Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Dos

Contenido explícito.

El ambiente en la camioneta estaba cargado, pero no de palabras. Era el tipo de tensión que hacía que el aire pareciera más pesado, más denso. Louis estaba inmóvil, sus ojos fijos en Harry, quien seguía sentado cómodamente en su regazo, jugando con el chupetín en su mano.

—Abre la boca, papi.

Dijo Harry de repente, una sonrisa juguetona curvando sus labios.

Louis frunció el ceño, claramente confundido.

–¿Qué?

–Solo hazlo. —Insistió Harry, ladeando la cabeza, su tono lo suficientemente convincente como para que Louis obedeciera sin pensarlo demasiado.

Louis abrió la boca lentamente, y antes de que pudiera cuestionar más, Harry deslizó el chupetín dentro.

–Ahora tú lo sostienes. —Dijo con una risa ligera, como si todo fuera un juego.

Louis parpadeó, sorprendido por la acción, pero no dijo nada. El sabor dulce del caramelo llenó su boca mientras observaba cómo Harry tomaba unas ligas que llevaba en la muñeca.

El omega comenzó a separar mechones de su cabello con movimientos rápidos y fluidos, preparándose para hacerse trenzas.

—Debo hacerme mis trenzas. —Comentó Harry, como si la escena no fuera nada fuera de lo común.

Louis seguía sin decir palabra, sus ojos recorriendo el rostro de Harry mientras el omega se mordía ligeramente el labio inferior, concentrado en su tarea.

—¿Recuerdas cuando antes de ir al colegio tú me las hacías, papi?

Preguntó Harry de pronto, levantando la vista para encontrarse con los ojos del alfa.

Louis asintió, su expresión seria, pero había algo más profundo en su mirada.

—Sí, lo recuerdo.

Harry sonrió, su rostro iluminándose con un aire de nostalgia.

—Me gustaba sentarme en tu regazo y que me hicieras las trenzas. —Confesó, su voz suave, casi un susurro.

Louis tragó saliva, el chupetín todavía en su boca, pero no dijo nada. En su mente, podía ver claramente esos momentos del pasado.

Harry, con sus piernas a sus costados mientras se sentaba en su regazo, hablando sin parar mientras él cuidadosamente trenzaba su cabello. Era una imagen que en su momento había parecido inocente, cotidiana. Ahora, la misma imagen se sentía extrañamente íntima, cargada de significados que prefería no analizar demasiado.

Harry terminó la primera trenza, dejando que descansara sobre su hombro, y comenzó con la siguiente.

—Eras tan cuidadoso...—Dijo con una risita.—Nunca me jalabas el cabello, como hacía mamá cuando tenía prisa.

Louis no respondió de inmediato. Sus manos se movieron inconscientemente para apoyar mejor a Harry, sujetándolo por la cintura.

—Siempre quise que estuvieras cómodo.— Murmuró finalmente, su voz más baja de lo que pretendía.

Harry sonrió, inclinándose un poco hacia él mientras trabajaba en la última trenza.

—Lo lograbas, papi. Siempre me sentía cómodo contigo.

Louis cerró los ojos por un momento, dejando escapar un suspiro profundo. Harry siempre tenía una forma de decir las cosas que derrumbaba cualquier barrera que intentara construir.

—Papi...—Murmuró Harry mientras tomaba el rostro de Louis entre sus pequeñas manos, sus dedos acariciando suavemente la barba incipiente del alfa.

Sostenía el chupetín con la otra mano, girándolo distraídamente entre sus dedos. Los ojos verdes de Harry brillaban bajo la tenue luz de la camioneta, como dos gemas que atrapaban toda la atención de Louis.

—¿Podemos pasear por el bosque y después dormir aquí dentro de la camioneta?

Preguntó, su voz suave, casi suplicante, mientras acercaba su rostro aún más al de Louis.

Louis se quedó en silencio por un momento, sus ojos clavados en los de Harry, atrapado en esa intensidad que el omega siempre lograba evocar. Esos ojos verdes... llenos de brillo, de inocencia y, al mismo tiempo, de algo que Louis prefería no nombrar.

—¿Lou?

Insistió Harry, ladeando la cabeza con una expresión de ternura al no obtener respuesta inmediata.

Finalmente, Louis exhaló profundamente, como si hubiera estado conteniendo el aliento, y respondió, su voz grave y cargada de algo que Harry no podía identificar del todo.

–¿Eso quieres, bebé?

