una joyita, lo prometo

esa fanfic es como una segunda parte o spin off de las supernenas, porque trata de nuestros chicos de primero, pero aparecen también los personajes de aquí

os gustó el capi??????

qué creen que pasará en el siguiente??

no olviden votar y comentar, para mi es muy importante y me hace muy feliz <3

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os leo bbs <3

os amo hasta el infinito y más allá <3<3

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〘    𝐭𝐡𝐞 𝐩𝐨𝐰𝐞𝐫𝐩𝐮𝐟𝐟 𝐠𝐢𝐫𝐥𝐬 !               
━━ 𝘩𝑎𝑖𝑘𝑦𝑢𝑢! 𝑏𝑜𝑦𝑠    〙
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