La respuesta de Louis parecía más un susurro que una pregunta. Mientras hablaba, su mano se deslizó instintivamente bajo la falda de Harry, sus dedos rozando la suave piel de sus nalgas. Era un toque apenas perceptible, pero lo suficientemente firme como para hacer que Harry sonriera con picardía.

—Sí, papi. Quiero estar contigo. —Respondió Harry, su voz apenas un susurro mientras cerraba los ojos un momento, inclinándose para apoyar su frente contra la de Louis.

El alfa lo observó en silencio, su corazón latiendo con fuerza en su pecho. Estar con Harry siempre lo dejaba en un estado de conflicto interno: el deseo de protegerlo, el deseo de cuidarlo… y un deseo más oscuro, uno que trataba de ignorar pero que se hacía cada vez más difícil de reprimir.

Louis pasó su otra mano por la cintura del omega, asegurándose de mantenerlo firme en su lugar.

—Está bien.Daremos ese paseo y luego dormiremos aquí, pero sólo si te portas bien.

Harry sonrió ampliamente, su expresión radiante de felicidad.

–Prometo portarme bien, papi.

El omega tomó el chupetín y lo llevó a su boca una vez más, sin apartar la mirada de Louis, como si estuviera absolutamente seguro de que todo estaba exactamente como debía estar.

{...}

La brisa fresca del bosque se colaba entre los árboles, llenando el aire con el aroma de la tierra húmeda y las hojas. Harry caminaba a paso lento, su pequeña mano entrelazada con la de Louis, quien parecía más tenso con cada paso que daban.

—Papi…—Comenzó Harry, con su voz suave y dulce, como si temiera romper el silencio del bosque. Miró de reojo al alfa, quien mantenía la vista al frente, su mandíbula apretada. —Sabes que jamás he tenido novio, ¿verdad?

Louis se detuvo en seco, su mirada oscureciéndose. Giró ligeramente la cabeza para mirarlo, pero no dijo nada de inmediato. La mano de Harry se apretó un poco más alrededor de la suya.

—Y nunca lo tendrás.

Respondió Louis con firmeza, su voz grave y cargada de un peso que Harry no supo descifrar completamente.

El omega parpadeó, claramente sorprendido por la respuesta, pero no dispuesto a rendirse tan fácilmente.

—¿Por qué no, Lou? Quiero saber lo que es…— Su voz se suavizó aún más, apenas un susurro. —tener mi primera vez y...

–No digas nada, Harry. —Gruñó Louis, su tono bajo y severo. Se giró por completo hacia él, su mirada penetrante clavándose en los ojos verdes del omega.—No hables sobre eso.

Harry retrocedió un paso, pero no soltó su mano. En lugar de sentirse intimidado, su expresión se tornó más desafiante, aunque sus mejillas se teñían de un suave rubor.

—¿Por qué no? ¿Qué tiene de malo querer algo así?

Louis exhaló con fuerza, como si estuviera luchando contra algo dentro de sí mismo.

—No necesitas saberlo, Harry. No ahora. No con alguien más. — La voz del alfa va bajando un poco, pero sin perder ese tono autoritario.

Harry lo miró fijamente, su corazón latiendo con fuerza. Había algo en las palabras de Louis, algo en su mirada, que hacía que el omega sintiera un calor extraño en su pecho. Un calor intenso.

–¿Entonces contigo?

Preguntó de repente, con una audacia que sorprendió incluso a él mismo.

Louis endureció la expresión, su cuerpo tensándose.

—No juegues conmigo, Harry.

Advirtió, su voz ronca, aunque había algo más detrás de ese tono: una mezcla peligrosa de advertencia y deseo. Un deseo contenido.

El silencio del bosque parecía envolverlos, pero no hacía nada para calmar la tensión que ardía entre ambos. Harry se movió con lentitud, dando un paso hacia atrás hasta que su espalda chocó suavemente contra el tronco de un árbol. Sus ojos verdes, brillantes y desafiantes, no se apartaron ni un segundo de los de Louis.

—Papi…—comenzó, su voz sedosa, casi un susurro que parecía vibrar en el aire. —Sé que quieres tocarme.

Louis frunció el ceño, su mandíbula apretándose mientras la lucha interna se reflejaba claramente en sus ojos.

—Puedo ver cómo te contienes...— Continuó Harry, sus labios curvándose en una sonrisa que mezclaba inocencia y provocación. —Ya no tienes que hacerlo.

Louis dio un paso hacia él, su pecho subiendo y bajando con respiraciones profundas, pero no dijo nada. Sus ojos recorrieron el cuerpo del omega, la camisa que llevaba, demasiado grande para él, y la falda que comenzaba a levantarse lentamente mientras Harry deslizaba sus dedos hacia el borde.

–No tienes ni idea...—murmuró Harry, su voz temblando levemente, como si sus propias palabras lo encendieran tanto como al alfa.

—De cómo me mojo pensando en ti, en cómo sería que me acuestes en tu cama matrimonial...

Las palabras golpearon a Louis como un trueno, y un gruñido bajo escapó de su garganta antes de que pudiera detenerlo. Su mirada oscurecida se centró en el omega, que ahora tenía la falda levantada lo suficiente para dejar al descubierto sus muslos pálidos y perfectos.

—Harry.

Louis, su voz volviéndose grave y ronca, cargada de advertencia, pero sus manos ya estaban cerrándose en los costados del árbol, atrapando al omega entre él y el tronco.

Louis inclinó la cabeza, observando cada pequeño gesto de Harry, cada respiración entrecortada que escapaba de sus labios. Su mano se movió con precisión, cerrándose alrededor del cuello del omega, aplicando una presión leve, suficiente para que Harry sintiera el control que Louis ejercía sobre él.

–¿Te mojas pensando en mí, eh? —La voz de Louis era grave, un gruñido cargado de deseo.

Harry dejó escapar un gemido suave, apenas audible, pero suficiente para que el alfa supiera cuánto efecto tenían sus palabras.

–¿Usas tus dedos pensando que es mi hombría en su lugar?— Louis continuó, sus ojos ardiendo con intensidad mientras pegaba su frente contra la de Harry.

El omega jadeó, sus labios entreabiertos mientras su rostro se ruborizaba intensamente. Asintió varias veces, sin atreverse a apartar la mirada del alfa, mientras sus dientes atrapaban su labio inferior en un intento por contener los sonidos que amenazaban con escapar.

—Sí, papi…—susurró Harry, con una voz apenas audible pero cargada de necesidad.

Louis respiró hondo, cerrando los ojos por un momento como si intentara contenerse. Pero el leve temblor de su agarre en el cuello de Harry traicionaba el control que lentamente se le escapaba.

—Eres un problema, ¿lo sabes, bebé?

Gruñe inclinándose más cerca, su nariz rozando la de Harry, mientras su mano libre se deslizaba suavemente hacia el borde de la falda del omega.

Harry jadeaba suavemente, sus labios entreabiertos mientras sentía el calor de su propio lubricante deslizándose por sus muslos.

—Estoy tan húmedo, papi…—Susurró, con la voz cargada de necesidad, sus piernas temblando ligeramente.

Louis gruñó al escuchar esas palabras, sintiendo cómo el dulce y embriagador aroma del omega lo envolvía por completo. Sin decir nada, se arrodilló frente a Harry, colocando sus fuertes manos sobre las caderas del chico, sujetándolo con firmeza pero sin brusquedad.

Los muslos del omega descansaron sobre los hombros del alfa mientras Louis se inclinaba hacia adelante, sus labios y lengua encontrando el interior cálido y resbaladizo de Harry. La espalda de Harry permanecía apoyada contra el árbol, sus dedos se hundían desesperadamente en el cabello oscuro de Louis, jalándolo con fuerza, buscando algún tipo de anclaje mientras su cuerpo entero temblaba bajo las nuevas sensaciones.

—Lou...— jadeó Harry, su voz entrecortada, casi un gemido. Sus ojos se cerraron con fuerza, mientras su cabeza caía hacia atrás, el placer recorriendo cada fibra de su ser.

Louis lo miró desde su posición, sus ojos azules brillando con una intensidad casi depredadora. Su lengua trabajaba con precisión, trazando cada rincón del omega como si quisiera grabar su sabor en su memoria. El aroma y el sabor de Harry eran intoxicantes, una mezcla de dulzura y deseo que lo hacía perder la razón.

—Dime, bebé...—Dice separándose apenas para hablar, sus labios brillando con el lubricante del omega. —¿Te gusta lo que papi te hace?

La respuesta de Harry no fue verbal. Un torrente cálido de su lubricante llenó la boca de Louis junto con su esencia, una mezcla que lo sorprendió y lo fascinó al mismo tiempo. El omega lo miró apenado, sus mejillas encendidas en un rubor intenso mientras Louis, sin apartar los ojos de él, se tragaba todo sin vacilar, su lengua limpiando los rastros restantes con un gruñido bajo de satisfacción.

Louis lo volvió a poner de pie con suavidad, sus manos aún sosteniéndolo con firmeza, como si temiera que Harry pudiera derrumbarse por la intensidad del momento.

—Prueba tu propio sabor.

Harry abrió la boca de inmediato, sin dudar, mientras Louis inclinaba su rostro y unía sus labios. La lengua del alfa se deslizó profundamente en su boca, compartiéndole su propio sabor. El omega jadeó al contacto, aferrándose a los brazos de Louis mientras sentía el calor de su lengua reclamarlo.

—¿Te gusta mi sabor, papi? —Jadeó Harry con una voz temblorosa, sus ojos verdes brillando con deseo y curiosidad.

Louis asintió, dejando un suave beso en la mejilla sonrojada de Harry antes de mirarlo con una mezcla de ternura y deseo contenido.

—Me encanta, bebé. —Murmuró, su tono grave resonando como una promesa. —Tan dulce como tú.

—Yo…—Harry comenzó, su voz apenas audible mientras su cuerpo se estremecía ligeramente. —No puedo parar, Lou… siento mucho calor, y… siento mis muslos muy húmedos.

Sus palabras eran tan inocentes como provocadoras, mientras mordía su labio inferior de manera casi inconsciente, buscando algún tipo de alivio en la presencia del alfa.

Louis gruñó bajo, su mandíbula tensándose mientras miraba al omega frente a él, tan vulnerable y deseoso. Su control estaba al borde del colapso, pero sabía lo que tenía que hacer.

—Volvamos a la camioneta. —Dijo con decisión, su voz cargada de promesas. —Yo me encargaré de ti.

Harry asintió rápidamente, dejando que Louis lo guiara, sus dedos entrelazados mientras regresaban al vehículo bajo la tenue luz de la luna.

Dentro de la camioneta, el ambiente se había cargado de calor y deseo. Louis estaba sentado en el asiento del conductor, con Harry cómodamente instalado en su regazo, sus brazos rodeando el cuello del alfa mientras sus caderas se movían instintivamente, buscando más contacto. La humedad del omega era innegable, empapando la tela del pantalón de Louis y dejando un rastro que hacía que este gruñera bajo, su control pendiendo de un hilo.

Los dedos de Louis trabajaban con destreza, deslizándose dentro del estrecho y cálido interior de Harry, preparándolo lentamente. Cada movimiento provocaba un pequeño gemido en el omega, cuyo rostro estaba enterrado en el cuello del alfa, intentando ocultar su vergüenza.

—Papi…—susurró Harry con un tono tembloroso, sin levantar la mirada. —No puedo evitarlo… no sé por qué, pero no dejo de… de gotear.

Sus mejillas estaban encendidas, su vergüenza evidente mientras sentía cómo su lubricante fluía continuamente, aumentando la humedad entre ambos.

Louis, sin embargo, estaba lejos de incomodarse. En lugar de eso, sus labios se curvaron en una sonrisa de puro deleite, mientras empujaba sus dedos más profundamente, arrancándole un jadeo a Harry.

—Bebé, no tienes idea de lo perfecto que eres así. —Susurra inclinándose hacia adelante para morder suavemente la nariz del omega.

Harry se estremeció, su timidez aún presente pero opacada por el placer que Louis le proporcionaba.

—Lou...—Gimió de nuevo, sus uñas hundiéndose ligeramente en los hombros del alfa mientras sus piernas temblaban por el esfuerzo de contenerse.

–Relájate...— susurró Louis, sus ojos azules fijos en los de Harry, llenos de deseo y algo mucho más profundo. —Déjalo fluir, bebé. Me encanta que no puedas contenerte conmigo.

Harry lo miró con esos grandes ojos verdes, aún mordiéndose el labio inferior, mientras Louis añadía un tercer dedo, moviéndolos con firmeza para prepararlo por completo. Cada empuje arrancaba gemidos cada vez más altos de los labios del omega, quien finalmente dejó caer la cabeza hacia atrás, rindiéndose completamente a las sensaciones.

Louis aprovechó ese momento para besarle el cuello, mordiendo suavemente antes de lamer el punto donde su piel estaba más sensible.

—Así, amor. —Murmuró contra su piel. –Déjame ocuparme de ti.

Harry, con su cuerpo temblando de anticipación, atrapó los labios de Louis en un beso desesperado, llenando el espacio entre ellos con pasión y necesidad. Sus manos se aferraron con fuerza al cuello del alfa, atrayéndolo más cerca mientras el calor entre ambos aumentaba.

Louis gruñó profundamente en su boca, sus dedos todavía hundidos completamente en el interior del omega, moviéndose lentamente pero con firmeza. Cada movimiento arrancaba un jadeo de los labios de Harry, que no parecía querer soltarse de él.

El omega gimió, sintiendo una mezcla de placer y dolor que solo aumentaba su necesidad. Sus ojos se encontraron con los de Louis, brillando con lágrimas de emoción contenida.

—Ponla en mí, papi. —Suplicó entre gemidos, su voz llena de deseo y vulnerabilidad. –Sé mi primer hombre.

Louis se quedó sin aliento, paralizado por un instante. Las palabras de Harry resonaron en su mente, llenándolo de un deseo salvaje y, al mismo tiempo, de un peso que no esperaba. Su mandíbula se tensó mientras buscaba el control, queriendo asegurarse de que Harry supiera lo que estaba pidiendo.

–Bebé...—murmuró mientras retiraba sus dedos lentamente, su mano acariciando suavemente la cadera del omega. —¿Estás seguro de esto? No hay vuelta atrás.

Harry asintió con rapidez, mordiendo su labio inferior mientras las lágrimas se acumulaban en sus ojos.

—Lo quiero contigo, Lou. —Confesó, acariciando su rostro con manos temblorosas. —Eres el único que quiero. Por favor… no me hagas esperar más.

Louis cerró los ojos un momento, inhalando profundamente el dulce aroma del omega mezclado con el de su deseo. Luego, abrió los ojos, completamente enfocados en Harry.

—Está bien, amor. —Respondió, con una mezcla de ternura y firmeza. —Voy a cuidarte… siempre.

Con cuidado, Louis comenzó a desabrochar sus pantalones, el momento cargado de tensión y promesas. Harry observó cada movimiento con atención, su cuerpo vibrando con anticipación mientras sus dedos se aferraban a los hombros del alfa.

Harry aferró los hombros de Louis con fuerza, sus dedos temblando mientras sentía cómo el alfa comenzaba a entrar lentamente en él. Un grito agudo escapó de sus gruesos labios cuando la presión se hizo intensa, su pequeño cuerpo luchando por adaptarse al tamaño impresionante de Louis.

—Shh, bebé… tranquilo. — Murmuró Louis, sus manos firmemente apoyadas en las caderas del omega, guiándolo despacio, casi con reverencia.

Sus ojos no se apartaron de los de Harry, buscando cualquier señal para detenerse, pero lo que encontró fue puro deseo mezclado con una vulnerabilidad abrumadora.

Harry sollozó, sus lágrimas cayendo por sus mejillas, pero sus brazos se mantuvieron firmes alrededor del cuello de Louis.

—Es… es mucho...—Susurró, su voz entrecortada mientras su cuerpo temblaba bajo el peso de la sensación.

Louis se detuvo, sus dedos grandes y cálidos tocando el vientre de Harry, donde la piel suave se estiraba visiblemente bajo la presión de su hombría. Una mezcla de asombro y orgullo brilló en sus ojos.

—Eres tan pequeño, mi amor. —Le habló en un susurro profundo. —Pero lo estás haciendo tan bien. Solo un poco más, puedo sentir cómo te acomodas.

Cuando Louis intentó empujar un poco más, el omega lloriqueó nuevamente, su cuerpo contrayéndose alrededor del alfa.

—No puedo… es demasiado, Lou. —Jadeó, pero incluso en sus palabras había una nota de necesidad.

—Lo estás tomando, bebé. —Su aliento cálido choca contra la piel húmeda de Harry. —Mírate, estás hecho solo para mí.

Harry lloró suavemente, pero sus piernas permanecieron firmemente enredadas alrededor de la cintura de Louis.

—Más despacio, papi… por favor.

Rogó, mordiéndose el labio mientras sus ojos verdes buscaban los azules de Louis.

El alfa asintió, moviéndose con la máxima cautela, bajándolo poco a poco mientras sus manos recorrían la espalda y las caderas de Harry, ofreciéndole consuelo en su dolor.

—Voy a cuidarte. —Prometió Louis, inclinándose ligeramente mientras su mirada se clavaba en los ojos del omega, transmitiendo tanto control como ternura.

El ambiente dentro de la camioneta estaba cargado, sus respiraciones entremezclándose mientras Louis continuaba llenándolo con una paciencia infinita. Harry, a pesar de las lágrimas, comenzó a relajarse poco a poco, su cuerpo cediendo finalmente al alfa.

Louis lo miraba con los brazos cruzados detrás de su cabeza, recostado con aparente calma mientras la espalda de Harry estaba apoyada contra el volante. El omega se tomaba su tiempo, moviéndose lentamente para ajustarse al tamaño del alfa, su respiración entrecortada marcando el esfuerzo.

Cuando finalmente logró acomodarse, Harry comenzó a mover sus caderas en pequeños círculos, dejando escapar suaves jadeos mientras apoyaba sus manos en el abdomen firme de Louis. Cada movimiento hacía que su cuerpo temblara, pero el placer comenzaba a superar al dolor.

—¿Papi, te gusta?—Preguntó Harry con un puchero, sus ojos verdes buscando desesperadamente una reacción del alfa.

Louis se mantenía estoico, su mirada fija en el omega, pero los gruñidos bajos que escapaban de su garganta eran evidencia de la lucha interna que libraba.

Louis tragó saliva, su mandíbula tensa mientras sus ojos recorrían cada centímetro del cuerpo de Harry.

—Estoy tratando muy duro para no llevarte al asiento de atrás y partirte al medio.

Gruñó finalmente, su voz gruesa y cargada de deseo.

El omega sonrió levemente, mordiéndose el labio inferior, sus movimientos volviéndose un poco más decididos al escuchar las palabras de Louis. El ambiente en la camioneta era sofocante, la tensión entre ambos casi palpable mientras Harry encontraba un ritmo que hacía que ambos perdieran el aliento.

{...}

Harry tenía la mejilla presionada contra el vidrio de la ventana de los asientos traseros, su respiración empañando el cristal mientras su cuerpo temblaba con cada embestida de Louis. El alfa estaba detrás suyo, su agarre firme en las caderas del omega, guiando sus movimientos con fuerza y precisión.

Cada vez que Louis empujaba, la mejilla de Harry golpeaba el vidrio, pero al omega no le importaba. Estaba perdido en el calor sofocante de la camioneta, el placer y el dolor mezclándose de una manera que nunca antes había experimentado.

Una de sus manos bajó hasta su vientre, donde podía sentir la presión de la hombría de Louis abultando su abdomen.

—Papi…—Jadeó Harry, su voz apenas un susurro mientras sus dedos temblaban al recorrer su propia piel estirada.

Louis gruñó al escuchar su voz, inclinándose ligeramente para susurrar cerca del oído del omega.

–Eres mío, Harry. Solo mío. Quiero que sientas cada parte de mí llenándote.

El omega cerró los ojos con fuerza, mordiéndose el labio para contener un grito. Su cuerpo temblaba, sus uñas rascando el vidrio de la ventana mientras Louis no dejaba de moverse con una intensidad arrolladora.

El aire dentro de la camioneta era casi irrespirable, la combinación de su aroma dulce y el de Louis llenando el aire, haciendo que sus instintos tomaran el control. Harry no podía pensar en nada más que en el alfa detrás de él, reclamándolo de una manera que siempre había soñado.

—Me voy a desquitar todas las ganas que te tengo hace años. —Gruñó Louis, sus manos aferrándose con fuerza a la cintura del omega, controlando el ritmo mientras lo movía de adelante hacia atrás con intensidad.

Harry gemía, su mejilla aún contra el vidrio empañado, pero hizo el esfuerzo de girar ligeramente la cabeza para mirarlo por encima del hombro. Su labio inferior estaba atrapado entre sus dientes, mordiéndolo con fuerza, tratando de contener los sonidos desesperados que escapaban de su garganta.

—Siempre te he calentado, ¿no es así, papi?— Preguntó, su voz entrecortada pero cargada de desafío y deseo.

Los ojos de Louis ardieron con una mezcla de pasión y posesividad al escuchar esas palabras. Sus dedos se clavaron más en la carne suave de Harry, marcándolo, mientras su ritmo se volvía más firme, más decidido.

—Siempre, bebé.—Respondió Louis, inclinándose hacia adelante, su pecho rozando la espalda del omega, el calor de su aliento contra la nuca de Harry. –Y ahora voy a hacerte sentir todo lo que me hiciste aguantar.

Harry dejó escapar un gemido alto, sus manos buscando algo a lo que aferrarse mientras el alfa lo tomaba con una intensidad que lo hacía temblar.

—He esperado tanto por esto. —Gruñe Louis contra la nuca de Harry, su aliento caliente enviándole escalofríos por la espalda.

—Lléname. –Susurra Harry, su voz cargada de necesidad mientras aprieta las manos de Louis sobre sus caderas. —Después me compras una pastilla, pero necesito sentir tu esencia dentro de mí, papi.

La súplica lo desarma. Louis no puede resistirse más, y con un último movimiento profundo, se corre dentro del omega. Su agarre en las caderas de Harry se vuelve férreo, manteniéndolo inmóvil mientras lo llena por completo, su cuerpo temblando con la intensidad de la liberación.

El vientre de Harry se abulta aún más debido a la cantidad de esencia que Louis le ha dejado dentro. Es tanto que comienza a descender por sus muslos, marcando su piel con rastros de calor. Louis respira profundamente, tratando de recuperar el control mientras alarga la mano hacia la guantera. Saca unas toallitas húmedas y, con movimientos cuidadosos, limpia a Harry primero y luego a sí mismo, sus dedos rozando con ternura la delicada piel del omega.

Sonríe al ver los moretones que ha dejado en su piel. En sus caderas y su cintura.

Cuando terminan, ambos se acomodan en los asientos traseros. Louis se recuesta contra los asientos, su brazo descansando sobre Harry, quien está de costado a su lado, encajando perfectamente contra su pecho.

–Gracias, papi, por esta experiencia. —Murmura Harry, sus ojos brillando mientras acaricia el torso del alfa. —Lo estuve esperando durante años.

Louis lo observa en silencio, su mano encontrando la cintura del omega, apretándolo con suavidad. Su mirada intensa dice más que cualquier palabra, mientras el agotamiento y la satisfacción comienzan a envolverlos.

{...}

Louis despertó primero, notando cómo Harry dormía profundamente, acurrucado a su lado, con el rostro relajado y las mejillas sonrojadas. El alfa lo miró por un momento, permitiéndose admirar la inocencia en su expresión, antes de levantarse con cuidado. Tomó una chaqueta que tenía en la parte trasera del coche y cubrió al omega para que no sintiera frío y pudiera seguir durmiendo tranquilo. Luego salió, cerrando la puerta con delicadeza, y se dirigió a buscar una farmacia cercana.

Al cabo de un rato, Louis regresó con un blíster de supresores y una botella de agua en la mano. Cuando abrió la puerta del coche, vio que Harry ya estaba despierto, sus grandes ojos verdes brillando con lágrimas contenidas. Parecía tan frágil, tan sensible, que el corazón de Louis se apretó.

–Oh, Harry...– Comenzó Louis, su voz temblando ligeramente mientras dejaba las cosas sobre el asiento. —Lo lamento... Creo que te he pasado mi energía, de verdad lo siento. No volveré a tocarte, no debí... Esto no está bien.

Las palabras salían atropelladas, como si tratara de convencerse a sí mismo mientras las decía.

Pero Harry negó con fuerza, sacudiendo la cabeza mientras las lágrimas finalmente rodaban por sus mejillas.

—No, papi, no digas eso. —Respondió con un hilo de voz, quebrado pero firme. –Me gusta sentir lo mismo que tú sientes, por más que sea tristeza. Me hace sentir más cerca de ti.

Louis quedó en silencio, impresionado por la honestidad del omega. Lentamente, se inclinó para secarle las lágrimas con el pulgar, su mirada llena de emociones encontradas. Sin decir una palabra más, lo envolvió en un abrazo firme, protegiéndolo del mundo, mientras intentaba ignorar el torbellino que ambos habían desatado en sus vidas.

–No estés triste, no hay razón para estarlo, papi.
–Dijo Harry con ternura, sentado junto a Louis en los asientos traseros de la camioneta.

Sus ojos todavía estaban ligeramente húmedos, pero trataba de mantenerse fuerte para consolar al alfa.

Louis suspiró, su mirada fija en sus propias manos mientras respondía con sinceridad.

—Llevo una vida que no me gusta, bebé. Tengo razones para estarlo. —Su voz era grave, cargada de honestidad y cansancio acumulado.

Harry lo miró con el corazón encogido, y sin poder contenerse, sus lágrimas volvieron a brotar.

–No, no, no, no llores, bebé. –Se apresuró a decir Louis al darse cuenta, inclinándose hacia él con preocupación. —¿Dije algo malo?

Entre sollozos, Harry levantó la mirada, sus labios temblando mientras hacía un puchero.

—¿No te gusta vivir conmigo en la casa?— Preguntó, su voz rota y llena de vulnerabilidad.

Louis se quedó sin palabras por un momento, el peso de la pregunta cayendo sobre él. Sin pensarlo, lo tomó por la nuca y acercó sus frentes.

—No es eso, Harry... Tú eres lo único que hace esa casa soportable.

Después de decir eso, se oyó truenos y como la lluvia comenzó a ser la protagonista de la noche.

Harry al escuchar esas palabras, tomó la iniciativa, presionando sus labios contra los de Louis, el beso cargado de necesidad y deseo. Era él quien había comenzado, pero pronto fue atrapado por la intensidad del alfa. Louis lo miraba con esa obsesión característica que tanto encendía al omega, como si el mundo entero no existiera más allá de ellos dos.

Con un suave movimiento, Harry se recostó en el asiento trasero, su espalda arqueándose ligeramente mientras sus ojos brillaban con expectación. Sus rizos enmarcaban su rostro, y su respiración entrecortada llenaba el espacio reducido de la camioneta.

–Estoy listo, papi. —Susurró, su tono una mezcla de nervios y provocación.

Louis se inclinó sobre él, deslizando una mano por la cintura de Harry, marcando cada curva de su cuerpo mientras lo reclamaba lentamente con la mirada.

Louis suspiró profundamente mientras abría uno de los paquetes de protección que había comprado en la farmacia. Sin embargo, apenas comenzó a colocárselo, Harry negó vehementemente con la cabeza, sus rizos revoloteando mientras lo miraba con una mezcla de desaprobación y anhelo.

Quedando boca arriba y con las piernas abiertas.

–¿Qué pasa, bebé?— Preguntó Louis, deteniéndose a mitad del gesto.

—No lo hagas, papi. —Murmuró Harry con un puchero, aferrándose al brazo del alfa.

Louis arqueó una ceja y dejó el paquete a un lado, observándolo con una sonrisa que mezclaba ternura y posesividad.

—Bebé, no quiero que tomes tantas pastillas, te harán mal. —Dijo mientras pasaba un dedo por el rostro suave del omega. —Además... no querrás cargar mis cachorros, ¿o sí?

Harry lo miró, sus ojos grandes y húmedos brillando con un deseo indecible. Sus mejillas se ruborizaron al escuchar las palabras del alfa, pero no dijo nada. En cambio, sus dedos juguetearon nerviosamente con el borde de la camisa de Louis, mientras su respiración se aceleraba.

Louis soltó un gruñido bajo y volvió a inclinarse sobre él, dejando que las palabras se desvanecieran entre los dos. El ambiente en la camioneta se llenó de una tensión cálida y densa, mientras Louis decidía que, de una forma u otra, Harry siempre sería suyo.

Louis suspiró mientras terminaba de colocarse el preservativo, sus movimientos firmes pero cuidadosos. Observó a Harry, que ahora tenía una mueca evidente de disgusto, sus labios formando un ligero puchero.

–No me mires con esa carita, bebé. —Murmuró Louis con una sonrisa suave, inclinándose para besar la frente del omega. —Es por tu bien.

Harry bufó suavemente, desviando la mirada mientras su cuerpo se acomodaba bajo el toque del alfa. Sus manos se aferraron a los hombros de Louis, y dejó escapar un pequeño gruñido de impaciencia, casi como una protesta, mientras este comenzaba a moverse con lentitud deliberada.

Louis no pudo evitar sonreír más ampliamente al escuchar el sonido, encontrándolo increíblemente tierno.

—¿Ese gruñido es para mí, bebé? —Preguntó en un tono burlón pero lleno de afecto, mientras sus manos se deslizaban por la espalda de Harry, acariciándolo para calmarlo.

Harry se mordió el labio inferior, sus mejillas ruborizadas mientras asentía levemente.

–No me hagas esperar tanto, papi. —Dice en un tono bajo y anhelante, causando que Louis soltara un leve gruñido de satisfacción antes de continuar con movimientos lentos pero profundos.

{...}

Espero que les guste.
Gracias a las personas que votan y comentan.
♥️

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro